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Laura Milena Martin González

Comunicación Social

BAJA AUTOESTIMA CAUSADA POR REDES SOCIALES.

En los años recientes las redes sociales se han convertido en parte de nuestras vidas, ya sea para

simplemente para pasar el tiempo, mantener comunicación con personas cercanas o mantenerse

informado del acontecer en el mundo.

Pero desgraciadamente también nos encontramos con la faceta negativa, donde se toma como

referencia la imagen “espectacular” y “cuerpos perfectos” en algunos perfiles causando daños en

la autoestima de muchas personas en su lucha por conseguir el cuerpo o la imagen soñada.

2004: Se lanza Facebook, concebida originalmente como una plataforma para conectar a

estudiantes universitarios. Su pistoletazo de salida tuvo lugar en la Universidad de Harvard y

más de la mitad de sus 19.500 estudiantes se suscribieron a ella durante su primer mes de

funcionamiento.

2006: Se inaugura la red de microblogging Twitter.

Publicar de vez en cuando y revisar las redes sociales alguna vez al día es algo sano, obligarse a

publicar o vivir con presión y ansiedad de hacerlo no lo es.

Un signo de que estamos llevando una vida saludable y tenemos alta autoestima en las redes

sociales es que te puedes desconectar de ellas. Puedes estar un día entero (mínimo) sin entrar en

tus perfiles o no ves con angustia el no poder conectarte a las redes.


También es buen signo el poder vivir una situación o experiencia sola o acompañada sin

necesidad de contarlo en las redes. Y, cuando sí lo publiques, no lo haces con afán de presumir,

dañar o mandar un mensaje a alguien.

Un estudio de la Universidad de Van Wageningen (“Het van fotograferen ontbering en

eenzaamheid” o “La gracia y la soledad de fotografiar”), dirigido por el investigador Christyntje

Gallagher investigó la relación de los autorretratos con la autoestima en las redes sociales.

Los resultados revelaron que aquellas personas que se realizaban más selfies, poseían una

autoestima más baja y, no sólo eso, también tenían menos sexo (todo lo contrario de lo que

parece por sus fotos). Descubrieron que los sujetos estudiados con un gran número de selfies en

sus redes sociales, mostraban un alto índice de inseguridad y miedo al abandono.

Es más, el 83% de la muestra “selfifílica” no tenían apenas sexo, por lo que solamente el 17% sí

mantenía relaciones sexuales de forma constante. Según la Fundación Pfizer, en un estudio del

año 2010, en España hubo una incidencia de ciberbullying del 11,8% entre jóvenes de 12 y 18

años. En otras palabras, 12 de cada 100 jóvenes sufrió acoso por Internet.

Como conclusión del estudio de las redes sociales, tenemos que comprender que estas se crearon

para ayudar a sus usuarios, integrándolos y haciéndolos partícipes de la sociedad, pero deben

regularse y asegurarse de que no sean dedicadas a malas intenciones. El usuario debe mantener

este tipo de redes lo más apegadas a la realidad y no hacer uso malintencionado de estos

servicios. Claro está, que todo mundo queda expuesto, pero es el usuario el que puede decidir a

quién y qué mostrar a través de las opciones de privacidad que ofrecen estos servicio

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