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Criminalidad real

José María Rico clasifica a la criminalidad en: real, aparente, legal, impune y oculta.

La criminalidad real está constituida por el conjunto de delitos que se cometen


efectivamente en un espacio y tiempo dados, prescindiendo que hayan sido o no
denunciados, investigados o juzgados o condenados. La criminalidad real sigue
siendo una incógnita en criminología, ya que la sociedad nunca sabe la cantidad
exacta de delitos cometidos realmente. Sin embargo, solo este conocimiento de la
delincuencia real puede dar a la criminología una base inatacable.

La diferencia de la criminalidad real y la aparente constituye la denominada “cifra


negra” de la criminalidad, la cual, al no ser constante suela dar una imagen falsa del
fenómeno observado. Importantes y recientes trabajos dedicados a este tema
muestran:

1) La cifra negra crece o decrece en función de la gravedad de los delitos


cometidos.
2) Incluso si nos limitamos a los delitos más serios, la criminalidad registrada
solo representa una pequeña parte del conjunto de las infracciones
denunciadas o conocidas.

El primer problema al que se enfrenta el criminólogo consiste en detectar lo que se


ha denominado como criminalidad real. Esto tiene muchos inconvenientes pues la
mayoría de los delitos no son denunciados a la autoridad y ésta última no está en
capacidad de detectar todas las conductas delictivas que se dan en nuestra
colectividad.

Por otra parte, no todos los hechos que logra conocer la policía o el Ministerio
Público son constitutivos de figuras ilícitas. En este sentido Goppinger dice:

La criminalidad por principio no aparece a la luz del día. Sino sólo por el que
otros hombres actúen de cualquier manera, de suerte que, en un primer
momento, la perpetración de un hecho permanece ignorada en general; el
suceso externo puede perfectamente llegar a ser conocido pero en
determinadas circunstancias puede no ser reconocido como tal crimen y la
comisión de un crimen, puede por las más diversas razones no informarse a
la policía. Ello toca el problema de la llamada sensibilidad criminal de la
población, mencionemos por otra parte las denuncias de presuntos delitos
que no se han cometido en absoluto.

Considerando que un gran número de delitos quedan sin conocerse, resulta


entonces necesario saber cómo investigar lo que se conoce como cifra negra de la
criminalidad. De acuerdo con Hood y Sparks:

Se han utilizado dos estrategias diferentes en los intentos de determinar la


cifra oculta. En la mayoría de los casos se ha seguido el método de someter
a interrogatorio a un grupo de personas de la población general sobre los
hechos delictivos por ellos cometidos. Hayan sido o no procesados. Este
procedimiento se conoce como de auto denuncia o estudios de delincuencia
oculta. Según la otra estrategia a que nos hemos referido, en la que se utiliza
el método de la encuesta, se consigue información interrogando a los
ciudadanos sobre los delitos de que han sido víctimas y suele denominarse
encuesta de víctimas o estudios sobre la actividad delictiva.

En nuestro país, Néstor José Méndez González llevó a cabo una investigación
titulada El método de auto denuncia, con la finalidad de conocer la cifra oculta de la
criminalidad respecto a 17 conductas punibles. Para lograrlo Méndez González
entrevistó a 1,032 personas con 85 reactivos diferentes, esto lo obligó a manejar
96,620 respuestas y a concluir que existe una amplia diferencia entre la criminalidad
y la criminalidad real.

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