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Caperucita Roja y el Lobo

Autor: José Luis García

Personajes:
Madre Loba
Lobo
Caperucita
Madre
Vaca
Conejo
Abuela

(En un extremo de la escena vemos el exterior de la casa de Caperucita. Varios árboles completan
el paisaje. Suena una música de misterio. La Luna atraviesa la escena).

(Entra Madre Loba y se acerca hasta una de las ventanas de la casa).

MADRE LOBA - Caperucita está dentro. Bien.

(Sale Madre Loba. Se escucha el aullido de un lobo. Entra el Lobo y se acerca también a la ventana,
mira y se aleja).

LOBO - Sí, sí… Je, je… (Sale).

(El Sol comienza su paseo por el cielo. Los siguientes diálogos son en off, hasta que se indique lo
contrario).

MADRE -¿Quieres darte prisa, Caperucita?

CAPERUCITA. - Pero si ya casi estoy.

(Entra la Madre desde la casa. Lleva consigo una cesta con diversos alimentos).

MADRE -Si es casi, no estás.

CAPERUCITA - (Entra también desde la casa) - Mamá; hoy estás muy nerviosa.

MADRE - Claro que estoy nerviosa. La abuela está enferma.

CAPERUCITA - Pero ya voy para allá.

MADRE- Además, soy tu madre y no tengo que darte explicaciones. Las madres podemos estar
nerviosas.

CAPERUCITA -¿Y las hijas no podemos?

MADRE- (Dándole la cesta) - Llévale esta cesta a tu abuela. No te pares a mirar las flores. No vayas
a dormirte. No hables con desconocidos. No te apartes del sendero. Y cuando llegues dale un beso
a tu abuela.

CAPERUCITA - Sí, mamá; y después del beso le daré una patada…

MADRE -¡Caperucita!

CAPERUCITA.- Mamá; era una broma.

MADRE - Y no tardes.

CAPERUCITA -No, mamá.

MADRE -Pues ya estás tardando.

CAPERUCITA – Adiós, mamá.

(Sale Caperucita).

MADRE (Fuerte, para que la escuche Caperucita) - Ten cuidado. Dicen que ha venido un lobo.

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CAPERUCITA (Que asoma) - Si, mamá; tendré cuidado con el topo. (Sale).

MADRE - ¡Caperucita!… Esta niña, ¡no sé a quién ha salido!, ¿o sí?; no sé, estoy muy nerviosa.

(La Madre entra en la casa y dejamos de verla. El Sol vuelve a aparecer en el cielo. La casa
desaparece de escena y en su lugar se colocan más árboles. Estamos en el bosque. Entra
Caperucita. Se acerca hasta unas flores, se agacha y las mira).

CAPERUCITA - Qué olor tan bueno tienen. Y qué calorcillo hace aquí, al sol. (Mira al Sol, en lo alto).
Y que lo sepas, das mucho sueño. (Caperucita se acurruca en la base de un árbol y se queda
dormida) (Como en sueños). Sólo un poquito.

(Entra una vaca, que, pastando, pastando, llega hasta donde duerme la niña).

VACA (Rumiando) - ¿Hierba roja? (Mira a Caperucita). Decididamente, esto no es hierba. ¡Niña,
despierta!

CAPERUCITA (Despierta, pero no se levanta) - Hola. Yo soy Caperucita Roja.

VACA -¿Y qué haces en el bosque?

CAPERUCITA -Voy a casa de mi abuela, a llevarle un pastel y una botella de vino. Es que está
enferma, ¿sabes?

VACA -No vas a ninguna parte. Estás dormida.

CAPERUCITA - Bueno, sólo un poquito.

VACA -Ten cuidado. El lobo Jacobo ha llegado al bosque. (Y con su rumiar, sale de escena).

CAPERUCITA (Vuelve a dormirse) - Ya me lo dijo mi madre. Jacobo, el topo.

(El sol avanza un poco más en el cielo. Entra un conejo, que avanza a saltos por el lugar).

CONEJO - Busco cosas naranjas, porque las zanahorias son naranjas. (Se acerca hasta unas
flores blancas). ¿Naranja? No, no, no; esto es blanco. (Con sus saltos llega hasta Caperucita).
¿Naranja? No, no, no; esto es rojo. ¿Eres una zanahoria roja?

CAPERUCITA (Despierta, pero no se levanta) -¡Hola, eres un conejo!

CONEJO -¿Y tú, una zanahoria roja?

CAPERUCITA -No, soy Caperucita Roja. Voy a casa de mi abuela, a llevarle un pastel y una
botella de vino. Es que está enferma, ¿sabes?

CONEJO - Ya me parecías muy grande pare ser una zanahoria.

CAPERUCITA - Eres un conejo que habla.

CONEJO (Sale saltando) - Los conejos no hablamos. Y las vacas tampoco. Estás dormida y
sueñas. Y recuerda, Jacobo el lobo está cerca. (Sale).

CAPERUCITA (Se levanta de un salto) - ¡Ay!, me quedé dormida. Se me está haciendo tarde.

(Entra el Lobo)

LOBO -¿Y a dónde llegas tarde, niña?

CAPERUCITA- Voy a casa de mi abuelita, a llevarle un pastel y una botella de vino. Es que está
enferma. ¿Sabe usted algún camino más corto que este sendero? Es muy tarde y me van a regañar.

LOBO - Claro, claro. Un camino corto, muy corto. Lo conozco y también dónde está la casa de tu
abuelita. Ve por el centro del bosque. No hay camino, pero llegarás antes; te lo dice Jacobo.

CAPERUCITA (Que se dirige al centro de la escena y desde allí camina hacia el fondo) - Es usted
muy amable, Jacobo. Alguien me ha hablado de usted. Aunque no recuerdo quien pudo haber sido.
Adiós y gracias. (Sale).

LOBO - Ha sido más fácil de lo que imaginé. Y yo llegaré a la casa de la vieja antes que la niña. Y
allí me la comeré. Si lo hubiese intentado aquí, se habrían escuchado sus gritos. En la casa, nadie
la oirá. (Sale).
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(El sol desaparece, así como todos los árboles. Mientras suena una música rítmica, se coloca en
escena el interior de la casa de la abuela. A la derecha está la puerta que da al exterior, a la izquierda
otra puerta que da a otra habitación de la casa. Un armario y una cama forman parte de la decoración
del lugar. La Abuela entra desde la puerta de la izquierda).

ABUELA (Mientras se mete en la cama) - Esto no me gusta. Caperucita se retrasa. (Alguien toca
en la puerta: toc, toc, toc) ¿Eres tú, Caperucita?

LOBO (En off, falseando su voz) - Sí, abuelita. Caperucita soy. Te traigo vino y una tarta.

ABUELA -Pasa, Caperucita; entra. (Se abre la puerta y entra el Lobo).

LOBO (Ya con su voz) - Hola, querida abuelita.

ABUELA - ¡Eres él lo… lo…! (Se incorpora en la cama) ¡Bo… bo…! (Se desmaya).

LOBO - ¡Bobo no, soy Jacobo! (La mira) ¡Buah! Todo está resultando muy fácil. Se ha desmayado.
Mejor, la esconderé para que no la vea la niña. (La saca a rastras de la cama). Esta me servirá para
hacer una sopa.

(El Lobo se acerca con la Abuela hasta el armario, lo abre e introduce a la mujer dentro. Eso sí,
durante el proceso, la anciana cae encima del Lobo varias veces, aplastándolo, ante las quejas del
mencionado. Una vez la Abuela dentro del armario, el Lobo se introduce en la cama y se tapa hasta
arriba. Tocan a la puerta y entra Caperucita).

CAPERUCITA -¡Hola, abuela!

LOBO (Simulando su voz) - Acércate a la cama, Caperucita. Siéntate a mi lado, que no puedo
levantarme.

CAPERUCITA. (Que se acerca hasta la cama) - Abuelita, qué orejas tan grandes tienes.

LOBO (Con la voz cambiada) - Para oírte mejor, Caperucita.

CAPERUCITA -Abuelita, qué ojos más grandes tienes.

LOBO -Para verte mejor, Caperucita.

CAPERUCITA -Abuelita, qué boca más grande tienes.

LOBO (Se levanta de un salto) - ¡Para comerte mejor!

(En ese preciso instante entra la Madre Loba por la puerta que da al exterior).

MADRE LOBA -¡Te he encontrado, Jacobo!, sabía que tarde o temprano pasarías por aquí.

LOBO (Acobardado) - Pero mamá, madre querida; te equivocas. Caperucita y yo sólo jugábamos.
¡Uy, y cómo nos hemos divertido!

CAPERUCITA -Eso es mentira. ¡Me querías comer!

LOBO -Y ahora seguimos jugando. Contamos mentiras, se llama el juego.

CAPERUCITA -¡Mentira!

LOBO -Ay, ay; siempre jugando, Caperucita.

MADRE LOBA - ¡Déjate de cuentos, que éste se ha acabado! Vamos para casa. Ya hablaremos allí.

LOBO -¿No empezarás otra vez con eso de ir al colegio?

MADRE LOBA -Me adivinaste el pensamiento.

LOBO -Mamá, el colegio es para los corderos.

MADRE LOBA -¡A casa, te digo!

LOBO (Mientras sale) - El colegio es muy aburrido.

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MADRE LOBA - Tú sí que eres aburrido, siempre con las mismas tonterías. (A Caperucita). Lo
siento por el susto, Caperucita. Éste hijo mío es un simplón.

LOBO -Jo… No soy simplón.

MADRE LOBA - Adiós Caperucita. (Al Lobo). ¡Andando para casa!

(Salen el Lobo y la Madre Loba. Suenan unos golpes en la puerta del armario).

CAPERUCITA - Ay, mi madre. ¡Otro lobo!

ABUELA (Desde dentro del armario). -¡Por el bigote de tu abuelo!, ¡sácame de aquí, que me falta
el aire!

CAPERUCITA - ¡Abuelita! (Caperucita se acerca hasta el armario, abre la puerta y la Abuela sale
de él. Se abrazan ambas).

ABUELA - Ay, hija; como bien dice su madre: ese Jacobo tiene que aprender a ser un buen lobo.
(Suena una música de fiesta). ¡Ha comenzado la fiesta del pueblo! Vamos a buscar a tu madre y
nos vamos para allá las tres.

CAPERUCITA -¿Vas a ir en camisón?

ABUELA -Es una fiesta de disfraces y yo voy disfrazada de abuela dormilona.

CAPERUCITA -¿No estabas enferma?

ABUELA - Claro. Y una fiesta es el mejor remedio.

CAPERUCITA –Ji, ji, ji, abuelita; eres la bomba.

ABUELA -Y ya me verás cuando comience el baile.

CAPERUCITA – Ji, ji, ji, abuelita…

(Salen las dos).

FIN

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