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“Comentario Analítico, Exegético y Homilético”

1 Pedro
Alex Donnelly

1 PEDRO 1:3-4

“ 3 Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande


misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de
Jesucristo de los muertos, 4 para una herencia incorruptible, incontaminada
e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros.”

I. ANÁLISIS

Pedro comienza esta carta bendiciendo a Dios, por Su gran salvación. Describe esta salvación
en términos de un nuevo nacimiento, que el apóstol relaciona con la resurrección de Cristo (v.3).
Esta obra de Dios en la vida de todo creyente, concede la esperanza de gozar una tremenda
herencia celestial (v.4).

ANÁLISIS TEXTUAL

1. La Doxología (v.3a)

a. Es “Dios”
b. Es “Padre de nuestro Señor Jesucristo”

2. El Nuevo Nacimiento (v.3b)

a. La Acción – “nos hizo renacer”


b. La Base – “según su grande misericordia”
c. El Propósito – “para una esperanza viva”
d. El Mecanismo – “por la resurrección de Jesucristo de los muertos”

3. La Herencia (v.4)

a. La Herencia Descrita – “incorruptible, incontaminada e inmarcesible”


b. La Herencia Guardada – “reservada en los cielos para vosotros”

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II. EXÉGESIS

Estos versículos nos hacen recordar la manera en que Pablo comenzaba sus epístolas (ver 2 Cor
1:3-11; Efe 1:3-14; 2 Tes 1:3-12). Pedro comienza su epístola, ofreciendo a Dios alabanza y
acción de gracias por la maravillosa herencia que tienen los creyentes. El reconocimiento que
su salvación ya está en sus manos, les da la valentía para poder afrontar los sufrimientos que
estaban pasando

Verso 3

“Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo…”

Pedro comienza esta carta alabando a Dios – el único y verdadero Dios, quien merece nuestra
alabanza y adoración. Estas palabras son muy parecidas a las que hallamos en las cartas de
Pablo – ver 2 Cor 1:3 y Efe 1:3. “Dios aquí es adorado por ser el Autor de un acto de
misericordia en Cristo, por medio del cual se nos concede una esperanza firme de poseer una
herencia celestial…” (I. Howard Marshall).

La palabra, “Bendito” (‘eulogetos’), es la que se usa regularmente para exaltar a Dios, y darle
gracias. Era una forma judía de orar (ver Lucas 1:68). El término significa, literalmente,
‘hablar bien de’ (del latín). La NVI, “Alabado…”.

NOTA: El ‘mundo’ generalmente habla mal de Dios; el apóstol Pedro nos a un buen ejemplo,
de como debemos hablar bien de Dios. Al hablar bien de Dios, le hacemos ‘quedar
bien’ ante los ojos de los inconversos.

Los judíos bendecían a Dios por ser el Creador, y por ser el que tomó a los descendientes de
Jacob como Sus hijos, y los redimió de Egipto. Cristianos bendicen a Dios por ser el Padre del
Señor Jesucristo (v.3), y por ser el autor de una nueva creación (v.4).

La expresión, “Dios y Padre del Señor Jesucristo”, vino a ser comúnmente usada entre los
creyentes (ver Rom 15:6; 2 Cor 1:3; 11:31; Efe 1:3). En dicha frase, ¿cómo debemos interpretar
la conjunción, “y” (‘kai’)? Algunos opinan que las palabras significan: ‘al Dios de nuestro
Señor Jesucristo’ (en Su humanidad) y al Padre de nuestro Señor Jesucristo (en Su divinidad)’.
Otros prefieren la idea, ‘a Dios, quien es el Padre de nuestro Señor Jesucristo’.

La adoración cristiana no está dirigida simplemente a la ‘divinidad’, en un sentido general, sino


a Aquel Dios a quien el Señor Jesús reveló, como Su Dios y Padre (

La segunda Persona de la Trinidad, es presentada en tres maneras:

- “Señor” – el Dueño, Amo y Soberano de todo cuanto existe. REY


- “Jesu(s)” – el Salvador de los pecadores. SACERDOTE
- “Cristo” – el Mesías de los judíos, el Ungido de Dios. PROFETA

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“…que según su grande misericordia…”

Pedro está por hablar de la salvación que los creyentes tienen en Cristo. Pero antes de hacerlo,
y antes de alegrarles con el recuerdo de todas las bendiciones espirituales que tienen en Cristo,
Pedro les hace recordar que todo es por pura gracia – por la gran misericordia de Dios. ¡No
merecen nada de lo que han recibido! Porque antes de conocer al Señor, sus vidas estaban
entregadas al pecado (ver 1 Ped 1:14, 18; 4:3). Ver el mismo pensamiento en Efe 2:4-5.

La palabra, “misericordia”, apunta al hecho que el nuevo nacimiento, y todo lo que fluye de
ello, no lo recibimos como recompensa de algunas buenas obras que hayamos hecho, sino que
se debe al favor de Dios; Su bondad para con nosotros. Según Pablo, en Efe 2:4, Dios “es rico
en misericordia”.

“…nos hizo renacer…”

Pedro usa el verbo ‘anagennao’, que es muy inusual; no se emplea en el griego clásico, ni
tampoco en la Septuaginta (LXX). En el NT, solo se halla en esta carta de Pedro (aquí y en el
v.23). Es un verbo compuesto, y significa ‘nacer otra vez’. El verbo que el NT generalmente
usa para el nuevo nacimiento es ‘gennao’ (ver Juan 1:13; 3:3; etc).

El verbo es aoristo, que confirma que el nuevo nacimiento es un evento que ocurre en un
momento dado, cuando Dios obra en la vida de una persona, generando una nueva naturaleza
por el Espíritu Santo.

El nuevo nacimiento es obra de Dios. Tal como un bebé no puede hacer nada para promover su
propia concepción (¡ésta es obra exclusivamente de los padres!)‚ así es con el ser humano – no
puede hacer nada para promover su concepción; es obra de Dios (Juan 1:12-13; Tit 3:5). Pedro
usa esta misma imagen de un nacimiento supernatural en 1 Ped 1:23 y 2:2.

Jesús habló de la importancia del nuevo nacimiento, en Juan 3:3-8. Santiago relaciona el nuevo
nacimiento con el poder de la Palabra de Dios (Sant 1:18). Juan describe al creyente como
"nacido de Dios" (1 Juan 2:29; 3:9; 4:7; 5:1,4,18)

Al haber nacido de nuevo, el creyente tiene una nueva naturaleza, que viene a ser “la naturaleza
divina” (2 Ped 1:4). Esta experiencia se hace necesaria, porque la ‘vieja naturaleza’, que
heredamos de Satanás, está corrompida, y nos jala hacia el pecado.

NOTA: El concepto de ‘renacimiento’ es importante para lo que Pedro va a decir, en el v.4,


acerca de la “herencia” del creyente. Una herencia que se basa en ser verdaderos hijos
de Dios, y por ende ser Sus herederos (y coherederos con Cristo).

“…para una esperanza viva…”

Todo el mundo anhela tener alguna ‘esperanza’. Sin embargo, como Pablo afirma, en Efe 2:12,
antes de conocer al Señor, todo ser humano vive “sin esperanza”. Toda esperanza humana,
que no toma en cuenta a Dios y a la revelación bíblica, es vana, muerte, inservible. Una de
las primeras cosas que la persona experimenta, al nacer de nuevo, es la esperanza que Dios le
concede (ver Efe 1:18). Esta esperanza tiene que ver con la resurrección y la vida eterna.

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Los creyentes a quienes Pedro escribe estaban pasando por momento difíciles; les hacía falta
tener esperanza, para poder afrontar las pruebas, presiones y persecuciones que les azotaban.
Por eso Pedro comienza esta carta hablando de la tremenda esperanza que el creyente tiene, aun
viviendo como extranjero y peregrino en este mundo.

La esperanza del creyentes es “viva”1. No es algo frío, inerte o carente de poder; no es una
mera especulación, o un deseo incierto de tener algo. Más bien, es algo fuerte y vital; algo
fundamental para el bienestar del creyente en esta vida, en medio de todas las luchas que
padece. Esta esperanza vitaliza y fortalece la vida del creyente.

NOTA: Pedro era alguien que antes de la resurrección tuvo cierta esperanza acerca de Jesús de
Nazaret. Sin embargo, la muerte de Cristo acabó con esta esperanza humana (comparar
Lucas 24:21). Fue por medio de la resurrección del Señor, que Dios le devolvió la
esperanza; y esta esperanza le ayudó a vivir y a servir al Señor, en medio de muchas
pruebas, a lo largo de los años.

“…por la resurrección de Jesucristo de los muertos”

Pedro relaciona el nacimiento supernatural con la resurrección de Cristo. El mismo poder que
le resucitó, está obrando en el creyente (ver Efe 1:19-20).

Cristo resucitó de la muerte física; el creyente ha resucitado de una muerte espiritual (ver Efe
2:1). Pablo relaciona las dos cosas en Efe 2:5, donde dice: “nos dio vida juntamente con
Cristo”. El creyente ha participado (por fe) en la resurrección de Cristo (Efe 2:6) – solo que por
el momento, su ‘resurrección’ consiste en el nuevo nacimiento (tener una nueva naturaleza) –
ver Rom 6:4. En el futuro, participará en la resurrección del cuerpo.

Un comentarista opina que estas palabras hacen referencia a la experiencia del mismo apóstol
Pedro (y los demás apóstoles), quienes experimentaron el nuevo nacimiento, como resultado de
la resurrección de Cristo (¿?). Cuando comenzaron a seguir a Cristo, su esperanza estaba en que
Cristo era el Mesías, quien iba a restaurar la nación de Israel a su verdadera gloria, como
‘cabeza’ de las naciones. Esta esperanza murió, cuando Cristo fue crucificado (ver Lucas
24:21). Renació, con la resurrección de Cristo (ver Hch 1:6), pero tuvo que ser transformada en
la esperanza de un reino espiritual (ver Hch 2:32-33, 38).

Verso 4

“para una herencia…”

La palabra en griego es ‘kleronomia’2. En el AT los judíos heredaron las promesas dadas por
Dios a Abraham, acerca de la Tierra Prometida (Deut 15:4). Después del Exilio, la "herencia"
fue tomada en un sentido mas espiritual. A veces, la "herencia" era Dios mismo (Sal 16:5;
73:25s); a veces era "vida eterna" (Dan 12:13). En el NT, Pablo dice que el creyente es "hijo"
de Dios, y por lo tanto "heredero" (Rom 8:17; Gal 4:7). Otros textos que hablan de la herencia
del creyente incluyen Hch 20:32; 26:18; Efe 1:11; Col 1:12

NOTA: La palabra “herencia” apunta al hecho de que las cosas que vamos a recibir de Dios, en
la eternidad, la vamos a recibir de gracia, y no como el pago por algunas buenas obras
que hayamos hecho (ver Rom 4:4).
1
La palabra, “viva”, es uno de los términos favoritos de Pedro (ver 1 Ped 1:23; 2:4,5).
2
Esta es una palabra compuesta – ‘kleros’, significa ‘suerte’; ‘nemomai’, significa ‘distribuir entre
personas’. Por ende, originalmente una ‘herencia’ eran parcelas de tierra o de bienes, que se repartían por
suertes, entre los hijos.

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Era muy apropiado hablar de esta herencia, al comienzo de la carta. Quizá la gran mayoría de
los creyentes a los cuales Pedro se dirige, eran personas sencillas – esclavos y pobres. Les
habrá animado mucho escuchar acerca de la herencia que tenían en Cristo, antes de ser
desafiados a soportar las pruebas (v.6), y luchar por vivir en santidad (v.14-15).

NOTA: En Col 1:5, Pablo da gracias a Dios por la esperanza que el creyente goza en el cielo;
una esperanza anunciada en el evangelio.

En la Biblia, la ‘herencia’ del creyente es presentada en diferentes maneras:

- “vida eterna” (Marcos 10:17; Tito 3:7)


- “gloria” (Rom 8:17)
- “inmortalidad” (1 Cor 15:50)
- “el Reino de Cristo” (Efe 5:5)
- “la salvación” (Heb 1:14)
- “la Ciudad Santa” (Apo 21:2)

“…incorruptible, incontaminada e inmarcesible…”

Vale la pena estudiar cada palabra que Pedro usa:

“incorruptible” – ‘aftharton’. La palabra indica algo que no tiene ninguna causa de


decaimiento o debilitamiento; por ende, señal algo que no sufre cambios (negativos) 3. En Rom
1:23, Pablo usa esta palabra de Dios, quien…(ver también 1 Tim 1:17, donde se traduce,
“eterno”?). En 1 Cor 9:25, de la corona que recibiremos. En 1 Cor 15:52, de los cuerpos
glorificados de la resurrección. Pedro usa esta palabra en 1 Ped 1:23, de la palabra de Dios.

Muchas herencias (fortunas) se desvaloran, y hasta desaparecen, antes que el heredero pueda
comenzar a gozarlas. ¡Eso no pasará con esta herencia divina!

Las cosas que este mundo valora, tienden a deshacerse con el tiempo (1 Cor 9:25); por ende, son
pasajeras. La herencia que Dios tiene para Sus hijos no tiene esta característica; por ende, es
eterna.

“incorruptible” – ‘amianton’. Significa algo que no es capaz de ser ensuciado o contaminado 4.


Este término se usa en Heb 7:26, del Señor como Sumo Sacerdote; también de la cama
matrimonial (Heb 13:4). En Sant 1:27, esta palabra se usa de la verdadera ‘religión’ 5.

“inmarcesible” – ‘amarnaton’. Algo que no puede marchitarse6. Esta palabra indica que Pedro
está comparando la herencia con una flor. Al no marchitarse, la herencia siempre está en
perfectas condiciones - hermosa, brillante, y llena de perfume; como una nueva flor.

3
La palabra se deriva del verbo, ‘aftheiro’; la forma verbal, sin la partícula negativa (‘ftheiro’( se usa en
varios textos del NT (1 Cor 3:17; 15:33; 2 Cor 7:2; 11:3; etc).
4
La forma del verbo, sin la partícula negativa (‘miaino’) se usa de la contaminación ceremonial (Juan
18:28); de una contaminación moral, que afecta la conciencia (Tito 1:15: comparar Heb 12:15 y Judas 8).
5
Todas las religiones del mundo contienen corrupciones o contaminaciones; cosas que han llegado a ser
parte de la expresión religiosa, pero que reflejan la corrupción en el corazón de los hombres. Eso no es
cierto de la verdadera fe cristiana, bíblica.
6
La forma positive del verbo (‘maraino’), se usa del hombre rico, en Sant 1:11, quien se ‘marchita’ en
sus negocios, cuando estos se van a la quiebra.

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Pedro vuelve a usar este término, en 1 Ped 5:4, al hablar de “la corona incorruptible de gloria”,
que recibiremos los creyentes.

NOTA: Muchas veces Satanás nos tienta con cosas terrenales; cosas, que a nuestros ojos, son
tan hermosos y deseables. En esos momentos es importante recordar este verso, y
tomar
en cuenta que todo lo hermoso de este mundo está destinado a marchitarse. ¿Por qué
‘vender’ nuestras almas por ‘un potaje’ de esas cosas?

“…reservada en los cielos para vosotros”

El verbo (‘tereo’) significa ‘guardar’7. En algunos contextos, esta palabra se usa en el sentido
de ‘vigilar’ (Mat 27:36, 54; 28:4); en otros, se usa en el sentido de ‘reservar’ para usar
posteriormente (Juan 2:10; 12:7). También se usa en el sentido de ‘proteger’ o ‘preservar’ (Juan
17:11-12, 15)8.

El verbo es el perfecto, en voz pasiva – literalmente, ‘ha sido reservada’. Indica algo hecho en
el pasado, y que resulta en una condición permanente. La idea es, ‘Dios ha puesto esa herencia
a un lado, para nosotros, en el cielo, y la está vigilando hasta el momento en que nos la va a
entregar’.

Para el pueblo de Israel, la herencia era algo terrenal y material. Para el creyente, la ‘herencia’
es algo celestial. Como dijo el Señor Jesús, la ventaja de tener nuestra ‘herencia’ en el cielo, es
que allí no entran ladrones a robar, ni polillas a descomponer; por ende, nuestra ‘herencia’ está
totalmente segura (ver Mat 6:19-20, y Lucas 12:33).

¿En qué consiste esta herencia? En parte, es Dios mismo, y gozar una comunión íntima con Él
(Sal 16:5). También consiste en las recompensas celestiales, en ser hechos semejantes a Cristo
(1 Juan 3:2)

El primer pago y anticipo de esta herencia, es el Espíritu Santo (Efe 1:13-14).

Si la herencia del creyente está “en los cielos”, entonces tiene el deber de poner su mirada en
cosas celestiales, y no en las cosas de la tierra (ver Col 3:1-3).

En 1 Cor 9:25, Pablo comenta que la gente de este mundo hace mucho esfuerzo, y se sacrifica
tremendamente, por ganar una corona que pronto se marchitará, siendo hecha de plantas
naturales. Cuánto más el creyente debe estar dispuesto a luchar y a sacrificarse por obtener
aquella herencia que nunca se marchitará. Esta era una palabra muy apropiada para las personas
a quienes Pedro estaba escribiendo.

III. HOMILÉTICA
7
En Col 1:5, Pablo habla de “la esperanza que os está guardada en los cielos”. En ese texto, el verbo
‘guardar’ es ‘apokeimai’, que significa ‘reservar’; literalmente, ‘tender’ (como una cama). Es el mismo
verbo que Pablo usa en 2 Tim 4:8 (“me está guardada la corona de justicia”).
8
En Sal 31:19, leemos de la gran “bondad” de Dios, que Él tiene “guardado” para los que te temen. En
Mat 25:34, el Señor habla de un reino preparado (alistado) para los creyentes, desde antes de la fundación
del mundo.

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Esta vez ofrecemos dos bosquejos de sermones expositivos:

TEMA 1: “Los Privilegios del Creyente”

Introducción

El creyente experimenta muchas luchas en este mundo. Se tiene que privar de muchas cosas…y
el ‘mundo’ no lo entiende; piensa que está loco. Pero en realidad, el creyente goza tremendos
privilegios. Pedro comienza esta carta dando gracias a Dios por estos privilegios, y lo hace para
recordar a los creyentes de estas cosas, para animarles.

¿Cuáles son los privilegios del creyente? En 1 Ped 1:3-4, Pedro menciona cuatro de ellos:

1. Ha Gozado la Misericordia de Dios (v.3a)

2. Ha Gozado un Nuevo Nacimiento (v.3b)

3. Goza una Esperanza Viva (v.3b)

4. Goza una Tremenda Herencia

Conclusión

Estas cosas eran ciertas de los lectores. ¿Son ciertas de usted?

TEMA 2: “El Nuevo Nacimiento”

Introducción

1. La Base del Nuevo Nacimiento (v.3a)

2. El Propósito del Nuevo Nacimiento (v.3b)

3. El Mecanismo del Nuevo Nacimiento (v.3c)

4. El Resultado del Nuevo Nacimiento (v.4)

NOTA: Para ver este bosquejo en mayor detalle, ver sección “Estudios de 1 Pedro”.

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