Está en la página 1de 39

El secreto de la luna

Nadie existe solo por existir

De Ángel Suárez

Personajes
Shuvani

El secreto de la luna
Amaris

Jovanka

Vadoma

Tshilaba

Zita

Jofranka

Léia

Estrella

Escena 1

El escenario se encuentra a oscuras, lo único que alumbra es un cenital blanco/ azul claro
que ilumina el centro. Se oyen los gritos de una mujer desesperada pidiendo ayuda. Entra

El secreto de la luna
una mujer vestida de blanco, a la cual no se le puede ver bien el rostro, Su ropa esta
manchada con sangre. Corre de un lado al otro del escenario como buscando ayuda,
hasta que se detiene en el centro. Lleva algo en los brazos. Un bebé. La mujer ya débil, lo
abraza fuertemente y lo abandona en el suelo.

Se va la luz poco a poco, hasta que queda el escenario a oscuras, la mujer sale de
escena

Escena 2

(Entran corriendo Jovanka, Zita y Jofranka)

Jovanka: ahí esta esa pobre criatura.

Zita: ¿Qué habrá pasado con su madre?

Jovanka: probablemente cayó rendida y no pudo continuar más.

Jofranka: no entiendo como el calé pudo haber hecho algo así. No lo entiendo, madre.

Jovanka: habrá tenido sus razones, pero no se justifica que haya querido acabar con la
vida de su esposa e hija.

Zita: nada lo justifica… Supongo que nosotras debemos huir. ¿Cierto? Vinimos en ayuda
de la niña y su madre y no debimos haberlo hecho.

Jovanka: así es, tenemos que irnos del clan. No seremos bienvenidas en él.

Jofranka: sabes que siempre iré a donde tú vayas. Además, no podemos dejar a esta
hermosa criatura sola. Probablemente su madre ya haya muerto. Quién sabe si ya fue
devorada por los lobos.

Zita: ¡Jofranka!

Jovanka: es momento de marcharnos. Ya se hace de noche y no hay luna. Todo se


pondrá muy oscuro y debemos buscar un lugar en donde quedarnos.

Jofranka: querrás decir que debemos buscar un hogar.

Zita: ¡Jofranka!

Jovanka: ella tiene toda la razón. A partir de este momento no tenemos un lugar donde
vivir.

Jofranka: debo ir a donde está la tribu, no puedo dejar a mis hijas ahí. Madre, tengo una
familia.

Jovanka: (autoritaria) la abandonaste al decidir venir conmigo.

El secreto de la luna
Jofranka: lo sé, y pienso estar contigo por mucho tiempo. Pero no pienso dejar a mis
hijas. (Desesperada) Pueden correr peligro también, son tan solo unas pequeñas
criaturas, y necesitan estar con su madre.

Zita: lo dudo. Pero si quieres buscarlas, pienso ir contigo. Yo te ayudare a traerlas.


Supongo que esa niña que nuestra madre tiene en sus brazos, va a necesitar compañía
de niñas de su edad. ¿No?

Jovanka: (bajando la guardia) si piensan irse, deben hacerlo ya. Aprovechen que la luna
se negó a salir hoy y que su luz no ilumina, así podrán ir sin ser vistas.

Jofranka: gracias, madre.

Jovanka: gracias a ti. Y perdónenme por arrastrarlas a esto. Pero no entiendo como mi
hijo puede ser una persona tan terrible.

Zita: creo que debemos olvidarnos ya de que él es nuestro hermano y tu hijo. Esto que
estamos haciendo nos desterrara de su vida. No vamos a importar para él. Es el calé y
las cosas tienen que ser así.

Jovanka: ya váyanse, estaré por aquí esperándolas.

(Salen Jofranka y Zita)

Jovanka: (tomando a la niña en brazos) todo estaré bien, pequeña. Te criare como si
fueras mi hija. Y te prometo que nada te faltara. Pequeña Amaris. (Sale de escena)

Escena 3

Todo el escenario se encuentra iluminado. Hay cuerdas de un lado a otro que simulan ser
tendederos de ropa. hay carpas improvisadas, hechas de tela.

(Entran Amaris corriendo tras de ella llegan Vadoma y Tshilaba un poco cansadas)

Tshilaba: Amaris, detente. ¿Por qué vas tan rápido?

Amaris: porque tengo prisa.

Vadoma: ¿Por qué? De seguro viste algo en lo profundo del bosque. Sabes que no
podemos entras más allá. Debemos mantenernos siempre de este lado. ¿Qué fue lo que
viste?

Amaris: no vi nada.

Tshilaba: no te creo. ¡Vamos! No seas egoísta y cuéntanos.

El secreto de la luna
Vadoma: si, dinos si no quieres que te saquemos las palabras de la boca. Y conoces la
manera en la que lo haremos (se empiezan a acercar a Amaris de forma juguetona para
hacerle cosquillas)

Amaris: está bien, se los diré. Ustedes sí que saben cómo atacarme. Siempre les he
dicho que las cosquillas son malas para la salud.

Tshilaba: cuenta ya y deja de decir tonterías.

Amaris: está bien. Está bien. En la mayoría de mis sueños siempre oigo una canción, la
cual nunca he oído antes, pero hoy en el bosque la oí por primera vez. Era una mujer
quien la tarareaba, pero nunca pude saber de dónde provenía.

Vadoma: ¿y cómo era esa canción? A ver si nosotras la conocemos y así te ayudamos.

Amaris: lo dudo mucho, jamás en mi vida la había oído.

Tshilaba: eso ya lo dijiste. Lo que queremos saber es como es la canción. Eso es todo.
¿Por qué siempre das tantas vueltas para decir las cosas?

Amaris: yo no he dado ninguna vuelta, estoy parada en este sitio desde que llegamos y
no me he movido de aquí.

Tshilaba y Vadoma: ¡ay ya!

Vadoma: Canta de una vez.

Amaris: ok. Ustedes sí que son agresivas. (Empieza a tararear la canción hijo de la luna
de mecano) bien, esa es la canción. ¿La han oído?

Tshilaba y Vadoma: ¡wow!

(Silencio)

Amaris: díganme, la han oído o no.

Tshilaba: sinceramente…

Vadoma: Cantas horrible.

Amaris: ¿¡la han oído o no!?

Tshilaba: no. Jamás en nuestras cortas vidas habíamos oído esa canción.

Amaris: se los dije, pero ustedes nunca me hacen caso.

Tshilaba: es difícil poder hacerte caso.

El secreto de la luna
Vadoma: siempre divagas cuando hablas y cuesta entenderte.

Amaris: ustedes sí que son unas malas primas, ¿Por qué me dicen esa clase de cosas?
Yo nunca me he metido con ustedes. Siempre las trato con cariño y amor. Pero jamás en
mi corta existencia, que es más corta que la de ustedes…

Tshilaba: estas divagando.

Amaris: no lo hago.

Vadoma: si lo haces.

Amaris: que no.

Tshilaba y Vadoma: que sí.

Amaris: que si, tienen toda la razón. Pero es que…

Tshilaba: pero es que nada. Deberías mandarte a revisar. Las malas lenguas dicen que
divagar es una enfermedad muy grave, puede incluso llevarte a la locura.

Amaris: ¿Qué? ¿Locura? Ay no, yo no me puedo volver loca. ¿Qué será de mí? Tengo
un poco de miedo.

Vadoma: ¿un poco? Deberías tener bastante. Tan chiquita y volviéndote loca. Eso es
muy grave.

Amaris: (aterrada) ¿y a donde puedo ir? Ayúdenme.

Tshilaba: no sabemos a dónde. Nunca hemos estado locas.

(Tshilaba y Vadoma se ven y sonríen. Amaris se da cuenta)

Amaris: ¡me están mintiendo! Ustedes están buscando que les lance una maldición.

Tshilaba: ¿en dónde ves esas cosas? No pareces una gitana. Eso está mal.

Vadoma: ya dejémosla tranquila. Es todo en broma, Amaris. Es divertido ver cómo te


alteras.

Amaris: tampoco es que me sienta muy gitana. Y son ustedes las que van a hacer que
me vuelva loca. Necesito saber de dónde proviene esa canción.

Tshilaba: nosotras podemos ayudarte. Sabes que siempre puedes contar con nosotras.

Vadoma: eso es verdad. A pesar de que siempre estamos haciéndote bromas, sabes muy
bien que puedes contar con nosotras.

El secreto de la luna
Amaris: lo sé, son unas primas grandiosas.

Tshilaba: ¿y ahora que hacemos? ¿Cómo buscamos un sonido que solo has oído en tus
sueños?

Amaris: hoy por primera vez lo oí en lo profundo del bosque. Quizás si vamos ahí, lo
vuelva a oír.

Vadoma: ¿pero tienes idea de que pueda significar esa melodía?

Amaris: la verdad, no. Pero sé que voy a averiguar que melodía es y porque siempre la
tengo presente. Esto no puede ser una mera casualidad.

Tshilaba y Vadoma: si, te estas volviendo loca.

Amaris: ¡ya! Me van a ayudar a buscar esa melodía sea como sea. No hay marcha atrás.

Vadoma: (emocionada) tengo una idea grandiosa.

Tshilaba: cuando dices eso, me da miedo. Tus “ideas grandiosas” no son tan grandiosas
como crees que son.

Amaris: es verdad.

Vadoma: ahora la van a agarrar conmigo.

Amaris: cuéntanos tu “idea grandiosa”

Vadoma: ¿y si vamos a hablar con la Shuvani?

Amaris: ¿estás loca?

Tshilaba: que grandiosa idea. Primera vez que dices una de tus ideas y me agrada. Estas
mejorando, hermanita. De algo te tenía que servir pasártela conmigo.

Vadoma: la hermana inteligente soy yo. Eso está demostrado hasta en las estrellas.

Amaris: no vayan a pelear. Y me niego a ir a donde la Shuvani.

Vadoma: ¿Por qué?

(Aullido de lobos)

Amaris: (asustada) ahhh, ¿que fue eso? eso es por estar hablando de la Shuvani. Ella
me da un poco de miedo. Siempre anda envuelta en ropa y no se le puede ver bien el
rostro. Ay no, esa mujer me da pánico.

El secreto de la luna
Vadoma: ¿y si no es una mujer y por eso siempre se cubre?

Amaris: ¡peor aún!

Tshilaba: no la asustes con eso, Vadoma. Si ella no quiere ir, pues que vaya.

Amaris: ¡exacto! (confundida) ¿Qué? No, no.

Tshilaba: dijiste exacto, eso quiere decir que tienes que ir.

Vadoma: tenemos, querrás decir.

Tshilaba: así es, hermanita. Tenemos.

(Aullido de lobos. Amaris, Vadoma y Tshilaba se empiezan a unir en el centro del


escenario, asustadas)

Amaris: ahí están los aullidos otra vez.

Vadoma: si, los oímos. Pero aquí no nos pasara nada. Creo.

Amaris: miren, yo soy más pequeña que ustedes.

Tshilaba: pero tú eres nuestra tía.

Amaris: no tiene nada que ver, soy más pequeña que ustedes y punto.

Vadoma: solo por un año.

Amaris: su deber es cuidarme y protegerme.

Tshilaba: eso es lo que hacemos. Por eso vamos a ir a donde la Shuvani y que no se
hable más.

Amaris: ¿Por qué me hacen esto? No podemos. Además, si nuestras madres se enteran
de que salimos del campamento, nos van a castigar.

Vadoma: tú quieres descubrir esa melodía misteriosa, ¿no? (Amaris asiente) Pues
debemos ir a donde alguien misterioso que sepa de misterios.

Amaris: demasiado misterio para mí.

(Aullido de lobos. Todas gritan)

Vadoma: tenemos que calmarnos. Vamos a donde la Shuvani.

Tshilaba: está empezando a oscurecer, no es recomendable que andemos por ahí en la


noche. Los lobos, y que la luna no alumbre por acá, es peligroso.

El secreto de la luna
Vadoma: (mira hacia el cielo) ¿Qué decías de la luna?

Amaris: ahí está.

Tshilaba: imposible. La luna nunca ha alumbrado esta parte del campamento.

Vadoma: esto si se está poniendo misterioso. Empezando porque los lobos eran un mito,
nunca los habíamos oído por aquí.

Amaris: mejor vamos a donde nuestras madres y ya.

Tshilaba y Vadoma: buena idea.

(Amaris sale corriendo de escena)

Vadoma: (a Amaris) ¡no vayas tan rápido!

Tshilaba: jamás la alcanzaremos.

Escena 4

(Entran Jofranka, Zita y Jovanka. Amaris está escondida detrás de una de las carpas
oyendo la conversación)

Jovanka: se lo tengo que contar. Ya es tiempo de que ella lo sepa.

Zita: ¿estas segura?

Jovanka: completamente.

Jofranka: ¿por qué no le dejas así, madre? Déjala que siga creyendo eso.

Jovanka: ella está creciendo y merece saber la verdad. Además, yo ya estoy muy vieja y
pronto moriré. Quiero que ella pueda continuar con su vida después que yo muera. Al
igual que ustedes.

Zita: todavía falta mucho tiempo para eso.

Jovanka: nunca se sabe, hija. Además, ella merece saber la verdad.

Jofranka: ¿toda la verdad?

Zita: no entiendo.

Jofranka: ¿solo la parte de que ella no es tu hija o también que su padre mató a su
madre y quiso matarla a ella también?

Jovanka: no lo había pensado. Pero quizás solo debería saber que no es mi hija, solo por
ahora.

El secreto de la luna
Zita: eso te va a traer muchas preguntas. ¿Estas dispuesta a darle respuestas?

Jovanka: a ustedes definitivamente les gusta poner las cosas difíciles.

Zita: no es ponerlo difícil. Es ser realistas. Amaris es una niña muy inteligente y va a
querer saberlo todo. Mira en donde vivimos, y estamos aquí por culpa de su padre,
nuestro hermano. Tu hijo. Ella va a querer saber quién es su padre.

Jofranka: es cierto, al decirle que tú no eres su madre, es obvio que la figura que ella
tiene como padre, es decir, nuestro padre, la va perder. Creo que me enrede.

Zita: si, un poco. Pero madre entiende. ¿No es así?

Jovanka: ¡basta! Si, entendí perfectamente. Pero quien manda aquí soy yo y se lo pienso
decir. (Silencio) ¿De dónde proviene esa luz?

(Amaris sale de escena a escondidas)

Zita: es de la luna.

Jofranka: ¿la luna?

Jovanka: no puede ser. Algo está por suceder. Debemos protegernos.

Zita: ¿de los lobos?

Jovanka: no, de la luna. Trae consigo una fuerza inimaginable. Trae miedo, tristeza y
llanto. ¿Dónde están las niñas?

Zita: estaban jugando.

Jovanka: búsquenlas y tráiganlas. Debemos entrar en las carpas. Díganles que es hora
de dormir.

(Vadoma y Tshilaba se tropiezan con Amaris y entran a escena)

Amaris: (triste) no es necesario que nos busquen. Aquí estamos.

Vadoma: corres demasiado rápido. Cualquiera piensa que te teletransportas.

Zita: ¿está todo bien?

Vadoma: si, vimos la luz de la luna y corrimos para acá.

Tshilaba: es cierto. Nos dio un poco de miedo. Además, oímos los aullidos de los lobos.

Jovanka: (a Amaris) ¿estás bien?

Amaris: si, es hora de dormir.

El secreto de la luna
Todas entran en las carpas.

Escena 5

La luz cambia un poco. Blanca, tenue. Como si el escenario estuviese iluminado solo por
luz de luna. Amaris va saliendo a gatas de la carpa.

Amaris: (estrujándose los ojos.) así que me mintieron siempre. No soy hija de Jovanka.

(Entra Estrella lentamente y se pone detrás de Amaris)

Estrella: así es. (Amaris intenta ver quien es, pero no ve nada)

Amaris: ¿Quién está ahí?

Estrella: así que no puedes verme. Mmm, que raro. No entiendo.

Amaris: ¡muéstrate!

Estrella: eso intento, me encantaría que pudieras verme, pero no sé qué está pasando.

Amaris: creo que ya sé que es lo que pasa.

Estrella: ¿en serio? ¿Lograste descubrirlo?

Amaris: sí, tengo los ojos cerrados.

Estrella: ¿es en serio? Y yo preocupada porque no podías verme. Ábrelos entonces.

Amaris: (triste) lo siento. Es que lloraba y me ardían un poco. Por eso los cerré, pero ya
los tengo abierto. ¿Quién eres?

Estrella: eso es algo muy tonto de tu parte, pero bueno, los humanos son bien raros. Yo
soy una Estrella, y me llamo Estrella.

Amaris: que original.

Estrella: no me culpes a mí. Dicen que todas las Estrellas tenemos un nombre, pero yo
aún no descubro el mío. Tampoco es que quiera saberlo. Demasiado trabajo para mí.

Amaris: ¡conformista!

Estrella: un poco. Igual de nada sirve saber mi nombre. Además, mi propósito no es ese.
Mi propósito es ayudar.

Amaris: ¿ayudar a qué?

Estrella: a que los demás encuentren su propósito en la vida.

El secreto de la luna
Amaris: ¿estás aquí para ayudarme a encontrar mi propósito?

Estrella: algo así. Esto aquí para ayudarte a encontrar a tu verdadera madre, ella tu
ayudara a saber a qué viniste al mundo. Nadie existe solo por existir.

Amaris: entonces empecemos desde ya.

Estrella: vas muy rápido.

Amaris: es que quiero saber quién es. Me siento mal porque me ocultaron esa verdad tan
grande.

Estrella: ellas tuvieron una razón para eso.

Amaris: ¿la sabes?

Estrella: no estoy muy segura. Pero debes esperas a que ellas hablen contigo y te
revelen toda la verdad. Me imagino que es algo dolorosa, pero el dolor pasa, ya verás.

Amaris: supongo. Esperare, lo hare. Pero igual no puedo quedarme de brazos cruzados.
Necesito saber quiénes son mis padres. Jovanka dijo que su esposo había muerto, pero
dudo que él sea mi padre.

Estrella: estas en lo cierto, pequeña. Desde el día en que la luna iluminó esta parte del
bosque, desde ese momento, la vida de las personas que estaban aquí, comenzaron a
cambiar.

Amaris: (curiosa) me di cuenta de eso. Una pregunta. Según tú, lo sabes todo. ¿Cierto?

Estrella: todo no, solo lo que puedo observar.

Amaris: ok. Espero sepas la respuesta a mi pregunta. En mis sueños, oigo siempre una
melodía y no sé de donde proviene, y nunca la he oído despierta.

Estrella: la respuesta a eso si la sé. Esa melodía es la que te cantaba tu madre siempre
antes de dormir, tú aun estabas en su vientre. (Estrella ve hacia el cielo) está a punto de
amanecer. Es hora de marcharme.

Amaris: espera un rato.

Estrella: no puedo. Me llamo Estrella, ¿recuerdas?

Amaris: ¿y eso que tiene que ver?

Estrella: que las Estrellas solo salimos de noche y nos ocultamos de día. Al igual que
luna.

Amaris: perdón, no quise parecer tonta.

El secreto de la luna
Estrella: ya es hora de que me vaya y de que tú despiertes.

Amaris: ¿estoy dormida?

Estrella: ¿Qué decías acerca de no parecer tonta? Nos veremos luego.

(Estrella sale de escena y Amaris regresa a la carpa)

Escena 6

(Entran corriendo Jofranka y Zita)

Jofranka: ¡Jovanka! ¡Jovanka!

(Entra Jovanka)

Jovanka: ¿Qué son esos gritos?

Zita: alguien ha venido a vernos.

Jovanka: ¿Cómo que alguien ha venido a vernos? Es imposible que hayan conseguido
nuestro campamento. Debemos recoger, nos vamos inmediatamente.

Jofranka: tranquila, madre. No es nadie que nos quiera hacer daño.

Zita: pero si tenemos que estar alerta.

Jovanka: ya déjense de tonterías. ¿Quién es?

(Entra la Shuvani. Una mujer con ropa colorida y extravagante. Tiene el rostro y lo único
que se puede ver son sus ojos)

Jovanka: ¿Quién eres?

Shuvani: mi nombre no es importante. Soy una poderosa Shuvani, y he venido a


advertirles que cosas peligrosas vienen en camino.

Jovanka: ¿Cómo diste con nosotros? Además, ¿Por qué vienes a decirnos eso sin saber
quiénes somos?

Shuvani: créame que lo sé, Jovanka. Las he observado desde hace mucho tiempo.
Siempre he intentado protegerlas, pero ya hay cosas que no se pueden ocultar más. La
muerte está cerca para alguien de este clan y a raíz de su muerte, todo el misterio y las
mentiras que la rodean, se descubrirán.

Jofranka y Zita: ¿soy yo? Ay no quiero morir joven.

Jofranka: ¿mis niñas se quedaran sin madre?

El secreto de la luna
Jovanka: compórtense. Está hablando de mí. ¿Cierto?

Shuvani: así es. Tu muerte está cada vez más cerca y no hay vuelta atrás.

Jovanka: lo sabía. Podía sentirlo muy dentro de mí. Bueno, mejor hablemos en otro lugar.
Las niñas aún están en las carpas y pueden escucharlo todo.

Jofranka y Zita: mami, no queremos que mueras.

Jovanka: ¡compórtense!

(Salen todas de escena)

Escena 7

(Salen de las carpas Tshilaba, Amaris y Vadoma)

Vadoma: (sorprendida) ¿oyeron eso?

Amaris, Tshilaba: no.

Vadoma: yo tampoco. Pero igual me sorprende que la Shuvani este aquí.

Tshilaba: es una señal, Amaris. Hay que hablar con ella.

Amaris: bien, bien, Iremos en la noche.

Vadoma: esa es mi tía.

Amaris: realmente no soy tu tía.

Vadoma: ¿Cómo así?

Amaris: como oíste, no soy tía tuya, ni de nadie. Es más, ni siquiera sé si somos familia.

Tshilaba: ¿Qué quieres decir con eso? no entiendo.

Amaris: que todo ha sido una farsa. Una gran mentira. Oí a Jovanka decirles a sus hijas
que me tenía que contar la verdad. Que me tenía que decir que yo no era hija de ella.

Vadoma: Joder… (Tshilaba y Amaris ven a Vadoma) Ay, todo el mundo dice palabras
feas, así que no me vean así. Pero que feo eso. ¿Cómo pueden ocultarle una verdad así
a alguien?

Amaris: lo sé, y no es tanto el hecho de que yo no sea hija de Jovanka, sino que me haya
ocultado la verdad todo este tiempo.

Tshilaba: no es justo para nadie. Tan emocionada que vivía yo pensando que tenía una
tía que era menor que yo.

El secreto de la luna
Vadoma: (a Tshilaba) no es momento para juegos.

Amaris: esperare a que ella me lo cuente y así poder saber por qué lo hizo... Ahora más
que nunca debo saber de dónde proviene la canción. Algo que me dice que tiene que ver
con todo esto.

Tshilaba: pues tía que no es mi tía, tus sobrinas que no somos tus sobrinas, te
ayudaremos.

Amaris: ya deja eso de tía que no es tía. Cansa un poco.

Tshilaba: está bien, tía que no es mi tía.

Vadoma: ¡ya! Algo está sucediendo y debemos saber que es. ¿Por qué está pasando
todo tan de repente? Primero la luna aparece de este lado del bosque, ahora tú no eres
familia de nosotras y por último la aparición de la Shuvani, justo cuando nosotras
pensábamos ir a verla. Algo muy raro está pasando.

Amaris: creo que tienes que dejar de ir al pueblo a leer esos libros raros.

Vadoma: no en vano mi nombre significa saber.

Tshilaba: (levantando la mano) ¡yo! ¡Yo! ¿Qué significa mi nombre?

Vadoma: realmente no le haces honor a tu nombre. Significa buscadora de conocimiento.

Tshilaba: bueno, a veces lo busco.

Vadoma: pero no siempre… (A Amaris) ¿Y tú?

Amaris: ¿yo que?

Vadoma: ¿no quieres saber el significado de tu nombre?

Amaris: la verdad, no. Pero ya que estamos en la búsqueda del conocimiento, pues
venga. Dime que significa mi nombre.

Vadoma: tu nombre tiene varios significados, pero hay uno que llama mucho la atención.

Tshilaba: el de ella sí.

Vadoma: significa hija de la luna.

Tshilaba: ella menos le hace honor a su nombre.

Amaris: eso es verdad. No puedo ser hija de la luna. A menos que ese significado se
traduzca a que soy hija de algo inalcanzable. No sé de quién soy hija y necesito saberlo.

El secreto de la luna
Vadoma: sabes que existe una leyenda gitana acerca del “hijo de la luna”

Amaris: en este momento no estoy para leyendas gitanas.

Vadoma: tampoco es que tenga ganas de contarla.

Tshilaba: yo si la conozco, en mi búsqueda del saber un día leí algo sobre esa leyenda.

Amaris: yo también la he oído. Pero ¿ustedes nunca se preguntaron por qué vivimos
aquí, aisladas de todo y de todos?

Vadoma: si, una vez. Después descubrí que podía escaparme al pueblo y nunca más me
lo volví a preguntar.

Tshilaba: la verdad es que yo nunca me hice esa pregunta. Si me parecía raro vivir aquí,
pero nunca me paso preguntarme eso.

Vadoma: bueno, creo que ya ha empezado la búsqueda de la verdad.

Amaris: si, ha comenzado la búsqueda de mi verdad.

Tshilaba: nuestra verdad. Porque a pesar de que no seas nada de nosotras, te vemos
como familia. Igual sigues siendo importante para nosotras. Somos como una. Siempre
juntas a donde sea.

Vadoma: ¡esa es mi hermana! Qué bueno que a veces dices cosas coherentes.

Tshilaba: ¿y si no somos hermanas?

Vadoma: ya eso sería demasiado. Además, ya es demasiada exageración para un solo


momento. Manos a la obra, mis pequeñas gitanas. Llegó la hora de buscar a la luna.

Escena 8

(Se oyen pasos acercarse)

Tshilaba: son los lobos. Vienen por nosotras.

Amaris: deja de decir tonterías.

Vadoma: probablemente no sean tonterías. Por las noches suelo oírlos.

Amaris: shhh, no hagan bulla.

(Entra Léia)

Léia: (entra perdida, sin notar a Vadoma, Tshilaba ni Amaris) ¿hola? ¿Hay alguien por
acá? ¡Me dijeron que aquí podía hablar con alguien!

El secreto de la luna
Amaris: (a Vadoma y a Tshilaba) ahí tienen a su lobo. Es tan solo una paya.

Vadoma y Tshilaba: exacto… ¿Qué? Nooo

Vadoma: ¿una simple mujer? Aquí no puede haber nadie más que nosotras.

Tshilaba: y si vamos y le preguntamos cómo llegó aquí.

Vadoma: ¿tú eres loca? Se supone que nadie debe saber que nosotras vivimos aquí.

Amaris: igual a estas alturas ya todo el mundo debe saberlo. Tenemos años viviendo
acá.

Vadoma: si, pero nadie jamás ha venido

Amaris: a excepción de la Shuvani.

Vadoma: pero ella tiene poderes. A ella se lo podemos aceptar, además, ella es gitana,
como nosotras.

Amaris: bueno, para que no entres en crisis, mejor vámonos antes de que se dé cuenta
de que estamos aquí.

Tshilaba: tenemos tiempo aquí susurrando y hablando, dudo que no se haya dado
cuenta. A menos que ando un poco charláa del cerebro.

Vadoma: vámonos.

(Hacen el intento de salir)

Léia: (dándose cuenta de que están ahí) disculpen, no las había visto.

Tshilaba: si, definitivamente está un poco charláa.

Léia: (a Tshilaba) ¿dijiste algo?

Tshilaba: no, nada. ¿Qué desea? Podemos ayudarla en algo.

Léia: eso espero.

Vadoma: entonces hable. ¿En qué podemos ayudarla?

Léia: vine buscando a alguien.

Vadoma: ¿a alguien?

Léia: si

Amaris: ¿a quién?

El secreto de la luna
Léia: a mi hija.

(Silencio)

Amaris: su. Su... ¿su qué?

Tshilaba: ¡su hija! ¿Eres sorda? Que yo sepa, el ser charlao no se pega. Y si es así,
tengo ir a donde un candé para que me cure.

Vadoma: deja de decir tantas tonterías y ayudemos rápido antes de que vengan…

Léia: ¿vengan quiénes? ¿Vive gente aquí? Necesito la ayuda de alguien. Hace mucho
tiempo perdí a mi hija y mis vagos recuerdos y las pocas pistas que me han dado, me
trajeron a este lugar.

Amaris: nosotras tenemos años viviendo aquí y no hemos visto a ninguna niña perdida.

Léia: es que la perdí de pequeña. Ella debe tener como tu edad. ¿Cuántos años tienes?

Amaris: discúlpenos, pero nos prohibieron hablar con personas que no sean de aquí.

Léia: entonces puedes decirle a alguien mayor que venga. Niña, entiende que esto
desesperada. Tengo 14 años que no se de mi hija. La perdí recién nacida.

Amaris: lo siento mucha señora, pero aquí no hay nadie más que nosotras tres.

Léia: pero acabas de decir que les prohibieron hablar con alguien que no sea de aquí.
¿Quién se los prohibió?

Amaris: nadie, solo estamos nosotras.

Léia: ayúdenme niñas, se los pido. Mi hija debe tener la misma edad que ustedes. Hace
catorce años que no se de ella. No sé si está viva o muerta, pero merezco saber esa
verdad. Ayúdenme.

Vadoma: ¡ya le dijimos que no hay nadie más! Por favor váyase.

(Entra Jovanka)

Jovanka: ¿Qué está sucediendo?

(Vadoma, Amaris, Tshilaba se asustan y corren a donde Jofranka)

Léia: gracias a dios. De seguro usted puede ayudarme.

Jovanka: ¿ayudarla? Primero dígame como dio usted con nosotras. ¿Qué es lo que está
haciendo aquí?

El secreto de la luna
Léia: he venido buscando a mi hija.

Jovanka: lamento que haya perdido su tiempo, pero puedo asegurarle que aquí no está
su hija.

Léia: pero si ni siquiera me ha dejado que le hable, que le cuente que sucedió.

Jovanka: mire, aquí no ha venido ninguna niña. Nosotras tenemos años viviendo en este
lugar y jamás ha aparecido una niña perdida.

Léia: por favor ayúdeme, de verdad se lo imploro. Es el último rastro que tengo de mi hija.
Puedo darle dinero si es lo que necesita. Las pistas que he logrado conseguir me han
traído a este lugar.

Jovanka, no quiero ser grosera, pero es mejor que se retire.

(Aullido de lobos)

Léia: ¿Qué es eso?

Vadoma: lobos

Léia: ¿lobos?

Vadoma: si, son lobos.

Tshilaba: ¿y si los lobos se comieron a su hija?

Vadoma y Amaris: ¡Tshilaba!

Tshilaba: ¿Qué? Son cosas que pueden pasar. Además si su hija no está aquí, quizás
pudo haber pasado eso.

Jovanka: silencio, chavala. Que los lobos no se acercan aquí. Ellos solo anuncian la
llegada de la noche. Es mejor que entren en las tiendas y no salgan de ahí hasta mañana.

Léia: gracias por todo.

Jovanka: no la he ayudado en nada para que me dé las gracias. Se hace de noche y el


bosque pude ser peligroso. Si lo desea puede quedarse a dormir, pero el día de mañana
deberá partir de aquí. Deberá compartir la tienda con alguien más que también necesita
asilo esta noche. Debo buscar a mis hijas y la Shuvani,

Léia: ¿la que?

Jovanka: (sin prestar atención a la pregunta) es con ella con quien compartirá la tienda.

(Sale Jovanka)

El secreto de la luna
Escena 9

Amaris: (saliendo de la tienda) estuve pensando, y siento lastima por usted. Debe ser
muy difícil perder a alguien.

Léia: no tienes idea de lo que es vivir tanto tiempo sabiendo que tu hija puede estar en
algún lugar y tú no la puedas ni abrazar.

Amaris: claro que no lo sé, no soy madre. Pero puede pasar también a la inversa. Que
sea una hija quien extrañe a su madre.

Léia: es verdad. Pero yo a mi hija la perdí estando muy pequeña. Era tan solo una niña
recién nacida. Tuve un accidente y me desmaye. Cuando desperté, me encontraba ya en
el hospital y sin mi hija.

Amaris: ¿Qué accidente tuvo?

Léia: hace muchos años yo era una mujer que le encantaba recorrer el mundo. Explorar
bosques y selvas. Recuerdo este bosque y el pueblo. Viví en el por muchos años, quede
embarazada, y al nacer mi hija me vi obligada a escapar. Querían quitármela. Corrí al
bosque y no sé si tropecé con algo estaba tan mareada que termine desmayándome. Y lo
demás ya te lo he dicho, desperté en la cama de un hospital en la ciudad y desde ese
momento no supe más de mi hija. Llevo todos estos años buscándola.

Amaris: es algo triste y lamentable. Su historia me recuerda mucho a la leyenda del hijo
de la luna. Realmente no sé por qué, pero me recordó esa leyenda ¿Llegó a oírla
mientras vivió en el pueblo?

Léia: no, ¿te gustaría contármela?

Amaris: claro. Cuenta la leyenda que una hembra gitana quería desposar a un calé.
Estuvo toda la noche conjurando a la luna, hasta que esta por fin apareció y le dijo que le
cumpliría su deseo. Pero a cambio de ese deseo, la mujer gitana tenía que darle el hijo
primogénito que ella tuviera con el calé, y la mujer gitana accedió.

Llego el día y finalmente El niño nació, pero era blanco como la luna llena, y no de color
canela como sus padres, sus ojos eran grises y no color aceituna, como tenían que ser.
El calé pensó que era un hijo de payo. Una persona no gitana. Debido a que el niño no se
parecía en nada el calé, este se sintió deshonrado y se abalanzo contra la mujer y la
lastimo. Le hizo mucho daño y esta decidió huir.

La mujer gitana tomo al niño en brazos y corrió hasta lo más profundo del bosque. Dicen
que la mujer lloro, vio a la luna y lo abandono.

El secreto de la luna
La luna no tenía idea del daño que había causado, ella solo quería ser madre. Cuentan
que cuando hay luna llena es porque el niño está de buena, pero si el niño llora,
menguara la luna para hacerle una cuna.

Léia: qué triste historia. Se me puso la piel de gallina.

Amaris: (confundida) no entiendo.

Léia: que se me erizo la piel al escuchar esa historia.

(Aullido de lobos)

Léia: (sobresaltada) esos aullidos me asustan.

Amaris: a mí también. Nunca los habíamos oído, hasta hace unos días que la luna
comenzó a salir de este lado del bosque. Desde que nosotras vivimos aquí, la luna nunca
nos había alumbrado.

Léia: quizás todo sea una señal. ¿No crees?

Amaris: es posible. Necesito contarte algo, pero prométeme que no dirás nada.

Léia: lo prometo.

Amaris: yo también busco a mi madre.

Léia: ¿Qué estás diciendo?

Amaris: que también busco a mi madre.

Léia: ¿Qué edad tienes?

Amaris: 14 años

Léia: ¿y has vivido toda tu vida aquí? ¿Desde qué naciste?

Amaris: es lo que recuerdo y lo que me han dicho.

Léia: ¿esa señora que vino es tu madre?

Amaris: supuestamente sí, pero la oí hablando de que tenían que contarme la verdad.
Tenían que decirme que ella no es mi madre. Entonces ya no se de quien soy hija.
Además, no me siento como una mujer gitana. Muchas veces me siento excluida, siento
que no encajo aquí, con todas ellas.

Léia: ¡entonces tú puedes ser mi hija!

Amaris: haga silencio, pueden oírla. Y no se haga ilusiones.

El secreto de la luna
Léia: pero es que lo que me dices tiene mucho sentido para mí. Es probable que seas tú
mi hija.

Amaris: quizás sí, quizás no. Todo esto es demasiado raro. Hablemos luego, creo que ya
vienen y se supone que yo debería estar en la tienda, durmiendo.

Léia: está bien, pequeña. Eres una niña muy linda. Espero haber encontrado a mi hija.

Amaris: por favor no se vaya a ilusionar. Entre usted a su tienda. Yo debo hablar con
Jovanka, que me explique todo y de esa manera sabremos de quien soy hija. Prometo
hablarle apenas lo sepa.

Léia: está bien.

(Entra Jovanka, Jofranka, Zita y la Shuvani)

Jovanka: ¿Qué hacen afuera? Amaris, claramente te dije que entraras a tu tienda y que
no salieras.

Amaris: lo siento, ya me voy. (Entra en su tienda)

Léia: disculpe, no quise importunar. Entrare a la tienda y de ahí no saldré hasta mañana.

Jovanka: no se preocupe. (Señalando a la Shuvani) es con ella con quien compartirá la


tienda.

Shuvani: ¿compartiré tienda? Sé que mi visita ha sido repentina, pero no creo que pueda
compartir tienda. Una Shuvani no…

Jovanka: no tengo más que ofrecerle. Ambas llegaron de improvisto y como podrán ver,
no me dio tiempo de arreglar nuestra casa para la estadía de ambas.

Shuvani: no quise ser inoportuna con mi comentario, solo es que...

Jovanka: no tiene de que preocuparse.

(Aullido de lobos. Jofranka y Zita pegan un grito. Jovanka las ve fijamente.

Jofranka y Zita: perdón.

Jovanka: ¿Qué hice para merecer esto? Es el tercer aullido. Ya pronto saldrá la luna. Es
hora de dormir.

(Todas entras en sus respectivas tiendas)

Escena 10

El secreto de la luna
(De la tienda sale la Shuvani, quien empieza a buscar a su alrededor si alguien se
encuentra observando. Eleva sus manos hacia el cielo y comienza a tararear la canción
de “hijo de la luna- mecano” dentro de la tienda se oye a Amaris hablar)

V.O Amaris: (Dentro de la tienda) ¡despierten! Esa es la canción.

V.O Tshilaba: (Dentro de la tienda) yo no nací para esto. Déjame dormir, por favor.

V.O Vadoma: (Dentro de la tienda) ¡despierta! Salgamos a ver de dónde viene.

(Salen de la tienda silenciosamente y ven a la Shuvani)

Amaris: ¿de dónde conoces esa canción?

Shuvani: (asustada. dándose cuenta de las chicas) ¿Qué hacen aquí? Debo irme.

Amaris: (la agarra del brazo) lo siento, pero no puedes ir a ningún lado. Tienes que
decirme de donde conoces esa canción.

Shuvani: (sobresaltada, soltándose del brazo) no vuelvas tocarme de esa manera. Tu


aura y energía son muy fuertes.

Amaris: dígame de donde conoce esa canción.

Shuvani: es una canción muy conocida entre las shuvanis.

Amaris: ¿Qué quieres decir? ¿Qué todas las shuvanis la conocen?

Shuvani: exacto.

Vadoma: (en susurro a Amaris) vamos, dile que te lea las cartas o algo así. Dile que
quieres saber sobre tu futuro.

Shuvani: (a Vadoma) he oído tus susurros, niñas. Ahora no es el momento. Se aproxima


un momento fuerte para todas. Yo debo marcharme, no me queda mucho tiempo. Te
prometo que mañana podremos hablar.

(La Shuvani sale corriendo de escena. Amaris va tras ella y no la consigue. Cambio de
luces. La luz se empieza a tornar roja. Aullido de lobos)

Amaris: se desapareció. No entiendo cómo pudo hacerlo.

Tshilaba: (asustada) díganme que no oyeron eso.

Vadoma: ¿oír qué?

Tshilaba: un cuarto aullido.

El secreto de la luna
Vadoma: (asustada) si y no sé porque paso. Y eso no es lo único malo que está pasando.
Algo pasa con la luna.

Tshilaba: ¿Qué tiene?

Vadoma: mírala, está comenzando a salir.

Amaris: ¿Qué le sucede? Nunca la había visto así. Esta roja.

Vadoma: parece como cubierta de…

Tshilaba: sangre

Amaris: algo malo pasa y vamos a descubrirlo. Todo debe estar conectado. Los aullidos,
la luna, la canción. Todo.

Tshilaba: no entiendo. ¿Por qué mejor no regresamos a la tienda y dormimos?

Amaris: porque tengo que averiguar que sucede.

Vadoma: Amaris tiene…

Tshilaba: (interrumpiendo) ni se te ocurra decirlo.

Vadoma: razón.

Tshilaba: te dije que no lo dijeras.

Vadoma: es la verdad. Y lo sabes.

Tshilaba: si lo sé, pero esperaba no saber nada. Todo esto que está sucediendo me está
poniendo los pelos de punta y me da miedo.

Amaris: siempre hemos vivido en un bosque, que más miedo puedes tener.

Tshilaba: bueno si, eso es verdad. Pero todo lo que sucede no se compara. Con la
llegada de la Shuvani, todo comenzó a cambiar. Ella debe saber algo.

Amaris: yo siento lo mismo. Creo que era ella quien cantaba la canción, pero no sé
porque huyó. Tenemos que hablar con ella.

Tshilaba: no, por lo menos no ahorita. Yo no voy a correr en medio del bosque, con esta
terrible luz de luna. ¡Ni loca! Además, ella desapareció sin dejar rastro.

Vadoma, Amaris: ¡un momento!

Vadoma: cuando ella desapareció…

Amaris: la luna

El secreto de la luna
Vadoma, Amaris: ¡salió!

Vadoma: ella está embrujando la luna. ¡Eso es!

Amaris: es algo más.

(De la tienda salen Jofranka y Zita)

Jofranka: ¿Qué hacen despierta a esta hora? Si ustedes quieren ser bella como yo,
deben dormir mucho.

Zita: dormir como que no te ha hecho efecto. Duermes mucho, sí. Pero bella no eres.
Créeme.

Jofranka: por lo menos me llueven los pretendientes. Ya tengo dos bellas niñas.

Zita: muy fuera de lugar tu comentario, Jofranka. Además, tenemos años viviendo en esta
soledad.

Jofranka: lo estarás viviendo tu sola, porque yo si me he echado mis escapaditas.

Zita: ¡Jofranka! Mamá dijo que...

Jofranka: se lo que dijo, pero no podemos vivir siempre aquí. De una u otra manera tenía
que ser libre y aquí no lo estoy logrando. Pero tranquila, que nadie me vio. Bueno, nadie
que ustedes conozcan.

Zita: ojala que mamá no se entere. (Cambiando el tema) y a ustedes las mandamos fue a
dormir, no a hablar, y menos a que salieran de la tienda. ¿No oyeron a los lobos aullar?

Amaris: si, los cuatro aullidos.

Jofranka: ¿Cómo que cuatro?

Tshilaba: si mami, sonaron cuatro aullidos y nos asustamos mucho.

Zita: esto no me gusta para nada. Mejor regresemos a la tienda.

Vadoma: pero eso no es todo. ¿No se han dado cuenta de la luna?

Jofranka: ¿Qué tiene? (observa la luna) no es posible.

Zita: eso no puede ser. ¿Qué le pasa a la luna?

Amaris: no lo sabemos. Simplemente salió de ese color.

Zita: entremos, algo malo esta por ocurrir.

(Sale Jovanka de la tienda)

El secreto de la luna
Jovanka: ¿Qué es este alboroto? ¿Cuándo planearon la reunión que no me entere?

Zita: se los dije

Jofranka: si, esto es muy malo.

Jovanka: hice una pregunta. Yo las mande a dormir. A todas. ¿Por qué están afuera? (se
observa las manos) ¿Qué es este color rojizo que…(elevando la mirada) la luna? (triste)
es tiempo.

Zita: ¿tiempo de qué?

Jovanka: acérquense. (A Amaris) ven, acércate más.

(Entra Estrella)

Estrella: es el momento.

Amaris: ¿Qué haces aquí? Eso quiere decir que todo esto es un sueño. Ya va,
¿momento de qué?

Estrella: eres un poco lenta. No te voy a durar toda la vida. La respuesta a la pregunta
que siempre te has estado haciendo.

Jovanka: ¿con quién hablas?

Amaris: eh, con nadie. Estas bien…madre.

Jovanka: madre, que bonito suena. Amaris, no soy tu madre.

Estrella: te lo dije, es el momento.

Amaris: silencio.

Jovanka: ¿disculpa?

Amaris: lo siento, es que estoy sorprendida.

Vadoma: ¿sorprendida? Sorprendida estoy yo.

Tshilaba: y yo.

Amaris: no digan tonterías. (A Jovanka) Ya lo sabíamos.

Jovanka: ¿y por qué nunca me dijiste nada?

Amaris: tú tampoco lo hiciste.

Jovanka: tenía pensado hacerlo.

El secreto de la luna
Amaris: pero lo pensaste muy tarde. Yo no merecía que me mintieran. Yo igual te iba a
querer.

Jovanka: lo sé, pero es una verdad muy dolorosa.

Amaris: ¡entonces dímela! Merezco saber la verdad. Necesito saber quiénes son mis
verdaderos padres. ¿Es esa paya que está durmiendo? ¿Soy hija de una paya? ¿Es eso?
¡Dímelo!

Tshilaba: esa paya tiene el sueño bien profundo. Es la única que no se ha despertado.

Jovanka: ¡calla! Y no, no es la paya. De ser ella la hubiese recordado.

Amaris: entonces sabes de quien soy hija.

Jovanka: si, lo sé. No eres mi hija, yo soy tu abuela. Eres familia.

Vadoma: después de todo sigues siendo familia.

Jovanka: calla. (Siente dolor en el brazo izquierdo y se soba) eres hija de mi hijo. El calé.
Algo malo sucedió con tu madre y él quiso matarla y al parecer lo logro. El tomo un
cuchillo y la apuñalo en el vientre (siente el dolor más fuerte) ahhh.

Zita: ¿sucede algo, madre? Te veo un poco débil.

Jofranka: ella tiene razón.

Jovanka: estoy bien. (Sintiéndose cada vez más débil) Tu padre lastimó a tu madre en el
vientre. Ella huyo contigo en brazos a este bosque. Cuando nosotras llegamos, el cuerpo
de tu madre había desaparecido y tú estabas en suelo, llorando. Nosotras te recogimos y
decidimos vivir aquí. No podíamos regresar al clan porque tu padre, mi hijo, nos
mataríamos por el simple hecho de que vinimos a buscarte. Eso es traición. Ahhh (cae al
suelo)

Amaris: (preocupada) ¿está bien? ¿Le sucede algo?

Jovanka: no se preocupen, solo que ya mi tiempo ha llegado.

Amaris: el nombre de mi madre. ¿Cuál es?

Tshilaba: ¿tiempo de qué? No entiendo.

Jofranka: ¿Por qué mi hija tiene que ser así?

Jovanka: cállense todas de una vez. Ya mi hora de partir ha llegado. Lo único que les
pido es que se cuiden unas a las otras. A pesar de que sé que tomaran rumbos distintos.
Sé que este va a ser el momento de separación para todas. Lo único que pido es que se
cuiden.

El secreto de la luna
Amaris: así será. Téngalo por seguro. ¿El nombre de mi madre?

Jovanka: pronto amanecerá.

Amaris: dígamelo, por favor.

Jovanka: tu madre se llama (intenta pronuncia el nombre pero solo logra pronunciar la L.
Muere)

Amaris: (Intentando no llorar) no, no, no. Reacciona por favor. No puedes irte sin decirme
quien soy. Necito sentir que soy parte de ustedes. Me siento una extraña.

Vadoma: ¿Por qué no nos dijiste nunca eso?

Amaris: se los dije, pero también quería ser parte de ustedes. Quería tener esa
sensación de ser gitana, pero jamás pude sentirla.

Tshilaba: te sientas parte de nosotras o no, igual eres de la familia.

Jofranka: así es, querida.

Zita: nosotras jamás te abandonaremos.

Amaris: no es eso, es que simplemente quiero sentir que soy parte de algo, de alguien.
Quiero saber mi verdad. Quiero saber quién soy, saber de dónde vengo.

Jofranka: pero ya lo sabes. Mamá Jovanka te lo dijo.

Amaris: si, pero lo que deseo saber es quien era o es, mi madre. (a Estrella) ¿es un
sueño?

Estrella: no, lamentablemente no lo es.

(Blackout)

Escena 11

(En escena se encuentran Amaris deambulando por el escenario, sumida en sus


pensamientos)

Amaris: el nombre de mi madre empieza por L. ¿será que es Léia? La paya que vino.
Bueno, ella me agrada. No hemos compartido mucho, pero cuando hable con ella, me

El secreto de la luna
sentí bien. Si resulta ser ella, no me sentiría mal. Y así tendría sentido el hecho de que no
logro sentirme del todo gitana.

(Entra la Shuvani)

Shuvani: ¿hablando sola?

Amaris: (sobresaltada) me asusto.

Shuvani: lo siento.

Amaris: ¿Qué?

Shuvani: lo siento

Amaris: ¿Por qué?

Shuvani: por traer la desgracia a este hogar.

Amaris: no te disculpes. Es algo que pasaría. Vinieras o no. Mamá Jovanka sabía que
esto pasaría.

Shuvani: si, ella siempre lo tenía presente.

Amaris: ¿Qué fue lo que le dijiste cuando viniste?

Shuvani: esas cosas no se las puedo decir a nadie. Pero si puedo decirte que todo lo que
ella hizo, lo hizo por tu bien.

Amaris: ¿q a que te refieres?

Shuvani: a todo. Dame tu mano.

Amaris: ¿segura? Me dijiste que no volviera a tocarte.

Shuvani: correré el riesgo.

Amaris: ¿tan terrible es lo que hay en mí?

Shuvani: para nada. Lo que hay en ti no es malo. en hay magia, luz. Pero hay una verdad
muy poderosa que da miedo.

Amaris: es sobre mi madre. ¿Cierto?

Shuvani: dame tu mano.

(Amaris se acerca y le extiende la mano a la Shuvani)

El secreto de la luna
Shuvani: cierra tus ojos (toma la mano de Amaris) en tu vida hay mucho dolor. En este
momento sientes tanto rencor hacia Jofranka por haberse ido sin darte la respuesta que
tanto necesitas. (Un poco asustada) Pero me atrevo a decir que esa respuesta se
encuentra en esto que ustedes decidieron llamar hogar.

Amaris: ¿quieres decir que mi mamá se encuentra aquí? Mi mamá no está muerta. Es
leía, ¿verdad?

Shuvani: hay cosas que no se me están permitidas revelar. Tiene que ser el individuo
que las descubra por sí mismo. falta poco para que tú y tus amigas descubran la verdad.

Amaris: espero descubrirlo pronto. Siento que estoy cada vez más lejos de la verdad.

Shuvani: no, la verdad está ahí afuera. Solo tienes que creer.

Amaris.: Yo quiero creer.

Shuvani: si, quieres hacerlo. Pero tu miedo te frena. No temas. Pronto sabrás la verdad.
Pero algo si debo advertirte.

Amaris: no me asustes.

Shuvani: no es la idea. Pero tienes que saber que esa verdad te traerá dolor. Deberás
tomar una fuerte decisión. Y lo que escojas, te cambiara por completo la vida.

Amaris: (abriendo los ojos y soltándose de la mano de la Shuvani) creo que ya fue
suficiente.

Shuvani: lo lamento.

Amaris: no tienes por qué. Yo quería saberlo todo, pero siento que ahora estoy más
enredada. Yo no quería esto. A veces llegue a preguntarme ¿Por qué a mí? Yo no pedí
ser gitana. Yo no pedí que las reglas de ellos rigiera toda mi vida. Yo no pedí huir por
culpa de mi padre.

Shuvani: (un poco alterada) ¡ya basta, niña! Entiendo todo lo que quieres decir, pero a
veces nosotros no escogemos que queremos ser. Pero hay que aprender a llevar la vida
con gracia y siempre con felicidad. Debes sentirte orgullosa de lo que eres.

Amaris: y lo hago, créeme. Pero a veces siento que es difícil ser lo que soy.

Shuvani: no tienes idea de cuánto te entiendo. pero hay que aprender a vivir con eso.

Amaris: en un principio mis amigas me dijeron que fuera a verte, y no lo hice por miedo.
Pero te veo y no sé porque te temía.

El secreto de la luna
Shuvani: eso suele pasar mucho. Nunca vez a alguien como yo. Toda cubierta. La gente
solo me habla cuando necesitan que yo les diga algo, o les revela la verdad.

Amaris: hay más por decirme. ¿Cierto?

Shuvani: no debería hacerlo, y quizás me arrepienta luego. Pero el nombre de tu madre


es lúa. Creo que es hora de que me marche. Nos volveremos a ver, te lo aseguro. Hasta
luego, hija de la luna. (Sale)

Amaris: (confundida) ¡espera! ¿Qué habrá querido decir? ¿Por qué me dijo hija de la
luna?

Escena 12

Amaris: Lúa, mi madre se llama Lúa

(entra estrella en escena)

Estrella: ¿hablando sola?

Amaris: un poco.

Estrella: puedes hablar conmigo, si quieres.

Amaris: lo estamos haciendo. ¿Por qué puedo verte si no estoy dormida?

Estrella: realmente funciono como tú “conciencia” esa parte de ti que esta despierta, pero
que tú no sabes. Yo no soy una estrella, pero esa era la manera en la que tú deseabas
verme. Soy como una extensión de tu mente, de lo que sabes pero no te atreves a decir.

Amaris: no entiendo.

Estrella: la gente suele olvidar cosas, yo soy esa parte que la recuerda. Soy esa que oye
las cosas que a nadie le interesa, pero las mantengo en tu mente, porque sé que las vas a
necesitar. Un ejemplo de eso es la canción. Toda tu vida la has oído. Y no recuerdas de
dónde.

Amaris: así es, y quiero saber.

Estrella: eres alguien muy inteligente.

Amaris: ¿cuándo será el día que pueda ser feliz?

Estrella: pensé que eras feliz.

Amaris: lo soy, pero es que últimamente no lo he sido. Con todo esto que ha estado
pasando, no me he sentido bien.

El secreto de la luna
Estrella: ¿es por la muerte de tu abuela?

Amaris: es por todo. Por eso, por querer saber quién soy. Quiero saber quién es mi
verdadera madre. Quiero saber la verdad.

Estrella: la verdad saldrá a la luz. Créeme. Así como el sol, ya está empezando a salir.

Amaris: lo estaba esperando. Ya hace un buen rato que la luna dejo de ser roja, pero
quería que saliera el sol. Quería tener un nuevo día y dejar el ayer atrás.

Estrella: no es fácil.

Amaris: para nada.

Estrella: pronto todo se solucionara. Lo veras. Ya vas a ser feliz.

Entran Vadoma y Tshilaba

Vadoma: ¿estás bien?

Amaris: la verdad, no.

Tshilaba: ¿estás bien?

Amaris: paso algo

Vadoma: cuéntanos.

Amaris: hable con la Shuvani. Me dijo cosas sobre mí, y sobre mi madre. Dice que está
en el campamento. Y que se llama lúa. Por un momento pensé que era Léia.

Tshilaba: y si fue que se cambió el nombre? Suenan iguales.

Amaris: eso puede decir.

Vadoma: (pensando). Lúa… lúa significa luna. (Emocionada) ¡Y tu nombre quiere decir
hija de la luna!

Amaris: ¡cierto! Tenemos que buscarla

Estrella: Espera. Recuerda cuando fue la última vez que oíste la canción. ¿Quién la
cantaba?

Amaris: la Shuvani.

Vadoma: ¿Qué pasa con ella?

Estrella: exacto. Tu oíste esa canción por primera vez, cuando niña. Justo antes de que
tu madre desapareciera. Tu madre te la cantó.

El secreto de la luna
Amaris: ¿Qué quieres decir con eso?

Tshilaba: ¿Qué quieres decir con qué? Ahora si es verdad que no entiendo.

Vadoma: tú nunca has entendido, pero esta vez yo tampoco. ¿Con quién hablas?

Estrella: (haciendo gestos) de verdad no lo entiendes. La Shuvani es tu mamá.

Amaris: ¿Qué?

(Entra la Shuvani)

Amaris: Lúa

Shuvani: ya era hora.

Vadoma y Tshilaba: ¿Qué?

Vadoma: Amaris, ¿Qué está pasando?

Amaris: ella es mi mamá.

Tshilaba: como lo sabes.

Amaris: la canción. Antes de irse, ella la cantaba, ¿recuerdan? La única que la conocía
tenía que ser mi madre. Tú eres mi madre.

Shuvani: si, yo soy tu mamá.

Amaris: ¿Por qué me dejaste?

Shuvani: no digas eso. Yo no te deje. Siempre estuve contigo. Todas las noches te veía,
pero no podía acercarme a ti. Siempre estuve cuidándote, desde arriba (mira al cielo)

Amaris: ¿Qué quieres decir con eso?

Shuvani: pues que el significado de mi nombre y del tuyo, es algo real.

Tshilaba: ¿qué quieres decir? Que Amaris si le hace honor a su nombre. Eso es absurdo.
Ella no puede ser hija de la luna porque... Tú no eres la luna.

Shuvani: es así.

Tshilaba: (a Amaris) ¿Qué? entonces si le haces honor a tu nombre.

Vadoma: (a Tshilaba) por lo visto la única que no le hace honor a su nombre eres tú.

El secreto de la luna
Shuvani: Es por eso que anoche me desaparecí, la luna tenía que aparecer, fue la
aparición más dolorosa de mi vida. Perdón por traer la muerte a ustedes, pero así tenía
que ser.

Amaris: es parte del ciclo. Quiero estar contigo.

Shuvani: puedes hacerlo. Pero tendrás que olvidarte de todas. Porque si vienes, tendrás
que vivir conmigo allá arriba.

Vadoma: acepta, ya estas con tu madre.

Tshilaba: seré prima de una Estrella. Eso sería grandioso.

Amaris: acepto.

Shuvani: es hora de que comiences a despedirte. Vendré por ti. (Sale)

Amaris: (a Vadoma y Tshilaba) me pueden dejar sola un momento.

Vadoma: seguro.

Tshilaba: una pregunta antes de irme. Cuando brilles allá, ¿me podrás conceder deseos?

Vadoma: (halándola por un brazo) vámonos.

(Vadoma y Tshilaba salen de escena)

Escena 13

(en escena están estrella y Amaris)

Estrella: ¿Eres feliz?

Amaris: claro que lo soy, por fin tengo a mi madre.

Estrella: pero solo la tendrás a ella.

Amaris: ¿a qué te refieres?

Estrella: que tus primas no estarán, tus tías tampoco. No las veras más. Todas las tardes
de aventuras desaparecerán para siempre.

Amaris: pero por fin tengo lo que siempre quise. A mi mamá y no pienso dejarla ir. Ya
tome mi decisión y me iré con ella. Hablare con mis tías, supongo que ellas entenderán.

(Entra Zita y Jofranka)

El secreto de la luna
Zita: ¿entender qué?

Estrella: diles la verdad. Diles que te vas y no volverás. Merecen saberlo, ¿no?

Amaris: la verdad. (A Estrella) pase lo que pase tú siempre estarás conmigo. ¿Cierto?

Estrella: las Estrellas no tienen conciencia. Supongo que aquí tú y yo nos decimos adiós.
Fue agradable ayudarte en esta búsqueda y me hace feliz que tú por fin logres ser feliz,
junto a tu madre. Por fin tienes lo que deseaste. Adiós, hija de la luna. (Sale)

Jofranka: ¿Por qué hablas sola?

Amaris: (cambiando el teme) Conseguí a mi madre.

Zita: es imposible, tu mamá está muerta.

Amaris: no lo es. Mi mamá es la luna.

Jofranka: ahora sí que se volvió loca la niña. Habla sola y ahora dice que su mamá es la
luna.

Amaris: mi mamá es la Shuvani, pero por las noches se convierte en la luna. Y he


decidido irme con ella.

Jofranka: está bien, puedes hacerlo.

Amaris: ¿no se opondrán? ¿No gritaran como locas?

Zita: mi mamá ya nos había hablado que algo así iba a suceder después que ella muriera
y tú supieras la verdad. Que tú ibas a querer irte, y que teníamos que dejarte ir.

Amaris: pero quiero que entiendan que me estoy yendo con mi mamá. No quiero que
piensen que estoy loca o algo así.

Jofranka: si esa es la verdad, te creemos. Igual nosotras también pensamos en


marcharnos de aquí. Nuestra madre nos mantuvo por mucho tiempo alejadas de todo.
Nos sentíamos presa. Sé que ella pensaba que estaba bien lo que hacía y por eso la
dejamos, era nuestra madre. Pero ahora que no está, no tenemos por qué quedarnos.

Zita: iremos al pueblo y ahí veremos qué hacer. Quizás ya no nos vuelvan a aceptar en el
clan, pero estamos seguras de que en el pueblo estaremos mejor que aquí. Después de
todo, el mundo es grande y tenemos a donde ir. Esperamos verte por allá.

Amaris: ese es un pequeño problema, yo no volveré. Les dije que mi mamá es la luna. Lo
digo de manera literal, si me voy no puedo regresar.

Jofranka: ¿no bromeas?

El secreto de la luna
Amaris: no, puedes preguntarles a tus hijas. Ellas me ayudaron a descubrir la verdad. a
descubrir quién es mi verdadera madre y así poder saber quién soy.

Zita: entonces si es así, espero que tengas un gran viaje y que seas feliz.

Jofranka: eso, que seas feliz. Es lo único que queremos para ti.

Amaris: gracias.

(Entran Vadoma y Tshilaba)

Tshilaba: no pensaras irte sin despedirte.

Amaris: jamás. No podría irme sin despedirme de aquellas que me ayudaron a saber
quién soy realmente.

Vadoma: tú siempre fuiste Amaris y nunca vas a dejar de serlo.

Amaris: las voy a extrañar mucho.

Vadoma: y nosotras a ti.

Amaris: aunque por las noches podrán verme y hablarme.

Tshilaba: ten por seguro que yo si lo hare.

Vadoma: y yo también. Te queremos.

Amaris: adiós.

(Salen de escena Vadoma, Tshilaba, Zita y Jofranka)

Escena 14

(De la tienda sale Léia)

Amaris: hasta que por fin despiertas.

Léia: siempre lo estuve, solo que no tenía que meterme en la conversación. No soy quien
para hacerlo. A fin de cuentas, aquí nadie es nada mío. Ni tú. Tenía la esperanza de que
fueras mi hija, pero ya la he perdió. Finalmente lograste conseguir a tu verdadera madre.
Al parecer tú eres como el niño de esa leyenda que me contaste.

Amaris: sentí una muy fuerte conexión contigo desde el primero momento en que te vi.
Llegue a pensar que tú eras mi mamá. Que por fin la había conseguido. Cuando te vi, me
sentí feliz. Pensé en que iba a descubrir la verdad y que tu serias mi madre. Que nos
iríamos juntas a donde sea que tú me llevaras. También quería ser tu hija porque ya no
quería que te sintieras sola.

El secreto de la luna
Léia: no, nada de eso. No me tengas lastima. Eso si no lo voy a permitir.

Amaris: no, no es lastima. Es que no me gusta ver a la gente sufrir y si yo puedo hacer
algo para que se sientan bien, lo hare.

Léia: pero esta vez no puedes hacer nada y yo tampoco lo permitiré. Creo que ya es hora
de aceptar que mi hija no aparecerá. Debo seguir con mi vida, como toda aquí lo están
haciendo. Debo aprender a ser feliz con lo que tengo, así como ustedes. Ahora es mi
turno de decir adiós.

Amaris: espero que seas feliz, hija de los cielos.

Léia: ¿Qué acabas de decir?

Amaris: tu nombre. Eso es que significa tu nombre.

(Entra la Shuvani)

Shuvani: ya es hora de irse.

Amaris: (a Léia) supongo que aquí ya nos despedimos. Lamento tanto que no hayas
logrado conseguir a tu hija.

Léia: no lo lamentes. Las cosas suceden por algo. Y hay que aprender a vivir con ello.

Shuvani: tienes razón en eso.

Léia: Bueno, es mi turno de irme.

Amaris: (a Léia) no, espera. Quiero quedarme contigo.

Léia: ¿Qué dices?

Shuvani: (sorprendida) ¿Qué?

Amaris: (a la Shuvani) lo siento, recuerdas que me dijiste que debía tomar una decisión
que cambiaría mi vida.

Shuvani: claro.

Amaris: es esta. Sí, quiero que seas madre. Pero también quiero ir a una escuela, por
ejemplo. Quiero tener amigas. Reunirme con mis primas y tías de vez en cuando. Quiero
ser feliz y poder disfrutar de esa felicidad. Siento que allá arriba (eleva la mirada) siento
que no podré hacer eso. Dudo que realmente pueda llegar a hacer algo.

Shuvani: (cabizbaja) entiendo. Si, Léia puede hacer un mejor trabajo que yo. Ella si
puede ser una verdadera madre. Tú conmigo no serás feliz. Solo serás una Estrella más
en el firmamento. Yo quiero que vivas y disfrutes de la vida.

El secreto de la luna
Léia: no puedo aceptar esto.

Shuvani: puedes y lo harás. Todo este tiempo buscaste a tu hija. Ambas sintieron esa
conexión al verse y es momento de que estén juntas. No quiero volver a cometer más
errores en mi vida.

Amaris: ¿es eso lo que soy? ¿Un error?

Shuvani: ¡jamás vuelvas a decir eso! yo pude haber cometido miles de errores en mi vida
humana, pero tú no eres uno de ellos. Tú eres mi más grande creación. De la que estoy
orgullosa.

Amaris: gracias. (A Léia) ¿Me aceptas como tu hija? Entiendo si no lo deseas. A fin de
cuentas soy una completa extraña para ti, al igual que tú para. No nos conocemos lo
suficientemente bien para confiar la una en la otra. Pero podemos empezar a hacerlo.

Léia: (conmovida) si, tienes razón en eso. Esperemos que sea algo maravilloso. Quiero
poder ser la madre que siempre quise ser, y gracias por darme esa oportunidad.
(Señalando a la Shuvani) pero ella es tu verdadera madre. No quiero quitarte eso. (A la
Shuvani) cuando quería hablar con mi hija, siempre miraba a la luna y preguntaba por
ella. Supongo que te hablaba a ti. Y de una u otra manera podía sentir que me la
mostrabas. Yo te veía como un espejo que me enseñaba a la persona con la que yo
quería hablar.

Shuvani: (a Amaris) ¡eso! puedes hacer eso cuando quieras hablar. Yo siempre estaré
para ti.

Amaris: me gusta mucho esa idea. Solo que me cuesta un poco aceptar que no te voy a
tener para abrazarte y besarte.

Shuvani: es cierto. Y lo lamento mucho. Lamento el no haber estado nunca para ti.

Amaris: Me hacían falta los besos y abrazos de mi madre.

Shuvani: ven acá. Quiero que te quedes con este recuerdo. Con este abrazo y este beso.
Y que lo atesores por siempre. (La abraza y la besa) ahora ya no hay excusa. Bien, es
hora de irse que mi momento de regresar arriba y aparecer ha llegado.

Léia: pero es temprano.

Shuvani: si, pero no para un eclipse de sol.

(La luz empieza a irse poco a poco)

Shuvani: adiós, hija de la luna.

Fin

El secreto de la luna
.

El secreto de la luna

También podría gustarte