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Sermón

Sadrac, Mesac y Abednego


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Tema

Dios demostrará estar con nosotros cuando nosotros demostremos estar con él.

Objetos

Juegue “La Biblia dice”.

Escritura

“Si se nos arroja al horno en llamas, el Dios al que servimos puede librarnos del horno y de
las manos de Su Majestad. Pero, aun si nuestro Dios no lo hace así, sepa usted que no
honraremos a sus dioses ni adoraremos a su estatua” (Daniel 3:17-18 - NVI).

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Estoy seguro de que todos saben jugar a “Simón dice”. Hoy vamos a cambiarlo un poco
para jugar a “La Biblia dice”. Si la Biblia dice que hagas algo, entonces lo haces. Pero si la
Biblia no dice que lo hagas, no lo haces. ¿Estás listo?

• La Biblia dice: “Alza tus manos en alabanza a Dios” (alza tus manos).

• La Biblia dice: "Canta alabanzas a Dios" (canta parte de una canción de alabanza).

• Arrodíllate y adora ídolos (arrodíllate).

Estoy tan contento de que no pude engañar a ninguno de ustedes para que se arrodillaran
y adoraran a un ídolo. Ustedes saben que la Biblia nos dice en los diez mandamientos que
debemos adorar solo a Dios.

¿Alguno de ustedes han oído la historia de Sadrac, Mesac y Abed-nego?

La lección de hoy es acerca de un rey llamado Nabucodonosor y tres hombres con


nombres curiosos: Sadrac, Mesac y Abed-nego

El rey había hecho una estatua de oro de noventa pies de alto y nueve pies de ancho. Él
envió a uno de sus hombres a proclamar: “¡Escuchen el mandato del Rey! Cuando oigan el
sonido de instrumentos musicales, póstrense en el piso y adoren a la estatua de oro del
Rey. Cualquiera que se niegue a obedecer esa orden será echado al fuego del horno.”

Así que, al sonido de la música, todas las personas se postraron y adoraron la estatua de
oro. Todos excepto tres jóvenes judíos, Sadrac, Mesac y Abed-nego. Cuando el rey tuvo
noticias de eso, se pudo muy furioso y pidió que los trajeran ante él.

El rey les preguntó: “¿Es cierto que han reusado adorar la estatua de oro levantada por mí?
De ser así, les daré una oportunidad más y si aun no se postran y la adoran, serán echados
a un horno de fuego ardiendo.”

¿Sabes lo que los tres hombres le dijeron al Rey?

Ellos le contestaron: “Oh Nabucodonosor, no tenemos que defendernos ante ti. Si somos
echados al fuego, el Dios al cual servimos puede librarnos del fuego y salvarnos. Él nos
rescatará de tu poder. Pero aun cuando no lo hiciera, deseamos dejarte saber claramente
que nunca serviremos a tus dioses o adoraremos la estatua dorada levantada por ti.”

Nabucodonosor se llenó de ira y les dijo a sus sirvientes que los ataran a los tres y los
tiraran al horno.

¿Qué crees que pasó?

Cuando el rey fue a cotejar a Sadrac, Mesac y Abed-nego, vio que había cuatro hombres
caminando en el fuego sin sufrir daño alguno.

¿Quién era esa cuarta persona que Nabucodonosor vio?

¡Estás en lo correcto! ¡Dios estaba con ellos en el fuego! Nabucodonosor liberó a los tres
hombres y, ¡estaba maravillado que ni siquiera olieran a quemado! Le dijo a todo el
pueblo: “Alaben el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego. No hay Dios que pueda salvar
personas como él lo ha hecho.”

Los tres hombres decidieron seguir a Dios a pesar de que sabían que podrían ser heridos
o matados. No estaban seguros de que Dios escogiera salvar sus vidas, pero sabían que
tenían que hacer lo correcto independientemente de lo que ocurriera. Solo Dios podría
salvar a Sadrac, Mesac y Abed-nego del fuego y Jesús es el único que puede salvarnos de
nuestros pecados. Su sacrificio en la cruz provee la manera para que seamos salvador y
tengamos vida eterna.

Oremos.
Padre Celestial, danos el valor para hacer lo correcto aun cuando no sea fácil. Sabemos
que nuestra esperanza está puesta solo en Jesús. En él ponemos nuestra confianza y en su
nombre oramos. Amén.
Sermón

Atrapados por nuestra propia avaricia


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Tema

La parábola del rico insensato

Objetos

Ninguno es necesario.

Escritura

"Le dijo uno de la multitud: ‘Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia.’
Mas él le dijo: ‘Hombre, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor?’ Y les
dijo: 'Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la
abundancia de los bienes que posee.'" Lucas 12:13-15

Actividades + recursos

¿Hay alguno de ustedes que desee aprender cómo capturar a un mono? Bueno, puedo
contarte una historia de cómo capturan a los monos en algunos lugares del mundo.
Primero, cogen una calabaza, le hacen un hueco pequeño y le ponen arroz dentro.
Finalmente, amarran las calabazas y esperan a que llegue el mono.

Los monos son tan avaros que son engañados todo el tiempo con este truco. El mono
mete su mano dentro de la calabaza para coger el arroz, toma un puñado de arroz, pero
luego no puede sacar su mano por el hueco de la calabaza. Su puño cerrado no cabe por
el hueco pequeño.

El mono es tan glotón que no suelta su puñado de arroz. Sencillamente espera


manteniendo el puñado de arroz dentro de la calabaza hasta que los hombres vienen y lo
capturan.

Bueno, creo que entiendes la moraleja de esta historia: No seas avaro y egoísta o
terminarás siendo un “mono”.

En nuestra lección bíblica de hoy, un hombre vino a Jesús y dijo: “Por favor, dile a mi
hermano que divida conmigo la herencia que nos dejó nuestro padre.”
Jesús le respondió: “Amigo, ¿quién me hizo juez para decidir cosas como esa? Entonces le
dijo: “¡Cuidado! Aléjense de toda clase de avaricia. La vida no se mide por las cosas que
posees.”

Entonces le contó una historia: “Un hombre rico poseía una tierra fértil que producía
buenas cosechas. Se dijo: ‘¿Qué debo hacer? No tengo suficiente espacio en mi granero
para almacenar todo mi grano y mis bienes y decirme: “Descansa, come, bebe y goza de la
vida”.

“Pero Dios le dijo: ‘¡Necio! Morirás esta misma noche. ¿Y quién se quedará con lo que has
acumulado?'"

“Así le sucede al que acumula riquezas para sí mismo, en vez de ser rico delante de Dios.”

Escucha lo que la Palabra de Dios dice. No dejes que la avaricia y la codicia te conviertan
en un “mono”.

Amado Padre, ayúdanos a sentirnos satisfechos con todo lo que generosamente nos has
dado y a vigilar nuestros deseos avaros y codiciosos. En el nombre de Jesús oramos.
Amén.
Sermón

Una voz en el desierto


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Tema

Preparándonos para el Rey que viene

Objetos

Algún equipo de limpieza. (mapo, cubo, escoba, etc.).

Escritura

En aquellos días se presentó Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea. Decía:


"Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca." Juan era aquel de quien había
escrito el profeta Isaías: 'Voz de uno que grita en el desierto: Preparen el camino para el
Señor, háganle sendas derechas'" (Mateo 3:1-3 – NVI).

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¿Mantienes tu cuarto limpio y recogido siempre? ¿Has recogido todos los juguetes?
¿Tienes ropa tirada en el piso o en el espaldar de una silla? ¿Hiciste tu cama esta mañana?
¿Hay algunas motitas de polvo escondiéndose debajo de tu cama? Si tú supieras que voy
a visitarte esta tarde, ¿tendrías que ir rápidamente a tu casa para asegurarte de que todo
está en orden?

Mi mamá era una buena ama de casa, y a pesar de que para mí la casa siempre lucía bien,
recuerdo lo que sucedía cuando mi mamá se enteraba de que venía alguna visita. Ella
sacaba la escoba, el mapo y cubo, esponjas, limpiador de cristales, el limpiador de baño,
pañitos y el aceite de limpiar los muebles. Entonces nos llamaba a todos los hijos y nos
asignaba tareas a cada uno de nosotros. Cuando terminábamos ella cotejaba que todo
estuviera bien y que no hubiese partícula de polvo alguna.

¿Puedes imaginar cómo hubiese sido si estuviéramos esperando la visita de alguien


realmente importante, alguien como un rey o una reina? Nuestra lección bíblica de hoy
trata de eso. La venida de un Rey. ¡No cualquier Rey, sino el Rey de Reyes! ¡Jesús!

La Biblia nos dice que en los días antes de que Jesús comenzara su ministerio, un hombre
llamado Juan comenzó a predicar y a decirle al pueblo que se preparara para la venida del
Rey. Cuando Juan les dijo que se prepararan para el Rey, no significaba que debían ir a su
casa a barrer el piso, recoger sus juguetes y vestir sus camas. Lo que quería decir era que
tenían que preparar sus corazones. ¿Cómo? Arrepintiéndose de sus pecados y buscando
de Dios. Cuando ellos hicieran ésto, Juan los bautizaría en el Río Jordán. Así fue que llegó
a tener el nombre de "Juan el Bautista."

Es muy importante que tú y yo tengamos también nuestro corazón listo para la venida del
Rey. Lo hacemos al cestaremos listos para recibir a Jesús cuando Él venga.

Padre, todos los días hacemos cosas por las cuales necesitamos tu perdón. Te pedimos
que nos perdones y que limpies nuestro corazón para que estemos listos para darle la
bienvenida al Rey que viene. En el nombre de Jesús oramos. Amén.
Sermón

Las promesas de Dios no son para reírse


Tema

Dios cumple sus promesas.

Objetos

Una Biblia

Escritura

“Tal como el SEÑOR lo había dicho, se ocupó de Sara y cumplió con la promesa que le
había hecho. Sara quedó embarazada y le dio un hijo a Abraham en su vejez. Esto sucedió
en el tiempo anunciado por Dios” (Génesis 21:1-2 – NVI).

Actividades + recursos

Todas las semanas nos reunimos y compartimos historias que encontramos en este libro.
(Enseñe la Biblia.) Cuando piensas en la Biblia, ¿crees que es un libro lleno de alegrías, risas
y humor? Bueno, la historia bíblica de hoy es una que causó que los personajes principales
se rieran. Es la historia de Abraham y Sara.

La historia comienza cuando Abraham tenía 99 años. Dios habló con Abraham y le dijo
que su esposa, Sara, sería bendecida y que tendría un hijo. La Biblia nos dice que Abraham
tocó el suelo con la frente y se echó a reír y se dijo a sí mismo: “Tengo 100 años. No
puedo tener un hijo y Sara es de 90 años. Ella no puede dar a luz un hijo.”

Algún tiempo más tarde, Abraham estaba sentado frente a su tienda de campaña.
Levantando su cabeza miró y vio que habían tres hombres frente a él. Fue hacia los
hombres y les dijo: “Por favor, quédense un rato conmigo. Les traeré agua para lavarse los
pies. Pueden descansar debajo de los árboles. Les conseguiré comida y podrán comer
todo lo que deseen, luego podrán continuar su camino.”

Los hombres le dijeron: “Hazlo así.”

Así que Abraham fue a donde Sara y le dijo que horneara pan y preparara una comida
para los hombres. Abraham les trajo los alimentos a los hombres y estaba listo para
servirles cuando ellos preguntaron: “¿Dónde está tu esposa Sara?”
Abraham contestó: “Ella está en la tienda de campaña.”

Uno de los hombres dijo: “Vendré en la primavera. Para ese tiempo ya tu esposa Sara
tendrá un hijo.”

Sara estaba escuchando desde la tienda de campana y oyó lo que el hombre dijo. Se rió
para dentro de sí y dijo: “Soy vieja y mi esposo también. Soy muy vieja para tener un hijo.”

Entonces el Señor le dijo a Abraham; “Sara se ha reído y dijo que estaba muy vieja para
tener un bebé. ¿Es que hay algo que sea muy difícil para el Señor? Vendré nuevamente en
la primavera, tal cual dije que haría, y tu esposa Sara tendrá un hijo.”

Sara dijo: “¡No me he reído!”

Entonces el Señor dijo: “Eso no es cierto. ¡Ciertamente te reíste!” Entonces los tres
hombres se levantaron para seguir su camino.

Al siguiente año, el Señor regreso a visitar a Sara tal como había prometido. Al llegar, Sara
había sido bendecida con un bebé según había sido dicho por él. Abraham y Sara
llamaron a su hijo, Isaac. ¿Sabes lo que significa ese nombre? Significa: ‘’Él se rió.”

¿Qué hemos aprendido de la lección de hoy? Hemos aprendido a tener paciencia ya que
Dios cumplirá sus promesas, ¡aún cuando se tarde 100 años! También hemos aprendido
que nada es difícil para Dios, aún cuando sus promesas nos hagan desear reírnos!

Oración:

Padre, ayúdanos a confiar en ti y recordar que cumplirás las promesas que nos hagas, tal
como cumpliste la promesa que le hiciste a Abraham y Sara. En el nombre de Jesús
oramos, amén.

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