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Test de Trazados (Rastreo) de Halstead-Reitan
Test de Trazados (Rastreo) de Halstead-Reitan
Introducción
Administración y corrección
Una vez que el paciente ha terminado la muestra de tal forma que haya
demostrado que comprende lo que se le ha pedido, se le indica que se van a ensayar los
reactivos al dorso, los cuales constituyen el test en sí. Se le da vuelta al papel y se
administra la Parte A del procedimiento. Si durante la realización de la muestra de la
Parte A, el paciente comete algún error, se hace que vuelva al último número
correctamente conectado y que comience de nuevo desde ese punto. Si no lo hace en
orden, se insiste de nuevo que debe conectar los números en orden. Se empieza a tomar
el tiempo desde el momento que se le dice al paciente que comience y no se detiene el
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cronómetro si comete algún error. Al igual que con la muestra, debe regresar al último
reactivo correcto y comenzar de nuevo desde ahí.
Si el paciente comete algún error, se hace que vuelva al último número o letra
correctamente conectado y que comience de nuevo desde ese punto. No se detiene el
cronómetro mientras se corrige al paciente. Se toma nota del tiempo que le tome
completar la tarea en segundos. Los errores contribuyen a la evaluación de la ejecución
ya que aumentan el tiempo que toma completar la tarea. Las puntuaciones para la Parte
A y la Parte B del TMT se derivan a partir del tiempo que le toma al paciente completar
cada una de ellas.
El origen del TEST DE RASTREO (TMT; Reitan 1958; Reitan y Wolfson, 1993a) se
remonta a un instrumento que se denominó SERIES DE NÚMEROS DE TAYLOR, el
cual requería que los pacientes conectasen los números del 1 al 50 en orden.
Posteriormente, Partington lo revisó y lo denominó UN TEST DE ATENCIÓN
DISTRIBUIDA. Pronto después se le llegó a conocer como el TEST DE SENDAS DE
PARTINGTON. Cerca del 1944, este procedimiento fue incorporado al TEST DE
CAPACIDAD GENERAL DEL EJÉRCITO en los Estados Unidos y se le dio el nombre de
TEST DE RASTREO (TRAIL MAKING TEST). Eventualmente fue incorporado a la
Batería Neuropsicológica de Halstead-Reitan (Reitan y Wolfson, 1993a). Desde que
Reitan (1955) hizo su observación sobre el TEST DE RASTREO (TRAIL MAKING TEST)
describiéndolo como un procedimiento corto, barato y fácil de administrar, capaz de
indicar con validez los efectos del daño cerebral, se ha acumulado una enorme cantidad
de literatura científica sobre el mismo, la cual no se pretende presentar de forma
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En otro estudio dentro de esta misma línea, Shearn, Berry y Fitzgibbons (1976)
les administraron el TMT a tres muestras de pacientes con edad, nivel de educación y
distribución por sexo similares. Los grupos estaban constituidos por 23 pacientes
hospitalizados en quienes sus psiquiatras sospechaban daño orgánico, 31 pacientes
psiquiátricos hospitalizados sin sospecha de organicidad y 20 controles saludables.
Aunque los instrumentos utilizados discriminaron entre los controles y los dos grupos
de pacientes, estos no difirieron significativamente entre sí.
Más adelante, O’Leary et al. (1977) utilizaron el TMT en el seguimiento del curso
de 24 pacientes alcohólicos hombres con una edad promedio de 51 años y compararon
su ejecución en este instrumento con la de una muestra de 20 controles saludables de
igual composición demográfica. Se les administró este instrumento dos veces a todos los
participantes con un intervalo de un año entre exploraciones. Los resultados indicaron
que los controles saludables ejecutaron esta tarea significativamente mejor en ambas
ocasiones, aunque los pacientes alcohólicos mostraron mejoría entre ambas ocasiones. Se
compararon pacientes abstinentes con pacientes relapsantes durante ese año y no se
encontraron diferencias significativas entre ambos grupos. La contribución de factores
cerebrales a las llamadas discapacidades en el aprendizaje fue explorada por Rourke y
Finlayson (1975) a través del TMT. Estos autores examinaron una muestra de 45 niños
entre las edades de 10 y 14 años con esta condición. A partir del examen de los
resultados obtenidos, se pudieron identificar tres grupos dentro de esta muestra. Un
grupo logró realizar tanto la Parte A como la Parte B adecuadamente. Un segundo grupo
pudo realizar la Parte A bien, pero tuvo problemas con la Parte B y un tercer grupo tuvo
dificultades con ambas partes. Rourke y Finlayson (1975) enmarcaron estos resultados
dentro de los obtenidos en una línea de investigaciones que llevaban a cabo en aquel
momento y concluyeron que las discapacidades en el aprendizaje tienen, por lo menos
en parte, un substrato cerebral.
Una pregunta que siempre hay que plantearse en relación a los instrumentos
neuropsicológicos es si los resultados de los mismos están sujetos a la influencia de la
edad. Lindsey y Coppinger (1969) llevaron a cabo un estudio con 101 participantes en el
cual determinaron que hay factores relacionados con la edad que inciden en el declive
de la ejecución en el TMT. Por otro lado, Boll y Reitan (1973) llevaron a cabo un estudio
en el que investigaron la relación entre el coeficiente intelectual y la edad con la
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Al igual que con la revisión del Desarrollo y antecedentes históricos del TEST
DE RASTREO (TMT; Reitan 1958; Reitan y Wolfson, 1993a), esta sección puede
solamente reflejar una parte relativamente modesta de la vasta literatura que se ha
acumulado en relación a este instrumento. Una revisión exhaustiva de la misma sería
suficiente para llenar en sí misma un tomo y no una monografía. En este sentido, los
autores han intentado darles a los lectores un sabor del respaldo empírico con que cuenta
este tan utilizado instrumento de exploración neuropsicológica.
La Parte B del TMT fue utilizada como medida de flexibilidad cognitiva por Kehrer et
al. (2000), quienes se interesaron por los efectos de la presencia de alguien allegado a la
persona siendo examinada durante la administración de una batería de tests
neuropsicológicos. Estos autores les aplicaron este procedimiento a 30 estudiantes
universitarios que habían sido referidos a exploración neuropsicológica con el fin de
determinar si eran candidatos adecuados para un programa de asistencia a estudiantes
discapacitados. Dentro de la muestra se encontraron igual número de estudiantes
masculinos y femeninos, con un promedio de 25.27 años de edad y una desviación típica de
6.15. El nivel educativo de este grupo fue de 14.6 años, con una desviación típica de 2.59.
Todos los estudiantes llevaron a cabo la Parte B del TMT dentro de un diseño balanceado
de administración, bajo dos condiciones, en presencia de alguien allegado y sin su
presencia. Esto se hizo con miras a determinar la influencia de la presencia de un
observador sobre la ejecución de los tests neuropsicológicos, dentro de un diseño en el cual
todos los participantes realizaron las tareas bajo ambas condiciones.
Los resultados obtenidos por Kehrer et al. (2000) en la Parte B del TMT se detallan a
continuación. El tiempo promedio de ejecución del grupo en presencia de un observador
fue 57.32 segundos, con una desviación típica de 15.26, mientras que los valores
10
sobre un factor identificado por los autores como caracterizado por la atención sostenida.
Conjuntamente con este instrumento, cargó también sobre este factor el TEST DE
RETENCION VISUAL DE BENTON (TRVB; Benton, 1974, 2002; Sivan, 1992), aunque de
forma más modesta (0.55).
tiempo significativamente más rápido que los varones. Estos resultados sugieren la
posibilidad de que, dado que las mujeres, en general, tienen un mejor desarrollo del
lenguaje, y por ende, del hemisferio izquierdo, el contenido secuencial de la Parte B de
este instrumento, puede también reflejar dicha ventaja.
La puntuación promedio obtenida por esta muestra en el MMSE fue 28.7 (dt =
1.2). Se les administró a todos los participantes de esta investigación una batería de
instrumentos neuropsicológicos dentro de la cual se encontraba el TMT. Completar la
Parte A de este instrumentos le tomó un promedio de 34.7 segundos (dt = 12.7) a este
grupo, mientras que completaron la Parte B en un tiempo promedio de 93.9 segundos
(dt = 35.4).
Traumatismos cráneo-encefálicos
En la Parte A del TMT, el grupo con pérdida de conciencia (PC) completó la tarea
en un tiempo promedio de 31.3 segundos (dt = 13.5). El grupo sin pérdida de conciencia
(NPC) la completó en una media de 33.1 segundos (dt = 15.3), mientras que en el grupo en
el que no se estaba claro que había sufrido pérdida de conciencia (NC) el valor medio de
ejecución de la tarea fue 32.4 segundos (dt = 16.0). La ejecución de los tres grupos de
pacientes en la Parte B de este instrumento se presenta a continuación. El grupo PC la
realizó en un promedio de 75.9 segundos (dt = 38.5), el grupo NPC en un tiempo promedio
de 82.5 segundos (dt = 64.3), mientras que el grupo NC la terminó en una media de 87.3
segundos (dt = 48.8). Los autores compararon la ejecución de cada grupo con las normas
publicadas por Heaton et al. (1991) para este instrumento, tomando en cuenta la edad y el
nivel educativo. Según estos criterios, el 18.5 % de los miembros de grupo PC cayeron por
debajo del percentil 10 en la Parte A del instrumento y el 20 % del grupo por debajo del
percentil 10 en la Parte B. El 20 % del grupo NPC cayó por debajo del percentil 10 tanto en
la Parte A como en la Parte B. El 24 % del grupo NC cayó por debajo del percentil 10 en la
Parte A y el 38% en la Parte B. Curiosamente, no fue el grupo con pérdida de conciencia el
que acusó una mayor cantidad de participantes con ejecución por debajo del percentil 10.
En este sentido, los resultados de esta investigación señalan el efecto adverso del
traumatismo cráneo-encefálico sobre las funciones valoradas por este instrumento, pero no
se discierne un efecto notable de la pérdida de conciencia.
El tiempo que le tomó a los pacientes completar la Parte A y la Parte B del TMT
se incluyó en un análisis factorial de los resultados obtenidos en los instrumentos
utilizados en la exploración neuropsicológica. Tanto la Parte A (0.82) como la Parte B
(0.68) cargaron sobre un factor que los autores denominaron atención visual y habilidad
psicomotriz. Cargó también sobre este factor el subtest de Clave de números (0.67) de la
ESCALA DE INTELIGENCIA WECHSLER PARA ADULTOS-REVISADA (WAIS-R;
Wechsler, 1981). Los autores indicaron que este factor estuvo relacionado de forma
significativa (p < 0.004) con el nivel de depresión de estos pacientes, según las
puntuaciones de la escala D (depresión) del MMPI-2. Concretamente, los pacientes con
traumatismos cráneo-encefálicos leves con un valor alto en la escala D (puntuación T >
65) tuvieron la tendencia de tener puntuaciones más bajas en los instrumentos que
componían el factor de atención visual y habilidad psicomotriz. Esto no ocurrió con los
pacientes con traumatismos cráneo-encefálicos moderados o severos.
En un estudio sobre la utilidad clínica del TMT, Ruffolo, Guilmette y Willis (2000),
compararon la ejecución de dos grupos de pacientes con historial de traumatismos cráneo-
encefálicos con la de un grupo control. Los participantes de los dos grupos de pacientes con
traumatismos cráneo-encefálicos fueron divididos en aquellos que habían sufrido un
traumatismo leve y aquellos quienes habían sufrido un traumatismo moderado. Los 62
pacientes del grupo con traumatismos leves fueron seleccionados según los criterios
15
El grupo con traumatismos leves tenía una edad promedio de 35.9 años (dt = 13.4) y
un nivel educativo promedio equivalente a 12.6 años (dt = 2.2). Por último, el grupo de
pacientes con traumatismos moderados presentaron una edad promedio de 29.8 años (dt =
11.4 y un nivel educativo promedio de 11.9 años (dt = 1.7). En la Parte A del TMT, los
pacientes del grupo de control la realizaron en un promedio de 26.6 segundos (dt = 7.9). Por
el contrario, el promedio del grupo de pacientes con traumatismos leves fue de 39.5
segundos (dt = 17.7). El grupo de pacientes con traumatismos moderados la completó en un
promedio de 39.6 segundos (dt = 31.5). Los participantes del grupo control completaron la
Parte B en un promedio de 57.2 segundos (dt = 17.2), mientras que los pacientes del grupo
con traumatismos leves en un promedio de 84.6 segundos (dt = 42.1). Finalmente, el grupo
de pacientes con traumatismos moderados realizó la tarea en un promedio de 90.3 (dt =
41.0).
Los resultados obtenidos por Ruffolo, Guilmette y Willis (2000) resaltan la utilidad
del TMT en el proceso diagnóstico de pacientes con secuelas neurocognitivas producto de
traumatismos cráneo-encefálicos. En ambas partes del instrumento, las puntuaciones
promedio en términos de tiempo de ejecución del grupo de control estuvieron por debajo
de las de los dos grupos de pacientes, así como de la puntuaciones de corte de 41 y 91
segundos respectivamente sugeridas originalmente por Reitan (Reitan, 1955). Los
resultados de ambos grupos de pacientes en ambas partes del procedimiento se acercan a
las puntuaciones de corte señaladas con anterioridad. Es interesante notar que los criterios
de diferenciación entre traumatismos leves y moderados utilizados en esta investigación no
fueron capaces de predecir la ejecución de ambos tipos de pacientes en el TMT.
El TMT fue utilizado por Verger et al. (2001) para determinar la presencia de
secuelas neuropsicológicas asociadas con traumatismos cráneo-encefálicos sufridos en
edad temprana. A tal efecto, estos autores estudiaron una muestra de 17 niños y 2 niñas
con antecedentes de haber sufrido un traumatismo cráneo-encefálico. La edad promedio
en la cual estos pacientes sufrieron dicho traumatismo fue 8.58 años (dt = 3.72). La edad
promedio de este grupo fue 18.11 años (dt = 2.85). El tiempo promedio trascurrido entre
el traumatismo y la exploración neuropsicológica fue 9.42 años (dt = 1.98). El tiempo
promedio que les tomó a la muestra de pacientes con historial de traumatismo cráneo-
encefálico completar la Parte A del TMT fue 45.0 segundos (dt = 21.96). El grupo de
16
controles saludables pudo completar esta tarea en un promedio de 34. 05 segundos (dt =
9.6). De acuerdo a los autores de esta investigación, la diferencia entre estas medias fue
significativa al nivel de p = 0.027. La Parte B de este instrumento fue completada por los
pacientes con antecedentes de traumatismo cráneo-encefálico en un promedio de 100.57
segundos (dt = 73.0), mientras que los controles saludables la completaron en un
promedio de 77.89 segundos (dt = 32.0). Aunque los autores de esta investigación
indican que la diferencia entre estas medias no fue significativa a nivel estadístico,
ciertamente la magnitud de la diferencia sugiere que los pacientes con antecedentes de
traumatismos cráneo-encefálicos son mucho más lentos en completar la Parte B de este
instrumento.
La edad promedio de los 50 pacientes con DEM en la valoración de línea base fue
27.67 años (dt = 7.57), mientras que el valor correspondiente a los 50 pacientes con DES
en el mismo momento fue 26.54 años (dt = 7.17). Los valores de escolaridad promedio de
18
estos grupos fueron 12.98 años (dt = 1.73) y 12.56 años (dt = 1.50), respectivamente. El
tiempo promedio que le tomó a los pacientes con DEM completar la Parte A del TMT en
la valoración de línea base fue 30.40 segundos (dt = 12.91) y a los pacientes del grupo
DES les tomó un promedio de 36.31 segundos (dt = 14.61) completar la tarea. La
diferencia entre estas medias fue significativa (p < 0.01).
La Parte B del TMT fue incluida por Busch et al. (2005) dentro de las medidas de
funciones ejecutivas exploradas en esta investigación. En la valoración de línea base, los
pacientes con DEM completaron esta tarea en un promedio de 65.93 segundos (dt =
32.86), mientras que los pacientes con DES la completaron en un promedio de 93.57
segundos (dt = 47.09). La diferencia entre estas dos medias fue también reportada como
significativa por los autores de este estudio (p < 0.001). Los resultados de esta
investigación denotan que hay diferencias en las funciones ejecutivas entre estos dos
grupos difieren en su nivel de funciones ejecutivas (Parte B) y esta diferencia se ve
también en otras funciones, tales como la atención (Parte A).
pacientes con historial de TCE (72 hombres y 18 mujeres), con una edad promedio de
34.6 años (dt = 12.7) y un nivel educativo promedio de 12.9 años (dt = 3.7).
Los miembros del grupo de controles saludables completaron la Parte A del TMT
en un promedio de 31.3 segundos (dt = 13.7) y la Parte B en un promedio de 68.1
segundos (dt = 43.2). Los pacientes con diagnóstico de esquizofrenia completaron la
Parte A de este instrumento en un promedio de 40.9 segundos (dt = 16.6) y la Parte B en
un promedio de 97.5 segundos (dt = 49.6). Los pacientes con historial de TCE
completaron la Parte A en un promedio de 70.7 segundos (dt = 53.1) y la Parte B en un
tiempo promedio de 172.8 segundos (dt = 113.7). Es evidente, a partir de estos
resultados, que tanto la esquizofrenia, pero en especial el TCE, tienen un impacto sobre
la eficiencia de ejecución en ambas partes de este instrumento.
El tiempo promedio que necesitó esta muestra para completar la Parte A del
TMT fue 37.57 segundos (dt = 19.81). En la Parte B, el tiempo necesario promedio para
completar la misma fue 93.13 segundos (dt = 46.61). La Parte A de este instrumento
estuvo altamente correlacionada con los subtests III, IV, V, VI y VII del HCT. La Parte B
del instrumento estuvo altamente correlacionada con todos los subtests del HCT. Es
evidente que una población en la que se sospechan disfunciones neurológicas y por ende
manifestaciones neurocognitivas de las mismas, se obtienen puntuaciones promedio en
este instrumento que se acercan, en el caso a la Parte A o rebasan, como es el caso de la
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Estos autores examinaron 30 pacientes con lesiones frontales (PF), 9 de los cuales
las tenían localizadas en el hemisferio derecho y 19 en el izquierdo. Otros 11 pacientes
tenían lesiones bilaterales del lóbulo frontal. Las causas de las lesiones fueron vasculares
en 10 pacientes, neoplásicas en 8 pacientes, traumáticas en 11 pacientes, o infecciones en
1 paciente. Hubo un promedio de 13.8 semanas entre la lesión y la exploración
neuropsicológica. La muestra de pacientes con lesiones posteriores (CP) estuvo
compuesta por 14 participantes de los cuales 4 tenían lesiones vasculares que les
afectaban las regiones temporales y parietales izquierdas, 3 pacientes sufrieron
afectaciones de estas regiones en el hemisferio derecho, 5 pacientes tenían afectaciones
posteriores por trauma, uno por intervención quirúrgica y otro por anoxia. Se incluyeron
30 controles saludables (CS) sin historial de afectaciones neurológicas.
La media de edad del grupo PF fue 42.5 años (dt = 14.0), con un nivel educativo
promedio de 9.8 años (dt = 2.8). El grupo CP acusó una edad promedio de 41.5 años (dt =
14.0), mientras que el grupo CS tenía una media de 41.1 años (dt = 12.5). Su nivel medio
de educación fue 10.4 años (dt = 2.1). El grupo PF realizó la Parte A del TMT en un
tiempo promedio de 117.3 segundos (dt = 56.9), mientras que el grupo CP la realizó en
un tiempo promedio de 98.2 segundos (dt = 89.5).
En otro estudio con pacientes con enfermedad de Alzheimer (EA), Bondi et al.
(2002) describieron las inter-correlaciones entre diferentes instrumentos neuropsicológicos.
El grupo de 59 pacientes con enfermedad de Alzheimer fue dividido en tres, según la
severidad de presentación de los síntomas de demencia: EA muy leve, EA leve y EA
moderada. A continuación se ofrecen los promedios de edad de cada uno de los grupos en
años: EA muy leve (Media = 73.50; dt = 6.97), EA leve (Media = 73.50; dt = 5.76) y EA
moderada (Media = 72.10; dt = 8.41). Se incluyó un grupo de 51 controles saludables cuya
media de edad fue de 73.40 años (dt = 7.43). Los niveles medios de escolaridad de todos los
participantes fluctuaron alrededor de los 12 a 13 años. Aunque en este estudio, Bondi et al.
(2002) presentaron solamente las estadísticas descriptivas y las diferencias entre medias en
el TEST DE COLORES Y PALABRAS DE STROOP (SCWT; Golden, 2002; Golden y
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Freshwater, 2001), indicaron también que la Parte A cargó, conjuntamente con las
diferentes condiciones de administración del SCWT y los subtests de Clave de números y
Cubos del WAIS-R, sobre un factor caracterizado por un alto componente de habilidades
relacionadas con la velocidad en el procesamiento visual y la secuenciación viso-motriz en los
pacientes con enfermedad de Alzheimer. En los controles saludables se encontraron
relaciones similares, excepto que, tanto la Parte A, como la Parte B del TMT cargaron sobre
este factor. En los pacientes con EA, por el contrario, la Parte B de este instrumento cargó,
aunque con un valor algo más modesto, sobre otro factor que los autores denominaron
funciones ejecutivas, conjuntamente con el número de categorías alcanzadas y el número de
errores de perseveración del TEST DE CLASIFICACION DE TARJETAS DE WISCONSIN
(WCST; Berg, 1948; Grant y Berg, 1948; Heaton et al., 1993, 2001).
típica de 2.6 y habían padecido la enfermedad por un promedio de 16.2 años, con una
desviación típica de 3.5. Antes de la operación, este grupo fue capaz de realizar la Parte
A de este instrumento en un promedio de 62.2 segundos, con una desviación típica de
26.0. Posterior a la operación, el promedio aumentó a 115.3, con una desviación típica de
119. La Parte B fue completada por 5 de estos pacientes en un promedio de 102.2
segundos, con una desviación típica de 38.6, antes de la operación. Posterior a la misma,
el tiempo promedio fue 139.8, con una desviación típica de 34.0.
Tanto los procesos de atención mediados por la Parte A del TMT, como los de
funciones ejecutivas mediados por la Parte B del mismo, parecen estar afectados por la
intervención por medio de estimulación profunda cerebral del núcleo sub-talámico en
pacientes con enfermedad de Parkinson. Cabe notar que, en ambos grupos de pacientes,
las medidas de procesos motrices incluidas en la batería de instrumentos
neuropsicológicos usada en esta exploración mostraron mejoría, aunque no
necesariamente significativa a nivel estadístico.
Los siete pacientes que recibieron estimulación bilateral del NST ejecutaron la Parte
A del TMT en un tiempo promedio de 64.8 segundos (dt = 25.6) y la Parte B en 158.5
segundos (dt = 64.5) en ausencia de la misma. Sin embargo, en presencia de la estimulación
eléctrica del NST estos mismos pacientes realizaron la Parte A de este instrumento en un
promedio de 40.5 segundos (dt = 19.6) y la Parte B en 80.5 segundos (dt = 5.8). Los
seis pacientes que recibieron estimulación bilateral en el GPi realizaron la Parte A de este
procedimiento en 54.1 segundos (dt = 15.8) y la Parte B en 125.1 segundos (dt = 49.6) en
ausencia de la estimulación, mientras que en presencia de la misma realizaron la Parte A
en 45.1 segundos (dt = 15.8) y la Parte B en 107.7 segundos (dt = 55.0). Los resultados
obtenidos por ambos grupos en ausencia de la estimulación eléctrica están muy por encima
de los valores de corte de 41 y 91 segundos respectivamente utilizados en el TMT, mientras
que en presencia de la estimulación eléctrica bilateral, los resultados obtenidos por estos
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El TMT fue utilizado por Hochstenbach et al. (1998) para explorar el l deterioro
de funciones corticales superiores que resultan de un accidente vascular-cerebral (ACV)
o derrame cerebral. Estos autores revisaron los resultados obtenidos por una amplia
muestra de 229 pacientes remitidos a evaluación neuropsicológica después de haber
sufrido un derrame cerebral. Aunque Hochstenbach et al. (1998) no indicaron la edad
promedio de esta muestra, sí indicaron que las edades oscilaron entre 18 y 70 años. La
causa más frecuente del ACV en estos pacientes fue el infarto cerebral (199). Una ligera
mayoría de los pacientes (114) sufrieron un ACV del hemisferio izquierdo y 103 de los
mismos un ACV del hemisferio derecho. De estos pacientes, 137 habían sufrido un ACV
con afectación cortical y 82 con afectación sub-cortical. Participaron en esta
investigación, también, 33 controles saludables con una edad promedio de 52.4 años con
una edad mínima de 25 años y una máxima de 73 años.
Aneurismas cerebrales
Se llevó a cabo una tercera exploración con el TMT con una muestra de 38
pacientes quienes habían sido sometidos a un tratamiento endovascular por
embolización para la corrección de la ruptura de una aneurisma cerebral y fueron
valorados a los 12 meses posteriores al procedimiento. Este grupo presento una edad
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promedio de 46.8 años (dt = 14.3) y su nivel educativo promedio fue 9.6 años (dt = 3.2).
Esta muestra completó la Parte A del TMT en un promedio de 46.8 segundos (dt = 34.7).
Le tomó a este grupo un promedio de 132.6 segundos (dt = 83.8) en completar la Parte B
de este instrumento. Una muestra de 37 pacientes intervenidos neuroquirúrgicamente
para la corrección de un aneurisma cerebral fue valorada a los 12 meses después del
procedimiento, por medio del TMT. La edad promedio de este grupo fue 49.2 años (dt =
13.2) y su nivel educativo promedio fue 9.6 años (dt = 3.0). Esta muestra de pacientes
intervenidos quirúrgicamente completó la Parte A del instrumento en un promedio de
45.8 segundos (dt = 24.9) y la Parte B en un promedio de 128.5 segundos (dt = 73.6).
Aunque no hubo diferencias significativas por tratamiento, los pacientes valorados a los
12 meses quienes habían sido sometidos a un procedimiento quirúrgico para la
corrección de un aneurisma cerebral, ejecutaron la Parte A del instrumento de forma
significativamente más eficientemente que el grupo que había sido explorado a los 3
meses.
La epilepsia temporal no solo parece estar asociada con alteraciones del lóbulo
temporal, si no que hay también hallazgos fuera del mismo (extra-temporales), así como
una reducción de la masa cerebral, especialmente la materia blanca. A tal efecto, Hermann
et al. (2003) realizaron una investigación sobre los hallazgos volumétricos en la resonancia
magnética y el estado de los procesos cognitivos en una muestra de 58 pacientes
epilépticos, utilizando el TMT como parte de una batería neuropsicológica más amplia. La
31
media de edad de los pacientes epilépticos fue 34.1 años y la desviación típica de 11.3. Estos
pacientes habían cursado una media de 12.9 años de educación formal y la desviación
típica de esta variable fue 2.1. Hermann et al. (2003) compararon la ejecución de estos
pacientes con la de un grupo de 62 controles saludables. Este grupo tenía una media de
edad de 33.4 años y una desviación típica de 2.4. Su nivel educativo medio fue 13.6 años y
la desviación típica correspondiente a esta variable fue 2.4 años.
Esclerosis múltiple
Clemmons et al. (2004) propusieron una batería abreviada para ser utilizada con
pacientes con esclerosis múltiple. Dentro de los instrumentos seleccionados por Clemmons
et al. (2004) se encontraba el TMT. Participaron en este estudio 37 pacientes con diagnóstico
de esclerosis múltiples remitidos para exploración neuropsicológica. La edad promedio de
este grupo fue 43.2 años (dt = 8.3), con promedio de educación de 15.5 años (dt = 1.9). El
62% de esta muestra fueron mujeres. El 46% de la muestra tenía o tuvo en algún momento
un diagnóstico psiquiátrico, en su mayoría depresión. El tiempo promedio que le tomó a
este muestra completar la Parte A del TMT fue 38.43 segundos (dt = 16.16). La Parte B fue
completada en un tiempo promedio de 96.71 segundos (dt = 53.28). Es notable que la
dispersión de estas puntuaciones es amplia, tanto en la Parte A como en la Parte B. Esto
significa que, a pesar de que los tiempos promedio están cerca (Parte A) y por encima
(Parte B) de las 41 y 91 segundos, respectivamente, sugeridos por Reitan (Reitan y Wolfson,
1993), hay un número importante de pacientes con esclerosis múltiple que tienen tiempos
muy por debajo de las puntuaciones de corte y, por lo tanto, no muestran un impedimento
evidente en las funciones valoradas por este instrumento.
Efectos tóxicos
secuencia y formular una nueva secuencia, tal como se evidencian en la Parte B del TMT.
Los procesos de atención valorados por la Parte A de este instrumento no fueron
adversamente afectados por esta condición, según los resultados obtenidos.
Powell (2000) exploró los efectos neuropsicológicos de los agentes tóxicos del
mercurio en pacientes que estuvieron expuestos a la intoxicación por este metal al haber
sido trabajadores de una planta de acetato de mercurio en África del Sur. Para hacer
efectivo este estudio, el investigador administró una batería de instrumentos
neuropsicológicos entre los cuales se encontró el TMT. El grupo de participantes que
hicieron posible esta investigación no presentaron diferencias significativas en términos
de edad, raza, nivel educativo y sexo. La muestra se encontró dividida en: un grupo de
controles saludables y un grupo de obreros del sexo masculino expuestos a la toxicidad
del mercurio reflejada en niveles elevados de este metal encontrados en la orina, pero
que en el momento de la exploración neuropsicológica tenían un promedio de 5.03 años
(dt = 1.08) de no trabajar en la planta de la que fueron trabajadores por un tiempo
promedio de 2.53 años (dt = 2.3). Las medias de edad y nivel educativo de los pacientes
fueron 37.1 años (dt = 10.3) y 8.0 (dt = 2.0), respectivamente, mientras que el grupo
control presentó una media de edad de 35.3 años (dt = 12.1) y un nivel promedio de
escolaridad de 7.5 años (dt = 2.8).
Johnson et al. (2001) encontraron que el TMT, específicamente la Parte B del mismo,
podía ser de utilidad en la exploración neuropsicológica de adultos diagnosticados con el
síndrome de trastorno por déficit de atención e hiperactividad. A tal efecto, estos autores
utilizaron este instrumento dentro de una batería de procedimientos neuropsicológicos
diseñada para detectar impedimentos en funciones ejecutivas, memoria, fluidez verbal,
capacidad de abstracción, destrezas visuales, velocidad psicomotriz, atención sostenida e
inhibición en una muestra de 56 adultos diagnosticados con dicho síndrome a través de
procedimientos estandarizados de cuestionarios y entrevista clínica. La muestra de
participantes diagnosticados arrojó un nivel edad promedio de 33.3 años (dt = 8.42), así
como un nivel educativo promedio de 13.93 años (dt = 2.82). Este grupo fue comparado con
un grupo de participantes no diagnosticados, cuyo nivel promedio de edad fue de 40.8
años (dt = 10.24) y un nivel educativo promedio de 17.29 años (dt =3.29). La media del
grupo de participantes diagnosticados fue 27.91 segundos (dt = 8.64) en la Parte A del
TMT. El grupo de participantes no diagnosticados obtuvo un valor promedio
correspondiente a 26.66 segundos (dt = 6.28). Las diferencias entre ambos grupos no fueron
significativas. Por el contrario, la media del grupo de participantes diagnosticados fue
66.00 segundos (dt = 20.52) en la Parte B de este instrumento, mientras que los valores
correspondientes al grupo de participantes no diagnosticados fueron 58.03 y 14.89
segundos, respectivamente. Estas diferencias fueron significativas a nivel de p<0.01.
Aunque se pudiese pensar que hay un efecto contaminante en estos resultados en relación
a la diferencia significativa encontrada en el nivel de educación entre grupos, esta no se vio
reflejada en la ejecución de muchos de los otros instrumentos incluidos en la batería
empleada por estos autores. Parece ser que los participantes diagnosticados con el
síndrome de déficit de atención-hiperactividad no difieren de los no diagnosticados en las
funciones de rastreo visual involucradas en la Parte A de este instrumento. No obstante, la
capacidad más compleja de manejar dos series de elementos (letras y números) sí parece
estar comprometida como parte del déficit en procesos de atención que sufren los
participantes adultos diagnosticados con el síndrome de déficit de atención-hiperactividad.
realización de la Parte B del TMT que, tanto el grupo de controles como el de con TDAH
del tipo predominantemente inatento. En ambas partes de este instrumento, se vio
claramente que ambos grupos con TDAH las realizaron con mayor lentitud. A tal efecto,
es posible decir que los subprocesos de focalizar y ejecutar eficientemente mediados por
este instrumento se llevan a cabo con menor eficacia por aquellos niños que presentan
TDAH de ambos subtipos.
La Parte B del TMT ha sido utilizada como una medida de funciones ejecutivas
por requerir atención casi simultánea a dos códigos de información, es decir, letras y
números. Riccio et al. (2005) utilizaron este instrumento en la evaluación
neuropsicológica de un grupo de 32 pacientes con diagnóstico de TDAH. De estos, 14
presentaron el tipo inatento del síndrome y 18 el tipo combinado del mismo.
Participaron en esta investigación, además, 38 pacientes con diagnósticos clínicos varios,
así como 30 controles sin diagnóstico. La edad cronológica promedio de los pacientes
con el tipo inatento del síndrome fue 21.06 años (dt = 3.02) y su nivel educativo
promedio fue 14.36 años (dt = 1.69). Los pacientes con el tipo combinado presentaron
una edad promedio de 23.52 años (dt = 4.92) y un nivel educativo promedio de 14.82
años (dt = 1.19). Los pacientes con diagnósticos clínicos varios acusaron una edad
promedio de 22.10 años (dt = 3.17) y su nivel educativo promedio fue 14.45 años (dt =
1.16). Finalmente, los 30 participantes sin diagnóstico tenían una edad promedio de
21.09 años (dt = 2.79), mientras que el promedio de años de escolaridad fue 14.38 (dt =
1.21).
Los 32 pacientes con diagnóstico de TDAH de uno u otro tipo realizaron la Parte
B del TMT en un tiempo promedio de 59.53 segundos (dt = 18.79), mientras que los
pacientes con diagnósticos clínicos varios realizaron dicha tarea en un promedio de
51.18 segundos (dt = 17.89). Los participantes sin diagnóstico completaron esta tarea en
un tiempo promedio de 52.37 segundos (dt = 20.00). Ni los pacientes con diagnóstico de
TDAH, ni los pacientes con diagnósticos clínicos varios tuvieron una ejecución cercana
al punto de corte de 91 segundos establecido tradicionalmente para esta tarea. Tampoco
fueron significativas las diferencias entre las medias obtenidas por los tres grupos. Estos
resultados ponen en duda la presencia de trastornos neuropsicológicos en pacientes
adultos con TDAH hecho sobre las bases de un diagnóstico psiquiátrico.
(DAL), y discapacidad en la lectura (DL), a partir de una muestra mayor de 267 adultos,
quienes habían sido referidos para exploración neuropsicológica en un servicio de
rehabilitación vocacional. El grupo DA tenía una edad promedio de 28.57 años (dt = 8.94) y
un nivel educativo promedio de 12.50 años (dt = 1.65). La muestra DAL acusó un media de
edad de 26.60 años (dt = 7.70) y un nivel promedio de educación de 11.42 años (dt = 1.10)
Por último, el grupo DL tenía una media de edad de 29.56 años (dt = 10.21) y un promedio
de 11.89 años de educación formal (dt = 1.34). Dentro de la batería de instrumentos
neuropsicológicos administrada a todos los participantes se encontraba el TMT. El grupo
DA completó la Parte A de este procedimiento en un tiempo promedio de 39.32 segundos
(dt = 18.90). Los pacientes DAL realizaron la tarea en un promedio de 33.60 segundos (dt =
19.70), mientras que los pacientes DL en 29.71 segundos (dt = 10.97).
En la Parte A del TMT, el tiempo promedio requerido para completar la tarea fue
de 22.50 segundos (dt = 8.60) en los pacientes del grupo EUT y 37.00 segundos (dt = 15.510
39
en los participantes del grupo HSC. En la Parte B, los miembros del grupo EUT realizaron
la tarea en 86.38 segundos (dt = 26.26) y los del grupo HSC en un promedio de 90.88
segundos (dt = 27.63). Los autores de esta investigación señalaron que los pacientes con
hipotiroidismo subclínico (HSC) tienden a ser mucho más lentos en velocidad psicomotriz,
tal y como se valora esta función por la Parte A del TMT. El promedio de los pacientes con
buen funcionamiento de la tiroides (EUT) está notablemente por debajo de la puntuación
de corte de 41 segundos sugerida por Reitan (1955; 1986). La puntuación promedio de 37.00
segundos obtenida por el grupo hipotiroideo se acerca a este valor. Ambos grupos de
pacientes con trastornos del estado de ánimo siendo tratados con carbonato de litio
presentaron valores bordilíneos en las funciones ejecutivas valoradas por la Parte B del
TMT, tomando en cuenta la puntuación de corte de 91 segundos sugerida por Reitan (1955;
1986) en este procedimiento. Así que, mientras que solo los pacientes hipotiroideos
presentan lentitud psicomotora, ambos grupos presentan dificultades en las funciones
ejecutivas irrespectivamente de sus niveles de tiroides.
En un estudio con pacientes bipolares, Ali et al. (2000) investigaron los procesos de
atención y secuenciación psicomotriz, al igual que la presencia de organicidad en estos por
medio del TMT. Estos autores le administraron una batería de instrumentos
neuropsicológicos a una muestra de 26 pacientes quienes llenaban los criterios diagnósticos
de esta condición, incluyendo entre los instrumentos seleccionados el TMT. Dentro de los
datos demográficos de los pacientes explorados se encuentra una edad media de 40.2 años
(dt = 10.9), así como un nivel educativo promedio de 15.9 años (dt = 2.04). El tiempo
promedio que le tomó a este grupo completar la Parte A del TMT fue 30.2 segundos, con
una desviación típica de 9.2. Este valor fue comparado con los datos normativos
encontrados en Fromm-Auch y Yeudall (1983) en una muestra de 193 controles, el cual fue
26.3 segundos (dt = 7.9). Esta diferencia no es significativa, pudiéndose asumir que los
pacientes bipolares no padecen de impedimentos en las funciones de atención, tales como
enfocar y ejecutar eficientemente. En la Parte B del TMT, el tiempo promedio en concluir la
tarea de la muestra de pacientes bipolares fue 65.1 segundos (dt = 23.6), mientras que la
muestra de Fromm-Auch y Yeudall (1983) completaron la tarea en 57.6 segundos (dt =
15.5). La diferencia entre ambas medias no fue significativa. Estos reculados indican que los
pacientes bipolares no padecen de las alteraciones en la capacidad de secuenciar y
flexibilidad asociadas con la ejecución en este instrumento.
Es claro que ambos valores en el grupo de controles saludables están muy por
debajo de las puntuaciones de corte de 41 y 91 segundos, respectivamente, sugeridas por
Reitan (1955, 1986). Por el contrario, los valores obtenidos por el grupo de pacientes
deprimidos indican que sí hay una asociación entre los trastornos afectivos,
específicamente la depresión, y un nivel leve de disfunción cognitiva. Esto debe de tomarse
en cuenta cuando se evalúan pacientes que, además de tener condiciones neurológicas,
muestran depresión.
Le tomó un promedio de 91.6 segundos (dt = 77.1) a los pacientes quienes habían
recibido terapia electroconvulsiva completar la Parte A del TMT. Los pacientes quienes
no habían recibido terapia electroconvulsiva completaron esta tarea un promedio de 67.4
segundos (dt = 42.7). Aunque esta diferencia fue notable, no alcanzó un nivel de
significación estadística. En la Parte B de este instrumento, los pacientes que habían
recibido terapia electroconvulsiva la completaron en un promedio de 219.0 segundos (dt
= 88.4), mientras que los pacientes que no la habían recibido la completaron en un
promedio de 152.7 segundos (dt = 66.8). La diferencia entre estas dos medias fue
significativa (p = 0.035). Fue interesante notar que la Parte A del TMT fue utilizada en
esta investigación como una medida de atención. Aunque hubo una diferencia
observada entre el tiempo tomado por ambos grupos en la realización de esta tarea, la
diferencia no fue significativa. Sin embargo, la Parte B de este instrumento fue incluida
en esta investigación como una medida de funcionamiento del lóbulo frontal. La
diferencia entre ambas medias fue significativa tanto al nivel de los valores observados,
como estadísticamente. Mientras que la terapia electroconvulsiva no parece afectar los
procesos de atención de los pacientes que la reciben, ciertamente sí se ven afectados los
procesos de funcionamiento frontal, también conocidos como funciones ejecutivas.
nivel de depresión tomaron una media de 75.91 segundos (dt = 24.4) en completar la
Parte B del instrumento y los del grupo de altos en depresión la completó en un
promedio de 104.43 segundos (dt = 61.7). Es difícil determinar, a partir de los resultados
de este estudio, la relación causal entre las funciones valoradas. No hay duda que los
pacientes con TOC más deprimidos no ejecutan tan eficientemente como los menos
deprimidos. No obstante, no se puede decir a priori que la depresión causa la baja en
ejecución, siendo viable también la explicación que la depresión puede ser el resultado
de una toma de conciencia por parte de los pacientes de sus fallas neurocognitivas.
Trastornos de la personalidad
Hasta qué punto los trastornos psiquiátricos que no están necesariamente dentro
del ámbito de los trastornos afectivos o las psicosis muestran una afectación de los
procesos neuropsicológicos fue estudiado por Sprock et al. (2000). Estos autores
utilizaron una batería de instrumentos neuropsicológicos dentro de la cual se incluyó la
Parte B del TMT. Las muestras seleccionadas para esta investigación incluyeron 18
mujeres con diagnóstico de trastorno bordilíneo de la personalidad (TBP). La edad
promedio de este grupo fue 37.6 años (dt = 5.3). Su nivel educativo promedio fue
equivalente a 13.8 años (dt = 2.3). Se incluyeron también en esta investigación 17 mujeres
con diagnóstico de trastorno depresivo, cuya edad promedio fue 32.7 años (dt = 15.8. La
ejecución de estos dos grupos de pacientes en el TMT fue comparada con el grupo de 16
controles saludables, sin diagnóstico psiquiátrico, cuya edad promedio fue 30.3 años (dt
= 5.9) y cuyo nivel educativo promedio fue 15.5 años (dt = 1.7).
Los autores de esta investigación indicaron que les tomó un promedio de 68.22
segundos completar la tarea a las pacientes pertenecientes al grupo con diagnóstico de
trastorno bordilíneo de la personalidad. Las pacientes con trastorno afectivo o depresivo
tomaron un promedio de 86.52 segundos en completar esta tarea. Las controles
saludables la completaron en un promedio de 62.37 segundos. Aunque los autores de
esta investigación informaron que la diferencia entre estas medias no fue significativa, es
evidente que las pacientes deprimidas tomaron un tiempo mucho más largo en
completar la misma.
Esquizofrenia
por un promedio de 14.82 años (dt = 6.85) y cuyas edades de presentación de la enfermedad
promediaban 20.77 años (dt = 5.87). La edad promedio de esta muestra de 85 pacientes,
compuesta por 60 hombres y 25 mujeres, era de 35.89 años (dt = 7.70). La muestra de
comparación estuvo compuesta por 36 pacientes, de los cuales 24 eran hombres y 12
mujeres. La edad promedio de esta muestra fue 35.13 años (dt = 7.40). La única diferencia
significativa en las características demográficas de ambas muestra fue el nivel educativo, en
el cual la media de la muestra de comparación fue de 14.3 años (dt = 2.1) y la de la muestra
de pacientes fue de 12.3 años (dt = 2.3).
La edad promedio del grupo ES en el momento del diagnóstico inicial fue 24.1
años (dt = 4.2). Su edad promedio en el momento de la primera evaluación era 38.1 años
(dt = 5.7) y 44.1 años (dt = 6.3) en el momento de la segunda evaluación. El grupo TB
tenía una edad promedio de 22.2 años (dt = 4.0) en el momento del diagnóstico inicial,
37.6 años (dt = 4.9) en el momento de la primera evaluación y 43.3 años (dt = 5.4) en el
momento de la segunda evaluación. El nivel educativo promedio del grupo ES era 12.8
años (dt = 1.8) y el del grupo TB 14.5 años (dt = 2.3) en la primera evaluación. Los niveles
educativos promedio de la segunda evaluación fueron 13.1 años (dt = 2.2) y 14.6 años (dt
= 2.3), respectivamente.
Se utilizó la Parte A del TMT como una medida de atención. Al grupo ES le tomó
un promedio de 41.7 segundos (dt = 17.0) completar esta tarea en la primera evaluación
y 39.2 segundos (dt = 20.3) en la segunda. La diferencia entre estas dos medias no fue
significativa. El grupo TB completó la Parte A en un promedio de 45.8 segundos (dt =
45
16.7) en la primera evaluación y 40.7 (dt = 14.1) en la segunda. La diferencia entre estas
medias tampoco fue significativa.
Burdick et al. (2006) utilizaron la Parte B del TMT como medida de las funciones
ejecutivas. El tiempo promedio que les tomó a los miembros del grupo ES completar esta
tarea en la primera evaluación fue 102. 4 segundos (dt = 65.9), mientras que en la
segunda evaluación les tomó un promedio de 121.7 segundos (dt = 62.9). La diferencia
entre estas medias fue significativa (p = 0.016). El tiempo promedio utilizado por el
grupo TB para completar esta tarea en la primera evaluación fue 92.3 segundos (dt =
31.0), mientras que en la segunda evaluación, el tiempo promedio fue 98.4 (dt = 31.0). La
diferencia entre estas medias no fue reportada como significativa.
instrumento fue completada por esta muestra en 148.2 segundos (dt = 59.3). Estos
resultados están muy por encima de los puntos de corte de 41 segundos para completar la
Parte A y 91 segundos para completar la Parte B sugeridos inicialmente por Reitan (1958).
Es evidente, a partir de estos resultados, que estos pacientes presentaron lo que se pudiese
describir como un cuadro de organicidad, con un compromiso marcado de las funciones
habitualmente asociadas con el proceso de la atención.
= 44.0). Estas diferencias son de tal magnitud que no pueden ser interpretadas
clínicamente. Es decir, el TMT no resultó ser un instrumento de utilidad en diferenciar
entre pacientes con hipotiroidismo subclínico de diferentes niveles y controles
saludables de edad comparable.
indicaron que las diferencias entre las medias relacionadas con la edad y el nivel
intelectual no fueron significativas. Dentro de la batería de procedimientos
neuropsicológicos utilizada por estos autores se encontraba el TMT. El tiempo promedio
del grupo de anoréxicas para llevar a cabo la tarea de la Parte A de este instrumento fue
27.0 segundos (dt = 7.3). Las pacientas bulímicas realizaron la tarea involucrada en la
Parte A en un promedio de 23.4 segundos (dt = 5.9). Las 16 participantes del grupo de
controles saludables realizaron la tarea en un promedio de 26.0 segundos (dt = 4.9).
Enfermedades cardiovasculares
Heyer et al. (1999) estudiaron una muestra de 112 pacientes quienes habían sido
sometidos a una endarteroctomía de la carótida de forma electiva. Estos investigadores
tuvieron la oportunidad de seguir a estos pacientes a través de una evaluación inicial, y
posteriormente en tres seguimientos. El primer seguimiento se llevó a cabo entre uno y 6
días después de la operación, siendo el promedio 2.6 días (dt = 3.4). La segunda
exploración se llevó a cabo aproximadamente al mes de la operación, con una media de
1.2 meses (dt = 0.7). El tercer, y último, seguimiento fue llevado a cabo aproximadamente
a los cinco meses después de la intervención, con un promedio de 5.6 meses (dt = 2.1). La
ejecución de los 112 pacientes que fueron valorados inicialmente en la Parte A del TMT
fue 48.8 segundos (dt = 23.7). En el primer seguimiento, es decir en la segunda
exploración, la tarea fue completada en un promedio de 44.7 segundos (dt = 19.8). En el
segundo seguimiento, la tarea fue completada en un promedio de 39.6 segundos (dt =
17.5), mientras que en el tercero, esta fue completada en un promedio de 36.2 segundos
(dt = 13.2). Los promedios obtenidos en el segundo seguimiento y tercer seguimiento
difirieron significativamente (p < 0.05) de la exploración llevada a cabo inicialmente
como línea base en conjunto con la operación. Hubo una disminución de la muestra en
cada exploración, de suerte que participaron 102 pacientes en la primera, 76 en la
segunda y 33 en la tercera.
efecto, los procesos de velocidad de proceso valorados por la Parte A del TMT y los
procesos de atención dividida valorados por la Parte B no se ven afectados
diferencialmente en pacientes con Diabetes Mellitus Tipo 1 o Diabetes Mellitus Tipo 2.
Los pacientes con historial de abuso de alcohol, pero sin presencia de demencia
(AA), presentaron un promedio de edad 64.5 años (dt = 6.1), así como un nivel educativo de
12.2 años (dt = 2.2) de educación formal. La composición de este grupo fue de 26 hombres y
3 mujeres. El grupo de controles (CS) estuvo compuesto por 9 hombres y 11 mujeres, cuyo
promedio de edad fue 70.3 años (dt = 7.8), así como un nivel educativo de 13.7 años (dt =
2.6) de instrucción formal. Los resultados obtenidos en el TMT correspondientes a cada uno
de los grupos estudiados en esta investigación se detallan a continuación. En la Parte A de
este instrumento, el grupo EA realizó la tarea en un promedio de 74.9 segundos (dt = 32.09),
mientras que el grupo DA realizó este mismo procedimiento en 45.7 segundos, (dt = 9.70).
El grupo AA realizó la Parte A del TMT en un promedio de 44.38 segundos (dt = 24.05).
Finalmente, el grupo CS realizó la tarea en un promedio de 32.15 segundos (dt = 8.95. Los
resultados obtenidos por estos diferentes tipos de pacientes y participantes en la Parte A
del TMT indican que existe una marcada diferencia entre aquellos pacientes con
enfermedad de Alzheimer y los demás grupos. Además, según los autores de esta
investigación, la diferencia obtenida entre el grupo con demencia relacionada con el alcohol
y el grupo de los participantes controles es también significativa.
Se hace importante notar que la desviación típica del grupo de pacientes con
historia de abuso de alcohol sin presencia de demencia, es mucho mayor que la del grupo
de pacientes en los cuales la etiología de su demencia proviene del abuso del alcohol,
aunque los promedios no difieren grandemente. Los resultados de esta investigación
indican claramente que los pacientes con demencia tipo Alzheimer presentan un grado de
53
En la Parte B del TMT, los resultados obtenidos por los diferentes grupos en esta
investigación se detallan a continuación. En primer lugar, el valor promedio para la
realización de esta tarea en el grupo EA 183.86 segundos (dt = 114.96). En los pacientes del
grupo DA, el promedio fue 158.00 segundos (dt = 88.34). Los pacientes del grupo AA
realizaron la Parte B en un promedio de 120.00 segundos (dt = 79.19). Los participantes del
CS realizaron la tarea en un promedio de 91.15 segundos (dt = 26.79). Aunque estos autores
señalaron que no existen diferencias significativas a nivel estadístico entre estos grupos, se
hace notar que los pacientes en ambos grupos con demencia realizaron la misma
ciertamente de forma mucho más lenta que los pacientes no demenciados. A tal efecto, es
evidente que las funciones de secuenciación y aprendizaje de nuevas series que requiere la
Parte B del TMT muestran mucha mayor disfunción en los pacientes demenciados, que en
aquellos en los cuales no se ha diagnosticado una demencia, aún cuando tengan un
historial de abuso de alcohol.
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