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Libro de Kells

El Libro de Kells (Book of Kells en inglés; Leabhar Cheanannais en irlandés), también


conocido como Gran Evangeliario de San Columba, es un manuscrito ilustrado con
motivos ornamentales, realizado por monjes celtas hacia el año 800 en Kells, un pueblo
de Irlanda.

El libro –considerado la pieza principal del cristianismo celta y del arte hiberno-sajón–
es, a pesar de estar inconcluso, uno de los más suntuosos manuscritos iluminados que
han sobrevivido a la Edad Media. Debido a su gran belleza y a la excelente técnica de su
acabado, muchos especialistas lo consideran uno de los más importantes vestigios del
arte religioso medieval. Escrito enlatín, el Libro de Kells contiene los cuatro Evangelios
del Nuevo Testamento, además de notas preliminares y explicativas, y numerosas
ilustraciones y miniaturas coloreadas. En la actualidad el manuscrito está expuesto
permanentemente en la biblioteca del Trinity College de Dublín (Irlanda), bajo la
referencia MS 58.
Esta página (folio 292) contiene
el texto ricamente decorado de
introducción al Evangelio de
Índice Juan.

Historia
Orígenes
Época medieval
Época moderna
Reproducciones
Descripción
Contenido
Texto y escritura
Errores
Decoración
Uso
Arte contemporáneo
Referencias
Bibliografía
Otras lecturas
Enlaces externos

Historia

Orígenes
El Libro de Kells es el más ilustre representante de un grupo de manuscritos realizados entre finales del siglo VI y principios del IX,
en monasterios de Irlanda, Escocia y el norte de Inglaterra. Se cuenta entre ellos el Cathach de San Columba, la Ambrosiana Orosius
o el Libro de Durrow, pertenecientes todos al siglo VII. A principios del siglo VIII se realizan los Evangelios de Durham, los
Evangelios de Echternach, los Evangelios de Lindisfarne y los Evangelios de Lichfield. Todos estos manuscritos presentan
similitudes desde el punto de vista del estilo artístico, de la escritura y de las tradiciones escritas, lo cual ha permitido reagruparlos en
la misma familia. El estilo plenamente conseguido de las coloraciones sitúa el Libro de
Kells entre las obras más tardías de esta serie, hacia finales del siglo VIII o principios
del IX, o sea en la misma época que el Libro de Armagh. La obra respeta la mayoría de
las normas iconográficas y estilísticas presentes en estos escritos más antiguos: por
ejemplo, la forma de las letras decoradas que inician cada uno de los cuatro Evangelios
es asombrosamente regular entre todos los manuscritos de las Islas Británicas
compuestos en esta época. Para convencerse de ello, basta con examinar las páginas
introductorias al Evangelio de Mateo en los Evangelios de Lindisfarne (aquí) y
compararlas con las del Libro de Kells.

El Libro de Kells debe su nombre a laabadía de Kells, situada en Kells en el condado de


Meath, en Irlanda. La abadía, donde se conservó el manuscrito por un largo periodo de
la Edad Media, fue fundada a principios del siglo IX, en la época de las invasiones
vikingas. Los monjes procedían del monasterio de Iona, una isla de las Hébridas situada
frente a la costa oeste de Escocia. Iona albergaba una de las comunidades monásticas
El folio 29 contiene el incipit del
más importantes de la región desde que san Columba, el gran evangelizador de Escocia,
Evangelio de Mateo, llamado
la hubiera designado su principal centro de irradiación en el siglo VI. Cuando la isla de
Liber generationis. Compárese
Iona se tornó demasiado peligrosa debido a la multiplicación de las incursiones vikingas, esta imagen con la página
la mayoría de los monjes partieron hacia Kells, que se convirtió así en el nuevo centro correspondiente de los
de las comunidades fundadas por Columba. Evangelios de Lindisfarne(ver
aquí), en particular la forma del
La determinación exacta del lugar y de la fecha de realización del manuscrito se ha monograma Lib.
prestado a multitud de debates. Según la tradición, el libro habría sido redactado en la
época de san Columba, quizá incluso por él mismo. Sin embargo, estudios paleográficos
han demostrado la falsedad de esta hipótesis, puesto que el estilo caligráfico usado en el Libro de Kells se desarrolló con
posterioridad a la muerte de Columba.

Se cuenta con al menos cinco teorías diferentes acerca del origen geográfico
del manuscrito. En primer lugar, el libro podría haber sido escrito en Iona y
trasladado urgentemente a Kells, lo que explicaría que nunca hubiera sido
terminado. Por el contrario, su redacción podría haberse iniciado en Iona antes
de ser continuada en Kells, donde habría sido interrumpida por alguna razón
desconocida. Otros investigadores aventuran que el manuscrito bien podría
haber sido totalmente escrito en el scriptorium de Kells. Una cuarta hipótesis
sitúa la creación original de la obra en el norte de Inglaterra, posiblemente en
Lindisfarne, antes de su traslado a Iona y luego a Kells. El Libro de Kells,
La Abadía de Iona.
finalmente, podría haber sido la realización de un monasterio indeterminado en
Escocia. Aunque esta cuestión probablemente no llegue a resolverse nunca de
manera satisfactoria, la segunda teoría basada en el doble origen de Kells e Iona es generalmente la más aceptada. Por otra parte, más
allá de determinar la hipótesis correcta, está firmemente establecido que el Libro de Kells fue realizado por monjes pertenecientes a
una de las comunidades de san Columba, que mantenía estrechas relaciones, si no más, con la
Abadía de Iona.

Época medieval
Fuera cual fuera el lugar en que fue redactado, los historiadores están totalmente seguros de la presencia del Libro de Kells en la
abadía del mismo nombre como mínimo a partir del siglo XII, o incluso a principios del XI. Un pasaje de los Anales de Ulster, sobre
el año 1006, informa en efecto que «el gran Evangelio de Columcille [i.e Columba], principal reliquia del mundo occidental, fue
sustraído subrepticiamente en plena noche de una sacristía de la gran iglesia de piedra de Cenannas [i.e Kells] debido a su precioso
estuche». El manuscrito fue encontrado meses más tarde «bajo un montón de tierra», aligerado de su cobertura decorada con oro y
piedras preciosas. Si se asume, como generalmente se hace, que el manuscrito en cuestión es el Libro de Kells, se trata entonces de la
primera fecha en la que se puede ubicar con certeza la obra en Kells.
El arranque violento de la cobertura explicaría, además, la pérdida de algunas hojas del principio y el final de la obra.

En el siglo XII, se copiaron ciertos documentos referentes a tierras propiedad de la abadía de Kells sobre algunas hojas en blanco del
Libro de Kells, lo que proporciona una nueva confirmación de la presencia de la obra en este establecimiento monástico. Debido a la
escasez de papel en la Edad Media, la copia de documentos en obras tan importantes como el Libro de Kells era una práctica habitual.

Un escritor del siglo XII,Giraldus Cambrensis (Gerardo de Gales), describe en


un célebre pasaje de su Topographia Hibernica un gran libro evangélico que
habría admirado en Kildare, cerca de Kells, y que se supone sería el Libro de
Kells. La descripción, en todo caso, parece concordar:

«Este libro contiene la armonía de los cuatro evangelistas


buscada por Jerónimo, con diferentes ilustraciones casi
en cada página que se distinguen por variados colores.
Aquí podéis ver el rostro de majestad, divinamente
dibujado, aquí los símbolos místicos de los evangelistas,
cada uno con sus alas, a veces seis, a veces cuatro, a
veces dos; aquí el águila, allí el toro, allá el hombre y
acullá el león, y otras formas casi infinitas. Observadlas
superficialmente con una mirada ordinaria, y pensaréis
que no son más que esbozos, y no un trabajo cuidadoso.
La más refinada habilidad está toda ella alrededor
vuestro, pero podríais no percibirla. Mirad con más
atención y penetraréis en el corazón mismo del arte.
Discerniréis complejidades tan delicadas y sutiles, tan
El folio 27º contiene los cuatro símbolos
llenas de nudos y de vínculos, con colores tan frescos y
evangélicos.
vivaces, que podríais deducir que todo esto es obra de un
ángel, y no de un hombre.»

Dado que Gerardo informa haber visto este libro en Kildare, podría ser que se tratara de otra obra igual en calidad pero hoy perdida.
Más probablemente, Gerardo podría simplemente haber confundido Kells y Kildare.

La abadía de Kells fue disuelta tras las reformas eclesiásticas del siglo XII. La iglesia de la abadía fue transformada entonces en
iglesia parroquial, aunque conservó el Libro de Kells.

Época moderna
El Libro de Kells permaneció en Kells hasta 1654. Ese año, la caballería de Oliver Cromwell estableció una guarnición en la iglesia
local, y el gobernador de la villa envió el manuscrito a Dublín para mayor seguridad. El libro fue presentado a los universitarios del
Trinity College en 1661 por un tal Henry Jones, quien se convertiría en obispo de Meath bajo el reinado de Carlos II. Salvo contadas
ocasiones como exposiciones temporales, el Libro de Kells nunca más ha abandonado el Trinity College. Desde el siglo XIX es
objeto de una exposición permanente y abierta al público en la V
ieja Biblioteca (Old Library) de la universidad.

En el siglo XVI, los números de capítulo de los Evangelios, establecidos oficialmente en el siglo XIII por el Arzobispo de
Canterbury, Stephen Langton, fueron añadidos en los márgenes de las páginas en números romanos. En 1621, las hojas fueron
numeradas por el obispo de Meath, James Ussher. En 1849, la reina Victoria y el príncipe Alberto fueron invitados a firmar el libro:
en realidad firmaron sobre una hoja añadida posteriormente, y que se creía auténtica. Esta hoja fue retirada cuando se reencuadernó el
libro en 1953.

El manuscrito se ha reencuadernado varias veces a lo largo de los siglos. En una de estas ocasiones, en el siglo XVIII, las páginas
fueron mutiladas sin consideración, comportando la pérdida de una pequeña parte de las ilustraciones. En 1895 se realizó una nueva
encuadernación, pero se deterioró muy rápidamente. Sobre el final de los años 1920, se conservaban separadas del manuscrito varias
hojas sueltas. Finalmente, en 1953, la obra fue reencuadernada en cuatro volúmenes por Roger Powell, quien se ocupó asimismo de
alisar con delicadeza algunas páginas que se habían deformado.
En el año 2000, el volumen que contiene el Evangelio según Marcos fue enviado a Canberra, en Australia, para una exposición
dedicada a los manuscritos iluminados. Era la cuarta vez que el Libro de Kells viajaba al extranjero para ser expuesto.
Desgraciadamente, durante el viaje, el volumen sufrió «desperfectos menores» en su pigmentación. Se supone que las vibraciones
producidas por los motores del avión podrían haber sido la causa.

Reproducciones
En 1951, la editorial suiza Urs Graf-Verlag Bern realizó un edición facsimilar
del Libro de Kells. La mayoría de las páginas se reprodujo en fotografías en
blanco y negro, y se imprimieron cuarenta y ocho páginas (las que tenían
decoraciones en toda la página) en color.

En 1979, Éditions Facsimilé Lucerne ([1]), otra editorial suiza, solicitó


autorización para producir un facsímil totalmente en color. La oferta fue
inicialmente rechazada por los responsables del Trinity College, que temían
que el manuscrito sufriera daños durante la operación. En 1986, a raíz de la
puesta a punto de un cuidadoso dispositivo de aspiración que permitía tender y
fotografiar las páginas sin tener que tocarlas, el editor obtuvo por fin luz verde.
Después de fotografiar cada página, se preparaba una copia para comparar
atentamente los colores con los del original, para realizar los ajustes que fueran
necesarios. En 1990 se publicó el facsímil en dos volúmenes con, por una parte
el facsímil propiamente dicho y por otra un tomo de comentarios redactados
por especialistas. La iglesia de Kells (de la Iglesia de Irlanda), en el lugar del
antiguo monasterio, dispone de un ejemplar. Está igualmente disponible una El folio 183º del facsímil de 1990 :Erat
autem hora tercia (era la hora tercia).
versión en CD-ROM que contiene todas las páginas escaneadas, así como otras
informaciones.

Descripción
El Libro de Kells contiene los cuatro Evangelios constitutivos del cristianismo, precedidos de prólogos, resúmenes y transiciones
entre ciertos pasajes. Está redactado en mayúsculas con un estilo caligráfico típicamente insular, con tinta negra, roja, malva y
amarilla. El manuscrito consta actualmente de 340 hojas en pergamino, llamadas folios. La mayoría de estos folios eran en realidad
parte de hojas más grandes, los bifolios, que se doblaron en dos para formar dos folios. Varios de estos bifolios fueron agrupados y
cosidos para obtener loscuadernos. Puede suceder que un folio no forme parte de un bifolio y sea una simple hoja suelta insertada en
un cuaderno.

Se estima que se han perdido una treintena de páginas: desde 1621, el examen de la obra que realizó James Ussher contabilizaba sólo
344 páginas. Las hojas existentes están agrupadas en treinta y ocho cuadernos, cada uno de ellos contiene de cuatro a doce hojas (es
decir, de dos a seis bifolios); lo más habitual es encontrar cuadernos de diez hojas. Las páginas más decoradas se corresponden a
menudo con hojas sueltas. Por otra parte, parece que se habían trazado líneas sobre los folios, a veces por los dos lados, para facilitar
el trabajo de escritura de los monjes: los orificios de aguja y los trazos pueden aún apreciarse en ciertos lugares. El pergamino es de
gran calidad, aunque está trabajado de manera desigual: algunas hojas tienen un espesor parecido al del cuero, mientras que otras son
de una delgadez casi translúcida. El manuscrito tiene 33 cm de largo por 25 cm de ancho, siendo éste un tamaño estándar, aunque
estas dimensiones no se alcanzaron hasta el siglo XVIII, época en la cual se recortaron un poco las hojas. La zona de texto cubre
aproximadamente 25 cm de largo por 17 de ancho, y cada página de texto contiene entre dieciséis y dieciocho líneas. Sin embargo, el
libro parece inconcluso, en la medida en que algunas ilustraciones parecen simples esbozos.

Contenido
En su estado actual, el Libro de Kells ofrece, después de algunos escritos introductorios, el texto integral de los Evangelios según
Mateo, según Marcos y según Lucas. El Evangelio según Juan está reproducido hasta el versículo 17:13. El resto de este Evangelio,
así como una parte de escritos preliminares, son imposibles de encontrar; probablemente se perdieron a causa del robo del manuscrito
en el siglo IX. Lo que queda de los escritos preliminares consta de dos fragmentos de listas de nombres hebreos contenidos en los
Evangelios, los Breves causae y los Argumenta de los cuatro Evangelios y, finalmente, las tablas canónicas deEusebio de Cesarea. Es
bastante probable, como en el caso de los Evangelios de Lindisfarne o del Libro de Durrow, que una parte de los textos perdidos
incluyera la carta de San Jerónimo al papa Dámaso I, llamada Novum opus, en la que Jerónimo justificaba la traducción de la Biblia
al latín. Puede suponerse también, aunque con mucha más cautela, que los textos contenían la carta de Eusebio llamada Plures fuisse,
donde el teólogo enseña el uso correcto de las tablas canónicas.

Se cuenta entonces con dos fragmentos de listas conteniendo nombres hebreos:


uno se encuentra en el anverso del primer folio, y el otro, en el folio 26, está de
momento al final de los textos de introducción al Evangelio de Juan. El primer
fragmento contiene el final de la lista destinada al Evangelio según Mateo,
habida cuenta de que el principio de la lista debía ocupar otras dos hojas, hoy
perdidas. El segundo fragmento muestra la cuarta parte de la lista para el
Evangelio de Lucas; seguramente las tres cuartas partes restantes debían
ocupar otras tres hojas. Ahora bien, la estructura del cuaderno en cuestión hace
altamente improbable la idea de que puedan faltar tres hojas entre los folios 26
y 27, lo que induce a pensar que el segundo fragmento no está en su sitio
original. No queda ningún rastro de las listas de los Evangelios de Marcos y
Juan.

Al primer fragmento de lista le siguen las tablas canónicas de Eusebio de


Cesarea. Estas tablas, anteriores a la traducción de la Biblia en lengua latina (la
Vulgata), se crearon para comparar y cruzar los cuatro Evangelios. Eusebio
procedió a la división de los Evangelios en capítulos y creó las tablas, que
debían permitir al lector situar un episodio dado de la vida de Cristo en cada
El 5º folio es una de las páginas
dedicadas a las tablas canónicas de uno de los cuatro textos. Se extendió la costumbre de incluir las tablas
Eusebio de Cesarea. canónicas en los textos preliminares de la mayoría de las copias medievales de
la Vulgata. Sin embargo, las tablas del Libro de Kells se revelan inútiles puesto
que el amanuense las condensó hasta el punto de hacer un amasijo confuso.
Además, los números de los capítulos nunca se consignaron en los márgenes del texto, lo que vuelve imposible encontrar las
secciones a las cuales las tablas hacen referencia. Los motivos de este olvido permanecen oscuros: puede ser que los monjes hubieran
decidido no insertar los números hasta que las ilustraciones estuvieran terminadas, con lo cual la no finalización del manuscrito tuvo
como consecuencia posponer sine die esta operación. La omisión bien pudiera haber sido deliberada, a fin de no alterar la belleza de
la obra.

Las Breves causae y los Argumenta pertenecen a una tradición manuscrita anterior a la Vulgata. Las Breves causae son, de hecho,
resúmenes de antiguas traducciones de los Evangelios en latín, y se dividen en capítulos numerados. Esta numeración, como en el
caso de las tablas canónicas, no se usa en el cuerpo del manuscrito. Se trata esta vez de una elección muy comprensible, en la medida
en que los números de los capítulos correspondientes a viejas traducciones hubieran sido difíciles de armonizar con el texto de la
Vulgata. En cuanto a los Argumenta, son colecciones de leyendas dedicadas a los cuatro Evangelistas. El conjunto de estos escritos
está dispuesto en un orden extraño: en primer lugar se encuentran las Breves causae y los Argumenta sobre Mateo, seguidos de los de
Marcos. Llegan entonces, de manera bastante inesperada, los Argumenta de Lucas y Juan, seguidos a continuación de las Breves
causae de estos dos apóstoles. Este inhabitual orden es el mismo que el adoptado en el Libro de Durrow. En otros manuscritos
insulares, como los Evangelios de Lindisfarne, el Libro de Armagh o los Evangelios de Echternach, cada Evangelio se trata
separadamente y se precede de todos sus escritos introductorios. Esta repetición fiel del esquema del Libro de Durrow ha llevado al
investigador T. K. Abbot a concluir que el amanuense de Kells debía tener entre las manos el manuscrito en cuestión, o al menos un
esquema común.
Texto y escritura
El Libro de Kells contiene el texto de los cuatro Evangelios en latín según la
Vulgata, sin ser una copia exacta de esta última: se encuentran numerosas variantes
con respecto a la Vulgata, principalmente cuando se usan traducciones latinas más
antiguas en vez del texto de San Jerónimo. Estas variantes se encuentran
sistemáticamente en todos los manuscritos medievales deGran Bretaña, y presentan
diferencias de una obra a otra. En efecto, los monjes, a falta de un ejemplar
preexistente, debían trabajar sin duda de memoria.

El manuscrito está escrito en letras mayúsculas, excepto algunas minúsculas,


mayoritariamente las c o las s. La historiadora de arte Françoise Henry ha
identificado como mínimo tres amanuenses que contribuyeron a la obra, a los que
ha llamado «Mano A», «Mano B» y «Mano C».

La Mano A habría realizado principalmente los folios 1 a 19º y 276º a


289º, antes de retomar su trabajo desde el folio 307º hasta el fin del
manuscrito. El amanuense Mano A utiliza a menudo una tinta de color El folio 19 contiene el inicio de las
marrón bastante habitual en Europa, y escribe entre dieciocho y Breves causae del Evangelio según
diecinueve líneas por página. Lucas.
La Mano B se reconoce desde el folio 19º al 26º y del 124º hasta el
128º; tiende a utilizar letras minúsculas, prefiere una tinta roja, malva o
negra y escribe un número más variable de líneas en cada página.
A la Mano C, finalmente, se le atribuye el resto del manuscrito y ha
contribuido a la obra de una manera bastante dispersa: tiene tendencia a
usar más minúsculas que Mano A; sin embargo usa la misma tinta marrón
y escribe casi siempre diecisiete líneas por página.

Errores
Existen varias diferencias entre el texto del Libro de Kells y el normalmente aceptado
por los Evangelios, por ejemplo:

En la genealogía de Jesús, que empieza en Lucas 3, 23, Kells nombra


erróneamente un antepasado adicional.
En Mateo 10, 34b, debería leerse "non veni pacem mittere, sed gladium"
(no he venido a traer la paz, sino la espada). Sin embargo, en vez de
"gladium" ("espada"), en el manuscrito de Kells se ha escrito "gaudium"
("alegría"); así, la traducción queda no he venido a traer la paz, sino la
alegría. Probable distracción del copista. El folio 285º, llamado Una autem
sabbati valde, fue redactado por
un amanuense llamado «Mano
Decoración A ».

El manuscrito contiene páginas totalmente llenas de motivos ornamentales de una


complejidad extraordinaria, así como pequeñas ilustraciones que acompañan a las
páginas de texto. El Libro de Kells utiliza una rica paleta de colores, con malva, rojo, rosa, verde y amarillo entre los más usados. A
título comparativo, las ilustraciones del Libro de Durrow están realizadas sólo con cuatro colores. De forma totalmente sorprendente,
y a pesar del prestigio con el cual los monjes han querido rodear la obra, no hicieron uso de pan de oro o plata para adornar el
manuscrito. Los pigmentos necesarios para las ilustraciones fueron importados de todos los rincones de Europa, y fueron objeto de
profundos estudios: el negro se obtuvo de las velas, el rojo brillante delrejalgar, el amarillo del oropimente y el verde esmeralda de la
malaquita pulverizada. El costosísimolapislázuli, de coloración azul, procede del noreste deAfganistán.

Las miniaturas son más ricas y numerosas que en cualquier otro manuscrito bíblico de Gran Bretaña. Se cuentan diez páginas llenas
de miniaturas que han sobrevivido a la prueba del tiempo, además de dos retratos de evangelistas, tres representaciones de los cuatro
símbolos de los evangelistas, una página cuyos motivos recuerdan un tapiz, una miniatura de la Virgen y el Niño, otra miniatura de
Cristo en el trono y, finalmente, dos últimas miniaturas dedicadas al juicio y a la tentación de Jesús. Por otro lado, existen otras trece
páginas repletas de miniaturas acompañadas en esta ocasión por un breve texto: en particular, es el caso del inicio de cada Evangelio.
Ocho de las diez páginas dedicadas a las tablas canónicas de Eusebio de Cesárea están también ricamente ilustradas. Además de
todas estas páginas, se contabiliza en el conjunto de la obra un gran número de decoraciones más pequeñas o de iniciales iluminadas.

El manuscrito, en su estado actual, empieza con un fragmento de la lista de nombres hebreos, que ocupa la primera columna del
anverso del folio 1. La otra columna de este folio está ocupada por una miniatura de los cuatro símbolos de los evangelistas, hoy
levemente borrada. La miniatura está orientada de tal manera que el libro debe girarse 90 grados para examinarla. El tema de los
cuatro símbolos de los evangelistas está presente del inicio al fin de la obra: casi siempre se los representa juntos, con el objetivo de
subrayar y afirmar la unidad del mensaje de los cuatro evangelios.

La unidad de los Evangelios se ve más reforzada si cabe por la decoración de las tablas
canónicas de Eusebio de Cesárea. Estas tablas fueron concebidas para establecer la
unidad de los cuatro textos, permitiendo al lector identificar los pasajes equivalentes en
cada Evangelio, y normalmente ocupan doce páginas. Los copistas del Libro de Kells ya
habían reservado doce páginas con este fin (folios 1º a 7º) pero, por motivos
desconocidos, acabaron por condensar las tablas en diez páginas solamente, dejando así
dos páginas en blanco (los folios 6º y 7º). Este reajuste convirtió las tablas en confusas e
inutilizables. La decoración de las ocho primeras páginas de las tablas canónicas parece
fuertemente influenciada por manuscritos más antiguos de laregión mediterránea, donde
la costumbre era insertar las tablas en el dibujo de un arco. Los monjes que trabajaron en
el Libro de Kells emplearon este estilo, pero aportando su propia idiosincrasia: los arcos
no están tratados como elementos arquitectónicos sino como motivos geométricos,
decorados con motivos ornamentales típicamente insulares. Los cuatro símbolos de los
evangelistas ocupan el espacio existente arriba y abajo de los arcos. Las dos últimas
páginas representan las tablas en una verja, lo cual es más conforme a la tradición de los El folio 2º contiene una de las
manuscritos insulares, como en elLibro de Durrow. tablas canónicas de Eusebio de
Cesárea.
El resto del libro, aparte de las tablas canónicas, se divide en secciones, estando cada
inicio de sección indicado por miniaturas y páginas llenas de texto decorado. En
particular, cada uno de los Evangelios es introducido con miniaturas meticulosamente preparadas. Los textos preliminares están
tratados como una sección de pleno derecho, recibiendo entonces una decoración suntuosa. Además de los Evangelios y los textos
preliminares, el «segundo inicio» del Evangelio según Mateo tiene derecho él mismo a su propia decoración introductoria.

Los textos preliminares están introducidos por una imagen en icono de la Virgen y el Niño (folio 7º). Esta miniatura es la
representación más antigua de la Virgen de entre todos los manuscritos del mundo occidental. María aparece en una rara mezcla entre
una pose de frente y de tres cuartos. El estilo iconográfico de la miniatura podría proceder de un modelo
ortodoxo o copto.

La miniatura de la Virgen y el Niño está en la primera página de texto, y resulta un preliminar apropiado para el inicio de las Breves
causae de Mateo, que empieza por un Nativitas Christi in Bethlem (« el nacimiento de Cristo en Belén »). La primera página de las
Breves causae (folio 8º) está decorada y rodeada de un elegante marco. La combinación entre la miniatura a la izquierda y el texto a
la derecha constituye asimismo una introducción muy viva y colorista a los textos preliminares. Las primeras líneas de las otras
secciones de los textos preliminares fueron igualmente objeto de cuidados particulares, pero sin alcanzar el mismo nivel que el inicio
de las Breves causae de Mateo.

El Libro de Kells fue concebido para que cada Evangelio dispusiera de decoraciones introductorias altamente elaboradas.
Originalmente, cada uno de los cuatro textos estaba precedido de una miniatura a toda página que contenía los cuatro símbolos de los
evangelistas, seguida de una página en blanco. Acto seguido aparece, frente a las primeras líneas ricamente decoradas del texto, el
retrato del evangelista correspondiente. El Evangelio según Mateo ha conservado el retrato de su evangelista (folio 28º) y su página
de símbolos evangélicos (véase más arriba el folio 27º). En el Evangelio según Marcos falta el retrato del evangelista, pero su página
de símbolos ha perdurado hasta nuestros días (folio 129º). Desafortunadamente, el Evangelio según Lucas no ha conservado ninguno
de los dos. Finalmente, el Evangelio según Juan, como el de Mateo, ha conservado a la vez el retrato de Juan (véase aquí al lado el
folio 291º) y su página de símbolos (folio 290º). Probablemente, las páginas que faltan existieron pero se han perdido. En cualquier
caso, el uso sistemático de todos los símbolos
de los evangelistas al principio de cada
Evangelio es tremendamente sorprendente,
haciendo un fuerte hincapié en la unidad del
mensaje evangélico.

La decoración de las primeras palabras de


cada Evangelio está primorosamente
trabajada. Las páginas correspondientes, de
hecho, parecen tapices: las ilustraciones son
tan elaboradas que el texto se torna ilegible.
La página de inicio del Evangelio según
Mateo (véase arriba el folio 29º), es un
El folio 7º está ilustrado con una ejemplo: sólo tiene dos palabras, «Liber El folio 291º contiene un retrato
imagen de la Virgen y el Niño. generationis» («el libro de la generación»). de Juan.
Se trata de la más antigua El lib de Liber se ha desarrollado en un
representación existente de la monograma gigante que domina toda la
Virgen María en un manuscrito
página. El er de Liber está representado por un entrelazado de ornamentos con la b del
occidental.
monograma lib. La palabra Generationis se extiende por tres líneas diferentes insertándose
en un marco sofisticado a la derecha inferior de la página. Todo el conjunto está agrupado
por un elegante ribete. Este ribete y las mismas letras están además decoradas con espirales y
nudos, a menudo zoomorfos. Las primeras palabras del Evangelio de Marcos, Initium
evangelii («Principio del Evangelio», véase al lado) y del de Juan, «In principio erat
verbum» («En el principio era el Verbo»), fueron objeto de tratamientos similares. Estas
ornamentaciones, aunque particularmente trabajadas en el Libro de Kells, se encuentran sin
embargo en todos los evangeliarios de las islas británicas.

El Evangelio según Mateo, como marca la norma, empieza con una genealogía de Jesús: el
relato propiamente dicho de la vida de Cristo no empieza hasta el versículo 1:18, que se lo
considera por este motivo como el «segundo inicio» de este Evangelio. El Libro de Kells
trata este segundo inicio con un énfasis digno de un texto aparte. Esta parte del Evangelio de
Mateo empieza por la palabra «Cristo», que los manuscritos medievales tenían por costumbre
abreviar con las letras griegas Xi y Ro.
El folio 30º alberga el incipit
del Evangelio según Marcos. Este "monograma Xi Ro", más conocido como "monograma de la Encarnación", fue objeto
de un cuidado especial en el Libro de Kells, hasta invadir el folio 34º en su totalidad. La letra
Xi domina la página, con uno de sus brazos extendiéndose por una gran superficie de la hoja.
La letra Ro está acurrucada bajo las formas de Xi. Ambas letras están divididas en compartimentos lujosamente decorados con
entrelazados y otros motivos. Incluso el fondo del diseño está desbordado de ilustraciones entrelazadas unas con otras. Entre esta
masa de ornamentos se ocultan toda clase de animales, incluyendo insectos. Finalmente, de uno de los brazos de Xi surgen tres
ángeles. Esta miniatura, en el cenit de una tradición iniciada con el Libro de Durrow, se muestra como la más formidable y más
cuidada de los monogramas de la Encarnación de entre todos los manuscritos bíblicos de las islas británicas. Según Claude
Médiavilla, especialista en caligrafía, el monograma de la Encarnación sería probablemente «la pieza de iluminación más compleja
nunca realizada [...] Ha debido exigir muchas semanas, quizá meses, de un trabajo arduo para el cuerpo y la vista».

El libro de Kells contiene otras dos miniaturas de página entera, que ilustran episodios de la Pasión de Cristo. La primera (folio 114º)
está dedicada a su detención: Jesús, inmovilizado por dos personajes claramente más pequeños que él, está representado bajo un arco
estilizado. La segunda miniatura (folio 202º) está consagrada a la Tentación de Cristo: Jesús, de quien no se ve más que el busto, está
en la cúspide del Templo, con una muchedumbre a su derecha que posiblemente representa a sus discípulos. Debajo de él se adivina
la figura tenebrosa deSatanás, mientras que dos ángeles vuelan por el cielo.
La decoración de la obra no se
limita a los pasajes principales.
Todas las páginas, a excepción de
dos de ellas, contienen en efecto un
mínimo de ornamentos. A lo largo
de todo el manuscrito encontramos
aquí y allá iniciales decoradas, así
como pequeños personajes
Casi todos los folios del Libro de humanos o zoomorfos, a menudo
Kells tiene al menos pequeñas enredados en complicados nudos.
miniaturas como esta inicial Es el arte de los entrelazos, de
decorada.
figuras animales y de laberintos
microscópicos que se inspira entre
otros en la tradición celta. El texto de las Beatitudes en el Evangelio de Mateo, por
ejemplo, (folio 40º) se acompaña por todo lo largo del margen de una gran miniatura,
en la que las letras B que empiezan cada línea se entrelazan mediante una cadena. De En el folio 34º aparece el célebre
la misma manera, la genealogía de Cristo en el Evangelio de Lucas (folio 200º) monograma de la Encarnación,
aprovecha la repetición de la palabra Quien al inicio de cada línea para dibujar una compuesto por las letrasXi (Χ) y Ro
(Ρ), que son las dos primeras letras
cadena. A la derecha de las páginas se representan pequeños animales para colmar
de la palabra Cristo en
los vacíos ocasionados por las líneas que se desvían de su trayectoria, o simplemente griego(ΧΡΙΣΤΟΣ).
para ocupar el espacio a la derecha de las líneas. No hay un motivo idéntico a otro, y
ningún manuscrito anterior puede rivalizar con tal profusión de ornamentos.

Todas las ilustraciones son de gran calidad, y su complejidad sigue siendo objeto de fascinación. El examen de una de ellas, que no
ocupa más que unos 2,5 cm², ha permitido contabilizar no menos de 158 entrelazos de cintas blancas ribeteadas de negro por cada
lado. La sutilidad de algunas filigranas no puede apreciarse sin la ayuda de cristales de aumento, y esto teniendo en cuenta que no se
ha podido disponer de los cristales de la potencia necesaria hasta varios siglos después de la realización de la obra. Estas complicadas
operaciones de entrelazado fueron realizadas asimismo en el mismo periodo sobre metal o piedra, y han conocido una notable
longevidad: muchos de estos motivos se usan en la actualidad, por ejemplo en joyas o en
tatuajes.

Uso
El Libro de Kells tenía un fin sacramental y no educativo. Un evangeliario tan
grande y lujoso debía dejarse en el altar mayor de la iglesia, y usarse solamente para
leer pasajes de los Evangelios en la misa. Aunque es probable que el sacerdote
oficiante no leyera realmente el manuscrito, sino que recitara de memoria. A este
respecto, es interesante remarcar que el robo de la obra en el siglo XI, según los
Anales de Ulster, haya tenido lugar en la sacristía, donde se guardaban las copas y
La Old Library del Trinity College de otros accesorios litúrgicos, y no en la biblioteca de la abadía. La elaboración del
Dublín, lugar donde se conserva el libro parece haber integrado esta dimensión, haciendo del manuscrito un objeto muy
Libro de Kells. bello pero muy poco práctico. Por otra parte, el texto contiene numerosos errores no
corregidos, y otros indicios dan testimonio del ligero compromiso con la exactitud
del contenido: líneas demasiado grandes a menudo se continúan en los espacios
libres por encima o por debajo, y los números de capítulo necesarios para poder usar las tablas canónicas no se insertaron. En general,
no se hizo nada que hubiera podido perturbar la belleza formal de las páginas: lo estético se ha priorizado por encima de la utilidad.

Arte contemporáneo
Recientemente ha sido llevado al cine con la película de animación The Secret of Kells (El secreto del libro de Kells), de Tomm
Moore, cuyo tema central trata la historia del libro en una co-producción de 75 minutos de duración, rodada entre Irlanda, Canadá y
Bélgica.1

Referencias
1. IMDb.com, Inc., ed. (2009). «The Secret of Kells» (http://www.imdb.com/title/tt0485601/) (ficha) (en inglés).
Consultado el 16 de febrero de 2010.

Bibliografía
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Peter Harbinson, L'art médiéval en Irlande, Zodiaque, 1998, ISBN 2-7369-0244-0
Francoise Henry, L'art irlandais, vol. 2, Zodiaque, 1991,ISBN 2-7369-0070-7
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Calkins, Robert G. Illuminated Books of the Middle Ages. Ithaca, New York: Cornell University Press, 1983, ISBN 0-
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Henderson, George.From Durrow to Kells : the Insular Gospel-books, 650-800. New York: Thames and Hudson,
1987, ISBN 0-500-23474-4
Henry, Francoise. The Book of Kells. New York: Alfred A Knopf, 1974,ISBN 0-500-23213-X

Otras lecturas
Alexander, J. G. G. Insular Manuscripts: Sixth to Ninth Century. London: Harvey Miller, 1978
Alton, E. H. and P. Meyer Enageliorum quattor Codex Cenannensi. 3 vols. Bern: Urs Graf Verlag, 1959-1951.
Brown, T. J. "Northumbria and the Book of Kells". Anglo-Saxon England I (1972): 219-246.
Friend, A. M., Jr. "The Canon Tables of the Book of Kells". In Mediæval Studies in Memory of A. Kingsley Porter, ed.
W. R. K. Koehler. Vol. 2, pp. 611-641. Cambridge, Mass.: Harvard University Press, 1939.
Hopkins-James, Lemur J.The Celtic Gospels, Their Story and Their T exts. London: Oxford University Press, 1934.
Lewis, Susanne. "Sacred Calligraphy: The Chi Rho Page in the Book of Kells" Traditio 36 (1980): 139-159.
McGurk, P. "Two Notes on the Book of Kells and Its Relation to Other Insular Gospel Books" Scriptorium 9 (1955):
105-107.
Mussetter, Sally . "An Animal Miniature on the Monogram Page of the Book of Kells"Mediaevalia 3 (1977): 119-120.
Nordenfalk, Carl "Another Look at the Book of Kells" In Festschrift Wolgang Braunfels, pp. 275-279. Tubingen:
Wasmuth, 1977.
Nordenfalk, Carl, Celtic and Anglo-Saxon Painting: Book Illumination in the British Isles 600-800. New York: George
Braziller, 1977.
Powell, Roger. "The Book of Kells, the Book of Durrow, Comments on the Vellum and the Make-up and Other
Aspects" Scriptorum 10 (1956), 12-21.
Sweeney, James J. Irish Illuminated Manuscripts of the Early Christian Period. New York: New American Library,
1965.
Werner, Martin "The Madonna and Child Miniatures in the Book of Kells".Art Bulletin 54 (1972): 1-23, 129-139.

Enlaces externos
Wikimedia Commons alberga una galería multimedia sobreel Libro de Kells.

Edición facsimilar digital del libro completo en el sitio del rTinity College, Dublin
Éditions Facsimilé Lucerne sobre el Libro de Kells(en francés)
Imágenes escaneadasde dominio público (en inglés)
Otras imágenes escaneadas(en inglés)
Artículo de Jerry B. Lincecum, profesor del Austin College (T exas) (en inglés)
Artículo sobre el Libro de Kellsen la Enciclopedia Católica (en inglés)
«The Book of Kells - in pictures». The Guardian (en inglés). 14 de diciembre de 2012. Consultado el 3 de enero de
2013.

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