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Y PREDICCIÓN DE TALLA
ATLAS Y MÉTODOS NUMÉRICOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
MADURACIÓN ÓSEA
Y PREDICCIÓN DE TALLA
Atlas y Métodos Numéricos
Manuel Hernández
Catedrático y Director del Departamento de Pediatría de la Universidad Autónoma de Madrid.
Jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Infantil del Niño Jesús.
Director del Instituto de Crecimiento y Desarrollo de la Fundación F. Orbegozo.
Elena Sánchez
Profesora Titular de Pediatría de la Universidad del País Vasco.
Servicio de Pediatría del Hospital de Basurto. Bilbao.
Instituto de Crecimiento y Desarrollo de la Fundación F. Orbegozo.
Begoña Sobradillo
Jefe Clínico del Servicio de Pediatría del Hospital de Basurto. Bilbao.
Instituto de Crecimiento y Desarrollo de la Fundación F. Orbegozo.
PRESENTACIÓN
James M. Tanner
Department of Growth and Development.
Institute of Child Health.
University of London.
ERRNVPHGLFRVRUJ
© 1991 M. Hernández Rodríguez.
Reservados todos los derechos.
ISBN: 978-84-87189-97-5
Depósito legal: M. 29.747-1991
VII
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PRESENTACIÓN
Los niños —incluso los niños normales, sanos— presentan diferencias marcadas en lo que se ha
denominado tempo de crecimiento; es decir, en la rapidez con la que pasan a través de los diferentes
hitos de la infancia y alcanzan la pubertad y la talla final. Una niña tiene la menarquia a los 10 años y
medio, otra a los 14 años; ambas están bien y la talla final suele ser la misma en ambas. Lo que las
diferencia es el grado de maduración más que el crecimiento lineal y este grado de maduración es el
que se valora en la clínica por la puntuación de la maduración esquelética, usada frecuentemente por
los clínicos como «edad ósea».
El primer intento de asignar una edad ósea se hizo comparando el aspecto de los huesos en la
radiografía de la mano y muñeca con las placas de Todd y posteriormente con el Atlas de Maduración
Esquelética de Greulich y Pyle. Sin embargo, éste tiene dos inconvenientes; primero, el observador
tiene que hacer una comparación global y completa de dos radiografías utilizando múltiples criterios y
ésta es una técnica de comparación muy pobre, como saben los expertos en psicometría y los
radiólogos. En segundo lugar, los estándares de Greulich y Pyle están basados en un pequeño número
de niños de una clase social privilegiada y fuertemente seleccionados.
Por eso, cuando por suerte Reg Whitehouse y yo tuvimos acceso a 3000 radiografías obtenidas
aleatoriamente de una muestra de niños escoceses sanos desarrollamos en 1958 el denominado sistema
TW, en el cual cada hueso es comparado separadamente con su estándar y la puntuación total
obtenida de la serie de huesos se valora utilizando un método matemático adecuado y bastante
sofisticado. De esta forma a la radiografía problema se le da una puntuación de maduración esqueléti-
ca. Esta puntuación varía de 0 a 100 y puede ser analizada exactamente igual que el peso o la talla. Así
se pueden establecer percentiles para la población normal igual que para la altura y como sucede con
ésta los percentiles varían de unas poblaciones a otras.
Se han publicado percentiles de maduración ósea para poblaciones del Reino Unido, Suecia, Suiza
y Holanda. Pero los niños de los países mediterráneos tienen un tempo de crecimiento más alto que los
del noroeste de Europa; concretamente en España, las niñas tienen la menarquia aproximadamente un
año antes que en Inglaterra y Suecia. De aquí la importancia del presente trabajo.
El Profesor Hernández y sus colegas nos presentan los percentiles de maduración esquelética y los
estándares de edad ósea para niños españoles y, además, su excelente sistema numérico de valoración
de la maduración ósea en los dos primeros años de vida, período en el cual no se puede aplicar el
método de la mano-muñeca. Es para mí motivo de orgullo y satisfacción presentar este libro a los
numerosos lectores españoles. Estoy seguro de que contribuirá al avance de la práctica de la pediatría
en España, especialmente en el campo de la Auxología, área por la cual tradicionalmente los españoles
han mostrado un gran interés.
J. M. TANNER
Institute of Child Health,
University of London,
and
School of Public Health,
University of Texas at Houston Julio 1991.
IX
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PRÓLOGO
El estudio de la maduración ósea sigue siendo el método más útil en la clínica para enjuiciar el nivel de
desarrollo alcanzado o, si se prefiere expresarlo de otra forma, para estimar la edad fisiológica.
Este dato es fundamental para realizar una estimación de la talla final, para valorar la situación y
posibilidades terapéuticas de un niño con patología del crecimiento y para controlar los efectos del
tratamiento.
Hace más de 50 años el Profesor Todd publicó su Atlas de Maduración Esquelética de la Mano; en
él incluía una serie de criterios morfológicos para definir los cambios que se producen sucesivamente en
los distintos huesos en su evolución hacia la madurez adulta, a los que denominó «indicadores de
madurez». La introducción de este concepto y la descripción, por primera vez, de los estadios o fases
evolutivas de los distintos huesos han servido de base para todos los estudios posteriores sobre
maduración ósea.
Uno de los más relevantes ha sido el realizado por dos de sus discípulos, William Greulich y S.
Idell Pyle, autores del atlas que lleva su nombre; publicado por primera vez en 1950, hay una segunda
edición de 1959 que es la que utilizamos en el momento actual. Sobre este atlas se basa uno de los
métodos de predicción de talla adulta más difundidos, el de Bayley-Pinneau.
Un cambio cualitativo en la manera de valorar la maduración ósea fue la introducción de los
denominados métodos numéricos. Igual que los anteriores utilizan para el análisis de la situación de
cada hueso los indicadores de madurez de Todd pero introducen un método matemático para valorar
mediante una puntuación las distintas etapas evolutivas del hueso. De esta forma un fenómeno cualitati-
vo, que se expresa por cambios morfológicos, se transforma en un dato numérico, que puede ser
tratado ya con las técnicas de la estadística y adquirir un significado más preciso, al poder conocer en
qué percentil o desviación estándar se encuentra en relación con los valores de referencia. El prototipo
de los métodos numéricos, por el rigor con que se ha realizado, es el Método de Tanner-Whitehouse,
que en su segunda versión es el que se utiliza en la mayoría de los países y en el que se basa su método
de estimación de la talla adulta.
Estas dos obras, cada una en su estilo, son modélicas pero están realizadas en muestras de
poblaciones muy alejadas en el tiempo y en sus características de la población española actual.
Con esta publicación pretendemos poner en manos del pediatra, endocrinólogo, radiólogo o
cualquier especialista interesado en este campo un instrumento de trabajo fácil de manejar, que en un
solo volumen reúna un atlas de maduración ósea, un método numérico basado en el TW2-RUS, y un
método original (SHS) para valorar la maduración ósea durante los dos primeros años de vida.
Además, se incluye un disquete que permite hacer de una manera rápida y automatizada la estimación
de la talla adulta.
La principal ventaja es que los modelos de radiografías y los estándares corresponden a una
muestra representativa de la población española actual; la misma del estudio longitudinal que sirvió de
base para elaborar nuestras curvas y tablas de crecimiento. Este trabajo es pues complementario del
estudio antropométrico y permitirá, a partir de ahora, utilizar patrones de maduración ósea adecuados
a nuestra población y hacer la estimación de la talla adulta utilizando los métodos clásicos (Bayley-
Pinneau, TW2 Mark2 y Roche-Wainer-Thissen) pero con datos ajustados a la situación actual de los
niños de nuestro país.
En la recogida y preparación del material que ha hecho posible la publicación de este libro han
participado varias personas que están o han estado vinculadas a las actividades del Instituto de
Investigación sobre Crecimiento y Desarrollo de la Fundación Orbegozo. A todos ellos, especialmente
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a los Dres. José Castellet y J.L. Narvaiza, a las Dras. Ana Zurimendi e Isabel Ruíz y a la Srta. Maite
Carreras queremos expresarles nuestro agradecimiento.
Nuestro agradecimiento también al Profesor Tanner y a la Editorial Academic Press por autorizar-
nos a reproducir los diagramas y la descripción de los estadios madurativos que incluimos en la segunda
parte del libro. El Prof. James Tanner, además, ha querido honrarnos y prestigiar nuestro trabajo
escribiendo la presentación; es una muestra más de amistad que agradecemos sinceramente.
El Hospital de Basurto por su generosa colaboración en la solución de los problemas logísticos y
en la realización y procesamiento de las radiografías, se ha hecho acreedor a nuestro reconocimiento.
A la Fundación Faustino Orbegozo Eizaguirre, además de agradecerle su mecenazgo, sin el cual
no hubiera sido posible realizar el estudio de crecimiento ni publicar esta obra, deseamos expresarle
nuestra gratitud por la confianza que durante años ha depositado en nosotros.
La editorial Díaz de Santos no ha regateado esfuerzos para lograr una calidad editorial excelen-
te. Una vez más, el entusiasmo y la paciencia de Joaquín Vioque han contribuido decisivamente a que
nuestro proyecto inicial haya cristalizado y este libro sea una realidad.
M. Hernández
E. Sánchez
B. Sobradillo
J. M. Rincón
XII
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I
ATLAS DE MADURACIÓN ÓSEA
DE LA MANO
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Bases metodológicas
A pesar de las ventajas de los métodos numéricos el atlas conserva su utilidad para hacerse una idea
aproximada de la situación de la maduración ósea cuando no es necesario valorar con precisión el
significado de la desviación.
Este atlas se ha elaborado con una selección de radiografías elegidas entre 5.266 procedentes
de 1.800 niños y jóvenes de ambos sexos incluidos en el estudio de crecimiento de Bilbao. Todos
ellos son niños sanos, elegidos al azar entre los recién nacidos de una de las maternidades de la ciudad,
el Hospital de Basurto, y entre los escolares que asistían a los centros del área del Gran Bilbao. El
estudio se realizó durante los años 1978-87 y la muestra estaba integrada por niños procedentes de
todos los estratos socioeconómicos pero predominaban en ella los de clase media y media-baja en una
proporción similar a la que existe en la población de nuestro país. Por esto, y por estar integrada por
familias procedentes de casi todas las regiones, la muestra puede considerarse representativa de la
población española actual.
Los criterios utilizados para seleccionar las radiografías han sido los descritos por Greulich y
Pyle5. En una primera fase se valoraron las radiografías de cada edad y se hizo una distribución
eligiendo como modelo de las distintas edades una que fuera representativa de la maduración media y
tuviera una buena calidad técnica.
Entre los indicadores de madurez o signos valorables para asignar a una radiografía una
determinada edad ósea hemos elegido los más objetivos y fáciles de reconocer. A pesar del interés que
puede tener para determinados estudios recoger la edad ósea individual de cada hueso, tal como
aparece en el Atlas de Greulich y Pyle, consideramos que un libro de estas características sólo sirve
para hacer más laboriosa la estimación de la edad ósea y para crear confusión.
Para facilitar la comparación de la radiografía problema con los estándares el tamaño de las
figuras es el mismo que tenía la placa original. También se ha respetado la presentación tradicional en
las obras de esta naturaleza, en una página el texto y en la opuesta la reproducción de la radiografía.
Los intervalos cronológicos entre los distintos estándares son variables; cada 3 meses durante el
primer año; posteriormente cada 6, y en aquellos años, en los cuales los cambios son muy lentos, cada
12 meses.
Para valorar la maduración ósea con este método se compara la radiografía problema con los modelos
del atlas, poniendo atención especial a los indicadores que se describen en el texto que acompaña a
cada radiografía. Para hacer más fácil su interpretación se ha incluido junto al texto un dibujo en el que
se señalan los cambios más importantes.
La lectura debe seguir el siguiente orden: carpo, epífisis del radio y del cúbito, metacarpianos y
falanges. Cuando la radiografía que se desea valorar no sea superponible a ninguno de los modelos se
e asignará una edad ósea intermedia entre las dos en que se encuentre.
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Estándares de niños
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NIÑOS Edad ósea: Recién nacido
Carpo
Metacarpianos
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NIÑOS Edad ósea: Recién nacido
7
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NIÑOS Edad ósea: 3 meses
Carpo
Metacarpianos
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NIÑOS Edad ósea: 3 meses
9
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NIÑOS Edad ósea: 6 meses
Carpo
Metacarpianos
10
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NIÑOS Edad ósea: 6 meses
11
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NIÑOS Edad ósea: 9 meses
Carpo
Metacarpianos
12
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NIÑOS Edad ósea: 9 meses
13
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NIÑOS Edad ósea: 1 año
Carpo
14
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NIÑOS Edad ósea: 1 año
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NIÑOS Edad ósea: 1 año y 6 meses
Radio
Ha aparecido la epífisis dista I del radio, que tiene una forma oval, con
un borde liso y continuo.
Falanges
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NIÑOS Edad ósea: 1 año y 6 meses
17
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NIÑOS Edad ósea: 2 años
Radio
Metacarpianos
Falanges
18
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NIÑOS Edad ósea: 2 años
19
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NIÑOS Edad ósea: 2 años y 6 meses
Carpo
Falanges
20
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NIÑOS Edad ósea: 2 años y 6 meses
91
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NIÑOS Edad ósea: 3 años
Carpo
Radio
Metacarpianos
Falanges
22
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NIÑOS Edad ósea: 3 años
23
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NIÑOS Edad ósea: 3 años y 6 meses
Metacarpianos
Falanges
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NIÑOS Edad ósea: 3 años y 6 meses
25
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NIÑOS Edad ósea: 4 años
Carpo
Radio
Metacarpianos
Falanges
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NIÑOS Edad ósea: 4 años
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NIÑOS Edad ósea: 4 años y 6 meses
Carpo
Metacarpianos
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NIÑOS Edad ósea: 4 años y 6 meses
29
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NIÑOS Edad ósea: 5 años
Carpo
Radio
Metacarpianos
Falanges
30
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NIÑOS Edad ósea: 5 años
31
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NIÑOS Edad ósea: 5 años y 6 meses
Carpo
Radio
32
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NIÑOS Edad ósea: 5 años y 6 meses
33
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NIÑOS Edad ósea: 6 años
Carpo
Falanges
34
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NIÑOS Edad ósea: 6 años
35
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NIÑOS Edad ósea: 6 años y 6 meses
Carpo
Radio
Cúbito
Falanges
36
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NIÑOS Edad ósea: 6 años y 6 meses
37
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NIÑOS Edad ósea: 7 años y 6 meses
Carpo
Cúbito
38
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NIÑOS Edad ósea: 7 años y 6 meses
39
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NIÑOS Edad ósea: 8 años
Carpo
Radio
Cúbito
Metacarpianos
Falanges
40
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NIÑOS Edad ósea: 8 años
41
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NIÑOS Edad ósea: 8 años y 6 meses
Carpo
Cúbito
Metacarpianos
42
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NIÑOS Edad ósea: 8 años y 6 meses
43
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NIÑOS Edad ósea: 9 años y 6 meses
Carpo
Metacarpianos
Falanges
44
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NIÑOS Edad ósea: 9 años y 6 meses
45
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NIÑOS Edad ósea: 10 años y 6 meses
Carpo
Metacarpianos
46
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NIÑOS Edad ósea: 10 años y 6 meses
47
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NIÑOS Edad ósea: 11 años y 6 meses
Carpo
Radio
Metacarpianos
Falanges
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NIÑOS Edad ósea: 11 años y 6 meses
49
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NIÑOS Edad ósea: 12 años y 6 meses
Carpo
Radio
Cúbito
Metacarpianos
50
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NIÑOS Edad ósea: 12 años y 6 meses
51
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NIÑOS Edad ósea: 13 años y 6 meses
Carpo
Radio
Cúbito
Falanges
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NIÑOS Edad ósea: 13 años y 6 meses
53
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NIÑOS Edad ósea: 14 años
Carpo
Metacarpianos
Falanges
54
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NIÑOS Edad ósea: 14 años
55
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NIÑOS Edad ósea: 14 años y 6 meses
Carpo
Radio
Metacarpianos
Falanges
56
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NIÑOS Edad ósea: 14 años y 6 meses
57
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NIÑOS Edad ósea: 15 años
Metacarpianos
Falanges
58
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NIÑOS Edad ósea: 15 años
59
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NIÑOS Edad ósea: 15 años y 6 meses
Metacarpianos
Falanges
60
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NIÑOS Edad ósea: 15 años y 6 meses
61
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NIÑOS Edad ósea: 16 años
Metacarpianos
Falanges
62
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NIÑOS Edad ósea: 16 años
63
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NIÑOS Edad ósea: 16 años y 6 meses
Radio y Cúbito
Metacarpianos
Falanges
64
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NIÑOS Edad ósea: 1 6 años y 6 meses
65
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NIÑOS Edad ósea: 17 años y 6 meses
Radio
Cúbito
Metacarpianos
66
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NIÑOS Edad ósea: 17 años y 6 meses
67
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NIÑOS Edad ósea: 18 años y 6 meses
Radio
68
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NIÑOS Edad ósea: 18 años y 6 meses
69
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Estándares de niñas
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NIÑAS Edad ósea: Recién nacida
Carpo
Metacarpianos
72
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NIÑAS Edad ósea: Recién nacida
73
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NIÑAS Edad ósea: 3 meses
Carpo
Metacarpianos
Falanges
74
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NIÑAS Edad ósea: 3 meses
75
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NIÑAS Edad ósea: 6 meses
Carpo
Metacarpianos
76
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NIÑAS Edad ósea: 6 meses
77
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NIÑAS Edad ósea: 9 meses
Metacarpianos
78
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NIÑAS Edad ósea: 9 meses
79
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NIÑAS Edad ósea: 1 año
Radio
Metacarpianos
Falanges
80
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NIÑAS Edad ósea: 1 año
81
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NIÑAS Edad ósea: 1 año y 6 meses
Carpo
Metacarpianos
Falanges
82
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NINAS Edad ósea: 1 año y 6 meses
83
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NIÑAS Edad ósea: 2 años
Radio
Metacarpianos
Falanges
84
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NIÑAS Edad ósea: 2 años
85
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NIÑAS Edad ósea: 2 años y 6 meses
Carpo
Radio
Falanges
86
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NIÑAS Edad ósea: 2 años y 6 meses
87
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NIÑAS Edad ósea: 3 años
Carpo
Radio
Metacarpianos
Falanges
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NIÑAS Edad ósea: 3 años
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NIÑAS Edad ósea: 3 años y 6 meses
Carpo
Metacarpianos
90
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NINAS Edad ósea: 3 años y 6 meses
91
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NIÑAS Edad ósea: 4 años
Carpo
Radio
92
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NIÑAS Edad ósea: 4 años
93
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NIÑAS Edad ósea: 4 años y 6 meses
Carpo
Metacarpianos
Falanges
94
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NIÑAS Edad ósea: 4 años y 6 meses
95
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NIÑAS Edad ósea: 5 años
Carpo
Metacarpianos
Falanges
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NIÑAS Edad ósea: 5 años
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NIÑAS Edad ósea: 5 años y 6 meses
Carpo
Metacarpianos
98
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NIÑAS Edad ósea: 5 años y 6 meses
99
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NIÑAS Edad ósea: 6 años
Carpo
Cúbito
Falanges
100
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NIÑAS Edad ósea: 6 años
101
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NIÑAS Edad ósea: 6 años y 6 meses
Carpo
Metacarpianos
Falanges
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NIÑAS Edad ósea: 6 años y 6 meses
103
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NIÑAS Edad ósea: 7 años y 6 meses
Carpo
En el borde distal del hueso grande, aparece una línea blanca hori-
zontal, que corresponde a la carilla que se articula con el tercer
metacarpiano.
El extremo distal del piramidal ha crecido, adaptándose al hueso
ganchoso. En la porción proximal del piramidal se puede ver a esta
edad una imagen de mayor densidad que corresponde al pisiforme.
Hay una diferenciación clara de las superficies palmar y dorsal del
semilunar, apareciendo una línea blanca que las separa.
El borde interno del escafoides aparece ligeramente cóncavo y
con una línea blanca densa que corresponde a la c arill a que se
articula con el hueso grande.
El trapecio ha crecido hacia la base del segundo metacarpiano.
Las superficies dorsales del trapezoide para las articulaciones con el
metacarpiano y el hueso grande se hacen visibles por fuera de la línea
blanca densa que marca el límite de la superficie palmar.
Radio
Cúbito
Metacarpianos
Falanges
Las epífisis de las falanges medias son tan anchas como las metáfisis.
El borde próximo-lateral de la epífisis de la falange distal del
primer dedo es cóncavo y su forma se adapta a la cabeza de la
falange proximal.
Las epífisis de las falanges distales de los dedos segundo a quinto
son más anchas que las metáfisis.
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NIÑAS Edad ósea: 7 años y 6 meses
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NIÑAS Edad ósea: 8 años y 6 meses
Carpo
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NIÑAS Edad ósea: 8 años y 6 meses
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NIÑAS Edad ósea: 9 años y 6 meses
Carpo
Radio
Metacarpianos
Falanges
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NIÑAS Edad ósea: 9 años y 6 meses
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NIÑAS Edad ósea: 10 años y 6 meses
Carpo
Radio
Cúbito
Metacarpianos
Falanges
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NIÑAS Edad ósea: 10 años y 6 meses
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NIÑAS Edad ósea: 11 años y 6 meses
Carpo
Falanges
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NIÑAS Edad ósea: 11 años y 6 meses
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NIÑAS Edad ósea: 12 años
Carpo
Falanges
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NIÑAS Edad ósea: 12 años
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NIÑAS Edad ósea: 12 años y 6 meses
Radio
Metacarpianos
Falanges
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NIÑAS Edad ósea: 12 años y 6 meses
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NIÑAS Edad ósea: 13 años y 6 meses
Radio
Metacarpianos
Falanges
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NIÑAS Edad ósea: 13 años y 6 meses
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NIÑAS Edad ósea: 14 años
Metacarpianos
Falanges
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NIÑAS Edad ósea: 14 años
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NIÑAS Edad ósea: 14 años y 6 meses
Cúbito
Metacarpianos
Falanges
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NIÑAS Edad ósea: 14 años y 6 meses
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NIÑAS Edad ósea: 15 años y 6 meses
Radio
Ha comenzado la fusión.
Cúbito
Metacarpianos
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NIÑAS Edad ósea: 15 años y 6 meses
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NIÑAS Edad ósea: 16 años y 6 meses
Radio
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NIÑAS Edad ósea: 16 años y 6 meses
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NIÑAS Edad ósea: 17 años y 6 meses
Radio y cúbito
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NIÑAS Edad ósea: 17 años y 6 meses
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II
MÉTODO NUMÉRICO DE VALORACIÓN
DE LA MADURACIÓN OSEA DE LA MANO
(TW2-RUS) ESTANDARIZADO PARA
UNA POBLACIÓN ESPAÑOLA
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Bases metodológicas
Utilizando la descripción de estadios y los dibujos originales de Tanner hemos evaluado nuestra
serie de 5.266 radiografías y obtenido las curvas y tablas de edad ósea para nuestra población.
Los ejemplos de radiografías se han seleccionado de la serie del Estudio de Crecimiento de
Bilbao6. Los dibujos se han reproducido del libro: Assessment of Skeletal Maturity and Prediction of
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Adult Height (TW2 Method) de J. M. Tanner et al., Academic Press Ltd. Londres, 198322, con autoriza-
ción de los autores y del editor.
Es importante que la radiografía se obtenga con una técnica correcta, a una distancia tubo-placa de 80
cm y con la palma apoyada firmemente contra la placa. La posición debe ser la que aparece en la
Figura 1, con el dedo medio alineado con el eje del antebrazo y los dedos ¡untos, sin tocarse entre sí, y
el pulgar separado unos 30 grados.
Los huesos que se valoran son: epífisis distal del radio, epífisis distal del cúbito, epífisis del primero,
tercero y quinto metacarpianos, epífisis de la primera falange del pulgar, tercero y quinto dedos,
epífisis de la falange media del tercero y quinto dedos y epífisis de la falange distal del pulgar, tercero
y quinto dedos (Fig. 2).
Es aconsejable colocar la radiografía sobre un negatoscopio en la posición que aparece en la
Figura 1, con el pulgar a la derecha del observador, y comenzar la lectura por la epífisis del radio,
siguiendo con los demás huesos en el orden en que aparecen en el libro.
La asignación del estadio o etapa madurativa se hace comparando la situación del hueso de la
radiografía problema con los modelos y diagramas.
Ambos son orientativos y siempre se debe leer el texto y comprobar si se cumplen o no los
criterios descritos. Para asignar un estadio se deberá tener en cuenta lo siguiente:
1.° Si sólo existe un criterio, la radiografía deberá cumplirlo para considerar que se ha
alcanzado el estadio.
2.° Si existen dos criterios (1 y 2) para definir el estadio debe cumplir al menos uno.
134
ERRNVPHGLFRVRUJ
3.° Si hay tres criterios ( 1 , 2 y 3), al menos debe cumplir dos de ellos.
4.° Hay que comprobar que la radiografía cumple al menos el criterio 1 del estadio anterior.
Por ejemplo para asignar el estadio G a cualquier hueso es imprescindible que cumpla el criterio 1 del
estadio F.
Todos los datos de cada hueso se han agrupado en dos páginas contiguas. En la página de la izquierda
se encuentra la letra correspondiente al estadio, desde la B a la H o la I, el diagrama que representa
los rasgos característicos de cada momento evolutivo y dos radiografías. Ambas corresponden a sujetos
que se encuentran en el mismo estadio y son ejemplos de la variación que puede existir dentro del
mismo; la que está a la izquierda del dibujo representa un momento menos avanzado y la situada a la
derecha es un ejemplo de mayor madurez.
En la página de la derecha, enfrentada a las figuras, se encuentra la descripción de los criterios
que definen los correspondientes estadios, y la puntuación asignada, según que se trate de un niño o
una niña.
Esta disposición facilita la valoración, que debe comenzar por la asignación provisional de un
estadio mediante la comparación de la radiografía problema con los ejemplos representados en la
primera página. A continuación se procederá a asignarle éste definitivamente, según que cumpla o no
los criterios descritos en el texto; finalmente, de acuerdo con el sexo, se le dará la puntuación
correspondiente.
Una vez obtenida la puntuación individual de cada uno de los 13 huesos, la suma de todos ellos
permitirá conocer la maduración ósea. Para ello basta consultar las Tablas 1 ó 2 o las gráficas de las
Figuras 3 ó 4 en las que se puede ver directamente el percentil en que se encuentra para la edad
cronológica. La edad ósea será aquella en la cual la puntuación de la radiografía coincida con el
percentil 50 de la gráfica.
135
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RADIO
ESTADIOS
136
ERRNVPHGLFRVRUJ
RADIO
PUNTUACIÓN
Niños Niñas
1. El centro apenas es visible como un depósito único de calcio o más raramente en
16 23
forma de depósitos múltiples. El borde se halla mal definido.
1. El centro está bien definido y es de forma oval con un borde liso y continuo. 21 30
1. Ha aparecido una línea blanca densa muy próxima al borde distal de la epífisis.
Representa el borde de la superficie palmar y el que aparece en situación distal 39 56
al anterior, es el borde de la superficie dorsal.
137
ERRNVPHGLFRVRUJ
CÚBITO
ESTADIOS
138
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CÚBITO
PUNTUACIÓN
Niños Niñas
1. La cabeza del cúbito se halla definida, diferenciada y más densa que la apófisis
estiloides. (Su superficie interna suele aparecer como una línea blanca engrosada
que la diferencia de la apófisis estiloides y suele existir una concavidad del
58 74
borde proximal y/o distal de la epífisis que se pone en contacto con la apófisis
estiloides.)
2. El borde adyacente a la epífisis radial se halla aplanado.
su tercio medio.
139
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PRIMER METACARPIANO
ESTADIOS
140
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PRIMER METACARPIANO
PUNTUACIÓN
Niños Niñas
1. El centro apenas es visible en forma de un depósito único de calcio o más
6 8
raramente como deoósitos múltioles. II borde está mal definido.
141
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III Y V METACARPIANOS
ESTADIOS
142
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III Y V METACARPIANOS
PUNTUACIÓN
Niños Niñas
1. El centro apenas es visible en forma de un depósito único de calcio o más 4 5 III
raramente como depósitos múltiples. El borde está mal definido. 4 6 V
1. La epífisis aparece bien definida y es de forma redonda con un borde continuo y 5 8 III
liso. 6 9 V
1. La epífisis es igual o más ancha que la metáfisis. (Este estadio parece equivalente 31 37 II
al estadio en que las epífisis de las falanges recubren las metáfisis). 29 35 V
143
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FALANGE PROXIMAL DEL PULGAR
ESTADIOS
144
ERRNVPHGLFRVRUJ
FALANGE PROXIMAL DEL PULGAR
PUNTUACIÓN
Niños Niñas
1. El centro apenas es visible en forma de un depósito único de calcio o más
7 9
raramente como depósitos múltiples. El borde está mal definido.
1. El centro presenta una apariencia bien definida y tiene forma de disco con un
8 11
borde continuo y liso.
que en la externa).
145
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FALANGE PROXIMAL DEL III Y V DEDOS
ESTADIOS
146
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FALANGE PROXIMAL DEL III Y V DEDOS
PUNTUACIÓN
Niños Niñas
5 III
1. El centro apenas es visible en forma de un depósito único de calcio o más 4
raramente como depósitos múltiples. El borde está mal definido. 4 6V
1. El centro aparece ya bien definido y tiene forma de disco con un borde continuo 4 7 III
y liso. 5 7V
1. La epífisis es tan ancha como la metáfisis y se adapta a la forma de ésta, aunque 23 27 III
todavía no la recubre en los bordes. 21 26 V
147
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FALANGE MEDIA DEL III Y V DEDOS
ESTADIOS
148
ERRNVPHGLFRVRUJ
FALANGE MEDIA DEL III Y V DEDOS
PUNTUACIÓN
Niños Niñas
1. El centro apenas es visible en forma de un depósito único de calcio o más 4 6 III
raramente como depósitos múltiples. El borde está mal definido. 6 7V
1. El centro aparece bien definido y tiene forma de disco con un borde continuo y 6 8 III
liso. 7 8V
1. La porción central del borde proximal se ha ensanchado y crece hacia el extremo 15 18 III
de la falange adyacente adaptándose a su superficie troclear. 15 18 V
149
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FALANGE DISTAL DEL PULGAR
ESTADIOS
150
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FALANGE DISTAL DEL PULGAR
PUNTUACIÓN
Niños Niñas
1. El centro apenas es visible en forma de un depósito único de calcio o más
5 7
raramente como depósitos múltiples. El borde está mal definido.
1. El centro aparece bien definido y tiene forma de disco con un borde continuo y 6 9
liso.
151
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FALANGE DISTAL DEL III Y V DEDOS
ESTADIOS
152
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FALANGE DISTAL DEL III Y V DEDOS
PUNTUACIÓN
Niños Niñas
1. El centro apenas es visible en forma de un depósito único de calcio o más 4 7 III
raramente como depósitos múltiples. El borde está mal definido. 5 7V
1. El centro aparece bien definido y tiene forma de disco con un borde continuo y 6 8 III
liso. 6 8V
1. El diámetro máximo tiene una anchura igual o superior a la mitad de la metáfisis. 8 11 III
9 11 V
1. Las superficies proximales palmar y dorsal son distintas y las dos se han adaptado
a as articulaciones trocleares de las falanges medias. La superficie palmar 18 22 III
aparece como una proyección proximal a la línea blanca ensanchada que 18 22 V
constituye la superficie dorsal.
153
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Tabla 1. Edad ósea para las distintas puntuaciones de maduración. NIÑOS
154
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Estándares de maduración ósea
TW2 - RUS
155
ERRNVPHGLFRVRUJ
Tabla 2. Edad ósea para las distintas puntuaciones de maduración NIÑAS
156
ERRNVPHGLFRVRUJ
Estándares de maduración ósea
TW2 - RUS
ERRNVPHGLFRVRUJ
ERRNVPHGLFRVRUJ
III
MÉTODO NUMÉRICO DE VALORACIÓN
DE LA MADURACIÓN OSEA DEL TOBILLO
EN LOS DOS PRIMEROS AÑOS DE VIDA
(Método SHS)
ERRNVPHGLFRVRUJ
ERRNVPHGLFRVRUJ
Justificación
La utilización de una radiografía de la mano para la valoración de la maduración ósea en los dos
primeros años de vida tiene una serie de limitaciones. En el recién nacido normal no está presente
ningún núcleo de osificación al nacimiento, y los que aparecen posteriormente —grande, ganchoso y
epífisis distal del radio— lo hacen lentamente a lo largo del primer año de vida.
El sistema TW2-RUS está estandarizado únicamente a partir del año de edad en las niñas y del año
y medio en los niños y los atlas, si bien suministran estándares desde el nacimiento, los indicadores
descritos el primer año se refieren fundamentalmente a las modificaciones de las diáfisis de los
metacarpianos y falanges, más difícilmente objetivables que las correspondientes a los núcleos de
osificación. Por esta razón, durante muchos años se han utilizado métodos basados en el estudio del
hemiesqueleto, en los que lo fundamental era el recuento de los núcleos de osificación presentes,
despreciando la información suministrada por las sucesivas transformaciones óseas, como el método de
Elgenmark2 o el de Lefebvre y Koiffman10.
Estos métodos tienen el inconveniente de la gran dosis de radiación a que el niño es sometido, por
lo que otras zonas anatómicas más limitadas, como la rodilla y el tobillo, han sido objeto de diversos
estudios para estandarizar la maduración ósea en estas edades. Entre estos, cabe destacar el método
RWT para la rodilla 13 , cuyo manejo rutinario es dificultoso. El método de Vincent y Hugon26, propuesto
por Tanner21, utiliza una radiografía lateral de rodilla y tobillo izquierdo en la que los autores han
descrito una serie de estadios, circunscribiéndose cronológicamente su uso al niño pretérmino y recién
nacido a término. Más recientemente, Erasmie y Ringertz3 publicaron un método numérico aplicado a
una radiografía lateral de tobillo, zona en la que los autores describen una serie de estadios para los
núcleos epifisarios de tibia y peroné y los núcleos redondos del tarso. Tiene el inconveniente de que la
estandarización ha sido efectuada con relación al peso del niño, lo que puede dificultar la inter-
pretación en algunos casos.
Debido a que ninguno de estos métodos era adecuado para el análisis de la maduración ósea en
esta edad, nuestro grupo decidió desarrollar un nuevo método numérico (SHS) basado en el estudio de
una radiografía lateral de tobillo y pie izquierdo7'16, ya que en esta zona anatómica están siempre
presentes al nacimiento el calcáneo y el astrágalo (Fig. 5). En los meses siguientes van apareciendo
otros núcleos: cuboides, tercera cuña, epífisis distal de tibia y epífisis distal de peroné (Fig. 6). Es decir,
en esta zona tenemos la oportunidad de estudiar en este período de la vida varios núcleos de
osificación, epifisarios y huesos redondos, igual que sucede en la mano en edades posteriores. Además,
la radiación a que el niño es sometido es mínima y la irradiación gonadal prácticamente nula.
Bases metodológicas
161
ERRNVPHGLFRVRUJ
Figura 5. Radiografía lateral de tobillo y pie izquierdo de un recién nacido, en la que
aparecen los núcleos de osificación del calcáneo y del astrágalo.
162
ERRNVPHGLFRVRUJ
dicotómicas, y dos parámetros antropométricos: peso y perímetro craneal (0,91 y 0,92, respectiva-
mente). Seleccionamos cinco núcleos de osificación, con una serie de estadios, los cuales tenían una
gran capacidad informativa sobre el nivel de maduración conseguido: calcáneo, cuboides, tercera cuña,
epífisis dista I de la tibia y epífisis dista I del peroné (Fig. 7).
Mediante técnicas de regresión lineal múltiple, efectuamos la ponderación de los estadios óseos,
utilizando como baremo los coeficientes de regresión con un factor dependiente del peso y del
perímetro craneal, cuyo coeficiente de correlación con la maduración ósea fue de 0,92 y 0,93 para
niños y niñas, respectivamente7, 14.
A semejanza del método TW2 para la mano, cada estadio viene definido por una figura, dos
radiografías representativas de dos situaciones madurativas diferentes para el mismo, y uno o dos
criterios. Cuando existe un sólo criterio, éste debe ser cumplido rigurosamente para asignar el estadio.
Hay dos estadios definidos por dos criterios, de los cuales debe cumplirse uno. A cada estadio
corresponde una puntuación diferente para niños y niñas.
La maduración ósea de una radiografía se obtendrá mediante la suma de los puntos correspon-
dientes a los estadios alcanzados por los cinco huesos que se valoran. La puntuación máxima obtenida
cuando todos los núcleos han alcanzado el último estadio descrito en el método es de 1.000 puntos.
Este método ha sido estandarizado de una muestra de 1.357 radiografías, pertenecientes a 600
niños de 0 a 2 años, del Estudio de Crecimiento de Bilbao. Las Figuras 8 y 9 presentan los estándares
para niños y niñas, respectivamente. La maduración ósea se puede expresar también en forma de edad
ósea, asignándole la edad cronológica cuyo percentil cincuenta de maduración ósea coincida con la de
la radiografía problema (Tabla 3).
163
ERRNVPHGLFRVRUJ
Tabla 3. Edad ósea (meses) según puntuación.
Dentro de los dos grandes grupos de métodos de valoración de la maduración ósea, atlas o sistemas
dependientes de la edad y sistemas numéricos, nuestro método del tobillo (SHS) pertenece al segundo
grupo; es un método puramente numérico, ya que no sólo mide la maduración ósea en puntos, sino que
la ponderación de los núcleos ha sido independiente de la edad, habiendo utilizado una escala
objetiva, no arbitraria.
Los indicadores que decidimos estudiar fueron criterios morfológicos y de tamaño relativo. A
diferencia de otros autores3, no hemos utilizado criterios de tamaño absoluto, ya que estimamos que
éstos medirían más el crecimiento que la maduración ósea, a semejanza de los métodos planimétricos.
En cuanto a la utilización de parámetros antropométricos para el baremo de ponderación de los
estadios óseos, desde los estudios de Bayley-Pinneau sobre la relación entre la maduración ósea y la
talla, diversos trabajos han mostrado correlaciones elevadas entre la maduración ósea y otros datos
antropométricos, además de la talla 1 4 .
El estudio comparativo de la madurez ósea de los niños y niñas de nuestra serie, presenta una
diferencia significativa a favor de éstas a partir de los seis meses de edad15 que se acentúa posterior-
mente, confirmando el antiguo postulado de Pryor de que la diferencia de edad ósea entre ambos
sexos es cuestión de días o semanas al inicio de la vida, aumentando posteriormente. Este hallazgo
confirma la capacidad del método para discriminar diferentes niveles de maduración ósea.
En cuanto a la precisión, un estudio comparativo con el Atlas de Greulich y Pyle, efectuado en
niños en los que disponíamos simultáneamente de una radiografía de mano izquierda y una radiografía
lateral de tobillo y pie izquierdo, demostró que la varianza del método del tobillo (SHS) era inferior en
los niños de ambos sexos de 3 a 12 meses de edad17.
164
ERRNVPHGLFRVRUJ
En conclusión, creemos que el método descrito es de manejo sencillo y resulta útil para valorar la
maduración ósea de niños de edad inferior a dos años. La muestra, dada su extracción social, es
representativa de la población infantil de nuestro entorno geográfico. Por esta razón pensamos que
nuestra estandarización puede ser utilizada en diferentes poblaciones, si bien esto únicamente puede
ser confirmado a través de su aplicación en muestras amplias de población.
ERRNVPHGLFRVRUJ 165
TIBIA
ESTADIOS
166
ERRNVPHGLFRVRUJ
TIBIA
PUNTUACIÓN
Niños Niñas
1. El núcleo aparece ya bien definido y su forma es más o menos redondeada, con 191 225
bordes netos.
1. Ha aparecido una carilla articular en la parte inferior para el astrágalo. 270 280
2. La cara superior de la epífisis se adapta a la superficie de la metáfisis.
167
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PERONÉ
ESTADIOS
168
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PERONÉ
PUNTUACIÓN
Niños Niñas
1. El núcleo es visible como un único o múltiples depósitos de calcio, con bordes 39 58
mal definidos.
169
ERRNVPHGLFRVRUJ
CALCÁNEO
ESTADIOS
170
ERRNVPHGLFRVRUJ
CALCÁNEO
PUNTUACIÓN
Niños Niñas
1. La cara plantar está más diferenciada, formando una concavidad con una doble
línea; a veces se inicia una joroba en la parte posterior de la superficie dorsal. 159 90
171
ERRNVPHGLFRVRUJ
CUBOIDES
ESTADIOS
172
ERRNVPHGLFRVRUJ
CUBOIDES
PUNTUACIÓN
Niños Niñas
1. El núcleo aparece ya bien definido con un borde continuo y liso. 277 270
173
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TERCERA CUÑA
ESTADIOS
174
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TERCERA CUÑA
PUNTUACIÓN
Niños Niñas
I75
ERRNVPHGLFRVRUJ
Estándares de maduración ósea (0 a 2 años)
Método SHS
176
ERRNVPHGLFRVRUJ
Estándares de maduración ósea (O a 2 años)
Método SHS
177
ERRNVPHGLFRVRUJ
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV
PREDICCIÓN DE LA TALLA DEFINITIVA
ERRNVPHGLFRVRUJ
ERRNVPHGLFRVRUJ
Principales métodos de predicción de la talla definitiva
La talla adulta depende en gran medida de factores hereditarios y existe un coeficiente de correlación
aproximadamente de 0,75 entre ésta y la estatura de los padres. De este hecho partió Gray en 19484
para definir un método para pronosticar la talla definitiva basado en la t a f i a media de los padres, a la
que hacía una corrección según el sexo, multiplicando la estatura del padre por 0,923 o la de la madre
por 1,08. Posteriormente, la denominada «talla diana», que tiene los mismos fundamentos teóricos, se ha
empleado con la finalidad de valorar el potencial genético de un niño, pudiendo sospecharse una
situación patológica cuando las predicciones de la talla definitiva, de forma repetida, se alejan de ésta.
Tanner, en 1956, encuentra un coeficiente de correlación de 0,8 entre la estatura del niño de
edades comprendidas entre los 2 y los 10 años y su talla de adulto'9. Un sistema sencillo para calcular
la talla definitiva, sería suponer que el niño acabará en el percentil que ha seguido a lo largo de la
infancia. Pero hay que tener en cuenta que existe una escasa correlación entre la talla al nacimiento y
la estatura final, y que durante la pubertad los coeficientes de correlación encontrados entre la talla de
ese momento y la definitiva es inferior a los hallados en edades previas, por lo que solamente es útil en
niñas y niños prepúberes y dentro del intervalo de edad indicado 23.
Ya en 1911 Long y Caldwell11 sugirieron la utilización de la maduración esquelética, valorada
mediante radiografías, para ayudar al pronóstico de la talla adulta. Actualmente los métodos más
utilizados se basan o emplean ésta.
Los tres métodos predictivos más utilizados son los publicados por Bayley y Pinneau en 19521,
Roche, Wainer y Thissen en 197512 y Tanner et al. en 198323.
En 1952 Bayley y Pinneau publicaron unas tablas para la predicción de la talla de adulto a partir
de la edad ósea, según el Atlas de Greulich-Pyle5, que se basan en el porcentaje del crecimiento total
alcanzado a cada edad, haciendo tres subgrupos según que la edad ósea esté adelantada, retrasada o
se corresponda con la edad cronológica. Estas tablas pueden ser utilizadas solamente en edades óseas
superiores a 6 años, dando una desviación estándar de los errores de pronóstico de aproximadamente
2,6 cm para las edades óseas comprendidas entre 12 y 14 años y de 1,2 cm para edades superiores.
Roche, Wainer y Thissen describieron en 1975 un nuevo método, utilizando los coeficientes de
correlación existentes a las diferentes edades, entre la talla final y los siguientes parámetros: longitud,
peso, edad ósea según el Atlas de Greulich-Pyle y talla de los padres. Los autores utilizaron como
grupos de estandarización, niños americanos nacidos entre 1929 y 1954. La introducción de variables
tales como el peso y la talla de los padres da una mayor precisión al método. Este método puede ser
utilizado en niños de edades comprendidas entre 1 y 16 años y entre 1 y 14 años en las niñas.
Tanner et al. publicaron en 1975 un método para la predicción de la talla definitiva, que se basa
en una ecuación matemática, que relaciona una serie de coeficientes establecidos para cada edad y
sexo con los siguientes parámetros: talla, edad ósea, según el método RUS TW2, y edad cronológica.
En una edición posterior publicada en 198323 revisan el método y proponen ecuaciones predicti-
vas nuevas y más precisas. Además proporcionan unas tablas para su utilización cuando se conocen
otras variables como son: el incremento de la talla y de la edad ósea en el último año, y en las niñas la
edad de la menarquia. Estos autores dan unas desviaciones estándar residuales que oscilan desde 0,7 en
varones de 18 años en los que se conoce la velocidad de crecimiento a 4,7 en niños de ó años, en los
que se desconoce el incremento de la talla en el último año. Así pues, los límites de confianza de los
pronósticos oscilan desde ±1,4 cm hasta ±9,4 cm.
181
ERRNVPHGLFRVRUJ
Limitaciones de la predicción de talla
A pesar de las mejoras que se han ido introduciendo en los sucesivos métodos, sigue existiendo una
impredictibilidad que no se sabe a qué es debida. Es posible que esté en relación con las variaciones
del aumento de estatura en el brote de la adolescencia. Por otra parte, en la interpretación de los
resultados obtenidos por los distintos métodos hay que tener en cuenta la variabilidad implícita de cada
uno de ellos, que aumenta cuando se utilizan ecuaciones de regresión derivadas de poblaciones
diferentes a la del niño en estudio.
Hay muchas publicaciones que hacen referencia a la exactitud de cada uno de los distintos
métodos de predicción. Cualquiera de ellos es bastante preciso en niños sin patología9'29, aunque
lógicamente el menos exacto es el de Bayley-Pinneau, que utiliza exclusivamente la estatura y la edad
ósea. Sin embargo, en determinadas situaciones patológicas, fundamentalmente en aquellas que cursan
con diferencias importantes entre la edad ósea y la cronológica, hay que ser muy prudentes en la
interpretación de los datos y en estos casos el- error con el método de Bayley-Pinneau puede ser
menor29.
Con este libro adjuntamos un disco, de fácil manejo, con el programa para la predicción de la talla
definitiva, que incluye los tres métodos anteriormente citados: Bayley-Pinneau, Roche-Wainer-Thissen; y
la última versión de Tanner et al. (TW2 Mark2). Hemos utilizado las tablas y fórmulas publicadas por los
autores, pero al introducir los datos del niño, las edades óseas deben ser las obtenidas por compara-
ción con nuestros estándares. Se identifican en la pantalla del ordenador con las siglas FOC y el
programa realiza la conversión para obtener a partir de ellas los valores tanto del Atlas de Greulich y
Pyle como de TW2 RUS.
Para utilizar el método de Roche-Wainer-Thissen, en lugar de 1,25 cm, como recomiendan estos
autores, hemos añadido 1 cm, para calcular la longitud a partir de la talla, ya que es la diferencia que
encontramos entre la talla en decúbito supino y en bipedestación.
Asimismo, calcula simultáneamente la «talla diana», utilizando los datos de nuestra población. La
corrección según el sexo se hace sumando o restando a la estatura del padre o de la madre 14 cm, que
corresponde a la diferencia media entre hombres y mujeres de nuestro país, y el rango que aparece es
de ± una desviación estándar (5,72 para niñas y 6,02 para los niños).
182
ERRNVPHGLFRVRUJ
APÉNDICE
«PREDICTA», un conjunto de programas informáticos
para la estimación de la talla definitiva
FE DE ERRATAS
Debido a la evolución surgida por la informática en los
últimos años, (WINDOWS, efecto 2000), el anterior Programa
“PREDICTA©” que acompañaba este libro, se ha sustituido por
el actual “PREDICCIÓN DE TALLA©”, por lo que el apéndice
referente al programa “PREDICTA©” que se incluye al final de
este libro queda sin validez y se sustituye por el manual de
instrucciones del programa “PREDICCIÓN DE TALLA©” que
acompaña al CD-ROM correspondiente.
ERRNVPHGLFRVRUJ
ERRNVPHGLFRVRUJ
1. Finalidad
El objetivo de este conjunto de programas informáticos es calcular y editar un pronóstico de talla adulta
utilizando un conjunto de variables características de un sujeto referentes a tallas, pesos y edades tanto
de él como de sus padres, así como un conjunto de reglas algorítmicas deducidas de los análisis
incluidos tanto en este libro como en la bibliografía citada en el mismo.
De una forma general, los programas que forman el «paquete» permiten realizar las siguientes
operaciones:
a) Captura de los datos y cuantías de las variables mediante una serie de pantallas de
ordenador presentadas al usuario en forma conversacional para que pueda introducir la
información de una manera cómoda y con un buen nivel de ergonomía. Controles de
integridad de los datos permiten obtener mensajes prácticamente sin errores de verosimilitud.
b) Obtención de un fichero de trabajo, formado por un registro único, en el cual se incluyen los
datos capturados.
c) Cálculo de los pronósticos de talla adulta del sujeto explorado por tres métodos diferentes:
Bayley-Pinneau, TW2-Mark2 y R-W-T.
d) Cálculo de la talla diana para cada sujeto explorado.
e) Edición de los datos de entrada y de los resultados obtenidos —pronósticos y talla diana—;
y salida visualizada en pantalla, así como la posibilidad de una salida impresa a petición del
usuario.
Forman la masa de información con la que os programas van a trabajar para obtener los resultados
pedidos.
Los datos de entrada son las cuantías numéricas, o alfanuméricas en su caso, de las variables que aporta el
usuario. Se pueden agrupar en cuatro bloques:
20.0. Datos descriptivos cuya utilidad es meramente designativa y de control para el usuario: el
nombre del sujeto estudiado y un número de orden (número arbitrario, número de historia, etc.).
20.1. Datos de la exploración principal del sujeto. Son variables algorítmicas de edades, pesos y
tallas, tales como: fechas de exploración y nacimiento, código de sexo, talla, peso, edad ósea del
Atlas-FOC, edad ósea RUS-FOC, talla del padre y talla de la madre.
20.2. Datos referentes a la menarquia caso de que el sexo sea femenino lógicamente; si existe la
menarquia, el programa demanda selectivamente la edad en que se produjo.
20.3. Datos acerca de una anterior exploración que se haya realizado al sujeto. Selectivamente,
si se produce, el programa demanda la fecha de la exploración, la talla en esa fecha y la edad ósea
RUS-FOC.
185
ERRNVPHGLFRVRUJ
21. Pantallas
La pantalla de acceso de entrada de datos está dividida en tres ventanas sucesivas, que sirven para la
captura de la información por parte del usuario.
La primera, denominada «pantalla principal», recoge todas las variables de los grupos #20.0 y
#20.1 anteriores; es decir, los datos descriptivos y los correspondientes a la exploración principal. La
entrada está «orientada al usuario», de forma que, excepto para el nombre y el número que van en la
primera línea operativa, el resto entran en el ordenador automáticamente en cada línea.
La segunda, denominada «pantalla de menarquia», es una ventana que sólo aparece cuando el
código de sexo es «m» y el usuario responde afirmativamente a la existencia de menarquia. Es también
una pantalla orientada al usuario.
La tercera, denominada «pantalla previa», es una ventana que aparece cuando el usuario respon-
de afirmativamente a la pregunta correspondiente. Es una pantalla orientada al usuario.
Un esquema de las tres ventanas se incluye en las Figuras 10, 11 y 12.
Figura 10
Figura 11
186
ERRNVPHGLFRVRUJ
Figura 12
22. Tablas
Las tablas son matrices de datos que se utilizan como parámetros en los cálculos de los pronósticos.
Hay tres grupos de tablas para cada uno de los métodos que antes hemos indicado (#1c).
Todas las tablas están formadas por dos submatrices: una para mujeres y otra para hombres; a
ellas se accede a través del código de la variable sexo. Esta variable, por consiguiente, se utiliza como
un filtro para cada una de las tablas; debemos indicar que para facilitar el trabajo del algoritmo de
recuperación se han convertido los códigos alfabéticos en numéricos.
Dentro de cada tabla la dimensión columna señala los atributos de los parámetros y su participa-
ción en los cálculos de los pronósticos; la dimensión fila sirve para recuperar cada conjunto de
atributos de acuerdo con un índice de edad, bien cronológica, bien ósea (según la clase de tabla y el
método de que se trate). En definitiva, las tablas se recuperarán y funcionarán en los programas como
ordenamientos indexados.
23. Resultados
Los resultados obtenidos por los programas y recuperados por el usuario se presentan de dos maneras:
o en forma visual en la pantalla del ordenador, o editados en una impresora.
El contenido de ambos tipos de salida es:
• Los datos de entrada descriptivos, de la exploración principal, de la menarquia si existe y de la
exploración previa en su caso.
• La edad cronológica principal —en años y décimas de año— calculada entre las fechas de
exploración y de nacimiento.
• Los tres pronósticos de talla adulta.
• La «talla diana».
3. Programas
Es el programa catalogado como PTAP01 y se utiliza para definir y sacar en la pantalla del ordenador
las tres ventanas antes descritas (#21) y permitir la captura de la información por parte del usuario.
Al mismo tiempo que se accede a los datos, en forma conversacional, se controla la integridad de
dichos datos: congruencia de días y meses dentro de cada año en cada una de las fechas entradas,
coherencia dinámica entre el año de exploración y el de nacimiento, congruencia de los códigos de
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sexo y coherencia del año y mes de la edad ósea con los límites mínimo y máximo de las tablas que
rigen los tres métodos de cálculo de los pronósticos.
Al final del proceso se genera el fichero de trabajo con los datos accedidos que pasarán al
siguiente programa.
En la Figura 13 se incluye un diagrama de bloques del desarrollo de este programa.
31. Tratamientos
Es el programa catalogado PTAP02 que se utiliza para leer el fichero de trabajo del programa anterior,
para realizar los cálculos de acuerdo con los algoritmos fijados, utilizando las tablas de parámetros y
finalmente para entregar los resultados al entorno usuario.
Figura 13
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Este programa se realiza automáticamente conectado con el anterior; el usuario sólo tiene que
intervenir para decir al ordenador si quiere o no una salida impresa y si quiere o no otro análisis de
talla adulta. El algoritmo de tratamiento está muy optimizado y la salida es muy rápida, de forma que se
mantiene la situación conversacional con la máquina.
Existen tres algoritmos globales:
• Cálculo de edades cronológicas en forma de años decimales, éstas en fechas (dd/mm/aa).
• Recuperación indexada de las tablas que se mantienen en el disco fijo del ordenador en forma
virtual.
• Tratamiento de los datos de entrada y manejo de las tablas en la forma selectiva exigida por el
cálculo de cada método y de la «talla diana».
En la Figura 14 se incluye un diagrama de bloques del desarrollo de este programa.
Figura 14
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4. Recursos
Los dos programas anteriores se incluyen en un procedimiento de tratamiento de forma que el usuario
únicamente tiene que llamar a dicho procedimiento para que el resto de las operaciones se realicen
automáticamente. El procedimiento se llama PREDICTA.
El programa se ha desarrollado en QB (Quick Basic), que nos ha parecido el lenguaje más
adecuado por su capacidad de estructurar los programas y por la disponibilidad de múltiples prestacio-
nes de generación de pantallas. Los programas en el paquete se presentan compilados y las tablas
análogamente se incluyen dentro del mismo en forma binaria y acceso directo.
El paquete PREDICTA se puede utilizar en ordenadores compatibles dotados con disco duro de 20
M8 como mínimo, tarjeta EGA, VGA o HERCULES y se ofrece sobre un disquete de 5.25", aunque puede
suministrarse sobre 3.5". Si se dispone de una impresora, se puede conseguir la copia impresa.
El «paquete» se suministra con el procedimiento PREDICTA, los programas, las tablas y un
procedimiento de instalación en un subdirectorio del disco duro. La versión librada es la 2.1.
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