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TIEMPO PARA COMPARTIR

Nuestro Padre Celestial oye y


contesta las oraciones
Por Linda Magleby

“Sé humilde; y el Señor tu Dios te llevará de la


mano y dará respuesta a tus oraciones” (D. y C.
112:10).

Nuestro Padre Celestial nos ama y desea que le oremos a Él; podemos
orarle no importa dónde estemos, ya que Él oye y contesta nuestras
oraciones.

Charlotte Clark tenía sólo seis años de edad cuando su familia salió de
Nauvoo, Illinois, para viajar al oeste, al Valle del Lago Salado. Era una
caminata sumamente larga y Charlotte caminaba tanto que se acabó su
único par de zapatos. Todas las noches, cuando se arrodillaba a orar, le
pedía a nuestro Padre Celestial un par de zapatos.

Un día, cuando Charlotte y su hermana recogían frambuesas, Charlotte


vio un par de zapatos; ambas corrieron hasta donde estaban sus padres
y ella les dijo: “Mi Padre Celestial me mandó unos zapatos, y me quedan
a la medida”. Al padre de la niña le preocupaba que los zapatos le
pertenecieran a alguien que los hubiese perdido, de modo que le dijo
que si le pertenecían a alguna persona de la caravana, debía devolverlos
a su dueño. La familia de Charlotte mostró los zapatos a todos, pero
nadie los reclamó; se había contestado la oración de la niña.
Nuestro Padre Celestial contesta nuestras oraciones. Es posible que las
respuestas no siempre sean lo que esperamos, pero Él contestará de la
manera que sea mejor para nosotros. Podemos orarle a Él en cualquier
momento y en cualquier lugar.

Actividad
Para recordarte las partes de la oración, recorta las con guraciones de la
página A4, siguiendo las líneas gruesas y oscuras. Haz un doblez en las
líneas punteadas y pega la gura más grande para hacer un tubo
achatado. En la tira angosta, escribe en las líneas correspondientes
algunas de las cosas por las que estás agradecido y algunas de las
bendiciones que pides en tus oraciones. Inserta la tira angosta en la
pieza doblada. Esta pieza la puedes colocar en tu almohada a n de que
te recuerde orar antes de acostarte. Por la noche, colócala a un lado de
tu cama para que te recuerde orar por la mañana.

Ideas del Tiempo para compartir


1. Válgase de un teatro de lectores (véase La Enseñanza: el llamamiento
más importante, pág. 207) para narrar la historia de Daniel. Antes de la
Primaria, escriba un guión sencillo utilizando Daniel 6 como guía. Para
contar el relato, utilice las palabras directamente de las Escrituras. Entre
los participantes se incluye un narrador, Daniel, el rey Darío, varios
gobernantes y príncipes y leones. Por ejemplo, los gobernantes y los
príncipes dirían lo siguiente, del versículo 8: “Ahora, oh rey, con rma el
edicto y fírmalo”. Del versículo 22, Daniel diría: “Mi Dios envió su ángel, el
cual cerró la boca de los leones”. Hablen sobre la forma en la que en las
Escrituras se registran los relatos de otras personas cuyas oraciones han
sido contestadas. Divida la Primaria en grupos y dé a cada uno de ellos
una referencia de las Escrituras sobre las personas cuyas oraciones fueron
contestadas, tales como Ana (1 Samuel 1:8–20), Zacarías (Lucas 1:5–13),
Ne (1 Ne 17:8–10), Enós (Enós 1:1–6), y Alma, padre (Mosíah 27:8–14).
Pida a los niños que lean los relatos y que después hablen con el grupo
sobre la forma en que nuestro Padre Celestial contestó las oraciones.
Testi que que hoy día nuestro Padre Celestial oye las oraciones y las
contesta.

2. Invite a dos o tres personas del barrio o de la rama a que se vistan


como pioneros y cuenten relatos verídicos en cuanto a la forma en que
nuestro Padre Celestial contestó las oraciones de los pioneros. Cuente los
relatos actuando como el personaje principal (véase La Enseñanza: el
llamamiento más importante, págs. 188, 192). Utilice relatos personales
de su historia familiar, o cuente el relato sobre Charlotte Clark que se
encuentra en esta página. Testi que que nuestro Padre Celestial
contestará nuestras oraciones.

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