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διδάσκω [enseñar], διδάσκαλος [maestro], νομοδιδάσκαλος [maestro de la ley],

καλοδιδάσκαλος [maestro de lo bueno],


ψευδοδιδάσκαλος [falso maestro], διδασκαλία [enseñanza], ἑτεροδιδασκαλέω
[enseñar doctrinas extrañas], διδαχή [enseñanza],
διδακτός [enseñado], διδακτικός [apto para enseñar]
διδάσκω

A. διδάσκω fuera del NT.


1. Común a partir de Homero, esta palabra denota la enseñanza y el aprendizaje en el
sentido amplio de impartir conocimientos
teóricos y prácticos, teniendo como meta el máximo desarrollo posible del alumno. Se
usa poco en sentido religioso, y el término
tiene un fuerte peso intelectual y autoritativo. Por eso también puede significar
«demostrar». Cuando se usa en relación con la
capacitación coral, llega a tener casi el sentido de «ejecutar».
2. Figura unas 100 veces en la LXX (principalmente para la raíz ‫ למד‬.(Si bien puede
hacer referencia a diversos tipos de instrucción
(cf. 2 S. 22:35; Dt. 31:19), el objeto especial es la voluntad de Dios, con una referencia
volitiva así como intelectual. La acción de
enseñar la puede realizar Dios mismo, el cabeza de una casa, o los justos. A diferencia
del uso secular, donde la finalidad es desarrollar
los talentos, el AT conecta la enseñanza con la totalidad de la persona.

3. En el judaísmo posterior la enseñanza significa la instrucción en la ley para el recto


ordenamiento de la relación con Dios y con el
prójimo. Todavía se puede hallar el uso secular (p. ej. enseñar un oficio), pero el
sentido predominante es el de dar enseñanza en la
ley, o inclusive el dar un dictamen exegético erudito.
B. διδάσκω en el NT. De unos 95 casos, casi dos tercios se hallan en los Evangelios y en
los Hechos (y sólo diez en Pablo). El
significado inequívoco es «enseñar».
[p 163] 1. El διδάσκειν de Jesús según los autores de los Sinópticos.
a. διδάσκειν es una de las principales funciones de Jesús (Mt. 4:23; 9:35; 11:1). Enseña
en las sinagogas (Mt. 9:35) y en el templo
(Mr. 12:35), así como al aire libre.
b. La forma de su enseñanza es la de un maestro típico de su época. En Nazaret lee la
Escritura, se sienta y expone el pasaje (Lc.
4:16ss). También se sienta para enseñar en Mateo 5:1ss; Marcos 9:35; Lucas 5:3.
c. El material de Jesús también es tradicional. Enseña a partir de las Escrituras en
Lucas 4:16ss; Mateo 5:21ss. Pero no se detiene en
la ley, y se opone a la exposición casuística. Se propone ordenar la vida entera en
relación con Dios y con el prójimo (Mt. 22:37ss),
apela a la voluntad, y pide una decisión a favor o en contra de Dios. Como los rabinos,
encuentra una revelación de la voluntad de
Dios en la Escritura (cf. Mt. 5:17–18). La principal diferencia estriba en la conciencia
que él tiene de sí mismo como el Hijo. Es en
virtud de su persona que esta enseñanza causa asombro (Mr. 1:22; Mt. 7:28–29). Así,
si bien él no absolutiza la ley, sigue su verdadera
línea de enseñanza al convocar a la persona entera con miras a su educación y
reforma. En este sentido él es el fin de la ley
(Ro. 10:4), y los Evangelios pueden referirse a la enseñanza en sentido absoluto
cuando hablan del ministerio docente de Jesús. Si
bien este es el sentido rabínico común, sonaría extraño a oídos griegos. Pero incluso
Lucas lo tiene, ya que la conexión con Jesús
mismo le da a su enseñanza un sentido absoluto.
d. Un rasgo novedoso en los Evangelios es la ausencia del énfasis intelectual que es
común en todos los demás contextos entre los
escritores griegos (clásicos, postclásicos, helenísticos e incluso judeohelenísticos), y
que se desarrolla en la exégesis rabínica en un
esfuerzo por detener la fuerza desintegradora del helenismo, de modo que en algunos
círculos el estudiar la ley puede ser tenido en
más alta estima que el practicarla. En este sentido Jesús, con su exigencia total,
representa lo que quizás sea una realización más
auténtica del concepto del AT.
2. διδάσκειν en los escritos juaninos.
a. Aquí muchos de los pasajes siguen el mismo modelo de uso que en los Evangelios
sinópticos. Hay, sin embargo, algunos
versículos distintivos. En Juan 9:34 los opositores de Jesús rechazan con indignación
la idea que el ciego de nacimiento pueda
darles lecciones. En Apocalipsis 2:14, 20 la referencia es a la enseñanza de Balaam y
Jezabel. Otros versículos, que necesitarían un
tratamiento por separado, versan sobre la enseñanza de Dios y del Espíritu.
b. En Juan 8:28; 14:26; 1 Juan 2:27 el uso de διδάσκειν sugiere la presencia de la
inspiración o revelación directa. No se ha hallado
para esto ningún modelo helenístico; lo mejor es comprenderlo a la luz de la
enseñanza de Jesús. Así, la idea en Juan 8:28 es la de
la unidad de voluntad entre el Padre y el Hijo. En 14:26 a los discípulos se les da
participación en esto, para que lleven adelante el
ministerio de Jesús. En 1 Juan 2:27 esta enseñanza mediante la unción (el Espíritu)
ofrece una protección contra los falsos maestros
que también plantean exigencias totales. Si el significado de estos versículos se acerca
mucho a «revelar», es porque el sujeto
de la enseñanza es Jesús mismo. De modo semejante, en Lucas 11:1 διδάσκειν expresa
la idea de la disposición a sujetarse totalmente
a la dirección de Jesús, y por eso es paralelo a la confesión en Mateo 16:13ss y Juan
6:60ss.
3. El διδάσκειν del cristianismo primitivo.
a. Incluso durante la vida de Jesús, los discípulos comienzan también a enseñar (Mr.
6:30). Esto llega a ser parte de su encargo en
Mateo 28:20, ya sea como presuposición de βαπτίζειν o de μαθητεύειν, y teniendo por
contenido la propia διδαχή de Jesús. En
Hechos 4 los apóstoles enseñan en nombre de Jesús (v. 18), proclamando la
resurrección (v. 2). Si esto implica interpretación del
AT, culmina en un llamado al arrepentimiento. En la forma externa, también ellos
siguen la práctica judía (cf. Hch. 5:25). La exégesis
y la exhortación conforman el cuerpo principal de enseñanza, incluso a veces hasta el
punto de instrucción en la ley (Ro.
2:21; Hch. 15:1). En este sentido hay que hacer un nuevo comienzo, en vista del
cumplimiento de la ley en Jesús (Heb. 5:12).
[p 164] b. La enseñanza cristiana, entonces, se propone principalmente mostrar a
partir de las Escrituras que Jesús es el Mesías
prometido. En este sentido ella es la «enseñanza acerca del Señor Jesucristo» (Hch.
8:31). Aquí la combinación con κηρύσσειν da
un cuadro comprensivo de la labor de los apóstoles. Ellos transmiten realidades, pero
en un modo tal que uno debe o aceptarlas, o
rechazar la Escritura. Los opositores, por supuesto, veían aquí una enseñanza
contraria a Moisés y la ley (Hch. 21:21, 28). La pala-

bra de Dios que enseñaba Pablo en Hechos 18:11 probablemente tenga el mismo
sentido, no del mensaje de salvación en general,
sino del mensaje de salvación sobre la base de las Escrituras del AT y a la luz de ellas.
c. Si Pablo usa con poca frecuencia el término διδάσκειν, esto probablemente se deba a
que él trabajaba en círculos donde el AT era
menos conocido. Por lo tanto, para él la enseñanza es la instrucción que se da a las
iglesias con ocasión de su fundación (2 Ts.
2:15; Col. 2:7; Ef. 4:21) con el fin de fortalecerlas contra los ataques de los judíos. En
Romanos 12:7 el contexto es la edificación,
y por ello la referencia probablemente sea a aquellos que dan direcciones para la vida
cristiana. En Colosenses 1:28; 3:16 figura
διδάσκειν con νουθετεῖν en línea pastoral y ética. Se usa de modo semejante en 2
Timoteo 4:11; 6:2; 2 Timoteo 2:2; Tito 1:11,
excepto que ahora hay maestros oficiales. Tito 1:11 muestra que el vínculo con la
Escritura se mantiene intacto. Si Pablo no parece
hacer del AT un libro de instrucción ética, obviamente lo usa en su propia enseñanza
(cf. Ro. 3:31). Pero procura basar su
διδάσκειν principalmente sobre la enseñanza de Jesús (cf. Gá. 5:14), en su amor y
sacrificio de sí incluso hasta la muerte de cruz
(Fil. 2:1ss). De este modo previene la división que podría sobrevenir en la comunidad
mediante la intromisión de maestros particulares
(cf. Mt. 23:8).
διδάσκαλος (→ ῥαββί)
A. Uso y carácter de διδάσκαλος entre los griegos.
1. Uso. Esta palabra está atestiguada desde los himnos homéricos, donde aparece
también la forma femenina. Significa «instructor»,
como a. «maestro de escuela», o b. «maestro de coro». Puesto que con frecuencia los
dramaturgos actuaban como actores y directores,
también llegó a tener el sentido de «poeta».
2. Carácter de la palabra. El elemento racional y técnico es fuerte desde el inicio. Se
incluye especialmente la enseñanza de
destrezas y el desarrollo de aptitudes. La palabra resulta adecuada dondequiera que
se da instrucción sistemática. Así Filón puede
aplicarla a un sacerdote que da instrucciones acerca de la lepra, y para él Dios es
también el maestro de los sabios, con un fuerte
prejuicio intelectualista.
3. Consecuencias del carácter de la palabra para el uso de διδάσκαλος. El carácter de
la palabra nos hace posible ver porqué
Sócrates rechaza este término, Epicteto lo adopta, y la LXX, en términos generales, lo
evita.
a. Sócrates, en Platón, Apología 33ab, no quiere que le llamen διδάσκαλος porque no
quiere que sus afirmaciones se conviertan en
un sistema vinculante. No desprecia lo intelectual, pero se propone llevar a la persona
más allá de esto, hasta la acción moral.
También procura hacer esto por todos, y así resiste la formación de escuelas.
b. Por el contrario, Epicteto se precia de ser llamado διδάσκαλος, ya que, como
maestro de un sistema, está ayudando a llevar a sus
seguidores a la perfección (Disertaciones 1.9.12).
c. La LXX usa διδάσκαλος sólo en Ester 6:1 y 2 Macabeos 1:10. En Ester el uso es el
normal en griego, pero en Macabeos, a
Aristóbulo se lo llama διδάσκαλος como expositor de la ley, de modo que la palabra
tiene un significado especial (paralelo a
διδάσκων) como alguien que da dirección en el camino de Dios. El uso general para
maestros pagados u oficiales impidió su
adopción más difundida en este sentido.
[p 165] B. διδάσκαλος en el NT.
1. Uso.
a. El término aparece 58 veces en el NT: 48 casos están en los Evangelios, 41 se
refieren a Jesús (29 en palabras dirigidas a él), una
al Bautista, una a Nicodemo, una a los maestros junto con los cuales Jesús se sentó de
niño, dos al maestro en relación con el
discípulo. En otros lugares hay referencias a διδάσκαλοι como grupo en las iglesias
(Hch. 13:1; 1 Co. 12:28–29; Ef. 4:11). El
autor se llama a sí mismo διδάσκαλος en 1 Timoteo 2:7; 2 Timoteo 1:11. En Romanos
2:20; 2 Timoteo 4:3; Hebreos 5:12, el
contexto nos da el sentido.
b. El uso muestra que cuando alguien se dirige a Jesús como διδάσκαλος, este término,
a diferencia de κύριος, no denota un respeto
especial. La relación entre maestro y discípulo, tal como se plantea en Mateo 10:24–
25, concuerda con el patrón rabínico habitual.
Aquí el maestro es alguien que expone la voluntad divina tal como consta en las
Escrituras. Cuando el término se aplica a otros
individuos como el Bautista o Nicodemo, siempre da a entender que se trata de una
persona que muestra el camino de Dios a partir
de la ley.
2. Jesús como διδάσκαλος.

a. El hecho que a Jesús se lo trate como διδάσκαλος muestra que externamente él


encaja en la imagen de un maestro rabínico.
Enseña como un rabino, y tiene en torno a sí un grupo similar de alumnos. El uso
paralelo de ῥαββί en Juan 1:38; Mateo 26:25;
Juan 3:2 ayuda a confirmar esto. También lo confirma el hecho que los discípulos
desempeñen muchos de los deberes de un discípulo,
p. ej. remar en la barca (Mr. 4:34ss), entregar el alimento (Mr. 5:37ss), conseguir el
burro (Mr. 11:1ss) y preparar la Pascua
(Mt. 26:17ss). También hay otros que honran a Jesús como maestro, p. ej. la suegra de
Pedro (Mt. 8:15), Marta (Lc. 10:40) y las
mujeres que lo atienden (Lc. 8:3).
b. Jesús, entonces, no provoca hostilidad por su estilo ni por lo que enseña, ya que
inclusive los círculos de escribas reconocen que él
enseña el camino de Dios en la verdad (Mt. 22:16). Cierto es que no ha recibido
instrucción oficial, pero aún así habría podido
fundar una escuela, debatir sus opiniones, y lograr una amplia tolerancia. Pero no lo
hace así, y por consiguiente provoca una violenta
oposición, porque plantea una pretensión absoluta, y lo hace no simplemente como
profeta, sino en su propio nombre, asociándose
directamente con Dios como el portador responsable de su voluntad y como el que es
uno solo con Dios. Se presenta a sí
mismo como el que da cumplimiento a la ley, y a la vez como el camino hacia su
realización (Mt. 5:17, 20).
c. La persona de Jesús le da a διδάσκαλος un peso nuevo. Lo sella como el nuevo
Moisés que le da a la ley un alcance universal.
Esto explica porqué se le puede llamar sencillamente ὁ διδάσκαλος (Mt. 26:18), y
porqué este término no es reclamado luego por
el discípulo. La aceptación de la regla de Mateo 23:8 no es simplemente un
formalismo. Es un reconocimiento de que la salvación
se halla sólo en Jesús, de que él es el διδάσκαλος absoluto y de que Moisés halla en él
su propio cumplimiento (Jn. 5:45–46). Si el
término tiene poca importancia en la proclamación cristiana primitiva, es porque la
realidad central es un acontecimiento (la crucifixión
y resurrección) y no un cuerpo de enseñanzas.
3. Los διδάσκαλοι de la comunidad cristiana primitiva.
a. Las referencias a διδάσκαλοι cristianos en los Hechos y en las epístolas van en
consonancia con el uso judío y cristiano primitivo.
Así en Santiago 3:1, especialmente si esta carta es primitiva o se deriva del judaísmo
rabínico, lo que se designa es el expositor de
la ley que hace posible un cumplimiento correcto de ella.
b. En 1 Corintios 12:28–29; Efesios 4:1 y Hechos 13:1 se menciona a los διδάσκαλοι
después de los (apóstoles y) profetas o junto
con ellos. Una vez más son expositores que edifican mediante su más claro
entendimiento. El orden es material, no jerárquico. Los
apóstoles están dando paso a los pastores, y los evangelistas a los maestros. De modo
similar, en 1 Timoteo 2:7; 2 Timoteo 1:11 la
tarea de enseñar constituye una parte del apostolado de Pablo que los maestros van a
continuar.
[p 166] c. Se da un cambio en la iglesia antigua cuando, p. ej. en Alejandría, tiene lugar
una nueva intelectualización con la invasión
de la sabiduría griega, y entonces el maestro es aquel que representa un cristianismo
intelectual y da instrucción en ese campo.
νομοδιδάσκαλος (→ νομικός). Esta palabra, que no se halla en el griego secular, la
LXX, Josefo ni Filón, aparece tres veces en
el NT. Los escribas son «maestros de la ley» en Lucas 5:17; también lo es Gamaliel en
Hechos 5:34; luego el término se usa irónicamente
en 1 Timoteo 1:7 para referirse a los legalistas que no saben de qué trata la ley y por
eso no están realmente llamados a
enseñarla.
καλοδιδάσκαλος. No atestiguado fuera del NT, este término figura sólo en Tito 2:3;
las mujeres mayores deben ser «maestras de
lo bueno», especialmente con respecto a las mujeres más jóvenes.
ψευδοδιδάσκαλος. Esta palabra, que no se encuentra antes del NT, aparece sólo en 2
Pedro 2:1, con ψευδοπροφῆται. El ψευδοsugiere
que es falsa tanto su pretensión como su enseñanza, como se muestra por su rechazo
del dominio de Cristo sobre sus vidas.
διδασκαλία
A. διδασκαλία fuera del NT.
1. La palabra es común para «enseñanza», «actividad de enseñar», «ensayo», e
inclusive «drama»; tiene un carácter fuertemente
intelectual.
2. Con frecuencia Filón usa el término para referirse a la enseñanza objetiva.
3. En tres casos (Pr. 2:17; Si. 24:33; 39:8) la LXX usa esta palabra para la instrucción
divina; una vez en plural (Is. 29:3) denota las
enseñanzas humanas que no pueden pretender ser absolutas. (En Pr. 2:17 la LXX lee
mal el texto hebreo.)
B. διδασκαλία en el NT.

1. El plural figura en Mateo 15:9; Marcos 7:7 cuando Jesús cita Isaías 29:13 contra los
fariseos y escribas. Colosenses 2:22 y 1
Timoteo 4:1 también usan el plural para referirse a enseñanzas que no son divinas (e.
d. humanas o demoníacas).
2. El singular aparece cuando es la voluntad revelada de Dios lo que se halla tras la
enseñanza. Así la «enseñanza» (como actividad)
sirve a la comunidad en Romanos 12:7. La Escritura fue escrita para nuestra
«instrucción», según Romanos 15:4. El punto en Efesios
4:14 es que debemos mantenernos en guardia contra todo viento cambiante que
asegura ser enseñanza, y que por tanto asegura
ser la voluntad de Dios. Aquí la doctrina no es el error específico en cuanto tal.
3. διδασκαλία es común en las Pastorales (15 de 21 casos en el NT). La relación con la
revelación histórica de Dios (atestiguada en
las Escrituras y cumplida en Cristo) resulta evidente en 1 Timoteo 4:13; 2 Timoteo
3:16 (posiblemente Tit. 2:10). La «sana doctrina»
en 1 Timoteo 1:10, etc. también designa la enseñanza que se refiere a los actos
salvíficos de Dios y que por lo tanto conduce a
la salvación. La «buena doctrina» en 1 Timoteo 4:6 tiene el mismo sentido, pero con
mayor énfasis en el contenido y su efecto
práctico. En general διδασκαλία no es una palabra apropiada en el judaísmo y en el
NT, ya que el διδάσκαλος no tiene una
διδασκαλία que sea suya propia. Pero encaja bien en las Pastorales, donde los lectores
tienden a rechazar al διδάσκαλος cambiándolo
por los falsos maestros, y por eso tienden a rechazar la διδασκαλία que él tiene el
encargo de proclamar y de la cual no
se le puede separar.
4. En la iglesia antigua la palabra llega a significar la «suma de enseñanza» que ha sido
transmitida desde los apóstoles. Es así como
el kerygma tiende a fosilizarse dentro de un dogma.
[p 167] ἑτεροδιδασκαλέω. Esta palabra, que implica que hay un ἑτεροδιδάσκαλος (cf.
Gá. 1:9), figura sólo en 1 Timoteo 1:3;
6:3 con referencia a aquellos que diseminan una enseñanza diferente, convirtiendo las
cosas periféricas en el asunto principal
(1:4ss) y con un énfasis judaizante en la ley (v. 7).
διδαχή. Esta palabra designa la «enseñanza» o «instrucción» como realidad. Su único
uso en la LXX es en el título del Salmo 60.
En el NT se refiere a todo el διδάσκειν de Jesús en Mateo 7:28, etc., e. d. su
proclamación de la voluntad de Dios tanto en forma
como en contenido. Este es también el sentido en Juan 7:16–17. Lo mismo se aplica
cuando se trata de la διδαχή de los fariseos y
saduceos en Mateo 16:12, o la de los apóstoles en Hechos 5:28, o la de aquellos que
instruían a la iglesia romana en Romanos
6:17; 16:17, y la de Pablo en 1 Corintios 14:6. 2 Juan 9–10 sigue el mismo modelo,
como lo hace el Apocalipsis cuando habla de
la διδαχή de Balaam, de los nicolaítas, y de Jezabel en 2:14, 15, 24. En Hebreos 6:2, sin
embargo, διδαχή designa una doctrina
establecida y formulada, y en 13:4 (plural) los errores específicos contra los cuales se
emite una advertencia. Los padres postapostólicos
desarrollan este sentido, pero en general el énfasis del NT se pone sobre la enseñanza
de Dios por medio de Jesús y de
los apóstoles, con el consiguiente fomento del sentido cristiano de misión en su
ministerio de enseñanza.
διδακτός. Esta palabra tiene tres sentidos: a. «enseñado», b. «instruido, educado» y c.
«dócil, capaz de ser enseñado». Se usa en
forma absoluta en Juan 6:45 (citando a Is. 54:13): «enseñados por Dios». En 1
Corintios 2:13 el reiterado διδακτός (no enseñadas
por la sabiduría humana sino enseñadas por el Espíritu) muestra que Pablo conecta su
identidad singular con la fuente de su enseñanza.

διδακτικός. Fuera del NT este término figura sólo en Filón con referencia a la
instrucción de Abraham. En 1 Timoteo 3:2; 2 Timoteo
2:24 es uno de los requisitos para ser obispo. En una época en que están surgiendo los
falsos maestros, el obispo debe ser
«apto para enseñar».
[K. H. Rengstorf, II, 135–165]

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nt.pdf

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