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Sumilla: “…para la adquisición del inmueble de la Comunidad Campesina de Jicamarca si hubo un


mandato sin representación y que además en la actualidad se viene ejecutando, conforme a las
Escrituras Públicas de Declaraciones de Verdaderos Propietarios de folios doscientos seis a
doscientos setenta y tres, en donde los ahora co-demandados reconocen a favor de los
asociados, el derecho de verdaderos propietarios a perpetuidad, habiendo concluido la Sala de
mérito en que se viene cumpliendo con lo pactado y con lo estipulado en la norma contenida en el
artículo 1810 del Código Civil, conforme a la cual el mandatario queda automáticamente obligado
en virtud del mandato a transferir al mandante los bienes adquiridos en ejecución del contrato,
quedando a salvo los derechos adquiridos por los terceros de buena fe …”

“…A través del presente proceso el demandante pretende ser declarado como legítimo
propietario del inmueble constituido por el terreno de, trescientos cincuenta hectáreas (350 has.),
rectificado en trescientos treinta y cuatro punto cuarenta y nueve hectáreas (334.49 has), ubicado
en el sector el Cercado de la Quebrada de Canto Grande, Distrito de San Juan de Lurigancho,
Provincia y Departamento de Lima…”

“…Como sustento de la demanda, el actor precisa que a mediados del año mil novecientos
noventa y nueve, los demandantes con otras personas (trescientos cincuenta y seis personas en
su totalidad), tuvieron conocimiento que la Comunidad Campesina de Jicamarca, estaba
ofreciendo en venta, un lote de terreno de trescientos cincuenta hectáreas (350 has.), motivo por
el cual pretendieron constituir una persona jurídica, como asociación civil sin fines de lucro, cuyo
fin era adquirir dicho inmueble, pero debido a ciertas circunstancias que se presentaron en ese
entonces, decidieron, previa coordinación con la Comunidad Campesina de Jicamarca, otorgar un
mandato a favor de los co-demandados Aurelio Milla Trujillo, Nieves Cutipa Torres y Bacilio
Guzmán Huamaní, para que estos sin representación, los reemplacen ante la citada Comunidad
Campesina, en la suscripción de la minuta de compraventa, de fecha veintiséis de noviembre de
mil novecientos noventa y nueve, así como en la Escritura Pública de fecha tres de diciembre de
mil novecientos noventa y nueve, otorgada ante la Notaría del Doctor Cesar Bazán Naveda e
inscrita en la Partida Electrónica N° 18642314 de los Registros Públicos de la Propiedad Inmueble
de Lima. Todo ello, fue originado debido que hasta ese entonces no se había concretizado la
constitución de la asociación civil. Con fecha ocho de noviembre de mil novecientos noventa y
nueve, se llevó a cabo la Asamblea General de Comuneros de la Comunidad Campesina de
Jicamarca, con la finalidad expresa de tratar el asunto de transferencia de terrenos comunales a
favor de los demandados; durante dicha asamblea por unanimidad se acordó la transferencia de
los terrenos comunales en calidad de compraventa de un área de trescientos cincuenta hectáreas
(350 has.) Posteriormente la Comunidad suscribió la minuta de compraventa con fecha tres de
diciembre de mil novecientos noventa y nueve, el problema ocurrió cuando el bien fue inscrito a
nombre de los demandados, por error, como únicos titulares del bien, quienes aprovechando dicha
condición, pretenden enajenar parte del bien, tal es caso que estaban sacando ventaja, al extremo
de negarse en todo sentido a regularizar dicha transferencia a cada uno de las personas indicadas
en la minuta y escritura pública correspondiente, llegando al extremo de exigir determinadas
exigencias. …”

CAS. N° 3862-2011 LIMA


Lima, nueve de diciembre de dos mil trece.- LA SALA DE DERECHO CONSTITUCIONAL Y
SOCIAL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA: VISTA:
la causa número tres mil ochocientos sesenta y dos — dos mil once; en Audiencia Pública llevada
a cabo en la fecha, integrada con los Señores Jueces Supremos Sivina Hurtado - Presidente,
Walde Jáuregui, Acevedo Mena, Vinatea Medina y Rueda Fernández; y luego de verificada la
votación con arreglo a ley, se emite la siguiente sentencia: 1.- MATERIA DEL RECURSO: Se trata
del recurso de casación obrante a fojas mil treinta y cuatro, interpuesto por don Aurelio Milla
Trujillo, Bacilio Guzmán Huamani, Nieves Cutipa Torres contra la sentencia de vista de fojas
novecientos setenta y seis, de fecha veinte de abril de dos mil once, que confirmando la sentencia
apelada declaró fundada la demanda. 2.-FUNDAMENTOS POR LOS CUALES SE HA
DECLARADO PROCEDENTE EL RECURSO: Mediante resolución de fecha diez de diciembre
de dos mil doce, corriente a fojas ciento cincuenta y tres del cuaderno de casación, se ha
declarado procedente el recurso interpuesto por la causal de infracción normativa por
contravención de las normas que garantizan el derecho a un debido proceso, toda vez que la Sala
Superior ha producido una resolución evidentemente defectuosa en tanto y en cuanto no cumple
con lo previsto en el artículo 121 del Código Procesal Civil, pues solo se ha limitado a señalar lo
establecido en los artículos 1351, 1352, 1755, 1756, 1790 y 1810 del Código Civil sin motivar su
contenido, con lo que es materia de pretensión, toda vez que en el contrato de compraventa
suscrito por la Comunidad Campesina de Jicamarca con los demandados no aparece ninguno de
los posesionarios declarando su conformidad con el mandato sin representación; por otro lado, la
sentencia no tiene en cuenta que la declaración efectuada por los demandados en la segunda
cláusula adicional de dicho instrumento constituye una manifestación de voluntad unilateral que no
recoge el consentimiento unánime de quienes debieron celebrarlo toda vez que no contiene la
manifestación de voluntad de los mandantes. Así también la sentencia impugnada ha valorado un
acta de asamblea de una asociación constituida con posterioridad a la compraventa, por iniciativa
de los demandados y un grupo de fundadores, entre los cuales había diecisiete ciudadanos que
no figuraban como posesionarios en la segunda cláusula adicional del contrato de compraventa;
así como que no ha logrado desvirtuar que los demandantes no han logrado probar que los
trescientos cincuenta y seis posesionarías hayan retribuido a los demandados por el servicio
prestado de conformidad con lo establecido en el inciso 2 del artículo 1796 del Código Civil, en tal
sentido, el incumplimiento de dicha obligación también es prueba de la inexistencia de una
relación mandante/mandatario; además, la Sala no ha tenido en cuenta que los demandados han
probado y consta en autos, que el único tráfico de dinero que hubo entre el demandante Cayetano
Alberto Canales De La Cruz y los demandados se materializó con un préstamo de dinero; pues la
documentación que prueba esta afirmación, corresponde a una relación de mutuo (préstamo)
mediante la cual el demandante Cayetano Alberto Canales De la Cruz prestó a los demandados la
suma de cuatro mil cien con 00/100 dólares americanos (US $ 4.100.00) para pagar la compra
venta cuya cancelación se produjo mediante un acuerdo contenido en el Acta de Conciliación por
Acuerdo Total N° 078 expedido por el Centro de Conciliación AFPY ULLAI; en dicho acuerdo, el
demandante Canales reconoce la condición de propietarios de los demandados aceptando la
transferencia de un inmueble de siete mil quinientos metros cuadrados (7,500 m2) bajo el formato
de compra venta; estos siete mil quinientos metros cuadrados (7,500 m2) transferidos forman
parte del Escritura Pública de Compraventa N° 3436 de fecha diecisiete de noviembre de dos mil
uno. Asimismo, alega que existe contradicción en el octavo considerando de la sentencia
impugnada pues en la parte resolutiva tiene un efecto gravitante que afecta sustancialmente el
derecho de propiedad de los demandados si se toma en cuenta que dos mil quinientos metros
cuadrados (2,500 m2) multiplicados por trescientos sesenta personas arroja un sub total de
ochenta y nueve hectáreas (89 has.), que sumados a las catorce punto cincuenta y tres hectáreas
(14.53 has.) para ser destinadas a áreas verdes, colegios etcétera arroja un total ciento tres punto
cincuenta y tres hectáreas (103.53 has,). Esta simple operación matemática nos permite apreciar
que existen doscientos treinta punto cuarenta y siete (230.47 has) que son de propiedad de los
demandados toda vez que no forman parte del compromiso de distribución que asumieron al
celebrar el contrato de compraventa, por lo que, la sentencia es diminuta.
3.- CONSIDERANDO: Primero: En primer término, corresponde examinar la causal casatoria,
desde el marco jurídico de las garantías de los derechos fundamentales a un debido proceso y
tutela jurisdiccional efectiva, a fin de que en sede casatoria se ejercite adecuadamente la finalidad
esencial del recurso de casación, y se resguarde la tutela de los derechos procesales con valor
constitucional, con la clara observancia de las normas sustantivas y procesales que garantiza al
justiciable el derecho de obtener de los órganos jurisdiccionales una respuesta razonada y
fundamentada, respetando los principios de jerarquía de las normas, el de congruencia procesal,
la valoración de los medios probatorios; constituyendo un deber del Juez emitir fallos de acuerdo a
lo establecido en el inciso 5 del artículo 139 de la Constitución Política del Estado, en el inciso 4
del artículo 122, así como el artículo 50 inciso 6 del Código Procesal Civil, en resguardo de los
derechos fundamentales citados en todas sus acepciones.
Segundo: En cuanto al derecho fundamental a un debido proceso, no sólo es un principio de
quienes ejercen la función jurisdiccional y que está contemplado como tal en el inciso 3 del
artículo 139 de la Constitución Política del Estado, sino que también es concebido como aquel
derecho fundamental que posee toda persona peruana o extranjera, natural o jurídica y que, en tal
medida, es exigible por éstas (dimensión subjetiva); a su vez, es un derecho que debe ser
respetado por todos, debido a que lleva implícito los fines sociales y colectivos de justicia
(dimensión objetiva)1. En ese sentido, existe contravención de las normas que garantizan el
derecho a un debido proceso cuando, en el desarrollo del mismo, el órgano jurisdiccional no ha
respetado los derechos procesales de las partes; se han obviado o alterado actos de
procedimiento; la tutela jurisdiccional no ha sido efectiva y/o el órgano jurisdiccional deja de
motivar sus resoluciones, en clara transgresión de la normatividad vigente y de los principios
procesales.

Tercero: Ahora bien, conforme a la jurisprudencia sentada por esta Sala de Derecho
Constitucional y Social Permanente2: "El derecho a la tutela jurisdiccional efectiva se encuentra
reconocido en el artículo 139, inciso 3, de la Carta Magna, y en el artículo I del Título Preliminar
del Código Procesal Civil, el cual encuentra dentro de su contenido constitucional protegido que,
cuando una persona requiera la protección de su derecho o de sus intereses legítimos, aquello
sea atendido por los órganos jurisdiccionales mediante un proceso adecuado donde se respeten
las garantías mínimas de los litigantes, esto es, de ambas partes en el proceso. Ello es así, toda
vez que no sólo se busca la defensa de los intereses de la parte accionante sino también
los del sujeto requerido, estando sus derechos también abarcados en la tutela
jurisdiccional efectiva. Tal derecho se trata, por tanto, de un derecho continente, esto es que
abarca una serie de otros derechos expresamente señalados o implícitamente deducidos de
aquel. En la doctrina, se ha señalado que este derecho abarca principalmente tres etapas: El
acceso a los órganos jurisdiccionales, el cumplimiento de las normas y derechos que regula el
debido proceso, y el de la ejecución de la resolución obtenida. En ese sentido, estableció la Sala
Suprema que uno de los derechos que abarca la tutela jurisdiccional efectiva es el derecho al
acceso a la justicia, el cual se encuentra implícitamente contenido en aquel, y comprende el
derecho de la persona de promover la acción jurisdiccional de los órganos estatales
correspondientes, a través de los mecanismos que la Ley le franquea para solicitar que se
resuelva una situación jurídica o conflicto de derechos en un proceso judicial conforme a derecho.
Asimismo, se precisó que este derecho se concretiza a través del ejercicio de otro derecho
también de relevancia constitucional como parte integrante del derecho a la tutela procesal
efectiva, refiriéndose al derecho de acción definido como "(... ) el poder jurídico que tiene todo
sujeto de derecho, de acudir a los órganos jurisdiccionales para reclamarles la satisfacción de una
pretensión".

Cuarto: Sobre la motivación de las sentencias, el Tribunal Constitucional" ha establecido: "debe


tenerse presente que en todo Estado constitucional y democrático de derecho, la motivación
debida de las decisiones de las entidades públicas -sean o no de carácter jurisdiccional- es un
derecho fundamental que forma parte del contenido esencial del derecho a la tutela procesal
efectiva. El derecho a la motivación debida constituye una garantía fundamental en los supuestos
en que con la decisión emitida se afecte de manera negativa la esfera o situación jurídica de las
personas. Así, toda decisión que carezca de una motivación adecuada, suficiente y congruente
constituirá una decisión arbitraria y en consecuencia,
será inconstitucional".

Quinto: Con relación al derecho fundamental a probar tiene por finalidad producir en el Juez el
convencimiento sobre la existencia o inexistencia de los hechos afirmados por los sujetos
procesales, lo que ha sido ratificado por el Tribunal Constitucional5, cuando señala que: "Existe un
derecho constitucional a probar, aunque no autónomo, que se encuentra orientado por los fines
propios de la observancia o tutela del, derecho al debido proceso. Constituye un derecho básico
de los justiciables de producir la prueba relacionada con los hechos que configuran su pretensión
o su defensa. Según este derecho, las partes o un tercero legitimado en un proceso o
procedimiento, tienen el derecho a producir la prueba necesaria con la finalidad de acreditar los
hechos que configuran su pretensión o defensa. Así, por ejemplo, el artículo 188° del Código
Procesal Civil establece que los medios probatorios tienen por finalidad acreditar los hechos
expuestos por las partes, producir certeza en el juez respecto de los puntos controvertidos y
fundamentar sus decisiones. Se trata de un derecho complejo que está compuesto por el derecho
a ofrecer medios probatorios que se consideren necesarios, a que estos sean admitidos,
adecuadamente actuados, que se asegure la producción o conservación de la prueba a partir de
la actuación anticipada de los medios probatorios y que estos sean valorados de manera
adecuada y con la motivación debida, con el fin de darle el mérito probatorio que tenga en la
sentencia. La valoración de la prueba debe estar debidamente motivada por escrito, con la
finalidad de que el justiciable pueda comprobar si dicho mérito ha sido efectiva y adecuadamente
realizado".

Sexto: A través del presente proceso el demandante pretende ser declarado como legítimo
propietario del inmueble constituido por el terreno de, trescientos cincuenta hectáreas (350 has.),
rectificado en trescientos treinta y cuatro punto cuarenta y nueve hectáreas (334.49 has), ubicado
en el sector el Cercado de la Quebrada de Canto Grande, Distrito de San Juan de Lurigancho,
Provincia y Departamento de Lima a los demás personas detalladas conforme a la segunda
cláusula de la escritura pública de compraventa, elevada con fecha tres de diciembre de mil
novecientos noventa y nueve ante la Notaría Pública del Doctor Cesar H. Bazán Naveda y
aclarada mediante escrituras públicas de fecha veinticinco de noviembre de dos mil y veintiuno de
febrero de dos mil tres, respectivamente, condenándose a los demandados al pago de las costas
y costos del juicio

Sétimo: Como sustento de la demanda, el actor precisa que a mediados del año mil novecientos
noventa y nueve, los demandantes con otras personas (trescientos cincuenta y seis personas en
su totalidad), tuvieron conocimiento que la Comunidad Campesina de Jicamarca, estaba
ofreciendo en venta, un lote de terreno de trescientos cincuenta hectáreas (350 has.), motivo por
el cual pretendieron constituir una persona jurídica, como asociación civil sin fines de lucro, cuyo
fin era adquirir dicho inmueble, pero debido a ciertas circunstancias que se presentaron en ese
entonces, decidieron, previa coordinación con la Comunidad Campesina de Jicamarca, otorgar un
mandato a favor de los codemandados Aurelio Milla Trujillo, Nieves Cutipa Torres y Bacilio
Guzmán Huamaní, para que estos sin representación, los reemplacen ante la citada Comunidad
Campesina, en la suscripción de la minuta de compraventa, de fecha veintiséis de noviembre de
mil novecientos noventa y nueve, así como en la Escritura Pública de fecha tres de diciembre de
mil novecientos noventa y nueve, otorgada ante la Notaría del Doctor Cesar Bazán Naveda e
inscrita en la Partida Electrónica N° 18642314 de los Registros Públicos de la Propiedad Inmueble
de Lima. Todo ello, fue originado debido que hasta ese entonces no se había concretizado la
constitución de la asociación civil. Con fecha ocho de noviembre de mil novecientos noventa y
nueve, se llevó a cabo la Asamblea General de Comuneros de la Comunidad Campesina de
Jicamarca, con la finalidad expresa de tratar el asunto de transferencia de terrenos comunales a
favor de los demandados; durante dicha asamblea por unanimidad se acordó la transferencia de
los terrenos comunales en calidad de compraventa de un área de trescientos cincuenta hectáreas
(350 has.) Posteriormente la Comunidad suscribió la minuta de compraventa con fecha tres de
diciembre de mil novecientos noventa y nueve, el problema ocurrió cuando el bien fue inscrito a
nombre de los demandados, por error, como únicos titulares del bien, quienes aprovechando dicha
condición, pretenden enajenar parte del bien, tal es caso que estaban sacando ventaja, al extremo
de negarse en todo sentido a regularizar dicha transferencia a cada uno de las personas indicadas
en la minuta y escritura pública correspondiente, llegando al extremo de exigir determinadas
exigencias.

Octavo: En sede de instancia, la Sala de mérito ha confirmado la sentencia apelada, declarando


fundada la demanda. Sostiene el Colegiado en esencia que el mandato cuestionado se encuentra
debidamente acreditado con la propia declaración de los compradores que se consigna en la
segunda cláusula adicional del instrumento de compraventa y que además fue de conocimiento de
la vendedora; en consecuencia, la Sala de mérito determina que se viene cumpliendo con lo
pactado y con lo estipulado en la norma contenida en el artículo 1810 del Código Civil.

Noveno: Entrando al análisis del recurso de casación, esta Sala Suprema aprecia de la sentencia
de vista que al confirmarse la sentencia apelada, los Jueces de mérito han cumplido con motivar
su decisión, en estricto resguardo de los derechos fundamentales a un debido proceso y tutela
jurisdiccional efectiva
de la recurrente, determinando en base a una valoración conjunta y razonada de los medios
probatorios que conforme al testimonio de escritura pública de compra venta de fojas cinco a
trece, la Comunidad Campesina en su calidad de vendedora transfirió a don Bacilio Guzmán
Huamaní, Nieves Cutipa Torres y Aurelio Milla Trujillo el inmueble sub materia, en virtud a un
contrato de mandato sin representación celebrado con las trescientos cincuenta y seis (356)
personas cuyos nombres se consigna en la cláusula segunda del testimonio referido, con el
compromiso de los compradores, de que después de formalizado el negocio jurídico, transfieran a
cada uno de ellos un lote de dos mil quinientos metros cuadrados (2,500 m2). Asimismo, conforme
a la Asamblea General de Comuneros de la Comunidad Campesina de Jicamarca de fecha ocho
de .noviembre de mil novecientos noventa y nueve, que corre inserta en dicha escritura pública, se
acordó que los adquirientes reservaran catorce punto cincuenta y tres hectáreas (14.53 has) para
áreas verdes, colegios, hospitales, institutos, mercados, local comunal y otros servicios, de
acuerdo a su correspondiente plano de lotización, asimismo sus respectivas calles y avenidas que
cruzan por el Sector de "El Cercado" se mantendrían vigentes.

Décimo: En efecto, este Tribunal Supremo verifica —conforme lo ha precisado el Colegiado


Superior — que el mandato cuestionado se encuentra debidamente acreditado con la propia
declaración de los compradores que se consigna en la segunda cláusula adicional del instrumento
de compraventa de fojas cinco a trece, y que además fue de conocimiento de la vendedora,
corroborado por el propio co demandado Aurelio Milla Trujillo en el desarrollo de la Asamblea
Extraordinaria de Socios de la "Sociedad de Propietarios, Micro Empresariales Artesanales "El
Cercado Villa San Antonio" de fecha seis de agosto de dos mil, cuya acta obra a fojas seiscientos
cincuenta y tres a cincuenta y siete, quien señaló que el terreno fue adquirido con el dinero de
todos los socios inscritos en sus padrones y que los terrenos remanentes pertenecen a todos y
cada uno de ellos y que podrán disponer absolutamente como deseen, lo que aunado a las
declaraciones prestadas por los demandados en la audiencia de pruebas de folios cuatrocientos
sesenta y ocho a cuatrocientos setenta, no hace sino corroborar que para la adquisición del
inmueble de la Comunidad Campesina de Jicamarca si hubo un mandato sin representación y que
además en la actualidad se viene ejecutando, conforme a las Escrituras Públicas de
Declaraciones de Verdaderos Propietarios de folios doscientos seis a doscientos setenta y tres, en
donde los ahora co-demandados reconocen a favor de los asociados, el derecho de verdaderos
propietarios a perpetuidad, habiendo concluido la Sala de mérito en que se viene cumpliendo con
lo pactado y con lo estipulado en la norma contenida en el artículo 1810 del Código Civil, conforme
a la cual el mandatario queda automáticamente obligado en virtud del mandato a transferir al
mandante los bienes adquiridos en ejecución del contrato, quedando a salvo los derechos
adquiridos por los terceros de buena fe; por lo tanto, esta Sala Suprema ha corroborado que en
sede de instancia se ha cumplido con las garantías procesales reconocidas expresamente por el
artículo 139, numerales 3 y 5 de la Constitución, artículo 12 de la Ley Orgánica del Poder Judicial
y artículo 122 inciso 4 del Código Procesal Civil, al haberse pronunciado el Colegiado
motivadamente, conteniendo la sentencia de vista las consideraciones esenciales que sustentan
la decisión arribada. En consecuencia, deviene en infundado el recurso de casación, por cuanto
este Tribunal ha verificado que el Colegiado de mérito ha motivado su sentencia en base a un
análisis conjunto y razonado de las pruebas y conforme a la situación fáctica establecida en la
instancia; en estricto resguardo a los derechos fundamentales a un debido proceso, tutela
jurisdiccional efectiva y a la prueba. 4.- DECISIÓN: Por estos fundamentos declararon:
INFUNDADO el recurso de casación obrante a fojas mil treinta y cuatro, interpuesto por Aurelio
Milla Trujillo, Bacilio Guzmán Huamaní, Nieves Cutipa Torres, de fecha veintisiete de mayo de dos
mil once; en consecuencia, NO CASARON la sentencia de vista de fojas novecientos setenta y
seis, de fecha veinte de abril de dos mil once; en los seguidos por Cayetano Alberto Canales De
La Cruz contra Nieves Cutipa Torres y otros sobre Declaración Judicial; DISPUSIERON la
publicación de la presente resolución en el Diario Oficial El Peruano conforme a ley; y los
devolvieron. Vocal Ponente: Vinatea Medina.- SS. SIVINA HURTADO, WALDE JÁUREGUI,
ACEVEDO MENA, VINATEA MEDINA, RUEDA FERNÁNDEZ
1 Comisión Andina de Juristas. Luis Huerta con la colaboración de Enrique Aguilar,
'El debido proceso en las decisiones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (análisis
del artículo 8 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos), en www.cajpe.org.pe.
Ó
2 CASACIÓN N° 405-2010, LIMA-NORTE, considerando octavo, de fecha quince de marzo de dos
mil once. En esta oportunidad la Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente declaró
infundado el recurso de casación interpuesto por la Asociación de Propietarios de la Urbanización
Sol de Lima; en los seguidos contra la Municipalidad Distrital de San Martín de Portes y otro;
sobre proceso contencioso administrativo. (negrita y subrayado nuestro).
3 Couture Eduardo J (1985) Fundamentos del Derecho Procesal Civil. Buenos Aires, Depalma,
p57.
4 STC. N° 01807-2011-PA/TC, del veintisiete de junio de dos mil once, fundamento
10.
5 STC N° 06712-2005-PH/TC del 17 de octubre de 2005. En esta oportunidad el
Tribunal Constitucional en sesión de Pleno Jurisdiccional, resolvió improcedente la
demanda de amparo de autos en el extremo que alega la violación del derecho a la
prueba; e, infundada la demanda de amparo de autos en el extremo que alega la
violación del derecho a la defensa; en los seguidos por doña Magaly Jesús Medina Vela y por don
Ney Guerrero Orellana contra los miembros de la Primera Sala Penal Transitoria de la Corte
Suprema, señores Robinson Gonzáles Campos, José María Balcázar Zelada, Pastor Barrientos
Peña, César Vega Vega y Hugo Príncipe Trujillo, sobre proceso de amparo.
C1136509-196
Publicado 30-09-2014 Página 55202

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