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Algunos autores perciben la voz como un sensible barómetro de las emociones, y la laringe como
la válvula de control que regula la liberación de estas emociones (Aronson, 1990).
Definir la voz normal es difícil. Por lo tanto, sólo se pueden marcar unas estandarizaciones muy
generales que se pueden caracterizar por:
Las disfonías o alteraciones de la voz son trastornos típicos en la población infantil, que se
instalan lentamente en el habla del niño, primero como una ligera fatiga vocal y posteriormente
a modo de voz ronca cada vez mas acusada.
Su frecuencia puede ser debida a una multiplicidad de causa, como la presencia de hábitos
perjudiciales la impostación vocal, el insuficiente dominio del control muscular o la existencia de
posturas, gestos movimientos inadecuados durante la emisión verbal, asociados a una
respiración impropia.
a) Control muscular
Los ejercicios respiratorios pueden ser beneficiosos para reducir la frecuencia cardiaca y
la presión arterial, contribuyendo a la mejora de la calidad del habla, las técnicas de
relajación también se consideran útiles para reducir la tensión muscular sistemática en
hablantes con trastornos de voz.
b) Respiración
Las disfonías más frecuentes son las que aparecen por un uso forzado de la voz. En
ocasiones, podemos detectar lesiones como los pólipos o nódulos vocales. En otros
casos, se trata de disfonías funcionales, es decir, con ausencia de lesiones orgánicas.
La respiración es una de las fases más importantes en el tratamiento ya que suele ser la
causa o uno de los aspectos que más influyen en las disfonías. Se comienza a trabajar
con el paciente tumbado para posteriormente pasar a la posición de sentado y finalmente
de pie. El tipo de respiración que se intenta conseguir es la costo-diafragmática ya que
es la que permite una mayor inspiración y espiración de aire y aumenta la capacidad
pulmonar del paciente. En esta fase del tratamiento también se suele introducir ejercicios
fonatorios durante la espiración.
La respiración juega un papel importante tanto en el habla como en la producción de la
voz. Muchos de los niños con disfonía no poseen una baja disponibilidad de aire ni una
disminución de su fuerza espiratoria, sino un exceso de presión y un sobreesfuerzo
asociado a la respiración y fonación.
Interesa que el niño se dé cuenta de cómo la globalidad del cuerpo participa en el acto
respiratorio de forma armoniosa y coordinada, con el fin de adquiera conciencia de las
acciones inherentes a esta función: cómo se inspira y se distribuye el aire, qué le ocurre
al abdomen, qué sensaciones se percibe, qué contracciones musculares se requieren,
cómo se expulsa el aire, qué sucede entonces…. Todo ello puede realizarse en diferentes
posturas para apreciar las diferencias: tumbado, sentado y de pie y ejecutarse tanto nasal
como bucalmente.
Es necesario que el niño perciba su respiración en reposo (cómoda, fácil y sin esfuerzo)
y con esfuerzo, para que advierta las diferencias. Asimismo, es aconsejable trabajar el
ensanchamiento de la caja torácica y la elasticidad de la musculatura, lo cual se logra
conteniendo el aire y retardando, en la medida de lo posible, la espiración, soplando con
distintas velocidad e intensidad…
Las actividades respiratorias están pensadas para:
• Desarrollar la conciencia respiratoria del niño, con el fin de que sea capaz de detectar
cuándo la respiración se está viendo afectado por algún esfuerzo inadecuado o
descoordinación inoportuna que comprometa la calidad de su habla.
• Implantar una respiración costo diafragmática que permite un control muscular del
soplo.
• Control del aire espiratorio.
• Conseguir una adecuada coordinación fono respiratoria.
c) Impostación vocal
Practica de impostación
Ejercicio n°1:
Ejercicio n°2:
Ejercicio n°3:
Ejercicio n°4:
- Igual que el ejercicio anterior, pero con la vocal /a/. utilizamos estas tres vocales ya que
son las que requieren un esfuerzo menor.
Ejercicio n°5:
) —————–ooo
) —————-oooo
) ————-oooooo
) ———-oooooooo
) ——-oooooooooo
) —-oooooooooooo
)-oooooooooooooo
En esta fase trabajamos mediante ejercicios y masajes los músculos de hombros, cuello
y cara.
Controlar la postura del cuerpo. Mantener el tronco, el cuello y la cabeza como si
estuvieran colgados de un hilo, o de una plomada. Buscar una base para sentirse bien
apoyado. Mantener la postura del cuerpo estando quieto, de pie o sentado y cuando el
niño está en movimiento. Conservar el centro miotático en cada posición que se adopte.
1. La producción del habla se beneficia cuando el cuerpo adopta una correcta posición
vertical, ya que ofrece una solución económica que facilita la actividad respiratoria y
la emisión vocal. La comunicación eficaz exige no solo la participación de la voz sino
de todo el cuerpo. El niño debe ser consciente de la relación entre la verticalidad de
su cuerpo (tanto de pie como sentado) y la emisión del lenguaje.
e) Higiene vocal
• Para no gritar o hablar fuerte podemos gesticular, mirar hacia donde nos moleste el
ruido o la persona que lo produce, callar, hablar con monosílabos o ser escuetos y
breves con la respuesta que nos solicitan, golpear o dar palmadas para avisar algo o
llamar la atención ir hasta donde está la persona a quien queremos dar el mensaje,
silbar, articular con los labios, mandar mensajes de texto, y desarrollar la creatividad
para cada situación, en forma silenciosa.
• Para hidratarnos es necesario realizar vahos, gárgaras, bebiendo de 2 a 3 litros de
agua por día.
• Debemos evitar el humo, alimentos irritantes y el ruido.
• Para descansar la voz, necesitamos dormir suficientes horas, leer, escuchar música,
realizar juegos tranquilos sin gran competitividad como videojuegos o juegos de
mesa, comunicarse por mail, chat o WhatsApp. No olvidar despejar las fosas nasales,
sonarse bien la nariz, para ayudar a eliminar mucosidades.
La educación vocal constituye una de las mejores maneras de evitar los problemas de voz.
En los recintos con mucha calefacción, aire acondicionado o ambientes con poca humedad en
el aire, el uso de un humidificador resulta aconsejable. También conviene recordar que perjudican
tanto las bebidas muy frías como las demasiado calientes.
Conviene evitar los hábitos nerviosos que originan abuso vocal, como el carraspeo, la respiración
insuficiente, el habla monótona o contener la respiración y hablar rápidamente.
En todos los casos, el éxito de la intervención va a depender no solo de l tratamiento y del buen
logopeda, sino también de otras variables:
• El flujo aéreo espirado debe ser suficiente para inducir la vibración de las cuerdas
vocales.
• La aducción de las cuerdas debe ser apropiada.
• La forma tridimensional de las cuerdas debe ser correcta.
• El control de la tensión y la longitud de la porción vibrante de las cuerdas debe ser
adecuados para producir las variaciones correspondientes de tono y volumen.
• Las condiciones biomecánicas de las cuerdas (masa, rigidez, tensión, etc.) deben
controlarse de manera simétrica y dinámica, para fonar los distintos tonos o
frecuencias y las distintas intensidades que requieren el lenguaje y el canto.
• La mucosa vocal debe ser normal, de modo que al vibrar resbale sobre el plano
subyacente.
- Niños vitales, autoritarios, voluntarios, algo rígidos, que presentan una energía difícil de
canalizar, a veces con una agresividad latente. Es el caso mas frecuente.
- Niños introvertidos (al menos en apariencia), tímidos, testarudos (eternos insatisfechos),
perfeccionistas.
La calidad del habla depende de la acción coordinada de la fonación, resonancia y
articulación.
El caso más extremo de la disfonía es la afonía, cuando el niño muestra una incapacidad
manifiesta para producir voz, por razones múltiples. Generalmente se combinan factores
genéticos (predisposición genética) con factores ambientales (bebidas frías, humos…) y
conducta de hipertonía.
La disfonía, en cuanto alteración de la voz, puede ir del simple abuso vocal hasta la pérdida de
la eficacia vocal e implica la falta de control de los mecanismos respiratorio, resonancia y de
proyección.
Según Aronson (1990), hay alteración de la voz cuando difiere de las voces de otras personas
del mismo sexo, similar edad y grupo cultural en timbre, tono, volumen y flexibilidad en la dicción.
Pero el concepto de voz normal, con criterios objetivos y absolutos, no existe.
En general, los autores han utilizado criterios taxonómicos diversos para clasificar los trastornos
de la voz (disfonías), pues el criterio dicotómico clásico (orgánicas versus funcionales) es
anfibológico, dado que existen límites difusos entre las afecciones laríngeas orgánicas y las
funcionales, ya que algunas laringopatías son predominantemente el resultado de un mal uso
reiterado de la voz.
En las disfunciones por lesiones adquiridas se aprecia una marcada repercusión de los abusos
vocales en su aparición. Algunas de las causas más frecuentes en la práctica logopédica son:
Definen la disfonía como un trastorno mas o menos persistente de la función vocal percibido
como tal por la propia persona o por su entorno. Este trastorno se presenta en condiciones de
debilidad laríngea y en contextos en los que se favorecen las conductas de abuso y mal uso
vocal, que llevan al sujeto a entrar en lo que denominan el circulo vicioso del sobreesfuerzo vocal.
Le Huche y Allali hablan de disfonías disfuncionales, en las que existe una alteración de la función
vocal por un trastorno de acto vocal, con lo que, dentro del concepto de disfonía disfuncional, los
autores incluyen tanto aquellas en las que no existen lesiones laríngeas especificas (disfonía
disfuncional simple) como aquellas en las que una lesión laríngea complica el proceso
disfuncional base (disfonías disfuncionales complicadas). Además, consideran formas
particulares de las disfonías disfuncionales.
A partir de la concepción multifactorial de las alteraciones de voz, los autores diferencian entre
la disfonía disfunción simple y la disfonía disfuncional complicada. La primera se caracteriza
porque no presenta lesiones laríngeas, aunque exista un compromiso de la función del órgano
vocal. En estos casos, los pliegues vocales pueden presentar dos comportamientos diferentes
durante la fonación (hipotónico o hipertónico).
Las disfonías disfuncionales complicadas presentan alguna alteración o lesión laríngea
secundaria a una mala función, pudiéndose denominar por ello laringopatías disfuncionales. Hay,
por tanto, un sobresfuerzo vocal y, si bien requieren según el caso tratamiento quirúrgico o
medicamentoso, será imprescindible realizar tratamiento reeducativo-vocal. Entre las
laingopatias disfuncionales mencionan los nódulos, el pseudoquiste seroso, el edema fusiforme,
el edema crónico de los pliegues vocales, el pólipo laríngeo, la hemorragia submucosa de la
cuerda vocal o el latigazo laríngeo.
Finalmente, Le Huche-Allali describen también formas particulares de las disfonías
disfuncionales, como la disfonía infantil o los trastornos del cambio o muda de la voz.
Una variante de la disfonía es la rinofonía (alteración de la resonancia) que puede ser abierta a
causa de un insuficiente cierre del velo del paladar con escape nasal, o cerrada como
consecuencia de una obstrucción nasal. La rinofonía abierta suele dar lugar a la rinolalia abierta
(los fonemas orales sordos se nasalizan y los sonoros se producen con un exceso de resonancia
nasal).