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Hoy damos comienzo a los 10 días de oración del 2024. Así que vamos a cantar algunos himnos
acerca de la oración, leer promesas que podemos reclamar en oración, y compartir testimonios
de oraciones contestadas.
Durante estos 10 días podemos reclamar en oración las promesas bíblicas que Dios nos ha dejado en su
Palabra. Durante el culto, vamos a repasar solo 10 promesas y compartir un solo versículo por cada una.
Oración por la promesa del Espíritu Santo y por la certeza que Dios oye nuestras oraciones.
Oración para que Dios transforme nuestros corazones y por el perdón de nuestros pecados.
8. Promesas de curación
“Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus
iniquidades, El que sana todas tus dolencias; El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y
misericordias; El que sacia de bien tu boca De modo que te rejuvenezcas como el águila” (Salmo 103:2-5).
Oración por los enfermos y para que Dios nos ayude a hacer su voluntad.
Un día de tarde los esposos Chuquimia regresaban con su camión cargado de sal, y
vieron que el río tenía poco agua. Luego de meditar sobre los riesgos, decidieron
atravesarlo a fin de llegar a casa antes de que cayera la noche. Justo a la mitad del
río el camión no pudo avanzar más, a medida que las gomas patinaban, éstas se
hundían más. El rio aumentaba cada vez más y la situación se volvía desesperante.
Las gomas del camión prácticamente desaparecieron y sólo se veía la carrocería. La
esposa decidió ir en busca de ayuda. Vinieron algunos vecinos pero no eran
suficientes, se sumaron los hermanos de la iglesia pero no pudieron sacar el
camión. Lo único que lograron fue descargar la sal que ya estaba un poco húmeda.
Fueron momentos muy difíciles para Néstor Chuquimia, con impotencia, y con
lágrimas en los ojos dijo: “El Señor me dio el camión y ahora él me lo quita”, Néstor
solo podía pensar en el futuro de sus hijos, su familia y con qué dinero los
mantendría, ya que esta era su única fuente de trabajo. Y como no podía hacer
nada, tuvo que resignarse a perder su camión.
Obed, el penúltimo de sus cinco hijos, con 7 años de edad, miró la tristeza y la
desesperación de su familia, y al ver a sus padres al borde del río, se acercó con
una seguridad única y les dijo “Papá, vamos a orar, Dios cuidará nuestro camión…
yo voy a orar” Así fue como oraron juntos esa noche oscura y lluviosa y se fueron a
la casa de una hermana a pasar la noche.
Al día siguiente, las voces de Obed saltando de alegría despertaron a los padres, ¡El
camión está, el camión está, vamos a sacarlo!...” se levantaron y vieron que el
camión estaba ahí, las aguas no se lo habían llevado. Era un milagro, la oración de
ese niño había sido escuchada por Dios.
Cuan poderosa es la oración, es el aliento vital del cristiano. Pero, ¿cuánto tiempo
dedicamos a la oración? Acaso depende del día que tengamos? Si el día está muy
cargado, le dedicamos menos tiempo? Para Martín Lutero, una carga extra de
obligaciones era una razón para orar más, no menos. De sus planes para el día
siguiente, solía decir: «Trabajar, trabajar desde temprano hasta tarde. En realidad,
tengo tanto que hacer que me voy a pasar las tres primeras horas en oración.»
En un sermón del Pr. Andrés Portes de 2016 acerca de la oración, el comienza con
tres fuertes aseveraciones que ponen a pensar a cualquiera.
“Dime cómo son tus oraciones y te diré quién eres.”
“Dime cuánto oras y te diré cómo es tu cristianismo.”
“Dime cuánto tiempo pasas en comunión con Dios y te diré dónde vas a pasar
la eternidad.”
Estas palabras nos ayudan a organizar nuestras prioridades, a saber qué tenemos
que poner en primer lugar. Los 10 días de oración de este año se titula prioridades
de la fe. Porque debe ser una prioridad en nuestra vida dedicar tiempo para la
oración.