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Resumen SAM Oratoria S 21 1 PDF
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La voz
La voz es un sonido producido en la laringe por las cuerdas vocales durante la
espiración del aire. Posee cualidades como la intensidad, la altura y el timbre. La
intensidad varía con la presión que ejerce el aire espirado para vencer la resistencia
que ejercen las cuerdas vocales: a mayor cantidad de aire espirado y mayor presión,
el sonido va a ser más intenso. La altura varía con la tensión del cierre de las cuerdas
vocales: a mayor tensión más agudo es el sonido, a menor tensión éste es más grave.
El timbre depende de las cavidades de resonancia.
Intensidad: Varía con la presión que ejerce el aire expirado para vencer la
resistencia que ejercen las cuerdas vocales.-
Altura: Varia con la tensión de cierre de las cuerdas.-
Timbre: Depende de las cavidades de resonancia.-
Respiración correcta y articulación adecuada = VOLUMEN -PROYECCION –
CLARIDAD
Palabra: Expresa necesidades y sentimientos
Tonó, volumen y velocidad: Un “SI” puede significar “no”.-“nose”.- Se utiliza
para ironizar, retar, ordenar o afirmar.-
“La voz es un sonido producido en la laringe por las cuerdas vocales durante la
espiración del aire.”
Dinámica Respiratoria
En la inspiración el aire ingresa por las fosas nasales, desciende por la nasofaringe
hacia la tráquea y luego a los pulmones hinchándolos, de esta manera, la caja torácica
donde están alojados los pulmones debe ampliarse para dar lugar a la expansión de
los mismos; los músculos intercostales actúan elevando las costillas y el diafragma
desciende, en un plano horizontal, provocando un abultamiento del abdomen por el
desplazamiento de las vísceras hacia fuera y hacia abajo.
La espiración consiste en la salida regulada del aire, por la retracción de las paredes
torácicas y los pulmones, además de la relajación lenta del abdomen.
Modos Respiratorios:
Son las dos formas de ingresar el aire a nuestro organismo, éstas son el bucal y el
nasal.
El modo nasal: es el adecuado y el más saludable ya que el aire que ingresa es
filtrado por los pelitos de la nariz, calentado por los vasos sanguíneos que irrigan las
fosas nasales y humidificado por la mucosidad, de esta manera, atraviesa en óptimas
condiciones las vías respiratorias hasta llegar a los pulmones.
El bucal: el ingreso del aire se hace a través de la boca, este modo no es el más
óptimo ni saludable para nuestro organismo ya que el aire ingresa sucio, frío y seco
provocando diferentes tipos de patologías.
Tipos respiratorios:
Existen tres:
Clavicular: se manifiesta por la elevación de las clavículas y de los omoplatos, (mujer)
Abdominal: el abultamiento del estómago y predomina en el hombre.
Costo-diafragmático-abdominal: es la que nos va a dar una mejor intensidad,
continuidad y duración de la voz, es innato en los bebés recién nacidos.
EL SISTEMA FONATORIO
Compuesto por: la laringe situada debajo de la faringe y encima de la traquea, en
ella se encuentran las cuerdas vocales, es el órgano productor del sonido
Cuando respiramos las cuerdas vocales permanecen separadas para que el aire pase
libremente entre ellas, al acercarse el espacio que queda, se estrecha produciendo el
sonido.
SISTEMA DE RESONANCIA Y ARTICULACIÓN:
El sonido que generan las cuerdas vocales sería imposible sin las cavidades de
resonancia; los resonadores son los cuerpos vibrantes que refuerzan un sonido.
El sistema de resonancia:
está compuesto por dos partes: las fijas y las móviles.
Las fijas: son el maxilar superior, huesos de las fosas nasales, senos paranasales y
paladar.
Las Moviles: son la faringe, velo del paladar, lengua, mejillas y labios.
El sonido generado por las cuerdas vocales es llamado tono fundamental, éste sube
hacia las cavidades de resonancia enriqueciéndose de armónicos; si esto no sucediera
sería inaudible. Los armónicos son los que dan el timbre característico de la voz a cada
una de las personas.
La impostación vocal: Consiste en lograr un mayor rendimiento de la voz con el
mínimo esfuerzo de las cuerdas vocales.
La articulación: Son una serie de movimientos que realizan las partes móviles de las
cavidades de resonancia y a través de estos movimientos el sonido es transformado con
sus respectivas adecuaciones en las distintas letras.
“La articulación correcta es la que da claridad y nitidez a la palabra.”
Los moldes posturales: consisten en la movilización de los órganos y paredes de la
caja de resonancia vocal. Su finalidad es obtener mayor resonancia de manera que
intensifique el caudal de voz.-
“El sonido generado por las cuerdas vocales es llamado tono fundamental, éste
sube hacia las cavidades de resonancia enriqueciéndose de armónicos; si esto no
sucediera sería inaudible”.
SISTEMA NERVIOSO:
Para poder realizar y sincronizar los múltiples movimientos musculares que producen
el sonido, su resonancia y la articulación en la palabra, es necesaria la compleja
actividad del sistema nervioso, tanto voluntaria como involuntaria.
El cerebro dirige todos los movimientos voluntarios del cuerpo y por ende, el
funcionamiento de los actos musculares necesarios para la emisión vocal, ya que en él
se generan los impulsos nerviosos para que los músculos se contraigan y cumplan el
movimiento.
SISTEMA POSTURAL:
Es de suma importancia para que la producción de la voz sea clara y tenga una buena
proyección, la postura que adoptamos para hablar en las diferentes situaciones y el
grado de tensión que tenga nuestro cuerpo.
Algunas de las causas que pueden provocar tensión pueden ser la falta de sueño, el
esfuerzo muscular intenso, situaciones de estrés, entre otras.
La manera orgánica de manifestar este aumento del tono muscular es a través del
dolor de cuello, de espalda o de pecho.
Para aliviar este tipo de molestias existen diferentes tipos de relajaciones que se
pueden utilizar ante estas circunstancias.
USOS Y CUIDADOS DE LA VOZ:
Uso incorrecto de la voz:
Hablar cuando presentamos disfonía o hacerlo en exceso cuando existe algún
tipo de alergia respiratoria.
Gritar, produce un cierre brusco de las cuerdas vocales ocasionando irritación
laríngea.
Hablar excesivamente sin una adecuada técnica vocal, trae como consecuencia los
síntomas vistos en la fonastenia.
Excesivo aclaramiento de la garganta y demasiada tos.
Cantar con una técnica vocal inapropiada o en malas condiciones ambientales.
Cuidados de la voz:
Utilizar un volumen moderado de la voz en todas las situaciones del día.
No hablar en sitios excesivamente ruidosos como en fábricas o edificios en
construcción.
No competir con la conversación en voz alta en fiestas, reuniones o conferencias.
No hablar en presencia de música elevada.
No gritar en situaciones como partidos de fútbol, en la escuela, con los miembros de
la familia y durante actividades de entrenamiento.
Tratar de reducir al mínimo la tos y carraspera, sustituir estos malos hábitos por un
sorbo de agua ante la molestia.
Restringir al máximo el hábito de fumar y tomar alcohol, ya que irritan la mucosa de
la laringe.
Usar la voz en períodos cortos durante el transcurso del día.
No usar ropa que presione el abdomen o el cuello, ya que deberemos forzar la
respiración y fonación.
Comer poco y lentamente para realizar una buena digestión y evitar el
endurecimiento del abdomen impidiendo realizar correctamente la respiración
costo-diafragmática-abdominal.
Dormir ocho horas por día.
Calefaccionar con agua humeante para humedecer el ambiente.
Evitar someterse a cambios bruscos de temperatura.
Evitar ingerir bebidas muy frías o muy calientes para no irritar la mucosa
laríngea.
Volumen:
Las personas tienen un determinado volumen de acuerdo a características físicas;
también de acuerdo a la situación, según sea intimidante o no ,el volumen de la voz,
aspecto fundamental para ser escuchado y entendidos por el auditorio.
Muletillas:
Las muletillas son los sonidos o palabras que surgen, en una presentación oral,
cuando estamos pensando; expresan duda. Entre las más frecuentes encontramos:
eh, este, digamos, o sea, así que, y, nada, no, no sé, bueno, entre otras. Estas
palabras son muletillas cuando se utilizan a repetición y su uso no tiene que ver con el
sentido de la oración; se utilizan sin ningún significado.
Estas reiteraciones provocan en el receptor una interferencia no deseada y el uso
excesivo de las mismas un rechazo al discurso, es por ello que deben ser eliminadas
del vocabulario del orador.
Además existe otra forma de vocalización incorrecta que es estirar la última letra
de una palabra, por ejemplo: queeeeeee; esto también causa una interferencia y
expresa duda.
“Estas reiteraciones provocan en el receptor una interferencia no deseada y el uso
excesivo de las mismas un rechazo al discurso”.
Un ejercicio conveniente para eliminar las muletillas es grabarse de 3 a 5 minutos.-
El estilo:
Los recursos expresivos (no verbales o extralingüísticos) son aquellos que imprimen
vida y colorido emocional a lo que se dice.
No basta con tener buenas ideas y haber preparado bien el tema. Si el orador no
utiliza recursos expresivos llega un momento de la conferencia en el que el público se
"desconecta" o "se descuelga". Si esto ocurre, casi todo lo que se dice no sirve para
nada, a no ser para hacer "sufrir" a un grupo de personas, destinadas a "aguantar" a
un conferenciante.
Ander Egg, en su libro „Cómo aprender a hablar en público‟ distingue, dentro de los
recursos expresivos, al estilo.
Acerca del estilo, o mejor, de las cualidades del estilo oral, el autor dice que hay que
recordar una verdad inicial, a menudo olvidada: existe un lenguaje hablado, diferente
del lenguaje escrito. No se habla como se escribe; la palabra hablada está, por
naturaleza, sujeta a condiciones distintas de la palabra escrita. Lo que es bueno
para una, puede ser pésimo para la otra.
Mientras el lenguaje escrito se dirige a los ojos, el lenguaje hablado lo hace a los
oídos.
Ander Egg cita a Folliet, quien nos lo advierte:
"El género literario de la elocuencia posee sus leyes propias, como
la poesía lírica o el teatro cómico. No cometamos el error de confundir los
géneros."
La lengua hablada tiene sus propias leyes, que no son las mismas de la lengua
escrita. El lenguaje oral permite y, más aún, necesita repeticiones, suspensos,
interrogaciones, exclamaciones y toda una serie de procedimientos que son
bastante desaconsejables en la composición escrita.
El autor afirma que si hablamos del estilo, hemos de recordar que éste no es algo
accesorio; en el fondo, es expresión de uno mismo. Sería enfermizo o ridículo estar
totalmente pendiente de las triquiñuelas de la oratoria para lograr un estilo.
Ander Egg cita a Georgin que afirma:
"…el estilo, en definitiva, es la mejor manera personal de expresarse"
El lenguaje ha de ser preciso, concreto, de tono natural, con calor y vida.
Ander Egg se apoya en Folliet, para hacer algunas consideraciones acerca del estilo
que más conviene a los discursos o conferencias.
Frases cortas
Vocabulario sencillo
Sentido de lo práctico
Reflexión personal
La pronunciación:
El aparato de fonación es el conjunto de órganos del cuerpo humano que funcionan
para producir la voz. Los órganos que intervienen en esa función son los pulmones, el
diafragma, los bronquios, la tráquea, la laringe, la boca, el paladar, la lengua, los
dientes, los labios
SUSTITUCIÓN DE LETRAS
Es común sustituir las consonantes "D, P, C, S" bien al final o a la mitad de la palabra.
Incorrecto: Calidac Correcto: Calidad
LAMBACISMO
Cambio de la letra "R" por la "L".-
Correcto: Amor Incorrecto: Amol
ROTACISMO:
Conversión de la letra "L" en "R"
Correcto: Algunos Incorrecto: Argunos
LAISMOS
Uso exagerado de "LA" y "LAS" en el dativo como en el acusativo del pronombre.
ULTRACORRECCIÓN
Hay que evitar el refinamiento exagerado del lenguaje y evitar formas falsamente
correctas las que pueden ocurrir inconscientemente cuando se quiere ser muy fino.
Correcto: Vacío Incorrecto: Vacido
PALABRAS EXTRANJERAS O PRÉSTAMOS LINGÜÍSTICOS
Lo más recomendable es tacharlas y escribir su traducción fonética, debajo o encima
del texto, Full (lleno), Ok (Está bien), Software (Programa).
ATROPELLO ARTICULATIVO DE LAS LETRAS
Debemos tener cuidado con las frases donde se presenten casos de:
Cacofonia: lala les da las lilas a la niña.
Aliteración: erre con erre cigarro, erre con erre
Paranomasia: en el lago estuvo el lego lugo.
Recomendación para corregir el defecto: Prestar atención en lo que se lee o se dice.
Norma general
Vicios comunes
La voz es el sonido producido en la laringe, base del habla y el canto, se considera
que hay una buena voz, cuando el tono, timbre o intensidad son adecuados, para
permitir la comunicación y son apropiados a la edad y sexo del individuo.
Muchas son las causas que puedan producir un problema de voz, una persona puede
ponerse ronca temporalmente si tiene un proceso gripal fuerte o sufre laringitis,
también si grita, un grito fuerte y sostenido puede producir la pérdida temporal de la
voz.
¿Qué es la fonética? ¿Qué es la fonología?
La fonología intenta dar sentido a los datos fonéticos, tratando de descubrir lo que el
hablante de la lengua sabe acerca de ellos (probablemente sólo en forma subconsciente).
La fonología, en consecuencia, considera el inventario de sonidos que la lengua tiene.
Por ejemplo, el castellano tiene sonidos que no se presentan en francés y viceversa.
Determinar la función de los sonidos en una lengua es una de las tareas del fonólogo
que tiene importancia especial para los que ayudan en el desarrollo de sistemas de
escritura para lenguas que todavía no lo tienen.
El inventario limitado de sonidos que una lengua utiliza para formar palabras se
llama comúnmente fonema. Los fonemas, a su vez, se clasifican en consonantes y
vocales.
Algunas lenguas además tienen tonos como fonemas. Los fonemas de una lengua se
ilustran comúnmente con pares mínimos, esto es, pares de palabras que se distinguen
por un cambio mínimo. Por ejemplo, las palabras supe y sube son un par mínimo, tal
como lo son las palabras peso y beso para los mismos sonidos. Las palabras cana y
caña son un par mínimo que ilustra otro par de sonidos contrastivos del castellano.
El análisis fonológico se basa en el principio de que ciertos sonidos causan cambios
en el significado de una palabra o una frase, mientras otros sonidos no lo hacen
Esta evidencia es importante para la fonología porque los sonidos de una lengua
pueden variar cuando se encuentran en ciertas posiciones. Por ejemplo, la letra n de
una palabra como un se pronuncia diferente cuando se presenta antes de una vocal
(como en un oso), o antes de una consonante (como en un dedo, un caso, etc.).
Para qué nos sirve conocerla
El conocimiento de la fonética y especialmente la Fonología, nos proporciona una
visión de la importancia que revisten las normas de pronunciación, en concordancia
con las reglas establecidas, como herramienta para el logro de una comunicación
efectiva. Saber cuáles son los defectos que se producen en la pronunciación y las
formas de corregirlos, nos permite una mejor utilización del lenguaje y la preservación
del mismo, aunque éste sea un proceso y como tal, en cambio continuo, pero dentro
de las normas establecidas.
SONIDOS VOCÁLICOS Y SONIDOS CONSONÁNTICOS
La distinción entre vocales y consonantes se basa en criterios fonéticos (articulatorios
y acústicos) y en criterios funcionales.
Criterios fonéticos
Al emitir los sonidos vocálicos el aire no encuentra obstáculos en su salida. En
los sonidos consonánticos existe cierre o estrechamiento de los órganos articulatorios.
En los sonidos vocálicos la lengua no llega a tocar ningún punto de la boca, la
mandíbula inferior desciende y la cavidad bucal presenta una mayor abertura. Los
sonidos consonánticos son más cerrados que los vocálicos.
Mientras todas las vocales son sonoras, existen consonantes sonoras y consonantes
sordas. Comparando las consonantes sonoras y las vocales, se ha observado que en las
vocales hay una mayor tensión y mayor frecuencia vibratoria de las cuerdas vocales que
en las consonantes. Esto provoca que las vocales sean más perceptibles.
El aire de la fonación sale por la cavidad bucal (sonidos orales) o por la cavidad nasal
(sonidos nasales). En las vocales nasalizadas el aire sale por la cavidad nasal y la
bucal (sonidos oronasales).
Criterios funcionales
Las vocales pueden formar sílabas, las consonantes no. Puede haber sílabas
con sólo vocales, pero no existen sílabas sólo con consonantes: ai-re, o-jo, buey.
Las vocales pueden formar palabras, las consonantes no: e, o, u, y, ¡ay!, ha,
he, ¡eh!, ¡oh!, hoy... (Tengamos presente que la grafía h no representa ningún
sonido).
El núcleo silábico es siempre una vocal.
El acento, tanto el prosódico como el ortográfico, recae siempre sobre vocales.
Nunca sobre consonantes.
Criterios para clasificar los sonidos
Aunque existen diversos factores que podrían incluirse en la clasificación de los
sonidos, tendremos en cuenta ante todo los siguientes criterios:
Modo de articulación. Es la posición que adoptan los órganos articulatorios, es
decir, si existe una mayor o menor abertura de éstos a la salida del aire.
Lugar o punto de articulación. Es el lugar de la cavidad bucal en el que actúan los
órganos articulatorios para producir el sonido.
Acción de las cuerdas vocales. Si las cuerdas vocales oscilan, vibran, se producen
sonidos sonoros. Si no vibran, se desarrollan los sonidos sordos.
Intervención de la cavidad nasal. Si el conducto nasal está cerrado, porque el velo del
paladar se haya retraído, el aire sale por la cavidad bucal. Se producen los sonidos
orales. Si, por el contrario, el conducto nasal está abierto, se producen los sonidos
nasales.
Los fonemas vocálicos
En castellano existen cinco fonemas vocálicos: /a/, /e/. /i/, /o/, /u/.
¿Qué es el hiato?
Hiato es el encuentro de dos vocales que no forman diptongo.
La sinalefa
Se llama sinalefa a la unión que se produce entre la vocal final de una palabra y la
vocal inicial de la siguiente
Lo vi_en la frontera.
¿Cuándo se forma la sinalefa?
Como norma general hay sinalefa siempre que se unan vocales no acentuadas
(átonas).
¿Qué sucede en el caso de que se unan tres vocales?
Asia a un lado, al otro Europa.
Se producirán sinalefas cuando las vocales que queden en medio de la unión no sean
vocales cerradas (i, u) A-sia_a_un- la-do_al-o-tro Eu-ro-pa
¿Qué ocurre cuando entre las dos palabras existe una conjunción y/o?
En esta circunstancia la sinalefa se formará siempre entre la conjunción y la palabra
siguiente.
Es-cu-cha_el-dul-ce-y_ar-mo-nio-so-can-to
Por último, señalemos que los signos de puntuación (coma, punto y coma, punto, etc.)
no suponen ningún obstáculo para que se produzca sinalefa.
Se conoce como hiato, desde el punto de vista métrico, al fenómeno contrario a la
sinalefa y se produce cuando una de las vocales a unir sea tónica.´
Vir-gen-Ma-ría/al-ba-de-paz.
Licencias poéticas
Diéresis es la separación métrica de dos vocales que forman diptongo:
el-rü-i-do.
Por el contrario, se denomina sinéresis cuando dos vocales abiertas, que nunca
forman diptongo, se pronuncian como una sola sílaba:
a-mi-go-leal
Menos frecuentes que las licencias anteriores son dos variantes que influyen en el
número de sílabas: la supresión o la adición de una sílaba.
aqueste (prótesis), felice (paragoge), siquier (apócope)...
Mirada
Cuando se habla en público la mirada juega un papel fundamental para la conexión
entre el orador y la audiencia. El público necesita que lo miren para saber que el
discurso es para ellos y sentirse participes de la situación de comunicación. “Una
mirada franca y directa es la señal más clara para expresar que se ha entablado un
contacto con el interlocutor y que complace el encuentro”
Es importante que la mirada vaya hacia toda la audiencia, mirando de a ratos a uno y
otro sector, según la disposición del lugar. “Hemos aconsejado una mirada
abarcativa, panorámica al comenzar la conferencia, luego, con el correr del
tiempo, puede mirar a uno del público para conseguir su aprobación gestual y
reafirmar su seguridad y tranquilidad”
Eje o postura
¿Qué significa estar en el eje?
Significa que el cuerpo está centrado, derecho; que el peso del cuerpo no se fue hacia un
costado u otro y que no este apoyado en una pierna el cuerpo en el eje da una
sensación de seguridad, manejo del cuerpo y autoridad. “Los oradores
inexpertos se balancean, apoyándose alternativamente en un pie y luego en el otro, en
forma interminable y constante. También suelen oscilar de atrás hacia delante,
poniéndose en puntas de pie”
Posición en el escenario y desplazamiento
Es preferible estar inmóvil que empezar a desplazarse sin sentido por todo el
escenario. “Hay que desplazarse en el estrado, pero no hacerlo continuamente
como un oso enjaulado de un extremo a otro, esto distrae al público y hasta puede
llegar a exasperarlo”
Una regla básica es la que indica que el orador nunca debe dar la espalda cuando
habla, si necesita desplazarse o tiene alguna ayuda visual como presentación en
Power Point o video debe ponerse de costado y en el caso de utilizar un pizarrón al
momento de escribir no debe hablar, ya que su voz se irá hacia la pared. “…que todo
el auditorio lo observe y usted pueda observar a todos, no les dé la espalda…”
Muletillas corporales
Son movimiento de manos, de zapatos, de ojos, el tocarse la cara, el pelo o el anillo,
que no aportan nada al discurso, son a repetición y distraen la atención del público.
“Cuidarse de los tics nerviosos musculares, que nos hacen prisioneros de hábitos
no siempre muy presentables. Dentro de estos tics están el comerse las uñas,
rascarse la cabeza, tocarse la cara, la oreja, la nariz, acomodarse la corbata”
Ensayo
En toda actuación frente a un público es necesaria una preparación adecuada, ya que
no se puede dejar nada librado al azar. La regla fundamental es ensayar, ensayar y
ensayar Ensayar a conciencia permite llegar a dominar la actuación que se va a
realizar, lo que contribuye a aumentar la autoconfianza y a reducir la tensión típica de
los días previos a la presentación.
Miedo a la oratoria
La lección más importante que puede aprender el hombre en la vida no es que en
el mundo existe el miedo, sino que depende de nosotros sacar provecho de él y que
nos es permitido transformarlo en valor.
¿Qué es el miedo?
Comenzaremos a definir que es el miedo. El psicólogo, Giorgio Nardone afirma en su
libro "Más allá del miedo" que son construcciones mentales creadas por el propio
sujeto, llegando al punto tal de asustarnos, es decir, como podemos fantasear de la
misma manera podemos temer. Sin embargo, precisamente porque es una construcción
nuestra, es que podemos también desconstruir ese miedo.
Prosigue, el miedo es una percepción que desencadena una emoción que, a su vez,
genera una reacción psicofisiológica, mientras que la ansiedad es ese efecto
psicofisiológico de esta percepción.
El miedo, si lo tomamos como una emoción psicobiológica, es normal y fundamental
para la adaptación de los animales y de los seres humanos en su ambiente. Sin una
dosis de miedo no se sobrevive, puesto que es una reacción que nos alerta frente a
los peligros reales y nos permite afrontar tales situaciones después de haberlas
reconocido como peligrosas. Podemos considerar el siguiente ejemplo, si ciertos
animales herbívoros no huyeran apenas reconocen el peligro de ser atacados por
depredadores, éstos se los devorarían, extinguiendo así la especie. Es de esta forma
que los animales herbívoros logran sobrevivir.
Pero el miedo, cuando supera cierto umbral, cuando nos bloquea y el sujeto se vuelve
incapaz de reaccionar de manera idónea de acuerdo con los acontecimientos, ahí
estaríamos hablando de miedo patológico. El miedo normal incrementa nuestras
capacidades para manejar la realidad, el miedo patológico limita e incluso anula la
capacidad, nos impide desarrollar nuestros deseos.
Miedo a hablar en público
El público no es nuestro enemigo, sino que al contrario, son personas que consideran
que el orador puede aportarles algo, que no van a perder el tiempo escuchándolo.
El miedo a hablar en público aparece ante situaciones diversas tales como: dar
una charla, hacer preguntas en una conferencia, expresar una opinión en una
discusión de grupo, rendir un examen, entre otros. Tener miedo ante una intervención
pública es normal y no por ello se considerará a la persona como débil e insegura.
Ahora bien, es importante analizar el miedo que a uno lo amenaza y tratar de descubrir
las causas que lo originan. Después de detenernos a pensar sobre esto, podremos
observar que gran parte de ese miedo es irracional, es decir, que no obedece a
motivos lógicos.
En nosotros se ponen en juego procesos cognitivos ante situaciones como las
anteriormente mencionadas, en otras palabras, se generan pensamientos o imágenes
con las siguientes características:
Anticipación de conductas desfavorables (pensarán que digo tonterías)
Evaluación negativa de la situación (hablar en público es realmente horrible)
Evaluación negativa de uno mismo (nunca seré capaz de conseguirlo)
Evaluación negativa de la propia actuación (lo estoy haciendo mal)
Puede resulta importante preguntarse previamente ante los pensamientos negativos o
desadaptativos:
¿Qué evidencia hay a favor y cuál en contra de que eso sea así?
Pensar así ¿Ayuda a mi objetivo?
Y si fuera cierto ¿Qué es lo peor que me podría pasar?
Mientras que hay otro tipo de miedo que si es racional, hay una posibilidad de que
determinadas situaciones se presenten como quedarse en blanco, no saber contestar
una pregunta o que no funcione el proyector.
Soluciones fallidas
Al tener que enfrentarnos a hablar en público nos proponemos distintas soluciones, a
veces estas no funcionan o bien funcionan al principio, pero se convierten
gradualmente en intentos fallidos y reiterados de manejar la realidad. En vez de
aportarnos soluciones nos agravan el problema, son llevadas a cabo y reiteradas
porque en el momento crítico funcionaban como reductores del miedo, pero
posteriormente sólo consiguen incrementarlo
Miedo evitado, miedo incrementado
Varias investigaciones empíricas han demostrado que la mayoría de las personas que
intentan controlar las reacciones de miedo, consiguen aumentarlo-
A tener en cuenta (previa relajación y profunda respiración):
1. Se debe desplazar la atención del sujeto, del control de sí mismo a cualquier otra
cosa, por ejemplo, se puede comenzar el discurso diciendo, "como todos ya saben estas
situaciones nos hacen poner un poco nervioso, pero de más esta decir que mi intención
es compartir con ustedes este lindo momento", al colocar en palabras lo que esta
pasando posibilita al público empatizar con el orador. Como se mencionó anteriormente
el miedo es una emoción normal, por lo tanto común a todos, el miedo ha sido
exteriorizado está fuera de nosotros, lo hemos debilitado al enfrentarlo y reconocerlo
como tal.
2. Buena preparación del tema, de manera comprensiva, investigación minuciosa.
Realizar un esbozo.
3. Se debe mirar al público antes de hablar
4. Conservar la naturalidad
5. Planificar las primeras frases de la presentación, para que esto genere confianza y
seguridad.
6. Acción. La única forma de vencer el miedo de hacer algo, es haciéndolo. El miedo de
decir te amo o ya no te amo se va después de decirlo, el miedo de hablar en público se
va después de hablar, el miedo a estar solo se va después de estar solo, el miedo a una
persona se vence después de enfrentarla.
7. El miedo entonces es su aliado, su gran amigo, es el indicador del camino al
crecimiento, cuando sienta miedo por algo, ataque el miedo con la acción y así se
convertirá en una persona de poder (me refiero a la connotación positiva que es poder
sobre uno mismo). Lo contrario a esto es el estancamiento, recuerde que las cosas que
se estancan se pudren. No sentir miedo es señal de que no estamos creciendo.
La fórmula es
…así funciona
El orador:
El factor más importante de una conferencia
Antes de hablar debe hacerse una cuidadosa inspección y resolver cuál es el mejor
lugar desde donde hacerlo. La luz debe darnos sobre la cara. El público quiere ver
bien al orador y si es posible de cuerpo entero. Las minúsculas alteraciones de nuestro
rostro, son una parte muy importante del proceso de la expresión. Sin lugar a dudas la
parte visible de un mensaje es, por lo menos, tan importante como la audible. La
comunicación no verbal es más que un simple sistema de señales emocionales y no
puede separarse de la comunicación verbal. Ambas están estrechamente vinculadas
entre sí. La vista y el oído están integrados en el mensaje que quiere transmitirse. Y
quien lo recibe, conciente o inconcientemente, integra las sensaciones y las interpreta
mediante lo que se ha dado en Ilamar un "sexto sentido".
El orador tiene que ser el centro de atención. Es muy frecuente ver que el temor al
auditorio nos lleve en principio a pretender escondemos detrás de una mesa, un atril,
una lámpara. ¿Se dan cuenta ahora de todo lo que está perdiéndose? No menos que
la mitad de nula posibilidad de trasmitir nuestro mensaje. Albert Mehrabian, un
estudioso de la comunicación no verbal, llega a la siguiente conclusión: "El impacto
total de un mensaje es verbal en un 7%, 38% vocal (tono, matices, y otros sonidos) y
55% es no verbal. No sólo debemos estar a la luz, de pie y sin nada que nos oculte,
sino que en lo posible la atención del público no debe compartirla nada ni nadie.
Tratemos de estar solos frente al auditorio. La suerte ya está echada. Porque quise,
porque me lo propuse, acepté el desafío. Ahora no me oculto. Francamente me juego.
El público así lo entiende. Y comienza por algo que es un punto a favor muy
importante: nos respeta.
Nunca se excuse
Ese respeto que comenzamos ganando, se pierde ante la primera palabra de excusa
por parte del orador. Prohibido excusarse. Quizás debería decir mejor, prohibido tener
motivos para excusarse. Si yo, como Ud., que estamos tan ocupados, hemos
arreglado nuestros compromisos, hemos pospuesto quizá interesantes programas
para venir a escuchar esta conferencia, no estamos dispuestos a disculpar a un orador
que presenta sus excusas por lo que fuere. Si aceptó su compromiso, no tiene perdón
que no haya sabido asumirlo.
Uno de los médicos de mi Servicio se excusó una vez frente al calificado público de un
curso de post-grado diciendo:
"... lo siento mucho, el libro más importante sobre este tema me Ilegó tarde. No tuve
tiempo de preparar diapositivas, ni de armar una conferencia más prolija...". Esto es lisa
y llanamente una falta de respeto por el público y su tiempo. El orador ya perdió. Quiero
irme. Ya no me interesa lo que nos diga.
Muy distinto es si algo le pasa en el curso de una conferencia bien planeada,
concientemente preparada. Si se equivoca o se olvida, no intente disimularlo u
ocultarlo. Allí sí puede excusarse sin temor. Puede consultar sus notas sin pudor. El
público es humano e inteligente. Seguro lo comprende, se identifica con Ud. y lo apoya
con cariño.
Cuidado con la gracia
Aquí no voy a decir nada que Ud. no sepa. Es más, porque de ese tema nadie sabe
nada de lo que Ud. sabe, si es capaz de hacer reír, si sus anécdotas resultan
divertidas, si sus chistes son graciosos, puede relajarse.
Ser gracioso es un don. Se tiene o no se tiene. Y en consecuencia se usa o no se
usa. No es un ingrediente tan necesario en una conferencia o un discurso. Es sólo un
instrumento para aquellos que saben emplearlo.
Al frente de una tribuna cuando más importa mantener el buen gusto y evitar alusiones
políticas o religiosas. Si una historia está en el límite, debe rechazarse.
Técnica de improvisación
La improvisación en sí tiene características que le son propias y su estilo reconoce
prolongados esfuerzos de formación, práctica y tenacidad. A la palabra espontánea,
deshilvanada, sin una idea central, la llaman improvisación sólo quienes no saben
nada de oratoria. No basta ponerse de pie y llenar los minutos con frases sin sentido o
con deshilvanados lugares comunes: "aunque esto me toma por sorpresa..."; "No
estoy preparado..."; "No pensé que sería yo el encargado de hablar...". Esto último
tampoco es demasiado cierto. En la mayoría de los casos, la persona señalada tiene
sobrados motivos pare sospechar que va a ser la indicada para hablar y en este caso
debió haber pensado lo que va a decir.
El orador es tomado desprevenido. Y en este caso, ¿que hacer?, ¿cómo me organizo?,
¿de qué manera afronto el compromiso?
Siéntase Ud. mismo señalado. Alguien con la mejor intención de distinguirlo, lo Ilama
por su nombre. Se le pide que hable en la ocasión. Una rápida descarga de adrenalina
lo pone alerta. Debe afrontar la emergencia. Trate de mantenerse sereno. No se
apure. Nunca se excuse. Use el silencio inicial buscando la idea madre sobre la que
quiere fundamentar sus palabras. La idea puede ser amistad, amor, felicidad,
evocación, libertad o cualquier otra en general abstracta y significativa para la
ocasión.
Ya está, esa es la idea central. A su alrededor tres o más ideas distribuidas en la
introducción o en la conclusión, harán del discurso improvisado una estructura
coherente, en la cual se dijo algo que uno siente. Y ya lo hemos dicho, si uno siente
que tiene algo que decir, seguro que es elocuente.
Elija como idea central, eso que usted siente
Ahora es fácil. Faltan los ingredientes que le darán forma a su idea. Esos largos
minutos nos serán pocos si procedemos con calma.
Comenzaremos nuestra improvisación de modo humilde, recordando todas nuestras
premisas estudiadas. De pie, bien a la vista del público, usando el silencio inicial
para serenarnos y organizarnos. Con la idea central en nuestra mente, sigamos un
consejo de Dale Carnegie: “Hable de una experiencia de su vida”
De ese modo se verá libre de pensar su próxima frase, ya que las experiencias se
relatan con facilidad. Superará de este modo también el natural nerviosismo inicial y
atraerá la atención del auditorio, siempre receptivo frente a un relato vívido y real.
La comunicación, de esta forma, estará establecida. Su público lo escucha con
atención, y ese será su mejor estímulo pare dar a sus palabras ánimo y vigor.
Después del relato vivido o en vez de él si no viene al caso o no encuentra en su
rápida revista algo que pueda vincularse con la idea central, lo mejor que puede
hacerse es tratar de relacionar sus palabras lo más estrechamente posible con la
gente que asiste a la reunión. Es natural que el auditorio se interese por sí mismo y
por el motivo que los reúne. Sobre esta base proponemos tres fuentes de inspiración,
tres ideas accesorias que acompañarán a nuestra idea central, dándole sentido y unidad a
nuestras palabras. Hable de su auditorio, sobre lo que son, sobre lo que hacen. Si cabe,
personalice y señale algunos de los que lo componen, ejemplificando sus palabras.
También puede referirse a la ocasión por la que están reunidos. Si es una despedida, un
aniversario, un homenaje, jerarquice el acontecimiento. Sume su emoción al motivo que
los une, haciéndolo importante y común con su auditorio. Si hubo un orador anterior,
refiérase a sus palabras. Demuestre el agrado de haberlo escuchado con atención,
recalcando los conceptos principales de su idea central.
Movimiento
No me canso de repetirlo en nuestros cursos y seguro volveré sobre el tema: piense
antes de actuar. Lo primero que debe hacer el orador al llegar al salón donde le toca
intervenir, debe ser planear su movimiento. Aún en la participación aparentemente
más simple de una mesa redonda, a quien le toca exponer debe haber previsto cada
detalle. Observe dónde esta el pizarrón, si dispone de todos los elementos para su uso,
fíjese adonde se proyectarán sus diapositivas y si hay puntero para apoyar sus palabras,
ubique el micrófono móvil para hablar sentado y el rígido por si es necesario pararse
durante su disertación. Verifique dónde se encuentra Ia llave de luz, por si debe apagarla
para iluminar una diapositiva. Tenga una idea muy cIara de cual será el mejor lugar del
estrado para dirigirse al público y recorra con la vista sus posibilidades de
desplazamiento. Pida con anticipación lo que pudiera ser necesario durante el curso de
su exposición. No improvise situaciones que puedan resultar incómodas para el
organizador. En unos instantes no se consigue un proyector, un pliego de papel blanco o
un marcador de color. Ni siquiera es fácil conseguir un pizarrón si no ha sido previsto.
Para el orador con experiencia, bastan unos pocos minutos para organizar su
movimiento en el estrado. Pero esos minutos no pueden faltarle. Solo, a un costado
del lugar que se ha asignado para hablar debe pensar: Me pararé ahí donde la luz le
da a mi cuerpo y desde donde todos puedan verme. Podré desplazarme hacia aquí y
hacia allá. Para escribir en el pizarrón me bastará este simple movimiento. Para
mostrar mis diapositivas sólo debo girar de esta forma. Hay tiza, borrador, puntero.
Quizá corriendo la mesa y retirando la silla, dispongo de mayor comodidad de
desplazamiento. Ya está. Unas pocas indicaciones al organizador y no necesito más
nada. Todo está bajo control. Esperemos confiados que nos llamen al estrado.
Planee con antelación cuál va a ser su movimiento
El cuerpo, con sus movimientos, interviene de una manera decisiva en la comunicación
oral, de tal manera que no es fácil concebir una conferencia en la que no pueda verse al
orador y debamos limitarnos sólo a escuchar su palabra. Con rapidez decae nuestro
interés en el tema y con segundad buscaremos el momento oportuno pare huir del lugar
adonde no podemos ver ni puedan vernos.
Pero normalmente los oyentes ven al orador a la vez que lo están escuchando y el
movimiento de éste en el estrado es de suma importancia en el mensaje. El auditorio
aprecia el significado de la expresión facial del orador, del modo que se sitúa y se
desplaza, del gesto de la cabeza, los brazos y las manos.
Desde el natural y frecuente gesto de ajustarse la corbata y abrocharse el saco al
acercarse al estrado, hay toda una gama de vicios, muy estudiados por los expertos
en psicología oratoria, que no son más que gestos parásitos estereotipados que
vuelven a repetirse a lo largo de una conferencia: mesarse la barba o el bigote,
rascarse la cabeza, abrocharse y desabrocharse el saco, estirar el pulóver (sobre todo
en las mujeres), etc. Todo ello desluce y empobrece la conferencia mejor planeada.
No se refugie en su ropa o en su cuerpo
No hay regla universal que nos diga cómo se debe permanecer mientras se pronuncia
un discurso, pero sí pueden señalarse algunas prácticas viciosas que deben
desterrarse.
Conviene estar de pie, a la vista del público, de cuerpo entero. Personalmente me
ocupo de que en mis conferencias no exista nada en la tribuna que pueda ocultarme:
mesa, atril, silIas. Si la mesa no puede ser retirada, es conveniente desplazarla hacia
el costado del estrado, para no tentarse de utilizarla como apoyo, y mucho menos como
escondite frente al público.
Cuando hable, apóyese simultáneamente en ambos pies, sin balancearse de
derecha a izquierda y sin subir y bajar la estatura poniéndose rítmicamente en
puntas de pie. Permanezca quieto en la tribuna, lo que no quiere decir estático o
inmóvil. Ud. solo puede desplazarse cuando su exposición así lo requiera, para
Ilegar al pizarrón, para tomar el puntero o simplemente para cambiar el momento
por el que atraviesa su charla: Introducción, cuerpo o conclusiones.
Manejo de situaciones
Todo orador ha tenido que enfrentarse con situaciones inesperadas y anormales en
algunas oportunidades. Es necesario saber afrontarlas con altura y estar preparado
para que cuando ocurran no desluzca o destruyan el esfuerzo que representó la
preparación de una conferencia.
Frente al imprevisto:
Serenidad, comprensión, replanteo
Seguro así nadie va a desesperar y todos agradecerán su paciencia. Sobre todo
cuando, como en estos casos, nadie tiene la culpa. Reorganicemos la charla y puede
llegar a sorprendemos la aprobación con que el público agradece nuestro esfuerzo.
Otras veces es alguien del público, inocente responsable de una inoportuna
interrupción: un radiomensaje que suena con fuerza, una persona que busca a alguno
de los presentes en el auditorio, una crisis de estornudos o de tos, un niño que llora o
corre por el pasillo, un fotógrafo imprudente, etc.
En estos casos la premisa es:
Nunca compita con ruidos ni interrupciones
Es natural que si sus nervios lo traicionan y muestra su impaciencia, el público vuelque
su simpatía hacia aquel que involuntariamente lo interrumpió. No haber sabido
manejar la situación, puede llevar al fracaso su conferencia. En la mayoría de los
casos un orador experimentado simplemente hará una pausa hasta que termine la
interrupción. Nunca continuará su charla cuando haya perdido la atención del
público.
En otras circunstancias, muy frecuentes en la actividad pública y aún en la docente,
uno debe encontrarse con individuos que piensan distinto o enfocan de otra manera el
problema que el orador plantea . Hemos vivido o presenciado muchas veces esta
situación. Y hemos visto también distintas formas de reaccionar. Todos sabemos que
la discusión violenta no conduce a nada y sólo crea resentimientos. También genera
violencia la aplastante superioridad de uno de los que se enfrentan en sus opiniones
sobre el otro.
En general, por un fenómeno típico de la conducta humana, el auditorio se sitúa de
parte del que pertenece a su grupo. Este último se transforma en una suerte de
"delegado" que por tal carácter debe ser atendido. Según sea el comportamiento del
orador, así será la reacción del público. Se pondrá de su parte o quedará predispuesto
para la controversia. En este caso cada nueva interrupción resultará más agresiva y
hará más difícil al desarrollo de la reunión Cuando la interrupción se produce, debe ser
atendida con aplomo, con expresión atenta. La respuesta debe ser franca, pero
considerada con el interlocutor. Cabe analizar con cuidado la postura de quien disiente,
buscando algo positivo en su aporte o comentario. Y después expresarse con sinceridad,
manifestando los puntos de acuerdo y desacuerdo, pero siempre con respeto y
consideración por el pensamiento ajeno.
Quizá ayude a manejar la situación una frase tan simple como:
Use: - “Sí, pero...”
- “Estoy de acuerdo parcialmente...”
Invariablemente el público sabe leer esta actitud y responde sin preconceptos
apoyando a uno o a otro de acuerdo a sus conocimientos o sentimientos.
Y todos, usted, su interlocutor ocasional y el público, podrán capitalizar una situación
potencialmente comprometida.
Lenguaje corporal
Primer impacto
Carlos G. Llabres, en el texto de Di Bartolo „Para aprender a hablar en público‟, afirma
que nuestra imagen impacta a nivel no conciente generando en pocos segundos:
aceptación o rechazo, credibilidad o desconfianza, buena o mala predisposición, aún
antes de una valorización de lo expresado oralmente.
La apariencia de seguridad y profesionalismo, por lo tanto, es anterior a la exposición.
La calificación de lo expresado oralmente confirma, refuerza (o descalifica también)
esa impresión inconsciente, primaria, del primer impacto corporal. La información llega
instantáneamente a lo más profundo y antiguo del cerebro, al palioencéfalo.
Acumulación de experiencias de la especie humana desde su inicio como tal. Ahí se
contactan con lo primitivo del hombre, anterior a la palabra, lo gestual, corporal.
Birdwhistie midió este tiempo del primer impacto, es de 15 a 45 Segundos ¡Ahí se
juega gran parte del acto oratorio! Y justo en esos primeros segundos el orador
padece del tan temido miedo oratorio.
Los inexpertos, no entrenados, desearían escapar de esa situación. Se ocultan tras un
pupitre, floreros, jarras de agua, micrófonos, arreglan apuntes, o la ropa, la corbata, el
pelo, recurren a todo lo que les alargue el tiempo de presentarse a esos cientos de ojos
que desde el auditorio lo miran "despiadadamente" y para mejorar la tensión que
padecen no encuentran otra palabra para comenzar que... bueno ... este...
Al respecto Labres indica qué tenemos que hacer, qué vestimenta utilizar y cómo leer
el auditorio. A continuación se presentan cada uno de estos aspectos.
Qué tenemos que hacer
Primero pararnos frente al público; siempre que pueda comience su presentación de
pie, que vean toda su figura.
No se oculte.
Sus hombros deben estar alineados con sus pies, no rotado o torcido.
Los pies separados al ancho de los hombros. Seguro. Sin balanceos adelante y
atrás, sin oscilar apoyándose primero en un pie y luego en otro.
Relajado, tranquilo. Quédese quieto para que lo vean.
Es importante estar bien alineado. El torso, cuello y cabeza deben estar con igual
orientación que la pelvis, piernas y pies en la presentación.
Es muy común descuidar este detalle y comenzar a hablar torcido, con ambos
sectores dirigidos en posiciones opuestas. Durante la disertación, si lo necesita, gire
cabeza y hombros juntos (no la cabeza y cuello solos)
Donde mira el orador y donde lleva su torso es donde se enfoca la atención el
auditorio. La palabra en esos primeros 10 segundos no tiene ninguna importancia,
tómese ese tiempo para hacer lo que se denomina el Silencio Inicial que caracteriza a
todo buen orador. Logrará la atención del público y el silencio preparatorio para
escucharlo con atención.
En esos primeros instantes una expresión relajada y una mirada panorámica a toda la
audiencia junto con una leve sonrisa conquistarán a gran parte de la misma y, si usted
sabe "leer" al auditorio, le traerá la tan ansiada tranquilidad de saber que está bien
encaminado.
Cuando se decida a hablar, hágalo con decisión en su exposición. Con gestos
animados y vigorosos. Nada de Bueno... Esteee... La introducción es, según
Aristóteles, "más de la mitad del todo"; usted la debe tener muy estudiada, es una de
las pocas cosas que no conviene improvisar.
Vestimenta
Es de gran importancia su adecuación a la personalidad y características individuales
del orador. Pero también a la del auditorio donde se presentará. Estúdielo con
anterioridad.
Use ropa en perfectas condiciones, sin manchas, botones faltantes o a punto de
caerse, con planchado adecuado, sin bolsillos abultados con papeles.
Armonice tonos y colores, que sean poco llamativos, especialmente las mujeres
(máxime si son muy atractivas). El auditorio fija rápidamente su atención en la
minifalda, escote amplio o saco rojo más que en contenido del discurso. Los hombres
recuerden de no usar bufandas, pullóveres en una entrevista programada bajo techo,
tampoco son aconsejables musculosas o remeras con logos, salvo que sean
deportistas y tengan un contrato de uso.
Preste atención al calzado, en buen estado de uso, lustrado, cordones bien atados
Trate de no usar alhajas brillantes, muchos anillos, broches, prendedores, pulseras,
aros ni relojes rutilantes y llamativos. Pueden desviar la atención del auditorio, las
miradas que deben ser dirigidas al orador en su totalidad o a los apoyos visuales
(diapositivas, láminas, transparencias).
Leer al auditorio
Es obligación del orador mantener una fluida comunicación con su auditorio,
durante toda la disertación. El diálogo se establece de entrada a través de las
miradas y gestos, cuyo "tráfico" maneja el disertante, leyendo a su público.
Si es recibido con agrado e interés, notará que todas las miradas se dirigen a usted,
en lugar de pasearlas por el salón, el programa o las piernas de la vecina de asiento.
Si observa en su público movimientos sincrónicos con los suyos, de acompañamiento,
inclinación de cabezas a un lado o asentimiento, posturas iguales de todo el auditorio
que está sentado levemente hacia adelante Para recibirlo mejor y no perder nada de lo
que usted tiene para comunicar, siéntase satisfecho, su disertación se encuentra bien
orientada, circula por los carriles que usted propuso al prepararla, es globalmente
aceptado.
Aprenda a leer a su auditorio, la retroalimentación ayuda a una más adecuada
transmisión de conocimientos.
El rostro
Llabres también habla de la importancia del rostro en el orador, hace referencia a los
ojos, la sonrisa y la risa.
Por su estructura anatómica, diríamos "arquitectónica" hay rostros abiertos, francos,
que dejan ver sus emociones, manifestando su alegría, su placer por estar hablando
de ese tema tan particular frente a su público. Las mejillas se hinchan, las arrugas
parecen desaparecer, las comisuras de los labios se elevan, igual que las de los
párpados y las cejas. La sangre fluye provocando un color rosado en su piel. Intente
que su cara tenga estas características, en lugar de esos rostros cerrados, impenetrables,
impasibles con signos de seriedad o gravedad extrema durante el discurso que aburre y
cansa, aunque el contenido verbal pueda tener algo interesante.
Los ojos
Dentro de la cara ¿qué mira primero el público? Los ojos.
Los ojos del hombre hablan tanto como su lengua, con la ventaja que el lenguaje
ocular no necesita diccionario, es comprendido en todo el mundo, según Ralph Waldo
Emerson.
¡Cuántas leyendas, en toda cultura, o supersticiones como el "mal de ojo"
vinculadas con la mirada!
Nadie duda de la importancia de la mirada en la comunicación
Una mirada fija, ojo a ojo, sostenida, es vivida por quien la recibe como una amenaza
o desafío. Trae como respuesta una sensación de incomodidad, con reacción de
alarma o de ira.
Se puede medir por el aumento de la frecuencia cardíaca, aún en animales. Estos
tienen muy claro en su código, que el que baja la mirada es el perdedor de la
contienda o zona en disputa. También en la especie humana, Argyie observó que las
personas habitualmente se miran entre sí durante 30 a 60 por ciento del tiempo de
todo el discurso. Si lo hacen más tiempo es que están más interesados en la persona
que en lo que ella dice.
Hay dos extremos, los enamorados por un lado y dos personas muy agresivas,
hostiles, desafiantes al borde de la pelea. El primero que baja la mirada denota miedo
o se resigna a perder.
Las personas muy tímidas evitan mirar a los ojos o lo hacen en forma mínima, aunque
sean sinceros y deseen comunicarse. No prejuzgar otra actitud. Sólo timidez.
Hemos aconsejado una mirada abarcativa, panorámica al comenzar la conferencia,
luego, con el correr del tiempo, puede mirar a uno del público para conseguir su
aprobación gestual y reafirmar su seguridad y tranquilidad Si hay alguien del auditorio
particularmente molesto, puede mirarlo directamente y hacer un silencio significativo.
Junto con la mirada va también la orientación de sus hombros y torso. No girando la
cabeza. Los ojos de los humanos tienen características especiales propias. Mayor blanco
de ojo que cualquier otro animal lo que lo hace más expresivo.
Las miradas y los movimientos oculares transmiten rápidamente necesidad de afecto,
comprensión, dominio, superioridad y las más variadas actitudes y sentimientos de los
humanos. Grandes negociadores como Onassis, ocultaban su mirada bajo lentes
oscuros, no sólo por su miastenia, sino para no dar ningún indicio de sus sentimientos
durante sus tratativas. Si un orador debe usar lentes, trate que no sean oscuros. Si son
claros, trate que no reflejen la luz obstaculizando el normal "tráfico" de las miradas con
su público.
Clásicamente se ha descripto:
Una Mirada de Negocios abarcando la frente, cejas, ojos y nariz del interlocutor.
Una Mirada Social, en una especie de triángulo que toma las cejas, los ojos y llega
hasta la boca y el mentón. Estas dos son las recomendadas en Oratoria.
La Mirada Íntima, que desde la frente y los ojos desciende hasta el pubis, la
reservamos solamente para algunas personas y en determinadas circunstancias.
La sonrisa
Excelente aliado de todo orador, novel o con experiencia. Inapreciable arma que debe
ser utilizada como toda arma, con tino y habilidad. Es el equivalente al alfil en el
ajedrez.
Spitz, un estudioso de cómo se estructura la mente en la especie humana desde la
vida fetal hasta la madurez, considera a la sonrisa como el "primer organizador". Es
el primer gesto, innato, no imitativo de la comunicación entre el bebé y su madre.
Simboliza la alegría y la satisfacción. Se observa al cumplir el primer mes de vida y
nos acompaña hasta la senectud.
Hay 9 formas distintas de sonrisa. Las tres más comunes son;
Simple: Sin exposición de dientes (como la Mona Lisa). Se sonríe a sí misma.
NO participa de ninguna actividad.
Labio superior: Se exponen los incisivos superiores solamente. Sin mostrar las
encías. Coincide con una mirada a ojo. Como encontrándose con un viejo amigo.
Amplia: Se exponen ambos incisivos superiores e inferiores. Casi una risa.
Como si estuviera jugando con placer.
Piernas y pies
Todos tenemos una forma particular, propia, de caminar que nos hace fácilmente
reconocibles por nuestros amigos. Depende en parte de nuestra estructura corporal,
pero el ritmo, longitud del paso y posturas cambian con las emociones. La fatiga y la
edad también inciden en nuestra marcha. La posición de los brazos, manos, hombros
y cabeza que acompañan nuestra marcha, deben ser tenidos en cuenta. Una cabeza
gacha, hombros caídos, manos en los bolsillos o cruzadas en la espalda asidas una
con otra, pasos cortos y lentos, son claros indicadores de aislamiento y preocupación.
Si hablar en público nos cohíbe, caminar en público y ser atentamente observado nos
cohibiría igual.
En muchas ocasiones, tomar examen, negociar o discutir; una mesa con mantel o una
tarima oculta la parte inferior del cuerpo para impedir "leer" las posturas y movimientos
del otro que nos informan de sus verdaderos sentimientos (ansiedad, disconformidad).
Recordemos la postura inicial para encarar al auditorio. De frente al público, alineados,
pies separados al ancho de los hombros. Pero a medida que avanza el discurso usted
se mueve, no está "congelado", tiene algunos movimientos previstos: ir al pizarrón o
rotafolio, mostrar diapositivas, transparencias, o simplemente cambiar el sitio donde
comenzó la charla. Hágalo en forma armoniosa, suelto, distendido, sin apuro.
Cuidados especiales
Es necesario respetar dos grandes territorios del público: su tiempo y espacio.
Carlos Llabres habla también de los cuidados especiales que debe tener el orador con
tiempo y el espacio físico. Están íntima y profundamente defendidos aunque no
siempre le damos la jerarquía que tienen. No los conocemos. Para predisponer
favorablemente al auditorio y conservar esta buena actitud, recuérdelos, no los vulnere.
Territorio Tiempo
La hora de iniciación y la de cierre de una conferencia, presentación o curso debe ser
respetada estrictamente. Se puede tener una tolerancia "académica" de unos 10 ó 15
minutos en la primera reunión de un curso. En las siguientes la puntualidad debe ser la
norma. Se lo agradecerán.
Los empresarios, dirigentes y políticos saben que la larga espera o "amansadora",
habitual en las citas programadas por las autoridades, son una demostración de su
poder. Siempre predispone mal al que espera ser recibido, aunque no lo exprese
verbalmente.
Espacio físico
Estudiado por Edward Hall, profesor de Antropología de la North Westem University,
como Proxemia. Presenta tres grandes áreas:
Tribal:
Incluye desde 100 personas hasta una Nación. Se forma y reúne por conocimiento
mutuo, raza, costumbres. Los intereses comunes se encuentran hermanados y unidos
por una especie de fidelidad. Está representado por: partidos políticos, sindicatos,
asociaciones, clubes. Por ser área defendida aconsejamos no hacer "chistes"
religiosos, raciales, políticos o sobre distintos clubes. Se puede molestar seriamente a
los integrantes de alguna de estas agrupaciones que se encuentren en el auditorio sin
que podamos identificarlos.
Familiar
Representa el lugar de crianza. Se representa como equivalente del nido, en el
dormitorio o en el automóvil. Se sugiere no referirse en forma jocosa o despreciativa a
barrios, pueblos pequeños o marcas de artículos de consumo.
Personal
Magistralmente descripta por Hall, quien la llamó burbuja. Equivalente a nuestra
segunda piel. Es el espacio portable que nos rodea a no más de 35 cm. Es inviolable,
solamente nuestro, no compartido por nadie sin nuestra expresa autorización.
Dejamos entrar a determinadas personas exclusivamente. Para hacer el amor, reñir o
en discusiones o conversaciones de muy intensa carga afectiva. Dentro de ella nos
sentimos invulnerables.
Dentro de la Burbuja se percibe al otro con gran aporte de datos: color de la piel,
olor, temperatura. Percibimos su ritmo respiratorio. Es nuestro espacio sagrado, nos da
seguridad y status. No es buena técnica que el orador toque o abrace a alguien del
público, penetrando en otra burbuja sin su expresa autorización.
Esto explica por qué en algunos momentos nos sentimos mal cuando nos invaden
nuestra área personal, al leernos el periódico por encima del hombro o en un medio de
transporte compartir la burbuja con otras personas. En un ascensor también nos
sentimos invadidos, sin forma de escape, entonces empleamos técnicas defensivas:
ignoramos a quienes nos rodean, no miramos sus caras, son inexistentes, ponemos
aire de ausentes mirando al techo o al indicador del ascensor en fin, nos
despersonalizamos.
Las medidas de las distancias son de ajuste variable. Se modifican según nuestra
cultura, hábitos y estados de ánimo -siempre a nivel no conciente.
Un buen comunicador acomoda el salón o local previamente a su discurso, del modo
que más convenga según el auditorio y el tipo de disertación, respetando las distancias.
Lleva poco tiempo, pero reditúa bastante a favor de una mejor comunicación. En esta
visita previa también dispone del mobiliario, apoyos visuales y audio que va a utilizar.
Chequea todo, hasta la iluminación.
Paúl Elkman en el Instituto Langeley Porter, de San Francisco, California, desde el año
1953. Dividió el rostro en tres zonas: Frente y cejas-ojos-nariz, mejillas, boca y
mentón. Esta última parte proporciona más datos en el acto de mentir. En aquella
época filmó caras de personas no entrenadas en mentir mientras tenían que hacerlo a
pedido y sobre un tema específico. Al analizar una por una las distintas imágenes en
forma muy lenta descubrió expresiones faciales de fracción de segundos de duración
que no coincidían con las palabras expresadas.
Las denominó "micros". Eran filtraciones de sentimientos verdaderos que se hallaban
como embutidas en el discurso mentiroso.
La observación repetida y la evaluación estadística respaldan estos conocimientos.
Repasemos algunos puntos:
o La mirada. Ha sido desde tiempos ancestrales un indicador muy comentado. Al
mentir se evita mirar a los ojos del interlocutor. "Miradas huidizas". Se pestañea
con mayor frecuencia. Si observamos las pupilas, independientes de la cantidad de luz,
las veremos dilatadas. Cuando mienten miran a la distancia, a un punto fijo o a un
objeto con preponderancia.
o La sonrisa, como expresión natural de satisfacción y alegría es más difícil de alterar.
La sonrisa asimétrica, donde se eleva más una comisura labial que la otra es la que se
puede observar cuando mienten. El tiempo que dura una sonrisa, más prolongado que lo
habitual y el momento en que se emplea, que no coincide con lo expresado en palabras,
son importantes indicadores a tener en cuenta cuando se investiga la mentira. Sonrisa
leve, nerviosa, de brusca interrupción es falaz.
o Debemos prestar atención al Ritmo del discurso, no sólo al contenido. Se tarda
más en responder una pregunta, las respuestas son más largas, intrincadas, llenas de
palabras superfinas cuando se intenta mentir.
o Manos y brazos. Siempre están presentes para ayudamos a detectar la falsedad de lo
expresado verbalmente. Se producen cambios.
o Aumentan o disminuyen notoriamente los gestos que son típicos en cada
individuo. Se rascan o tocan la nariz o las orejas mientras hablan. Se cubren
temporariamente la boca y el mentón con la mano
Si emplean las llamadas "señales batutas", usan las del puño cerrado golpeando al
frente para pretender engañar expresando fuerza interior y decisión, que no son
reales. Las manos con las palmas sobre el pecho pretende convencer de
sentimientos internos de autenticidad "del corazón" que no son tales.
Si nos internamos en la "Burbuja" personal del que miente podemos percibir sus
cambios de color de la piel. Palidez o rubor por vasodilatación/contracción a través de
su sistema neurovegetativo, autónomo, independiente de la voluntad. Se disparó con
la mentira. Su respiración también se modifica. Hay cambios de ritmo: retención
prolongada de aire o momentánea falta del mismo para adaptarlo a alguna frase
mentirosa.
Decir algo con la boca y hacer con el cuerpo algo contradictorio es difícil de
registrar, pero si prestamos mucha atención lo constataremos en algunos casos en
que se afirma verbalmente un concepto y con movimientos de cabeza se está
negando.
Por todo lo expresado, si usted tiene que mentir ante un experto en Lenguaje Corporal,
hágalo por teléfono, mientras estaciona un auto o maneja su computadora. Pero
mucho mejor no tenga ocasión de mentir. No se tiente, recuerde que no es fácil ni
beneficioso.
Miedo oratorio
El factor de mayor valor, responsable de todas las reacciones, es una rápida descarga
de adrenalina que liberan las glándulas suprarrenales y que como primera
manifestación física, acelera el pulso, eleva la presión arterial y libera glucosa
proporcionando una fuente de energía adicional de la que en el acto pueda
disponerse. Esta reacción es normal y necesaria. Si no la tuviéramos frente a una
emergencia tendríamos una marcada inferioridad de condiciones físicas.
El cuerpo no entiende la diferencia entre exigencias intelectuales, emocionales y
físicas. Cada vez que el cerebro transmite una exigencia, se produce una descarga de
adrenalina que prepara a todo el organismo para la emergencia. Alerta es la palabra.
Cada sistema, cada órgano, cada célula, está dispuesta a rendir el máximo de su
potencial.
Los psicoanalistas distinguen claramente el miedo de la angustia. El primero consiste
en una reacción normal frente a un peligro que realmente existe, mientras que la
angustia se refiere al miedo sin objeto real. Es absolutamente necesario conocer
nuestras sensaciones para poder comprenderlas y dominarlas. No nos equivoquemos,
eso que sentimos al enfrentar un auditorio es miedo. No es angustia. Es sólo el miedo
natural normal que debemos sentir frente a una situación de stress emocional.
Es el miedo saludable de asumir un compromiso en el que se juegan muchas cosas:
nuestro prestigio y la responsabilidad de quien nos ha invitado.
Es miedo respetuoso del auditorio que nos escucha. Es miedo digno de una empresa
que se nos ha confiado y que merece este alerta que nos impone nuestro cuerpo
Benditos sean mis nervios (no luches contra lo inevitable)
Es inevitable sentirse uno un poco nervioso ante situaciones poco comunes que
exigen un excelente desempeño, porque la inexperiencia es sinónimo de no saber qué
hacer, qué decir, ni qué pensar. Sin embargo, tiene una gran ventaja, saca lo mejor de
nuestro interior. Nos pone en ese estrés que permite sentirnos tensos como la cuerda
del violín, afinado, a punto.
De modo que si no puedes dejar de sentir que tus “nervios” te tensan ante la
urgencia de las circunstancias, ¿por qué luchar
contra lo inevitable?
Pensemos en positivo (ya que si el hecho es inevitable… relájate y goza)
Benditos sean mis nervios, que me ayudaron a triunfar.
SUGERENCIAS QUE BROTAN DE LA EXPERIENCIA
Alimentos
Toma la última comida dejando un gran espacio de tiempo entre su ingestión y el
momento de la exposición. Por ejemplo, si la exposición se llevará a cabo por la
mañana, come algo muy ligero por lo menos tres horas antes solo si tienes mucha
hambre. Si será al mediodía, tomar un alimento ligero temprano por la mañana y deja
los alimentos del mediodía para después de la exposición. Y si será al caer la tarde o
en la noche, seguir el mismo principio: Deja los alimentos para después. Como los
artistas.
Cuerpo
Aunque suene escatológico, les aseguro que es un buen consejo: Vacía lo más
posible los intestinos y la vejiga, para que no distraigan la atención de la mente y las
emociones y si en algún momento antes de la exposición sientes que te piden ir a
atenderlos, es mejor obedecer a tu organismo que al deseo de quedar bien con los
demás. Si no obedeces a tu organismo, te podría jugar una mala pasada.
Descanso
Es mejor un poco de sueño que seguir ensayando hasta morir. La mente profunda,
que se encarga de los sistemas automáticos y condicionados del organismo, se
'desfragmenta' durante el sueño y después trabaja mejor. Si les das tiempo para
reorganizarse, será una buena inversión.
Puntualidad
Llega muy temprano al lugar de la exposición y familiarízate con los detalles del local.
Saluda a la mayor cantidad de personas y, si te sientes muy nervioso, confiésales que
te sientes nervioso, para provocar que digan cosas positivas como: "No te preocupes,
todo va a salir bien". Eso ayuda.
Concentración
En vez de conversar previamente con los asistentes acerca de cosas ajenas a la
ocasión o usar el canal de tu mente para pensar "estoy nervioso", usa el tiempo y la
conversación para hablar del contenido del discurso y nada más que del contenido del
discurso. No hables de otra cosa. Cuéntales cómo vas a empezar, cómo vas a
terminar, qué láminas vas a usar y en qué orden. ¡No hables de otra cosa! Aprovecha
la conversación para ensayar y “medir” al auditorio.
¿Será mejor que otro lo haga por mí?
Sentirte incapaz de hacer algo que otro puede hacer (porque eres de otra raza,
condición social o económica, o porque te avergüenzas de tu manera de hablar)
podría demostrar que tienes una debilidad. ¿Qué debilidad? Tal vez digas: "Tú tienes
mejores condiciones que yo para llevar a cabo esa misión (tarea, asignación, meta,
comisión o idea)". Sin darte cuenta que, en tu imaginación la otra persona ha pisado
con fuerza el plato de la balanza elevándote a la altura de una simple capa de polvo.
Entonces te engañas creyendo que tiene más imagen, más personalidad, mejor raza,
mejor familia, mejores ingresos, mejores referencias, mejores relaciones, más edad,
más capacitación, más currículum, más experiencia, mejor carácter, más habilidad o
más claridad de pensamiento que tú. ¡Te desprecias!
Kerry L. Johnson :Temores autosaboteadores: temor al rechazo, al fracaso, al
ridículo o al éxito.
Estos cuatro pueden resumirse en una sola palabra: timidez, porque son
manifestaciones que se dan en las personas tímidas.
Todo está en tu imaginación y lo das por sentado.
A veces el temor al fracaso está escondido. Por ejemplo, has intentado diez mil veces
alcanzar cierta meta y ha sido como subir un cerro de arena. Comenzaste de cero
tantas veces que dejaste de ver la cima. Literalmente te rendiste antes de tiempo y te
'convenciste' de que el éxito era para otras personas, que carecías de las cualidades
esenciales para triunfar. Te acostumbraste a proyectar una imagen de conformista.
¡Sí! Otro podría hacerlo por ti y ¿qué demostrarías? ¿Es realmente un incentivo para ti
meterte debajo de una piedra y observar cómo otros se comen tus éxitos recogiendo el
trofeo que te corresponde? ¿Te parece edificante rebajarte a tus propios ojos hasta el
punto de evadir la responsabilidad de ir y hacer lo que debes hacer? ¿Hasta cuándo
pospondrás tu decisión de salir al frente de tus proyectos y reconocer que tú eres el
artista que está detrás de la pintura? La humildad es excelente; la falsa modestia es
orgullo disimulado. ¿Te gusta viajar con el equipaje?
Esto nada tiene que ver con presumir o volverte una persona famosa. Lo que quiero
decir es que ciertamente otro lo puede hacer en tu lugar, sólo que te costará el
desarrollo de tu personalidad. ¿Verdaderamente quieres eso?
ESTRUCTURAS DISCURSIVAS
Tener una secuencia establecida nos sirve para organizar el discurso y lograr que sea
comprensible y dinámico, además para transmitir correctamente nuestro objetivo.
Todas las estructuras que presentaremos tienen un ordenamiento interno, que
respetan la introducción el desarrollo y el final. A continuación analizaremos la
estructura argumentativa y la narrativa, con sus ejemplos de aplicación. Es importante
saber que en la realidad estas estructuras no se encuentran en estado puro, sino que
están fusionadas en los discursos.
Estructura argumentativa
Es utilizada cuando una persona quiere establecer su punto de vista sobre algún tema
y tratar de convencer a su público. Para ello esboza un tema, su punto de vista
respecto a la cuestión, plantea argumentos y utiliza material de refuerzo para sustentar
su análisis. “La orientación del discurso argumentativo es constitutiva del discurso, en
la medida que todo enunciado comporta una orientación interna hacia un tipo de
conclusiones, y comporta una orientación externa hacia cierto tipo de intervención en un
destinatario (hacer-saber, hacer- creer, hacer- hacer, convencer, manipular)”
El primer momento de un discurso argumentativo es la presentación de un tema y
la toma de posición con respecto a ese tema, existe siempre una premisa que
supone lo que debería ser y puede estar explícita o no. En el ejemplo dado más
adelante, cuya temática es la televisión, se aprecia que la premisa es que ésta
tendría que servir para causas nobles y la tesis es que la televisión de hoy es de
muy bajo nivel.
Una vez explicitado mi punto de vista debo producir argumentos que lo sustenten,
tengo que fundamentar el por qué las personas que me están oyendo tendrían que
creer en lo que digo. A los argumentos tengo que reforzarlos a través de fuentes de la
realidad, datos, reservas o preguntas retóricas. Las fuentes de la realidad son los
ejemplos de la realidad, citas textuales de personas reconocidas, estadísticas, entre
otros que utilizó para apoyar mis argumentos. El refuerzo sigue la línea argumentativa,
hace generalizaciones de determinados hechos o situaciones; también pueden ser
preguntas retóricas, su objetivo no es ser respondidas, su respuesta es obvia y sirve
para reforzar la argumentación. La reserva la utilizo para resguardarme de los posibles
ataques y hago concesiones, pero luego refuerzo mi argumento. Finalmente, llegó a una
conclusión en la que vuelvo sobre mi postura inicial avalado por la argumentación,
también puedo llamar a la acción o reacción por parte del público.
Estructura narrativa
Su objetivo es narrar algo, contar un hecho o historia. En la vida cotidiana la
encontramos en cuentos, novelas y hasta en películas o series. En las dos últimas, las
historias están compuestas por miles de subconflictos de los diferentes personajes y
hechos que les ocurren, sin embargo si pensamos en la totalidad de la película o serie
encontraremos un conflicto central.
La estructura narrativa consta de ciertas partes o secuencias que son la situación
inicial, el conflicto, la acción, el desenlace y la situación final.
La situación inicial se presentan los personajes principales y el contexto en donde
transcurre la acción.
El conflicto es lo que modifica la situación habitual, rompe la normalidad,
puede ser un suceso positivo o negativo, como un hecho de la naturaleza, la llegada
de una persona inesperada, el encuentro con alguien.
La acción es el comportamiento de los personajes con respecto a ese conflicto, por
ejemplo, si la situación conflictiva es que hay un terremoto, la acción es qué hacen los
personajes ante él, salen de sus casas corriendo, se quedan inmóviles por el miedo,
hacen de cuenta que no pasa nada.
El desenlace es el resultado de la acción de los personajes, por ejemplo, si la
acción fue salir del edificio, el desenlace puede ser que quedaron atrapados en el
ascensor o que salieron la calle y esperaron que pase.
La situación final está estrechamente vinculada con la situación inicial y con la
cotidianeidad de los personajes, ¿qué pasó luego de ese suceso, siguieron con sus vidas
normales o algo cambió?
1-Situación Inicial
2-Conflicto
3-Acción
4-Desenlace
5-Situación Final
Tipos de discursos
Ander Egg nos habla de los tipos de discurso según los procedimientos o formas de
presentar el tema. Estos son:
discurso leído
discurso de memoria
discurso con ayudamemoria (teniendo el texto completo, un esquema o utilizando
notas) y nada escrito a la vista.
El uso de uno u otro procedimiento incide fuertemente en las posibilidades de
la comunicación.
Discurso leído
Todos los oradores reconocen que, en principio, no hay que leer nunca un discurso si
se quiere lograr una buena comunicación, ya se hable a unas pocas personas o una
multitud. La lectura hace que el discurso sea soso y aburrido.
Cuando se lee un texto, se interpone una especie de "muralla invisible" entre el
orador y el auditorio, se impide la comunicación directa y ese encuentro vital que
constituye la sustancia de la elocuencia. Al usar este procedimiento, difícilmente el
texto puede adecuarse a las circunstancias concretas.
Sin embargo, en algunos casos la lectura del discurso puede ser necesaria.
Tratándose de personas que tienen responsabilidades públicas (jefe de gobierno,
ministros, dirigentes políticos y sindicales, etc.), en determinadas circunstancias,
deben sopesar las ideas y las palabras, decirlas con precisión y justeza, aún en sus
matices. En estas circunstancias, cuando no queda otra alternativa que leer, para lograr
una mejor comunicación conviene tener en cuenta las siguientes sugerencias:
Mirar lo más posible al público, de modo que se establezca una comunicación a
través de la mirada o, al menos, que la gente no se desconecte por falta de contacto
visual. Si los ojos se mantienen clavados en el papel, sin levantarlos un sólo
momento, falta la conexión de la mirada, la comunicación resulta muy insuficiente
y el discurso leído, que en sí es muy pesado, se hace todavía más difícil de seguir.
Un buen procedimiento para poder mirar al público cuando se lee un discurso es
aprender los finales de párrafo, de modo que se pueda mirar al auditorio sin
"desconectarse del texto".
Hay que leer bien. Esto significa leer fragmentando el texto en conjuntos
flexibles, modulados, con diferentes ritmos según lo que se dice, con carga afectiva
y cuidando la velocidad de la lectura, de modo que la gente pueda seguir tanto el
contenido como los sentimientos que expresa.
En lo posible, que no se vean las notas o los folios que contienen el texto de la
conferencia (el uso del atril es óptimo para estos propósitos). Un "montón" de hojas
que han de ser leídas a la vista del público predispone negativamente desde el
primer momento.
Lo más importante es aprender a leer como si no se leyese; para ello hay que leer
una frase y, apoyado en la memoria inmediata, repetirla en voz alta. Con este
procedimiento, uno queda más libre respecto del papel y se facilita la comunicación.
En algunos casos, en vez de repetir la frase, una vez captada la idea, se procede a
parafrasear o glosar lo que se ha leído.
“En suma, cuando se lee un discurso, es recomendable recordar que la gente está
oyendo, no leyendo y que oír una lectura monótona es una invitación al sueño o al
menos a la somnolencia. O lo que es lo mismo: a no enterarse de lo que se está
escuchando”
Discurso de memoria
Tampoco conviene pronunciar discursos aprendidos íntegramente de memoria. Y esto
por varias razones. En primer lugar, porque el discurso da la impresión de
artificialidad. Por otra parte, subsiste "algo" entre el orador y el público, más sutil que
en el texto leído, pero no menos real. No será una "muralla invisible", sino una "cortina
de humo" que dificulta el encuentro vivo entre el conferenciante y el público.
Una conferencia aprendida de memoria adquiere un estilo "cantado" o "recitado" que
la vuelve insípida, falta de naturalidad y carente de calor humano. Además, por la
tensión que se tiene frente al público, se corre el riesgo de olvidarse de algún pasaje
del texto aprendido y, como consecuencia de ello, quedarse mudo en medio de la
disertación y esto... sería desastroso.
Medios auxiliares
Es conveniente conocer las ventajas y desventajas de cada medio, teniendo en
cuenta fundamentalmente los siguientes factores:
Su relación con el objetivo que se persigue y la característica del contenido a
transmitir
Su practicidad
Su adecuación al grupo destinatario (tamaño, experiencia previa con el medio,
capacidad de atención y concentración)
Su capacidad de impacto visual, auditivo o ambos a la vez.
Formas deliberativas
Para debatir, hay que recurrir a una herramienta fundamental: el lenguaje, que es
una expresión cultural, un reflejo del espíritu
Las formas de la oratoria participativa se apoyan en el intercambio de ideas y
opiniones entre los miembros participantes. El valor de la discusión bien organizada es
muy apreciado por la sociedad en su conjunto; el debate convincente logra atraer el
interés del público porque su dinámica estimula el pensamiento reflexivo.
La función protagónica del orador hace que el lenguaje sea el instrumento vivificador,
cuya calidad condiciona la calidad de la comunicación interpersonal en la oratoria
deliberativa.
La oratoria participativa, llamada también oratoria grupal, incluye formas elocutivas en
las cuales dos o más personas discuten, alternadamente, un tema determinado.
La discusión puede tener diferentes propósitos:
Incrementar el conocimiento de un tema.
Analizar los distintos aspectos de un proyecto.
Resolver un problema común.
Tomar decisiones acerca de un asunto.
La discusión debe mantenerse siempre dentro de un espíritu dialógico, se trata de
realizar en grupo una operación mental cooperativa. Cada forma deliberativa recibe un
nombre propio de acuerdo con el objetivo fijado; su organización y coordinación es
tarea de un moderador, cuya denominación varía según la motivación del encuentro.
Cada reunión participativa requiere una preparación muy cuidadosa. Es necesario
diseñar e instrumentar una estructura que permita desarrollar con eficacia la sinergia
del grupo. El éxito grupal se logra cuando los individuos integrantes cumplen con las
pautas fijadas.
La interacción "cara a cara" mantenida durante la discusión, ajusta el ritmo ágil,
necesario para que la reunión logre un buen resultado. La reunión es eficaz, si los
intereses personales de sus miembros se integran a los del grupo.
ESTRUCTURA ORGANIZADA DINÁMICA DEL GRUPOREUNIÒN EFICAZ
El diálogo
Es el caso más sencillo de la comunicación oral. Se trata de un tipo de conversación
poco vigorosa. Puede ser formal o informal según sea convenido o casual.
Se caracteriza por emplear un estilo llano de expresión oral, transmitido con
espontaneidad. El tono es amable.
“El diálogo es una conversación entre dos o más persona que, alternativamente,
manifiestan sus ideas y opiniones sobre un tema. Puede ser formal o informal.”
La entrevista privada
Es una conversación entre dos o más personas: un entrevistador y uno o varios
entrevistados. Este encuentro consiste en un juego de preguntas y respuestas que
conduce a un fin específico.
La reunión puede ser convenida previamente o casual, pero en cualquiera de los
casos se aplica la misma técnica. El tiempo de duración depende de muchas
circunstancias, pero nunca pasa de los 60 minutos.
“La entrevista es un encuentro entre dos o más personas, sostenido en un juego de
preguntas y respuestas que conduce a un fin determinado.Puede ser convenida o
casual” El entrevistador maneja un único elemento para realizar su tarea: la pregunta,
que debe ser elaborada, respetuosa e imaginativa, para demostrar idoneidad. El
entrevistado, a su vez, actúa por medio de respuesta que demuestran su habilidad
dialéctica y su autoridad sobre el tema abordado. En general, conviene definir de
antemano el tema de la entrevista para adecuar los contenidos de las preguntas y de
las respuestas, de esta manera, la conversación podrá tener una línea de
pensamientos coherentes, logrando ser interesante y dinámica.
La negociación
La metodología que se aplica en una negociación se caracteriza por ser una difícil y
ardua tarea entre dos o más delegaciones. Su objetivo es armonizar intereses entre
las partes. Es un encuentro entre comisiones de expertos que pretenden acuerdos
convenientes para sus respectivas propuestas.
Cada equipo designa previamente la voz que lo representará; del intercambio de
argumentos, entre el representante de cada delegación con los expertos que lo
acompañan, resultará la propuesta final que podrá ser aceptada, rechazada o negociada
por la parte contraria.
Estas reuniones se desarrollan en un clima cordial pero serio, ya que se juegan
grandes intereses; los códigos empleados deben ser elaborados y precisos. Cada
equipo pretende que su propuesta sea aceptada.
“La negociación es un intercambio de propuestas entre dos o más delegaciones. Su
objetivo es armonizar intereses entre las distintas partes. El temario a tratar es
preparado con anterioridad por cada equipo que interviene.”
Pasos de una negociación
o Presentación de las propuestas
o Discusión de las mismas
o Temas de compromiso a asumir
o Primer intervalo de la reunión
o Intervención de los respectivos expertos
o Evaluación de las opiniones recibidas
o Segundo intervalo de la reunión
o Toma de decisiones. Conclusiones
o Negociación acordada/limitada/rechazada
o Lectura y firma del acta
Grupo de discusión
Es un proceso dinámico, en el que un grupo juvenil, en general estudiantes, discuten
un tema previsto que interesa a todos.
Los participantes son inexpertos en trabajo grupal, necesitan practicar, lo que significa
que el grupo hay que "hacerlo".
Se designa un instructor con función rotativa. Los miembros del grupo, en general, son
educandos, por eso es frecuente que soliciten a un coordinador que ejerza la
conducción hasta tanto los alumnos estén prácticos.
La función del instructor es escuchar desde un lugar de autoridad y promover una
discusión dinámica.
“El grupo de discusión es aquél en el que un número reducido de educandos
intercambian información para acrecentar conocimientos, tomar decisiones o
discutir un tema de interés común. Lo supervisa un instructor.”
El instructor presenta el tema, motiva el interés de los participantes y estimula la
intervención de todos. Para facilitar la comunicación todos deben verse cara a cara y
ubicarse en un ambiente cómodo y agradable.
La finalidad de un grupo de discusión es adquirir más información sobre un tema
prefijado o tomar una decisión con el aporte de todos.
El grupo establece las normas a seguir, el tiempo asignado a cada participante y a la
discusión en su totalidad. Nadie debe silenciar su opinión. La discusión es un
intercambio de ideas "cara a cara", que se desarrolla en un clima democrático sin
hegemonía de ninguno de los miembros.
Dado el clima de libertad en que actúan los participantes, el instructor debe trabajar
para ser reemplazado alternativamente por los jóvenes del grupo. La consigna de un
grupo de discusión es aprender-haciendo.
Todos los participantes han de ser solidarios con las conclusiones a las que se arribe
puesto que éstas han sido tomadas después de una elaboración participativa y
democrática a la vez. Un secretario elegido por el grupo registrará la información
vertida.
La interpelación
“La interpelación es una cita entre el interpolador que pregunta y el interpelado
que responde y expone los descargos de un tema en particular.”
En la vida cotidiana la interpelación es una confrontación entre dos partes que actúan
desde distintas posiciones. Su técnica requiere la participación de un interpolador que,
basado en una información precisa, aborda un tema determinado.
En general, esta tarea se apoya en un interrogatorio preparado ex-profeso dirigido al
interpelado. Este último debe exponer los descargos pertinentes a los requerimientos
sin titubeos, con claridad y precisión en las palabras.
Muchas veces, el interpolador, haciendo gala de su información sobre el caso, se
adelanta con preguntas que el interpelado todavía no explicó; de este modo se deduce
que el buen interpolador es aquel que se distingue más por su talento que por su
idoneidad.
La interpelación es un acto breve que se realiza ante una situación compleja. Es una
práctica difícil de ejercer por lo fatigosa y por el esfuerzo intelectual que exige la
discusión. El arte de la elocuencia juega un papel relevante; cada una de las partes
debe lograr expresar su verdad y justificar sus argumentos con palabras válidas y
firmes.
Mesa redonda
Es una discusión ante el público, en la que participa un grupo selecto de personas (no
mayor de seis u ocho) para exponer sus puntos de vista acerca de un tema
determinado.
Cada invitado conocerá de antemano el asunto a discutir, y sus opiniones podrán o no
coincidir con las ideas de los otros participantes. Por ese motivo, a esta forma
deliberativa se la llama también "Discusión ante el público". La conducción de una
mesa redonda está a cargo de un coordinador. Es una forma ampliamente difundida
sobre todo por la televisión; su práctica incluye tanto a grupos de científicos,
empresarios, políticos, como a gente común conocedora del tema.
El resultado de una mesa redonda depende de su preparación, de la tarea del
coordinador y de los integrantes de la mesa. El coordinador debe organizar un
encuentro previo a la reunión con los invitados, dándoles a conocer el criterio
adoptado para el desarrollo de la misma. Tendrá en cuenta a la vez los antecedentes y
trayectoria de cada uno de los participantes.
“La mesa redonda consiste en la discusión de un tema ante el público, en la que
interviene un grupo selecto de personas, bajo la conducción de un coordinador.”
La mesa redonda, por ser una reunión pública, se desarrolla en un escenario o estrado,
donde sus integrantes se ubican alrededor de una mesa, a derecha e izquierda del
coordinador, de frente al público.
El simposio
Su objetivo bien definido es informar, explicar o instruir en forma ordenada sobre
diversos aspectos de un mismo asunto, es decir, que cuando se desea obtener o impartir
información certera y variada sobre un tema determinado, se recurre a la técnica del
simposio, ya que con la participación de expertos, permite la comunicación rápida y
organizada de un asunto. Cada experto (pueden ser 3 ó 6), habla sobre un aspecto
particular que responda a su especialización. Los integrantes de la reunión exponen
individualmente sin discutir en forma sucesiva (como si fuera una conferencia) y a
igualdad de tiempo (30 minutos aproximadamente). No interesa si sus ideas coinciden
o no con las de otros expertos, sino que lo importante es que cada uno transmita
información actualizada que, sumada al aporte de los demás, constituye un análisis total
o casi total del tema.
“El simposio es una serie de breves conferencias que tienen un orden
preestablecido y que sumadas constituyen la actualización total o parcial de un
tema. Al director del simposio se lo llama presidente”
Como toda reunión deliberativa pública, el simposio requiere un conductor que en este
caso se llama Presidente. Aunque su función no implica discutir, ni opinar, es
preferible que sea un gran conocedor de aquello que se va a tratar, es decir, que tenga
autoridad. De esta manera podrá seleccionar a los participantes con conocimiento de
causa, reuniéndolos previamente y organizando un temario coherente.
Muchas veces se pide a los expositores una copia escrita de sus relatos para mejor
planeamiento dela reunión.Los conocimientos del Presidente sobre el tema en cuestión
le permitirán resolver cualquier imponderable que pudiera presentarse durante el
simposio (preguntas a destiempo, material de apoyo no conveniente o cualquier
aclaración que favorezca el mejor desarrollo del encuentro).
Cada experto habla desde su asiento o bien se adelanta hacia una pequeña mesa
ubicada frente al estrado. En su conferencia no defiende posiciones personales, sino
que aporta conocimientos propios de su especialización. El simposio no admite
discusión.
El Presidente abre la reunión, explica los objetivos y presenta, por turno, a cada uno
de los oradores. Al final cierra el acto, resumiendo brevemente los conceptos
expuestos.
El foro
Se llama foro a cualquier forma de oratoria en la que participa el auditorio. Algunos
especialistas en dinámica de grupos lo denominan también "discusión abierta al
público". La palabra "foro" recuerda las grandes asambleas romanas, en las que el
público tenía oportunidad de participar para debatir un asunto.
Actualmente, las formas deliberativas antes analizadas: mesa redonda, simposio y
debate, pueden constituirse en foro; basta con que el coordinador explique que
después de terminada la reunión, el público podrá participar formulando preguntas.
Es frecuente también abrir foro a continuación de un hecho concreto como, por
ejemplo, la proyección de una película, un suceso deportivo, un acontecimiento
comunitario, artístico o escolar. El auditorio motivado por el conductor, podrá formular
preguntas o hacer objeciones acerca del tema tratado.
“El foro es una forma de la oratoria deliberativa en la cual participa y opina el
público al término de la reunión. Lo conduce un coordinador.”
Tipos de debate
No hay debate que pueda prescindir de alguien que dirija o modere el enfrentamiento
dialéctico. Esta persona tiene que tener el derecho de llamar al orden. En ocasiones
se le concede también el papel de arbitro encargándose, concluido el debate, de
valorar los argumentos que las partes hayan lanzado a la lid. Es costumbre útil
levantar acta de los debates, puesto que uno suele ser consecuencia del otro.
Siguiendo a Brehler podemos mencionar cuatro tipos de debates:
el debate abierto, el americano, el debate inglés y la disputa entre expertos.
En el debate abierto, los participantes toman la palabra según un orden de
intervención. Las excepciones las señala el moderador, que en un momento dado
puede creer conveniente que intervenga alguien para cerrar un punto y pasar al
siguiente. El orden de intervenciones sigue el orden en que se haya pedido la palabra.
En el debate americano las dos partes en litigio, formada cada una por un mismo
número de contrincantes, se encuentran sentadas cara a cara a ambos lados de una
mesa. En un extremo está sentado el moderador, en el otro, el encargado de levantar
acta. Los dos bandos se alternan en el uso de la palabra. Cada participante puede
hacer una sola vez uso de ésta. Queda a discreción táctica de las fracciones el decidir
cuándo uno de sus miembros toma la palabra. La suerte decide cuál de las dos partes
inicia el debate. Automáticamente, a la parte contraria le corresponde cerrar el debate.
El debate inglés muestra la misma distribución espacial que el debate americano.
Sin embargo, el turno de intervenciones es consecutivo según el orden de los
asientos.En el debate abierto, los oradores pueden intervenir varias veces y replicar a
ataques de contrincantes. En las otras dos modalidades son los que hablan en último
lugar los oradores encargados de sintetizar y ofrecer réplica a intervenciones anteriores.
La disputa entre expertos es una forma especial de debate. En este caso un grupo que
pregunta frente a otro que contesta. No resulta infrecuente que las sesiones tengan
lugar sin moderador. A una de las partes le está permitido únicamente preguntar, a la
otra, contestar. Las preguntas se dirigen a una persona concreta del grupo. El orden
de las preguntas y respuestas es aleatorio.
Propósitos del orador: Un discurso siempre tiene un objetivo, aunque a veces sea
inconsciente para quien lo está emitiendo. Sin embargo, cuando una persona habla
profesionalmente tiene que tener claro cuál es su objetivo al hablar y poner todos sus
recursos para que se logre. Antes de enfrentarse al público se debe tener claro cuál es la
intención, existen una serie de propósitos aunque los mismos no siempre se encuentran
en estado puro, siguiendo la descripción de Eugenio Luis Henry, en „Para aprender a
hablar en público se mencionarán los más aceptados‟:
Convencer: No significa despojar a la gente de sus ideas o conocimientos, sino
complementarlos, reforzarlos o consolidarlos. El desafío es persuadir al auditorio de que
tome la decisión o emprenda la acción.
Informar: Presentar información para el esclarecimiento o instrucción del auditorio a fin
de que haga algo. Implica dar a conocer hechos o datos sin ser alterados por prejuicios o
sentimientos personales que le ayuden a incrementar su acervo cultural y su calidad de
vida.
Motivar: Cuando un auditorio necesita cambiar su opinión o realizar alguna acción a la
que no está predispuesto, el propósito de la presentación es motivarlo, va de la mano
con el de convencer. Es el más difícil de conseguir, ya que implica no sólo un cambio
de actitud ante una idea o concepto, sino además, su correspondiente ejecución.
Entretener: Ya es absolutamente caduco el sistema de enseñanza basado exclusivamente
en el dictado de información sin estar acompañado de recursos para que el auditorio "la
pase bien”. si no se apela a algún efectismo (juegos, anécdotas, adivinanzas, etc.), es
muy probable que la atención y comprensión disminuyan. Para que el auditorio esté en
un marco favorable, de mente abierta para ser convencido, ilustrado o motivado,
necesita estar entretenido.
Estilo de la intervención: Es un hecho indiscutible que no se puede hablar en público
siempre de la misma manera: hay que ajustar el estilo de la intervención a las
características de cada ocasión, sino la presentación podría ser un fracaso. Las
características que definen el estilo de una intervención son numerosas:
formal o informal
seria o desenfadado
sobria o entusiasta
cercana o distante
rigurosa o generalista
monólogo o participativa
con apoyo visual o sin apoyo visual
El orador debe buscar darle a su intervención aquella orientación adecuada y con la que
pueda lograr el mayor impacto en el público. En caso de duda, es preferible elegir la
iniciativa más moderada ya que resulta menos llamativo hablar de manera formal en un
acto informal, que hablar de manera informal en un acto formal. La forma de vestir
también debe adecuarse al tipo de acto.
Como última observación, se puede decir que un toque de humor, sabiamente
administrado, no se contrapone con la seriedad ni con el rigor y ayuda a romper el hielo
y empalizar con la audiencia.
Lenguaje: Lo primero que uno debe procurar cuando habla en público es ser entendido,
es necesario emplear un lenguaje apropiado, según el público al que se dirige. Deben
utilizarse términos y expresiones que todo el público pueda entender, los términos
técnicos se usarán sólo si la audiencia conoce su significado. Si se manejan abreviaturas
o acrónimos hay que estar seguro de que el público sabe lo que significan, si no habrá
que explicarlos. La regla que debe presidir todo discurso es la de la sencillez; mientras
que en un texto escrito el lector puede volver sobre un párrafo que no haya entendido,
en un discurso no existe tal posibilidad, por lo que hay que facilitarle a la audiencia su
comprensión. El lenguaje debe ser preciso y directo, con frases sencillas y cortas,
utilizando tiempos verbales simples.
El público o auditorio: “Para hacer escuchar lo que decimos, es menester ponemos en el
lugar de aquellos a quienes nos dirigimos.” Jean-Jacques Rousseau
Ander Egg en su libro „Cómo aprender a hablar en público‟ afirma que para saber lo
que voy a decir y cómo he de decirlo, he de saber a quién se lo voy a decir. Todo
conferenciante tiene una responsabilidad frente a su auditorio. si actúa con
responsabilidad y quiere comunicarse bien con el auditorio, tiene que saber a quiénes
habla.
Importancia del público o auditorio en el proceso comunicativo: Como lo advierte Coll-
Vinent, en el proceso de comunicación, el receptor o receptores de un mensaje (el
público en el caso de la oratoria) son tan protagonistas como el conferenciante. El
conferenciante u orador era tenido como el eje y figura central, prácticamente única,
mientras que el auditorio ocupaba un segundo lugar. Ahora existe un enfoque nuevo y
diferente del problema: se considera que el conferenciante inicia el proceso, pero no lo
domina por entero, ni puede reservarse la última palabra en él. No basta conocer el tema
y saber presentarlo adecuadamente. Hay que conocer también a los oyentes, esto es, al
público o auditorio al que uno ha de dirigir la palabra. Se trata del "receptor" en el
lenguaje de la comunicación, es decir, de aquellos que reciben o perciben el mensaje y
que integran y completan el proceso comunicativo. No basta que los que forman parte
del auditorio oigan (acto pasivo, más o menos automático), es preciso que escuchen
(esto es, que presten atención, que quieran comprender). Para ello, el emisor debe enviar
un mensaje teniendo en cuenta al receptor o receptores; en otras palabras, el orador o el
conferenciante se han de adaptar al auditorio.
Necesidad de informarse acerca del público: Se trata de saber a quién se dice lo que se
dice, para saber cómo se dice. Esta información previa, es indispensable para organizar
el discurso en lo que hace al nivel de contenido (la mayor o menor profundidad en el
tratamiento de los temas y el modo de abordarlos) y la forma de presentación. En cada
intervención pública que se hace, uno siempre se dirige a un público determinado, real,
concreto, no a un público abstracto. Por ello hay que conocer algo
de la vida, de las reacciones y de las aspiraciones de la gente a quienes se va a dirigir.
Sobre este punto Ander Egg dice que hay que tener en cuenta una doble consideración:
qué se tiene que conocer acerca del auditorio,
qué tipo de análisis tenemos que hacer de nuestro público o auditorio potencial.
¿Qué se tiene que conocer acerca del auditorio?: En líneas generales, podemos y
debemos informarnos acerca de las siguientes cuestiones, en relación con el colectivo a
quien se dirige el mensaje (o que será nuestro auditorio):
número de personas (tamaño de la audiencia);
edad (casi siempre se presenta una amplia gama de edades, aunque suele darse
una tendencia a predominar gente de determinada edad);
sexo: en los públicos suele haber gente de uno y otro sexo pero, si predomina
uno más netamente, éste será un factor para considerar;
procedencia y origen;
condición social;
situación económica media;
estudios;
profesión y ocupación de la mayoría o la que es más representativa;
nivel cultural medio;
mentalidad, inclinaciones;
religión, creencias, valores;
pertenencia o no a asociaciones;
costumbres y modos de vida;
centros de interés: problemas o preocupaciones que predominan entre quienes
forman parte del auditorio;
aficiones.
¿Qué tipo de análisis tenemos que hacer de nuestro público o auditorio potencial?
Si se trata de un discurso con un propósito de persuasión o convencimiento, se necesita
saber mucho más del público que cuando se trata de un discurso puramente informativo.
Las preguntas más pertinentes, pueden ser las siguientes:
¿Qué interés razonable espero del auditorio ante el tema? o, para decirlo con
otras palabras, ¿por qué este público está aquí (o estará) dispuesto a escucharme
sobre este tema concreto?
¿Qué conocimientos posee el auditorio acerca del tema de la conferencia?
¿Qué actitudes puedo esperar de los oyentes ante el tema del discurso y la forma
de enfocarlo (favorable, neutra, hostil)?
¿Qué concepto o expectativas tiene el posible auditorio acerca del
conferenciante?
La reputación del orador es un arma de doble filo: atrae positivamente a un público,
pero al mismo tiempo crea grandes expectativas que a lo mejor no pueden satisfacerse.
¿Qué sentimientos experimentan, unas respecto de otras, las personas que
estarán en la conferencia?
¿Cómo es el local en que se pronunciará la conferencia (favorable o poco
favorable para la comunicación, etc.)?
¿Qué distancia física habrá entre el orador y el auditorio?
Toda esta información, tiene que servir para establecer una estrategia en el modo de
presentar el discurso, tanto en lo que hace al contenido como a la forma. Debemos
informarnos tanto cuanto sea posible y saber que nos movemos con una cierta
incertidumbre en cada conferencia en concreto.
Características comunes de casi todos los públicos: Hay características son comunes a
todo auditorio. Pueden resumirse en las siguientes:
Normalmente, la actitud inicial de un público es amigable, respetuosa y
expectante. Esta expectativa puede ser en relación con el tema de la conferencia
o con la personalidad del orador.