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S1GWART BLUM

apuntes marginales
sobre ·el arle

LIBERO BADil

dibujos 1/10 1M

"spuntes de vlsJes"
APUNTES MARGINALES SOBRE EL ARTE
$IGWART BLUM

Sobre lo siniestro en el arte


Sabido es que los antiguos pueblos de grandes
,". 1 culturas, al igual que los erróneamente llamados "pri-
mitivos" en el mundo actual, poseen conocimientos
que no se pueden medir con los niveles alcanzados
por nuestra ciencia o nuestra investigación. Su vi-
sión de la naturaleza es distinta a la nuestra. Su ob-
servación, su intuición, transmitidas a través de los
siglos, los ha llevado a resultados asombrosos, a veces
contradictorios a nuestra razón, heredada de la cul-
tura occidental y cristiana.
En todas partes, desde los albores de nuestra Ci-
vilización, "izquierdo" correspondía a la parte fe-
menina, "derecho" se asociaba al hombre, un dic-
tado del sexo gobernante. Aquí es preciso recordar
que en la historia han existido las comunidades ma-
triarcales y que estas formas de organización aún sub-
1 , sisten. Es el caso de los Estados Unidos de Norte-

..
",l' américa.
Etnólogos mantienen unánimemente la teoría de
que "derecho" es el lado preferido en la entrada de
un período de una cultura solar, mientras que en el plica torpeza, sino que además califica lo siniestro, lo
culto lunar -calculando las noches en lugar de los funesto. Junto con el alejamiento entre el estado na-
días-- es el lado izquierdo. Es por eso que el cristia- tural y la corriente civilizadora se va perdiendo la re-
nismo masculino-solar consideraba el lado izquierdo, lación del vocablo con su origen. Esta corresponden-
tan en boga en tiempos del afianzamiento de la Igle- cia cargada de significados se conserva a través de los
sia, ッ

セ sospechoso de brujería, provocación del de- símbolos, figuras claves para nuestra percepción del
monJO. universo. Todo lo que los dioses de la antigüedad tie-
Derecho e Izquierdo tienen propiedades cósmi- nen en la mano, sea un huevo blanco y negro en su
cas. Nos lo muestra la biología, se pone de manifiesto izquierda o una serpiente en la derecha, no es un dije
en las combinaciones químicas. El dualismo es inhe- colgante cualquiera, sino fruto de magia, la misma
rente a la naturaleza misma: desde las secreciones que los engendrara. Mitos, cdstumbres, religiones, ar-
hormonales hasta la máxima expresión del dualismo: te, toda una cultura se desarrolla a partir de allí. Es
el binomjo hombre-mujer. la energía descargada de los símbolos, que durante
miles de años han continuado actuando desde el sub-
En su libro "Mutterrecht und Grabersymbolik",
suelo motivacional del N・セ「ュッィ El simbolismo aflora
Bachofen trata de explicar las analogías izquierdo-
cada vez que el hombre es profundamente conmocio-
femenino, derecho-masculino. Concibe la parte iz-
nado por alguna situación, en todas las estaciones de
quierda como pasiva, la derecha activa. "En la iz-
su vida: el nacimiento, el casamiento, la muerte.
quierda", dice el autor, "descansa el poder mágico,
en la derecha, la fuerza externa". Un símbolo frecuente es el huevo. Se lo encuen-
A través de los siglos, los cambios sociales, las tra de puro oro en los templos incaicos. Encierra el
migraciones, las múltiples transformaciones estructu- concepto de justicia, es el símbolo contra la esclavitud.
rales civilizatorias, han debilitado ciertos poderes ori- A propósito no puedo dejar de pensar en la escultura
ginales del hombre, que alejándose de la naturaleza de Libero Badii "El prisionero poi í tico", un simbolis-
pierde cada vez más la facultad de percibir el ritmo mo inspirado en la forma oval y que como tal nace de
biológico de su existencia. Si en el idioma alemán "iz- un proceso que en su misma esencia es misterioso y por
quierdo" se dice "links", el adjetivo "linkisch" (link- tanto, inexplicable. Todo arte creativo es un fenóme-
isch) significa torpe, desmañado, igual que en un país no inexplicable, para él no existen barreras de tiempo
patriarcal como Francia "gauche" no solamente im- ni de espacio, fácilmente puedo imaginarme una es-

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cultura de Badii, una de sus mUjeres encinta por
ejemplo, en uno de los lugares sagrados de Bolivia o
del Perú. En Tiahuanaco o en Sacsahuaman. Su fuer-
za misteriosa es tan intensa, tan siniestra, como la de
aquellas estatuas del imperio incaico.
Lo siniestro en la obra de Badii es parte de ella.
. Es el impulso primjgenio que condiciona la obl'a tan..
to y más que el medio ambiente en que vive el artista.
Lo siniestro es un continuo flujo y su expresión visual
en el arte moderno se manifiesta en sus mejores crea-
dores. He visto en el Museo Nacional de Bellas Artes
de Lima una figura humana de doble perfil, similar a
las de Picasso. García Mugica, amigo de Pic;\sso, en un
cuento "Picasso, el Inca", cuenta cómo el gran pintor,
escultor y dibujante quedaba fascinado por el arte
pre-colombino. Un dh, sentado en un Café de Aries,
García Mugica observa un prendedor de oro que lle-
vaba la mu;er de Picasso. Le llama la atención su ca-
rácter americano"; parecía uno de esos amuletos
que usaran sus antepasados peruanos. El artista des-
prende el adorno e indica con orgullo una firma:
Picasso. Era un trabajo inspirado en una pieza zoo-
morfa del tiempo del incanato.
¿Qué es un prendedor, sino un amuleto, algo pa-
ra conjurar las desdichas? Quien haya viajado por
Brasil conoce la difusión de la figa (o higa en Espa-
ña, fica o figue en Italia y en Francia), UD símbolo
fálico capaz de contrarrestar el "mal de ojo". Es un

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amuleto tan popular, que mis amigos brasileños, des-
cendientes de europeos, lo colgaban del cuello bajo
la camisa o la blusa. Con qué angustia buscaba el
grabador HansC'n-Bahia su Eiga extraviada en una
de las nocheS Nウ。ョゥセ「 para recuperarla días des-
pués. y festejar el acontecimiento!
La Eiga, o simplemente la mano extendida para
protegerse del daño, es un ademán de difusión uni-
versal Su origen se remonta a la prehistoria. En elli-
bro de Agustín Zapata Gollán, "Supersticiones y amu-
letos" e} eximio etnógrafo ( y tan excelente artista-
grabador) cita la gran cantidad de amuletos-figas en-
contrados en excavaciones en la Provincia de Santa Fe.
Prueba que en todas partes de América pobladas des-
de tiempos remotos, se conocen las huellas humanas
de expresiones visuales. Desde las manos extendidas fi-
jadas en las cavernas de Tjerra del Fuego hasta la
simbología puesta de manifiesto en los trabajos ma-
nuales, sea en alfarería, metal, hueso o madera. Me
resulta particularmente curioso que el mencionado li-
bro de Zapata Gollán reproduzca un fragmento de
tinaja con una figura cruciforme botonada que sim-
boliza los cuatro rumbos y quizás, se atreve el autor,
I más propiamente La Cruz del Sur.
I ¿Los cuatro puntos cardinales, no es éste el argu-
mento siempre introducido por Libero Badii en sus

¿-- dibujos, en sus esculturas, en sus grabados, para lograr
su propia expresión espacial? No es una extraña coin-

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cidcncia, sino las afinidades en el pensamiento del hom-
bre a lo largo de su existencia sobre la tierra bajo las
mismas influencias cósmicas. De tanto en tanto algu-
no retoma esas mismas inquietudes y les da expresión
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nueva y personal. Constantemente a través del tiem- M


po se vienen manifestando las innovaciones que dan
a la cultura continuidad y dinamismo.

Lb cosmología eu la obra de Badii


"No creo en la ·unidad sillo 1'11 el
número dos, porque Si' llecesita dos
para crear algo".
(Libero Bad ji)

¿Eí número dos?


Es cierto que el dualismo, representado por
"hombre-mujer", ha sido en varias oportunidades el
tema de sus creaciones. Pero en su evolución espiri-
tual se manifiesta un giro imperceptible (y quizás
inconsciente para el arrista) hacia un simbolismo ba-
sado en una concepción cósmica. Una estructura
geométrica del espacio. El plano del horizonte, un
cuadrilátero determinado por los puntos cardinales:
el número cuatro. José Imbellioni en su "Protohis-
toria" intenta probar que los colores cardinales de
los pueblos del Oriente y América se asemejan Y que
el ciclo anual de las cuatro estaciones corresponde a
esos colores: amarillo, azul, rojo y blanco. También




セ 1/
"
los elcmcntos fueron cuatro: aire, agua, fuego y tie- ce poco en Buenos Aires a través de un film docu-
rra, asociados al norte, este, sur y oeste. mental sobre las cQstumbres indígenas) subsiste toda-
Después que Empédocles de Agrigento (alrede- vía hasta nuestros días una ceremonia que consiste en
dor del año 450 a.C.) estableciera la doctrina de los arrojar granos de maíz sobre un género blanco. Los
cuatro elementos, Hypócrates clasificó las drogas en granos son de color amarillo, negro y blanco. Son los
cuatro esferas de acción. Además los cuatro humo- colores que asignaban sus antepasados a las fuerzas
res del cuerpo, la bilis negra y la bilis amarilla, la sobrenaturales, representadas por los cuatro puntos
sangre y la mucosidad correspondían a los cuatro cardinales y que ahora se siguen invocando.
temperamentos del hombre: el melancólico, el colé- Ernesto Schoo, en un reportaje biográfico a raíz
rico, el sanguíneo y el f1egmático relacionados a su de su última exposición en Di Tella escribió en las pá-
vez con los cuatro colores: amarillo, negro (bilis) ginas de la revista "Primera Plana": "Todo en el uni-
rojo (sangre) y blanco (mucosidad). \'crso se relaciona de una manera misteriosa, a veces in-
Gran cantidad de las obras de Badii lleva el sig- visible, pero muy concreta; la misión del artista sería
no de las cuatro estaciones. Recrea el espacio tridi- la de revelar los lazos".
mensional, tanto el celeste, por lo espiritual en "El
día y la noche" (1955) y retrato-imagen de "Emma El arte americano
de Cartosio" (1945/1955) Y el terrestre ....tetrapartito
(los puntoS cardinales) en cada una de sus últimas Mucha gente cree todavía en la existencia de una
obras, sean escultóricas, collages, dibujos o grabados. real antinomia entre todo lo precolombino y el tér-
y yendo un paso más lejos, me atrevo a traer a co- mino civilización. Lo cierto es, que con mucha ante-
lación en este punto a las muñecas totémicas, místi- rioridad a la llegada de los primeros espai'loles, el te-
cas, siniestras, de su exposición "Libero Badii y el rritorio americano estaba poblado por auténticas ci-
espacio "(Instituto Di Tclla abril-mayo 1968). ¿Re- vilizaciones con un elevado grado de desarrollo cul-
cuerda los colores? Casi todas tenían pintura blanca, tural. Esto fue en Méjico, en el Perú con sus irradia-
amarilla, negra y roja. ¿Los cuatro elementos? ¿Y otra 」









・ alcanzaron Chile, Bolivia y la Argentina,
vcz las estaciones que se expresan a través del len- actualmente. Aquello, que los invasores implantaron
guaje cosmo-simbólico? " en este continente no fue sino su propia forma cultu-
¿Casualidad? En Perú (pudimos apreciarlo ha- ral, su estilo de vida, su arte.

" "
El cordón umbilical que desde entonces ataba a
Europa, especialmente a medida que los elementos de
progreso echaban raíces en los centros urbanos, re-
cién se debilita después de la segunda guerra mundial.
Este fenómeno es más visible en la América del Norte
(el automatismo de Jackson Pollock ---el pop-- art
de Rauschenberg etc.) y se produce en un momentO
histórico en que el arte se encamina hacia un univer-
salismo.
¡América! Han eontribuído a gestar su flsiono-
mía acruallo europeo del hombre blanco, la tradición
africana del negro y su población original: el indio.
Así se mezclaron los continentes: en la cama, en las
comidas; enriquecieron sus costumbres con las leyen-
das y supersticiones de sus antepasados. Es poco lo que
pudo sobrevivir al afán aniquilador de la conquista.
Pero por leyes incontrolables surge en el seno de la
Iglesia el arte mestizo. La escuela del arte del Cuzco,
de Potosi, el arte euro-trópico en la obra de Aleija-
\ dinho, el más grande escultor del barroco colonial ame-
ricano.
La Argentina no carece de tradición pero no
muestra el esplendor de otros países del continente.
Durante los siglos XVII y XVIU el arte europeo era
predominante. Pero nunca surgió una "escuela", un
estilo que la caracterizara. Muchos de nuestros artis-
tas descienden de una generación nacida en Europa
o ellos mismos han llegado aquí a temprana edad. El

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trasplante -cualquier trasplante-- se enfrenca al quizás por eso que el hombre de nuestro continente
comienzo con serias dificultades, a veces su rechazo. tiene tanto en común?
Pero trasplantado a nuestro continente se desarrolla
Reflexiones sobre el futuro del arte
diferente aunque no menos eficaz en caso de encon-
trar el ambiente apropiado para actuar. Lo nuevo pau- Los creadores del arte son los productos de mu-
latinamente reemplaza lo viejo. Los ojos desprovistos chos factores. Excepcionales por su aucéntica necesi-
de todo prejuicio reciben mejor, ya por lo distinto. dad de transmitir con un lenguaje plástico, análogo a
¿O acaso la pintura de Gertrudis Chale, llegada de aquel que emplearan otrora los artistas-artesanos de
Europa a edad madura, es menos americana? Todo pueblos supersticiosos para expresar los estados de ín-
depende de la capacidad de captación e interpreta- tima conmoción.
ción del mundo circundante. Y este mundo ameri- Las formas exteriores se han ido modificando y
cano, tan virgen en toda la extensión de su territorio, seguirán en ese proceso de cambio por la vertiginosa
tanta generosidad en su elemento humano, penetra evolución de la ciencia y de la técnica, que crean nue-
en el europeo sensible hasta poseerlo. vos materiales, aplican nuevos procedimientos. En lo
¡América del Sur! Un continente que tiene mu- que respecta al ser humano, perceptor de lo visual, su
cho que esperar. Dos guerras vividas al margen, ge- angustia, su soledad, pero también su hambre de vivir
neraciones de hombres que nunca han tenido que aparecerán mas acentuadas en nuestra sociedad plura-
comprometer su conciencia matando al prójimo. (Sin lista.
embargo no creo que por eso nuestro arte sea menos El mundo de las comunicaciones provee infor-
agresivo). La lucha del hombre americano fue y es mación al instante. Pocos escapan a esta succión y con-
todavía una lucha distinta. Su naturaleza, su flora y servan su integridad. La masificación y su poder, los
su fauna aún están al acecho, esperan la mano del conrroles del estado, las múltiples tentaciones y el sin
hombre que la habrá de dominar y cultivar. fin de requerimientos traen constantes conflictos pa-
Muchas veces el desierto árido O una selva casi ra e! hombre terrenal. Y no hay que excluir inter-
impenetrable, llena de desafíos. Horacio Quiroga, Gui- venciones cósmicas de cualquier índole, amenazas o
maraes Rosa, Carvalho Ramos .. los grandes escri- bien advertencias para nosotros, habitantes del glo-
tores sudamericanos nos cuentan de la lucha heroica bo terráqueo. ¿Qué le queda entonces al hombre?
del hombre contra o más bien con la naturaleza. ¿Es ¿Buscará apoyo en la religión, una religión renovada

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con ideas avanzadas? ¿Volverá a la naturaleza, a una
vida primitiva? ¿O será cducado el hombre de ma-
i1ana para un mundo nuevo, un hombre distinto al
dc hoy? Un refugio cspiritual será el arte. Todas las
artes. Es la esencia del espíritu humano creado por él
y para él. Supervivencias del pensar y del sentir.
¿Cómo será este arte? Nunca se sabe de dónde
viene lo nuevo en el arte. Pero es de suponer que en
el período de los signos como lenguaje universal, el
arte dejará de ser imitativo para tornarse más y más
simbólico.
Ya hoy, las abreviaturas o siglas, las señales y có-
digos, dominan el entorno visual, desde los semáforos
hasta los carteles luminosos y los slogans publicitarios.
Son sustitutos creados para una más rápida compren-
sión del mundo caótico o de las normas que la socie-
d,ad impone para regularlo. Forma parte dc un len-
guaje gráfico sin fronteras. Tal como sucede en to-
das las etapas de nuestra historia se repite un proceso
cíclico solo distinto en apariencia. Revivirá un arte
mágico, siniestro, indirecto y profundo que apelará
a todo ser L・ャ「ゥセョウ dando un testimonio del universa-
lismo del arte a través de los tiempos.
Agosto lli168

Elle cuaderno ae l.. rmlnÓ de Imprimir


en la Imp'enla Valle en el mes de nO·
vlembre de 1968. Se edll.ron 400 eJem-
plares.

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Cita Bibliográfica:
Blum, Sigwart. "Apuntes marginales sobre el arte." In Libero Badii: dibujos año 1945: “apuntes
de viajes”, 4– 22. Buenos Aires, 1968.

Resúmen:
Sigwart Blum desarrolla en estos apuntes la relación entre las culturas de los pueblos antiguos y
el dualismo de la naturaleza. Analiza, incluso, los símbolos como energía descargada que
continúa actuando por miles de años, la cual aflora en las situaciones de vida del hombre.
Vincula la obra de Líbero Badii con el arte del imperio incaico y pasa a definir
siendo el “impulso primigenio que condiciona la obra tanto y más que el medio ambiente en que
vive el artista”. En su lectura de Badii,
examina los símbolos protectores de las culturas latinoamericanas. Sostiene que el argumento
de las obras de Badii implica los cuatro puntos cardinales como propia expresión espacial, con
ello configurando toda una cosmología. El crítico augura que el arte del futuro se tornará
simbólico para abandonar, a lo largo de un proceso cíclico, lo imitativo.

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