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Aborto Dolor Prohibido Karminski Burke PDF
Aborto Dolor Prohibido Karminski Burke PDF
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desarrollado por la Biblioteca Central “San Benito Abad”. Su objetivo es difundir y preservar la producción intelectual
de la institución.
La Biblioteca posee la autorización del autor para su divulgación en línea.
Karminski Burke, Theresa. “Aborto: dolor prohibido”[en línea]. Vida y Ética. 12.1 (2011). Disponible en:
http://bibliotecadigital.uca.edu.ar/repositorio/revistas/aborto-dolor-prohibido-karminski-burke.pdf [Fecha de
consulta:..........]
(Se recomienda indicar fecha de consulta al final de la cita. Ej: [Fecha de consulta: 19 de agosto de 2010]).
ARTÍCULOS
RESUMEN ABSTRACT
En este trabajo se hace una aproxi- This work deals with the experience
mación a la experiencia del aborto, a of abortion, the emotional and
las consecuencias emocionales y psi- psychological consequences brought
cológicas que acarrea y a cómo cada about by that experience and the
mujer lo vive, ya sea en silencio o way each woman lives it, whether in
acompañada de su entorno. Para las silence or accompanied by her
mujeres que abortaron es evidente la environment. For those women that
necesidad de evitar y negar esa had an abortion the need of denying
experiencia, considerando el intenso and avoiding the experience is
dolor, pena y confusión que sintieron evident considering the deep pain,
después de esta intervención que se sorrow and confusion they felt after
supone haría mejores sus vidas. this intervention which was
Nuestra cultura, lamentablemente supposed to make their lives better.
no está preparada para manifestar, Unfortunately, our culture is not
aceptar o incluso respetar el dolor prepared to show, accept or even
post-aborto, ocasionando que su respect post-abortion pain, which
sanación se haga aún más difícil de causes the healing to be even more
lo que debería ser. difficult than it should be.
La autora presenta varios testimo- The author presents several
nios en los cuales se manifiesta la testimonies, which show the
gravedad de esta experiencia. seriousness of this experience.
Si, como sociedad, queremos contri- If we as a society want to contribute
buir a la salud mental de mujeres y to women and men´s mental health,
hombres, debemos tener una mirada we have to use a more critical
más crítica sobre las muchas mane- approach to see the many ways an
ras en que el aborto puede afectar abortion can affect their lives.
sus vidas.
Estas memorias intrusivas eran bastan- “¿Te ha hecho daño alguien con esto?”.
te malas. Su ansiedad, sin embargo, se
incrementó a causa de su ex-marido. Él Diane descartó la idea con explícita cer-
dejaba mensajes en su contestador lla- teza. “¡Nadie me hace daño!”, indicó.
mándola “asesina”, describiendo el aborto “¡Especialmente los hombres! Esa es la
con vívidos detalles. Debbie encontraba razón por la que aborté, así que no pudo
esto extremadamente inquietante, no sólo fastidiarme la vida. ¿Y sabes qué? Ha sido lo
por ella misma, sino también por sus tres mejor que he hecho en mi vida. Tomar el
hijos, quienes a menudo escuchaban el control de tu vida no es nada por lo que
mensaje recibido. debas sentirte culpable y a quien intente
decirme que me sienta de otra forma. ¡Que
Como consecuencia de estas llama- les ... a todos!”.
das, Debbie se convirtió en una persona
nerviosa. En numerosas ocasiones tenía En ese momento, Judith, visiblemente
comportamientos suicidas y límites y a afectada, se levantó y abandonó la sala.
menudo terminaba en la sala de urgen-
cias del hospital local. Cuando Judith cerró la puerta, Sarah,
normalmente callada y reservada, educa-
Siempre había tenido problemas de damente pidió a Diane que cuidara sus
peso, pero sus trastornos alimenticios se palabras. Le dijo que su constante uso de
agravaron después del aborto. Padecía una la palabra “fastidiar” era probablemente
anorexia severa. Su historia desencadenó ofensivo para algunas y eso demostraba
una serie de confesiones dentro del grupo. falta de clase.
Beth Ann dijo que sabía cómo se sen- Diane rápidamente replicó: “Ustedes,
tía Debbie porque ella también había chicas, son una banda de mojigatas”.
abortado. “Me moriría si alguien me lo
recordara. Es algo que trato de olvidar”, Comencé a sentir que la situación se me
dijo Beth Ann con desprecio. iba de las manos y me preguntaba cómo
proceder con la reunión, ya que en ese
Diane inmediatamente interrumpió momento sentía como si un acorazado se
con un siseo irritado: ¡Nosotras tenemos estuviera hundiendo rápidamente en el mar
derecho a controlar nuestros cuerpos! al ser alcanzado por un torpedo en el casco.
Las otras mujeres estaban en silencio. Semana tras semana habíamos tratado
muchas cuestiones emocionales: madres,
“Diane, pareces enojada”, observé. padres, problemas de relaciones, dinámicas
persona de los problemas que él o ella no resueltas estaban siendo negadas, repri-
quiere afrontar. Me di cuenta de que era midas o suprimidas.
bastante razonable sospechar que el trau-
ma del aborto bien podía estar disfrazado Desafortunadamente, sin embargo,
por trastornos alimenticios. Como Sarah en aquellos momentos no se me permi-
explicó más adelante: tió profundizar más en las dificultades
obvias de mi grupo respecto de sus abor-
“Nunca estoy hambrienta cuando me tos del pasado. Cuando compartí mi eva-
doy el atracón... Como porque estoy luación con mi supervisor, un psiquiatra,
llena. Llena o enojada, herida, triste y se mostró irritado y a la defensiva. Me
sola. Vomito porque ese es el camino por dijo enfáticamente que no era asunto
el cual me vacío de esos sentimientos”. mío entrometerme en los abortos de la
gente. Yo le señalé que había sido
Entrar en contacto con estos senti- Debbie quien había planteado el tema, a
mientos es fundamental para recuperar- causa de sus flashbacks. Él insistió en
se. Sin embargo, este puede ser un que los flashbacks de Debbie eran una
proceso complicado porque cualquier reacción psicótica causada por la medi-
discusión acerca de estas emociones no cación que estaba tomando. Yo cuestio-
deseadas genera enorme resistencia, né esto y señalé que su aborto había sido
negación y temor. una experiencia muy traumática y que
sus flashbacks parecían más bien un
La cuestión del aborto era claramente trastorno de estrés postraumático.
un tema amenazador para nuestro Cuando sugerí que quizá esto podría
grupo. Aquellas que podían hablar sobre ayudarla a hablar sobre el tema, el psi-
eso podían hacerlo sólo acusando con ira quiatra me miró directamente a los ojos
a los demás. En posteriores discusiones, y dijo: “Esto es un grupo de apoyo para
las seis mujeres indicaron que su aborto trastornos alimenticios... no para el
fue quizá la decisión más difícil que aborto” y me ordenó firmemente que no
habían tomado. Al mismo tiempo, sin volviera a sacar el tema.
embargo, negaban que éste hubiera teni-
do algún efecto significativo en sus A pesar de los desalentadores comen-
vidas. Esta afirmación de “no ha sido tarios de mi supervisor, esta experiencia
gran cosa”, sin embargo, contrastaba lla- despertó mi interés en el tratamiento del
mativamente con las intensas emociones dolor y del trauma post-aborto. En los
y conductas de evitación que había años siguientes, he trabajado con más de
observado. Claramente, una gran canti- dos mil mujeres que han sufrido secuelas
dad de emociones no exploradas y no post-aborto y he enseñado a muchos
terapeutas de todo el país a cómo tratar Cuando miro hacia atrás y recuerdo el
estas cuestiones. incidente que sucedió con mi grupo,
puedo ver cómo este reparto de persona-
Cuando comencé este trabajo, había jes es representativo de nuestra sociedad
muy pocos recursos disponibles para ayu- en general. Ellas nos muestran por qué
dar a los terapeutas -y mucho menos al nuestra cultura, lamentablemente, no
público en general- a comprender los dolo- está preparada para manifestar, aceptar
rosos y confusos procesos de duelo que o incluso respetar el dolor post-aborto.
pueden seguir al aborto. Como resultado, Todos los personajes de este “mini
muchas mujeres y hombres sufren en silen- drama” representan las razones de por
cio, con las emociones adormecidas, o con qué la sanación post-aborto se hace más
el espantoso y desconcertante sentimiento difícil de lo que debería ser.
de que se están volviendo locos. El duelo
que sigue al aborto puede ser extremada- En primer lugar estaba Debbie. Con
mente complicado y puede ser experimen- gran valentía, intentó compartir sus senti-
tado en todos los niveles de la personalidad. mientos, pero rápidamente vio que esto
Para muchas mujeres, el origen de su molestaba a todos. Terminó disculpándose
angustia puede pasar sin ser reconocido, y sintiéndose culpable por haber interrum-
hablado o sin ponerle un nombre. pido la armonía del grupo. Desgracia-
damente, aprendió la lección de que los
Los síntomas que yo y otros hemos amigos, los familiares y los terapeutas a
observado varían ampliamente entre las menudo enseñan a aquellos que tratan de
personas. En la mayor parte de este libro compartir sus emociones sobre un aborto
se examinarán muchos de estos síntomas vivido: “Nos estás haciendo sentir incómo-
con mayor detalle. A pesar de la diversi- dos. Deja de pensar en eso y continúa con
dad de reacciones emocionales y de com- tu vida”. La sociedad no quiere oír hablar
portamiento, todos estos síntomas sobre ello.
tienen sus raíces en la experiencia del
aborto. Para muchas es, ante todo, un En segundo lugar estaba Judith. Se
asunto de duelo no resuelto. Para sintió obligada a huir de la discusión. El
muchas otras mujeres, es un suceso trau- tema del aborto simplemente golpeó
mático que ha trastornado sus capacida- demasiado cerca de un dolor secreto
des de confrontación y ha distorsionado sobre el que no quería pensar ni hablar.
sus vidas y comportamientos en forma El problema de este enfoque es que
dramática e incluso extraña. requería por su parte gastar una gran
cantidad de energía en no pensar sobre
ello. A pesar de sus esfuerzos por evitar el en recordarle lo “mala” persona que era.
tema, sus emociones reprimidas estaban Reforzó su miedo a no ser nunca enten-
distorsionando otros aspectos de su vida. dida o perdonada por los demás.
[1] ZIMMERMAN, Mary K., Passage Through Abortion, New York, Praeger Publishers, 1977; OSOFSKY, H. J. & OSOFSKY,
J.D. eds., The Abortion Experience, New York, Harper & Row, 1973; REARDON, David C., Aborted Women, Silent No More,
Chicago, Loyola University Press, 1987.
[2] “The Times Poll: Most American Think Abortion is Inmoral”, en: Los Angeles Times, 19 de marzo de 1989, question
76, [en línea] disponible en: <http://articles.latimes.com/1989-03-19/news/mn-450_1_oppose-abortion> [consulta: 1
de junio de 2011].
dolor. Otras negaban estoicamente sus dos en la creencia errónea de que nadie
emociones durante años e incluso déca- puede entender sus emociones.
das, hasta que finalmente no podían
seguir evitando la necesidad de entender
lo que hicieron en el contexto de quienes LA HISTORIA DE GINA
quieren ser.
“Esperaba que pudieras ayudar a mi
Al otro lado del espectro, también he hija. Necesita asesoramiento. Alguien
asesorado a mujeres que, en el momento objetivo; y Dios sabe que yo no lo soy”.
del aborto, no tenían reparos morales La voz del señor Davis se desvanecía
sobre su elección. Era una decisión fácil, como si tuviera un pensamiento de
acorde con sus creencias. Pero incluso esto arrepentimiento.
no era garantía de una futura satisfacción
por la elección realizada. Estas mujeres me “¿Cuál es el problema?” pregunté,
buscaban porque posteriores eventos en poniéndome el auricular en el hombro
sus vidas despertaban de repente senti- para así poder tomar notas.
mientos inesperados de confusión o dolor.
“Bueno -tartamudeó- mi hija Gina,
¿Todas las mujeres se ven emocional- sale con este chico. Es un maltratador
mente afectadas por el aborto? ¿Es sólo verbal y físico. Está arruinándole la vida”.
cuestión de tiempo antes de que esta
experiencia vuelva para atormentarlas? Parecía desesperado. En su voz se
Muchos críticos del aborto creen eso, pero podía detectar ira, dolor y, lo peor de
se trata de una amplia generalización que todo, impotencia. “No puedo sentarme y
nunca podrá ser probada o desmentida. ver cómo mi hija arruina su vida. Este
Todo lo que puedo decir con certeza es que chico ya tiene otro hijo al que no puede
muchas mujeres y hombres se ven severa- mantener. No sé que ve en él. Gina es una
mente afectados, emocional y psicológica- gran chica”.
mente, por su experiencia con el aborto.
Su tono cambió a un silencioso susu-
Este problema es incluso más trágico rro: “La quiero mucho, pero la estoy per-
por el hecho de que muchas personas no diendo”. Guardó silencio por un
tienen a nadie a quien dirigirse que pueda momento, hasta que su voz se quebró:
ayudarles a trabajar sobre su dolor. “Por favor, ¿puede hacer algo? ¿puede
Muchos se sienten aislados y totalmente ayudarla a ver lo terrible que es? Gina a
solos con sus sentimientos. Están atrapa- mí ya no me escucha”.
Informé al señor Davis que no podía En tres años Gina no le había contado
hacerlos separar, pero que podía ayudar a a nadie lo del aborto; en unos pocos
Gina a analizar su relación y aclarar sus momentos, los recuerdos emergieron
sentimientos hacia este hombre. Entonces como una marea de dolor. La oleada de
le pregunté si había pasado algo más esta experiencia golpeó contra la forta-
entre Gina y su novio. leza de mi compostura de terapeuta
mientras que intentaba calmarla para la
La pregunta en sí misma fue como una siguiente emoción.
amenaza. Dudó. Finalmente respondió:
“Bueno, hay algo, pero eso debería salir de La historia de Gina salió entre angus-
ella. Creo que ella debería ser quien te lo tiosos llantos. “Vine a casa de la universi-
contara. Después de todo es su vida, y no dad un viernes para contarles lo del
quiero que piense que estoy hablando a embarazo y lo que teníamos planeado
sus espaldas”. hacer... Papá se trepaba por las paredes.
Quería saber qué había hecho para mere-
“¿Ha tenido su hija un aborto?”, pre- cer esto. Llevó a mi novio a la cocina para
gunté en un tono casual. La palabra tener una conversación de hombre a
había sido dicha. Aborto. Hubo un silen- hombre. No me permitieron entrar. Trató
cio, como casi siempre ocurre. Yo estaba de presionarlo para que me convenciera
dentro del listado telefónico del “Centro de que abortar era lo mejor que podía-
de Sanación Post-aborto” y aún así a la mos hacer”.
gente le solía costar decir el motivo de su
llamada. Con mucha dificultad continuó: “Dos
días después estaba en una mesa, mis
Conocí a su hija esa noche. Gina tenía pies en unos estribos... lloré todo el rato
19 años, un pelo largo y rubio y unos que estuve allí... Mi madre me llevó... Yo
tristes ojos azules. “Mi padre me obligó a le estuve diciendo que no quería eso:
hacerlo, -explicó- me dijo que no podía ‘¡Por favor, no! ¡No me hagan hacer
vivir con ellos si no lo hacía. Él sabía que esto...!’ -decía todo el tiempo-, nadie
eso me haría odiarlo, pero estaba dis- escuchó. Cuando un asesor me preguntó
puesto a correr ese riesgo. ‘Lo superarás’ si estaba segura, yo me encogí de hom-
-me dijo-. Yo no fui criada para creer en bros... apenas podía hablar. Lo hicieron...
el aborto. En la escuela secundaria inclu- mataron a mi bebé”.
so escribí una redacción sobre ello”. Sus
ojos se llenaron de lágrimas, brillando Abrumada por el dolor, Gina comenzó
como zafiros. a gemir. Se sujetaba el vientre, no podía
creer que hubiera abortado. Después de ellos pensaban que no podría querer y
una larga y llorosa pausa, continuó: “De mantener a su preciosa hija. Joe ya tenía
la misma forma rápida que ocurrió, todo un hijo al que no estaba manteniendo.
el mundo pareció olvidarse de ello. Mis Temían por su futuro con ese hombre.
padres nunca hablaban de ello. Se pusie-
ron furiosos cuando descubrieron que Ahora el futuro estaba aquí. Su autoes-
seguía viéndome con Joe. Nunca cesaban tima desmoronada, la depresión era una
en sus comentarios negativos sobre él. constante compañía y sus padres observa-
Las cosas tampoco iban bien entre Joe y ban tristemente cómo una negativa trans-
yo. Estábamos siempre peleando. Yo formación les estaba robando a la hija que
estaba muy deprimida y no sabía cómo conocían. Gina se unió a nuestro grupo de
manejar mis sentimientos. Estaba dema- apoyo y también siguió una terapia indivi-
siado avergonzada para hablar de mi dual. Una vez en tratamiento del trauma
aborto con mis amigas, y mis padres me post-aborto, fue capaz de expresar algunos
hicieron prometer que no se lo contaría a de sus sentimientos. Estaba furiosa con sus
nadie”. padres por no creerla capaz de aceptar su
embarazo. Ellos querían simplemente des-
A medida que su historia se desarro- hacerse del problema. También estaba eno-
llaba, vi muchas señales de un duelo jada con Joe por no protegerlos a ella y al
complicado. El corazón de Gina estaba bebé. Pero, puesto que habían sido sus
lleno de ira y dolor. Había pena, una tre- propios padres los que habían querido el
menda pena por un bebé muerto que aborto, Joe echaba toda la culpa a Gina.
nunca estaría allí para ofrecer alegría y
esperanza. Cualquier cosa relacionada Gina había sufrido un profundo dolor
con bebés la hacía llorar: fiestas para psíquico. Atrapada entre lealtades -hacia
celebrar la llegada de bebés, pañales, sus padres, hacia Joe y hacia su hijo no
incluso los niños. Todo le provocaba un nacido- estaba paralizada e incapaz de
gran dolor. Tenía una herida en su alma procesar sus propias emociones sobre el
que no paraba de sangrar. suceso. Quedó atrapada en cuanto a su
desarrollo. No se le había dado permiso
Aunque la familia de Gina había sido de hacerse mayor, tener un bebé y con-
cristiana, su fe religiosa no fue un obstá- vertirse en madre. Su deseo de indepen-
culo para que desearan el aborto. Sus dencia y de ser adulta había sido
padres pensaban que, insistiendo en que frustrado por su fracasado intento de
abortara, la salvarían de una vida de romper la dependencia emocional de sus
pobreza y tribulación con un hombre que padres, quienes siempre habían sido tan
Al reconocer el dolor de Gina, y com- que la vida de una mujer vuelva a ser lo que
partiéndolo con ella, el Sr. y la Sra. Davis era antes. Pero este es un enfoque muy
restauraron su relación con su hija. El superficial. Una vez que una mujer está
amor de Gina y su alegre personalidad embarazada, la elección no es tan fácil
pudo florecer una vez más. Pudo conti- como entre: 1) tener un bebé y 2) no tener-
nuar su viaje para convertirse en una lo. La elección es entre: 1) tener un bebé y
adulta capaz y segura. Con el apoyo de la 2) tener la experiencia del aborto. Ambas
intervención terapéutica, se dio cuenta son experiencias que cambian la vida.
de que era capaz de identificar sus nece- Ambas tienen importantes secuelas psico-
sidades -como el deseo de romper con lógicas, ya sea contribuyendo u obstaculi-
Joe- y de alcanzar sus propias metas. zando la salud mental de una persona.
mental de mujeres y hombres, debemos que utilizan los terapeutas para describir
tener una mirada más crítica sobre las un grupo de síntomas psicológicos.
muchas maneras en que el aborto puede Mediante la clasificación y agrupamiento
afectar sus vidas. de estos símbolos, los psicólogos pueden
comunicarse mejor entre sí los tipos de
Es igualmente trágico que la ignoran- problemas emocionales que están tratan-
cia y negación generalizadas con respec- do y los tipos de tratamiento que son más
to a las consecuencias del aborto efectivos. Saber que el síntoma B con fre-
contribuyan al problema de que las cuencia se encuentra cuando el síntoma
mujeres sean coaccionadas a realizarlos A está presente, también ayuda a los
contra su deseo. Si los familiares, novios, terapeutas a explorar las cuestiones sub-
cónyuges, asesores y los trabajadores de yacentes que un paciente o cliente puede
la salud erróneamente creen que la ser que inicialmente no comunique.
mayoría de las mujeres pueden abortar y
“olvidarse”, es más probable que las La definición de la Asociación Ame -
induzcan al error, las manipulen y presio- ricana de Psiquiatría de TEPT representa
nen para que se sometan a abortos no una de las teorías más modernas sobre la
deseados por “el bien de todos”. Esto es naturaleza y efectos del trauma. Las vícti-
especialmente importante, ya que alre- mas y sus defensores han sido considerados
dedor del 53% de las mujeres que tienen como exagerados por aquellos que, o bien
problemas significativos post-aborto, apoyan estructuras sociales que perpetú-
posteriormente declara que se sentían an las causas del trauma, o que simple-
presionadas por los demás para elegir esa mente se sienten avergonzados de
opción. [3] enfrentarse a sus causas. Esta misma
pauta de negación sigue vigente en rela-
ción al aborto.
EL ABORTO COMO EXPERIENCIA
TRAUMÁTICA Según la definición actual, el TEPT se
define como un trastorno psicológico
Básicamente, el TEPT (trastorno por resultante de una experiencia traumática
estrés post traumático) no es algo tangi- que desborda los mecanismos normales
ble, como un virus o un tumor cerebral. de defensa de una persona. El impacto de
Se trata simplemente de una etiqueta esta experiencia es tan grande que los
[3] RUE, V. M. et al., “Induced Abortion and Traumatic Stress: A Preliminary Comparison of American and Russian
Women”, Medical Science Monitor, 10 (10): SR5-16 (2004).
[4] Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, 4ta. ed, Washington D. C., American Psychiatric Association
Press, 1994.
[5] HERMAN, Judith Lewis, Trauma and Recovery, New York, Basic Books, 1992, p. 34.
misma podría morir o sufrir una lesión mentirosos! Claramente podían ver lo que yo
grave. Más adelante, esta ansiedad se había visto. Los odiaba. Pero a la vez, sabía que
centraba en temores de cosas que les yo era parte de esa mentira porque no podía
ocurriría a los hijos que pudiera tener en decirle nada a nadie. Me marché de la consulta
en un estado insensible de repulsión. Empecé a
el futuro. En el caso de Katrina, por otro
despreciarme a mí misma más que a ellos”.
lado, el mismo acontecimiento le produ-
cía una reacción emocional centrada en
En muchos casos, especialmente
el haber visto a su hijo abortado.
cuando la mujer siente que no tiene otra
“Mi doctora me prometió que la intervención
alternativa que abortar por la presión de
sería segura y privada en su consulta. Cuanto los demás o por sus circunstancias, su
antes lo hiciera mejor, ya que en ese momento respuesta emocional dominante en el
el bebé no tenía forma... sólo era un conjunto momento puede ser una sensación de
de tejidos que crecían. Quise creerlo, a pesar de impotencia. Siente que no puede alterar
saber que no era así. No hice ninguna pregun- el curso de los acontecimientos que la
ta ni tampoco la hizo mi prometido. La fecha se están llevando inexorablemente a un
fijó para un sábado”. aborto no deseado. Un caso especial-
mente dramático es el de Jennifer, que
“Aquella mañana fuimos en silencio en el había sido violada por su padre:
coche. Me ingresaron y prepararon para la
intervención. Entró el médico, pero no era mi “El médico me informó que estaba embarazada
doctora habitual. Era un hombre que no había y me preguntó qué quería hacer. Yo había visto
visto nunca antes. No me lo presentaron sino “El Grito Silencioso” en la clase de religión del
que empezó directamente a trabajar. Me dolió instituto y sabía que el aborto era un asesinato.
mucho; era muy brusco y me habló de forma A pesar del dolor y culpabilidad que sentía, y
dura cuando empecé a llorar. La enfermera me sabiendo quién era el padre del bebé, era
tomó de la mano y me dijo que me relajara. La mucho mejor tener el bebé que la alternativa
máquina se apagó y pensé que había termina- de matarlo. Me negué a abortar”.
do la intervención. Fueron al lavabo y estaban
haciendo algo. Entonces volvieron y otra vez “Mi padre entró en una furia descontrolada y
se encendió la máquina. Pareció durar una exigió que yo consintiera el aborto, o que lo
eternidad. Finalmente terminó”. hiciera el médico sin mi permiso. El médico se
negó debido a mis deseos. Mi padre exigió que
“Salieron de la habitación diciéndome que me se buscara un abortista, sin importar lo que
vistiera. Por curiosidad fui al lavabo para ver qué costara”.
habían estado mirando. Ahí estaba el fruto de mi
aborto ¡Ese era mi bebé! El terror de ese momen- “En menos de una hora, llegó este hombre al
to están profundamente impresos en mi alma. Mi hospital, habló con mis padres y decidió reali-
doctora, el abortista, el personal… ¡todos unos zar el aborto, sin hablar conmigo. Me negué e
[8] REARDON, David, MAKIMAA, Julie and SOBIE, Amy, Victims and Victors: Speaking Out About Their Pregnancies,
Abortions and Children Resulting from Sexual Assault, Springfield, IL, Acorn Books, 2000.
las mujeres han descripto sus abortos traumas. Esta es la razón por la que un
como un sentimiento de “violación qui- historial de abusos sexuales es un factor
rúrgica”. [9] Esta analogía no es sorpren- de riesgo de mayores problemas psiquiá-
dente cuando uno considera la mecánica tricos post-aborto. Añadir más trauma
misma del aborto. La mujer está recosta- sobre el trauma no es sano, incluso si la
da, las piernas abiertas, con un extraño víctima lo está consintiendo libremente.
que introduce instrumentos en su cuer- El aspecto de intrusión del trauma signi-
po, literalmente sacándole la vida de su fica que las víctimas tienen más probabi-
útero. Linda describió su aborto de la lidades de recrearlo en sus vidas. Facilitar
siguiente manera: abortos a mujeres con un historial de
ataques o abusos sexuales contribuye, en
“Estaba completamente despierta, no me die- muchos casos, a tendencias auto-des-
ron pastillas ni inyecciones. Estaba tumbada tructivas. Esto es especialmente preocu-
allí con lágrimas que me descendían por la pante a la luz de estudios recientes que
cara. La habitación era fría. Mis manos esta- indican que hasta una tercera parte de
ban húmedas por el sudor, mi mano derecha
las mujeres han sido víctimas de viola-
apretaba la mano delgada y fría de la asesora
ción o abusos sexuales. [10]
como si le estuviera quitando la vida. En la
mano izquierda tenía el puño cerrado, apre-
tando fuertemente sobre el estómago que me Según una enfermera de una clínica
vibraba mientras tenía lugar el aborto. Sentía abortista: “El aborto es la línea más
como si alguien me estuviera violentando con estrecha entre la amabilidad y la cruel-
un tubo de succión de gran potencia mientras dad. Aunque se haga lo mejor posible,
estaba tumbada, llorando silenciosamente, sigue siendo una violencia...”. [11] Según
como si consintiera ese hecho”. Missy:
Esta experiencia como una violación “Mi aborto fue muy traumático. El dolor fue
de la integridad física de la mujer es pro- espantoso. Me decían todo el tiempo que no
bable que sea todavía más pronunciada arqueara la espalda. Recuerdo que venían
en las mujeres con antecedentes de abu- enfermeras para sujetarme. La máquina sona-
sos sexuales o violación. En estos casos, el ba como un aparato de aire acondicionado
estropeado. Me sentí indefensa, atrapada, vio-
aborto es un conector con estos otros
[9] FRANCKE, Linda Bird, The Ambivalence of Abortion, New York, Random House, 1978, 84-95, 167.; REARDON, D.,
Aborted Women…, op. cit., introducción, cita 1, 51, 126.
[10] RUSSELL, D. E. H., Sexual Exploitation: Rape, Child Sexual Abuse, and Sexual Harassment, Beverly Hills, CA, Sage,
1984.
[11] TISDALE, Sallie, “We Do Abortions Here”, Harper’s Magazine, New York (October, 1987).
“El dolor de la intervención era una manifesta- “El dolor de mi aborto es tan real. La idea de
ción física de quitar la vida de mi cuerpo. Fue haber matado a tu propio hijo puede empu-
una experiencia que nunca olvidaré. Cuando jarte al límite. Me ha llevado años superarlo.
terminó, me sentí confusa y nerviosa; entonces, No sólo destruyó a mi hijo, sino también a mí
sentada en la sala de recuperación, me embar- misma. Ojalá la gente se diera cuenta de que
gó un enorme arrepentimiento. Me sentí tan el bebé perdido realmente nunca se va”.
abrumada por la emoción que no llevaba sen-
tada más de 40 segundos antes de que me Para Kari, la muerte de su hijo tam-
levantara, vistiera y marchara, simulando que bién conllevó la muerte de una parte de
nada había cambiado en mi vida. Pero todo sí misma.
había cambiado”.
Una parte de mí murió y me llevó 9
Para Rosemary, ver bebés se convirtió años y medio identificar qué fue lo que
en el conector con la experiencia de murió. La parte de mí que murió fue mi
muerte del aborto. hijo o hija que nunca conoceré. He repri-
mido y negado esto durante tanto tiem-
“Cuando estaba sobre la mesa, por primera vez po que también empecé a morir
en mi vida, experimenté la muerte con toda su emocionalmente. Empecé a perder inte-
oscuridad y finitud. Ahora tengo lo que yo
rés en la vida. Mi marido no importaba.
llamo el síndrome de “fijación”. Me fijo en
Mis hijos no importaban. Quería morir-
cada niño que hay a mi alrededor donde quie-
ra que esté y me recuerda el increíble dolor y
me, pero no sabía por qué. Me sentía
culpabilidad y pánico ante el horror de mi como una niña perdida que no quería
elección. Estoy experimentando profundos encontrar el camino de vuelta a casa. Era
[12] HERMAN, Judith, Trauma and Recovery…, op. cit., ch. 8, Forbidden Grief, cita 5, p. 54.
Como lo expresó una mujer, en vez de morgue. Congelada por el miedo, oigo que
elegir abortar, ella “eligió ser débil”, sim- dicen mi número. Comprueban tu nombre para
plemente dejando que los que la rodea- que coincida con tu número; entonces te llevan
ban la dirigieran a “lo único” que se para que te prepares para la intervención. “Todo
irá bien”, dijo la enfermera, “todo habrá pasado
podía hacer. En esos casos, el aborto
en unos minutos”. Tumbada, oigo una voz que
puede llevar a que las mujeres experi-
grita dentro de mi cabeza, “¡No, mamá! ¡no!”.
menten las tres formas de respuesta que Me levanto conmocionada y aterrada. La enfer-
caracterizan al trauma: miedo, indefen- mera me empuja para abajo diciendo: “Está
sión y terror. bien, ¡ya ha terminado!”. El médico se marcha
para ir con la siguiente paciente. Agarro a la
Es probable que la mayoría de las enfermera con lágrimas en los ojos: “¡He oído la
mujeres que abortan entren en esta cate- voz de mi hijo!, ¡he oído a mi hijo gritar!”. “No
goría que se solapa. Numerosos estudios te preocupes, con el tiempo se te pasará”. De
han demostrado que la mayoría de las alguna forma bloqueé ese momento hasta que
mujeres consideran que su aborto impli- 12 años después durante la terapia empecé a
ca su participación en la destrucción de enfrentarme a mis temores. Poco a poco empe-
cé a tratar todos los problemas de mi vida”.
una vida humana, específicamente, la
vida de su propio hijo. Eleanor describe
su experiencia: El 70% de las mujeres que abortan
cree que el aborto implica la matanza de
“Estaba en la clínica con, por lo menos, otras una vida humana, lo cual viola sus pro-
cien mujeres en la sala de espera, sentadas, de pios estándares morales. [13] Entre un 30
pie, ¡por todas partes! Con el fin de proteger y un 60% estaba inicialmente contenta
nuestra identidad, a cada una le daban un de estar embarazada y le gustaba estar
número. Así que esperé a que dijeran mi núme- embarazada. [14] Entre un 60 y un 80%
ro. Durante horas hubo un silencio sepulcral. hubiera, de hecho, preferido haber dado
Me daba la impresión de que estaba en una a luz si sus circunstancias hubieran sido
[13] ZIMMERMAN, Mary, Passage Through Abortion…, op. cit., introducción, Forbidden Grief cita 1, 69. En el estudio de
Zimmerman, sólo el 15% negó explícitamente que el feto era una persona o una vida humana (194-195). En una encues-
ta nacional, el 74% de mujeres con una historia de abortos estuvo de acuerdo con una afirmación de que el aborto es
moralmente incorrecto (Los Angeles Times Poll, 19 de marzo de 1989). Ver también: HUNTER, James, Before the Shooting
Begins, New York, Free Press, 1994, 93; en relación al hecho de que el aborto causa la muerte de una vida humana.
[14] ZIMMERMAN, Mary K., Passage Through Abortion…, op. cit., introducción, cita 1, 194-195; MILLER, “An Empirical
Study of the Psychological Antecedents and Consequences of Induced Abortion”, J Social Issues, 48(3):67-93
(1992);REARDON, David, Aborted Women…, op. cit. (introducción, cita 1).
[15] ZIMMERMAN, Mary, Passages Through Abortion…, op.cit., 139 y REARDON, David, Aborted Women…, op. cit., pp.
16-18 (introducción, cita 1).
[16] RUE, V. M., “Induced abortion and traumatic stress…”, op. cit., ch. 1, Forbidden Grief cita 1.
[17] DENES, Magda, In Necessity and Sorrow: Life and Death in an Abortion Hospital, New York, Basic Books, Inc., 1976,
p. 57.
[18] MATHEWES-GREEN, Frederica, Real Choices, Sisters, OR, Multnomah, 1994, p. 19.
evitar y negar su experiencia. Sin la com- repente encontrar a sí mismas poco pre-
prensión y apoyo de sus seres queridos es paradas para sobrellevar el impacto emo-
simplemente demasiado para tener que cional que implica. [19] Según la cita
llevarlo uno solo. Para muchas, la nega- anterior del Dr. Julius Fogel, un psiquia-
ción comienza inmediatamente. Por ejem- tra y ginecólogo que ha realizado más de
plo, Terry se pasó cuatro horas en una 20.000 abortos:
cafetería del metro después de abortar.
“Cada mujer, sea de la edad, origen o
“Estaba completamente aturdida. No podía clase social que sea, sufre un trauma al
creer lo que había hecho. No podía pensar en acabar con un embarazo. Se ve afectada
ello. Me senté y miraba a la gente que pasaba. en algún nivel de su humanidad. Es una
Me daba la sensación de que había salido de parte de su propia vida. Al destruir su
mi propio cuerpo”. embarazo, se destruye a sí misma. Es
imposible que le sea inocuo. Aquí se trata
Para otra paciente, Sonnie, el temor a de la fuerza de la vida. No importa si uno
enfrentarse a la fuente de su trauma cree que allí hay una vida o no. Es impo-
resultó en años de una negación confusa. sible negar que algo se esté formando, y
que ese algo es físico.” [20]
“Tenía miedo de pensar en mi aborto. No me
podía permitir a mí misma pensar en ello como No existen respuestas claras sobre de
una pérdida. Durante años ni siquiera sabía qué
qué forma experimentan muchas muje-
era lo que me pasaba. Nunca identifiqué la
res emociones negativas a un aborto. El
fuente de mi rabia y dolor. Lo único que sabía
era que me dolía algo dentro... muchísimo. Me
diagnóstico de que éste produce una
separaba de mis sentimientos. Siempre estaba reacción traumática está especialmente
insensibilizada emocionalmente”. politizado.
Ninguna mujer está a salvo de estas Aunque muchos estudios se han cen-
emociones negativas. Incluso aquellos trado en una gran variedad de reacciones
que se han pasado años luchando por el post-aborto, son muy pocos los que han
derecho al aborto, y que se han enfren- recogido datos validados estadísticamen-
tado intelectualmente a todas las cues- te estudiando directamente el modelo
tiones que rodean al tema, se pueden de TEPT. Quizás el más importante de estos
[19] DOE, Jane, “There Just Wasn’t Room in Our Lives Now for Another Baby”, New York Times, 14 de mayo de 1976.
[20] MCCARTHY, Colman, “A Psychological View of Abortion”, St. Paul Sunday Pioneer Press, Washington Post, 7 de
marzo de 1971. El Dr. Fogel, que realizó 20.000 abortos en las décadas subsiguientes, reiteró la misma visión en una
segunda entrevista con McCarthy en 1989. “The Real Anguish of Abortions”, The Washington Post, 5 de febrero de 1989.
[21] BARNARD, Catherine, The Long-Term Psychological Effects of Abortion, Portsmouth, N.H., Institute for Pregnancy
Loss, 1990.
[22] RUE, V. M., “Induced abortion and traumatic stress…”, op. cit., ch. 1, Forbidden Grief, cita 1.
[23] ADLER, Nancy, “Sample Attrition in Studies of Psycho-social Sequelae of Abortion”, Journal of Social Issues, 1979,
35:100-110.
[24] ANDERSON, Rachel L., et.al., “Methodological Considerations in Empirical Research on Abortion”, en: Post-Abortion
Syndrome: Its Wide Ramifications, Peter Doherty (ed.), Cambridge, Gran Bretaña, Cambridge University Press, 1995, pp. 103-115.
Entonces un verano todo se desmoronó. Me invi- charme. Pero aún después de marcharme, la pena
taron a casa a una fiesta de aniversario que mis me seguía. No había forma de escapar a mi tris-
hermanos y hermanas estaban organizando para teza y eso afectó todo... mi trabajo, amistades y
mis padres. No había vuelto a casa en once años. mi autoestima. La depresión, la bebida, los ata-
Me sentí aterrada de ir y pensé todas las formas ques de llanto... duró bastante tiempo hasta que
para evitar el viaje. Una buena amiga me pre- busqué ayuda”.
guntó de qué tenía miedo... y honestamente no
se lo podía decir. Bueno, me obligué a ir a casa… Según el estudio del Instituto Elliot,
Volver sacó algunos recuerdos muy dolorosos más del 60% de las mujeres estudiadas
relativos a mis abortos. Cuando vi a mis padres y reporta que tuvo un período de tiempo
a todas mis sobrinas y sobrinos tuve pensamien-
durante el cual no había expresado nin-
tos disparatados... me preguntaba por qué yo no
gún sentimiento negativo respecto de su
tenía hijos. Sentía que mis propios hijos deberían
haber estado allí con nosotros. ¡Sentí tanta pena!
aborto. Declaran que el período de tiem-
No podía creer el dolor y angustia que inundaron po medio antes de que siquiera recono-
mi corazón. Me encontré llorando todo el tiem- cieran sus reacciones negativas fue de
po y bebiendo para ahogar el dolor, y queriendo algo más de cinco años. Esta reacción
dormir durante todo el día. Dejé de comer y me retardada es una de las principales razo-
volví muy reservada. Realmente no podía funcio- nes por las que este trauma es tan mal
nar y maldije el hecho de haber vuelto a casa. Lo comprendido por parte de la sociedad y
único que podía pensar era que necesitaba mar- de los profesionales de la salud mental.