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PRESENTACIÓN
Impresiona, ya a primera vista, el índice armónico de las seis partes de que consta la
publicación: Dios, El Padre, el Verbo, el Espíritu Santo, la Iglesia, los sacerdotes de la
Cruz. Los contenidos tienen una dimensión trinitaria, cristológica, pneumatológica,
mariológica, eclesiológica, espiritual y pastoral. Desde la “unidad” trinitaria de Dios
Amor, hace un fuerte llamamiento a la santidad sacerdotal.
Conchita había pedido que no se publicara su libro hasta después de su muerte. Aunque
la redacción ya se conocía por copias manuales, la primera publicación impresa fue en
1994 (Ediciones Cimiento, México). Esa publicación tenía ya una breve “presentación”
elaborada magistralmente, basándose en afirmaciones de la misma Conchita. Al final
del libro se puso un índice exhaustivo, onomástico y de materias, además de una lista
cronológica de los 66 tomos de la Cuenta de Conciencia.
El objetivo del libro queda claramente indicado por Conchita al inicio del “prólogo”:
“Lleva por fin este pobre libro, enamorar las almas de los sacerdotes más y más del
Divino Espíritu, porque la salvación de los pueblos depende de la santidad de los
Pastores y sólo es el Espíritu Santo el que hace a los santos, dice S. León". Es verdad
que la parte 6ª y final (capítulos 26-34), tiene como título “Los sacerdotes de la Cruz”,
pero en ella se tratan temas de interés para todos los sacerdotes: Oración, Eucaristía,
transformación (santidad), pobreza (votos), “quejas” del Señor, relación con los fieles,
directores espirituales. Termina el libro con esta afirmación que se encuentra al final de
la parte sexta: “Mis amados sacerdotes, entrad de lleno en vuestro ministerio de luz y de
amor”.
La dedicación del libro a María (“Virgen Madre, Esposa del Espíritu Santo y Reina de
los Apóstoles”) es la clave para entender el sentido de la maternidad espiritual de la
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Con este enfoque mariano, se hace una llamada apremiante a la santidad: “Amad a
María, copiad a María… Tomando su fisonomía… Jesús es el centro de María… María
os quiere sacerdotes perfectos, espejos de perfección… en donde Jesús contemple su
divina imagen… con el aire de familia… El apostolado fecundo es el que sabe
sacrificarse y fatigarse en unión con María… Arrojaos en el Corazón de Ella: es Madre
para darse a sus hijos” (capítulo 11).
El lector podrá apreciar fácilmente el orden lógico del texto. La primera parte (capítulos
1-2) es un verdadero tratado sobre la “unidad” y la paz, que tiene su fuente en “Dios”.
La segunda parte consta de un solo capítulo (el 3º), pero es un tema (“El Padre”)
frecuente en todos los escritos de Conchita. La tercera parte, sobre “El Verbo” tiene
nueve capítulos (4-12) y hace patente su profundo cristocentrismo también en su
dimensión mariana (capítulos 11-12). La cuarta parte es la más extensa (capítulos 13-
23) y está dedicada al Espíritu Santo, resumiendo ampliamente la doctrina y la vivencia
pneumatológica de Conchita y de las Obras del Cruz. La quinta parte está dedicada a la
Iglesia como “esposa” y “comunión” de los santos (capítulos 24-25). La sexta parte
(que hemos resumido arriba) se dirige especialmente a “los sacerdotes de la Cruz”
(capítulos 25-34).
Hay algunos temas prácticos que merecerían un estudio especial, por el hecho de dejar
entrever la experiencia de la misma Conchita respecto a la vida sacerdotal. Me refiero al
tema de la “pobreza” sacerdotal, que ella lo desglosa en “cuatro pobrezas” o modos y
grados de vivir esta exigencia evangélica. (capítulo 31).. El tema del ministerio
sacerdotal ejercido en la confesión y dirección espiritual (capítulo 34 y último) es una
aportación original de parte de quien tenía experiencia como mujer y como “dirigida”.