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Los dilemas de la política

del reconocimiento en México

Charlynne Curiel
Jorge Hernández-Díaz
Holly Worthen
(coordinadores)

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA BENITO JUÁREZ DE OAXACA


INSTITUTO DE INVESTIGACIONES SOCIOLÓGICAS
JUAN PABLOS EDITOR
México, 2015
La publicación de este libro se financió con recursos del Programa de
Fortalecimiento de la Calidad en Instituciones Educativas (PROFOCIE)
2014.

Los dilemas de la política del reconocimiento en México / Charlynne


Curiel, Jorge Hernández-Díaz y Holly Worthen, coordinadores. - - Mé-
xico : Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca : Juan Pablos
Editor, 2015
1a. edición
270 p. : ilustraciones ; 14 x 21 cm
ISBN: 978-607-711-329-4
T. 1. Mujeres en la política - México T. 2. Indios - Derechos
políticos - México

HQ1236.5M6 L67

LOS DILEMAS DE LA POLÍTICA DEL RECONOCIMIENTO EN MÉXICO


de Charlynne Curiel, Jorge Hernández-Díaz y Holly Worthen
(coordinadores)
Primera edición, 2015
D.R. © 2015, Charlynne Curiel, Jorge Hernández-Díaz
y Holly Worthen (coordinadores)
D.R. © 2015, Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca
Instituto de Investigaciones Sociológicas
Av. Universidad s/n Exhacienda de Cinco Señores
68120, Oaxaca de Juárez, Oaxaca
D.R. © 2015, Juan Pablos Editor, S.A.
2a. Cerrada de Belisario Domínguez 19
Col. del Carmen, Del. Coyoacán, 04100, México, D.F.
<juanpabloseditor@gmail.com>

Diseño de portada: Daniel Domínguez Michael


ISBN: 978-607-711-329-4 Juan Pablos Editor
Esta investigación, arbitrada por pares académicos,
se privilegia con el aval de la institución coeditora.
Impreso en México
Reservados los derechos
Juan Pablos Editor es miembro de la Alianza
de Editoriales Mexicanas Independientes (AEMI)
Distribución: TintaRoja <www.tintaroja.com.mx>
ÍNDICE

“QUE 20 AÑOS NO ES NADA”.


LOS SISTEMAS NORMATIVOS EN OAXACA:
UNA POLÍTICA DEL RECONOCIMIENTO A LA MEXICANA
Charlynne Curiel 11
Introducción 11
Una política de reconocimiento a la mexicana 13
Cuatro lustros de producción académica
sobre los sistemas normativos internos
en Oaxaca 20
La oposición entre los sistemas normativos
internos y el derecho positivo 23
La vulnerada autonomía municipal 28
Conflictos electorales y poselectorales:
decisiones locales, partidos políticos
e instancias estatales 29
Las minorías dentro de las minorías 32
Los efectos de la migración
en los sistemas normativos internos 33
La participación femenina
en los sistemas normativos internos 35
Para finalizar 38

JUZGANDO EN FAVOR DE LA PARTICIPACIÓN


DE LAS MUJERES: LOS TRIBUNALES ELECTORALES FEDERALES
Y LA ACCIÓN AFIRMATIVA PARA LA IGUALDAD
DE GÉNERO EN OAXACA
Holly Worthen 47
La transición democrática y la participación política
de las mujeres en México 49

[7]
8 ÍNDICE

Oaxaca: mujeres indígenas y su participación política


en los sistemas normativos internos 54
Las sentencias judiciales sobre las mujeres
en sistemas normativos internos en Oaxaca 58
Guevea de Humboldt: exclusión total
de las mujeres 63
San Bartolo Coyotepec: la acción afirmativa
para las mujeres en sistemas normativos
internos 69
Ánimas Trujano 76
Santo Domingo Nuxaá: propietarias
y suplentes deben ser del mismo sexo 78
San Antonio de la Cal: progresividad
con la participación de las mujeres 85
San Miguel Tlacotepec: tres contra 1 232 87
Tepelmeme Villa de Morelos 94
El debate actual más allá de las comunidades 98
Asuntos para seguir examinando 101

CONTRASTES DE LAS POLÍTICAS DEL RECONOCIMIENTO:


CONURBACIÓN Y ESENCIALISMO COMUNITARIO
EN UN ÁREA METROPOLITANA
Jorge Hernández-Díaz 111
Introducción 111
Oaxaca: la formación de la zona conurbada 115
Afiliaciones confrontadas: oriundos y avecindados 119
Para concluir 134

LA CONSTRUCCIÓN DEL “NOSOTROS” EN LA ORGANIZACIÓN


SERVICIOS DEL PUEBLO MIXE (SER). SIGNIFICADOS
E IDENTIDAD A PARTIR DE LA LUCHA INDÍGENA EN OAXACA
Ivy Jacaranda Jasso Martínez 137
Introducción 137
El contexto de reconocimiento 140
La discusión de las identidades 143
El “nosotros” a partir de los “otros” 145
Nombrarse para existir 149
Valores que caracterizan el “nosotros” 152
El “nosotros” como unidad supracomunitaria 155
Marcadores de identidad étnica 156
El idioma 156
ÍNDICE 9

Vestido y vestimenta 158


Formas de vida. Sistema de cargos y autoridades 159
Sangre 160
Espacios de expresión identitaria 161
Diferencias internas en el “nosotros” 162
Conclusiones 164

TOMANDO ATAJOS: EL CONCEPTO DE MASCULINIDAD


DENTRO DEL MARCO SOCIAL DE LOS SISTEMAS
NORMATIVOS INTERNOS
Jorge Hernández Díaz y Evelyn Puga Aguirre-Sulem 167
Introducción 167
Desencapsulando el concepto de masculinidad
y los devenires de ser hombre en México 170
Masculinidades en el contexto de los sistemas
normativos internos 173
El rol de la migración y la preparación académica
en la construcción de las masculinidades en
el contexto de los sistemas normativos internos 177
Migración 177
El rol de las remesas sociales 181
Preparación académica 183
Luchando por conservar la hegemonía: la tradición
contra las nuevas maneras de entender
la masculinidad 187
Conclusión 191

LA AMENAZA DE “TERMINAR CON LA COSTUMBRE”.


MIGRACIÓN Y RECREACIÓN DE LOS SISTEMAS NORMATIVOS
INTERNOS EN LA MIXTECA
Charlynne Curiel 195
Introducción 195
El movimiento social y las organizaciones
sociales en Oaxaca 199
La Mixteca de Oaxaca: migración y política
de la costumbre 201
La presencia y organización de los migrantes
en Tlacotepec 203
Sujetos de la migración y de la costumbre 208
El jornalero, migrante, activista y líder 209
10 ÍNDICE

El profesor, líder magisterial, diputado


y autoridad municipal 212
La propuesta por “terminar con la costumbre” 216
El surgimiento de la asamblea, la reivindicación
del sistema de cargos y la reorganización de
las elecciones 221
La reinvención de la tradición… electoral 225
La política de la costumbre y de la migración 231

ANEXO 236

BIBLIOGRAFÍA 239

SOBRE LOS AUTORES 269


JUZGANDO EN FAVOR DE LA PARTICIPACIÓN
DE LAS MUJERES: LOS TRIBUNALES ELECTORALES
FEDERALES Y LA ACCIÓN AFIRMATIVA
PARA LA IGUALDAD DE GÉNERO EN OAXACA

Holly Worthen*

Desde la legalización de los sistemas normativos internos (SNI)


en Oaxaca, el tema de la participación política de las mujeres ha
sido un aspecto clave en el debate sobre el reconocimiento de
formas alternativas de votar y ser votado en el ámbito comuni-
tario. Los argumentos en contra de las reformas para establecer
elecciones municipales por “usos y costumbres” destacaron que las
mujeres podrían sufrir situaciones de discriminación, dado que
elecciones por costumbre podrían legalizar prácticas políticas
en las cuales las mujeres permanecen ausentes o son rechaza-
das dado su rol histórico como minorías internas (Kymlicka, 1995;
Moller Okin, Gilman, Halley et al., 1999).
Los argumentos en favor de la legalización de formas alterna-
tivas de definir y ejercer la participación política comunitaria
demostraron que el reconocimiento de los derechos colectivos es
parte importante de la lucha para la autonomía colectiva e indi-
vidual de las mujeres indígenas (Gutiérrez y Palomo, 2000; véase
discurso de la comandanta Esther en Speed, Hernández Castillo
y Stephen, 2006). Con el paso de los años, este debate no sólo no
se resuelve, sino que se hace más y más relevante. De hecho hoy,
a veinte años de la legalización, los roles de las mujeres dentro de
los sistemas normativos internos han llegado a ser un creciente
punto de tensión y de conflicto tanto en el ámbito intramunicipal
como en la relación Estado-comunidad.
En este capítulo, a través de una revisión de conflictos pose-
lectorales referentes al tema de la participación de las mujeres,
pretendo analizar estas crecientes tensiones sobre los roles de
las mujeres en los municipios regidos por sistemas normativos

* Instituto de Investigaciones Sociológicas de la Universidad Autó-


noma Benito Juárez de Oaxaca.

[47]
48 HOLLY WORTHEN

internos. Aunque los conflictos poselectorales son comunes en


Oaxaca (Eisenstadt, 2007), recientemente se ha visto un aumento
de aquellos en los que se alude a la discriminación política hacia
las mujeres como la razón formal para impugnar los resultados
de las elecciones municipales ante los tribunales electorales. En
particular, analizo siete casos en los cuales las impugnaciones
fueron consideradas hasta los tribunales electorales federales. El
hecho de que siete casos relacionados con la participación po-
lítica de la mujer en sistemas normativos internos llegaran a los
tribunales federales, y cinco a la Sala Superior (el máximo tribunal
electoral en el país), no tiene precedente. El caso de San Barto-
lo Coyotepec, resuelto en favor de los derechos de las mujeres en
marzo de 2014, fue el primero en que la Sala Superior dictó
sentencia sobre el derecho de las mujeres a ser votadas (Bustillo
Marín y García Sánchez, 2014).
Considero que un análisis de estos casos por medio de una
revisión de documentos legales, sentencias de los tribunales,
acuerdos gubernamentales y reportajes periodísticos ofrece un
panorama más amplio de varios aspectos en la cambiante rela-
ción entre mujeres, Estado y comunidad. Primero, demuestra
la perspectiva “oficial” del Estado (en los niveles federal como
estatales) sobre los derechos de las mujeres y la igualdad de gé-
nero. Eso, como argumento más adelante, tiene que ver con una
cierta concepción sobre cómo reconfigurar el rol de la mujer
indígena en la época actual y los constantes intentos por cons-
truir un Estado mexicano “moderno” y democrático. Segundo,
presenta (aunque de forma limitada) los argumentos legales y
jurídicos que los miembros de la comunidad (hombres tanto como
mujeres) pueden utilizar para impugnar elecciones locales. Por
lo tanto, demuestra cómo los mismos actores intentan interac-
tuar con las estructuras legales para emparejar, cambiar o re-
chazar lógicas comunitarias de participación en nombre de la
igualdad de género. En conjunto, un análisis de estos dos aspec-
tos ayuda a entender cómo el asunto de la participación de las
mujeres en los sistemas normativos internos no es solamente
otra forma de impugnar elecciones municipales, sino que es un
importante espacio en el cual se están reconfigurando los límites
y alcances de los derechos colectivos, la política de reconocimien-
to y el rol del Estado mexicano.
Para explorar estos asuntos, primero me adentro en la litera-
tura sobre democracia y participación política de las mujeres,
JUZGANDO EN FAVOR DE LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES 49

presentando brevemente el contexto actual de dicha participa-


ción en México. Luego, me enfoco en el tema de las mujeres y la
participación política en los municipios regidos por sistemas nor-
mativos internos en Oaxaca. Posteriormente, presento los casos
que han llegado a los tribunales electorales federales, para con-
cluir analizando las consecuencias de las sentencias dadas en el
debate actual de la reciente reforma política estatal.

LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA Y LA PARTICIPACIÓN POLÍTICA


DE LAS MUJERES EN MÉXICO

El tema de la participación política de las mujeres ha sido de gran


importancia en las últimas décadas con la transición democrá-
tica en México.1 La llegada de un presidente del Partido Acción
Nacional (PAN) en 2000 demarcó la importante alternancia par-
tidaria que empezó en gran medida en los ochenta. Aunque las
explicaciones de esta transición son numerosas y debatidas, para
fines de este estudio se hace énfasis en el rol que las mujeres han
jugado en la marcha hacia la democracia en México (Ortiz-Or-
tega y Barquet, 2010). Muchas mujeres se han enfocado en pro-
mover la legislación e institucionalización en favor de la igualdad
de género, reivindicando el argumento de que los derechos de las
mujeres son fundamentales en cualquier sociedad democrática.
En lo que denomina Espinosa Damián (2009) “feminismo civil,”
muchas activistas han incidido en las políticas institucionales
—la legislación federal y estatal y las agendas de las políticas pú-
blicas, tanto como los acuerdos internacionales— para establecer
mecanismos legales y estructurales que aseguren que la formación
de la democracia en México incluya la perspectiva de género.2
Los logros han sido numerosos, pero no fáciles: en las últimas
décadas, México ha visto un incremento en las leyes que intentan

1
El concepto de “transición democrática” es debatido. Véanse Wol-
denberg (2012); Labastida Martín del Campo, Camou y Luján Ponce
(2001) y Schedler (2001).
2
Espinosa Damián cuestiona el impacto del enfoque en el ámbito
institucional, argumentando que al mismo tiempo que existen más
leyes en favor de la igualdad, el movimiento del feminismo civil, en bús-
queda de financiamiento y con la esperanza de incidencia en círculos
de poder, ha dejado a un lado los reclamos de las mujeres desde abajo.
50 HOLLY WORTHEN

promover los derechos de las mujeres y las instituciones dedica-


das al tema (Medina Espino, 2010; Rodríguez, 2003). Por ejem-
plo, se abrió el Instituto Nacional de la Mujer en 2001, se creó la
Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres en 2006,
y la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de
Violencia en 2007.
Un importante aspecto de estas leyes ha sido el enfoque sobre
la participación política de las mujeres en condiciones de igual-
dad respecto de los hombres. En ellas se incluye la obligación de
fomentar la participación y representación de las mujeres en los
partidos políticos, los cargos públicos y el servicio civil (Medina
Espino, 2010). También se califica como conducta discrimina-
toria la negación de los derechos a la participación política en
su modalidad de votar y ser votada y de poder participar en pro-
gramas de gobierno.
Aunque el movimiento para fortalecer la igualdad de género en
los ámbitos públicos ha surgido en un contexto de democrati-
zación en México, refleja un entorno global en el cual se ven los
alcances institucionales de las agendas feministas. Lo que Halley
et al. (2006) han denominado governance feminism es la incorpora-
ción de temas relacionados con la igualdad de género en los ám-
bitos jurídicos y políticos a escala global, en gran parte gracias
a la creciente influencia de las organizaciones de la sociedad civil
en foros internacionales y a los procesos de negociación de tra-
tados internacionales. Aunque Halley critica que las ideas femi-
nistas institucionalizadas a veces promuevan acciones que no
necesariamente siguen valores feministas (por ejemplo fortale-
cer el poder del Estado para sancionar y castigar con mano dura
en lugar de generar mejores relaciones igualitarias), es innega-
ble que el governance feminism ha cambiado las reglas del juego
para la igualdad de género en el nivel internacional.
Sin duda las políticas provocadas por el governance feminism
han influido mucho en las estrategias del movimiento de femi-
nismo civil en México. Los tratados internacionales, los casos de
la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), y las reco-
mendaciones de la Convención para la Eliminación de todas las
Formas de Discriminación contra las Mujeres (CEDAW, por sus si-
glas en inglés) han jugado un rol muy importante en la forma
en que los poderes legislativos, ejecutivos y judiciales han de-
sarrollado e implementado iniciativas públicas en nombre de la
igualdad de género. Su incidencia en el tema de los derechos po-
JUZGANDO EN FAVOR DE LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES 51

líticos de las mujeres es evidente, sobre todo, en las medidas


para implementar las cuotas de género y en la acción afirmativa
impuesta por los tribunales electorales que han hecho de estas
cuotas una realidad.
Las cuotas de género son un fenómeno creciente en el mun-
do y en América Latina (Baldez, 2004; Caul, 2001; Franceschet,
Krook y Piscopo, 2012; Krook, 2006) y México no es la excepción.
Poco a poco en las últimas décadas las leyes sobre la cuotas de
género para legisladores se han ido fortaleciendo (Baldez, 2007;
Medina Espino, 2010). Estos intentos empezaron en 1993 con mo-
dificaciones al Código Federal de Instituciones y Procedimientos
Electorales (Cofipe) para advertir que las mujeres deben parti-
cipar como candidatas legislativas y para dar pauta a la acción
afirmativa en favor de dicha participación. Tres años después se
modificó una sección en la cual se hizo la recomendación a los
partidos políticos de que un máximo de 70% de sus candidatos de-
bían ser del mismo sexo. En 2002 esta recomendación se convir-
tió en ley para las candidaturas propietarias, con la regulación
de que uno de cada tres candidatos de representación propor-
cional debían ser mujeres. Cinco años después, esto se modificó
para aumentar el número de mujeres de 30 a 40% para llegar a
la paridad. Sin embargo, el código electoral seguía con un “vacío
clave”: no aplicaría si había una elección primaria (Aparicio Cas-
tillo, 2011). También se dio el fenómeno de las “Juanitas”: “mu-
jeres que renunciaron a su cargo como diputadas electas para
ceder su lugar a los varones suplentes por acuerdos y como
respuesta a intereses políticos de los dirigentes de los partidos
políticos” (Rodríguez Peñaloza, Arriaga Álvarez y Ángeles Cons-
tantino, 2013:51). En 2011 se modificó el código nuevamente
para aplicar una cuota de 50/50.3
Esta legislación es importante, pero no tiene gran valor si el
Poder Judicial no la interpreta de una forma que promueva los
derechos políticos de las mujeres. En este caso, el tema de las cuo-
tas se ha fortalecido por medio de las interpretaciones del Poder
Judicial, tanto de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
como del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Las resoluciones por parte de los tribunales han interpretado

3
Eso es algo que México orgullosamente aclama como un avance en
su informe sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio en 2013; véase:
<http://200.23.8.225/odm/doctos/ResInfMex2013_ing.pdf>.
52 HOLLY WORTHEN

estas leyes con un énfasis en la acción afirmativa. Es decir, usan


las sentencias judiciales como una medida temporal para me-
jorar la histórica discriminación en contra de las mujeres y
promover la igualdad de género.4 La Suprema Corte en 2001 dio
una interpretación en favor de la legalidad de las cuotas y en 2011
el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación puso
fin a las “Juanitas” al determinar que el propietario y su suplente
deben ser del mismo sexo para los legisladores federales (Baldez,
2004; Rodríguez Peñaloza et al., 2013).
Las iniciativas para juzgar con perspectiva de género son re-
sultado de varias acciones. Una, como ya mencioné, es la lucha
dentro del feminismo civil. Pero también de manera importante
provienen de las medidas de reparación ordenadas por la Cor-
te Interamericana de Derechos Humanos en tres casos del pe-
riodo 2009-2010 en los cuales determinó que el Estado mexicano
juega un rol activo en perpetuar la discriminación estructural
y la violencia en contra de las mujeres (Suprema Corte de Justi-
cia de la Nación, 2013). En el primer caso, denominado Campo
Algodonero, la Corte determinó que el Estado no hizo justicia
al no investigar y sancionar el asesinato y mutilación de tres mu-
jeres en Ciudad Juárez.5 En los otros dos casos, mujeres indí-
genas fueron violadas y/o torturadas por elementos del ejército
mexicano.6 Para responder a la sistemática discriminación con-
tra las mujeres en procesos judiciales, la Corte ordenó que:

El Estado continúe implementando programas y cursos perma-


nentes de educación y capacitación en: i) derechos humanos
y género; ii) perspectiva de género para la debida diligencia
en la conducción de averiguaciones previas y procesos judi-
ciales relacionados con discriminación, violencia y homicidios
de mujeres por razones de género, y iii) superación de estereo-

4
Baldez (2004) argumenta que los tribunales pueden jugar un rol
importante en la implementación de cuotas de género, especialmente
dado el contexto de democratización en América Latina, donde muchas
veces los tribunales intentan demostrar su independencia frente al
Poder Legislativo.
5
Corte IDH (2009).
6
Fernández Ortega y otros versus México: Sentencia de 30 de agos-
to de 2010, y Rosendo Cantú y otra versus México: sentencia de 31 de
agosto de 2010.
JUZGANDO EN FAVOR DE LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES 53

tipos sobre el rol social de las mujeres (Corte IDH, 2009, para.
541).

Como respuesta a este mandato, la Suprema Corte de Jus -


ticia de la Nación, por medio de su Unidad de Igualdad de Género
(creada en 2008), instaura en julio de 2013 el Protocolo para Juz-
gar con Perspectiva de Género. Basado en un diagnóstico reali-
zado en los tribunales, intenta educar a los magistrados sobre la
perspectiva de género y el marco jurídico internacional y nacio-
nal relativo al tema, así como sobre la responsabilidad que los
tribunales tienen en la construcción de la igualdad y la democra-
cia. De esta forma, propone que los tribunales deben también
promover la acción afirmativa.
El reporte dice:

Las resoluciones y sentencias con perspectiva de género for-


man parte de una estrategia que combate la impunidad, la
discriminación y la desigualdad, y envían un mensaje de que
las violaciones a los derechos humanos se previenen, reconocen
y reparan. De esta manera, el quehacer jurisdiccional asu-
me un papel activo en las transformaciones necesarias para
la consecución de una sociedad en donde todas las personas
estén en condiciones de diseñar y ejecutar un proyecto de vida
digna (Suprema Corte de Justicia de la Nación, 2013:137).

Por medio de las cuotas de género y de las subsecuentes sen-


tencias jurídicas, la paridad de género llega a ser una realidad
en México, sobre todo en las candidaturas para legisladores fe-
derales y estatales. Sin embargo, hay un ámbito donde se ha iden-
tificado que todavía falta la presencia formal de mujeres en la
política: el nivel municipal. Recientemente, el tema de la paridad
se ha enfocado en los ayuntamientos. El TEPJF dio sentencias
para la paridad horizontal (que en los partidos políticos el número
de candidatos para presidentes municipales sea 50/50 dentro de
la entidad) y para la paridad vertical (que hay 50/50 en las pla-
nillas por ayuntamiento) (Flores, s.f.). Sin embargo, los munici-
pios regidos por sistemas normativos internos son caso aparte.
¿Cómo se puede dictar la equidad de género en ellos? Como
veremos, ahora los tribunales están también incidiendo sobre la
participación de las mujeres en las elecciones municipales por
sistemas normativos internos, donde se permiten elecciones lo-
54 HOLLY WORTHEN

cales por medio del ejercicio de la costumbre y la tradición en


lugar del sufragio universal.

OAXACA: MUJERES INDÍGENAS Y SU PARTICIPACIÓN POLÍTICA


EN LOS SISTEMAS NORMATIVOS INTERNOS

En general, la participación de las mujeres en el nivel munici-


pal en México es el talón de Aquiles para el avance de la equidad
de género en puestos públicos (Barrera Bassols, Massolo, y Agui-
rre Pérez, 2004; Lamas, 2009). En 2012, solamente 7% de los 2 456
municipios tenían a una mujer como presidenta (PNUD). Como
dice Barrera Bassols (2003):

Es sabido que el nivel local de gobierno es aquel con el que las


mujeres tienen mayor cercanía y relación desde su rol de ma-
dres-esposas, estrechamente ligado con las necesidades de la
reproducción en el ambiente familiar, vecinal y comunal. Es
por eso que se dice que el espacio municipal es el más accesible
para ellas. Sin embargo, actualmente en nuestro país vivimos
la paradoja de la particular cerrazón de las estructuras locales
de gobierno respecto a las mujeres (Bassols, 2003:1-2).

Oaxaca juega un rol importante en las cifras de participación


municipal, dado que tiene el mayor número de municipios en el
país: 570, casi una cuarta parte de los municipios en general. En
Oaxaca, sin embargo, los porcentajes son más bajos que el prome-
dio nacional. En 2012, fueron 3.1% las presidentas municipa-
les (debajo del nivel nacional de 7%). Dividido entre los municipios
regidos por partidos políticos y los gobernadores por sistemas
normativos internos, solamente ocho municipios regidos por sis-
temas normativos internos tenían presidentas municipales en
2014 (2%), a diferencia de nueve municipios conducidos por
partidos políticos (6%) donde fueron electas mujeres en ese car-
go (cálculos basados en información en Hernández Díaz, 2014).7

A pesar de que el número de mujeres electas como presidentas mu-


7

nicipales sigue siendo muy bajo en el estado y especialmente en los muni-


cipios de sistemas normativos internos, el número de mujeres como
integrantes de los ayuntamientos va en aumento. En 2004, solamente
56 de estos municipios de sistemas normativos internos (SNI) registra-
ron mujeres en sus ayuntamientos, un número que ha incrementado
a 113 municipios en 2013 (IEEPCO, documento).
JUZGANDO EN FAVOR DE LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES 55

Más preocupantes son las estadísticas, no solamente sobre la


baja participación de mujeres dentro de cargos electos en los sis-
temas normativos, sino el hecho de que en muchos municipios
las mujeres no votan. Hernández Díaz (2014) estima que en 95
municipios del estado, como parte de la norma local, las mujeres
no participan en la designación de las autoridades municipa-
les. Sin embargo, dada la diversidad de formas de participación
en cada municipio, no se puede generalizar tan fácilmente el
estatus de la participación de las mujeres en los sistemas norma-
tivos internos. Como señalan varios autores (Hernández Díaz,
2014; Velásquez, 2004a) hay municipios donde las mujeres no
votan, pero cumplen con cargos comunitarios. Hay otros donde
no desempeñan cargos, pero sí votan en la asamblea y otros mu-
nicipios donde votan y son votadas. En varias comunidades
solamente mujeres solteras participan en asambleas y en car-
gos, mientras que en algunos hay asambleas generales de mujeres.
Una variedad de estudios ha destacado las dificultades que
enfrentan las mujeres para su participación en sistemas norma-
tivos internos. Vázquez (2011a) identifica cuatro modos de discri-
minación. El primero es vertical (la pirámide); en él las mujeres
ocupan cargos, pero usualmente son los menos importantes en
la comunidad, o los cargos de la base de la pirámide: “En esta pi-
rámide, los que mandan (los concejales del ayuntamiento) son en
su mayoría hombres; las que ayudan a mandar son mujeres; y
las que participan pero casi no mandan son en su mayoría mujeres”
(Vázquez, 2011a:192, cursivas nuestras). El segundo es discrimi-
nación “horizontal,” o la forma en que los cargos están segrega-
dos según estereotipos de género: las mujeres ocupan cargos en
aspectos “femeninos” que tienen que ver con la familia y asuntos
como salud y educación, pero no de seguridad, bienes comu-
nales o temas vistos como masculinos. El tercero es la discrimina-
ción por estado civil (contra las mujeres con pareja). Es común
que mujeres casadas tengan menos acceso a las asambleas y
a la tenencia de la tierra, dado que al unirse con sus esposos, ellos
se convierten en los jefes del hogar y representan a sus fami-
lias frente a la comunidad. El último modo es “la discriminación
sin adjetivos” (Vázquez, 2011a:192), donde las mujeres, por el
hecho de serlo, simplemente no participan en cargos y asam-
bleas. En los raros casos en los que las mujeres llegan al cargo
más importante, la presidencia municipal, enfrentan muchas crí-
ticas por desenvolverse en espacios públicos que son pensados
56 HOLLY WORTHEN

tradicionalmente como masculinos. También sufren violencia


física y psicológica (Dalton, 2012; Vázquez García, 2011b).
Sin embargo, otras autoras (Curiel, 2015a; Velásquez, 2004a;
Worthen, 2015), aunque no minimizan la discriminación que en-
frentan las mujeres, indican que simplemente “contar” al número
de mujeres en los cargos oficiales no es siempre la mejor for-
ma de entender su participación en estos sistemas, dado que hay
otras esferas donde las mujeres pueden ejercer agencia y nego-
ciar relaciones de género más equitativas en esferas de la costum-
bre y la tradición, y en el trabajo comunitario.
Aunque ha habido baja participación formal por parte de las
mujeres en los SNI, en los últimos años el tema ha retomado nue-
va importancia en los debates académicos, legislativos, jurídicos
y de opinión pública. En gran medida, la atención dada al asunto
tiene que ver con la llegada de una nueva actora política oaxa-
queña: Eufrosina Cruz Mendoza. En 2007 Eufrosina, originaria
de la comunidad indígena Santa María Quiegolani, intentó ser
presidenta municipal. Ella argumentó que le fue negado el de-
recho de ser presidenta por el hecho de ser mujer. A pesar de su
queja oficial, el Congreso del Estado aprobó la elección con el
razonamiento de que en los pueblos regidos por SNI es normal
que haya casos de exclusión:

Por otra parte, es bien sabido que los diversos pueblos del es-
tado de Oaxaca tienen sus formas particulares para elegir a
sus autoridades que los rigen, y que éstos se sujetan a normas
consuetudinarias que han mantenido por tiempos inmemo-
riales, y que estas prácticas en algunos casos excluyen a los
ciudadanos para ejercer su voto o ser votados, porque no reú-
nen los requisitos exigidos por las asambleas comunitarias,
tan es así que de los 570 municipios del Estado, 418 se rigen por
normas de derecho consuetudinario, lo que refleja que estas
formas de elegir estas autoridades han sido aceptadas (Comi-
sión Nacional de los Derechos Humanos, 2008:21).

Eufrosina presentó una denuncia ante la Comisión Nacional


de los Derechos Humanos (CNDH) y ésta presentó un informe es-
pecial en el cual reconoció la violación de sus derechos políticos
y lanzó un exhorto al gobierno del estado para modificar la
Constitución estatal. Al mismo tiempo, Eufrosina irrumpió en
la escena pública nacional al ser oradora en un evento en Mo-
JUZGANDO EN FAVOR DE LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES 57

relos para el Día Internacional de la Mujer, en el cual el entonces


presidente de la República, Felipe Calderón, firmó el Reglamen-
to de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de
Violencia y presentó el Programa Nacional por la Igualdad en-
tre Mujeres y Hombres. El siguiente mes, el Congreso del Estado
de Oaxaca modificó la Constitución para asegurar el acceso de las
mujeres a cargos de elección popular en sus municipios de SNI.
Eufrosina siguió creciendo como figura nacional cuando pocos
meses después le fue entregado el Premio Nacional de la Juven-
tud de manos del presidente. En su discurso de aceptación, Cruz
Mendoza hizo un llamado por una nueva lucha para las mujeres
indígenas y la democracia: “Ayúdenos a que cientos de comu-
nidades indígenas de Oaxaca y México despierten y que las muje-
res no sólo seamos una palabra más, sino que, ciudadanas que
contribuyan a la transformación de este país” (Universia, 2008).
Eufrosina continuó con su activismo por medio de foros, apari-
ciones públicas y mediante la fundación de una organización de
la sociedad civil. En 2010 fue candidata plurinominal a la legisla-
tura estatal y en 2012 diputada federal, donde se desempeñó co-
mo presidenta de la comisión de asuntos indígenas.
Además de dar un rostro al debate sobre el rol político de las
mujeres indígenas en los sistemas normativos internos, la trayec-
toria política de Eufrosina también ha tenido una gran reper-
cusión en la legislación sobre el tema (véase cuadro 1). De las
iniciativas recientes para legislar sobre la participación política
de las mujeres en los SNI, ella fue instrumental en la modifica-
ción de la Constitución Federal (2015) y la reforma del Código
de Instituciones Políticas y Procesos Electorales para el Estado de
Oaxaca (2012). Su caso fue importante como antecedente en los
contenidos de las demás modificaciones e iniciativas de ley re-
lacionadas con el tema.
El caso de Eufrosina también ha tenido reverberaciones en el
nivel internacional, y la preocupación por la participación po-
lítica formal de las mujeres indígenas se ve reflejada en las re-
comendaciones de la CEDAW para México en 2012.8 Por primera
vez (México ha reportado a la CEDAW seis veces) se presenta la idea
de las mujeres indígenas como actores políticos formales y su

8
Véanse, por ejemplo: <http://womantruenorth.com/?portfolios
=eufrosina-cruz-2> y <http://www.idea.int/resources/analysis/loader.
cfm?csModule=security/getfileypageid=54477>.
58 HOLLY WORTHEN

participación como un objetivo clave para la mejora de la condi-


ción política y la democracia en el país. La Recomendación 23
dice lo siguiente:

Elimine los obstáculos que impiden que las mujeres, en par-


ticular las indígenas, participen en la vida política de sus comu-
nidades, inclusive realizando campañas de concienciación
orientadas a ampliar la participación de la mujer en la vida
política en los planos estatal y municipal (United Nations,
2012:21).

Entonces las leyes y recomendaciones tanto en el nivel nacional


como en el internacional están impulsando la participación polí-
tica formal de las mujeres indígenas en el ámbito municipal como
algo de gran importancia. En lo sucesivo, revisaremos la for-
ma en que los tribunales están interpretando estas iniciativas
para juzgar sobre la discriminación política contra las mujeres en
sistemas normativos internos en Oaxaca.

LAS SENTENCIAS JUDICIALES SOBRE LAS MUJERES


EN SISTEMAS NORMATIVOS INTERNOS EN OAXACA

En esta sección, reviso siete casos que fueron impugnados du-


rante el periodo 2013-2015 por diferentes actores en los tribuna-
les electorales federales por causa de discriminación contra la
participación política de las mujeres.9 Para analizar los casos
utilizo documentos oficiales del Instituto Estatal Electoral y de
Participación Ciudadana de Oaxaca (IEEPCO), del Tribunal Es-
tatal Electoral del Poder Judicial de Oaxaca (TEEPJO), y del Tri-
9
Se identificaron seis de los casos por medio del libro Memoria de
elecciones municipales de los sistemas normativos internos, publica-
do por el IEEPCO (2013). Esta publicación indicó un séptimo caso, el de
San Juan Yaeé. Sin embargo, no se pudieron encontrar los documentos
jurídicos que corresponden a esta comunidad, provocando la duda
sobre si realmente fue un caso que llegó a los tribunales electorales.
La autora encontró el séptimo caso que se trata aquí, el de Ánimas Tru-
jano, por medio de una revisión de la jurisprudencia 48/2014: SISTEMAS
NORMATIVOS INDÍGENAS. LA AUTORIDAD ADMINISTRATIVA ELECTORAL
DEBE LLEVAR A CABO ACTOS TENDENTES A SALVAGUARDAR LA IGUALDAD
SUSTANTIVA ENTRE EL HOMBRE Y LA MUJER (Tribunal Electoral del Po-
der Judicial de la Federación, 2014b).
JUZGANDO EN FAVOR DE LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES 59

bunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), en


combinación con reportajes periodísticos. Debo señalar que no
analizo las perspectivas personales de las personas directamen-
te involucradas en los asuntos, sino que busco la lógica jurídica
por medio de la cual los actores presentan sus impugnaciones
y los magistrados interpretan la ley con respecto al derecho a la
diferencia en combinación con la equidad de género.10
Primero, describo un poco los procesos para impugnar las
elecciones en sistemas normativos internos en Oaxaca. Los tribu-
nales electorales juegan un papel muy importante en los muni-
cipios regidos por SNI. En situaciones donde hay inconformidad
con procesos electorales, las personas inconformes pueden acu-
dir en primera instancia a la Dirección Ejecutiva de Sistemas
Normativos Internos del IEEPCO, que tiene el rol de proporcionar
asesoría a las autoridades municipales de este tipo de elecciones
e intentar mediar en los conflictos poselectorales. El IEEPCO va-
lida las elecciones por SNI por medio de un acuerdo oficial. Antes
de que se publique el acuerdo, los actores inconformes pueden
acudir al IEEPCO para expresar sus agravios. En las elecciones
de 2013, 144 municipios presentaron controversias con sus elec-
ciones. El IEEPCO reportó que por medio de su intervención, se
logró consenso en 131 de estos casos (Instituto Estatal Electoral
y de Participación Ciudadana de Oaxaca, 2013). Sin embargo, una
vez firmado el acuerdo, se tiene que impugnar formalmente ante
el TEEPJO. El TEEPJO conoce de los recursos y medios de impugna-
ción y resuelve de acuerdo con la ley. Cuando un/a ciudadano/a
del régimen de SNI no está de acuerdo con las sentencias del
TEEPJO, se puede impugnar por medio de los tribunales electo-
rales federales. La Sala Regional Xalapa del TEPJF es la sala
especializada en elecciones por SNI, y recibe los recursos impug-
nados de estos municipios oaxaqueños. En caso de impugna-
ción de la sentencia por la Sala Regional, se torna a la Sala Superior
del TEPJF.
En el sistema jurídico federal, el recurso por medio del cual
un/a ciudadano/a puede defender sus derechos político-electora-
les es el juicio para la protección de los derechos político-electo-

10
La revisión de casos de corte para entender los discursos y lógicas
jurídicas y su influencia en las prácticas políticas cotidianas es una
metodología que viene de la antropología jurídica (Donovan, 2008; Falk
Moore, 2005; Nader, 1990).
60 HOLLY WORTHEN

rales del ciudadano (JDC). El número de casos en los cuales las


elecciones son impugnadas por falta de participación de las mu-
jeres ha ido aumentando cada año.11 Este aumento no significa
que de repente hay más casos de discriminación en contra de
las mujeres, pero demuestra que los propios argumentos legales
no han sido desarrollados desde una perspectiva de género, algo
que apenas está iniciando. El IEEPCO afirma que muchos de los
tribunales no utilizan argumentos que consideren las relacio-
nes de género:12

En el caso de los Sistemas Normativos Internos y los conflictos


que se judicializan, aunque sean mujeres las promoventes de
la inconformidad, por lo general las demandas elaboradas por
abogados y en lenguajes especializados, no consideran aspec-
tos de género. No existe en ese sentido litigio estratégico que
pudiera innovar y posicionar la problemática desde una perspec-
tiva de género y por esta razón la perspectiva de las mujeres
no se ve reflejada y ni siquiera subrepresentada (Instituto
Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca,
2013:71).

Los casos de los derechos político-electorales de las mujeres en


sistemas normativos internos resultan ser, muchas veces, de na-

En un estudio realizado por Camacho se analiza para el periodo


11

1996 a 2008 la acción resolutoria del Tribunal Electoral del Poder Judi-
cial de la Federación en los casos promovidos por mujeres debido a una
violación vinculada al hecho de ser una mujer. Uno de los tipos por los
cuales las mujeres han presentado demandas dentro del rubro de JDC
es para “presuntas violaciones al derecho a votar y ser votada relacio-
nadas con el sistema de usos y costumbres” (Camacho, 2009:133). La
primera vez que la Sala Superior trata con casos de este tipo es en el año
2002, donde hay tres casos en los cuales mujeres utilizan el JDC. De ahí,
vemos que hay un brinco enorme en 2008, cuando 15 casos sobre el
tema llegan a la Sala Superior. Sin embargo, no se han podido verificar
estos datos en documentos oficiales del TEPJF.
12
Por ejemplo, el más famoso caso sobre sistemas normativos inter-
nos es el de Asunción Tlacolulita del año 2000. Este caso fue el primero
en el cual el TEPJF determinó que las cortes federales tienen jurisdic-
ción sobre las elecciones en sistemas normativos internos (Eisenstadt,
2007). Aunque fue un conflicto en el cual las mujeres jugaron un rol
importante para reclamar su derecho a participar en las elecciones, la
decisión de la corte no mencionó los derechos de las mujeres.
JUZGANDO EN FAVOR DE LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES 61

turaleza compleja. Como indica la Sala Regional Xalapa en su


reporte anual de 2013-2014, de las sentencias revocadas por la
Sala Superior, las más controversiales resultan ser las de la parti-
cipación política de las mujeres en sistemas normativos internos:

La mayoría guarda relación con comicios celebrados mediante


sistemas normativos internos, lo cual implica que su origen
tenga que ver con temas jurídicamente controversiales, tales
como la universalidad del sufragio y la participación iguali-
taria de las mujeres indígenas en la vida política de las comu-
nidades. Esto es así ya que se habla de cuestiones en las que
paulatinamente se han construido los criterios jurisdicciona-
les, que implican ejercicios de ponderación entre los derechos
constitucionales individuales que colisionan con los dere-
chos colectivos indígenas (Sala Regional Xalapa, 2015:21–22).

La Sala Regional Xalapa del TEPJF considera también que sus


esfuerzos en resolver recursos sobre las elecciones por SNI son
difíciles pero de creciente importancia:

Sin duda, una de las realidades jurídicas que en los últimos


años ha cobrado mayor importancia y utilidad para la sociedad
mexicana es la tutela de los derechos político-electorales de
la ciudadanía en condiciones de absoluta igualdad para hom-
bres y mujeres, rubro que en algunas situaciones encuentra un
punto de intersección con el derecho consuetudinario, por ejem-
plo, cuando en municipios o agencias, con el argumento de los
usos y costumbres, no se permite a las mujeres ejercer el de-
recho al sufragio. Este Órgano Jurisdiccional, al emitir sus sen-
tencias, ha encontrado una solución firme y sólida en este tipo
de asuntos, y ha ordenado a las autoridades correspondientes
que adopten las medidas necesarias y suficientes para garan-
tizar la efectividad de esos derechos fundamentales; ahí cobra
relevancia la función tuteladora de esta Sala Regional, dictan-
do resoluciones que hacen posible la participación tanto de
hombres como de mujeres en la toma de decisiones (Sala Re-
gional Xalapa:28-29).

De hecho, como mencioné y mostraré más a detalle en las


páginas siguientes, los tribunales federales electorales han
expresado de varias formas la importancia de su rol como insti-
tuciones que pueden guiar y en algunos casos forzar un avance
62 HOLLY WORTHEN

en términos de la igualdad de género por medio de la acción afir-


mativa. Aunque éste ocurre en el nivel nacional, también toma
otro aspecto en la aplicación de las leyes en la comunidad indí-
gena. Comentarios de los magistrados de la Sala Superior en un
comunicado de prensa indican la forma en que ven el ámbito
indígena:

Por su parte el magistrado Salvador Nava Gomar comentó que


el sistema normativo indígena, o de usos y costumbres, no
puede estar por encima de los derechos básicos del ciudada-
no. “Me da pena el atraso de nuestro pueblo en el sentido de
evidenciar que haya hombres que crean que son mejores que
una mujer, es brutal lo que ocurre, es triste y son gravísimos los
hechos en los que desembocó esta cuestión”, dijo. En su opor-
tunidad, el magistrado presidente por Ministerio de Ley, Pe-
dro Esteban Penagos López, refirió que en la Constitución es- tá
establecida la igualdad del hombre y la mujer, por lo que es
necesario que las autoridades garanticen el cumplimiento de
dicho principio. “Es inconcebible que en estas épocas se pre-
senten casos como éstos y que su origen sea que se vive en
tierra de hombres y no de mujeres” (Quadratín Oaxaca, 2014).

Con el uso de la palabra “atraso” y la expresión de que estas


prácticas de discriminación son de una época anterior, el discurso
de estos magistrados, al mismo tiempo que destaca por estar en
favor de la igualdad de género, enfatiza los estereotipos racistas
que presentan a las comunidades indígenas como tierra sin ley
donde predomina la barbarie.13 Estas perspectivas demuestran
la falta de sensibilización sobre las prácticas de la libre determina-
ción y la forma de criticarlas sin menospreciarlas. Una obser-
vación mencionada en una guía recientemente elaborada por la
Sala Superior sobre cómo respetar los derechos indígenas ex-

13
<http://www.trife.gob.mx/fr/noticias-opinion-y-eventos/boletin/
0/158/2014>. Vale la pena mencionar que este comunicado de prensa
se refiere al caso de elecciones en San Juan Cotzocón, donde en algu-
nas localidades las mujeres han llegado a ser autoridades municipales
después de la impugnación de elecciones y vivieron violencia extre-
ma por razones relacionadas con el hecho de ser mujeres en puestos de
poder. Véase también: <http://libertad-oaxaca.info/rechazan-que-una-mu
jer-gobierne-en-san-juan-cotzocon-e-intentan-quemar-viva-a-la-
tesorera/>.
JUZGANDO EN FAVOR DE LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES 63

presa aún más la dificultad que los magistrados tienen para


entender la forma de juzgar con perspectiva de género sin per-
der de vista dichos derechos:

Uno de los retos principales para los operadores de justicia


recae en el hecho de que el Derecho Indígena es poco cono-
cido por las personas egresadas de las facultades de derecho
del país, donde generalmente no se enseña sobre el pluralismo
jurídico y riqueza jurídica existente en México, lo que a su
vez provoca algunos prejuicios, por ejemplo, en cuanto a la re-
gulación de la participación de las mujeres en los sistemas de
cargos y en el cumplimiento de otras obligaciones comunita-
rias. Es importante reconocer y partir de la premisa que se
trata de ordenamientos jurídicos con orígenes diferentes al
derecho positivo, por estar basados en cosmovisiones diversas.
Surgen en un contexto histórico, social y económico propio,
y son un reflejo de la riqueza cultural y de las civilizaciones
milenarias de México (Tribunal Electoral del Poder Judicial
de la Federación, 2014a:12).

Por lo anterior, en el estudio de los siete casos mencionados,


se analizan los argumentos que los magistrados presentan cuando
emiten sentencias en favor de los derechos políticos de las mu-
jeres indígenas y la forma en que intentan reconciliar los dere-
chos colectivos a la diferencia con la acción afirmativa en favor
de las mujeres. El cuadro 2 muestra un compendio de estos
casos y las razones por las cuales se buscó su impugnación. En lo
que sigue, doy un resumen de cada caso más a detalle.

Guevea de Humboldt: exclusión total de las mujeres

Empiezo con el caso de Guevea de Humboldt porque me parece


el más dramático en cuanto a la exclusión de las mujeres en la
vida pública, y al intento desesperado de las autoridades mascu-
linas por mantener a las mujeres fuera de las asambleas comuni-
tarias. El 20 de septiembre de 2013, el municipio de Guevea de
Humboldt realizó elecciones municipales por medio de una asam-
blea comunitaria. Unos días después, un grupo de mujeres emitió
un documento para informarle al IEEPCO y al gobernador de Oa-
xaca, Gabino Cué Monteagudo, sobre la falta de participación de
las mujeres en las elecciones, donde manifestaban que estaban
64 HOLLY WORTHEN

siendo discriminadas en la comunidad.14 Después de varias reu-


niones con el IEEPCO, las autoridades municipales electas ofre-
cieron “crear un espacio que tenga representación de la mujer
dentro de la administración municipal” (TEEPJO, 2014:3). Sin em-
bargo, las mujeres inconformes rechazaron la oferta e insistían
en el ejercicio de sus derechos para votar y ser votadas. En di-
ciembre del mismo año, un escrito de comparecencia fue pre-
sentado al IEEPCO por el presidente de la mesa de debates de la
elección de septiembre. El escrito tenía el fin de manifestar que
las mujeres sí participan electoralmente, dado que un grupo de
ciudadanos y ciudadanas firmaron el padrón de votantes, aun-
que no votaron por ningún candidato (TEEPJO, 2014:3). El 29 de
diciembre de 2013, el IEEPCO declaró válidas las elecciones.
A inicios de enero de 2014, Manuela Álvarez Guzmán, Mag-
dalena Garza, Minerva Domínguez Morales y otras impugnaron
la elección ante el TEEPJO, el cual emitió sentencia el 30 de abril
del mismo año, donde declaraba la validez de la elección. Aun-
que el tribunal estimó válida la queja de las mujeres, dado que
se vulneró el derecho universal al sufragio, consideró los argu-
mentos inoperantes porque:

El principio de universalidad del sufragio no debe servir para


invalidar toda la voluntad de una comunidad indígena, sino
por el contrario debe ser visto como una institución que pue-
de ser adoptada por los pueblos indígenas para la participación
y desarrollo de todos sus integrantes, pero jamás servir como
pretexto para invalidar la determinación de su máximo órga-
no de gobierno que es la asamblea (Santos López, 2014:16).

El TEEPJO argumentó que los documentos probatorios de las


mujeres inconformes no fueron “planteados en la temporalidad
oportuna”, debido a que presentaron su queja después del nom-
bramiento de la autoridad. Tercero, el tribunal declaró que no hay
documentación que “permita establecer la certidumbre de los he-
chos manifestados por las promoventes” (TEEPJO, 2014:20).
Las mujeres enviaron un recurso al Tribunal Electoral del
Poder Judicial de la Federación (TEPJF), Sala Regional Xalapa, y
el 11 de junio de 2014 se revocó la decisión del TEEPJO y se decla-

14
Véase Diana Manzo, 2014.
JUZGANDO EN FAVOR DE LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES 65

raron inválidas las elecciones. Desde un principio, la Sala Re-


gional descartó la evidencia presentada al IEEPCO en diciembre
de 2013 por parte de la autoridad municipal, que conjuntaba
las firmas de 50 mujeres que afirmaban haber votado en la elec-
ción. El tribunal argumentó que resultaba curioso que dicho
listado no hubiera sido mostrado en la primera presentación de
firmas de los votantes (todos hombres), con fecha de 21 de oc-
tubre de 2013. También hizo notar que en el total de votantes
reportado inicialmente no se incluía a las 50 mujeres firmantes,
por lo cual dicha “prueba” solamente contribuía “a generar con-
vicción sobre la infracción al principio de certeza que debe re-
gir a todo procedimiento electoral” (De León Gálvez, 2014b:63). A
continuación, el tribunal descartó otra “prueba” ofrecida para ar-
gumentar que las mujeres sí participaron en la elección. Ésta
consistía en una grabación hecha durante la asamblea comuni-
taria de las elecciones, donde una mujer (Leticia Guzmán Ba-
rrera) es vista hablando públicamente en la reunión y haciendo
“el llamado a reflexionar el voto y ejercerlo de forma libre” (De
León Gálvez, 2014b:66). Sin embargo, el tribunal no la conside-
ró como prueba de la participación, ya que hizo una importante
distinción: “Además, hay que distinguir entre derecho de voz; de
voto; de voz y voto; de voz y voto activo y pasivo, por lo que en la
especie, en el escenario más favorable, podría tenerse de mane-
ra indiciaria la posibilidad de una ciudadana de participar con
voz en una asamblea” (De León Gálvez, 2014b:66).
Aunado a lo anterior, la Sala Xalapa recurrió a la transcrip-
ción de una reunión realizada el 28 de noviembre de 2013, en
la cual participaron la autoridad municipal en funciones y electa,
ciudadanos y ciudadanas de la comunidad y representantes de
la Secretaría General de Gobierno y del IEEPCO. Vale la pena re-
producir parte de esta conversación para mostrar los argumen-
tos utilizados (y tomados por el tribunal como evidencia de la
no participación de las mujeres) por los hombres de la autoridad
para justificar la no participación de las mujeres. Primero, Ma-
nuela Álvarez Guzmán declara que “No votaron las mujeres, no-
sotras quisimos participar pero no nos dejaron”. Ricardo Ortiz
Hernández, el presidente constitucional en aquel entonces, ma-
nifiesta que está en favor de la participación de las mujeres, pero
que las mujeres inconformes no están claras en lo que quieren
y que deben tener mucho cuidado porque sus acciones pue-
den generar conflictos. También argumenta que el “capricho” de
66 HOLLY WORTHEN

algunas no debe ir en contra de los deseos de la mayoría de los


ciudadanos (hombres):

Nuevamente, nosotros estamos de acuerdo que las mujeres


participen, es como lo están diciendo, la asamblea es la máxima
autoridad, el día 20 tú participaste Leticia, dando una opinión
al pueblo, pero nunca les dijiste que querías participar, por cos-
tumbre no han participado las mujeres, porque en asamblea
no han participado, yo si [sic] quiero ser concreto, claro, que
[sic] quieren porque deben tener rumbo, decir que no reco-
nocen la elección es grave porque crea conflicto […] no por
capricho no se va a hacer, atrás hay 2 mil personas más, lo que
estás pidiendo es que no quieres que se reconozca la voluntad
de la comunidad, no basta que conozcan la historia de la co-
munidad pero te pueden orientar se tiene que concientizar muy
fuerte para avanzar porque un presidente quiso cambiarla y hu-
bo un grave problema van a entrar en una etapa de conflicto
con su misma gente, hay que ser cuidadoso para exigir esos
derecho [sic] pero que lo merecen, se debió decir en la asamblea,
pero no decir que se invalide la asamblea, porque es delicado,
que quiere invalidarlo, pues háganlo, para nosotros las [sic]
asamblea es la máxima autoridad, si se puede llegar a un
acuerdo, la discutió [sic] siempre ha sido que las mujeres se in-
tegre [sic] al municipio, pero hay que cuidar para que se realice
más adelante (De León Gálvez, 2014b:68, cursivas mías).

Luego, el presidente electo para entonces, Héctor Hernández


Pérez, enfatiza que ir en contra de la asamblea tiene graves con-
secuencias. Al igual que Ricardo Ortiz Hernández, argumenta
estar de acuerdo en que las mujeres no saben lo que quieren y
acusa de la existencia de alguien detrás de ellas tratando de me-
ter “mano negra”:

Me parece que no saben [las mujeres] qué es lo que pretenden


por eso la pregunta de qué quieren, pero están repitiendo
desde el lunes hasta ahora me parece que no están siendo res-
ponsables con la petición no se puede exigir un derecho violen-
tando el derecho de los demás efectivamente tienen su derecho
es mentira que se les impida no es cierto porque nadie las ha
bloqueado, a [sic] nadie las ha agredido lo que ocurre es que no se
ha acordado la participación de la mujer, eso es lo que no ha pa-
sado esa es la traba […] cuando plantean las mujeres partici-
par así nada más, a golpe de ciego, yo quiero participar que
JUZGANDO EN FAVOR DE LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES 67

se haga una nueva asamblea están asegurando primero quieren


echar abajo la asamblea les vale si después se cumplen los de-
rechos por eso se es irresponsable […] nosotros sentimos Leti
no sabía que quería ahora trae un [sic] petición no estaba pre-
parada se nota a leguas que hay gente atrás, ojalá se viera y
hubiera gente sonriente, vamos a considerar a las mujeres, le-
vantar la mano, muy fácil, segundo, volver a tomar nuevos
acuerdos para tomar el mecanismo cuanto [sic] tiempo creen
que no se va a llevar el acuerdo (De León Gálvez, 2014b:72).

El señor Hernández Pérez propone la creación de un Instituto


de la Mujer y una gradual transición para que en las elecciones
para el próximo trienio haya más condiciones para la participa-
ción de la mujer:

Cuando yo hice la propuesta del instituto de la mujer no era


para ellas, sino un espacio para defender el derecho de las
mujeres para que se vayan familiarizado [sic] para que en
tres años se haga efectivo hay otra situación para que noso-
tros tengamos derechos políticos tenemos que permanecer
seis meses en la comunidad es una [sic] cuerdo [sic], escrito,
tenemos que cooperar, y hacer ciertos servicios hay un aserie
[sic] de obligaciones que hacen efectiva tu participación para
que tengas derechos y sobre todo obligaciones, entonces todo
esto hacerlo en un corto tiempo, yo les digo si fuera fácil yo les
diría sale vamos a hacerlo, la gente que esta [sic] atrás, la lu-
cha tiene que ser una lucha espontánea, porque el pedir que
la reunión se haga mixta donde estén hombres y mujeres lo
contaminan que ser espontánea natural […] hay seriedad y
respeto de la petición de ustedes no tengo nada en contra de
ustedes, tengo hermana, esposa, madre que quisiera que par-
ticiparan pero se tiene que aceptar por consenso en la asam-
blea (De León Gálvez, 2014b:72).

Los argumentos de los hombres expresados en los párrafos


anteriores son comunes, como veremos en los casos que desa-
rrollo más adelante, y se basan en varias ideas clave:

t -PTUÏSNJOPTEFMBDJVEBEBOÓBMPDBMMJNJUBOBRVJFOFTQVF-
den participar, sobre todo a las mujeres. En este caso, la
participación en la asamblea es restringida a los que son
denominados “ciudadanos” y están en un padrón en el cual
no se admiten mujeres. Para ingresar, el procedimiento es:
68 HOLLY WORTHEN

“a) enviar solicitud al cabildo municipal, b) analizar la soli-


citud, y c) presentarla al pleno de la asamblea general para
su autorización del 85 por ciento de los ciudadanos” (Bus-
tillo Marín y García Sánchez, 2014:207).
t -BTEFDJTJPOFTEFMBBTBNCMFBOPTPMBNFOUFSFQSFTFOUBO
a la mayoría (en este caso, miles de hombres), sino son to-
madas como la voluntad del pueblo. Las quejas de una mi-
noría no tienen lugar.
t *SFODPOUSBEFMBWPMVOUBEEFMQVFCMP EFMBEFDJTJØOEFMB
asamblea) produce conflicto y violencia, algo que las mu-
jeres generan al pedir que sean incluidas en los procedi-
mientos locales para participar.
t -PTDBNCJPTEFMPTSFRVFSJNJFOUPT PEFMBTDPTUVNCSFT 
deben ser graduales porque no están acostumbrados a tener
a mujeres en estos espacios y porque las mujeres necesi-
tan aprender sobre la vida pública.
t -BTNVKFSFTOPQVFEFOBSUJDVMBSEFNBOFSBDMBSBMPRVF
quieren (en el trasfondo, ellas no saben lo que quieren).
Por eso, casi siempre hay personas detrás de las mujeres
que buscan intereses políticos específicos, y que las utilizan
para ganar sus peleas.
t -BFYDMVTJØOEFMBTNVKFSFTOPFTOBEBQFSTPOBM TJOPFT
“la costumbre.”

Sin embargo, la Sala Xalapa basa su decisión en otra lógica, la


de la igualdad sustancial de género frente la ley. Y encuentra que:

De lo anterior se puede concluir, que: 1) Es costumbre de la


asamblea el no permitir la participación de las mujeres. 2) Se
han realizado intentos previos sin obtener resultados favora-
bles. 3) Las mujeres no están empadronadas. 4) No es fácil que
la asamblea general acepte la participación igualitaria de la
mujer […] la problemática de que en las elecciones munici-
pales no se permitía la participación de las mujeres, ni éstas
están acostumbradas a ello (De León Gálvez, 2014b:72-73).

Ante esto, declara la elección inválida, con el siguiente argu-


mento:

Como previamente quedó establecido, en el caso no es dable


aceptar que se limite la participación de las mujeres bajo el
JUZGANDO EN FAVOR DE LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES 69

amparo de reconocimiento de la autodeterminación de los


pueblos indígenas. Por tanto, se tiene que el sistema electi-
vo para renovar Concejales en el Municipio de Guevea de Hum-
boldt, limita la participación de las mujeres sin justificación
alguna. Pues no es posible advertir algún criterio razonable
y proporcional que justifique la exclusión de ese sector de la
población, de su sistema interno de participación (De León
Gálvez, 2014b:76).

El caso de Guevea demuestra, sin duda, las varias dificultades


que pueden enfrentar las mujeres cuando buscan participar en
sus municipios. Dentro de las sentencias judiciales se presenta
evidencia que demuestra la lógica común a las razones por me-
dio de las cuales los hombres justifican la discriminación polí-
tica contra las mujeres en sus comunidades, que incluyen las
ideas de que las mujeres no saben lo que quieren, que no son ca-
paces de manifestar sus propias quejas políticas, que buscan
causar división y que la equidad de género debe ser gradual y es-
pontánea (no forzada). También demuestra la forma en que el
Tribunal Electoral Estatal ha interpretado los casos sobre los
derechos de las mujeres: argumentando que las decisiones de la
asamblea comunitaria no se pueden impugnar, aun si excluyen
a las mujeres. Por medio de la sentencia del Tribunal Federal,
sin embargo, se indica que la discriminación contra las mujeres
en procesos políticos no es justificada, y se reclama a las autori-
dades municipales por intentar falsificar la participación de ellas.
Guevea de Humboldt sigue, hasta la fecha, sin realizar su elec-
ción extraordinaria, a pesar de los intentos por parte del IEEPCO
para implementarla. Es un municipio marcado por una historia
de conflictos poselectorales que ha contemplado el cambio de
régimen electoral de sistemas normativos internos al de partidos
políticos, donde la violencia ha marcado la impugnación elec-
toral. Las mujeres involucradas en el tema han reportado ame-
nazas de violencia, lo que muestra las dificultades que enfrentan
cuando buscan impugnar las elecciones (López Morales, 2014).

San Bartolo Coyotepec: la acción afirmativa


para las mujeres en sistemas normativos internos

A continuación, sigo con el análisis del caso de San Bartolo Co-


yotepec. Al igual que en Guevea de Humboldt, las impugnaciones
70 HOLLY WORTHEN

a la elección han sido hechas por mujeres con la acusación de


que los procesos electorales fueron discriminatorios hacia ellas.
Sin embargo, en San Bartolo las mujeres anteriormente han
tenido acceso a participar en las elecciones municipales, tanto
a ser votadas como a ser integrantes del ayuntamiento. De
hecho, en el trienio 2010-2013 había mujeres en el cabildo. Sin
embargo, su disputa se centra en los procedimientos de la elec-
ción para asegurar la participación igualitaria de las mujeres. Las
elecciones de San Bartolo Coyotepec también son importantes
porque son las primeras en las cuales la Sala Superior del TEPJF
emite una sentencia sobre el derecho de las mujeres a ser vota-
das en la elección de las autoridades de su ayuntamiento bajo
el sistema normativo interno (Bustillo Marín y García Sánchez,
2014). Sirve, entonces, como precedente jurídico.
El caso comenzó el 31 de octubre de 2013, 11 días después de
las elecciones municipales, cuando Abigail Vasconcelos Cas-
tellanos, Irma Real García, María de Jesús Mateo Moreno, Julia
Domínguez Castillo, Blanca Estela Hernández y Dolores Do-
mínguez comparecieron ante la Dirección Ejecutiva de Sistemas
Normativos Internos del IEEPCO, donde manifestaron que las mu-
jeres habían sido discriminadas en dicha elección, porque no se
les permitió ser candidatas para el ayuntamiento. Durante una
reunión de trabajo con el IEEPCO, autoridades municipales, y au-
toridades electas, se acordó convocar una asamblea comunita-
ria para rehacer el procedimiento electoral municipal a “partir
del momento en que fueron vulnerados los derechos de las mu-
jeres” (Galván Rivera, 2014:6). La propuesta de las mujeres para
esta elección fue:

Para la elección de presidente municipal y síndico se integra-


rán tres ternas para cada uno de los cargos, de las cuales una
sería de mujeres; y en cuanto al resto de los concejales se
planteó la posibilidad de que para el cargo de tercer conce-
jal se podría integrar una terna de hombres y la siguiente de
mujeres y así consecutivamente o viceversa (Galván Rivera,
2014:16).

El 24 de noviembre del mismo año se convocó a la asam-


blea comunitaria para reponer la elección a partir de la tercera
regiduría, mediante la postulación de ternas de candidatos
(compuestas por hombres y mujeres). A pesar de que había can-
JUZGANDO EN FAVOR DE LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES 71

didatas mujeres, los hombres resultaron electos, y la elección


fue declarada válida por el IEEPCO en diciembre. Pocos días des-
pués, la ciudadana Abigail Vasconcelos Castellanos presentó un
recurso para impugnar el acuerdo entre el IEEPCO y las autori-
dades que validaba las elecciones extraordinarias.
Su argumento fue que las ternas para los puestos de presiden-
te y síndico fueron compuestas solamente por hombres, debido
a lo cual las mujeres no tenían oportunidad de ser candidatas a
esos puestos. También argumentó que:

No existió una acción afirmativa de género, ya que todas las


ternas para regidores fueron integradas por hombres y muje-
res, y el resultado de las personas que obtuvieron un mayor
voto pertenecen al mismo sexo; esto es, al masculino, motivo
por el cual las mujeres fueron excluidas de ocupar un cargo pú-
blico en el ayuntamiento de San Bartolo Coyotepec (De León
Gálvez, 2014a:22).

A pesar de sus argumentos, el TEEPJO validó el acuerdo y re-


chazó el recurso de la ciudadana Vasconcelos Castellanos. A ini-
cios de enero de 2014 ella controvirtió la sentencia del TEEPJO, y
llevó el caso a la Sala Regional Xalapa del TEPJF, la cual confirmó
la sentencia el 14 de febrero, con el argumento de que las mujeres
tenían la posibilidad de participar en las elecciones extraordi-
narias, dado que las personas que firmaron el acta de la asam-
blea fueron mitad hombres y mitad mujeres, lo cual constataba
que las mujeres podían votar. Y también que las mujeres tenían
la oportunidad de ser votadas:

Las mujeres sí tuvieron la posibilidad de acceder a un cargo


de elección popular, ya que de las ocho regidurías por ocupar,
en cinco de ellas, las ternas estuvieron integradas de dos mu-
jeres y un hombre y las tres regidurías restantes se integraron
de dos hombres y una mujer (Galván Rivera, 2014:19).

Según la Sala Xalapa, el hecho de que los hombres resultaran


electos se debe a que:

La mayoría de los ciudadanos y las ciudadanas, integrantes


de la Asamblea, decidieron votar por hombres para que inte-
graran el ayuntamiento […] Incluso, la mayoría de las mujeres
72 HOLLY WORTHEN

también votaron por hombres; dicha afirmación se obtiene


de la revisión de la lista de asistencia a la Asamblea en co-
mento, de la que se desprende que acudieron varias mujeres;
ello denota la preferencia de los ciudadanos y ciudadanas de
dicho municipio, en que los integrantes del ayuntamiento
fueran hombres; es decir, existe una preferencia casi generali-
zada de los habitantes de San Bartolo Coyotepec, Oaxaca, para
que sus autoridades sean del género masculino (Galván Ri-
vera, 2014:19).

Dos días después, Abigail Vasconcelos Castellanos puso un


recurso de reconsideración ante la Sala Superior, que el 5 de
marzo de 2014 emitió sentencia en favor de Abigail Vasconcelos
Castellanos e invalidó la elección extraordinaria por no haber
estado realizada en condiciones de igualdad de género.
La Sala Superior concuerda con la actora en que los puestos
de presidente y síndico deben estar abiertos a las mujeres y que
las ternas deben estar compuestas sólo por mujeres. Su justifi-
cación para esta decisión está plasmada en las leyes correspon-
dientes y también en los casos de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, así como en jurisprudencia y tesis sobre la
acción afirmativa para la promoción de la participación política
de las mujeres. La sentencia comienza por abordar el tema de
una cultura política en la cual la participación política de las mu-
jeres no es socialmente aceptable:
De acuerdo con lo establecido en la página 52 de la sentencia
que se recurre, se dice:

[…] que en uso de la palabra el ciudadano René Martínez


Pedro, señaló que las mujeres no servían para desempeñar el
cargo de regidoras […] Y esto se corrobora en las diferentes
actas de asamblea en la cual diferentes personas manifiestan la
incapacidad de las mujeres para ocupar esos cargos públicos.
Horacio Sosa Villavicencio, presidente municipal: “Ya cumpli-
mos nuestra obligación de convocar a la asamblea y la asam-
blea determinó que no participaran las mujeres. Nosotros
somos respetuosos de las instituciones y estamos abiertos al
diálogo y todos queremos la paz social queremos que San
Bartolo siga unido”. Lo anterior aclara la tendencia de una au-
toridad para que las mujeres no participen en los cargos públi-
cos, y es más, es la asamblea la que determina que las mujeres
no participen (Galván Rivera, 2014:48-49).
JUZGANDO EN FAVOR DE LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES 73

Debido a esta cultura que fomenta la discriminación hacia


la participación de las mujeres, y al resultado de una elección
extraordinaria donde los mismos hombres son reelectos, la Sala
Superior interpretó que la incorporación de una mujer a una ter-
na en la que también están nominados hombres es más una ac-
ción para cumplir con los requisitos que una para fomentar la
participación de las mujeres en condiciones de igualdad: “Pero
si se trata de simular que sí existe una participación con el solo
hecho de incluirlas en las ternas pero sólo con el afán de cumplir
requisitos y que en el terreno de los hechos no ocupan ningún
cargo público, es claro que existe una violación a los derechos hu-
manos y una discriminación al respecto” (Galván Rivera, 2014:50).
La Sala argumentó que dada esta cultura y la falta de interés en
promover la participación de las mujeres, la forma de votar —pú-
blicamente, frente a toda la asamblea— también resulta en la no
elección de las mujeres:

Las mismas personas que son elegidas en la primera asam-


blea son las mismas que quedan seleccionadas en la segunda
asamblea, es decir, no existe ningún cambio al respecto. El
método de selección de los concejales es en forma verbal, eso
quiere decir que toda la asamblea puede determinar por quién
va a votar cada una de las personas. Teniendo estos elementos
es claro que si en las ternas se incluye a dos mujeres y a un
hombre, o en su caso se conforman por dos hombres y una mu-
jer, y teniendo presente que el problema que se genera en el
municipio es de la participación de las mujeres, es claro que
al ser la votación éstas se encuentran en desigualdad [ante] los
hombres, puesto que no pueden votar libremente ya que exis-
te una coacción de parte de toda la asamblea que sabe hacia
quién va dirigido el voto. Y esto se puede constatar porque a
pesar de que las mujeres son mayoría en la población resulta
que son los hombres los elegidos para ocupar el cargo público
de concejales (Galván Rivera, 2014:48).

Dada esta situación, la Sala Superior determina que la acción


afirmativa en favor de la participación de las mujeres debe apli-
carse, también, en las elecciones por sistemas normativos in-
ternos:

Las acciones afirmativas están siendo omisas en la resolución


que se combate, puesto que no existe un enfoque de compensa-
74 HOLLY WORTHEN

ción a grupos históricamente sub-representados. Y esto es así


porque en materia electoral de los partidos políticos sí existe
una cuota de género que obliga a una equidad en la toma
de decisiones. Pero si en el caso concreto la interpretación que
se otorga es que se cumple con la participación de las muje-
res por estar en las ternas, es claro que no existe una acción
al respecto (Galván Rivera, 2014:51).

Estas acciones son una forma importante de intervenir en


situaciones de discriminación histórica donde, si sólo se esperara
que cambiaran a través del tiempo, probablemente no resultarían
en cambios en favor de la igualdad:

De continuar con este criterio van a pasar los años y las mu-
jeres nunca van a “aprender” a desempeñar los cargos públi-
cos en San Bartolo Coyotepec, debido a que nunca se les da la
oportunidad de ello, es por eso que no basta que se incluyan en
las ternas sino que es necesario que estén en el cargo público
ejerciéndolo (Galván Rivera, 2014:51).

Por lo mismo, dichas acciones tienen que estar diseñadas para


que la igualdad de género sea “un punto de llegada”:

Promover una representación equitativa entre los grupos impli-


ca el ir más allá de una igualdad en el punto de partida para
apostar por una igualdad en el punto de llegada o en las me-
tas que se buscan realizar. Pues no sólo se está asegurando que
todos los miembros de la sociedad tengan las mismas oportu-
nidades en la búsqueda por los puestos sociales estratégicos,
sino que, además, a través de una serie de acciones, se ase-
gura que algunos de los miembros de los diferentes grupos
ocupen dichos puestos, no con el fin de beneficiar directa-
mente a las personas individualmente, sino para que el grupo
al que pertenecen alcance una representación (Galván Rivera,
2014:52).
En efecto, la sola previsión de derechos no es suficiente
para garantizar el acceso a las candidaturas a cargos de elec-
ción popular en un plano de igualdad entre las mujeres y los
hombres. De ahí que para lograr esta igualdad es necesario el
establecimiento de mecanismos que la garanticen sustancial
o estructuralmente, tomando en cuenta el contexto histórico y
las diferencias existentes entre el hombre y la mujer (Galván
Rivera, 2014:37).
JUZGANDO EN FAVOR DE LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES 75

En relación con los derechos de los pueblos indígenas a tener


elecciones por sistemas normativos internos, la Sala Superior
enfatiza que reconocer las costumbres no permite la sanción
de las prácticas discriminatorias:

Si bien es cierto que en el Convenio 169 Sobre Pueblos Indí-


genas Tribales en Países Independientes de la Organización
Internacional del Trabajo se protege la no discriminación de
los pueblos indígenas y el derecho que éstos tienen para con-
servar sus costumbres y tradiciones; también lo es que las
mismas deben ser compatibles con los derechos humanos reco-
nocidos a nivel nacional e internacional. Y en el caso concre-
to no son compatibles debido a que no se permite el acceso
a las mujeres al cargo público independientemente del mé-
todo que se utilice para la selección de las personas, pues es una
realidad que son más las mujeres que habitan en el municipio
y que éstas en el terreno de los hechos no ocupan un cargo pú-
blico de representación porque así lo decidió la asamblea
(Galván Rivera, 2014:38-39).

La Sala Superior revocó la sentencia de la Sala Regional Xa-


lapa con el argumento de que “la interpretación que se realiza
de este ordenamiento jurídico no es completa”, dado que “sólo se
limitaron al estudio de conservar sus costumbres pero no se anali-
zó que estuviera acorde con los derechos humanos reconocidos
a nivel nacional e internacional” (Galván Rivera, 2014:39).
La sentencia de la Sala Superior sobre el caso de San Bartolo
Coyotepec es una decisión precedente, que veremos repetida-
mente en los casos presentados en meses posteriores. La sentencia
deja claro que la participación de las mujeres no se define so-
lamente por estar presentes en las asambleas comunitarias, si-
no que también deben tener la posibilidad real de ser electas
como autoridades de manera que respete la paridad de género.
Refleja firmemente el énfasis en la acción afirmativa para la
participación política de las mujeres, al argumentar que el hecho
de que las mujeres no hubieran sido electas no era asunto de
preferencia de la comunidad, sino la manifestación de una cul-
tura política discriminatoria hacia ellas. Establece que el trato
especial para las mujeres, o la acción afirmativa para recompo-
ner la discriminación histórica que han vivido, está dentro de
la misma lógica que el trato diferenciado para las comunidades
indígenas en relación con sus sistemas normativos internos.
76 HOLLY WORTHEN

También recurre a los derechos humanos fundamentales, en


este caso al derecho de participación política, y los antepone a
los derechos de la libre determinación de los pueblos indígenas.

Ánimas Trujano

El conflicto en Ánimas Trujano gira alrededor de un desacuerdo


sobre los procedimientos para elegir a los miembros del cabil-
do. Como resultado de una asamblea inicial para determinar el
procedimiento electoral en octubre de 2013, se intentó llevar a
cabo la elección el 10 de noviembre. Sin embargo, actos violen-
tos impidieron la realización de dicho evento. Hubo diferencias
respecto de los requisitos que los candidatos a presidente munici-
pal debían cubrir, tales como el de haber desempeñado con ante-
rioridad un cargo como síndicos o regidores. El 24 de noviembre
se intentó llevar a cabo una nueva elección. Esta vez se permitió
participar a ocho contendientes para la presidencia municipal,
aun cuando éstos no hubieran cumplido con el requisito de ha-
ber desempeñado un cargo en el cabildo. Se eligió al presidente
municipal, pero la elección desembocó en incidentes de violen-
cia antes de que se pudiera elegir a los demás miembros del ca-
bildo. Dada esta situación, el candidato electo para presidente,
en conjunto con los otros siete candidatos y el representante del
IEEPCO, decidieron que los candidatos a la presidencia, en orden
de su votación, ocuparían los demás cargos del cabildo (la sindi-
catura y tres regidurías). Esta decisión fue motivo del reclamo
de 144 ciudadanos, quienes presentaron un escrito de incon-
formidad ante el IEEPCO. El 21 de diciembre, el IEEPCO declaró
válida la elección a presidente municipal, pero no la de los de-
más miembros del cabildo. Los hombres que fueron removidos
de sus puestos impugnaron el acuerdo del IEEPCO. El 30 de di-
ciembre, el TEEPJO declaró en su favor, proclamando la validez
de la elección del cabildo.
El reclamo sobre la participación de las mujeres inició el 4
de enero, cuando Dacia Fabiola Mesinas Robles impugnó la de-
cisión del TEEPJO, con el argumento de que ella, como mujer, no
tuvo acceso a participar en las elecciones para los concejales.
Su impugnación fue una de siete que varios ciudadanos realiza-
ron sobre irregularidades. La Sala Xalapa consideró todas las im-
pugnaciones en conjunto, y el 27 de febrero confirmó la sentencia
emitida por el Tribunal Estatal. Con respecto al agravio de Da-
JUZGANDO EN FAVOR DE LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES 77

cia, argumentó que no había documentación donde se demos-


trara que Dacia realmente quería ser electa para el cabildo:

Finalmente, tampoco le asiste la razón a quienes promueven


que el acuerdo multicitado impidió la participación a las mu-
jeres en condiciones de equidad frente a los varones, ya que
Dacia Fabiola Mesina Robles, también actora, aspiraba a ser
electa a través de sus procedimientos y prácticas tradicio-
nales. Lo anterior, porque de las actas de Asamblea de diez
y veinticuatro de noviembre de dos mil trece, no se advierte
que se hubiera propuesto a la enjuiciante y que por el hecho
de ser mujer no se le hubiera dejado participar. De ahí que no
esté acreditada en autos, dicha afirmación (Ramos Ramos,
2014a:88).

En respuesta a la sentencia de la Sala Xalapa, el 4 de marzo de


2014, 376 personas (Dacia Mesinas entre ellas) presentaron un re-
curso de reconsideración ante la Sala Superior. Argumentaron:

De manera particular, hacen notar que las autoridades edili-


cias en coadyuvancia con la mesa de debates y el Instituto Elec-
toral y de Participación Ciudadana de Oaxaca, de manera
unilateral sin la aprobación de la asamblea comunitaria, apro-
bó cambiar el método de la elección, lo cual generó que los
distintos cargos en disputa, se repartieran exclusivamente
entre aquellos candidatos que participaron para el cargo de
Presidente Municipal, situación que, en su opinión [de los ac-
tores], transgrede el principio de certeza que debe tener toda
contienda electoral (Ramos Ramos, 2014a:44).

El 19 de marzo, la Sala Superior encontró fundados sus agra-


vios, con el argumento de que la elección no garantizó el “princi-
pio de certeza al modificarse, durante el desarrollo de la elección,
las reglas previamente aprobadas por la comunidad; máxime que
no existe certidumbre de que esa determinación represente el
consenso de la comunidad” (Ramos Ramos, 2014a:85). En espe-
cial, consideró que definitivamente los derechos de las mujeres
también habían sido violados, porque solamente los hombres te-
nían acceso a los cargos del cabildo:

Bajo el modelo adoptado [por el presidente municipal electo,


los candidatos a la presidencia, y el representante del IEEPCO], se
78 HOLLY WORTHEN

suprimió la posibilidad de continuar con la elección de los


demás cargos concejiles, pues la acción emprendida generó
que sólo los hombres accedieran a los cargos de concejales,
lo que significó la violación al principio constitucional de par-
ticipación de las mujeres en condiciones de igualdad, en las
elecciones celebradas bajo el sistema normativo interno indí-
gena. Esto es así, dado que los puestos que originalmente iban
a ser disputados, en igualdad de condiciones, quedaron a mer-
ced sólo de los ocho candidatos hombres que se inscribieron
para la elección de presidente municipal, coartándose así cual-
quier posibilidad de que alguna mujer tuviera la oportunidad
de postularse a fin de acceder a alguno de esos cargos (Ramos
Ramos, 2014a:93).

La Sala Superior ordenó una nueva elección para los puestos


del cabildo, la cual debería garantizar “la efectiva representación
política de las mujeres en la integración del Ayuntamiento” (Ra-
mos Ramos, 2014a:100).
El caso de Ánimas Trujano resulta importante porque la Sala
Superior determinó que la actora quejosa no necesitaba haber
documentado su intención de participar como candidata para
argumentar exitosamente que el proceso electoral violó sus de-
rechos políticos. Era suficiente ver que el proceso de selección
de los miembros del cabildo había sido exclusivo: es decir, que las
mujeres (y varios hombres) no participaron en definir el proce-
dimiento realizado, y que los puestos del cabildo realmente no
fueron accesibles para las mujeres, dado que los candidatos, y por
lo tanto quienes se eligieron como autoridades, habían sido sola-
mente hombres.

Santo Domingo Nuxaá:


propietarias y suplentes deben ser del mismo sexo

El caso de Santo Domingo Nuxaá, al igual que el de Guevea de


Humboldt, es uno donde las mujeres no han participado realmen-
te en los ayuntamientos ni en las elecciones. Fue el tercer caso
visto por la Sala Superior sobre el tema de mujeres en sistemas
normativos internos, y junto a San Bartolomé Coyotepec y Áni-
mas Trujano, forma parte de la jurisprudencia sobre el tema
(Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, 2014b).
JUZGANDO EN FAVOR DE LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES 79

El 30 de julio se realizó la primera asamblea comunitaria


para elegir a las autoridades municipales. Sin embargo llegaron
solamente 20 personas, más los integrantes del ayuntamiento.
Debido a que no había quórum, decidieron convocar una segun-
da asamblea, que se llevó a cabo el 15 de agosto. El acta de la
asamblea fue firmada por 264 hombres y una mujer (Luna Ra-
mos, 2014:68). El 23 del mismo mes, seis hombres (de una agen-
cia municipal perteneciente al municipio) presentaron un medio
de impugnación donde manifestaron:

a) que se les negó el derecho de votar y ser votados; b) que las


elecciones se realizaron tras la emisión de la primera convoca-
toria y no de la segunda; y c) que las mujeres no participaron
en las mencionadas elecciones, privándolas así de su derecho de
votar y ser votadas (Luna Ramos, 2014:3).

Después de varias reuniones con el IEEPCO, los ciudadanos y


las autoridades municipales acordaron convocar una nueva
elección, en la cual las mujeres y los hombres, así como todos
los ciudadanos de la cabecera y las otras localidades del muni-
cipio, participarían y tendrían la oportunidad de votar y ser
votados por igual. El resultado fue que esta asamblea (en donde
participaron 391 hombres y 71 mujeres) decidió ratificar la pla-
nilla que había sido electa en agosto. El IEEPCO validó la elección
el 29 de diciembre de 2013.
El 2 de enero de 2014 las mujeres empezaron a participar
como actoras en disputa. Once mujeres y tres hombres impug-
naron las elecciones y un día después otras dos mujeres, Inés
Eugenia Martínez López y Zilpa Castellanos López, también im-
pugnaron la elección. Sin embargo, el TEEPJO desechó las dos
impugnaciones el 17 de enero. El magistrado argumentó que
dado que había mujeres firmantes del acta de la segunda asam-
blea, éstas sí habían tenido oportunidad de participar. También
(en forma parecida a lo que se argumentó en el caso de Guevea de
Humboldt) manifestó que la impugnación por parte de las mu-
jeres no fue suficientemente detallada para entender de qué
manera sus derechos habían sido negados. En la sentencia del
TEEPJO, el magistrado indicó:

Las aquí actoras, sólo refirieron que no se les permitió votar


a ellas y a las mujeres que habitan en el municipio en cita, sin
80 HOLLY WORTHEN

especificar las razones de modo, tiempo y lugar en que haya


acontecido dicha conculcación de derecho; tampoco especi-
ficó qué persona o autoridad municipal no permitió que las
mujeres votaran en las asambleas celebradas en el Municipio
de Santo Domingo Nuxaá (Luna Ramos, 2014:47).

Cinco días después, Inés Eugenia Martínez López y Zilpa


Castellanos López impugnaron la sentencia del TEEPJO. Sin embar-
go, el 27 de febrero la Sala Regional Xalapa confirmó la sentencia.
Argumentó que debido a que las convocatorias para las elec-
ciones incluyeron a las mujeres, y que el número de mujeres
que participaron en la primera asamblea fue uno, y que aumen-
tó a 71 en la segunda asamblea, eso significaba que las mujeres
sí participaron, y que “no existió limitación material para que
las mujeres del referido municipio asistieran e intervinieran
en las asambleas generales comunitarias” (Luna Ramos, 2014:49).
Después de revisar las actas de elecciones anteriores, desde 2004
hasta la fecha, se advirtió que solamente en 2007 participaron
dos mujeres. En las demás elecciones no habían participado, y
volvieron a hacerlo hasta el 24 de noviembre de 2013. Para la Sala
Regional, el hecho de que 71 mujeres lo hubieran hecho era un
signo de que el municipio ya intentaba incluir a las mujeres, por
lo cual se interpretó que la falta de una mayor participación era
debida a “factores personales y culturales” (Luna Ramos, 2014:49).
Inconformes aún, las mujeres impugnaron ante la Sala Supe-
rior del TEPJF. El 14 de mayo la Sala Superior sentenció en favor
de su recurso, razonando:

Es fundado el agravio de las recurrentes relativo a que en la


elección impugnada en forma alguna se respetó el principio de
universalidad de voto, pues subsiste la violación al principio
constitucional de participación de las mujeres en condiciones
de igualdad en las elecciones celebradas bajo el sistema nor-
mativo interno indígena (Luna Ramos, 2014:50).

La Sala argumentó que debido a que solamente una mujer


participó en la asamblea donde fueron electos los nuevos integran-
tes del cabildo, las mujeres realmente no tenían acceso a ser
votadas. A diferencia de la Sala Xalapa, consideró que la falta de
participación en el municipio no era por razones personales,
sino que era parte de una cultura política que sistemáticamente
ha excluido a las mujeres:
JUZGANDO EN FAVOR DE LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES 81

A pesar de que en el municipio existe un importante número


de electores del género femenino, lo cierto es que en la asam-
blea en la cual se eligieron a sus representantes, únicamente
existe constancia de la participación de una de ellas, situación
que, de manera constante y reiterada a lo largo de la última
década se ha presentado en las elecciones municipales […] lo
que se traduce en que el sistema normativo interno de dicho
municipio no resulta inclusivo, puesto que de la revisión de
las últimas elecciones se advierte una constante, a saber: la au-
sencia de las mujeres en la vida política de la comunidad
indígena, especialmente en lo referente a las asambleas comu-
nitarias en las que se eligen a las autoridades municipales, lo
que constituye uno de los pilares fundamentales de la parti-
cipación activa de sus integrantes (Luna Ramos, 2014:52-53).

El caso de Nuxaá, sin embargo, no termina ahí. En la elección


extraordinaria para los concejales, que se celebró el 5 de julio,
participaron 242 mujeres y quedaron dos dentro del cabildo
(como regidoras de Hacienda y Educación). Sin embargo, el
IEEPCO se negó a validar la elección, dado que se habían presen-
tado irregularidades (terceros cerraron el acceso al pueblo a per-
sonal del IEEPCO que asistía a observar la elección), y también
porque las suplentes de las regidoras no fueron mujeres (Alonso
Criollo y Martínez, 2014). En septiembre, tres miembros del ca-
bildo electo y tres mujeres ciudadanas de Nuxaá presentaron de-
mandas ante el TEEPJO en contra de la decisión del IEEPCO. El
TEEPJO respondió en su favor y el 13 de noviembre de 2014 declaró
válidas las elecciones extraordinarias. Varias personas impug-
naron la decisión, entre ellas un nuevo grupo de cinco mujeres.
Dentro de sus varias quejas sobre irregularidades relacionadas
con el proceso de la elección, su reclamo respecto a la equidad de
género fue que los suplentes de las regidoras electas eran hombres.
La Sala Xalapa consideró infundadas las demás quejas, pero
el agravio 1.7 sobre los suplentes hombres lo estimó fundado y
suficiente para “revocar las constancias que el tribunal local or-
denó expedir a los suplentes de las regidurías antes precisadas” (De
León Gálvez, 2015:71). Así lo determinó porque los tribunales
han dictaminado sentencias en el sentido de que el propietario
y su suplente deben ser del mismo sexo. Ello con el fin de promo-
ver la igualdad de una dimensión formal a una sustantiva. El
magistrado argumentó:
82 HOLLY WORTHEN

Ahora, en la presente elección extraordinaria, la comunidad


de ese municipio, mediante decisión de asamblea, incorporó
a dos mujeres como concejales propietarias, con lo cual se lo-
gró que el género femenino estuviera representado en el ca-
bildo; sin embargo, también se debió garantizar la efectividad
de tal logro, tornándose en una condición necesaria que cada
concejal propietaria tenga una suplente del mismo género,
porque ante una posible ausencia de aquélla, entrará al car-
go esta última. Pensar en un sentido opuesto haría nugatorios
los derechos que en pro del género femenino han ido avanzan-
do los instrumentos internacionales sobre los derechos hu-
manos, porque se generaría una situación muy frágil, donde
fácilmente podría totalizarse el desempeño de todos los car-
gos de elección popular bajo la conducción de un solo género,
bastando para ello la renuncia de las mujeres al cargo de pro-
pietarias, para dejar las vacantes a cargo de hombres que se
encuentran electos como suplentes. Lo que podría provocar un
desequilibrio de género en la integración de las autoridades
que se eligen mediante la voluntad popular (Luna Ramos,
2014:81).

En consecuencia no invalidó la elección, sino que modificó la


sentencia del TEEPJO para dar pautas en caso de que las regido-
ras de Hacienda y de Educación no pudieran desempeñar sus
cargos y sus suplentes tuvieran que asumirlos. Determinó que se
debía escoger a suplentes que fueran mujeres.
El caso de Nuxaá es interesante, también, por otro aspecto:
un consejero del IEEPCO, Víctor Leonel Juan Martínez, incon-
forme con la decisión del Consejo General de la misma institu-
ción, anexó al acta un voto particular. Estaba en favor de que el
IEEPCO verificara las primeras elecciones extraordinarias. Presen-
tó a continuación sus razonamientos con el fin de dar otra pers-
pectiva sobre la participación de las mujeres y recalcar algunos
ejes clave del debate sobre la inclusión de las mujeres en siste-
mas normativos internos.
Primero, el consejero explicó el contexto diferente en el cual se
encuentra la participación de las mujeres de Nuxaá. Argumentó
que la participación política en muchas comunidades indígenas
va más allá de la inclusión en el cabildo y la asamblea comuni-
taria, y que las mujeres pueden tener roles muy importantes en
sus comunidades sin necesariamente formar parte del cabildo.
JUZGANDO EN FAVOR DE LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES 83

Escribió: “En el régimen de sistemas normativos internos, lo


electoral es sólo una parte, la más visible pero no siempre la esen-
cial, en la estructura organizativa de la comunidad” (Alonso
Criollo y Martínez, 2014:41). Basado en ello, planteó que la igual-
dad de género en estas comunidades no siempre es reflejada en
la composición de los cargos oficiales:

Por ello, la incorporación de las mujeres tendría en todo caso


que garantizarse que sea al sistema organizativo, puesto que
puede haber representación en el ayuntamiento y exclusión
en el sistema o bien, pueden ser ampliamente garantizados sus
derechos, tener una representación activa en la toma de de-
cisiones, estar presentes en toda la estructura organizativa
aun cuando, por distintas razones que incluso pueden ser
decisión propia, no estar en el órgano de gobierno local (Alonso
Criollo y Martínez, 2014:42).

En cierta forma, aunque no utiliza estas palabras, cuestiona la


versión de la igualdad sustantiva que la Sala Superior está pro-
moviendo al preguntar sobre las condiciones que podrían ge-
nerar la igualdad en sistemas normativos internos en los cuales
los puestos públicos son pensados no dentro de la lógica liberal
de representación, sino dentro de una no liberal que incluye as-
pectos como el tequio, la mayordomía y los cargos como accio-
nes de participación política local (Curiel, 2015a; Worthen, 2015).
Centra sus dudas sobre la forma de respetar legalmente estas
prácticas alternativas de la libre determinación en combinación
con la igualdad de género como se concibe desde contextos li-
berales:

Es pues necesario también, reflexionar sobre cómo garantizar


realmente su participación política: ¿incorporándolas primero
al sistema organizativo para que, en condiciones de igualdad
puedan reunir los requisitos necesarios para formar parte del
gobierno local?; o ¿establecer la excepción de su incorpora-
ción directa, haciendo a un lado los principios, instituciones y
reglas comunitarias con el posible menoscabo de los derechos
de la comunidad? ¿Cómo se garantiza mejor esa demanda, legí-
tima y justa, de las mujeres?; ¿cómo se armoniza ese derecho
con el de la libre determinación? (Alonso Criollo y Martínez,
2014:42).
84 HOLLY WORTHEN

El consejero manifiesta, también, una inquietud que se encuen-


tra en casi todos los casos que reviso: el uso instrumental del
discurso de la participación de las mujeres:

Por otro lado, habría que tener cuidado con el uso instrumen-
tal del discurso de género. En algunos casos, y éste podría ser
uno de ellos, la demanda más bien parece venir de un grupo
político, más que una decisión sentida de la comunidad. Por
ello, aun cuando el tema está resuelto, persiste una oposición
a la decisión asamblearia: no importa que estén mujeres en el
ayuntamiento, mientras no sean posiciones de la facción que
impugna (Alonso Criollo y Martínez, 2014:41).

El caso de Nuxaá, entonces, va de un contexto de casi nula par-


ticipación de las mujeres a otro que las incluye en las asambleas
y en el que son consideradas como candidatas a puestos en el
ayuntamiento. La diferencia de opinión entre la Sala Xalapa y
la Sala Superior resulta ser importante en la forma de entender la
participación sustantiva de las mujeres en este respecto. La Sa-
la Xalapa determina que dado que el número de mujeres aumentó
de uno a 71, las mujeres sí participaron. Sin embargo, la Sala
Superior manifiesta que la presencia de las mujeres en la asam-
blea no es suficiente si ellas no tienen la oportunidad de ser
votadas. Después, en la impugnación de las elecciones extraordi-
narias, queda claro que las suplentes y las propietarias deben ser
del mismo sexo, aun dentro de las “prácticas tradicionales” de
los sistemas normativos internos.
El caso también es interesante por la controversia que pro-
voca dentro del mismo IEEPCO. Varias consejeras utilizan el ar-
gumento de que las mujeres no tenían suplentes del mismo sexo
como razón para no validar las elecciones extraordinarias, algo
que luego el Tribunal Federal determina como un agravio fun-
dado. Las preocupaciones del consejero del IEEPCO que emitió
voto razonado demuestran las dudas alrededor de la implemen-
tación de acciones que intentan promover la igualdad de género
desde una lógica liberal en un contexto donde la igualdad se po-
dría definir de otra forma; algo que, sin duda, es un tema de dis-
cusión provocado por las sentencias. Finalmente, las dudas del
consejero sobre el uso instrumental del discurso de la partici-
pación de las mujeres para impugnar elecciones resultan ser otro
tema importante a debatir. Dado el contexto de conflictos pos-
JUZGANDO EN FAVOR DE LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES 85

electorales en Oaxaca, sin duda el tema de la participación de


las mujeres se ha convertido en una forma exitosa de impugnar
elecciones municipales.

San Antonio de la Cal:


progresividad con la participación de las mujeres

A diferencia de otros casos ya tratados, el tema de la participación


de las mujeres no se manifiesta como la queja original del pro-
ceso electoral en San Antonio de la Cal. Este municipio, como
Guevea de Humboldt, ha vivido históricamente varios momen-
tos de conflictos poselectorales. Dentro de las numerosas impug-
naciones sobre las elecciones, primero en el nivel local y después
ante la Sala Regional Xalapa, la falta de igualdad de género en el
proceso resulta ser el único agravio que la Sala Regional Xalapa
encuentra fundado para revocar la validez de la primera elección
extraordinaria. El tribunal argumentó que las mujeres deben es-
tar consideradas en ternas exclusivamente para ellas. Esto debido
a un principio de progresividad jurídica: ya que había mujeres
en el ayuntamiento anteriormente, el municipio no puede dar
pasos hacia atrás. Es decir, por el principio de progresividad, se
debe continuar incorporando a mujeres dentro del cabildo, y esto
solamente se puede lograr con ternas compuestas totalmente de
mujeres.
El proceso electoral empezó el 29 de septiembre de 2013, con
la elección en la asamblea comunitaria. El 3 de diciembre el
IEEPCO declaró su validez, a pesar de quejas sobre irregularida-
des por parte de varios ciudadanos. Aunque había varias impug-
naciones, la elección fue declarada válida por el TEEPJO el 30 de
diciembre del mismo año. El 4 de enero de 2014, José Irineo
Sebastián Juárez impugnó el proceso ante la Sala Regional Xa-
lapa y casi dos meses después este tribunal revocó la sentencia
local, declarando las elecciones inválidas con el argumento de
que no podía corroborarse que la convocatoria hubiera inclui-
do a todos los ciudadanos de todas las localidades en el municipio.
Otro ciudadano, Juvenal Margarito García Méndez, apeló a la
Sala Superior, la cual confirmó la sentencia de la Sala Regional
el 2 de abril de 2014.
Se realizó la elección extraordinaria el 27 de abril de 2014, la
cual fue validada por el IEEPCO el 8 de mayo. La elección extra-
ordinaria también fue impugnada por varios grupos. El TEEPJO
86 HOLLY WORTHEN

rechazó sus agravios. En particular, Columba Socorro Martínez


Bautista, quien participó en la terna para regidor de educación
y perdió contra el hombre que participó en la misma terna, im-
pugnó la decisión del tribunal local, denunciando que “es insufi-
ciente que el órgano jurisdiccional local estimara que atendiendo
al hecho de que las mujeres fueron consideradas como candi-
datas en algunas ternas, ello era suficiente para concluir que no
fueron excluidas en la elección” (Ramos Ramos, 2015a:56). El 25
de agosto de 2014, la Sala Regional Xalapa fue en contra del tri-
bunal local y declaró inválida la elección extraordinaria por
haber “violado el principio de igualdad, así como el de progre-
sividad en la tutela de los derechos humanos de las mujeres, al
no haberse garantizado su acceso a integrar el órgano edilicio”
(Santos López, 2015:15). La Sala argumentó que aunque las mu-
jeres habían participado en la asamblea y como candidatas en
ternas, la igualdad de género sólo se dio en el “plano formal”, dado
que el cabildo terminó siendo compuesto únicamente por hom-
bres. En vista de que mujeres habían servido en el cabildo en
trienios anteriores, la falta de una mujer constituía “una regre-
sión en la observancia de los derechos fundamentales dentro de
la comunidad, en perjuicio de las mujeres” y para la segunda elec-
ción extraordinaria, una terna tanto de propietarios como su-
plentes debía ser conformada solamente por mujeres (Ramos
Ramos, 2015a:128).
En los meses siguientes, el IEEPCO fue involucrado en la or-
ganización del nuevo proceso electoral. Había disputas entre la
comunidad sobre la forma de realizar la elección y la represen-
tatividad de varios barrios en el Consejo Municipal Electoral.
Después de cuatro meses sin haber realizado la segunda elección
extraordinaria, un hombre y tres mujeres (Alfonso Esparza Her-
nández, Lucía Morales Martínez, Leydi Gudelia Antonio Santia-
go e Iyari Méndez Miguel) se quejaron ante el TEEPJO, el cual dio
sentencia el 20 de enero de 2015 en su favor, considerando que el
proceso de determinar la segunda elección extraordinaria ha si-
do “desordenado” y “carente de certeza y de efectiva participa-
ción de los hombres y mujeres que habitan el municipio” (Ramos
Ramos, 2015a:47). Ordenó que se revocaran todos los actos rea-
lizados para la segunda elección extraordinaria y que debían
empezar de nuevo. Este proceso ha llegado a los tribunales su-
periores y, hasta la fecha, San Antonio de la Cal sigue sin realizar
su segunda elección extraordinaria.
JUZGANDO EN FAVOR DE LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES 87

El caso de San Antonio de la Cal ilustra varias cosas. Primero,


que el tema de la progresividad significa que una vez que haya
mujeres en el cabildo, no se puede retroceder. Segundo, que las
ternas de propietarios y suplentes deben ser compuestas por
candidatos del mismo sexo. Y tercero, muestra el poder que tie-
ne el tema de la participación de las mujeres como razón para la
impugnación de elecciones. Aunque existían varios agravios,
fue la falta de ternas compuestas por mujeres lo que la Sala Xa-
lapa declaró como fundado.

San Miguel Tlacotepec: tres contra 1 232

El caso de San Miguel Tlacotepec llegó a los tribunales federales


casi un año después del primer caso de denuncia sobre violación
de los derechos de las mujeres en San Bartolo Coyotepec. El asun-
to electoral de San Miguel resulta interesante por varias razo-
nes. Primero, como San Antonio de la Cal, es un municipio con
muchos antecedentes de conflictos poselectorales (Curiel, 2011;
véase también el capítulo de Curiel en este volumen). Segundo,
aunque tres mujeres impugnaron la elección por violación a sus
derechos, un grupo sustancial de mujeres argumentó que sus de-
rechos no estaban en peligro: utilizaron su voz como mujeres
para intentar frenar las quejas de las primeras, presentando la
situación de manera que pareciera que las tres mujeres estaban
contra la voluntad del pueblo. Tercero, la Sala Superior utilizó
el caso para dar sugerencias sobre la forma en que se puede in-
corporar a las mujeres a los requisitos para ser ciudadanos en los
pueblos.
La elección en San Miguel Tlacotepec en 2013 fue problemá-
tica aun antes de la asamblea comunitaria llevada a cabo el 15
de diciembre, en la cual fue electo Rigoberto León Chávez como
presidente.15 El IEEPCO había realizado varias reuniones con el fin
15
Las elecciones del trienio anterior también fueron impugnadas y
la Sala Regional Xalapa dictó sentencia para la realización de eleccio-
nes extraordinarias. Según el documento JNI/27/2014, “las personas que
promueven el presente asunto, son del mismo grupo que impugnó la
elección anterior” y, en la elección extraordinaria, no siguieron las
costumbres del pueblo: “cuando se repuso el procedimiento de elec-
ción, no utilizaron el sistema electoral de la comunidad, sino que obli-
garon a la población del municipio a votar por medio de planillas, sin
que los integrantes de la planilla que impulsaron cumplieran con los
88 HOLLY WORTHEN

de atender las quejas de ciudadanos de las agencias municipales,


que fueron excluidos en el proceso de definir los términos de la
elección. Ciudadanos de la cabecera municipal no querían permi-
tir a los pobladores de las agencias ser votados. A pesar de las
quejas hechas sobre la elección, el IEEPCO la validó el 30 de di-
ciembre. El 3 de enero de 2014, los agentes de cinco localidades
en el municipio impugnaron la elección, y el TEEPJO declaró in-
fundados sus agravios. Estas mismas personas impugnaron la
decisión, y el 10 de abril de 2014 la Sala Superior Xalapa revocó
la sentencia del TEEPJO y ordenó la realización de elecciones ex-
traordinarias. El argumento fue que en 2010 hubo un acuerdo
para que las personas que vivían en las localidades del munici-
pio pudieran votar y ser votadas. Negar el derecho a ser votado
iba en contra del principio de progresividad. La elección extra-
ordinaria fue programada para el 10 de agosto de 2014.
Es en este momento que la disputa sobre la elección empezó a
involucrar el tema de los derechos de las mujeres. Tres de ellas,
Elvia Cristina Sierra León, Elsa Natividad Sierra León y Ana Isela
Cruz Ortiz, argumentaron ante el IEEPCO que fueron discrimi-
nadas en la formulación de las dos planillas que se iban a votar en
la elección extraordinaria y pidieron el diferimiento de la elec-
ción. Sin embargo, después de reunirse con el consejo municipal
electoral, el cual manifestó que las mujeres sí tenían posibilidades
de participar en las planillas, el IEEPCO autorizó la elección y el
2 de septiembre la validó, con la misma planilla como ganadora.
Pocos días después, tres grupos diferentes impugnaron la elec-
ción extraordinaria. Un grupo estaba compuesto de dos hombres,
otro de tres mujeres, y el tercero de dos mujeres. Las quejas de
los dos grupos de mujeres incluyeron, entre otras cosas:

Que las mujeres no participaron en un plano de igualdad con


los hombres en la integración de las planillas. Que los inte-
grantes de la Cabecera Municipal se entrometieron de forma
directa y parcial ante el Consejo Municipal Electoral, ya que
fueron los propios representantes quienes convocaron y ma-
nipularon la asamblea general comunitaria de diecinueve de
julio de dos mil catorce, en desventaja de la colectividad feme-
nina de San Miguel Tlacotepec, Oaxaca. Que no existió igual-

requisitos que acostumbran respetar según su sistema de cargos” (Cor-


dero Aguilar, 2014b:27).
JUZGANDO EN FAVOR DE LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES 89

dad jurídica entre hombres y mujeres en la integración de las


planillas (Cordero Aguilar, 2014c:23).

El 13 de noviembre de 2014, el TEEPJO declaró estos agravios


infundados, porque las mujeres habían sido incluidas en la con-
vocatoria para la elección, habían participado en la asamblea,
e incluso algunas de ellas habían sido propuestas para ocupar
el lugar número doce de la planilla, pero todas habían declinado
por razones personales. Las mujeres tampoco presentaron soli-
citudes formales para estar involucradas en las planillas al mo-
mento de registrarlas, por lo cual el tribunal consideró que no
había un proceso de exclusión hacia ellas. El órgano judicial citó
una carta firmada por 286 mujeres de San Miguel Tlacotepec en
la cual manifestaban que no existían actos discriminatorios ha-
cia las mujeres en la elección extraordinaria. Escribieron: “En
primer lugar queremos decirles que es falso que no se haya permi-
tido a las mujeres votar y ser votadas”. Su segundo punto fue que
había oportunidad de inscribirse en una planilla, pero que ellas
mismas no quisieron:

Dadas las condiciones de que se había anulado un proceso


electoral y que era una elección extraordinaria, habiendo com-
petido con anterioridad una planilla, decidimos no integrarnos
en la planilla, por diferentes razones, algunas por no convenir a
nuestros intereses, otras por que el tiempo que se estaría frente
al cargo sería menos que un periodo normal, pero en ningún
caso fue por que [sic] no se nos hubiera dejado participar (Cor-
dero Aguilar, 2014c:49).

Como tercer punto, declaraban que las mujeres que estaban


impugnando la elección tenían intereses que realmente no esta-
ban relacionados con la igualdad de género en los procesos polí-
ticos, sino con la disputa por el poder local. Y que dos de ellas
eran hermanas de un señor que buscaba sus propios intereses po-
líticos. Escribieron:

Queremos pedir a esta Autoridad que no se dejen sorprender


por el dicho de tres o cuatro mujeres que hoy quieren utilizar la
figura del género, pues lejos de que sea una defensa del mismo
se convierte en una ofensa para nosotras mismas, ya que, se
están dejando utilizar por los hombres que son los que están en
contra de las personas que resultaron electas. Somos sabedo-
90 HOLLY WORTHEN

ras de que Ustedes tienen que velar por que no se violen los
derechos constitucionales, que se cumpla con la ley, por eso
les decimos que si encuentran alguna razón o algún vicio gra-
ve dentro de la elección extraordinaria que de [sic] lugar a
anular de nueva cuenta la elección extraordinaria, lo hagan;
pero que no se tome de argumento, ni de pretexto, razones de
género por supuestas violaciones a los derechos de las muje-
res, por que [sic], esto se viene convirtiendo en un abuso […]
pedimos a este Tribunal Electoral que se respete la voluntad
del pueblo, misma que quedó manifestada en las urnas (Corde-
ro Aguilar, 2014c:50-51).

En esa carta este grupo de mujeres presentaba la situación co-


mo un asunto de la voluntad del pueblo en contra de la voluntad
de un pequeño grupo interesado en el poder local.
Sin embargo, la lucha prosiguió. Miguel Zenén Sierra León,
uno de los hombres que impugnó ante el TEEPJO, y el grupo de
mujeres identificadas ahora como sus hermanas, impugnaron
la sentencia. La Sala Regional Xalapa dio sentencia en su favor,
revocando así la elección. Ordenó que:

Se realicen nuevas elecciones de concejales en el referido muni-


cipio, debiendo proponer mujeres como propietarias y su-
plentes para el mismo cargo, ya sea Presidente, Síndico, o
Regidores, de tal forma que se haga efectivo su acceso material
a la integración del Ayuntamiento (Ramos Ramos, 2014b:72).

Su argumentación se fundamentó en que el Consejo Muni-


cipal Electoral tenía conocimiento sobre la queja de las mujeres
acerca de no poder participar en las planillas plenamente, así
como en el hecho de que todos los candidatos fueron hom-
bres. Indicó que el Consejo:

Debió considerar que era inminente que el Ayuntamiento se


conformaría en su totalidad por hombres, y ello implicaría el
desconocimiento material del derecho de las mujeres para ac-
ceder de manera efectiva a los cargos públicos […] Por tanto,
en el caso que nos ocupa, se materializa la exclusión de las mu-
jeres al no garantizarse su efectivo acceso al cargo (Ramos
Ramos, 2014b:72).

Declaró que debido a que una mujer nunca ha sido parte del
cabildo municipal y en respuesta al agravio consistente en que
JUZGANDO EN FAVOR DE LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES 91

las mujeres no habían tenido acceso a participar en las planillas,


y con el fin de incorporar a las mujeres a la promoción de una
igualdad sustantiva en las candidaturas, las propietarias y sus su-
plentes debían ser del mismo sexo.
El presidente electo, Rigoberto León Chávez, con más de 700
personas residentes de San Miguel Tlacotepec, impugnó la deci-
sión de la Sala Regional. Argumentaban, entre otras cosas, que la
sentencia iba contra su libre determinación como pueblo indíge-
na, que las mujeres que estaban impugnando realmente no ha-
bían manifestado su deseo de ser autoridades y no habían tenido
la intención de participar activamente, y que tres votos (de las
mujeres demandantes) no podían anular 1 232 votos (del resto de
la población que participó en la elección).
Sin embargo, el 11 de febrero de 2015 la Sala Superior con-
firmó la sentencia al considerar que el reconocimiento jurídi-
co de procedimientos electorales consuetudinarios no implicaba
permitir la violación de los derechos humanos fundamentales
definidos por el sistema jurídico nacional y plasmados en los tra-
tados internacionales:

Consecuentemente, si en una comunidad indígena no se per-


mitiera ejercer su derecho de ser votada a las ciudadanas con
motivo de sus prácticas tradicionales, entonces dicha restric-
ción se traduciría en la negación o anulación de su derecho
fundamental de voto pasivo, y ello significaría la transgresión
al principio de igualdad, visto desde el punto de vista subjetivo
que emana de dicha norma, el derecho a no ser discriminado
injustamente; por lo tanto, esta situación violatoria de dere-
chos fundamentales, queda excluida del ámbito de reconoci-
miento y tutela de los derechos de los pueblos y comunidades
indígenas previstos por la Constitución Federal, al resultar in-
compatible con los derechos fundamentales que han quedado
precisados; por lo que, en consecuencia, esa práctica o tradi-
ción de una comunidad indígena no tendría el carácter de demo-
crática (González Oropeza, 2015:41).

La Sala Superior, al revisar las elecciones anteriores, inter-


pretó que “el sistema normativo interno de dicho municipio no
resulta inclusivo, puesto que de la revisión de las últimas elec-
ciones se advierte una constante, a saber: la ausencia de las mu-
jeres en la vida política de la comunidad indígena, especialmente
92 HOLLY WORTHEN

en lo referente a que sean electas como Concejales del Ayunta-


miento” (González Oropeza, 2015:44).
Además, la Sala Superior agregó a su sentencia otro asunto
no mencionado por la Sala Regional Xalapa: los requisitos y obli-
gaciones que existen en muchos municipios regidos por siste-
mas normativos internos en los cuales un/a ciudadano/a debe
desempeñar cargos antes de poder participar en las asambleas co-
munitarias para votar y ser votado/a. Argumentó que en las comu-
nidades hay que valorar las aportaciones de las mujeres, y darse
cuenta de que las estructuras por medio de las cuales se define la
ciudadanía local pueden ser discriminatorias para las mujeres.
Toma como ejemplo el tequio:

En tal sentido, el tequio no debe constituir un obstáculo insu-


perable para quienes aspiren a un cargo de concejales ni tampo-
co puede imponerse sin tomar en cuenta una ponderación de
las circunstancias particulares de quienes aspiren a un cargo
de elección popular […] Por lo tanto, debe tenerse presente que,
conforme al sistema normativo interno, el cumplimiento de
las obligaciones comunales relacionadas con el tequio y car-
gos deben armonizarse con las actividades propias que las
mujeres cumplen en el contexto de su familia para que, en su
caso, se hagan las adecuaciones en las modalidades y tempo-
ralidad de las actividades comunitarias y de esta manera cum-
plan con el tequio sin descuidar otras labores que desempeñan
al interior de su vida familiar, pudiendo crear un sistema de
elegibilidad propia a su género (González Oropeza, 2015:66).

Propuso que se considere el trabajo de reproducción social


que, típicamente, las mujeres realizan como algo a tener en cuen-
ta a la par de las aportaciones a los tequios:

Por lo que, como reconocimiento del apoyo familiar para la


concreción del tequio, ante la comunidad no sólo el hom-
bre cumple con su obligación, sino las mujeres que quieran
ser candidatas tendrán por cumplido ese requisito si el núcleo
familiar lo ha cubierto, bien sea que el cargo lo hayan ocupa-
do ellas directamente o por cualquier otro miembro de la
familia (González Oropeza, 2015:66).

Así, argumentó que en las próximas elecciones se puede “re-


valorar la aportación de la mujeres en sus actividades propias
JUZGANDO EN FAVOR DE LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES 93

siempre que sea en beneficio de la comunidad” (González Oro-


peza, 2015:66).16
Con el caso de Tlacotepec vemos cómo la impugnación por
razones de exclusión por el primer grupo de mujeres provoca la
participación de otro segundo grupo de mujeres. Este segundo
y más numeroso grupo también presenta un recurso en el cual
manifiesta que las otras mujeres realmente están utilizando la ra-
zón de género para promover no su verdadera participación, sino
el poder político de un familiar masculino. Sean o no sean cier-
tos sus reclamos, demuestran cómo el tema de la participación
política de las mujeres es algo que las mujeres mismas están reto-
mando para entrar en debates políticos locales. Al llegar a ser ac-
toras oficiales en un recurso jurídico, las mujeres acceden a una
subjetividad jurídica en la cual pueden hablar desde su situa-
ción genérica. Al retomar la idea de que son mujeres hablando
desde su perspectiva genérica femenina, entran en un nuevo ám-
bito como actoras políticas muy diferente a la lógica de su sub-
jetividad política dentro de la comunidad. En este caso, como
Curiel (2015) ha demostrado, las mujeres también vinculan sus
argumentos con “la voluntad del pueblo”, demostrando cómo la
negociación sobre los roles de género va a la par de una con-
frontación sobre la vida comunitaria y las costumbres locales.
Por otro lado, el caso resulta importante dada la mención
por primera vez, por parte de la Sala Superior, de la importan-
cia de entender la lógica alternativa de la participación de las
mujeres, y no solamente promover su posibilidad de ser votadas
en el cabildo. Como demuestro en otro trabajo (Worthen, 2015),
la participación política en sistemas normativos internos mu-
chas veces es estructurada por medio de una división de trabajo
por género. Las mujeres a veces no participan porque no rea-
lizan el trabajo comunitario oficialmente reconocido, como los
cargos y tequios. Sin embargo, ellas sí realizan otros trabajos co-
munitarios importantes (fiestas, rituales, preparación de comi-
da, etc.). En esta sentencia, la Sala Superior intenta enfatizar
la importancia de no forzar a las mujeres a retomar trabajo
comunitario adicional al que ya hacen, sino incorporar el reco-
nocimiento a sus esfuerzos actuales como algo que les permita

16
Véase Curiel (2015) para una explicación detallada sobre la forma
en que las mujeres utilizan sus roles en rituales y costumbres para en-
trar en la vida política del dicho municipio.
94 HOLLY WORTHEN

participar plenamente en las asambleas comunitarias y, por ende,


votar y ser votadas.

Tepelmeme Villa de Morelos

Como Tlacotepec, Tepelmeme es un municipio que ha tenido


una historia de conflictos poselectorales. También en este caso
las elecciones fueron impugnadas por otras razones inicialmen-
te, y es después de la realización de elecciones extraordinarias
que se hace una impugnación por parte de mujeres respecto a la
violación de sus derechos políticos. Igualmente, como en Tlaco-
tepec, otro grupo de mujeres entra en disputa, manifestando que
sus derechos sí fueron respetados en las elecciones extraordi-
narias. Lo curioso de Tepelmeme es que la sentencia de la Sala
Superior parece ir en contra de sus previas sentencias sobre el
tema de los derechos de las mujeres.
La controversia sobre las elecciones en Tepelmeme empezó
el 17 de noviembre de 2013, cuando la asamblea nombró a Raúl
Mendoza Villegas como presidente municipal. Debido a enfren-
tamientos verbales y físicos, se suspendió la elección para los de-
más miembros del cabildo. Fue hasta el 29 de diciembre que se
logró concluir el proceso, el cual fue validado por el IEEPCO el 31
del mismo mes. En enero de 2014, varias personas impugnaron
la elección por no seguir los usos y costumbres y por no convo-
car a todos los ciudadanos/as de las agencias, quienes no tuvie-
ron la oportunidad de votar y ser votados. En febrero el TEEPJO
aprobó la elección del presidente municipal, pero ordenó repo-
ner el procedimiento del nombramiento de los concejales. Al-
gunos ciudadanos impugnaron la decisión, y el 10 de abril de
2014 la Sala Regional Xalapa confirmó la elección del presiden-
te, pero ordenó una nueva elección para su suplente y los demás
concejales. La impugnación de esta sentencia fue rechazada por la
Sala Superior el 7 de mayo. La nueva elección para los conceja-
les se realizó finalmente el 27 de julio de 2014.
El asunto de la participación de las mujeres empezó después
de la elección extraordinaria. Un grupo de 28 mujeres impugnó la
elección argumentando que “no hubo condiciones de igualdad
en la asamblea electiva, y que con ello no se garantiza incluso la
creación de una regiduría de equidad y género” (Cordero Aguilar,
2014a:23). En respuesta a la impugnación, el síndico y regidores
electos, legalmente “terceros interesados,” presentaron un escrito
JUZGANDO EN FAVOR DE LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES 95

en el cual declararon que “la pretensión de las actoras es impro-


cedente y actúan de mala fe, dado que las actoras forman parte
del grupo político del ex presidente municipal Roberto Jiménez
García” (Cordero Aguilar, 2014a:15). El TEEPJO no dio razón a los
agravios presentados por las mujeres, al argumentar que ellas par-
ticiparon en la asamblea y fueron incluidas en la convocatoria.
El 8 de diciembre de 2014, un grupo de 22 personas (21 mu-
jeres y 1 hombre, 12 de ellas involucradas en la impugnación
anterior) impugnaron nuevamente, argumentando que “la res-
ponsable transgredió los principios de debida interpretación de
normas constitucionales, exhaustividad y equidad de género con-
catenado con el de votar y ser votado, lo cual, afirman, impidió
que las mujeres accedieran a algún cargo de elección popular”
(Ramos Ramos, 2015b:11). En particular, advirtieron que no se
abrió una nueva regiduría de género (como especifica en la Cons-
titución estatal) y que fue rechazada la petición de realizar el
voto por ternas compuestas solamente de mujeres, para lograr que
una mujer fuera integrante del cabildo.
EL 29 de enero de 2015, la Sala Regional Xalapa dio razón al
recurso de estos actores y ordenó una nueva elección para los
consejeros municipales. Argumentó que no era suficiente que
las mujeres fueran postuladas como candidatas en ternas mixtas
(ya sea como propietarias o como suplentes), dado que en el acta
de asamblea extraordinaria las mujeres pidieron ternas inte-
gradas de personas del mismo sexo para que una mujer quedara
como miembro del cabildo. También expresó que paradójica-
mente, aunque las mujeres son más numerosas que los hombres,
al emitir sus votos en las asambleas los cabildos siguen sin estar
integrados por mujeres. Determinó que era necesario estable-
cer mecanismos estructurales de incorporación de las mujeres
a los cargos:

Se puntualiza que los usos y costumbres de la Comunidad de


Tepelmeme Villa de Morelos, Coixtlahuaca, Oaxaca, no tie-
nen la finalidad de excluir a las mujeres de los cargos de elección
popular de su Cabildo; sin embargo, no se han establecido
mecanismos de votación que garanticen que el género feme-
nino acceda material y sustantivamente al desempeño real de
cargos en el referido órgano municipal, por tanto, su sistema
normativo interno produce afectación al derecho de partici-
pación de las mujeres en igualdad de circunstancias al de los
96 HOLLY WORTHEN

hombres, ya que se reitera, ninguna ha accedido a ocupar al-


gún cargo de elección popular en dicho Ayuntamiento, durante
los últimos diez años (Ramos Ramos, 2015b:27).

Recomendó que se considere modificar los requisitos de los


cargos del cabildo para que sean más incluyentes hacia las mu-
jeres:

Los encargados de conducir el proceso electivo, deberán acor-


dar de manera flexible lo relativo al cumplimiento de los cargos
o servicios por las mujeres, dado que su participación política
no se ha dado en condiciones de igualdad sustantiva con los
hombres del Municipio, esto es, no se les podrá exigir el mis-
mo número de cargos o servicios previos, que a los hombres,
o en su caso, deberán eximirlas del cumplimiento de alguno
de ellos; asimismo, tampoco deberán incluir algún otro requi-
sito que pueda imposibilitarles su participación como candida-
tas y posterior acceso a algún cargo de elección popular dentro
del Ayuntamiento (Ramos Ramos, 2015b:32).

Sin embargo, la lucha continuó por un grupo diferente de


mujeres encabezado por María Ofelia Jiménez y Elena Jiménez,
quienes impugnaron la sentencia de la Sala Regional el 9 de fe-
brero de 2015. Argumentaron que:

Si bien ninguna mujer fue electa como regidora, lo cierto es


que no existió vulneración a su derecho a participar, ya que a
la asamblea general comunitaria asistió un número impor-
tante de mujeres, inclusive dos mujeres fueron votadas, sin em-
bargo no resultaron electas, por lo que declarar la nulidad de
la elección por dicha causa atenta en contra de la autonomía
de la comunidad, así como su libre determinación y el dere-
cho al autogobierno (Nava Gomar, 2015:9).

En una sentencia sorprendente, el 16 de abril de 2015 la Sala


Superior revocó la sentencia de la Sala Regional. Argumentó
que el hecho de que una mujer no fuera electa no era razón para
anular la elección de nueva cuenta. Anular la elección iría en
contra del derecho de libre determinación del pueblo:

Por tanto, anular la elección del síndico y regidores del Ayunta-


miento de Tepelmeme Villa de Morelos, Coixtlahuaca, a efec-
JUZGANDO EN FAVOR DE LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES 97

to de realizar una nueva en la que se implemente una acción


afirmativa con el objetivo que una mujer integre el cabildo, si
bien busca garantizar la igualdad sustantiva entre hombres y
mujeres, de acuerdo al contexto descrito, es una medida que
carece de razonabilidad ya que incide de manera desproporcio-
nada en la voluntad de la comunidad, misma que fue expre-
sada en la asamblea general comunitaria de veintisiete de julio
de dos mil catorce, además de pasar por alto la libre determi-
nación de la comunidad y su derecho al autogobierno, toda
vez que en la citada elección participó un número importan-
te de mujeres, sin que de las actas de asamblea se advierta
que existió discriminación o exclusión alguna (Nava Gomar,
2015:16).

Sin embargo, emitió una recomendación para que en la pró-


xima elección se tomen las medidas necesarias para asegurar
la integración de las mujeres al cabildo.
Desde el caso de San Bartolo Coyotepec, la Sala Superior ha
emitido sentencias siempre en favor de los derechos de las mu-
jeres. La lógica en este caso (en el sentido de que el hecho de
que las mujeres no ganen la elección no demuestra discrimina-
ción), va en contra de casos como Tlacotepec. El asunto aquí no
es que las mujeres no ganaron, sino que las ternas no fueron com-
puestas exclusivamente por mujeres, algo que claramente la
Sala Superior ha considerado como ilegal. En este contexto,
la magistrada María del Carmen Alanís Figueroa no estuvo de
acuerdo con los otros jueces y emitió un voto particular en con-
tra de la confirmación de la elección. Interpretó la falta de mu-
jeres en el cabildo como una subrepresentación que “deriva de
una discriminación por resultado”:

Ello obedece a muchos factores. Entre ellos, destacan dos. El


primero tiene que ver con cuestiones estructurales, culturales
e históricas que han excluido a las mujeres del ámbito público
y, el segundo, con la inexistencia de medidas especiales de ca-
rácter temporal pese a la obligación internacional de imple-
mentarlas (Nava Gomar, 2015:23).

La magistrada Alanís adujo que el rol de los jueces debe ser


promover la acción afirmativa “para hacer realidad el derecho a
la igualdad”:
98 HOLLY WORTHEN

Como sostengo a lo largo de este voto, las y los jueces, por


medio de nuestras sentencias y de la argumentación con enfo-
que de género, podemos, poco a poco, transformar las iner-
cias, dinámicas, estereotipos y costumbres que no permiten
a las mujeres acceder a sus derechos (Nava Gomar, 2015:24).

¿Por qué los otros magistrados votaron en contra de la sen-


tencia de la Sala Xalapa? ¿Por qué el cambio en la tendencia ha-
cia la acción afirmativa en los sistemas normativos internos con
este caso? ¿Representa el principio de nuevas sentencias más
conservadoras sobre el asunto de la igualdad de género en siste-
mas normativos internos? En una entrevista personal, la magis-
trada Alanís Figueroa explicó que no hay marcha atrás respecto
al tema. Solamente que en algunos casos, el Tribunal tiene que
entender el contexto más amplio para juzgar de manera respon-
sable y no fomentar más conflictos.17 Los otros magistrados
consideraron que no sería razonable impugnar las elecciones de
nueva cuenta dado que también habían pasado 16 meses desde el
supuesto inicio de la administración municipal vigente. Ella, sin
embargo, no estaba de acuerdo en que ésa debía ser la razón para
no implementar la acción afirmativa.

EL DEBATE ACTUAL MÁS ALLÁ DE LAS COMUNIDADES

La controversia provocada por la participación política de las


mujeres en los sistemas normativos internos no se vive solamen-
te en las salas de los tribunales ni en las propias comunidades.
Dos décadas después del reconocimiento de los SNI, la reforma
política a la constitución estatal para armonizarla con la refor-
ma efectuada en el nivel federal también fue un espacio donde
el tema llegó a ser debatido, sobre todo en lo que concierne a si se
podría demandar la aplicación de la paridad de género en los mu-
nicipios regidos por sistemas normativos internos. Desde inicios
de 2015, un grupo de mujeres formaron el Pacto de Mujeres por
la Paridad rumbo al 2016 para presionar por que en las reformas
se estableciera la paridad de género en las candidaturas en el
nivel municipal, entre otras demandas (Comunicado Congreso,
2015; López Velázquez, 2015). Sin embargo, su propuesta fue de-

17
Entrevista realizada el 31 de julio de 2015.
JUZGANDO EN FAVOR DE LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES 99

sechada por el congreso estatal, y el grupo quedó inconforme


con la modificación al Artículo 113, fracción primera porque, ar-
gumentaron, se había legislado una “paridad sin paridad”, al no
garantizar que las mujeres en municipios regidos por sistemas
normativos internos tendrían acceso a ser parte de los ayunta-
mientos (Jarquín Edgar, 2015b). Según reportajes periodísticos,
dejar de lado a las mujeres en sistemas normativos internos se debe
al “comunitarismo” que viene desde las instituciones estatales,
particularmente del titular de la Secretaría de Asuntos Indíge-
nas, quien pidió en su momento que “la paridad no afectara la vida
de las comunidades para evitar conflictos” (Jarquín Edgar, 2015a).
También se debe al conservadurismo de la que una periodista
llamaba “una Cofradía de Mujeres Guardianas del Patriarcado,
integrado por políticas de la derecha, académicas sabiondas,
funcionarias públicas y hasta supuestas defensoras de los dere-
chos humanos de las mujeres”, que:

Pusieron por sobre todas las cosas los privilegios masculinos


que no las tradiciones, las tradiciones son otra cosa, pero
les sirve de pretexto para engañar, tergiversar y enredar el ya
complicado mapa político de Oaxaca y por supuesto seguir
usufructuando del famoso concepto de los usos y costumbres
(Jarquín Edgar, 2015b).

En respuesta a la iniciativa del Pacto de Mujeres por la Pari-


dad, varias organizaciones de la sociedad civil reconocidas por
su trabajo en derechos de los pueblos indígenas y de las muje-
res indígenas emitieron un comunicado de prensa, en el cual
acusaron al Pacto de utilizar el tema de la participación políti-
ca de las mujeres para avanzar con sus propias agendas políticas,
sin estar conscientes de cómo se afecta a las mujeres indígenas en
su vida cotidiana. Argumentaron que la paridad en municipios
regidos por sistemas normativos internos, en lugar de fortalecer
la posición de las mujeres, puede empeorar sus condiciones, dado
que la paridad:

Lejos de fortalecer los derechos políticos electorales de las mu-


jeres indígenas, puede terminar en una serie de violaciones a
sus derechos humanos, ya que los cargos comunitarios son
totalmente un “servicio gratuito”, y no como en los partidos po-
líticos donde existe interés económico y de poder (SerMixe,
2015).
100 HOLLY WORTHEN

Insistieron en que intentar forzar la paridad puede generar


conflictos, pero que la no paridad no significa que las mujeres
vayan a quedarse al margen de la vida política en las comunida-
des indígenas. Citaron el artículo 25 Constitucional para explicar
que la participación de las mujeres debe existir, pero al mismo
tiempo deben respetarse los derechos colectivos a realizar elec-
ciones de forma alternativa.

Entendemos que la participación política de las mujeres tiene


que ser un proceso que evite vulnerar los derechos las mismas,
sin que se les impongan cargos en ausencia de su consenti-
miento. Por lo tanto, llamamos a las comunidades y autorida-
des indígenas a que garanticen la participación de las mujeres
en condiciones de igualdad con los hombres, sin que ello sig-
nifique la desaparición o asimilación de sus formas de organi-
zación (SerMixe, 2015).

El debate entre estas dos corrientes refleja qué tan influyente


es el tema de los derechos políticos de las mujeres en los sistemas
normativos internos en los debates sobre el multiculturalis-
mo y la democracia en México. El reconocimiento de una nación
pluriétnica fue en algún momento parte de la visión de un Mé-
xico democrático. Aunque hay legislación y jurisprudencia sobre
el tema, parece que las presiones para promover estructural-
mente la igualdad de género han reemplazado esta visión de la
democracia en México por otra en la cual los indicadores de
participación política de las mujeres son los que demuestran el
progreso hacia una democracia inclusiva. Sin embargo, aunque
esta forma de medir el proyecto democrático recibe apoyo for-
mal de las instituciones, los tratados internacionales y los tri-
bunales, eso no significa que esta visión sobre la democracia se
imponga fácilmente. Las luchas de las feministas dentro del
ámbito del feminismo civil son testimonio de la dificultad de im-
plementar la legislación que propone una visión liberal sobre los
derechos de las mujeres y el progreso hacia la democracia.
También es preocupante la falta de la inclusión de las perspec-
tivas de las mujeres indígenas en este proceso de empatar la
democracia con los derechos de las mujeres. Como critica Espi-
nosa Damián (2009), el feminismo civil impulsa una agenda que
parece estar más y más lejos de la realidad de vida de muchas
mujeres, entre ellas las mujeres indígenas. El éxito de Eufrosina
JUZGANDO EN FAVOR DE LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES 101

Cruz en el ámbito de la política formal quizás se debe a la previa


ausencia de mujeres indígenas en el feminismo civil. Sin embar-
go, su llegada a estas esferas le ha costado validez ante ciertos
grupos de mujeres indígenas líderes con grandes trayectorias co-
munitarias (Comision Nacional para el Desarrollo de los Pueblos
Indigenas [CDI], 2011). El hecho de que muchas de estas mujeres
líderes se encuentren dentro de las organizaciones que hacen el
comunicado de prensa mencionado deja una inquietud sobre
la ausencia de su perspectiva en el debate.
Sin embargo, la realidad es que la legislación ya se está apli-
cando y ha llegado a ser una realidad en la vida de las mujeres
indígenas que viven en sistemas normativos internos. La forma
en que las mujeres retoman, rechazan o ajustan estas iniciativas
y cómo realmente impactan sus roles políticos en las comunida-
des y hogares es un campo donde aún falta realizar más inves-
tigación.

ASUNTOS PARA SEGUIR EXAMINANDO

Después de analizar los siete casos en conjunto, resaltan algunos


patrones iniciales. Primero, es evidente que cuatro de los muni-
cipios han vivido procesos previos de conflictos poselectorales:
Tepelmeme, Tlacotepec, Guevea de Humboldt y San Antonio de
la Cal. Esto significa que sus formas de elección ya están bajo re-
visión y son una fuente de conflicto para diversos grupos en la
comunidad. Por lo menos en dos casos (San Antonio de la Cal y
Guevea de Humboldt) ha habido controversia sobre seguir las
elecciones dentro del ámbito de los sistemas normativos inter-
nos o cambiar a un régimen de partidos políticos. Estos conflictos
previos indican que los y las ciudadanos/as de estos munici-
pios están familiarizados con las formas para impugnar eleccio-
nes. También es claro que en estas comunidades (con la excepción
de Guevea) las mujeres ya son integrantes de las asambleas
comunitarias, y en algunas (San Antonio de la Cal) ya habían par-
ticipado como concejales en los ayuntamientos.
Estas observaciones dejan una serie de preguntas por con-
testar relacionadas con el rol de los conflictos poselectorales
previos en la importancia dada a los derechos de las muje-
res. Como han encontrado otras autoras, muchas veces, cuando las
mujeres llegan al poder en los municipios, se trata de comunida-
102 HOLLY WORTHEN

des que han vivido procesos de conflicto. La mujer como presiden-


ta municipal representa “un tercero en discordia” que puede
frenar luchas internas existentes (Dalton, 2012:552). Valdría la
pena investigar más sobre la relación entre los conflictos y los re-
clamos sobre los derechos de las mujeres a participar en las elec-
ciones municipales.
Segundo, aun cuando no haya conflictos previos registrados
en los municipios, casi en todos los casos mencionados surge
el señalamiento de que las mujeres involucradas en las impug-
naciones están siendo manipuladas por otras personas con in-
tereses políticos particulares. En varios casos, se ha alegado que
las impugnaciones por razón de género realmente no son tales,
sino un pretexto para emprender luchas de poder entre grupos
diferentes (que, se puede inferir, son luchas de hombres). Esta
acusación es muy clara en los casos de Tlacotepec, y Guevea de
Humboldt y también en el voto razonado emitido por Víctor Leo-
nel Juan Martínez, consejero del IEEPCO, en el caso de Nuxaá.
Quizás podría ser cierta, pero lo que llama la atención es la
razón de que en principio se genere este tipo de crítica. ¿Por qué
existe la idea de que la impugnación por razones de género debe
venir desde un lugar donde la intención sea “verdadera”? Es
decir, se demanda que una lucha “auténtica” sobre la participa-
ción de las mujeres en el cabildo o la asamblea debe ser de cier-
ta forma: se infiere que eso sería en un contexto donde realmente
las mujeres están organizadas entre ellas y tienen el deseo muy
claro y concreto de participar. Si se forman alianzas con hom-
bres con intereses políticos más allá de la participación políti-
ca de las mujeres, ¿ya su lucha no es genuina? ¿Por qué está mal
usar el argumento de la participación de las mujeres dentro de
una pelea estratégica por el poder? Las impugnaciones sobre la
falta de participación de personas que viven en las agencias mu-
nicipales muchas veces están aliadas con luchas políticas que
van más allá de la relación cabecera-agencia, pero no son critica-
das de la misma forma.
Entonces, lo que falta no es la búsqueda de una lucha autén-
tica de mujeres por la realización de sus derechos políticos, sino
una indagación sobre las formas en que el discurso sobre la par-
ticipación política de las mujeres está siendo utilizado. Eso con
el fin de entender a qué grado su uso reconfigura las relaciones
de género en el nivel comunitario. De esa manera se puede estu-
diar más a fondo cómo las mujeres pueden retomar o recha-
JUZGANDO EN FAVOR DE LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES 103

zar discursos, procedimientos e iniciativas desde “afuera” (i. e.,


desde el gobierno o los tratados internacionales) dentro de su
propio ámbito comunitario (Worthen, 2015).
Tercero, resulta interesante la forma en que, en varios casos,
las impugnaciones de algunas mujeres provocan la participación
de otras mujeres no originalmente involucradas en el proceso.
Un ejemplo es el acta firmada por varias mujeres en Tlacotepec
en la cual intentan descalificar los reclamos de las tres mujeres
que han hecho las impugnaciones frente a los tribunales, al de-
cir que ellas, como mujeres del pueblo, sienten que sí tienen
acceso a sus derechos políticos. Esta respuesta pone en juego el
concepto homogeneizador de “la mujer indígena” al demostrar
que dentro de las mismas comunidades hay diferencias sobre
el rol de las mujeres dentro de la vida política local. También de-
muestra que los conflictos causados por las impugnaciones a veces
empujan a otras actoras a pensar como sujetos políticos para
los cuales el género es un eje fundamental de su representación.
Falta investigar cómo las mujeres en plural retoman sus identi-
dades genéricas y las replantean o defienden ante el con flicto
político en su comunidad. ¿En cuáles casos las mujeres logran uni-
ficarse con una idea uniforme de subjetividad política? ¿En cuá-
les situaciones y sobre cuáles temas se empieza a cuestionar el rol
de las mujeres dentro de la vida pública comunitaria?
Cuarto, se observa que en los últimos casos decididos, los tribu-
nales han entrado no solamente a dictar que las mujeres deben ser
candidatas en las planillas de forma equitativa, sino también em-
piezan a comentar sobre cómo ajustar los requisitos de una ciu-
dadanía alternativa para poder incluir a las mujeres. Es decir,
para poder maniobrar entre los derechos colectivos a la elección
de líderes según prácticas alternativas y los derechos de las
mujeres a la participación política, el TEPJF ha empezado a en-
fatizar la importancia de ver cómo las estructuras y prácticas
alternativas dentro de los sistemas comunales pueden ser discri-
minatorias. Por ejemplo, en los casos de Tlacotepec y Tepelmeme
no optan por intentar cambiar la lógica de la ciudadanía comunal
en sí, sino que analizan cómo ésta prohíbe la participación de las
mujeres dentro de la división de trabajo comunitario por género.
Proponen hacer modificaciones que permitan su participación
dentro de las costumbres existentes. Específicamente, hablan del
tequio, no en el sentido de deshacerse del mismo como un re-
quisito para la participación comunitaria, sino de reflexionar
104 HOLLY WORTHEN

sobre cómo contar el trabajo de las mujeres como un tipo de te-


quio, pero de forma diferenciada de los hombres. Sería de interés
analizar si realmente las sentencias provocan no solamente con-
flicto, sino también una discusión sobre los aspectos discrimi-
natorios dentro de las propias comunidades, y sobre las formas
en que éstos se pueden modificar para seguir prácticas políti-
cas alternativas y propias, pero con la participación plena de las
mujeres.

CUADRO 1
LEGISLACIÓN SOBRE LA PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LAS MUJERES
INDÍGENAS EN LOS NIVELES ESTATAL Y FEDERAL18

Aconte-
Año Legislación Materia
cimiento
2015 Modificación Código de Artículo 31, sección VII:
Instituciones Reconocer, respetar,
Políticas y salvaguardar y garantizar
Procedimientos los sistemas normativos
Electorales indígenas de los
para el Estado municipios y comunidades
de Oaxaca19 indígenas y afromexicanas,
en lo referente a su libre
determinación expresada
en su autonomía para
decidir sus formas
internas de convivencia,
organización política
y elección de autoridades;
asegurando la
participación de las
mujeres en condiciones
de igualdad con los
hombres para su
integración.
Artículo 272, punto 7:
El desempeño de las
mujeres en comités

18
<http://www.congresooaxaca.gob.mx/legislatura/legislacion/le-
yes/190.pdf>.
JUZGANDO EN FAVOR DE LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES 105

CUADRO 1 (CONTINUACIÓN)

Aconte-
Año Legislación Materia
cimiento
y otras tareas que
corresponden a hombres
y mujeres, al Estado y a las
autoridades en el ámbito
de la educación, la salud,
la alimentación y el
cuidado, así como su
participación
en organizaciones
comunitarias de carácter
productivo, cultural y social,
en los municipios que eligen
sus autoridades por
Sistemas Normativos
Indígenas, se considerarán
como aportación de
sus obligaciones
comunitarias.
Artículo 276, punto 2:
En el cumplimiento
de los requisitos
establecidos en los sistemas
normativos indígenas
para ser integrante de los
ayuntamientos, la asamblea
general o la institución
encargada de la toma
de decisiones reconocerá
la participación de las
mujeres en comités
y otras tareas y
servicios reconocidos
en la comunidad como
contribución a la misma,
así mismo establecerá las
medidas garantistas y
afirmativas necesarias.
106 HOLLY WORTHEN

CUADRO 1 (CONTINUACIÓN)

Aconte-
Año Legislación Materia
cimiento
2015 Modificación Constitución Artículo 2, fracción
Política III, apartado A: Elegir
de los de acuerdo con sus
Estados normas, procedimientos y
Unidos prácticas tradicionales,
Mexicanos20 a las autoridades o
representantes para
el ejercicio de sus formas
propias de gobierno
interno, garantizando que
las mujeres y los hombres
indígenas disfrutarán y
ejercerán su derecho de
votar y ser votados en
condiciones de igualdad;
así como a acceder
y desempeñar los cargos
públicos y de elección
popular para los que hayan
sido electos o designados,
en un marco que respete el
pacto federal y la soberanía
de los estados. En ningún
caso las prácticas
comunitarias podrán
limitar los derechos político
electorales de los y las
ciudadanas en la elección
de sus autoridades
municipales.

2012 Reforma Código de Artículo 255, apartado 7:


Instituciones Las normas,
Políticas y procedimientos y prácticas
Procedimientos tradicionales, garantizarán
Electorales que las mujeres disfruten y
para el Estado ejerzan su derecho a votar
de Oaxaca21 y ser votadas en
20
<http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/htm/1.htm>.
21
<http://www.congresooaxaca.gob.mx/legislatura/legislacion/le
yes/145.pdf>.
JUZGANDO EN FAVOR DE LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES 107

CUADRO 1 (CONTINUACIÓN)

Aconte-
Año Legislación Materia
cimiento
condiciones de igualdad
frente a los hombres,
así como acceder
y desempeñar los cargos
públicos y de elección
popular para los que hayan
sido electas o designadas.

2009 Decreto Ley de Capítulo Segundo. De la


de ley Igualdad equidad en la participación
entre Mujeres y representación política:
y Hombres Propone acciones:
para el Estado Favorecer actividades
de Oaxaca22 legislativas y
reglamentarias con
perspectiva de género.
Fomentar la participación
equitativa de mujeres
y hombres en altos cargos
públicos. Fomentar
la participación equitativa
y sin discriminación de
sexos para el proceso
de selección, contratación
y ascensos en el trabajo
en las dependencias
y entidades del sector
público estatal y municipal.

2009 Decreto de Ley estatal de Capítulo Cuarto, Art. 18:


Ley acceso de las Violencia en el ámbito social
mujeres a una o en la comunidad, son
vida libre de los actos individuales
violencia o colectivos que transgreden
de género23 derechos fundamentales de
las mujeres y propician
su denigración,
22
<http://www.congresooaxaca.gob.mx/61/legislacion/leyes/038.pdf>.
23
<http://www.congresooaxaca.gob.mx/61/legislacion/leyes/078.pdf>.
108 HOLLY WORTHEN

CUADRO 1 (CONTINUACIÓN)

Aconte-
Año Legislación Materia
cimiento
discriminación,
marginación o exclusión
en el ámbito público.

2008 Reforma Constitución Art. 25, fracción II: La ley


Política del protegerá y propiciará
Estado Libre las prácticas democráticas
y Soberano en todas las comunidades
de Oaxaca24 del estado de Oaxaca,
para la elección de sus
ayuntamientos, en
los términos establecidos
por el artículo 2º apartado
A, Fracciones III y VII de
la Constitución Política
de los Estados Unidos
Mexicanos y 16 de la
Constitución Política del
Estado Libre y Soberano
de Oaxaca; establecerá
los mecanismos para
garantizar la plena y total
participación de la mujer
en dichos procesos
electorales y el ejercicio
de su derecho a votar y ser
votada en condiciones
de igualdad con el de
los varones y sancionará
su contravención.

24
<http://www.finanzasoaxaca.gob.mx/pdf/asistencia/leyes_fisca
les/2010/1_CONSTITUCION_POLITICA_DEL_ESTADO.pdf>.
JUZGANDO EN FAVOR DE LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES 109

CUADRO 2
ELECCIONES MUNICIPALES DE SISTEMAS NORMATIVOS
INTERNOS DE 2013 IMPUGNADAS FRENTE AL TEPJF POR RAZÓN
DE DISCRIMINACIÓN CONTRA LAS MUJERES

Impugnada porque no había suplentes


Impugnada porque no había ternas
electorales en los últimos diez años

mujeres para mujeres propietarias


Presencia registrada de conflictos

no participaron sustancialmente
Impugnada porque las mujeres
relacionadas a la participación
en la asamblea antes de 2013

Nivel de las impugnaciones

exclusivamente de mujeres
en elegir a sus autoridades
el cabildo antes de 2013
Nombre del municipio

Mujeres participaron

Mujeres integraron

de las mujeres

San Sala Superior:


Bartolo X X 5 de marzo, X
Coyotepec 2014
Ánimas Sala Superior:
Trujano X 19 de marzo, X
2014
Santo Sala Superior:
Domingo 14 de mayo, X
Nuxaá 2014
Guevea de Sala
Humboldt Regional:
X X
11 de junio,
2014
San Sala
Antonio Regional:
X X X X
de la Cal 25 de agosto,
2014
San Miguel Sala Superior:
Tlacotepec X X 11 de febrero, X
2015
Tepelmeme Sala Superior:
Villa de X 16 de abril, X X
Morelos 2015
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Los dilemas de la política
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se terminó en diciembre de 2015
en Imprenta de Juan Pablos, S.A.
2a. Cerrada de Belisario Domínguez 19
Col. del Carmen, Del. Coyoacán
México, 04100, D.F.
<juanpabloseditor@gmail.com>

1 140 ejemplares

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