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El libro –considerado la pieza principal del cristianismo celta y del arte hiberno-sajón–
es, a pesar de estar inconcluso, uno de los más suntuosos manuscritos iluminados que
han sobrevivido a la Edad Media. Debido a su gran belleza y a la excelente técnica de su
acabado, muchos especialistas lo consideran uno de los más importantes vestigios del
arte religioso medieval. Escrito enlatín, el Libro de Kells contiene los cuatro Evangelios
del Nuevo Testamento, además de notas preliminares y explicativas, y numerosas
ilustraciones y miniaturas coloreadas. En la actualidad el manuscrito está expuesto
permanentemente en la biblioteca del Trinity College de Dublín (Irlanda), bajo la
referencia MS 58.
Esta página (folio 292) contiene
el texto ricamente decorado de
introducción al Evangelio de
Índice Juan.
Historia
Orígenes
Época medieval
Época moderna
Reproducciones
Descripción
Contenido
Texto y escritura
Errores
Decoración
Uso
Arte contemporáneo
Referencias
Bibliografía
Otras lecturas
Enlaces externos
Historia
Orígenes
El Libro de Kells es el más ilustre representante de un grupo de manuscritos realizados entre finales del siglo VI y principios del IX,
en monasterios de Irlanda, Escocia y el norte de Inglaterra. Se cuenta entre ellos el Cathach de San Columba, la Ambrosiana Orosius
o el Libro de Durrow, pertenecientes todos al siglo VII. A principios del siglo VIII se realizan los Evangelios de Durham, los
Evangelios de Echternach, los Evangelios de Lindisfarne y los Evangelios de Lichfield. Todos estos manuscritos presentan
similitudes desde el punto de vista del estilo artístico, de la escritura y de las tradiciones escritas, lo cual ha permitido reagruparlos en
la misma familia. El estilo plenamente conseguido de las coloraciones sitúa el Libro de
Kells entre las obras más tardías de esta serie, hacia finales del siglo VIII o principios
del IX, o sea en la misma época que el Libro de Armagh. La obra respeta la mayoría de
las normas iconográficas y estilísticas presentes en estos escritos más antiguos: por
ejemplo, la forma de las letras decoradas que inician cada uno de los cuatro Evangelios
es asombrosamente regular entre todos los manuscritos de las Islas Británicas
compuestos en esta época. Para convencerse de ello, basta con examinar las páginas
introductorias al Evangelio de Mateo en los Evangelios de Lindisfarne (aquí) y
compararlas con las del Libro de Kells.
Se cuenta con al menos cinco teorías diferentes acerca del origen geográfico
del manuscrito. En primer lugar, el libro podría haber sido escrito en Iona y
trasladado urgentemente a Kells, lo que explicaría que nunca hubiera sido
terminado. Por el contrario, su redacción podría haberse iniciado en Iona antes
de ser continuada en Kells, donde habría sido interrumpida por alguna razón
desconocida. Otros investigadores aventuran que el manuscrito bien podría
haber sido totalmente escrito en el scriptorium de Kells. Una cuarta hipótesis
sitúa la creación original de la obra en el norte de Inglaterra, posiblemente en
Lindisfarne, antes de su traslado a Iona y luego a Kells. El Libro de Kells,
La Abadía de Iona.
finalmente, podría haber sido la realización de un monasterio indeterminado en
Escocia. Aunque esta cuestión probablemente no llegue a resolverse nunca de
manera satisfactoria, la segunda teoría basada en el doble origen de Kells e Iona es generalmente la más aceptada. Por otra parte, más
allá de determinar la hipótesis correcta, está firmemente establecido que el Libro de Kells fue realizado por monjes pertenecientes a
una de las comunidades de san Columba, que mantenía estrechas relaciones, si no más, con la
Abadía de Iona.
Época medieval
Fuera cual fuera el lugar en que fue redactado, los historiadores están totalmente seguros de la presencia del Libro de Kells en la
abadía del mismo nombre como mínimo a partir del siglo XII, o incluso a principios del XI. Un pasaje de los Anales de Ulster, sobre
el año 1006, informa en efecto que «el gran Evangelio de Columcille [i.e Columba], principal reliquia del mundo occidental, fue
sustraído subrepticiamente en plena noche de una sacristía de la gran iglesia de piedra de Cenannas [i.e Kells] debido a su precioso
estuche». El manuscrito fue encontrado meses más tarde «bajo un montón de tierra», aligerado de su cobertura decorada con oro y
piedras preciosas. Si se asume, como generalmente se hace, que el manuscrito en cuestión es el Libro de Kells, se trata entonces de la
primera fecha en la que se puede ubicar con certeza la obra en Kells.
El arranque violento de la cobertura explicaría, además, la pérdida de algunas hojas del principio y el final de la obra.
En el siglo XII, se copiaron ciertos documentos referentes a tierras propiedad de la abadía de Kells sobre algunas hojas en blanco del
Libro de Kells, lo que proporciona una nueva confirmación de la presencia de la obra en este establecimiento monástico. Debido a la
escasez de papel en la Edad Media, la copia de documentos en obras tan importantes como el Libro de Kells era una práctica habitual.
Dado que Gerardo informa haber visto este libro en Kildare, podría ser que se tratara de otra obra igual en calidad pero hoy perdida.
Más probablemente, Gerardo podría simplemente haber confundido Kells y Kildare.
La abadía de Kells fue disuelta tras las reformas eclesiásticas del siglo XII. La iglesia de la abadía fue transformada entonces en
iglesia parroquial, aunque conservó el Libro de Kells.
Época moderna
El Libro de Kells permaneció en Kells hasta 1654. Ese año, la caballería de Oliver Cromwell estableció una guarnición en la iglesia
local, y el gobernador de la villa envió el manuscrito a Dublín para mayor seguridad. El libro fue presentado a los universitarios del
Trinity College en 1661 por un tal Henry Jones, quien se convertiría en obispo de Meath bajo el reinado de Carlos II. Salvo contadas
ocasiones como exposiciones temporales, el Libro de Kells nunca más ha abandonado el Trinity College. Desde el siglo XIX es
objeto de una exposición permanente y abierta al público en la V
ieja Biblioteca (Old Library) de la universidad.
En el siglo XVI, los números de capítulo de los Evangelios, establecidos oficialmente en el siglo XIII por el Arzobispo de
Canterbury, Stephen Langton, fueron añadidos en los márgenes de las páginas en números romanos. En 1621, las hojas fueron
numeradas por el obispo de Meath, James Ussher. En 1849, la reina Victoria y el príncipe Alberto fueron invitados a firmar el libro:
en realidad firmaron sobre una hoja añadida posteriormente, y que se creía auténtica. Esta hoja fue retirada cuando se reencuadernó el
libro en 1953.
El manuscrito se ha reencuadernado varias veces a lo largo de los siglos. En una de estas ocasiones, en el siglo XVIII, las páginas
fueron mutiladas sin consideración, comportando la pérdida de una pequeña parte de las ilustraciones. En 1895 se realizó una nueva
encuadernación, pero se deterioró muy rápidamente. Sobre el final de los años 1920, se conservaban separadas del manuscrito varias
hojas sueltas. Finalmente, en 1953, la obra fue reencuadernada en cuatro volúmenes por Roger Powell, quien se ocupó asimismo de
alisar con delicadeza algunas páginas que se habían deformado.
En el año 2000, el volumen que contiene el Evangelio según Marcos fue enviado a Canberra, en Australia, para una exposición
dedicada a los manuscritos iluminados. Era la cuarta vez que el Libro de Kells viajaba al extranjero para ser expuesto.
Desgraciadamente, durante el viaje, el volumen sufrió «desperfectos menores» en su pigmentación. Se supone que las vibraciones
producidas por los motores del avión podrían haber sido la causa.
Reproducciones
En 1951, la editorial suiza Urs Graf-Verlag Bern realizó un edición facsimilar
del Libro de Kells. La mayoría de las páginas se reprodujo en fotografías en
blanco y negro, y se imprimieron cuarenta y ocho páginas (las que tenían
decoraciones en toda la página) en color.
Descripción
El Libro de Kells contiene los cuatro Evangelios constitutivos del cristianismo, precedidos de prólogos, resúmenes y transiciones
entre ciertos pasajes. Está redactado en mayúsculas con un estilo caligráfico típicamente insular, con tinta negra, roja, malva y
amarilla. El manuscrito consta actualmente de 340 hojas en pergamino, llamadas folios. La mayoría de estos folios eran en realidad
parte de hojas más grandes, los bifolios, que se doblaron en dos para formar dos folios. Varios de estos bifolios fueron agrupados y
cosidos para obtener loscuadernos. Puede suceder que un folio no forme parte de un bifolio y sea una simple hoja suelta insertada en
un cuaderno.
Se estima que se han perdido una treintena de páginas: desde 1621, el examen de la obra que realizó James Ussher contabilizaba sólo
344 páginas. Las hojas existentes están agrupadas en treinta y ocho cuadernos, cada uno de ellos contiene de cuatro a doce hojas (es
decir, de dos a seis bifolios); lo más habitual es encontrar cuadernos de diez hojas. Las páginas más decoradas se corresponden a
menudo con hojas sueltas. Por otra parte, parece que se habían trazado líneas sobre los folios, a veces por los dos lados, para facilitar
el trabajo de escritura de los monjes: los orificios de aguja y los trazos pueden aún apreciarse en ciertos lugares. El pergamino es de
gran calidad, aunque está trabajado de manera desigual: algunas hojas tienen un espesor parecido al del cuero, mientras que otras son
de una delgadez casi translúcida. El manuscrito tiene 33 cm de largo por 25 cm de ancho, siendo éste un tamaño estándar, aunque
estas dimensiones no se alcanzaron hasta el siglo XVIII, época en la cual se recortaron un poco las hojas. La zona de texto cubre
aproximadamente 25 cm de largo por 17 de ancho, y cada página de texto contiene entre dieciséis y dieciocho líneas. Sin embargo, el
libro parece inconcluso, en la medida en que algunas ilustraciones parecen simples esbozos.
Contenido
En su estado actual, el Libro de Kells ofrece, después de algunos escritos introductorios, el texto integral de los Evangelios según
Mateo, según Marcos y según Lucas. El Evangelio según Juan está reproducido hasta el versículo 17:13. El resto de este Evangelio,
así como una parte de escritos preliminares, son imposibles de encontrar; probablemente se perdieron a causa del robo del manuscrito
en el siglo IX. Lo que queda de los escritos preliminares consta de dos fragmentos de listas de nombres hebreos contenidos en los
Evangelios, los Breves causae y los Argumenta de los cuatro Evangelios y, finalmente, las tablas canónicas deEusebio de Cesarea. Es
bastante probable, como en el caso de los Evangelios de Lindisfarne o del Libro de Durrow, que una parte de los textos perdidos
incluyera la carta de San Jerónimo al papa Dámaso I, llamada Novum opus, en la que Jerónimo justificaba la traducción de la Biblia
al latín. Puede suponerse también, aunque con mucha más cautela, que los textos contenían la carta de Eusebio llamada Plures fuisse,
donde el teólogo enseña el uso correcto de las tablas canónicas.
Las Breves causae y los Argumenta pertenecen a una tradición manuscrita anterior a la Vulgata. Las Breves causae son, de hecho,
resúmenes de antiguas traducciones de los Evangelios en latín, y se dividen en capítulos numerados. Esta numeración, como en el
caso de las tablas canónicas, no se usa en el cuerpo del manuscrito. Se trata esta vez de una elección muy comprensible, en la medida
en que los números de los capítulos correspondientes a viejas traducciones hubieran sido difíciles de armonizar con el texto de la
Vulgata. En cuanto a los Argumenta, son colecciones de leyendas dedicadas a los cuatro Evangelistas. El conjunto de estos escritos
está dispuesto en un orden extraño: en primer lugar se encuentran las Breves causae y los Argumenta sobre Mateo, seguidos de los de
Marcos. Llegan entonces, de manera bastante inesperada, los Argumenta de Lucas y Juan, seguidos a continuación de las Breves
causae de estos dos apóstoles. Este inhabitual orden es el mismo que el adoptado en el Libro de Durrow. En otros manuscritos
insulares, como los Evangelios de Lindisfarne, el Libro de Armagh o los Evangelios de Echternach, cada Evangelio se trata
separadamente y se precede de todos sus escritos introductorios. Esta repetición fiel del esquema del Libro de Durrow ha llevado al
investigador T. K. Abbot a concluir que el amanuense de Kells debía tener entre las manos el manuscrito en cuestión, o al menos un
esquema común.
Texto y escritura
El Libro de Kells contiene el texto de los cuatro Evangelios en latín según la
Vulgata, sin ser una copia exacta de esta última: se encuentran numerosas variantes
con respecto a la Vulgata, principalmente cuando se usan traducciones latinas más
antiguas en vez del texto de San Jerónimo. Estas variantes se encuentran
sistemáticamente en todos los manuscritos medievales deGran Bretaña, y presentan
diferencias de una obra a otra. En efecto, los monjes, a falta de un ejemplar
preexistente, debían trabajar sin duda de memoria.
Errores
Existen varias diferencias entre el texto del Libro de Kells y el normalmente aceptado
por los Evangelios, por ejemplo:
Las miniaturas son más ricas y numerosas que en cualquier otro manuscrito bíblico de Gran Bretaña. Se cuentan diez páginas llenas
de miniaturas que han sobrevivido a la prueba del tiempo, además de dos retratos de evangelistas, tres representaciones de los cuatro
símbolos de los evangelistas, una página cuyos motivos recuerdan un tapiz, una miniatura de la Virgen y el Niño, otra miniatura de
Cristo en el trono y, finalmente, dos últimas miniaturas dedicadas al juicio y a la tentación de Jesús. Por otro lado, existen otras trece
páginas repletas de miniaturas acompañadas en esta ocasión por un breve texto: en particular, es el caso del inicio de cada Evangelio.
Ocho de las diez páginas dedicadas a las tablas canónicas de Eusebio de Cesárea están también ricamente ilustradas. Además de
todas estas páginas, se contabiliza en el conjunto de la obra un gran número de decoraciones más pequeñas o de iniciales iluminadas.
El manuscrito, en su estado actual, empieza con un fragmento de la lista de nombres hebreos, que ocupa la primera columna del
anverso del folio 1. La otra columna de este folio está ocupada por una miniatura de los cuatro símbolos de los evangelistas, hoy
levemente borrada. La miniatura está orientada de tal manera que el libro debe girarse 90 grados para examinarla. El tema de los
cuatro símbolos de los evangelistas está presente del inicio al fin de la obra: casi siempre se los representa juntos, con el objetivo de
subrayar y afirmar la unidad del mensaje de los cuatro evangelios.
La unidad de los Evangelios se ve más reforzada si cabe por la decoración de las tablas
canónicas de Eusebio de Cesárea. Estas tablas fueron concebidas para establecer la
unidad de los cuatro textos, permitiendo al lector identificar los pasajes equivalentes en
cada Evangelio, y normalmente ocupan doce páginas. Los copistas del Libro de Kells ya
habían reservado doce páginas con este fin (folios 1º a 7º) pero, por motivos
desconocidos, acabaron por condensar las tablas en diez páginas solamente, dejando así
dos páginas en blanco (los folios 6º y 7º). Este reajuste convirtió las tablas en confusas e
inutilizables. La decoración de las ocho primeras páginas de las tablas canónicas parece
fuertemente influenciada por manuscritos más antiguos de laregión mediterránea, donde
la costumbre era insertar las tablas en el dibujo de un arco. Los monjes que trabajaron en
el Libro de Kells emplearon este estilo, pero aportando su propia idiosincrasia: los arcos
no están tratados como elementos arquitectónicos sino como motivos geométricos,
decorados con motivos ornamentales típicamente insulares. Los cuatro símbolos de los
evangelistas ocupan el espacio existente arriba y abajo de los arcos. Las dos últimas
páginas representan las tablas en una verja, lo cual es más conforme a la tradición de los El folio 2º contiene una de las
manuscritos insulares, como en elLibro de Durrow. tablas canónicas de Eusebio de
Cesárea.
El resto del libro, aparte de las tablas canónicas, se divide en secciones, estando cada
inicio de sección indicado por miniaturas y páginas llenas de texto decorado. En
particular, cada uno de los Evangelios es introducido con miniaturas meticulosamente preparadas. Los textos preliminares están
tratados como una sección de pleno derecho, recibiendo entonces una decoración suntuosa. Además de los Evangelios y los textos
preliminares, el «segundo inicio» del Evangelio según Mateo tiene derecho él mismo a su propia decoración introductoria.
Los textos preliminares están introducidos por una imagen en icono de la Virgen y el Niño (folio 7º). Esta miniatura es la
representación más antigua de la Virgen de entre todos los manuscritos del mundo occidental. María aparece en una rara mezcla entre
una pose de frente y de tres cuartos. El estilo iconográfico de la miniatura podría proceder de un modelo
ortodoxo o copto.
La miniatura de la Virgen y el Niño está en la primera página de texto, y resulta un preliminar apropiado para el inicio de las Breves
causae de Mateo, que empieza por un Nativitas Christi in Bethlem (« el nacimiento de Cristo en Belén »). La primera página de las
Breves causae (folio 8º) está decorada y rodeada de un elegante marco. La combinación entre la miniatura a la izquierda y el texto a
la derecha constituye asimismo una introducción muy viva y colorista a los textos preliminares. Las primeras líneas de las otras
secciones de los textos preliminares fueron igualmente objeto de cuidados particulares, pero sin alcanzar el mismo nivel que el inicio
de las Breves causae de Mateo.
El Libro de Kells fue concebido para que cada Evangelio dispusiera de decoraciones introductorias altamente elaboradas.
Originalmente, cada uno de los cuatro textos estaba precedido de una miniatura a toda página que contenía los cuatro símbolos de los
evangelistas, seguida de una página en blanco. Acto seguido aparece, frente a las primeras líneas ricamente decoradas del texto, el
retrato del evangelista correspondiente. El Evangelio según Mateo ha conservado el retrato de su evangelista (folio 28º) y su página
de símbolos evangélicos (véase más arriba el folio 27º). En el Evangelio según Marcos falta el retrato del evangelista, pero su página
de símbolos ha perdurado hasta nuestros días (folio 129º). Desafortunadamente, el Evangelio según Lucas no ha conservado ninguno
de los dos. Finalmente, el Evangelio según Juan, como el de Mateo, ha conservado a la vez el retrato de Juan (véase aquí al lado el
folio 291º) y su página de símbolos (folio 290º). Probablemente, las páginas que faltan existieron pero se han perdido. En cualquier
caso, el uso sistemático de todos los símbolos
de los evangelistas al principio de cada
Evangelio es tremendamente sorprendente,
haciendo un fuerte hincapié en la unidad del
mensaje evangélico.
El Evangelio según Mateo, como marca la norma, empieza con una genealogía de Jesús: el
relato propiamente dicho de la vida de Cristo no empieza hasta el versículo 1:18, que se lo
considera por este motivo como el «segundo inicio» de este Evangelio. El Libro de Kells
trata este segundo inicio con un énfasis digno de un texto aparte. Esta parte del Evangelio de
Mateo empieza por la palabra «Cristo», que los manuscritos medievales tenían por costumbre
abreviar con las letras griegas Xi y Ro.
El folio 30º alberga el incipit
del Evangelio según Marcos. Este "monograma Xi Ro", más conocido como "monograma de la Encarnación", fue objeto
de un cuidado especial en el Libro de Kells, hasta invadir el folio 34º en su totalidad. La letra
Xi domina la página, con uno de sus brazos extendiéndose por una gran superficie de la hoja.
La letra Ro está acurrucada bajo las formas de Xi. Ambas letras están divididas en compartimentos lujosamente decorados con
entrelazados y otros motivos. Incluso el fondo del diseño está desbordado de ilustraciones entrelazadas unas con otras. Entre esta
masa de ornamentos se ocultan toda clase de animales, incluyendo insectos. Finalmente, de uno de los brazos de Xi surgen tres
ángeles. Esta miniatura, en el cenit de una tradición iniciada con el Libro de Durrow, se muestra como la más formidable y más
cuidada de los monogramas de la Encarnación de entre todos los manuscritos bíblicos de las islas británicas. Según Claude
Médiavilla, especialista en caligrafía, el monograma de la Encarnación sería probablemente «la pieza de iluminación más compleja
nunca realizada [...] Ha debido exigir muchas semanas, quizá meses, de un trabajo arduo para el cuerpo y la vista».
El libro de Kells contiene otras dos miniaturas de página entera, que ilustran episodios de la Pasión de Cristo. La primera (folio 114º)
está dedicada a su detención: Jesús, inmovilizado por dos personajes claramente más pequeños que él, está representado bajo un arco
estilizado. La segunda miniatura (folio 202º) está consagrada a la Tentación de Cristo: Jesús, de quien no se ve más que el busto, está
en la cúspide del Templo, con una muchedumbre a su derecha que posiblemente representa a sus discípulos. Debajo de él se adivina
la figura tenebrosa deSatanás, mientras que dos ángeles vuelan por el cielo.
La decoración de la obra no se
limita a los pasajes principales.
Todas las páginas, a excepción de
dos de ellas, contienen en efecto un
mínimo de ornamentos. A lo largo
de todo el manuscrito encontramos
aquí y allá iniciales decoradas, así
como pequeños personajes
Casi todos los folios del Libro de humanos o zoomorfos, a menudo
Kells tiene al menos pequeñas enredados en complicados nudos.
miniaturas como esta inicial Es el arte de los entrelazos, de
decorada.
figuras animales y de laberintos
microscópicos que se inspira entre
otros en la tradición celta. El texto de las Beatitudes en el Evangelio de Mateo, por
ejemplo, (folio 40º) se acompaña por todo lo largo del margen de una gran miniatura,
en la que las letras B que empiezan cada línea se entrelazan mediante una cadena. De En el folio 34º aparece el célebre
la misma manera, la genealogía de Cristo en el Evangelio de Lucas (folio 200º) monograma de la Encarnación,
aprovecha la repetición de la palabra Quien al inicio de cada línea para dibujar una compuesto por las letrasXi (Χ) y Ro
(Ρ), que son las dos primeras letras
cadena. A la derecha de las páginas se representan pequeños animales para colmar
de la palabra Cristo en
los vacíos ocasionados por las líneas que se desvían de su trayectoria, o simplemente griego(ΧΡΙΣΤΟΣ).
para ocupar el espacio a la derecha de las líneas. No hay un motivo idéntico a otro, y
ningún manuscrito anterior puede rivalizar con tal profusión de ornamentos.
Todas las ilustraciones son de gran calidad, y su complejidad sigue siendo objeto de fascinación. El examen de una de ellas, que no
ocupa más que unos 2,5 cm², ha permitido contabilizar no menos de 158 entrelazos de cintas blancas ribeteadas de negro por cada
lado. La sutilidad de algunas filigranas no puede apreciarse sin la ayuda de cristales de aumento, y esto teniendo en cuenta que no se
ha podido disponer de los cristales de la potencia necesaria hasta varios siglos después de la realización de la obra. Estas complicadas
operaciones de entrelazado fueron realizadas asimismo en el mismo periodo sobre metal o piedra, y han conocido una notable
longevidad: muchos de estos motivos se usan en la actualidad, por ejemplo en joyas o en
tatuajes.
Uso
El Libro de Kells tenía un fin sacramental y no educativo. Un evangeliario tan
grande y lujoso debía dejarse en el altar mayor de la iglesia, y usarse solamente para
leer pasajes de los Evangelios en la misa. Aunque es probable que el sacerdote
oficiante no leyera realmente el manuscrito, sino que recitara de memoria. A este
respecto, es interesante remarcar que el robo de la obra en el siglo XI, según los
Anales de Ulster, haya tenido lugar en la sacristía, donde se guardaban las copas y
La Old Library del Trinity College de otros accesorios litúrgicos, y no en la biblioteca de la abadía. La elaboración del
Dublín, lugar donde se conserva el libro parece haber integrado esta dimensión, haciendo del manuscrito un objeto muy
Libro de Kells. bello pero muy poco práctico. Por otra parte, el texto contiene numerosos errores no
corregidos, y otros indicios dan testimonio del ligero compromiso con la exactitud
del contenido: líneas demasiado grandes a menudo se continúan en los espacios
libres por encima o por debajo, y los números de capítulo necesarios para poder usar las tablas canónicas no se insertaron. En general,
no se hizo nada que hubiera podido perturbar la belleza formal de las páginas: lo estético se ha priorizado por encima de la utilidad.
Arte contemporáneo
Recientemente ha sido llevado al cine con la película de animación The Secret of Kells (El secreto del libro de Kells), de Tomm
Moore, cuyo tema central trata la historia del libro en una co-producción de 75 minutos de duración, rodada entre Irlanda, Canadá y
Bélgica.1
Referencias
1. IMDb.com, Inc., ed. (2009). «The Secret of Kells» (http://www.imdb.com/title/tt0485601/) (ficha) (en inglés).
Consultado el 16 de febrero de 2010.
Bibliografía
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Otras lecturas
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Enlaces externos
Wikimedia Commons alberga una galería multimedia sobreel Libro de Kells.
Edición facsimilar digital del libro completo en el sitio del rTinity College, Dublin
Éditions Facsimilé Lucerne sobre el Libro de Kells(en francés)
Imágenes escaneadasde dominio público (en inglés)
Otras imágenes escaneadas(en inglés)
Artículo de Jerry B. Lincecum, profesor del Austin College (T exas) (en inglés)
Artículo sobre el Libro de Kellsen la Enciclopedia Católica (en inglés)
«The Book of Kells - in pictures». The Guardian (en inglés). 14 de diciembre de 2012. Consultado el 3 de enero de
2013.
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