En un sentido amplio, la prevención se define como “cualquier medida
que permita reducir la posibilidad de aparición de una afectación o enfermedad, o bien interrumpir o aminorar su progresión”. De este modo, no se trata únicamente de prevenir la aparición de una enfermedad o afectación, sino también de detener su progreso hasta llegar a la curación de la misma o, en caso de no ser posible, aminorar la marcha de su progresión al máximo de tiempo.
2.1. Clasificación en función de tres niveles de prevención: primaria,
secundaria y terciaria.
2.1.1. PREVENCIÓN PRIMARIA
El principal objetivo de la prevención primaria en odontología es reducir
la ocurrencia de enfermedades y afecciones bucales. Así, pretende reducir su incidencia entre los pacientes que aún no padecen una enfermedad o afección concreta. La prevención primaria comprende medidas que se toman sobre el individuo, un colectivo o una sociedad con el principal fin de evitar la enfermedad en general. La mayoría de las acciones que se llevan a cabo comprender la promoción de la salud de la población. La fluoración de las aguas de abastecimiento público es un ejemplo de ellos, para prevenir la caries dental.
2.1.2. PREVENCIÓN SECUNDARIA
Actúa cuando la primera no existe o bien no ha sido efectiva. De este
modo, una vez ya ha actuado el estímulo de la enfermedad, se interrumpe la afección mediante un tratamiento odontológico precoz y oportuno, siempre con el objetivo de conseguir su curación o bien evitar la aparición de secuelas. A través de la prevención secundaria los dentistas consiguen mejorar el pronóstico de la enfermedad y permiten mantenerla bajo control con más facilidad, siempre mediante un diagnóstico y tratamiento precoces.
2.1.3. PREVENCION TERCIARIA
Por último y cuando la enfermedad ya está bien establecida en el
paciente, se procede a la prevención terciaria. Esto ocurre cuando las medidas de las fases anteriores no han podido ser aplicadas o han fracasado. El objetivo principal de la prevención terciaria es limitar la lesión y evitar un mal mayor derivado de la enfermedad o afección bucal. 2.2. Odontología preventiva El propósito de la Odontología actual es ayudar a las personas a alcanzar y conservar al máximo su salud oral durante toda la vida. La ODONTOLOGÍA PREVENTIVA, se basa en prevenir o evitar la aparición de diferentes enfermedades, disminuir el grado de malignidad o destrucción de las estructuras bucodentales en el caso de que aparezcan. Se puede conceptualizar a la Odontología Preventiva como el estudio o la ciencia que se encarga de la promoción de la salud bucodental para evitar problemas como la caries o enfermedades periodontales, previniendo complicaciones o intervenciones más invasivas sobre el paciente. El mejor modo de prevenirlas es con una buena higiene bucodental y con revisiones periódicas al odontólogo. También es relevante el control de la ingesta de determinados alimentos, especialmente aquellos que tienen un alto potencial cariogénico: azúcares como la sacarosa o la glucosa. Una buena higiene comienza por un correcto cepillado, que conviene realizar justo después de cada comida, ingesta de bebidas, especialmente las azucaradas y carbonatadas, de golosinas o aperitivos, o de cualquier alimento. Debemos conocer: - Placa dentobacteriana Como la mayoría de las enfermedades, las patologías bucales están causadas por algún agente causal, para comprender la génesis de las caries y de la enfermedad periodontal, es básico conocer la placa dentobacteriana y saber cómo actúa. A partir de las proteínas de nuestra propia saliva se nos forma una capa invisible sobre los dientes que llamamos película adquirida, y sobre la cual van a depositarse diferentes bacterias presentes en nuestra boca, por eso a este conjunto película + bacterias se denomina placa dentobacteriana. La placa dentobacteriana es una película incolora y pegajosa que se forma constantemente entre los dientes, incluso en ausencia de comida. La eliminación cuidadosa de la placa mediante el cepillado diario y el uso de la seda dental y/o cepillo interproximal le ayudará a prevenir la Enfermedad Periodontal y las Caries. 2.3. Como controlar la placa dentobacteriana Se debe realizar con una frecuencia de dos veces por año para la población de 2 a 19 años y, una vez por año para la población mayor de 20 años. En aquellas personas que presentan xerostomía, discapacidad física o mental, falta de habilidad manual, presencia de aditamentos dentales se requiere una mayor concentración acorde con la situación del individuo. Para ello se realiza lo siguiente: 1) Se inicia con el suministro de una sustancia o pastilla reveladora de placa al paciente, quien la distribuye por todas las superficies dentales con la lengua y procede a enjuagar la boca con agua. Luego se identifican las superficies teñidas por la sustancia, que corresponden a zonas de acumulo de placa bacteriana y se le muestran al paciente con la ayuda de un espejo de mano. Luego se realiza el registro de las superficies teñidas en los formatos correspondientes y calcula el índice de placa de O‘Leary, es decir la relación entre el total de superficies teñidas con placa bacteriana sobre el total de superficies dentales presentes (cuatro superficies por cada diente) multiplicado por 100 y expresado en porcentaje.
2) Se evalúa la forma como el paciente realiza la limpieza oral diaria e indica la
técnica adecuada de higiene bucal, teniendo en cuenta los siguientes aspectos: La limpieza interproximal se hace con seda dental, elemento elaborado para eliminar la placa interdental en las superficies mesiales y distales. 3) Para el cepillado dental es fundamental el desarrollo psicomotor del individuo, por eso en los niños (de 2 a 12 años), ancianos y personas con discapacidad física y/o mental esta actividad debe realizarse con supervisión de los padres o un adulto.
4) Finalmente se realiza la profilaxis o limpieza de la superficie de los dientes con
una copa de caucho y pasta profiláctica, diente por diente con movimientos circulares hasta remover la película de placa bacteriana de las superficies dentales por 5 minutos aproximadamente. En las superficies vestibulares y linguales o palatinas se utiliza copa de caucho y en las superficies oclusales de molares y premolares los cepillos. El riesgo de un daño abrasivo en la superficie dental durante la profilaxis es mínimo. El control se realiza en forma semestral o anual de acuerdo a la edad del paciente.