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REELECCIÓN:

EL EMBRUJO CONTINÚA
Segundo año de gobierno
de Álvaro Uribe Vélez
Los artículos que aparecen en
este libro son responsabilidad
de sus autores.

Plataforma Colombiana de Derechos Humanos,


© Democracia y Desarrollo
Carrera 5 No. 33A-08, Bogotá, D.C., Colombia
www.plataforma-colombiana.org
email: plataformaco@colomsat.net.co
Septiembre de 2004

Edición:
Camilo Borrero García
Coordinación Editorial:
Helena Gardeazábal Garzón
Corrección de Estilo:
Fabio Acevedo
Fotografías:
Concurso Nacional de Fotografía Documental “Los trabajos y los días”
Escuela Nacional Sindical, concurso establecido desde 1994
Concepto Gráfico:
Marcela Otero M.
Fotografía de Carátula:
“Rostros” Jaime Otoniel.
Concurso Nacional de Fotografía Documental “Los trabajos y los días”
Escuela Nacional Sindical.
Diagramación:
Sandra Patricia Sánchez D.
Impresión:
Ediciones Antropos Ltda

ISBN: 958-644-092-3

Impreso en Colombia
Printed in Colombia
CONTENIDO

Presentación
• Una mirada integral hacia el futuro 9
Plataforma Colombiana de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo
• El repúblicanismo patriótico 13
María Teresa Uribe de Hincapié

1 Contexto
• Estructura tributaria y sistema de privilegios 25
Carlos Ossa Escobar
• La Constitución como obstáculo 33
Coporación Colectivo de Abogados “José Alvear Restrepo”, Ccajar
• Gasto público y derechos sociales 41
Ricardo Bonilla González
• Desigualdad y pobreza 47
Jorge Iván González
• Independencia judicial: ¡En vilo! 53
Instituto Latinoamericano de Servicios Legales Alternativos, Ilsa - José Burgos
• La negociación con Estados Unidos: Aislamiento incondicional 57
Red Colombiana de Acción contra el Libre Comercio y el Alca, Recalca
• No hay ‘embrujo’ que dure cuatro años… 63
Seguridad democrática, comunicación y opinión pública
Centro de Investigación y Educación Popular, Cinep - Luis Fernando Barón
• Militarismo antes que diálogo 73
Asamblea Permanente de la Sociedad Civil por la Paz
• ¿Crecimiento agrícola o desarrollo rural? 81
Carlos Salgado

2 Necesidades y Derechos
• Malestar social y política pública 89
Corporación Viva la Ciudadanía - Libardo Sarmiento Anzola
• En materia educativa: La equidad no es prioridad 99
Corporación Región - Lina Correa, Ramón Moncada y Jaime Saldarriaga
• La salud pública: Entierro definitivo 109
Centro de Investigación y Educación Popular, Cinep - Natalia Paredes Hernández
• La precariedad del empleo 119
Escuela Nacional Sindical, ENS
• Derecho a la alimentación: La cara dura de la pobreza 125
Asociación de Trabajo Interdisciplinatio, ATI - Proyecto Aurora - Corporación Viva la Ciudadanía
• Vivienda: ¿Derecho o mercancía? 135
Fedevivienda - Alejandro Florián Borbón
• Medio ambiente: Problema de vieja data 143
Hildebrando Vélez
• Sí, pero no. Luchas sociales en Colombia. 157
Centro de Investigación y Educación Popular, Cinep - Equipo de Movimientos Sociales
• El Gobierno frente al desplazamiento: ¡Como el cangrejo! 167
Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento - Codhes
3 Conflicto
• Profundización de la guerra 175
Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento - Codhes
• El talante autoritario. Derechos civiles y políticos y DIH 187
Banco de Datos de Derechos Humanos y Violencia Política, Cinep
Observatorio de Derechos Humanos y Derecho Humanitario, Cceeu
• ¿Cacería de brujas?: 199
Detenciones masivas y seguridad democrática
Corporación Colectivo de Abogados ‘José Alvear Restrepo’- Ccajar
Fundación Comité de Solidaridad con los Presos Políticos - Fcspp
• AUC, Gobierno y sociedad: El pulso apenas comienza 207
Mauricio Romero
• El conflicto urbano se agudiza 213
Instituto Popular de Capacitación, IPC - Jesús William Balbín
• Por los secuestrados… ¿Quién responde? 221
Juan Carlos Lecompte
• Política antisindical 225
Escuela Nacional Sindical - Área de Derechos Humanos y Laborales
• Periodismo y libertad de expresión: Colombia, una realidad camuflada 233
Claudia Julieta Duque
• Maltratada por la guerra. Misión Médica en Colombia 239
Movimiento Nacional por la Salud y la Seguridad Social,
Grupo de Trabajo Salud y Paz
• Infancia y juventud: Las huellas del conflicto armado 245
Fundación Cultural Rayuela

4 Poblaciones
• Campesinos sin campo 257
Germán Bedoya
• Un mundo olvidado. Derechos de las comunidades afrocolombianas 261
Proceso de Comunidades Negras en Colombia, PCN.
• Chicos y chicas, pero con derechos 269
Corporación Punto de Vida - Ingrid Torres
• Mujeres: Una política residual 277
Tribunal Regional Mujeres y DESC
• Gobierno, niñez y madres comunitarias: Privatización de la atención 283
Servicio Colombiano de Comunicación
Instituto Latinoamericano de Servicios Legales Alternativos, Ilsa
• Dimensión ausente. Derechos de las personas mayores 289
Centro de Estudios e Investigaciones del Trabajo, Cestra - María Tila Uribe
• Más que invisibles 297
Derechos de homosexuales, bisexuales y transgeneristas
Germán Humberto Rincón Perfetti
• Política cultural en tiempos de Uribe 301
Patricia Ariza
Presentación
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8
Presentación
Una mirada integral
hacia el futuro

Plataforma Colombiana de Derechos


Humanos, Democracia y Desarrollo
Coordinación Nacional

Plataforma Colombiana de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo


P
or esta misma época hace un año la En otras palabras, nuestra meta no es la figura-
Plataforma Colombiana de Derechos ción. Tampoco, conformar o alentar un núcleo
Humanos, Democracia y Desarrollo de oposición partidista frente a la actual Admi-
conformada por más de 90 organi- nistración.
zaciones no gubernamentales y so- Para las organizaciones que conformamos
ciales publicó “El Embrujo Autorita- la Plataforma de Derechos Humanos, Democra-
rio”. Por un cúmulo de circunstancias cia y Desarrollo es un objetivo muy particular:
coyunturales, nuestro informe de derechos hu- hacer un seguimiento al compromiso del Go-
manos a primer año de gobierno del presidente bierno en materia de respeto y protección de
Alvaro Uribe Vélez se convirtió en un best seller. todos los derechos humanos para todas y to-
Todo libro de éxito impone exigencias y dos, en particular de los derechos económicos,
cautelas a sus autores. No en balde, el argot sociales y culturales.
popular hace suya aquella admonición de que Obviamente, entendemos que esta ópti-
nunca segundas partes fueron buenas, aludien- ca particular de la que se derivan nuestros cri-
do a la dificultad que se tiene para emular la terios de evaluación no es la única posible.
excelencia. Atendiendo a otros enfoques, es factible lle-
Las organizaciones de la Plataforma somos gar a ponderaciones distintas a las que nos
conscientes de este riesgo. Y lo hemos asumido ocupan, en torno al mismo ejercicio de go-
con gran responsabilidad. Pero precisando nues- bierno. No obstante, queremos relevar el in-
tro objetivo. Que no es necesariamente el de terés estratégico de la nuestra, no sólo por
mantenernos en la primera plana de las noti- cuanto compete a una obligación internacio-
cias, ni en el centro de la controversia nacional. nal del Ejecutivo, que así se ha comprometi-

Presentación 9
do ante diversas instancias multilaterales, sino posible asumir con rigor y compromiso. Inclu-
porque es la responsabilidad que le da senti- so, como observará un lector acucioso, a riesgo
do a la acción pública. de evaluar similares acciones gubernamentales
Como lo ha reiterado insistentemente la desde más de un enfoque, sea éste coincidente
Corte Constitucional, el desarrollo de los dere- o divergente.
chos fundamentales, incluidos integralmente los Para los efectos propios de su ordenamien-
económicos, sociales y culturales, es el que sus- to, dividimos el libro en cuatro partes relaciona-
tenta y orienta la razón de ser del Estado So- das. En la primera, se ubican aquellos artículos
cial de Derecho, tanto en su carácter ético que desarrollan visiones de contexto, que le
como material. O, si se quiere la misma idea en permitan al lector ubicar tanto el sentido estra-
otras palabras, la razón de la institucionalidad tégico de la acción de gobierno, como sus prin-
estatal es garantizar los derechos de sus aso- cipales falencias. Las políticas económicas, la
ciados y asociadas. Por lo que éstos están en planeación de políticas públicas, la estrategia
todo su derecho de revisar el camino recorrido hacia la administración de justicia o hacia los
y exigir cuentas, más allá de sus adscripciones medios de comunicación, y hasta la moviliza-
partidistas. ción social se convierten, de este modo, en puer-
Al mismo tiempo, la Plataforma no quiere tas de entrada y salida. Piezas de un rompeca-
restringir su papel al de la elaboración de infor- bezas complejo en donde el todo y sus partes
mes académicos que tengan como lectores úni- son interdependientes.
camente a especialistas temáticos. Nuestra mi- Los dos apartes siguientes se ocupan de
sión, en tanto organizaciones no gubernamen- evaluar las políticas y ejecutorias de Gobierno
tales promotoras de los derechos humanos, desde una perspectiva de derechos. En la se-
nos impulsa a buscar una difusión más amplia, gunda parte, se agrupa lo correspondiente a
que brinde herramientas de análisis a activis- derechos económicos, sociales y culturales,
tas sociales, líderes comunitarios, sindicalistas, como son por ejemplo el derecho a la vivienda,
defensores de derechos humanos y opinión al trabajo, a la salud, a la alimentación, a la edu-
pública en general. cación y al medio ambiente. Mientras que la ter-
Por ello, le hemos pedido a todos nues- cera parte condensa el estado del arte en rela-
tros articulistas hacer un esfuerzo por con- ción con los derechos civiles y políticos, tales
densar de manera ágil y sencilla los rasgos prin- como el derecho a la vida, a la libertad y a la
cipales de las evaluaciones que tuvieron a su participación política, el derecho internacional
cargo. Aun cuando todavía nos corresponde humanitario y la situación de los secuestrados,
trabajar más en ello, esta orientación le con- entre otros.
fiere un perfil preciso a la publicación: intere- Finalmente, la cuarta parte presenta la si-
sar a un público más extenso y mixto en estas tuación de poblaciones específicas. En un ejer-
REELECCIÓN: EL EMBRUJO CONTINÚA

temáticas, a riesgo de simplificar o condensar cicio de combinación analítica, se pretende lla-


algunos debates que formularíamos de mane- mar la atención sobre las carencias y
ra distinta, de tratarse de audiencias más es- reivindicaciones de estos grupos y, al mismo
pecializadas. tiempo, mostrar la debilidad o ausencia de polí-
ticas gubernamentales en relación con los mis-
VISIÓN ENGLOBANTE mos, con lo que muchas veces se perpetúa su
marginalidad. Mujeres, niños y niñas, afrocolom-
El presente informe se propone una mirada ho- bianos, campesinos, personas mayores, perso-
lística de conjunto sobre el ejercicio de Gobier- nas homosexuales, bisexuales y transgeneris-
no de Alvaro Uribe Vélez, transcurridos dos años tas… En fin, una polifonía de nuestra diversidad
de ejecutoria. Por ello, hemos incluido el mayor y su invisibilidad frente a lo público.
número de campos de análisis que nos ha sido

10 Presentación
A manera de Presentación, el primer escrito
del libro propone una lectura general del régi-
men político actual. Aunque cada artículo es in-
dependiente, y se respeta la visión de sus auto-
res individuales o institucionales, se ha realizado
un esfuerzo de concertación para que en su con-
junto cualquier lector pueda llevarse una idea
completa y sustentada de la situación integral
de los derechos humanos durante lo que va co-
rrido de la administración de Alvaro Uribe Vélez.
Desde esta perspectiva, reiteramos que nues-
tro interés no es hacer oposición política al go-
bierno. Mucho menos, reemplazar subrepticia-
mente a quienes están llamados a hacerla, como
son los partidos y los movimientos sociales. Nues-
tro producto es más especializado, pero quizás
por ello también más preciado: ofrecer un derro-
tero de lo que debería ser una política pública
sustentada en el respeto incondicional e integral
a los derechos humanos, desde nuestra visión de
organizaciones no gubernamentales y sociales.
En ese sentido se trata de un ejercicio con
visión de futuro, y al cual nos comprometemos
desde ya tanto para lo que resta del actual man-

Plataforma Colombiana de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo


dato, como para los que vengan más adelante.
Y esperamos responder a este reto cada vez con
mayor objetividad, proactividad y compromiso,
en una construcción social que nos compete:
una Colombia basada en la justicia social, la equi-
dad y la democracia para todas y todos.
La Plataforma está convencida que el diálo-
go público sobre los diferentes aspectos que
afectan la vida de la sociedad colombiana es una
construcción colectiva, creemos que así lo han
asumido las organizaciones y expertos que en
esta publicación participan. Agradecemos todos
los valiosos aportes que en ideas, creatividad y
esfuerzo conjunto aquí se recogen.

Presentación 11
REELECCIÓN: EL EMBRUJO CONTINÚA
12
Presentación
El republicanismo
patriótico

María Teresa Uribe de Hincapié*

INTRODUCCIÓN toria podrían terminar afectando sustancialmen-


te, tanto el régimen político como las bases de-
l régimen político del actual Gobier- mocráticas sobre las cuales se fundamenta la

E
no ha sido caracterizado por muchos legalidad del orden y la legitimidad del Estado.
analistas políticos como autoritario, Las prácticas de gobierno no se enmarcan
de estilo militarista, centrado en el la mayoría de las veces en modelos preestabeci-
ejercicio bélico y de tendencia neo- dos o en principios teóricos puros, son habitual-
liberal; éstas son frases efectistas, mente mezclas bastante originales entre princi-
muy útiles para la retórica de la oposición pero pios programáticos, realidades socio–culturales
agregan muy poco a la interpretación de la ac- y demandas políticas; de allí la dificultad para
tual coyuntura nacional. Sería más útil pasar de caracterizar un gobierno como el actual; dadas
la adjetivación a la explicación, y ese es el pro- sus tendencias liberales una se siente tentada a
pósito de este pequeño ensayo: poner sobre la nombrarlo como populista, bonapartista, cesa-
María Teresa Uribe de Hincapié

mesa del debate público algunos puntos para la rista o incluso dictatorial; sin embargo, una se-
discusión sobre las prácticas del Gobierno y sus gunda mirada sobre lo acontecido durante es-
tendencias a corto y mediano plazo. tos dos años lleva a relativizar esos conceptos y
Más que caracterizar el Régimen, resulta de a situar las diferencias y las distancias con los
provecho analizar algunas estrategias y accio- modelos puros.
nes que desde el Gobierno central, más especí-
ficamente desde la Presidencia y su grupo de
asesores, se vienen poniendo en práctica y que * Profesora del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de
de continuar con esa orientación y esa trayec- Antioquia.

Presentación 13
Para ser populista carecería de la dimensión Las prácticas de gobierno parecen más bien
nacionalista, cosa que el apoyo irrestricto al el resultado de las múltiples interacciones, ten-
Gobierno norteamericano anula en la práctica; siones y desencuentros entre el programa de
además, los populismos poseen un fuerte com- gobierno y el despliegue de varios conflictos ar-
ponente social en sus programas de gobierno, mados, que se imbrican o se confrontan, así
mientras que para esta administración la políti- como de las dinámicas de una sociedad turbu-
ca social es marginal, su suerte depende del éxi- lenta que dice apoyar al Presidente pero que se
to de la “seguridad democrática”; en cambio, el muestra reacia a situarse en los marcos traza-
interés está puesto en los ajustes fiscales que dos por él; o en otras palabras, las prácticas de
han afectado significativamente a amplios sec- gobierno serían el resultado de la mixtura entre
tores populares de la sociedad colombiana. Los el orden pensado por el Presidente y los orde-
indicadores sociales son en buena parte negati- nes socio–históricos, económicos y políticos
vos: aumento de la pobreza absoluta, disminu- sobre los cuales rigen sus vidas las gentes de
ciones muy leves en las tasas de desempleo, cri- este país.
sis en la salud, deterioro de la calidad de la Cualquier conceptualización que pretenda
educación a expensas de la ampliación de co- agotar la totalidad de las acciones gubernamen-
bertura, disminución de los presupuestos para tales y los acontecimientos centrales de estos
cultura, ciencia y tecnología, y abandono casi dos años de gobierno, solo lograría realizar una
total de la política universitaria. lectura teleológica y retrospectiva; de allí la ne-
Los bonapartismos y los cesarismos parece- cesidad de introducir en los análisis, lo inespe-
rían más cercanos a las prácticas del actual Go- rado y contingente que toda situación coyun-
bierno, dado su verticalismo en las relaciones de tural comporta. Quizá de esta manera pueda
mando y obediencia, y la intención de relacionar- reconstruirse un proceso en marcha del que no
se directamente con la población, saltándose los conocemos el final.
canales institucionales y las intermediaciones tra- El acceso a la Presidencia de un candidato
dicionales; pero estas formas de régimen impli- independiente, sin patrocinio partidista y en fran-
can un control casi absoluto del poder en cabeza ca disidencia con su propia organización políti-
del mandatario y una administración pública que ca, es un hecho bastante fortuito en la tradición
funcione orgánicamente, casi como una máqui- histórica nacional. Y que triunfe una propuesta
na que transmita sin interferencias lo mandatos de mano dura y de guerra a la guerrilla en un
de la cúspide a la base. En palabras de los teóri- país que desde hace doscientos años le está ju-
cos, se requiere imperium y potestas; y es evidente gando al estado débil y a la conjugación de la
que el actual Gobierno encuentra resistencias sig- guerra, la diplomacia y la negociación con dife-
nificativas en las otras ramas del poder publico, rentes generaciones de adversarios armados,
en las Fuerzas Militares, en los poderes y las élites también parece constituir una excepcionalidad.
REELECCIÓN: EL EMBRUJO CONTINÚA

locales y regionales, legales e ilegales: el Estado Sin embargo, estos giros consentidos y respal-
continúa siendo un aparato inorgánico con difi- dados por el voto popular, develan lo que po-
cultades reales de control hacia sus propias bu- dríamos llamar, la arqueología de una decepción,
rocracias. Todas estas transversalidades, tan pro- que condujo de nuevo el péndulo de la opinión
pias de la vida colombiana, anulan en la práctica pública hacia el campo bélico, decepción con la
la potestad de mando y obediencia; pese a las cual se sintonizó perfectamente un programa de
reiteradas propuestas del gobernante para ajus- gobierno que ofreció seguridad, derrota militar
tar la institucionalidad del aparato público a sus de sus enemigos y moralización de las costum-
intereses políticos, aún subsisten algunos con- bres políticas.
troles jurídicos, algunas denuncias sociales y exi- La coincidencia entre ambos procesos, ali-
gencias internacionales que limitan la potestad y mentada por esa mezcla eficaz entre el miedo y
el impero de su mandato. la esperanza hicieron lo demás, y en el imaginario

14 Presentación
político de los colombianos se fue abriendo paso zación social; y 3) El giro patriótico o la búsque-
la demanda de un gobierno fuerte, todopodero- da de un fundamento no deliberativo para la
so, con autoridad y respaldo suficiente para de- conservación del orden.
rrotar a la guerrilla y controlar de manera eficien-
te la delincuencia organizada; así fuese necesario LA DESINSTITUCIONALIZACIÓN DEL APARATO
renunciar a los principios liberales, a los derechos PÚBLICO Y LA DESPOLITIZACIÓN DE LA
ciudadanos, a las garantías sociales y jurídicas, y SOCIEDAD
a todo aquello que define y legitima la democra-
cia y el estado liberal de derecho. Las prácticas del actual Gobierno se mueven en
Toda democracia es frágil: los pactos y los una doble tensión: la existencia de un aparato
contratos se deshacen como se hacen. La so- administrativo inorgánico, colonizado por inte-
beranía con un fundamento deliberativo es reses privados legales e ilegales y cruzado por
precaria por naturaleza y las plenas garantías de transversalidades de diferente naturaleza, y la
los ciudadanos pasan a ser vistas como obstá- voluntad de un Presidente mesiánico con pre-
culos a remover cuando se privilegia por sobre tensiones de eficacia y de mostrar resultados
las demás cosas los propósitos de seguridad y rápidos y contundentes. Ante las inercias de las
triunfo militar. Parecería entonces necesario sus- estructuras burocráticas se presenta una suerte
traerle temporalmente al gobierno liberal su ines- de giro hacia la sustitución de la res publica por
tabilidad constitutiva, para asegurar la vigencia la figura presidencial, lo que tiene el efecto per-
del orden público; es el viejo argumento repu- verso de producir una mayor desinstitucionali-
blicano según el cual para preservar las liberta- zación, en contravía de su promesa electoral de
des hay que restringirlas, y para garantizar la fortalecer el Estado y de ampliar su presencia a
estabilidad democrática se deben suspender, todo el territorio nacional. Para garantizar que
neutralizar, minimizar o ignorar los derechos las órdenes se cumplan y los mandatos se eje-
humanos y ciudadanos. cuten, el Presidente termina por sustituir y re-
Así, las contingencias de una negociación emplazar a funcionarios de diferente rango y por
con las Farc, que parecía estancada y confusa concentrar en torno a su persona una gran par-
desde sus inicios, unida a los miedos de una te de los canales por donde fluye la gestión ins-
sociedad agobiada e intimidada, terminaron por titucional
abrirle la puerta al Cesar, al líder, al hombre pro- El programa de gobierno del doctor Uribe,
videncial, al predestinado para conducir los pue- parecía configurarse con el lenguaje y el voca-
blos al paraíso. Los climas de inestabilidad, con- bulario republicanos: abogar por un Estado fuer-
fusión y violencia difusa son propicios para el te, orientado hacia la protección del bien co-
surgimiento de los mesianismos y el perfil del mún, suscitar el amor a la patria y a la República
actual Presidente se adecuaba perfectamente a en funcionarios y ciudadanos, reinstitucionali-
ese imaginario deseado; se trata de procesos zar las relaciones políticas para evitar las prácti-
distintos que al coincidir en el tiempo se vuel- cas clientelistas y corruptas, optar por un orden
ven modulares y le marcan dimensiones especí- jerárquico donde fuese posible someter a los
María Teresa Uribe de Hincapié

ficas, tanto a las prácticas como al estilo de go- enemigos mediante la fuerza de las armas, pro-
bierno del actual Presidente. mover la estabilidad social y garantizar las con-
Para los propósitos de este ensayo me limi- diciones necesarias para el incremento de la in-
taré a enunciar tres grandes ejes sobre los cua- versión nacional e internacional. No obstante,
les parece conducirse la marcha del Gobierno el republicanismo es un lenguaje político pacifi-
en estos dos años de administración: 1) La cador y busca ante todo fortalecer las estructu-
desinstitucionalización del aparato público y la ras institucionales –la res publica– evitando a toda
despolitización de la sociedad; 2) La política de costa los personalismos y las formas de mando
seguridad y el Ejército como modelo de organi- y obediencia que se salgan de los canales insti-

Presentación 15
tuidos y de las normas jurídicas que los susten- trativas, es decir, sobre la pretendida fortaleza
tan; pero el giro personalista termina por con- del Estado; pues a la larga termina sustituyén-
solidar la figura presidencial al mismo tiempo que dolo y estableciendo una relación directa entre
debilita aún más, si cabe, al Estado. O en otras el Presidente –el hombre providencial– y las
palabras, la retórica republicana se trasforma en masas, sin pasar por la intermediación institu-
otra cosa cuando se enfrenta con las realidades cional y por los canales instituidos para tal rela-
del ejercicio de poder. ción y la institucionalidad; en el mejor de los
El Presidente proyecta una imagen de al- escenarios, termina subordinada a la dinámica
guien que trabaja sin descanso, que está en va- de los compromisos que el Presidente adquiere
rias partes al mismo tiempo, que puede pronun- en los múltiples espacios en los cuales despliega
ciarse y definir sobre los temas más su febril actividad (los consejos comunitarios son
especializados, es él quien deshace los entuer- el ejemplo por excelencia, pero allí no se agotan
tos, soluciona los problemas, “pone la cara” y estas prácticas de gobierno); y en el peor de los
mete en cintura a los ministros, a los militares y escenarios, van dando pie a la configuración de
a los otrora intocables funcionarios de alto ran- estructuras paralelas e informales para la toma
go; valiéndose para ello de los medios de comu- de decisiones que le abren el paso a una situa-
nicación o de las convocatorias donde se reúnen ción prácticamente insostenible: la disputa en-
públicos diversos; es decir, lo hace en público y tre poderes instituidos y poderes instituyentes,
para el público, con lo cual los éxitos del Go- cuya dinámica puede inducir a diversos niveles
bierno no son percibidos por la opinión como el de colapso del Estado y del sistema jurídico.
despliegue de la gestión del Estado sino debido Otro efecto perturbador de estas formas de
a las ejecutorias personales del Presidente; y los gestión y administración, es que las negociacio-
fracasos, recaen casi exclusivamente sobre la nes puntuales, locales y predominantemente
fronda burocrática y las instituciones públicas corporativas le quitan coherencia y sistematici-
sin afectar la popularidad del Presidente dad al diseño de las políticas públicas y, final-
Esto induce a que las diferentes escalas bu- mente, no logra saberse dónde se están discu-
rocráticas, desde los más altos cargos nacionales tiendo y afrontando los grandes problemas que
hasta los más pequeños y locales, aparezcan como aquejan a la sociedad colombiana. Estas prácti-
apéndices o prolongaciones del poder presiden- cas de gobierno refuerzan la fragmentación y la
cial, y los funcionarios como sus obsecuentes amplia diferenciación de la nación colombiana,
servidores y no como los gestores y responsa- que se asemeja más a las viejas estructuras de
bles en primera instancia de las políticas públi- antiguo régimen que a la nación moderna. La
cas. Este giro personalista, alimentado por el pre- intención es establecer contactos directos y sin
sidencialismo que caracteriza el régimen político mediación alguna con grupos, estamentos, et-
colombiano, ha conducido a una aparente esci- nias, vecindarios, gremios, corporaciones y lo-
REELECCIÓN: EL EMBRUJO CONTINÚA

sión entre el Presidente y el Gobierno; éste pue- calidades que negocian diferencialmente sus
de ser percibido como ineficiente, lento, opaco y demandas puntuales con la cabeza de la nación,
sobre esta estructura y sus burocracias recaen es decir, con el Presidente. La microadministra-
las fallas, las ambigüedades y los desaciertos de ción, como la llaman algunos, evita cuidadosa-
la gestión pública. Pero estas situaciones y el des- mente la formación de lo nacional–popular,
gaste propio de toda administración estatal, no como acontece en los populismos de América
salpican al Presidente que mantiene sus altos ín- Latina, Venezuela entre ellos, o la configuración
dices de popularidad y que es quien resuelve, a de una sociedad política o Demos distinta del
juicio de la opinión, todos aquellos asuntos que Estado y que garantice mediante la acción ciu-
la burocracia no logra atender. dadana, los controles necesarios para evitar los
El personalismo mesiánico tiene efectos autoritarismos y los abusos del poder, tal como
muy perjudiciales sobre las estructuras adminis- ocurre en las democracias maduras.

16 Presentación
Este intento presidencial por acotar todo el tivos de mediación, y la alianza tácita entre el
campo de la intermediación institucional y de la Presidente –hombre providencial– y los pueblos,
burocracia pública, no se agota en el aparato de alimentada por estrategias mediáticas muy efec-
Estado, afecta también otras formas de interme- tivas, conducen en el mediano plazo a la muer-
diación política como los partidos, los poderes te de la política: los ciudadanos cambian viejas
locales y regionales, las elites subalternas y algu- lealtades con sus partidos y sus organizaciones
nas organizaciones sociales ligadas con las for- y las anudan en torno al Presidente que los re-
mas tradicionales de hacer política en el país. La presenta a todos, y todos se hacen uno con él,
propuesta inicial del presidente Uribe hacía un transitando muy silenciosamente del pluralismo
énfasis especial en la transparencia de las accio- democrático al unanimismo autoritario. La par-
nes de gobierno, en la meritocracia como criterio ticipación ciudadana queda así restringida a la
para el nombramiento de funcionarios y en la lu- mera gestión en el mundo de las necesidades
cha contra “la politiquería” y la corrupción, salu- fragmentadas y dispersas, y con dificultades sig-
dada con tanto entusiasmo por sus electores. Este nificativas para lograr alguna forma de agrega-
discurso de clara estirpe republicana y acento ción de intereses y demandas; el debate pierde
moralista, significó en la práctica una suerte de sentido, la oposición pasa a ser percibida como
señalamiento, de sindicación y descalificación de peligrosa, se le sustrae a la política su base deli-
los intermediarios políticos tradicionales, aque- berativa y a largo plazo, se asiste muy sutilmen-
llos cuya función era la de servir de correas de te a un nuevo reencantamiento o, en otras pa-
transmisión entre los diferentes grupos locales y labras, a la instauración de una teología política
regionales y el Gobierno central. donde toda disidencia, toda desobediencia y
Es claro que existían razones objetivas para todo disenso pasan a la categoría de delito
dudar de la limpieza administrativa de algunos
funcionarios públicos y para señalar de cliente-
listas a muchos intermediarios acostumbrados, LA POLÍTICA DE SEGURIDAD: ¿UN NUEVO
entre ellos a los representantes de los partidos MODELO DE ORGANIZACIÓN SOCIAL?
tradicionales, pero de allí no podría colegirse que
resultara sano para la democracia anular, sub- La política de seguridad fue, sin dudarlo, el cen-
sumir o reemplazar la intermediación política por tro estratégico del programa de gobierno del pre-
una relación no mediada entre el Presidente y sidente Uribe y su carta de triunfo electoral; de
los pueblos; porque es en el espacio de la ac- su éxito se hacía depender la solución de otros
ción política donde se juegan las cartas de la problemas agobiantes como la pobreza, el des-
democracia, donde se fundamenta el pluralis- empleo, el atraso de la agricultura, la debilidad de
mo y se construye, mal que bien, alguna forma la inversión, la crisis fiscal, el desplazamiento for-
de vida pública. No obstante la intermediación zado y todos los males que en el mundo han sido.
política tradicional sigue teniendo una amplia De allí que resultase prioritario derrotar militar-
capacidad de maniobra y ante la dificultad de mente a las guerrillas, sobre todo a las Farc, que
sustituirlos se acude a la vieja práctica de neu- al parecer tenían una maniobralidad mayor que
María Teresa Uribe de Hincapié

tralizarlos mediante la estrategia de gobernabili- el ELN, y lograr algún acuerdo o negociación con
dad clientelista que el Presidente tanto criticó y los diversos grupos paramilitares, que propusie-
a la que se comprometió a erradicar definitiva- ron desde los inicios del Gobierno un cese al fue-
mente. Las gestiones ante los parlamentarios go. La lucha contra los grandes carteles del nar-
para la aprobación en primera vuelta del pro- cotráfico también estaba en la agenda de la
yecto de reelección son un ejemplo, entre otros, seguridad, se reinscribió en este contexto el Plan
de esta estrategia de neutralización. Colombia, que venía del Gobierno anterior, y una
La desinstitucionalización del aparato pú- eficaz estrategia de extradiciones muy bien vista
blico, el declive de las estructuras y los disposi- por el Gobierno norteamericano.

Presentación 17
Pese a sus diferentes componentes, la polí- podríamos llamar una política bifronte de segu-
tica de seguridad parecía tener un norte muy ridad; mientras se acosaba a la guerrilla, se ade-
claro: se trataba de derrotar a la guerrilla, de lantaban negociaciones con los paramilitares,
acosarla en sus zonas de refugio, de cortarle igualmente involucrados con el narcotráfico, al-
todos sus eventuales nexos con la población gunos de ellos sindicados de delitos atroces y
desarmada, de aislarla de sus corredores de cir- pedidos en extradición; además, éste era el úni-
culación y de sus zonas de abastecimiento y re- co grupo que había aumentado sus efectivos y
clutamiento, así como de los recursos econó- sus recursos en los últimos años; en otras pala-
micos provenientes del tráfico de drogas, de los bras, se contradecían las tesis del propio Go-
secuestros y las extorsiones. Algunas de estas bierno según las cuales, solo debían entablarse
tareas habían sido realizadas por los paramilita- negociaciones con grupos derrotados militar-
res en ciertas regiones, pero se requería un triun- mente pero no con aquellos triunfantes capa-
fo nítido del Estado sobre la subversión; para ces de intimidar y de imponer condiciones one-
ello era necesario fortalecer el Ejército, ampliar rosas en la mesa de diálogo. A su vez, la exigencia
sus efectivos, dotarlo de mejores recursos logís- de suspender hostilidades para iniciar procesos
ticos para librar una guerra en una geografía di- de paz, podía ser en ciertas circunstancias pa-
fícil y poner a funcionar unas estrategias de in- sada por alto en el caso de los paramilitares.
teligencia militar más adecuada, pues éste Las aparentes ambigüedades y paradojas se
parecía ser el talón da Aquiles de la lucha anti- despejan cuando se tiene una perspectiva clara
subversiva. sobre el sentido bélico, contrainsurgente y bi-
La centralidad de la política de seguridad fronte de la política de seguridad; y si bien es
en el plan del gobierno y el horizonte eminente- cierto que en este Gobierno se han realizado más
mente bélico de esta política, orientó buena capturas de paramilitares y narcotraficantes que
parte de los recursos institucionales y presupues- en períodos anteriores, la seguridad parecería
tales del Gobierno y le marcó perfiles claramen- depender de un solo factor: acabar con la gue-
te militaristas a la gestión pública. La obsesión rrilla a cualquier costo. Al costo de recortar li-
era ganar la guerra, y a esto se subordinaba todo bertades públicas y derechos ciudadanos, y de
lo demás, aunque la nominación usada para mantener el clima propicio para la violación de
designar este conflicto armado era más bien di- los derechos humanos, lo que ha convertido a
fusa: se lo nombraba como lucha antiterrorista, Colombia en uno de los países del mundo más
muy en el registro del Gobierno norteamerica- afectados por este flagelo; se ha suscitado una
no después del 11 de septiembre. Esto invisibi- preocupación de primer orden en la comunidad
lizaba el conflicto armado, lo criminalizaba, le internacional, tal como lo demuestran los infor-
quitaba toda referencia política que pudiese te- mes de Naciones Unidas y los boletines de di-
ner y cerraba las puertas a cualquier propuesta versas ONG nacionales e internacionales.
REELECCIÓN: EL EMBRUJO CONTINÚA

de negociación o acuerdo. La seguridad soportada sobre una ofensiva


Sin embargo, las paradojas eran evidentes: militar sin precedentes y la adopción de estatu-
se luchaba una guerra que en palabras del Pre- tos excepcionales para el control del orden pú-
sidente no existía, se utilizaba al Ejército para blico, generó otro tipo de inseguridades, aque-
reducir a quienes eran designados como ban- llas que se producen cuando se restringen las
das de delincuentes y de criminales dedicados garantías legales, se suspenden temporalmente
solo al narcotráfico; lo que planteado en esos los recursos jurídicos normales o se sustituyen
términos parecía más un asunto de policía y de las instancias de investigación judicial por aque-
aplicación del Código Penal que una confronta- llas de carácter militar. Inseguridades que por lo
ción entre hostiles. Además, los criterios para general afectan menos a los hostiles, a los alza-
confrontar a la guerrilla cambiaban cuando de dos en armas contra quienes va dirigida, y más
los paramilitares se trataba, dando paso a lo que a la población desarmada que vive en zonas de

18 Presentación
influencia guerrillera; las detenciones masivas y yores sacrificios para garantizar el orden y de-
los abusos contra ciudadanos no involucrados fender la república de los enemigos que la ase-
son una muestra papable de la inversión de la chan. Es una suerte de ciudadano soldado, una
vieja sentencia: “Quien nada debe todo teme” . ciudadanía que encuentra su sentido en la obe-
La política de seguridad con sus insegurida- diencia y la defensa de las instituciones; para los
des asociadas, contempla otras estrategias béli- republicanos esos son los ciudadanos activos y
cas que van más allá de las habituales; en los los dignos de nombrarse como tales, los otros,
Estados de derecho el Ejército es la institución aquellos que no reconocen obligaciones bélicas
encargada de salvaguardar el orden público y o los que se desentienden de la suerte de la res
de librar las guerras contra los enemigos inter- publica por estar ocupados en sus mundos pri-
nos o externos, pero la propuesta del actual vados, o los que tienen una idea liberal de la
Gobierno es la de convertir la guerra en un asun- separaciones taxativas entre Estado y sociedad
to de todos e involucrar a los ciudadanos, a los civil y de la seguridad como una actividad que
civiles en tácticas de inteligencia militar como la debe ser prestada exclusivamente por el ente
vigilancia, el control y la información sobre lo público, carecerían de virtud y serían algo así
que, a juicio de estas personas, pueda parecer como ciudadanos pasivos, seudo ciudadanos
sospechoso o peligroso. De esta manera se han que despertarían las mayores desconfianzas y
venido expandiendo –con un crecimiento ex- sospechas por su ausencia de compromiso con
ponencial– las redes de informantes en quienes la patria.
descansa ahora una parte significativa de la es- La retórica del actual Gobierno recuerda el
trategia bélica del Gobierno, desdibujándose o republicanismo virtuoso, pero en la práctica se
diluyéndose la línea divisoria entre lo institucio- aleja de sus presupuestos, pues los informantes
nal (el Ejército) y lo social (el ciudadano). y colaboradores son recompensados económi-
Estos ciudadanos cooperantes, que se im- camente, lo que haría primar el interés particu-
brican con el Ejército y con los organismos de lar sobre el público. A su vez, nada más alejado
seguridad, perfilan el despliegue de lo que po- de la virtud que acusar de manera infundada o
dríamos llamar la sociedad vigilada, donde las con indicios subjetivos a sus conciudadanos o
confianzas entre vecinos, las viejas lealtades so- usar este recurso para saldar viejas disputas,
lidarias y las tramas de sociabilidad se fracturan, vengarse de algún enemigo personal, hacerse
se disuelven, se atomizan, porque cualquiera perdonar delitos anteriores o deshacerse de ve-
puede ser el enemigo, cualquiera puede ser el cinos incómodos e inoportunos; situaciones
informante y en este contexto de sospechas muy frecuentes en las prácticas de estas redes
mutuas declinan las acciones colectivas, la deli- de informantes, lo cual incrementa al máximo
beración pública, la organización social y termi- las inseguridades de la política de seguridad.
na imperando el silencio y el retraimiento de los Lo que sí resulta novedoso es lo que subya-
individuos hacia la esfera privada y doméstica; ce a esta estrategia de incorporar a los civiles en
ésta es otra manera de contribuir a la muerte de tareas militares de vigilancia y control, pues de
la política y a la desinstitucionalización del apa- alguna manera la imagen que se proyecta es la
María Teresa Uribe de Hincapié

rato estatal. de una sociedad movilizada para la guerra, or-


La estrategia de los cooperantes recuerda ganizada en torno a un centro desde el cual
la tesis republicana del ciudadano virtuoso y ar- emanan los mandatos y las prohibiciones, iden-
mado; para esta corriente política, la virtud con- tificada en el propósito común de derrotar a la
siste en el amor a la patria y la obediencia a la guerrilla; una sociedad disciplinada, orgánica,
república; el ciudadano virtuoso es aquel que unida y obediente de las ordenes superiores.
pone sus deberes para con la patria por encima Esta imagen de sociedad vigilada y vigilante que
de sus derechos, el que es capaz de ofrendar su parecería organizada a la manera de un ejército
vida, de derramar su sangre y de hacer los ma- y constituida por ciudadanos–soldados, se aleja

Presentación 19
considerablemente de las sociedades civiles fuer- donde los elementos nacionalitarios no son su-
tes, pluralistas, deliberantes, participativas, con ficientemente sólidos para construir sobre ellos
capacidad de movilización política y de incidir y identidades fuertes, para que contribuyan a la
transformar, por medios pacíficos, las decisio- cohesión social y a la conformación de nexos
nes de los gobiernos, tal como se diseñó en la permanentes y duraderos entre las gentes, al
Constitución Política de 1991. tiempo que fortalecen las lealtades ciudadanas
Cuando se mencionan los rasgos militaris- con el Estado y legitiman los regímenes políti-
tas del actual Gobierno no se alude, como pu- cos. Además, los patriotismos adquieren signifi-
diera pensarse, al despliegue de la Fuerza Públi- cación en aquellos países que han vivido proce-
ca, a su propósito de copar todo el territorio sos de descolonización, que han sufrido
nacional, a sus soldados campesinos, a sus ope- agresiones o guerras internacionales o que han
raciones punitivas contra” los santuarios” de la padecido guerras civiles, aunque en estos ca-
guerrilla, a la proliferación de batallones de alta sos, cada uno de los bandos enfrentados se dice
montaña y al incremento de sus recursos logís- defensor de la patria contra sus contrarios cali-
ticos; es decir, a la guerra convencional sino a ficados por ellos como apátridas.
esa tendencia sutil pero persistente de modelar Los nacionalismos reivindican la etnia y el
la sociedad bajo los parámetros de la milicia y territorio; los patriotismos, la sangre y los muer-
para convertir al ciudadano en un combatiente tos. Y aunque los primeros han cargado con la
con compromisos y obligaciones en los escena- peor fama, merecida en muchos casos, los pa-
rios bélicos. triotismos no son menos violentos, autoritarios
y excluyentes.
Los nacionalismos y los patriotismos sopor-
EL GIRO PATRIÓTICO O LA BÚSQUEDA DE UN tan usos políticos muy importantes, porque no
FUNDAMENTO NO DELIBERATIVO PARA LA apelan a la razón, a la reflexión, a la evaluación
CONSERVACIÓN DEL ORDEN de medios y fines, al cálculo y la previsión o a
una visión secularizada de los propios intereses
El advenimiento del actual Gobierno trajo con- para definir las preferencias políticas o los apo-
sigo una proliferación inusitada de símbolos pa- yos a los gobiernos; sino que tocan la esfera de
trióticos; las banderas enarboladas en los más los sentimientos sin pasar por consideraciones
diversos lugares y medios de transporte, los co- de otro tipo. El patriotismo o el amor a la patria
lores patrios reproducidos en prendas de vestir, se hace equivalente a la pertenencia familiar y
en maquillajes de cara y cuerpo, en pulseras, se identifica con unos lazos afectivos que con-
manillas y gallardetes; la mano en el pecho du- gregan en torno a “la madre patria” a todos los
rante la entonación de himnos, el fervor por los ciudadanos unidos por nexos de fraternidad.
las grandes batallas, los héroes de la indepen- El patriotismo no requiere de razones o jus-
REELECCIÓN: EL EMBRUJO CONTINÚA

dencia y el Ejército libertador, y lo que es más tificaciones, no es deliberativo, no se soporta


significativo, la palabra patria que había estado en pactos, contratos o consensos, es un senti-
relegada por muchas décadas al cajón de las miento indentitario que convoca un imaginario
antigüedades, se volvió a incorporar a los dis- de unidad y cohesión. El sentimiento patriótico
cursos públicos y al vocabulario del Presidente, es la mayor de las virtudes ciudadanas, al me-
sustituyendo otras nociones que si no son equi- nos eso pensaban los republicanos, y sella un
valentes, habían servido para denominar lo que compromiso sagrado, inalterable e irrevocable,
ahora se nombra con esta palabra mágica, tales entre el ciudadano y el Estado, entre el pueblo y
como nación, república, país, estado, sociedad, el Gobierno, ofreciendo al mismo tiempo un fun-
pueblo, entre otras. damento diferente a la razón para garantizar la
Los patriotismos son sustitutos de los na- legitimidad y asegurar las relaciones de mando
cionalismos, se despliegan en aquellos países y obediencia. El patriotismo ofrece pues un punto

20 Presentación
fijo, revestido de sacralidades para unificar po- ción; la tendencia a entrar en tratos, en acuer-
blaciones altamente diferenciadas y fragmenta- dos sustentados en la fuerza militar o en la inti-
das, y resulta muy útil para comprometer a las midación. Este Gobierno, armado con la retóri-
gentes con propósitos bélicos que involucren de ca del republicanismo patriótico y con una
alguna manera la salvación de la patria o que decisión firme y tozuda de ponerle fin a una gue-
evoquen peligros para la unidad de la sociedad rra de larga duración por la vía de la derrota de-
El giro patriótico en las retóricas y los len- finitiva del enemigo, suscita varios interrogan-
guajes del actual Gobierno, resulta perfectamen- tes hacia el futuro: ¿Las tendencias
te coherente con sus políticas de seguridad; es desinstitucionalizantes, mesiánicas, militaristas
la estrategia en el campo de la cultura, de los y patrióticas están destinadas a durar y a dejar
símbolos, los signos y de las representaciones huellas definitivas en el modelo de Estado, en el
colectivas, para legitimar la guerra; para justifi- tipo de régimen político, en las prácticas de los
car ante públicos muy diferentes su moralidad, ciudadanos? O por el contrario, ¿las trasversali-
su inevitabilidad y su necesidad; para conven- dades, la competencia entre los sectores políti-
cer a las gentes sobre la inutilidad y el riesgo cos, las iniciativas democráticas y pacifistas ter-
que significaría abrirle paso a otros procederes minarán por marcarle otros rumbos a la vida
como la negociación o los acuerdos humanita- colombiana?
rios. Pero al mismo tiempo, los discursos y sím-
bolos patrióticos conmueven a los públicos, to-
can la esfera de los sentimientos y los afectos y
crean los climas necesarios para comprometer-
los a todos con un propósito que sin el giro pa-
triótico sería mucho más difícil de defender.
Sin embargo, es muy prematuro todavía
dilucidar hasta qué punto este giro patriótico va
a consolidar identidades y lealtades con el Go-
bierno y sus políticas, o si los símbolos adopta-
dos se van a quedar en la superficialidad de las
modas y, desligados de su sentido, pierdan efi-
cacia; o que los discursos que los sustentan sean
sustituidos por otros, cuando el péndulo de la
historia colombiana se sitúe de nuevo del lado
de los acuerdos de paz, de las propuestas de
negociación y de los lenguajes de reconciliación
y perdón, o cuando la guerra pierda sus conte-
nidos heroicos y patrióticos y pase a ser vista
como lo que es: el gran desastre humanitario. María Teresa Uribe de Hincapié

UNA PEQUEÑA CODA…. PARA TERMINAR

El actual Gobierno rompe con varias de las tra-


diciones en la política colombiana; la del Estado
débil, la práctica de usar la violencia, más para
intimidar que para liquidar definitivamente al
enemigo; la combinación aleatoria entre la gue-
rra y la política o entre las armas y la negocia-

Presentación 21

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