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Inflexible ante la indignidad de quienes la deshonran…” “B.P.M.

s/ conducta” Causas
disciplinarias numero: 16.717/17.437.-

Además dicho tribunal, reunido en el pleno en fecha 09 de diciembre de 1991, concluyo de que:
“…la exclusión no constituye una sanción correctiva que tenga por objetivo reencausar de
manera inmediata la conducta del sancionado en la senda de los principios éticos sino una
medida que, en función de la gravedad de su inconducta, en cuanto demuestra rasgos
incompatibles con la pertenencia del foto…”

En el mismo sentido el Tribunal de Disciplina sostuvo que “…desde el ángulo estrictamente


ético el hecho constituye una grave violación al deber ser de fidelidad que todo abogado tiene
para con su cliente (Art. 19, inc. c) Código de ética) siendo el incumplimiento de ese deber una
de las obligaciones de primordial exigencia en la conducta de los abogados. La falta de la
confianza depositada por el cliente en el profesional abogado encargado de la defensa de los
intereses confiados, constituye una de las peores conductas que el profesional puede desarrollar
en una relación con él. Afecta la base misma de toda la relación profesional, se extiende al
ejercicio todo de la relación de abogado y lo que es peor, de manera injusta y desagradecida por
el efecto del comentario social, afecta también a aquellos profesionales dignos que ejercen de
manera abnegada, meritoria y correcta la profesión de abogado…” (Trib. De Disciplina en
pleno, causa Nº 1206, “M.G.R.”, 9-VIII-91).

IV) Que por otra parte, no quisiera dejar de señalar el criterio que viene sosteniendo la Exema.
Cámara Nacional Contencioso Administrativo Federal, sala V, de fecha 19 de Marzo de 1999,
conforme la “causa 36.140/1998, “Villaverde Silvia Emma c/CPACF”, que dice “…lo cierto es
que la previsión contenida ene le articulo 45 inc. e) Punto 2, de la ley 23.187, resulta totalmente
clara en el sentido de que aquello que funda la sanción de exclusión de la matrícula es la
condena oír delito doloso a pena privativa de la libertad, sin formular distinción alguna entre el
incumplimiento efectivo o la condenación condicional” “…aunque parezca obvio señalarlo, que
la circunstancia de que se deje en suspensión el cumplimiento de la pena, (Art. 26 del C.P). en
absoluta significa consagrar su inexistencia”.-

“B.D.E. y otro c/CPACF” del 07/04/09, “se ha aplicado una sanción accesoria a la pena
principal por la comisión de un delito – pena previsto expresamente en la ley-, en cuanto que la
sede del Tribunal de Disciplina se contempló y valoro la calificación ética de su autora en mira
de mantener el respeto y el decoro de la profesión”…

En consecuencia de todo lo expresado, propongo al tribunal plenario que se aplique al


matriculado encausado la sanción de exclusión de la matricula por entender que su conducta se
encuentra tipificada por lo preceptuado por los artículos 44 incisos d), g) y h) de la ley 23.187 y
art. 10º, inc. a), 19º a), c) y h), en el ejercicio de la profesión (art. 45 de la ley 23.187 y 26 del
código de ética). Así lo voto.-

Los vocales, Dres., Ofelia Rosenkranz; Pablo Richards; Susana Rozen Blum; Delia
Mariluis; Diego Dedeo; Adriana Donato; Nelly Minyersky; Francisco Quevedo; Mabel
Allegrone; y José Martínez; adhieren a los fundamentos desarrollados, como así también a
la propiciada por la Dra. María Cristina Figueroa.

Voto del Dr. Rodolfo Uriburu:

Por compartir las razones expuestas por la distinguida colega que voto en primer término, me
pronuncio en igual sentido y propongo la exclusión de la matrícula del letrado enjuiciado.

En autos, habiendo quedado forme la sentencia condenatoria del abogado PECCI, el 31 de


noviembre de 2009 (sit) – fs. 16- la causa se inició recién el 17 de mayo de 2011 y por denuncia
de la víctima, lo que evidencia que el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 7 incumplió la obligación
que le impone el art. 46, ley 23.187, que recordemos, dice En todos los casos que recaiga
sentencia penal condenatoria a un abogado, será obligación del tribunal o jurado interviniente
comunicar al Colegio la pena aplicada, con remisión de la copia íntegra del fallo recaído y la
certificación de que la misma se encuentra firme. La comunicación deberá efectuarse al
presidente del Consejo Directivo dentro del término de cinco (5) días de quedar firme la
sentencia.

La no comunicación de la sentencia constituye una grave omisión, ya que una de las


primordiales razones de ser de este Colegio Público de Abogados es precisamente el gobierno
de la matrícula en el ámbito geográfico de la Capital Federal y con referencia a las actuaciones
profesionales en tal jurisdicción, habiéndole delegado el estado el poder de policía al respecto y
dotado expresamente del ejercicio del poder disciplinario sobre el inscripto – arts. 17 y 19 de la
ley 23.187-.

La posibilidad cierta de juzgar a los letrados que reciben una condena penal exige, como prevé
la ley, que los tribunales informen al Colegio esas circunstancias, ya que su omisión lleva a
convertir el necesario juzgamiento en un avatar azaroso y eventual.

Corresponde, pues, poner en conocimiento de la omisión referida al Consejo de la Magistratura


de la Nación y oficiar a la Cámara Federal de Casación Penal alzada de los tribunales orales en
lo criminal u de los juzgados correccionales en los juicios, a fin de que les encarezca extremen
sus esfuerzos para el fiel cumplimiento de la obligación, fijada por el art. 46, ley 23.187, de
comunicar al Colegio Público de Abogados las sentencias condenatorias que impusieren a
letrados.

El Dr. Tomas Hutchinson, adhiere a los fundamentos de la vocal preopinante, Dra. Figueroa
y el Dr. Iribarme.-

El Dr. Zampini dijo:

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