Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Gálatas 1:8–9 para averiguar lo que Pablo dijo acerca de aquellos que
predicaban un evangelio diferente al que él predicaba como apóstol del
Señor.
Lee Gálatas 1:10–12
1. Amor
2. Alegría o gozo
3. Paz
4. Paciencia
5. Amabilidad o benignidad
6. Bondad
7. Fidelidad, fe
8. Humildad, mansedumbre
9. Dominio propio
La vida con Jesús es como un árbol que crece, madura y da fruto. Según creces en
tu andar con Jesús, el Espíritu Santo transforma tu vida y te ayuda a ser más
maduro. Ese crecimiento es evidente en la manifestación de cada una de estas
características en tu vida.
PREDICA: LOS FRUTOS DEL ESPIRITU SANTO
1. Amor
Para Dios, el amor es esencial. Todo aquel que ama a Dios también debe amar a
su prójimo. No es una sugerencia, es un mandamiento. Por lo tanto, es un amor
que incluye una decisión firme, no una emoción que viene y va.
Amar a Dios y al prójimo son los dos mandamientos que resumen la ley de Dios
(Mateo 22:36-40). ¡Así de importante es el amor para Dios! Cuando el Espíritu Santo
llena todo tu ser, tienes el amor de Dios en tu corazón y aprendes a amar cada vez
más a los que están a tu alrededor y a ti mismo. Llénate más del Espíritu de Dios
y tu amor hacia Dios, hacia ti mismo y hacia los demás, crecerá.
Queridos hermanos, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios,
y todo el que ama ha nacido de él y lo conoce.
(1 Juan 4:7)
2. Alegría o gozo
Nehemías 8:10 dice que el gozo del Señor es la fortaleza de los que creen en Dios
y confían en sus promesas. El gozo o la alegría que Dios nos da, no depende de las
circunstancias, sino que fluye del interior. Brota del saberse perdonado y amado
por el Rey de reyes y Señor de señores.
Como creyente, cuando llegan las dificultades sabes que la tristeza no durará para
siempre. Lo cierto es que aun en medio de ellas, puedes encontrar alegría en la
seguridad de tu salvación.
Gritarán de júbilo mis labios cuando yo te cante salmos, pues me has salvado la
vida.
(Salmo 71:23)
3. Paz
La paz que Dios te da abarca todas las áreas de tu vida. Sientes una paz
generalizada porque sabes que tu vida está en las manos del Dios todopoderoso.
Aun en medio de circunstancias adversas, sabes que el Dios soberano cuida siempre
de ti y tiene un propósito para tu vida. Con tu confianza puesta en él, aprendes a
echar el miedo a un lado y a encontrar la verdadera tranquilidad.
La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No
se angustien ni se acobarden.
(Juan 14:27)
PREDICA: LOS FRUTOS DEL ESPIRITU SANTO
4. Paciencia
5. Amabilidad o benignidad
La amabilidad y suavidad hacia los demás deben crecer según recordamos cuán
grande ha sido la bondad de Dios a nuestro favor. Él no nos trató conforme a
nuestros errores o pecados (Salmo 103:10). Al contrario, siguió mostrándonos su
amor de forma amable, con paciencia y misericordia.
Asimismo, Dios desea transformar tu relación con los demás. Él quiere ayudarte a
ser más sensible a las necesidades y a ser más amable con ellos. Recuerda cada
día la paciencia de Dios para contigo, su amabilidad constante y permite que te
guíe en tu trato con los demás.
Y un siervo del Señor no debe andar peleando; más bien, debe ser amable con
todos, capaz de enseñar y no propenso a irritarse.
(2 Timoteo 2:24)
6. Bondad
La bondad surge de un corazón que se inclina hacia el bien. No somos buenos por
nuestros propios méritos, sino por la obra de Cristo en nosotros. Mientras más
conscientes estamos de la presencia de Dios en nosotros y de su obra en nuestros
corazones, más crecemos en bondad hacia los demás. Es bueno hacer el bien.
Cuando entiendes todo lo bueno que Dios ha hecho por ti, tu corazón anhela hacer
cosas buenas por los demás.
Una persona fiel mantiene sus ojos puestos en el objeto de su fidelidad. Como hijo
de Dios, debes mantener tus ojos puestos en él. Así es como aumenta tu fe, al
conocer mejor a Dios y mantenerte cerca de él. Ser fiel a Dios te ayuda a ser
persona de confianza, a permanecer firme sin echarte atrás luego de dar la
palabra. Dios te ayuda a ser fiel a él y a los demás. ¡Aférrate a él y crece en tu fe!
Su señor le dijo: “Bien, siervo bueno y fiel. Sobre poco has sido fiel, sobre mucho
te pondré. Entra en el gozo de tu señor”.
(Mateo 25:21)
Pondré mis ojos en los fieles de la tierra, para que habiten conmigo; solo estarán
a mi servicio los de conducta intachable.
(Salmo 101:6)
8. Humildad, mansedumbre
Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón,
y encontrarán descanso para su alma.
(Mateo 11:29)
La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús, quien, siendo por
naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. Por el
contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y
haciéndose semejante a los seres humanos.
(Filipenses 2:5-7)
9. Dominio propio
Llenándote cada día más del Espíritu Santo, podrás dominar los deseos de la carne.
Gálatas 5:16 nos llama a andar «en el Espíritu, y así jamás satisfarán los malos
deseos de la carne». El dominio propio es una señal de fortaleza en el Señor. Es
obedecer a Dios aun cuando nuestros deseos carnales intenten llevarnos por otro
camino.
PREDICA: LOS FRUTOS DEL ESPIRITU SANTO
Dios te ayuda siempre a actuar con sabiduría, aunque te encuentres en medio de
situaciones difíciles. Busca su dirección en todo momento y podrás andar conforme
al Espíritu.