Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La Aparición de Un Nuevo Paradigma
La Aparición de Un Nuevo Paradigma
Casi siempre resulta difícil y hasta cierto punto arbitrario situar la fecha y el lugar de
nacimiento de un modelo lingüístico, puesto que no se trata de un hecho concreto y
aislable, sino que, normalmente, es el resultado de la convergencia de una serie de trabajos,
de influencias y de condiciones externas durante un período de gestación más o menos
largo. Sin embargo, podemos decir que la lingüística cognitiva nace en California, que sus
“padres” son Georges Lakoff (Berkeley), uno de los principales representantes de la
extinguida semántica generativa, y Ronald Langacker (San Diego), también vinculado al
generativismo en el pasado, y que el año de tan feliz acontecimiento es 1987. Si bien
mucho antes ya se puede hablar de trabajos cognitivos, y se podría decir que la gestación
comenzó entre finales de los 70 y principios de los 80, 1987 es el año de publicación de dos
libros fundamentales en este paradigma. En primer lugar, Women, Fire an Dangerous
Things, monografía donde Lakoff expone una serie de conceptos fundamentales del
cognitivismo, como el experiencialismo, la teoría de prototipos y del nivel básico, los
modelos cognitivos idealizados o las categorías radiales. En segundo lugar, Foundatios of
Cognitive Grammar: Theoretical Prerequisites, primero de los dos volúmenes que Ronald
Langacker dedica a presentar su gramática cognitiva, donde explica los principios de una
concepción cognitiva de la gramática y desarrolla los aspectos relativos a las categorías y a
las construcciones gramaticales básicas.1
*
Texto tomado de Josep Cuenca, Maria y Jodeph Hilferty. Introducción a la lingüística cognitiva, Barcelona:
Ariel, 1999, pp. 11-30.
1
Toda selección puede pecar de incompleta o arbitraria. Aunque ciertamente los dos libros que hemos citado
comparten el carácter panorámico y la intención de presentar los fundamentos de una nueva visión del
lenguaje, no podemos dejar de hacer referencia al menos a otras tres obras: The Body in the Mind. The Bodily
Basis of Meaning. Imagination, and Reason de Mark Johnson, publicada igualmente en 1987 y dedicada a la
relación entre la cognición, el significado y el cuerpo humano; el libro de Lakoff y Johnson (1980) Metaphors
We Live By, donde se asientan las bases de una nueva teoría de la metáfora como instrumento cognitivo; y su
continuación en el volumen de Geoges Lakoff y Mark Turner (1989) More tan Cool Reason: A Field Guide to
Poetic Metaphor.
Pero, como apunta Taylor (1989: 19) en otra de las obras de referencia básica en los albores
del cognitivismo, “no hay que olvidar que el enfoque cognitivo es mucho más antiguo que
el trabajo de los autodenominados lingüistas cognitivos. Algunos investigadores situados
fuera de la corriente central de la lingüística autónoma, sea estructural o generativa, han
trabajado frecuentemente con postulados que los lingüistas cognitivos actuales apoyarían
inmediatamente”.2 Y cita autores y obras como Jackendoff (1983), Hudson (1984),
Wierzbicka (1985) y Givón (1979), algunos de los cuales, especialmente los dos últimos,
son sin duda puntos de referencia obligada para los cognitivistas tout court.3
La lingüística cognitiva es una teoría lingüística hasta cierto punto heterogénea por su
propia naturaleza interdisciplinar e integradora. No obstante, es posible determinar un
conjunto de ideas comunes sobre el lenguaje y la cognición que la configuran como
paradigma. La lingüística cognitiva se sitúa, en primera instancia, entre las ciencias
cognitivas (la psicología, la antropología, la inteligencia artificial, etc.), que se ocupan de
5
Entre los psicólogos más directamente entroncados con la lingüística cognitiva podemos mencionar a
Eleanor Rosch, cuyos trabajos sobre la teoría de prototipos y del nivel básico tendremos ocasión de repasar en
el capítulo 2, y a Lawrence Barsalou, que igualmente trabaja en la categorización. Además, numerosos
psicolingüistas, como Raymond Gibbs, Brian MacWhinney, Elizabeth Bates, Michael Tomasello, Melissa
Bowerman, Eve Clark y Annette Karmiloff-Smith, etc., se han ocupado de aspectos de la adquisición y de las
patologías del lenguaje desde una perspectiva muy próxima al cognitivismo lingüístico.
los diferentes aspectos de la cognición humana. Adriaens (1993: 142) define así el concepto
de ciencia cognitiva:
Objetivista Experiencialista
• Pensar es manipular símbolos • El pensamiento responde a una
abstractos, que se relacionan estructura ecológica
directamente con el mundo
• El pensamiento es independiente • El pensamiento tiene carácter
del cuerpo humano corpóreo, es decir, se basa en la
experiencia corporal humana
• El pensamiento es atomístico • El pensamiento tiene propiedades
gestálticas
• El pensamiento es lógico y puede • El pensamiento es imaginativo y
ser formalizado y descrito a partir sólo puede describirse por modelos
de valores de verdad cognitivos
Es consecuencia, no se debe realizar un análisis aislado del lenguaje, sino que se impone un
enfoque interdisciplinar. Si bien no se niega la posibilidad de estructuras innatas, ellas solas
no pueden explicar la adquisición del lenguaje, y en eso la perspectiva de la lingüística
cognitiva presenta muchos puntos en común con teorías psicológicas como el
constructivismo, claramente diferenciado tanto del conductismo como del innatismo.
7
Cabe notar que esta postura está encontrando resonancia entre investigadores que trabajan en el marco de la
ciencia cognitiva como el premio Nobel Gerald Edelman (1992) y el reconocido neurólogo Antonio Damasio
(1994).
1.3. Postulados básicos de la lingüística cognitiva
Nada nace de la nada (o eso parece). Los padres de la lingüística cognitiva dieron sus
primeros pasos en la gramática generativa y allí es donde tienen su origen y su punto de
partida, en gran medida —todo hay que decirlo— por oposición y rebelión activa. George
Lakoff, figura fundamental del cognitivismo, fue antes conocido en los ruedos lingüísticos
como uno de los líderes de la semántica generativa, rama heterodoxa del generativismo
chomskyano que acabó perdiendo una larga y violenta guerra lingüística. En la historia
8
La primera parte del primer volumen de Foundations of Cognitive Grammar (Langacker 1987) presenta una
interesante exposición de los postulados, objetivos y métodos de la lingüística cognitiva, que nosotros
comentaremos en este apartado y retomaremos en el capítulo de conclusiones. En español se puede encontrar
también una síntesis reelaborada de esa primera parte de Langacker (1987) en el capítulo primero de
Cifuentes (1994).
protagonizada por la semántica generativa y la gramática generativa chomskyana, no es
extraño encontrar metáforas que nos hablan de guerra, cisma o herejía.9 De hecho, no es
difícil comparar esta historia con la escisión de los protestantes respecto a la iglesia
católica, cuya cabeza visible es el Papa. En esta versión moderna y laica del cisma, la
“cabeza visible” es Chomsky y los cabecillas del motín los “cuatro jinetes del Apocalipsis”:
George Lakoff, John Robert Ross, James D. McCaewley y Paul Postal. La historia se
desarrolló aproximadamente entre 1965-1975 y, como hemos avanzado, acabó con la
desaparición o mejor dicho, las cenizas de ese modelo se convirtieron en el germen de la
lingüística cognitiva, que Lakoff desarrollaría unos años más tarde.
9
La confrontación de ambas posturas ha sido objeto de una polémica mucho más actual, representada por
Newmeyer (1980), como mirada desde el lado del generativismo chomskyano, y por Robin Lakoff (1989),
desde el bando de los “rebeldes”. En “The way we were” (“Tal como éramos”), R. Lakoff nos ofrece una
magnífica reflexión sobre los principios de la semántica gerenativa y su relación con el ideario de la
lingüística cognitiva. Entre ambos, Randy Allen Harris dedica un artículo (Harris 1993a) y un libro con el
elocuente título de The Linguistics Wars (1993b) a explicarnos, con todo lujo de detalles teóricos, descriptivos
y personales, este episodio fundamental de la historia reciente de la lingüística. Cfr. también Huck y
Goldsmith (1995).
Como reconoce Robin Lakoff (1989: 982), la semántica generativa se extinguió
porque no tenía cabida en el programa generativo, pero, al mismo tiempo, no fue capaz de
separarse completamente de él:
La semántica generativa desapareció como tal, pero dejó un legado que R. Lakoff
(1989: 1983-1984) sintetiza en dos puntos:
a. “la conciencia de que los fenómenos del lenguaje son continuos y que esa
continuidad se extiende a través de todos los datos así como de los mecanismos
teóricos que lo describen, y afecta también a la metaestructura, a nuestra
comprensión de la relación entre el lenguaje y lo que éste describe; ”
b. “la conciencia plena de la interconexión entre las tres partes de la experiencia
humana: lenguaje, mente y mundo”.10
10
Para más datos sobre la relación entre la semántica generativa y la lingüística cognitiva, cfr. Lakoff (1987a:
583-585) y Cifuentes (1994: 82-86).
(Head- Driven Phrase Structure Grammar, HPSG) de Pollard y Sag (1987, 1994) o a la
semántica conceptual de Jackendoff (1983, 1990, 1992).11
Este sugerente título, que da nombre a una de las obras fundamentales del cognitivismo, se
refiere a la categorización lingüística de las entidades del mundo que realiza el dyirbal, una
lengua indígena australiana. Nos detendremos en este punto como ejemplificación de la
perspectiva experiencialista y como avance de la teoría de la categorización cognitiva que
desarrollaremos en el capítulo 2.
Lakoff nos ofrece este ejemplo de Lo que las categorías revelan sobre la mente,
subtítulo de su libro Women, Fire and Dangerous Things, basándose en el trabajo de Dixon
(1982). En dyirbal, los sustantivos van precedidos por una de las siguientes palabras, que
indican la clasificación de la entidad: bayi, balan, balam, bala.
• Bayi designa a los humanos del género masculino y a la mayor parte de los
animales.
• Balan clasifica a las mujeres, el fuego, el agua y los objetos o animales peligrosos.
• Balam precede a las plantas y las frutas comestibles, fundamentalmente.
• Bala indica que el sustantivo siguiente no pertenece a ninguna de las clases
anteriores. Aparece junto a nombres como las partes del cuerpo, la mayoría de los
árboles, las piedras, los ruidos, el lenguaje, etc.
A partir de esta clasificación, Dixon propuso una serie de principios de asociación que
parecían funcionar en dicha lengua australiana:
Así pues, ¿qué aporta dicha manera de entender la relación entre la cognición, el
mundo y el lenguaje? Aporta unas claves para entender unas proyecciones que, de otro
modo, quedarían ocultas. Además, abre caminos a la investigación, que tendrán que
confirmarse empíricamente (el caso del dyirbal está contrastado con datos sobre el
aprendizaje de la lengua, que muestran que la categorización se adquiere a partir de
principios generales y no como listas de casos, y se basa también en estudios sobre el
proceso de desaparición que está sufriendo en la actualidad dicha lengua). Esta
perspectiva permite, igualmente, descubrir sistematicidad en lo que, desde fuera, parece
el reino de la anarquía y el capricho. Nos permite, en fin, entender mejor lo que es el
lenguaje, el pensamiento y el género humano.
En segundo lugar, es “no formal” —lo cual no implica que no sea “formalizable”—
en la medida en que no considera la gramática como “una colección de principios para
manipular símbolos sin relación con su significado” (Lakoff 1987a: 462-463). Por el
contrario, uno de sus objetivos principales es precisamente determinar cómo se
interrelacionan o proyectan los aspectos del significado (semánticos y pragmáticos) en
los formales (fonéticos, morfológicos y sintácticos); de ahí el carácter central del
concepto de motivación. La lingüística cognitiva ni son arbitrarias ni tampoco son
siempre predecibles a partir del significado, sino que están motivadas. En palabras de
Lakoff (1987a: 463), “muchos aspectos de la estructura sintáctica son motivados por la
estructura de modelos cognitivos o son consecuencias de ellos”.
13
La denominación funciomalismo se aplica a diferentes modelos gramaticales y tiene concreciones
diferenciadas según el país o la tradición que se sigue, por lo que es difícil de definir. En España se suele
identificar con la escuela de Emilio Alarcos o con propuestas gramaticales como las de Guillermo Rojo.
También se aplica dicho término a la gramática del holandés Simon C. Dik. En Estados Unidos, quizás con
una postura excesivamente maniquea, se opone el funcionalismo al formalismo, caracterizando al primero
cono una perspectiva metodológica que trata de manera central los aspectos del uso lingüístico.
El cognitivismo se relaciona con esta línea funcional, representada por investigadores americanos
como Givón, Thompson, Hopper, etc., que, con frecuencia, adoptan una perspectiva pragmática para el
análisis de los fenómenos gramaticales. Como hemos apuntado al hablar de la teoría de la gramaticalización,
en ocasiones, es bastante complejo diferenciar los estudios autodenominados cognitivos de los funcionalistas,
ya que responden a una misma inspiración y comparten muchos intereses epistemológicos. La amplitud del
lingüística textual o análisis del discurso. Por otro lado, ofrecen una alternativa la
gramática generativa “ortodoxa” —especialmente en la versión estándar (Chomsly
1965)—, que se suele entender como un modelo categorial, formal e idealizado (es
decir, basado en la competencia, no en el uso), tiende a analizar el lenguaje a partir de
una idealización de las producciones reales y puede conducir a la idea de que el cerebro
humano es como una máquina, un ordenador, cuya interacción con el entorno es poco
relevante para el estudio del lenguaje.
concepto de “funcionalismo” ha sido puesta de manifiesto por Montolío (1998) en un estudio que, a su vez,
discurre entre el análisis del discurso y la gramática de construcciones.