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DONDE EL SABER FUE REPARTIDO
Una de las ensenñ anzas que maá s se reitera en el Corpus adivinatorio de Ifaá que se estructuroá
en Cuba, se refiere a la importancia de adquirir conocimientos, y a la importancia del
entendimiento y de la sabiduríáa.
El tema de la Sabiduríáa y sus aplicaciones, ha sido preocupacioá n de todos los pueblos, y las
tradiciones de casi todas las culturas hicieron eá nfasis en estos aspectos, como un camino
seguro hacia el mejoramiento humano, personal y colectivo.
Las Escrituras contenidas en los libros que conforman las colecciones del Antiguo
Testamento y del Nuevo Testamento, de la Santa Biblia, recogieron un cuerpo de
informaciones y de conceptos educativos que reflejan la importancia del conocimiento, del
entendimiento y de la inteligencia, como pilares para edificar la Sabiduríáa, y que en razoá n de
su origen comuá n, estaá n alineados con la intencionalidad educativa del Corpus adivinatorio
del Ifaá cubano.
Todo hombre prudente procede con sabiduríáa; mas el necio manifestaraá necedad.
(Pr. 13. 16)
La sabiduríáa clama en las calles, alza su voz en las plazas; clama en los principales lugares de
reunioá n; en las entradas de las puertas de la ciudad dice sus razones.
¿Hasta cuaá ndo, (...) los insensatos aborreceraá n la ciencia?
(Pr. 1. 20-22)
Mejor es adquirir sabiduríáa que oro preciado; y adquirir inteligencia vale maá s que la plata.
(Pr. 16. 16)
El corazoá n del entendido adquiere sabiduríáa; y el oíádo de los sabios busca la ciencia.
(Pr. 18. 15)
La sabiduríáa fortalece al sabio maá s que diez poderosos que haya en una ciudad.
(Ec. 7. 19)
Y la Segunda Epíástola Universal de San Pedro Apoá stol, en el Nuevo Testamento, aconseja:
El que anda con sabios, sabio seraá ; mas el que se junta con necios seraá quebrantado.
(Pr. 13. 20)
De una manera muy similar habla Ifaá cuando sentencia: “La ignorancia se paga caro”.
El texto citado es maá s preciso al advertir de las consecuencias fatales que pueden derivarse
naturalmente de no conocer.
Un pueblo entero puede ser destruido, por carecer de conocimientos.
Un sacerdote que desecha el conocimiento, seraá echado del sacerdocio.
Un pueblo sin entendimiento estaá marcado para caer.
Y estas consecuencias inconvenientes seríáan evitables, si los hombres y mujeres que forman
un pueblo, si las cabezas que forman un pueblo o una comunidad, toman conciencia de la
importancia de conocer y de tener entendimiento, y orientan sus acciones en esa direccioá n.
El hombre que se aparta del camino de la sabiduríáa vendraá a parar en la companñ íáa de los
muertos.
(Pr. 21. 16)
Pero este es el pacto que hareá (...) Dareá mi ley en su mente, y la escribireá en su corazoá n; y yo
sereá a ellos por Dios, y ellos me seraá n por pueblo.
(Jer. 31. 33)
Pero este es el pacto que hareá (...) Dareá mi ley en su mente, y la escribireá en su corazoá n; (...)
El Creador escribiraá la ley en el corazoá n de las comunidades, pero daraá la ley en su mente.
Dar es entregar.
Por mediacioá n de la ley EÉ l entregaraá beneficios.
Pero esa ley seraá dada, seraá entregada en la mente.
Porque independientemente de la manera en que la ley se haya conservado, escrita en el
corazoá n, e independientemente de todo lo que propicioá que la ley llegara a cada tiempo, a
cada lugar, y a cada persona, la ley debe ser asimilada, debe ser entendida, en la mente.
Significando que la ley:
Debe ser pensada.
Debe ser revisada.
Debe ser razonada.
Debe ser explorada.
Debe ser investigada.
Debe ser escudrinñ ada.
Debe ser cuestionada.
Debe ser interpretada.
Gloria de Dios es encubrir un asunto; pero honra del rey es escudrinñ arlo.
(Pr. 25. 2)
Desde que existe la Iglesia Catoá lica, sus líáderes, y los de alguna otra congregacioá n,
establecieron, promocionaron y divulgaron ideas contrarias a la libre expresioá n del
pensamiento humano, las que convirtieron en “mandamientos”, ideas del tipo:
“Esta es la Biblia. Leá ela. Creá ela”
“Esta es la verdad, porque nosotros te decimos que esta es la verdad, y debes creer en lo que
te decimos”.
“Es un pecado cuestionar”.
“Es una expresioá n de soberbia, cuestionar”.
“Es una irreverencia y un pecado a los ojos de Dios, indagar en sus misterios”.
Gloria de Dios es encubrir un asunto; pero honra del rey es escudrinñ arlo.
En las Escrituras, la significacioá n de rey responde a una figura que representa dignidades,
honores, justicia, sensatez, sabiduríáa.
Sin embargo, quienes tergiversaron la verdad para manipular a las comunidades humanas,
ocultaron todo el tiempo y auá n ocultan a quienes pueden, la verdad ensenñ ada y perpetuada
para todos los tiempos en el OÉ ddun OÉ gbe Díá, de que la sabiduríáa no es patrimonio de varias
cabezas, porque ciertamente el saber estaá repartido.
¿QUÉ ES LA SABIDURÍA?
Puede que alguien tenga muchos conocimientos o mucha informacioá n sobre aá reas del saber
humano que no se relacionan con su vida cotidiana, y no obstante tener muchos
conocimientos, no tiene los que le permiten entender el origen de algunos de sus problemas
cotidianos, y tiene problemas cotidianos, y se complican sus problemas cotidianos, porque
aunque tiene conocimientos, no tiene los que necesita.
Esta persona se convirtioá en experto o en experta de algunas aá reas del saber, pero descuidoá
aprender sobre aá reas trascendentales para vivir una vida fructíáfera, demostrando asíá que
tiene conocimientos, pero carece de sabiduríáa.
Tambieá n puede que alguien tenga muchos conocimientos o mucha informacioá n, incluso de
mucha utilidad para enriquecer su propio mundo, pero no los aplica, por las razones que
sea, y no utiliza esos valiosos recursos para introducir transformaciones creadoras en su
vida personal y familiar, demostrando asíá que tiene conocimientos, pero carece de
sabiduríáa.
Porque cada persona al venir al mundo, se relaciona con una realidad muy particular.
Y la habilidad para alinearse con la corriente de vida espiritual adecuada a la propia
realidad personal, tambieá n es una expresioá n de sabiduríáa.
I. Sabiduríáa es conocimientos, entendimiento, e inteligencia
II. Sabiduríáa es inteligencia para vivir la propia vida, con sus peculiares caracteríásticas, que
la hacen diferente de otras vidas personales
Una de las ensenñ anzas contenidas en el OÉ ddun: OÉ gbe Díá (Ellioá gbe - Oddíá del Oraá culo de Ifaá ,
Eyeuá nle - Oddíá en el Oraá culo del Dilogguá n), es la ensenñ anza de que el saber fue repartido, de
que la Sabiduríáa fue repartida.
El OÉ ddun OÉ gbe Díá ensenñ a que la Sabiduríáa fue repartida porque ninguna cabeza puede
retenerla toda.
Esto no significa que una cabeza no pueda acceder, y por tanto, que no pueda tener, que no
pueda poseer, todo el conocimiento disponible sobre aá reas determinadas del saber
universal.
Porque esta sentencia no se refiere al conocimiento, sino a la sabiduríáa.
Esto tampoco significa que una cabeza no pueda acceder, y por tanto, tener, toda la sabiduríáa
que necesite tener. Porque esta sentencia se refiere a que ninguna cabeza puede retener la
totalidad de la sabiduríáa.
Una cabeza síá puede tener, en un momento histoá rico dado, la totalidad de la sabiduríáa que
existe en el mundo sobre algo.
Cuando esto sucede, en ese momento, esa cabeza, esa persona, tiene la condicioá n de
poseedor o poseedora de la totalidad de la sabiduríáa sobre eso.
Pero sucede que el conocimiento es siempre mutable, y se mueve sin detenerse, inacabado e
infinito.
Y por virtud de ese movimiento, un momento histoá rico despueá s surge informacioá n nueva, y
se abren nuevos horizontes de conocimientos.
Por consiguiente, cada vez que surja nueva informacioá n, esa cabeza perderaá la condicioá n
que teníáa de poseer la totalidad de la sabiduríáa existente hasta entonces sobre eso.
Cada vez que surja nueva informacioá n, esa cabeza ya no lo sabríáa todo, puesto que ha
surgido algo nuevo, algo que desconoce.
Y esa cabeza tendraá entonces que investigar y conocer la nueva informacioá n, para hacerse
nuevamente experto o experta en esto que ha surgido.
Por ello, no se trata de que una cabeza no pueda tener toda la sabiduríáa.
Se trata de que una cabeza no puede retener toda la sabiduríáa, porque no puede retener la
condicioá n de poseedor o poseedora de la totalidad del conocimiento existente.
Esto ensenñ a el OÉ ddun OÉ gbe Díá, que la sabiduríáa estaá repartida, porque ninguna cabeza
puede retenerla toda.
En el centro de la galaxia reside la Inteligencia que la rige. Ahíá se encuentra el Nuá cleo
Galaá ctico, el Punto Cero, el Origen, el sitio de referencia para todo el sistema de energíáa y
conciencia que se procesa en la galaxia.
Desde ese sitio sagrado, el Asheá , la energíáa primordial, que es vehíáculo de la Sabiduríáa
Primordial, se transfiere en todas las direcciones y dimensiones, mediante ondas no sujetas
a la velocidad de la luz, de transmisioá n instantaá nea o casi instantaá nea.
De acuerdo a la manera en que incidan sobre los individuos los potentes vectores de ondas
que se desplazan constantemente, siempre a velocidades superlumíánicas, el efecto final seraá
la apertura de portales de espacio - tiempo en la mente de la persona humana, un fenoá meno
propiciador de la sabiduríáa.
En todo este proceso desde su Origen, intervienen numerosas variables, desde el
movimiento de los astros hasta la postura corporal de los individuos.
Los Imaleá son agentes propiciadores del acceso a la sabiduríáa, porque a traveá s de la
condicioá n de Oríásha jerarquizan muchas de las variables que se relacionan directamente o
indirectamente con la persona humana, y tienen control del merecimiento como un estado
generador de oportunidades en los humanos.
¿PARA QUÉ FUE REPARTIDA LA SABIDURÍA?
Que la sabiduríáa esteá repartida significa que estaá dispersa, que se encuentra ampliamente y
generosamente distribuida.
Síá. Porque repartir entre todos, es distribuir entre todos, por partes.
Síá. Desde la perspectiva de que cada una de las cabezas puede acceder a una parte, mayor o
menor.
Es evidente que la Sabiduríáa no estaá repartida entre todos por igual, que no estaá repartida
de manera uniforme entre todas las cabezas, puesto que no todos tienen la misma sabiduríáa.
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Los subrayados o destacados de palabras o frases, no estaá n asíá en la fuente. Son del autor
de este artíáculo
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