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INTRODUCCIÓN

El comportamiento del hombre tiene una serie de características expresadas en


tres modalidades (cognitiva, motora y psicofisiológica), que hasta el momento son
aceptadas por los científicos . Cada una de estas modalidades está presentes en
los procesos psicológicos y deben ser tomadas en cuenta para efecto de
diagnóstico y tratamiento.

En último años, el interés por la evaluación psicológica parece ir en aumento. De


manera que se requiere de un núcleo de conocimientos aprobados que optimicen
las actividades prácticas y científicas del evaluador. Dicho sea, la evaluación se
convierte en un laborioso proceso compuesto por un conjunto de pasos y tareas,
cuyo objetivo lleva al efecto de solucionar problemas de conducta.

El propósito del presente trabajo es dar a conocer las principales áreas y tipos de
evaluación psicológica.
INDICE

1. CAPITULO 1………………………………………………………… Pag.03

1.1. Área de personalidad


1.2. Definición
1.3. Tipos de evaluación psicológica

2. CAPITULO 2………………………………………………………… Pag.12

2.1. Área de conducta


2.3. Definición
2.4. Tipos de evaluación psicológica

3. CAPITULO 3………………………………………………………… Pag.17

3.1. Área de conducta

2.5. Definición
2.6. Tipos de evaluación psicológica

4. CAPITULO 4………………………………………………………... Pag.23

4.1. Área organicidad

4.2. Definición

4.3. tipos de evaluación psicológica

5. CAPITULO 5………………………………………………………... Pag.25

5.1. Área de inteligencia

5.2. Definición

5.3. tipos de evaluación

6. CAPITULO 6………………………………………………………... Pag.34

6.1. Área familiar

7. CAPITULO 7………………………………………………………... Pag.

7.1. área laboral

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ENTREVISTA PSICOLOGICA
CAPITULO I
AREA DE PERSONALIDAD

Es un conjunto de factores típicos


de conducta que caracterizan la adaptación del
individuo a las situaciones de su vida.
Es la peculiar estructura interior, constante y
propia de cada uno, conforme a la cual se
organiza todo el ser.
Es la variable individual que constituye a cada
persona y la diferencia de otra.
Es el conjunto de características psicológicas que posee cada persona y que
determina su forma de comportamiento.

LA PERSONALIDAD de un individuo es fruto, por un lado, de factores


constitucionales y genéticos y, por otro, del conjunto de experiencias sociales,
culturales y educativas adquiridas a lo largo de la vida. Elementos todos ellos que
interaccionan en un proceso dinámico y en evolución continua. A menudo,
al hablar, se confunde el concepto de personalidad con ciertas dotes, como la
fuerza psíquica, la seguridad en uno mismo o la extraversión. Se dice así que un
individuo “tiene mucha personalidad” cuando sabe hacerse respetar, es decidido,
tiene voluntad etc. Esta forma de hablar deriva del término
latino persona que se usaba para designar, tanto la máscara usada por los actores
, distinta según los personajes, como el papel; el personaje representado.

La expresión „tener personalidad” se aplicaba por tanto, en origen, al actor que


sabía imponerse en el escenario, aunque nunca ha tenido sentido alguno dentro
de la terminología psicológica ésta define la personalidad humana como el
conjunto de todas las características psíquicas del individuo, de su forma de ser y
de reaccionar, de percibir el mundo externo y de elaborar estas impresiones, de
reaccionar a ellas y de expresar sus sensaciones y emociones, de concebir el
valor y el significado de su persona en relación al mundo y de marcarse a sí
mismo un objetivo. Los estudiosos de la psicología siempre ah tratado de
comprender las
diferentes personalidades. Pero no fue sino hasta hace un siglo que los científicos
comenzaron a realizar observaciones científicas sistemáticas y a sacar
conclusiones de ellas. Algunos teóricos ponen énfasis en las experiencias de

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la primera infancia, otros en la herencia, y otros atribuyen el papel fundamental
almedio ambiente. Hay quienes analizan únicamente como se comportan las
personas congruentes en distintas situaciones y momentos y les restan
importancia al concepto deuna personalidad única y consiente
CARACTERÍSTICAS DE LA PERSONALIDAD:

La personalidad es el sello distintivo de cada ser humano, formada por la


combinación de rasgos y cualidades distintos.

Independientemente de las definiciones que han formulado los expertos a lo largo


del tiempo, podemos destacar una serie de características en la personalidad.

1. Consistente.- Puesto que la personalidad es un rasgo distintivo de cada


persona, éste permanece relativamente estable a lo largo del tiempo, influyendo
en su comportamiento. Esto no evita que el individuo pueda cambiar su
comportamiento debido a factores ambientales o a las necesidades
experimentadas.

2. Diferenciadora.- La personalidad permite identificar a cada individuo como un


ser único. Esta característica se traduce en las distintas reacciones que pueden
tener las personas ante un mismo estímulo. La personalidad es única por ser una
combinación de factores internos, pero si queremos utilizarla como criterio
de segmentación, se pueden destacar uno o varios rasgos comunes.

3. Evolutiva.- Aunque la personalidad es un rasgo consistente, puede variar a


largo plazo por la interacción con el medio, por las experiencias vividas por el
individuo o simplemente, a medida que el individuo va madurando.

4. No predictiva.- La personalidad es una compleja combinación de características


y comportamientos que hacen difícil la predicción de la respuesta de los
consumidores a los estímulos sugeridos.

TRANSTORNOS DE LA PERSONALIDAD
EL Manual Diagnóstico y Estadístico de los
Trastornos MentaleS IV-TextoRevisado (DSM-IV-TR),
reconoce 11 tipos de trastornos de la personalidad
(TP) diferentes que define como un patrón
permanente e inflexible de experiencia interna y de
comportamiento que se aparta acusadamente de las
expectativas de la cultura del sujeto, de inicio en la
adolescencia o principio de la edad adulta, con un
patrón de estabilidad a lo largo del tiempo y que

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comporta malestar o perjuicios. La OMS, en la 10ª revisión de la Clasificación
Internacional de Enfermedades (CIE-10), coincide en gran medida con lo expuesto
con anterioridad, si bien incluye dichos trastornos en la clasificación general de los
trastornos mentales (mientras que el DSM-IV-TR, los clasifica en un apartado
diferente del de las entidades clínicas, el eje II). La CIE-IO describe 10 tipos de
trastornos de la personalidad, sin agruparlos en categorías. Los criterios para cada
trastorno son similares a los establecidos por el DSM-IV-TR, si bien la CIE-10 no
considera el trastorno esquizotípico como un trastorno de la personalidad, sino
como un cuadro clínico afín a la esquizofrenia, y no incluye el trastorno narcisista
de la personalidad.

Este modelo categorial de los trastornos de la personalidad ha demostrado una


elevada inespecificidad, dado el gran nivel de solapamiento y comorbilidad entre
los distintos trastornos reconocidos y caracterizados en las nosologías actuales.
Por ello, está en fase de estudio la adopción de un modelo dimensional de la
personalidad para futuras ediciones, especialmente en el caso de la clasificación
DSM.

Etiopatogenia

Desde el punto de vista teórico, como en otros cuadros clínicos de patología dual,
son posibles diversas relaciones de causalidad entre ambos diagnósticos.

El trastorno de la personalidad es un factor premórbido y predisponente al


consumo de sustancias (rasgos como la impulsividad, el aislamiento o el bajo
estado de ánimo facilitarían el uso de éstas).

Los rasgos anómalos de personalidad serían consecuencia del TUS (bien por los
factores estresores asociados al consumo o por los cambios biológicos
secundarios al daño orgánico cerebral producido por las sustancias).

Ambos trastornos podrían ser debidos a factores causales comunes (existiría una
vulnerabilidad común o un trastorno clínico subyacente a ambos diagnósticos).

Ambos trastornos son independientes (no existe entre ellos ninguna relación de
causalidad). Se trataría de una relación patoplástica en la que la presencia de uno
de los diagnósticos modificaría la expresión clínica del otro.

La relación entre ambos tipos de trastornos es espuria, facilitada por factores de


confusión o por el propio diseño de las actuales clasificaciones, que facilitan los
solapamientos entre las categorías.

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Manifestaciones clínicas

Como ya ha quedado claramente señalado en el capítulo de epidemiología, la


asociación más frecuente entre los TUS y de la personalidad tiene lugar con los
trastornos del grupo B, especialmente con el trastorno antisocial y el trastorno
límite de la personalidad. La presencia concomitante de un TP tiene implicaciones
en la clínica, el pronóstico y los tratamientos del trastorno por uso de sustancias.
Numerosos estudios han relacionado la presencia de otro trastorno comórbido con
una peor respuesta y peor pronóstico del trastorno por uso de sustancias, así
como con una elevada tasa de abandonos prematuros de los programas de
tratamiento. Estos pacientes suelen tener un contacto más precoz con las
sustancias y sus manifestaciones clínicas son más graves y complejas. Aunque
existen autores que ponen en duda que el hecho de padecer un trastorno de la
personalidad comórbido implique necesariamente cronicidad, sí parece existir un
consenso unánime en que constituye un marcador de mal pronóstico, asociándose
con mayor tasa de consumos, mayor número de tentativas de suicidio, mayor
accidentabilidad y mayor problemática legal. Cuando se aborda el tratamiento de
estos pacientes duales, hay que tener en cuenta que la presencia de un trastorno
de personalidad suele perturbar la relación médico-paciente, puesto que estos
enfermos toleran mal cualquier tipo de autoridad, incluida la del propio médico. Por
otra parte, estos pacientes suelen realizar demandas atípicas a los servicios de
salud, con frecuentes consultas a urgencias o en situaciones de crisis. Además, la
adherencia o cumplimiento terapéutico suele ser peor, con repetidas altas
voluntarias, abandonos y reingresos.

Tratamiento de los trastornos de personalidad y TUS comórbidos

En la actualidad no existe un tratamiento específico para los pacientes con


trastornos de personalidad y por uso de sustancias comórbidos. No obstante, el
abordaje psicoterapéutico está indicado en prácticamente todos los casos, y
constituye el tratamiento de elección en estos trastornos. Los psicofármacos
presentan una eficacia limitada, aunque a menudo se recurre a ellos con una
indicación sintomática. Las evidencias más recientes sugieren utilizar estrategias
terapéuticas de tipo cognitivo-conductual, si bien actualmente carecemos de
ensayos clínicos controlados y aleatorizados que puedan situar a las diferentes
modalidades psicoterapéuticas en su justo lugar. Hay que tener presente que, por
sus características clínicas, nos encontramos ante un grupo de pacientes que
requieren amplia experiencia y habilidades específicas por parte del terapeuta,
que deberá buscar una alianza terapéutica adecuada con unos límites estrictos. La
duración y frecuencia de las entrevistas debe ser variable. En general, las

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sesiones no suelen ser estructuradas y se aborda el presente y futuro inmediato,
en lugar del pasado. Se recomienda la realización de entrevistas frecuentes con
los familiares, con el fin primordial de contener la angustia e identificar y manejar
los factores desadaptativos existentes.

Cuando un trastorno de personalidad coexiste con uno por uso de sustancias, es


imprescindible indicar un tratamiento sustitutivo o corrector del TUS. En estos
casos, el tratamiento de la drogodependencia suele ser prioritario sobre el
tratamiento del trastorno de personalidad. Por último, no hay que olvidar que,
en general, el objetivo de conseguir la abstinencia completa puede ser poco
realista y difícil de alcanzar en muchos de estos pacientes. Por ello, deberían
rechazarse las posturas extremas, así como la instauración de castigos tras las
recaídas, ya que estas situaciones son vividas por los pacientes como abuso de
poder, y disminuyen su compromiso terapéutico. En este sentido, las técnicas
psicoeducativas dirigidas a la concienciación sobre los riesgos asociados al
consumo, las entrevistas motivacionales y los programas de reducción de daños
centrados en la disminución de las consecuencias negativas asociadas al
consumo y en el desarrollo de los factores psicosociales que favorezcan la
abstinencia son las técnicas psicoterapéuticas más eficaces.

Trastorno antisocial de la personalidad y TUS

En el manejo clínico de estos pacientes existen dos dificultades específicas dignas


de destacar: a) pocas veces acuden a tratamiento por decisión propia, por lo que,
sobre todo al inicio del tratamiento, el terapeuta es considerado un elemento
opresor, y b) el consumo de sustancias suele persistir a lo largo de la terapia y al
finalizarla, con la consiguiente frustración del terapeuta. Por estas razones, se
recomienda tener presente una serie de niveles jerarquizados en función de los
cuales se han de poner en práctica diferentes y progresivas modificaciones
cognitivas, conductuales y/o discusiones guiadas.Las acciones específicas deben
graduarse en función de los pensamientos y conductas desadaptativas del
paciente. Por otra parte, los diferentes niveles de psicoterapia deberían aplicarse
tras lograr la estabilización del trastorno adictivo.

Primer nivel: el paciente se centra en su propio interés y sus acciones se centran


en obtener recompensas o en evitar castigos inmediatos, sin tener en cuenta las
consecuencias sobre terceros. En este nivel puede ser de gran utilidad el análisis
de ventajas e inconvenientes.

Segundo nivel: el paciente reconoce las consecuencias de su conducta y tiene


mayor comprensión de su efecto sobre los demás. Sus acciones van, de forma

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lenta y gradual, centrándose en las consecuencias a largo plazo. La imaginación
guiada puede ser muy útil para que el paciente aprenda a imaginar el futuro y a
retrasar la gratificación (aprende a distinguir pros y contras de sus acciones «a
corto plazo» de pros y contras «a largo plazo»). El terapeuta describe varios
resultados posibles para que el paciente los dibuje en su imaginación. Las
descripciones negativas suelen representar consecuencias aversivas para los
pacientes en relación con el mantenimiento del consumo de sustancias. Las
imágenes positivas se asocian con consecuencias derivadas de la abstinencia de
sustancias. Otra técnica complementaria sería el aprendizaje y puesta en marcha
de habilidades sociales para resistir el impulso de involucrarse en conductas
desadaptativas y peligrosas (consumo de sustancias, violencia, sexo
indiscriminado, etc.).

Tercer nivel: el paciente demuestra respeto a las reglas o al compromiso con los
demás.

Trastorno límite de la personalidad y TUS

Al igual que los pacientes con un trastorno antisocial de la personalidad, éstos


presentan muy poca tolerancia a la frustración, se muestran incapaces de
aprender de errores previos, consumen sustancias psicoactivas para afrontar el
estrés y tienen grandes dificultades para establecer relaciones interpersonales en
general, y con sus terapeutas en particular. Estos pacientes pueden presentar
todo tipo de distorsiones cognitivas y, especialmente, un «pensamiento dicotómico
» (las experiencias son evaluadas en términos de categorías excluyentes y no
distribuidas en un continuo). Los problemas en las relaciones interpersonales
«obligan» al terapeuta a tratar de mantener una relación adecuada con el
paciente, mediante la utilización de una comunicación clara y franca y el manejo
rápido y directo de las fuertes respuestas emocionales y de las crisis.

Dado que son pacientes con tendencia a evitar la soledad y que la red social de
muchos de ellos incluye a otros individuos consumidores de sustancias, es
necesario facilitar las habilidades sociales necesarias para que puedan establecer
nuevas relaciones con personas más adaptadas. Otros aspectos fundamentales
son que el paciente aprenda a reaccionar ante la frustración de modo no
desproporcionado y autopunitivo, a expresar sus estados emocionales negativos
de forma mesurada, y a que corrija su tendencia al pensamiento dicotómico y a la
generalización inadecuada. La reestructuración cognitiva puede ser de gran
utilidad en estos pacientes. Otras técnicas que pueden emplearse son la terapia
familiar y/o de pareja y la terapia ocupacional.

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Tratamiento farmacológico

No existe un tratamiento farmacológico específico para los pacientes con TP y


TUS comórbidos, aunque cada vez son más los estudios que evalúan la utilidad
de determinados psicofármacos en el manejo de síntomas específicos. Sin
embargo, la mayoría se basan en descripciones de casos o estudios abiertos,
siendo excepcionales los ensayos clínicos controlados y doble ciego. La mayoría
de los estudios farmacológicos se han centrado en los trastornos antisocial y límite
de la personalidad, o bien en rasgos/síntomas característicos de los distintos
trastornos de la personalidad, o en rasgos comunes a diversos trastornos de la
personalidad y a los trastornos adictivos, como en la dificultad para el control de
los impulsos y la agresividad. Otro aspecto digno de señalar es la necesidad y
conveniencia de utilizar el arsenal terapéutico disponible y consensuado para el
tratamiento de las distintas adicciones. En este sentido, hay que tener presente
que la utilización de tratamientos farmacológicos combinados obliga a una revisión
de las posibles interacciones descritas entre los fármacos utilizados y entre dichos
fármacos y las sustancias de abuso consumidas.

Inestabilidad emocional

La inestabilidad emocional es un síntoma que puede aparecer en cualquier


trastorno de personalidad y, además, lo ssíntomas depresivos son muy frecuentes
en pacientes con TUS, en particular en las etapas iniciales de la abstinencia. Los
fármacos antidepresivos se han ensayado para el tratamiento de pacientes con
trastorno de la personalidad con o sin trastorno por uso de sustancias comórbido.
Los ISRS son eficaces para el tratamiento de los síntomas afectivos
característicos de diversos trastornos de la personalidad, en particular el trastorno
límite de la personalidad. Asimismo, se ha sugerido su utilidad para el tratamiento
de la sintomatología ansiosa (trastornos del grupo C). En general, el uso de ISRS
es preferible al de otros antidepresivos, ya que presentan un mejor perfil de
tolerancia (efectos secundarios) y son de fácil administración. La eficacia de los
antidepresivos tricíclicos en este tipo de pacientes es más bien escasa. No
obstante, existen datos de que la imipramina y la clorimipramina son superiores al
placebo (mejor respuesta con clorimipramina) en el tratamiento de la labilidad
emocional en pacientes con trastorno límite de la personalidad. En todo caso, y
dada la posibilidad de aparición, en estos pacientes de efectos paradójicos tras la
administración de determinados antidepresivos tricíclicos (p. ej., imipramina y
amitriptilina), se recomienda la utilización de antidepresivos tricíclicos con menor
posibilidad de inducir hipomanía o excitación. Los inhibidores de la
monoaminooxidasa (IMAO) no constituyen un tratamiento de elección para el

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abordaje de pacientes con trastorno por uso de sustancias comórbido. Respecto a
otros antidepresivos, actualmente no existen estudios controlados que hayan
evaluado la eficacia de los antidepresivos de nueva generación (venlafaxina,
mirtazapina o reboxetina) para el tratamiento de estos pacientes. Entre los
fármacos eutimizantes se han ensayado la carbamacepina, el valproato sódico y
ellitio con resultados dispares.

Desorganización cognitiva

Diversos estudios han sugerido la utilidad de dosis bajas de fármacos


antipsicóticos para el tratamiento de los episodios psicóticos y de la
desorganización cognitiva de estos pacientes. Existen evidencias de que al menos
los síntomas transitorios breves de tipo psicótico mejoran tras la administración de
antipsicóticos convencionales como el haloperidol, y empeoran con la
administración de psicoestimulantes como la cocaína o las anfetaminas. El uso de
antipsicóticos atípicos, aunque prometedor en la práctica clínica, se encuentra
escasamente avalado por la literatura científica.

Impulsividad y agresividad

Los fármacos antidepresivos se han ensayado en el tratamiento de pacientes con


trastorno de la personalidad con o sin trastorno por uso de sustancias comórbido,
dada la participación de determinados neurotransmisores, como la serotonina o la
noradrenalina, en la impulsividad y la agresividad. Existen estudios que sugieren
que los fármacos que aumentan la actividad serotoninérgica pueden revertir las
conductas agresivas e inhiben la agresividad espontánea y inducida. Asimismo, se
ha observado una disminución de la actividad serotoninérgica central en pacientes
con autoagresividad o heteroagresividad de tipo impulsivo. Datos procedentes de
estudios abiertos, y posteriormente confirmados con estudios controlados y doble
ciego, avalan la utilidad de los ISRS en la disminución mantenida de la irritabilidad
y de las conductas agresivas, así como su eficacia en la prevención de las
conductas suicidas recurrentes.

Estudios preclínicos han demostrado que incrementos de la actividad


noradrenérgica se asocian con aumentos de la irritabilidad y de la agresividad, y
con mayor reactividad a los estímulos ambientales. La acción potenciadora del
sistema noradrenérgico por parte de los antidepresivos tricíclicos podría explicar
su escasa eficacia en el tratamiento de los trastornos de personalidad y los efectos
paradójicos (aumento de episodios de furia y de las

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conductas agresivas e impulsivas) descritos en algunos pacientes tras el uso de
estos fármacos.

Con los lMAO también se ha descrito un efecto paradójico sobre la agresividad, y


como ya se ha mencionado, no constituyen el tratamiento de elección para el
abordaje de pacientes con trastornos de la personalidad y por uso de sustancias
comórbidos.

En la actualidad no existen datos suficientemente contrastados que evidencien la


utilidad de los fármacos eutimizantes en el tratamiento de pacientes con trastornos
de la personalidad y por uso de sustancias comórbidos aunque pueden ser de
cierta utilidad para el tratamiento del trastorno de la personalidad aislado.

Datos procedentes de la práctica clínica y de algunos estudios controlados con


placebo sugieren la utilidad de dosis bajas de antipsicóticos convencionales y de
segunda generación en la reducción de las conductas suicidas, en particular, y de
las alteraciones de la impulsividad, en general.

Los cuestionarios de personalidad (la R NEOPI, Gordon, el test de Millon, MMPI,


PAPI …) exponen las características principales y las características de
personalidad.

Las pruebas proyectivas (pruebas del dibujo, Roschach, Philipson…) haciendo un


mayor uso de su imaginación y el concepto de apercepción.

Trastornos de la personalidad de gravedad moderada

 esquizoide
 evitativo
 dependiente
 histrionico
 narcisista
 antisocial
 agresivo
 obsesivo compulsivo
 negativista
 autoagresivo
 Transtorno de la personalidad de gravedad acentuada
 esquizotipico
 paranoide

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CAPITULO 2
AREA DE LA CONDUCTA HUMANA

La conducta en realidad no es sólo lo que


hacemos, sino que también es lo que pensamos y
sentimos. De hecho, no es posible la ausencia de
conducta, ya que en todo momento las personas
de una u otra manera nos estamos comporando
de alguna forma. Por ejemplo, una persona que
está callada puede estar observando, pensando,
contando mentalmente, etc., por lo que nunca se
está “haciendo nada”. Realmente la conducta lo
engloba todo (lo físico-motor, lo emocional y lo
cognitivo) y nos permite actuar sobre ella, ya que es una realidad tangible y
accesible.

¿Qué es la conducta humana?

Este concepto hace referencia a la manifestación de nuestro comportamiento. El


término conducta humana se utiliza para describir las diferentes acciones que
ponemos en marcha en nuestra vida diaria. La conducta se puede definir como
la realización de cualquier actividad en la que esté implicada una acción, o un
pensamiento o emoción.

Las personas en todo momento, de una manera u otra, llevamos a cabo una
conducta. Por ejemplo, aunque estemos callados pensando, observando,
resolviendo un problema mentalmente, etc… nos estamos comportando de alguna
forma. La ausencia de conducta no existe; este término se refiere tanto a lo que
hacemos, como a lo que pensamos y sentimos. La conducta humana lo engloba
todo (lo emocional, lo cognitivo, motor…)

Este término puede analizarse diferentes ángulos. La psicología aborda la


conducta desde el punto de vista de los mecanismos que influyen en nuestro
comportamiento y los aspectos mentales que determinan nuestras acciones. La
conducta en psicología es muy importante, puesto que nos da mucha información
sobre la persona y nos permite actuar sobre los diferentes estímulos que pueden
desencadenar el comportamiento o la conducta en sí misma y sus consecuencias.

La conducta o el comportamiento pueden ser:

 Conducta observable o manifiesta: Dentro de este grupo aparecen


nuestras acciones y movimientos físicos-motores y las reacciones fisiológicas

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de nuestro cuerpo. Como por ejemplo, cuando nos sonrojamos, sudamos,
etc…
 Conducta encubierta: En este grupo se engloban las conductas referentes a
pensamientos, emociones o sentimientos como pueden ser el miedo,
la preocupación la alegría, felicidad, etc… Es decir, comportamientos
observables por la propia persona.

INSTRUMENTOS PARA MEDIR LA CONDUCTA Y/O COMPORTAMIENTO

TDAH: Instrumentos o pruebas para evaluar los problemas y/o Trastornos del
comportamiento

Es un conjunto de instrumentos que permite evaluar los aspectos adaptativos


y desadaptativos de la conducta de niños y adolescentes.
La evaluación de la conducta adaptativa constituye, en muchos casos,
un complemento esencial de la evaluación de la inteligencia, trastornos del
espectro autista, deterioro cognitivo y Trastorno por déficit de atención e
Hiperactividad (TDAH), etc.

Este tipo de instrumentos pueden ser profesionales especializados tanto en


la práctica clínica (psicólogos, psiquiatras, neuropsicólogos, servicios de salud
mental infanto-juvenil) como en centros educativos por los servicios de
orientación (psicólogos educativos, psicopedagogos).Ejemplos de estas pruebas
de evaluación de la conducta y trastornos del comportamiento nos encontramos
con:

BASC: Sistema de evaluación de la conducta de niños y adolescentes

 Objetivo: Pretende medir los "trastornos del comportamiento en el aula",


específicamente el desatención-impulsividad, el oposicionista, el disocial.

 Descripción: El BASC es un test multidimensional ya que mide numerosos


aspectos del comportamiento y la personalidad, incluyendo dimensiones
tanto positivas (adaptativas) como negativas (clínicas).

 Áreas de evaluación:

Aspectos positivos (liderazgo, habilidades sociales, habilidades para el estudio,


adaptabilidad, relaciones interpersonales, relaciones con los padres, autoestima y
confianza en sí mismo)

Aspectos negativos (ansiedad, agresividad, problemas de atención, problemas de


aprendizaje, hiperactividad, retraimiento, búsqueda de sensaciones, problemas

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externalizados, problemas internalizados, depresión, problemas de conducta,
somatización, actitud negativa hacia el colegio, actitud negativa hacia los padres,
locus de control, estrés social, sentido de incapacidad).

Destinatarios: De 3 a 18 años.

- Un autoinforme, donde el niño o adolescente describe sus emociones y


autopercepciones.

- Dos cuestionarios de valoración, uno para padres y otro para tutores, recogen las
descripciones del comportamiento observable del niño en diversos contextos.

 Áreas de aplicación:

- Psicología clínica

- Psicología educativa

ESPERI: Cuestionario para la detección de los trastornos del


comportamiento en niños y adolescentes

 Objetivo: Pretende medir los "trastornos del comportamiento en el aula",


específicamente el desatención-impulsividad, el oposicionista-desafiante, el
disocial.

 Descripción: El test ESPERI consta de cuatro cuestionarios, uno para


niños de 8 a 11 años, otro para jóvenes de 12 a 17 años y otros dos que
responden los padres y profesores.
Su principal utilidad es la detección precoz de los trastornos del
comportamiento en el aula de niños y adolescentes.

 Áreas de evaluación: El test permite la obtención de medidas en factores


como Inatención-Impulsividad-Hiperactividad, Disocial, Predisocial,
Oposicionista desafiante.

 Destinatarios: 8 a 17 años.

- Se aplica a niños escolarizados entre 8-11 años y 12-17 años.

- En las versiones de padres y profesores son estos quienes responden en


relación a su hijo o alumno.

 Áreas de aplicación:

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- Psicología clínica

- Psicología educativa

- Psicología forense

- Servicios sociales

ABAS-II: Sistema de Evaluación de la Conducta Adaptativa

 Objetivo: proporcionar una evaluación completa de las habilidades


funcionales diarias de una persona en distintas áreas o contextos con el fin
de determinar si es capaz de desenvolverse en su vida cotidiana sin
precisar la ayuda de otras personas.

 Descripción: La información sobre la conducta adaptativa del evaluado se


recoge por medio de ejemplares que son completados por sus padres y
profesores, en el caso de los niños y adolescentes y, en el caso de los
adultos, por personas adultas allegadas al sujeto evaluado (familiares,
compañeros, cuidadores...) o bien de manera autoinformada.

 Áreas de evaluación: Comunicación, Utilización de los recursos


comunitarios, Habilidades académicas funcionales, Vida en el hogar o Vida
en la escuela, Salud y seguridad, Ocio, Autocuidado, Autodirección, Social,
Motora y Empleo.
Además de las escalas anteriores, el ABAS-II también ofrece puntuaciones
en tres índices globales: Conceptual, Social y Práctico, así como un índice
global de conducta adaptativa (CAG).

 Áreas de aplicación:

- Psicología educativa

- Psicología clínica

 Destinatarios: De 0 a 89 años.

- Se aplica a padres y profesores, en el caso de los niños y adolescentes.

- En el caso de los adultos, por personas adultas allegadas al sujeto evaluado


(familiares, compañeros, cuidadores...) o bien de manera autoinformada.

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SENA. Sistema de Evaluación de Niños y Adolescentes

 Objetivo: instrumento dirigido a la detección de un amplio espectro de


problemas emocionales y de conducta en niños y adolescentes.
 Descripción: El test SENA proporciona varios índices globales que
permiten resumir las puntuaciones obtenidas en las distintas escalas y que
muestran el funcionamiento del evaluado en varias áreas más generales
(Índice total de problemas, Índice de problemas interiorizados, Índice de
problemas exteriorizados, Índice de problemas contextuales, Índice de
recursos personales).

 Áreas de evaluación:

- Problemas interiorizados: depresión, ansiedad, ansiedad social y somatización.

- Problemas exteriorizados: hiperactividad e impulsividad, problemas de atención,


agresividad, conducta desafiante, problemas de control de la ira, problemas de
conducta y consumo de sustancias.

- Problemas específicos: problemas de la conducta alimentaria, problemas de


aprendizaje, esquizotipia...

- Permite detectar áreas de vulnerabilidad.

- Evalúa la presencia de ciertos recursos psicológicos que actúan como factores


protectores ante diferentes problemas y que pueden utilizarse para apoyar la
intervención.

 Áreas de aplicación:

- Psicología clínica

- Psicología educativa

- Psicología forense

 Destinatarios: desde los 2 hasta los 18 años.

- Se aplica de forma autoinformada a niños y adolescente.

- Se aplica a padres y profesores, en el caso de los niños y adolescente

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CAPITULO 3
AREA DE LOS PROCESOS COGNITIVOS

¿QUE ES EL PROCESO COGNITIVO?

son los procedimientos que lleva a cabo el ser


humano para incorporar conocimientos. En dichos
procesos intervienen facultades muy diversas,
como la inteligencia, la atención, la memoria y el
lenguaje. Esto hace que los procesos cognitivos
puedan analizarse desde diferentes disciplinas y
ciencias. La percepción, por un lado, lo que nos
permite es, a través de los sentidos, organizar los estímulos y favorecer la
continuación del proceso cognitivo en cuestión. En este caso, la persona en
cuestión no sólo está influida por las propiedades que definen a los estímulos en
sí, sino también por su voluntad e incluso por sus propios intereses. A
continuación, tiene lugar la memoria, que es una facultad que se compone de dos
partes diferenciadas: el almacenamiento de la información pertinente y luego la
recuperación de la misma en el momento que sea necesario o que se desee. El
pensamiento también juega un papel fundamental dentro del proceso cognitivo. En
su caso, lo que hace es procesar toda la información y luego establecer relaciones
entre los datos que la componen. En este caso, lo hace a través de acciones tales
como el análisis, el razonamiento, la asimilación, la síntesis y la resolución de
problemas. El lenguaje, por supuesto, también es básico dentro de la fase que
estamos abordando. Y es que es la herramienta que usa el ser humano para
poder acumular experiencias, preservarlas a lo largo del tiempo y finalmente
transmitirlas a generaciones posteriores. Se encuentra en clara interrelación con
los factores citados, así, por ejemplo, el pensamiento no puede existir si no hay
lenguaje y viceversa. De la misma manera, tampoco hay que pasar por alto que se
hace necesario tener claro que hay que estar muy atentos al proceso cognitivo no
sólo para poder hacerle frente a las distintas variantes y características del mismo
sino también para resolver los problemas que pudieran suceder. Existen amplios
debates en torno a los procesos cognitivos. Estos pueden ser concientes o
inconscientes e incluso, de acuerdo a algunos expertos, hasta pueden ser
desarrollados por animales o por entidades construidas por el hombre (como los
dispositivos con inteligencia artificial). Un proceso cognitivo puede iniciarse con la
percepción (el acceso a información a través de los sentidos). La persona presta
atención a aquello que percibe y, a través de distintos tipos de pensamientos y
mecanismos de inteligencia, logra generar conocimientos que interioriza y
almacena en la memoria. Dichos conocimientos, ya asimilados, pueden ser
expresados y comunicados mediante el lenguaje. Lo que implica un proceso

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cognitivo es que una cierta información sea codificada por el individuo y
almacenada en su memoria. Cada vez que una situación lo amerite, el sujeto
puede recuperar dicha información y utilizarla de acuerdo a sus necesidades.
Tomemos el caso de la persona que aprende a escribir. Una vez que desarrolla el
proceso cognitivo necesario y se convierte en alguien apto para expresarse a
través de la palabra escrita, podrá recurrir a dichos conocimientos cada vez que lo
desee (para enviar una carta, completar un formulario, redactar un saludo de
cumpleaños, etc.).

CARACTERÍSTICAS COGNITIVAS

PERSONALIDAD

 -Escasa iniciativa
 -Menor capacidad de inhibición
 -Persistencia de conductas
 -Menor capacidad de respuesta
 -Muestra afectiva por sus cuidadores

MOTRICIDAD

 -Mala motricidad
 -Lentitud en las reacciones motoras
 -Mala coordinación
 -Hipotonía muscular

ATENCIÓN

 -Dificultades para mantener la atención durante períodos largos de tiempo


 -Facilidad de distracción frente a estímulos nuevos -Se les hace precisa una
fuerte motivación para mantener su interés.
 -Tienen dificultad para autoinhibirse o retener su respuesta.

PERCEPCIÓN

 -Mejor percepción y retención visual que auditiva


 -El umbral de respuesta frente a estímulos es elevado

INTELIGENCIA

 -Nivel intelectual con deficiencia ligera o moderada


 -En general, CI por debajo de la media
 -Mayor resultado en pruebas manipula-tivas que verbales

MEMORIA

18
 -Memoria procedimental y operativa bien desarrollada
 -Mejor memoria visual que auditiva
 -Les cuesta seguir más de tres instrucciones secuenciales
- Dificultad para almacenar brevemente la información (memoria a
corto plazo)
 -En general, buena memoria en cuestiones contextuales o de relevancia
personal.

LENGUAJE

 -El nivel lingüístico va por detrás de su capacidad social y de su inteligencia


- Mayor resultado en pruebas manipulativas que verbales
- Problemas en el lenguaje expresivo
 -Desajuste entre los niveles comprensivo y expresivo
 -Dificultad de abstracción
 -Dificultad en la adquisición de vocabulario y la estructuración
morfosintáctica

CONDUCTA

 -No suelen presentar problemas destacables de conducta


 -Suelen incorporarse con facilidad a los centros de integración social
- Los programas de modificación de conducta suelen dar buenos
resultados
 SOCIABILIDAD
 -En general, su nivel de integración social espontáneo es bajo
 -Normalmente llegan a una buena adaptación social
 -Suelen mostrar dependencia de los adultos

Transtornos cognitivos

Aunque, a menudo, se define de forma imprecisa, el término Trastornos Cognitivos


se refiere a aquellos trastornos mentales en que confluyen disfunciones
neurobiológicas y funcionales de mecanismos cognitivos básicos, en particular, del
procesamiento perceptivo, de los procesos de categorización o de
conceptualización de entidades, eventos o propósitos, del procesamiento de
memoria, de los procesos de inferencia, de solución de problemas y de toma de
decisiones, y de los procesos de representación y comunicación como se
expresan en la habilidad específicamente humana del lenguaje.

Los Trastornos Cognitivos resultan de alteraciones funcionales de los procesos


que sirven a la conducta. En su expresión más específica, en el ámbito de la
Psicología Clínica, estas alteraciones funcionales derivan de la experiencia, de

19
cómo la experiencia afecta al desarrollo de creencias irracionales o la búsqueda
de objetivos irracionales o inalcanzables en la perspectiva del sujeto que
condicionan la forma en que se percibe el mundo y afectan a aquellas habilidades
cognitivas implicadas en la acción. Así, los Trastornos Cognitivos se expresan en
ciertas conductas desadaptativas o disfuncionales en relación con los objetivos de
un sujeto, y que, en última instancia, afectan a su bienestar. En su expresión más
general, en el ámbito de la Neurociencia Cognitiva, el término de Trastornos
Cognitivos se refiere a alteraciones funcionales de los procesos que subyacen a la
ejecución conductual, y que derivan de la interacción entre subsistemas
neurobiológicos que soportan el aprendizaje y la experiencia que hace este
aprendizaje posible. La clave de este concepto son, pues, los procesos de
aprendizaje, los mecanismos neurofuncionales subyacentes al aprendizaje, y la
experiencia que permite la conformación de estos mecanismos que se expresan
en la formación de redes neuronales con efecto funcional en la conducta.
Integrando ambas expresiones, general y específica, el término de Trastornos
Cognitivos trasciende una noción reduccionista como la que se expresa en el
concepto de Psicopatología de la tradición psiquiátrica que tiende a interpretar la
conducta bajo los términos de salud y enfermedad, y una noción reduccionista
como la que se expresa en el concepto de Psicología Anormal, que tiende a
interpretar cierto tipo de conductas como precursores o desencadenantes de una
alteración mental.

El problema para este concepto reduccionista de la Psicopatología al interpretar la


conducta bajo el modelo de enfermedad es interpretar correctamente la diferencia
esencial en la noción de “enfermedad” entre enfermedades pasivas, aquellas que
afectan a las funciones biológicas, y en el mismo sentido neurobiológicas y cuyas
causas remotas y próximas no pueden atribuirse a la conducta del sujeto, y
enfermedades activas, aquellas que afectando a funciones biológicas y
neurobiológicas tienen causas remotas y/o próximas que pueden remontarse a la
conducta del sujeto. La dificil imbricación de unas y otras causas hace a menudo
muy dificil discriminar entre aquellas conductas del sujeto que resultan
funcionalmente lesivas para los sistemas neurobiológicos que permiten la acción
del sujeto, y aquellos agentes causales que tienen efectos lesivos para tales
sistemas sin que el sujeto pueda, de hecho, hacer nada para evitar sus efectos.
Intuitivamente, parece obvio que en la encefalitis herpética, la conducta no tiene el
mismo grado de responsabilidad que la que tiene en la drogadicción, la bulimia y
la anorexia, o en el suicidio. La Psicopatología, en estos términos, ignora la
importancia de un modelo explicativo de los Trastornos Cognitivos que trascienda
la noción de enfermedad.

20
El problema para este concepto reduccionista de Psicología Anormal en su intento
de comprender y controlar la conducta es definir el concepto de conducta anormal,
de si la noción de conducta anormal es un concepto cultural, un concepto ético o
moral, o de mera distribución estadística. En estos términos, la Psicología Anormal
ignora el proceso de causación de la conducta, y los mecanismos neurobiológicos
que la hacen posible, y en este sentido, renuncia a una explicación comprensiva
de la conducta humana que no acepta una segregación artificial entre conducta
normal y anormal. Las nociones reduccionistas de la Psicopatología y de la
Psicología Anormal, a veces tratadas como términos sinónimos, cabalgan sobre
un dualismo mente-cuerpo que ignora que la mente es lo que el cerebro hace, a
través de los sensores y actuadores que sirven a la acción, en su interacción con
el entorno. De ahí, la compleja diversidad y ausencia de sistematicidad en la
clasificación de los trastornos mentales.

En una clasificación general de los Trastornos Cognitivos, pueden reconocerse, a)


alteraciones funcionales específicas de base cognitiva que afectan a funciones
cognitivas básicas, típicamente alteraciones del procesamiento perceptivo, de los
procesos de categorización o de conceptualización de entidades, eventos o
propósitos, del procesamiento de memoria, de los procesos de inferencia, de los
procesos de solución de problemas y de toma de decisiones, alteraciones del
comportamiento motor y de los procesos de representación y comunicación como
se expresan en el lenguaje y la comunicación, tales como la amnesia, la
enfermedad de Huntington, los trastornos específicos del lenguaje, las afasias, las
apraxias, etc.; b) alteraciones funcionales de base cognitiva inespecífica que
afectan a la integración general de procesos cognitivos básicos, tales como los
síndromes de espectro autista, la esquizofrenia, los trastornos psicóticos, los
trastornos esquizoafectivos, la depresión, los trastornos bipolares, etc.; b)
trastornos de aprendizaje que afectan a aquel tipo de habilidades del sujeto que
permiten ciertas adquisiciones y que hacen posible la adaptación sobre la base de
su experiencia, tales como la discalculia, la dislexia, etc.; c) trastornos
somatomórficos relacionados con la percepción sensorial interoceptiva y
propioceptiva, que afectan a la percepción del propio cuerpo, a la percepción del
dolor, a la somatización de alteraciones funcionales de diverso origen, y que se
expresan en el síndrome de fatiga crónica, en el amplio espectro de los trastornos
de la conducta alimentaria, en los trastornos de la percepción somatomórfica, etc.;
d) trastornos conductuales de la interacción social que incluye trastornos que se
expresan en el control activo o pasivo de la conducta ajena, tales como las
conductas antisociales o la simulación de trastornos ficticios; y, e) trastornos de la
personalidad, un amplio espectro de conductas que afectan a la expresión social

21
del sujeto, alterando o modificando de forma substancial su libertad de actuación y
su habilidad para lograr sus propósitos, tales como los asociados a la conducta de
género, el mutismo electivo, los trastornos de conducta, etc.

La cognición es un proceso complejo y compuesto que expresa la habilidad del


cerebro para procesar y registrar información, para elaborar información y actuar
en base a la experiencia, lo que se identifica en la habilidad del sistema para
aprender de modo que la acción que resulte sea la propia de un agente racional
sin más limitación que la que se deriva de las restricciones impuestas por el
mismo sistema y la información disponible. Las alteraciones que se expresan en
los Trastornos Cognitivos reflejan conductas adaptativas impuestas por la
compleja articulación entre un sistema biológico y un sistema social. Estas
conductas adaptativas no son necesariamente invalidantes. El complejo conjunto
de interacciones causales que se expresan en la conducta no permiten la
adopción de una perspectiva maniqueista. En la identificación causal de los
Trastornos Cognitivos confluyen causas genéticas (p. ej. la enfermedad de
Huntington), y ambientales (p. ej. la simulación de trastornos ficticios o la conducta
desafiante) en una interacción compleja, a menudo, inextricablemente imbricados
(p. ej. la taquifemia o la dislexia), que se expresan en conductas de efectos lesivos
para el sujeto afectado pero por cuyos efectos el sujeto afectado puede tambien
eventualmente obtener beneficios. Bajo el epígrafe Trastornos Cognitivos se
agrupan en los Programas de Experto en Clínica Logopédica y Magister en los
Trastornos del Lenguaje materias específicas que son centrales en la Clínica del
Lenguaje, en particular, los Trastornos Cognitivo-Funcionales, Anomias,
Disnomias y Discalculias, los Trastornos Cognitivos del Desarrollo, en particular
los síndromes de Espectro Autista, y los Trastornos Cognitivos asociados con el
Deficit Atencional. Aquellas materias que pudiendo clasificarse como Trastornos
Cognitivos se refieren a trastornos relacionados con el lenguaje y la comunicación
se integran bajo el epígrafe de Trastornos del Lenguaje.

TEST DE EVALUACION:

La batería de evaluación computerizada para evaluar el nivel cognitivo o Cognitive


Assesment Battery (CAB) de CogniFit, es un test neuropsicológico diseñado para
proveer de recursos a los profesionales implicados en la salud. Gracias a la
batería de evaluación neurocognitiva, el profesional dispondrá de una herramienta
para conocer el perfil cognitivo en personas con o sin patología mediante tareas
cognitivas digitalizadas.

Esta herramienta de evaluación neuropsicológica ayuda a valorar un largo rango


de habilidades cognitivas. Permite medir de forma precisa el nivel cognitivo y

22
comprender el funcionamiento de diferentes áreas y funciones cerebrales a través
de procedimientos basados en tareas cognitivas.

CAPITULO 4

ORGANICIDAD

Es la gama de secuelas del daño orgánico producto de alguna afección de tipo


cerebral y que te trae como resultado alteraciones en la conducta y/o funciones
cognitivas.

Pese a que este término resulta ser bastante amplio y a veces ambiguo es
importante referirse a él, pues existen varios test que tangencialmente lo intentan
abordar.

Intentos por evaluar la organicidad

Basados en la organicidad como entidad unitaria (más allá de la extensión de la


causa de la lesión, su extensión y sus características del evaluado) se crearon
algunas baterías, instrumentos y test para evaluar este cuadro o entidad.

El objetivo de esta prueba era discrimar pacientes no orgánicos y psiquiátricos de


lo orgánico. Sin embargo generalmente estos test evaluaban uno o do funciones
(como por ejemplo memoria visual y coordinación visomotora) y partir de los
resultados entregados pretendía realizar distinciones precisas.

Como puede resultar evidente muchos de estos test dejaron de ser utilizados
porque no discriminaban adecuadamente.

Finalmente se llegó a la conclusión que el termino organicidad no era aplicable


pues resultaba ser demasiado amplio en la práctica por ser una condición que no
aludía de manera específica ni especificable a etiología, pronostico, ni
sintomatología univoca. En relación a las conclusiones expuestas, es que en la
actualidad se utilizan para la evaluación del daño orgánico, baterías de
instrumentos que miden varias funciones una de estas baterías es la “Baterías
Neuropsicológicas de Luria Nebraska” creada por Alexander Luria.

Es la única batería de su tipo estandarizadas en Chile para la población adulta y


en Temuco para la población infantil.

23
La prueba mide daño orgánico a través de 10 escalas con funciones cognitivas
distintas, lo que permite pesquisar el daño el cualquier forma que se presente
dado que como sabemos este se puede presentar de muchas formas distintas.

En términos prácticos no se utiliza, principalmente debido al avance y efectividad


de técnicas mas exactas en el área biomédica, (imaginologia, resonancia, SPEC,
Tomografías, EEC,etc).

TEST DE BENDER

Uno de los test que originalmente evaluaba el daño orgánico, es el test de Bender.

La experiencia ha demostrado que es un test que entrega muchos F+ (falsos


positivos) respecto a la variable de organicidad, ya que es una prueba muy
sensible; es por esta razón que en la actualidad se sigue utilizando, pero
principalmente para medir agudeza visomotora.

A pesar de sus hallazgos L. Bender no estableció un sistema de puntuación


estandarizado y por lo tanto, las conclusiones realizadas a partir de la aplicación
de la prueba resultaban ser muy subjetivas.

Posteriormente se menciona a dos autores relevantes que realizaron su aporte al


respecto.

 Elizabeth Koppitz (1962), a partir del trabajo con las mismas laminas
estímulos propuestas por Bender, crea un sistema de aplicación y
puntuación del test.
 Por otra parte en 1963 Arthur Canter genera un detallado estudio y
procedimiento orientado a obtener indicadores de DOC, esta versión del
Test de Bender se conoce como Bender – BIP.

24
CAPITULO 5
ÁREA DE INTELIGENCIA

El concepto de inteligencia ha sido y es motivo de


discrepancias entre los psicopatólogos. Haremos
referencia a las definiciones que más han contribuido a
ir perfilando un concepto que a nuestro juicio ayuda a
entender y medir esta capacidad.

Wechsler en su obra "La medición de la inteligencia en los adultos" escribe: "Inteligencia


es la facultad compuesta o global del individuo de actuar adecuadamente, pensar
razonablemente y relacionarse efectivamente con su mundo circundante". El aporte nuevo
de Wechsler está en el considerar la inteligencia como una facultad compuesta o global,
señalando acá una diferencia de aspecto en el sentido de lo funcional y estructural. Según
consideremos a la inteligencia en forma funcional -por su efecto- o estructural -por su
forma interna-, se nos aparece en el sentido indicado (compuesta o global). Es global
porque caracteriza la conducta del individuo como todo. Wechsler dice que la inteligencia
es compuesta porque la investigación reciente ha podido aislar una serie de factores de
inteligencia que son independientes. O sea que compuesta no quiere decir que la
inteligencia es una combinación sumativa de determinadas habilidades individuales. Los
resultados de rendimiento de una conducta inteligente no constituyen una simple función
de la cantidad de habilidades especiales. Por lo tanto, el exceso en determinada
habilidad, colabora relativamente poco en la conducta inteligente tomada en general. Sin
duda, la memoria como función accesoria es de significativa importancia para el dominio
de ciertas situaciones vitales. Pero más allá de cierto punto ya no aportará gran cosa. Lo
mismo sucede por ejemplo con el pensar lógico. Podemos resumir lo anterior diciendo
que el efecto óptimo de las funciones individuales es determinado por la configuración
formal que las abarca (HeinzRolf Lückert, 1965).

En la práctica clínica nos surge la necesidad de cuantificar el compromiso de la


inteligencia y en lo posible determinar cuáles son los factores alterados. Tiene gran valor
la aproximación descriptiva, en especial durante la entrevista clínica, o en condiciones en
que la cuantificación de la inteligencia nos parece un detallismo innecesario. Pero en lo
fundamental la inteligencia es una capacidad que desde un punto de vista psicopatológico
corresponde a un instrumento del vivenciar que enriquece nuestra perspectiva clínica
cuando los medimos y cuantificamos. Con la finalidad de que esta medición sea lo más
objetiva posible, se han desarrollado pruebas de rendimientos estandarizados,
denominados tests de inteligencia. Cabe agregar que este procedimiento es también
fenomenológico en cuanto describe aunque en forma estandarizada la capacidad de este
instrumento del vivenciar que llamamos inteligencia. Sin embargo, no siempre es

25
necesario ni posible someter al sujeto a un test de inteligencia, por lo cual el clínico debe
adquirir el máximo de destreza en la determinación del compromiso de la inteligencia, a
través de la entrevista clínica. Ayuda a este adiestramiento el tener lo más claro posible
los factores generales básicos de la inteligencia, entender de qué manera se cuantifican a
través de los tests y entrenarse en extrapolar esta medición de rendimiento a la "situación
de prueba" que es la entrevista clínica. En nuestro intento de ayudar al clínico en este
adiestramiento, a continuación señalaremos los factores que nos parecen básicos en la
medición de la inteligencia, en seguida analizaremos el test de Wechsler en esta
perspectiva, mostrando finalmente cómo estos factores se pueden apreciar en la
entrevista clínica.

Como definición básica, nos parece que Lipmann apunta a lo esencial de la inteligencia:
"es la facultad de captar objetivamente ciertos contenidos dados y elaborados con
sujeción a determinadas metas". Esta misma definición se puede expresar como que "la
inteligencia es la capacidad operatoria de trabajar con la ayuda de esquemas cada vez
más complicados y móviles, conforme a un plan lógico en la resolución de un problema".
Así entonces, en la intelección, comprensión y solución hay dos estructuras que se
complementan. Por una parte el dominio de la capacidad de esquematización del
pensamiento (que los guestaltistas llaman la puesta en forma) y por otra parte un sistema
en cierto modo legislativo de las reglas del conocimiento (razonamiento, lógica). Estas dos
estructuras complementarias constituyen dos grados de formación y de funcionamiento de
la inteligencia. Al primer grado corresponde lo que en materia de inteligencia animal se
llama aprendizaje y memoria asociativa, y que en los hombres Piaget ha llamado
mecanismo de asimilación. Es análogo a lo que quiere denominar Lipmann como "la
facultad de captar objetivamente ciertos contenidos". El segundo grado corresponde al
área del juicio y de las relaciones lógicas, entendidas como las reglas del saber y del
conocimiento de la verdad bajo su aspecto "normativo". Esta es "la elaboración de los
contenidos con sujeción a determinadas metas" o sea con una metodología, y por ende
con una normatividad.

La inteligencia es una capacidad mensurable. Mientras más objetiva sea su evaluación,


mayor utilidad nos prestará en el trabajo clínico. En este sentido la aplicación de tests
estandarizados es una herramienta de primera línea. Sin embargo, es útil que el clínico se
oriente previamente a grosso modo sobre el estado de la inteligencia de un paciente para
confirmar si se justifica o no un examen más exhaustivo de ésta a través de un test.

Evaluación de la inteligencia a través de la entrevista:

Trataremos ahora de señalar en forma muy somera y a modo de ejemplo, cómo la


capacidad de asimilación y capacidad de razonamiento lógico, se pueden evaluar en la
interacción con el paciente, ya sea en entrevistas clínicas o sesiones de psicoterapia.

El manejo del lenguaje es un índice significativo de la capacidad de asimilación de la


inteligencia. La riqueza de palabras junto al uso adecuado de lo que ellas connotan son
una expresión valiosa de la capacidad de asimilación. Otra variable importante que mide
capacidad de asimilación es el modo en que el sujeto maneja la información respecto a

26
los hechos que tienen relación ya sea con el motivo de consulta, con su enfermedad, con
sucesos importantes en su familia o ambiente social, y con cualquier asunto que mida la
habilidad para incorporar información esencial.

Durante la entrevista, también se puede examinar la capacidad de juicio. El tino que


muestra el paciente frente a las circunstancias del momento, en la relación con el
terapeuta, o frente al grupo. Cómo enjuicia su estado actual, y la situación misma de
tratamiento. El criterio con que ha enfrentado las relaciones sociales, familiares y de
trabajo, ya sean éstas interrogadas por el terapeuta o descritas espontáneamente por el
paciente. La memoria asociativa, en cuanto capacidad de relacionar automáticamente
detalles con figuras globales previamente asimiladas y viceversa, se puede apreciar en el
desarrollo de las ideas del paciente. Cómo una pregunta o un recuerdo, lo lleva a
comunicar un todo importante en relación al objetivo de la entrevista. O, al revés, cómo
desde una situación global asocia detalles significativos cuya precisión resulta importante.

La capacidad de razonamiento lógico se puede evaluar durante la entrevista observando


la habilidad del sujeto para coger lo sustancial de un asunto y marginar lo accesorio. Otro
índice de la capacidad analítico-sintética del paciente es la habilidad con que pueda
describir un todo separando cada una de las partes que lo constituyen, y cómo este
mismo asunto lo puede reconstruir desde otra óptica, sin que pierda su coherencia. La
capacidad de abstracción que siguen las leyes del razonamiento lógico se aprecia con
nitidez a través de la habilidad inductiva y deductiva. En qué medida el paciente es capaz
de construir hipótesis, o sea, extrapolar leyes generales a partir de hechos particulares o
de concluir leyes particulares de hechos generales, durante la entrevista, ya sea en
relación a sus conflictos o a asuntos planteados por el terapeuta.

Es importante que el clínico afine su capacidad de observación de la conducta inteligente


que se da en la relación con el paciente. Le da una visión psicopatológica más integral sin
necesidad de recurrir a una evaluación instrumental, recurso que, además de no estar
siempre disponible, implica las desventajas de someter al paciente a un "examen",
situación que en lo posible debe tenderse a evitar, con el objeto de establecer una mejor
relación terapéutica.

Algunos psiquiatras evalúan la inteligencia durante la entrevista, haciendo preguntas


directas de rendimiento. Propondremos una modalidad de test abreviado, ya que en
algunas situaciones clínicas suele ser de utilidad. Nos hemos basado en las pruebas que
propone el Dr. Guillermo Sura B. en el capítulo 7, Historia Clínica y Examen Mental, del
texto Psiquiatría de Gomberoff-Jiménez. Es obvio que el uso indiscriminado de éste en
toda entrevista conlleva al mismo riesgo de instrumentalización que el pasar el test
completo, con el agravante de que es el mismo terapeuta a cargo del paciente quien lo
ejecuta, y no otro profesional como habitualmente se hace cuando se solicita el test
psicométrico. Muchas de las preguntas de rendimientos propuestas son análogas a las

27
del test de Wechsler, pero no las mismas, con el fin de evitar que el paciente se familiarice
con éstas, ya que en caso de ser necesaria la administración del test, éste se verá
afectado

PSICOPATOLOGÍA DE LA INTELIGENCIA

En casi todos los textos de psicopatología y psiquiatría se reduce la psicopatología de la


inteligencia a las oligofrenias. Incluso algunos usan el término oligofrenia en un sentido
psicopatológico amplio, para referirse a diversos compromisos de la inteligencia. Este
enfoque nos parece confuso ya que este término tiene una connotación nosológica o
sindromática y no de síntoma psicopatológico. Fieles al punto de vista fenomenológico,
proponemos llamar Retardo Mental, ya sea mínimo, leve, moderado, severo o profundo, al
compromiso psicopatológico de la inteligencia, independiente de su etiología: y
oligofrenias al cuadro clínico nosológico o sindromático. Evitamos así una confusión entre
psicopatología y nosología psiquiátrica. Por lo mismo, la descripción psicopatológica de
cada uno de los trastornos de la inteligencia se hará en relación a los factores
fundamentales de la psicología de la inteligencia, vale decir, su capacidad de asimilación
y de razonamiento lógico. No será una descripción de las oligofrenias, cuadro clínico con
una serie de otros compromisos además de la inteligencia.

Otra forma de alteración psicopatológica de la inteligencia es el deterioro. Es un trastorno


de la inteligencia que aparece una vez que el sistema nervioso ha logrado su completo
desarrollo, a diferencia del RM que se presenta antes de que el SNC esté completamente
maduro. Este límite se considera alrededor de los 4-6 años; sin embargo, el DSM IV,
llama oligofrenia a los trastornos de la inteligencia anterior a los 18 años, y sugiere hacer
ambos diagnósticos. demencia y oligofrenia a pacientes que teniendo una inteligencia
previa normal, si se les compromete antes de los 18 años.

El compromiso precoz de la inteligencia o retardo mental, y el compromiso tardío de la


inteligencia o deterioro son las dos formas psicopatológicas bajo las cuales resulta
conveniente clasificar los trastornos de la inteligencia.

RETARDO MENTAL O COMPROMISO PRECOZ DE LA INTELIGENCIA.

Citamos casi textualmente a David Wechsler, "La Medición de la Inteligencia


Adulta, 1964". Se ha expresado el grado de inteligencia por un valor que se llamó edad
mental. Ésta equivale al grado de madurez intelectual típico de cada edad cronológica. La
edad mental es un puntaje basado en el rendimiento de una prueba de desarrollo mental,
y que se determina por el nivel de dificultad que es capaz de resolver el sujeto en las
pruebas del test. Esto significa que si un niño sólo pasa los ítemes correspondientes al
promedio de los 10 años, tendrá un puntaje correspondiente a 10 años de edad mental,
independientemente de su edad cronológica real. El niño estrictamente normal tendrá una
edad mental igual a su edad cronológica. Si su edad mental es mayor que la cronológica,
será de inteligencia superior al promedio, y si la primera es inferior a la segunda, habrá
retardo en su desarrollo intelectual, es decir, su inteligencia será inferior a lo normal. Por
lo tanto, la diferencia entre la edad mental y la cronológica indica el grado de avance o

28
retardo mental. Se consideran anormales los niños que presentan un retardo mental de 2
años o más a la edad de 9, y de más de 3 años a la edad de 12.

La Edad Mental no es un índice de brillo o torpeza intelectual. El rendimiento de una


persona sólo puede considerarse brillante o torpe si podemos compararlo con el
rendimiento de los otros individuos de su misma edad. Por consiguiente, el coeficiente
intelectual es un puntaje obtenido a base del rendimiento de un individuo en una prueba
de inteligencia y que permite compararla con individuos de su mismo grupo.

El CI tiene las ventajas de indicar la capacidad mental más o menos de una manera
absoluta, pudiendo compararse directamente un CI con otro. CI iguales representan
grados iguales de potencia intelectual, tanto que la edad mental o el número de años de
retardo no nos da una idea exacta del grado de inteligencia sin que conozcamos al mismo
tiempo la edad cronológica.

Limítrofe. CI 71 a 85: la gran limitación es la pobreza de pensamiento abstracto. Son muy


funcionales y concretos en su razonamiento. En medios socioculturales de poca exigencia
intelectual, es frecuente que pasen desapercibidos. Adolecen de matices elaborados y
profundos, caracterizándose por la simpleza y la superficialidad.

Retardo Mental Leve. CI 50-55 y aproximadamente 70: el paciente carece de


pensamiento lógico-abstracto, son incapaces de deducir o de inducir, o de llevar a cabo
procesos de análisis o síntesis. Si logran alcanzar una idea abstracta, ésta es muy
limitada, malformada, y ligada a aspectos concretos y reales de la experiencia. Es lento
en percibir los objetos que le rodean y en entender las órdenes que le dan, llevando a
cabo captaciones aselectivas, sin distinguir lo esencial de lo accesorio. Son muy
dependientes del ambiente. En relación al lenguaje, muestran un pobre caudal de
palabras, con capacidad de comunicar deseos y afectos, pero con simpleza y
superficialidad.

Retardo Mental Moderado. CI 35-40 a 50-55: muy deficiente intelectualmente. No logra


más que un pensamiento muy concreto, siendo incapaz de concebir conjuntos o elevarse
desde una serie de observaciones particulares a un principio general. El nivel de lenguaje
es muy pobre. vocabulario restringido a términos corrientes, que son empleados en una
sintaxis elemental. Este lenguaje lo usan para pedir lo que necesitan, escasamente para
expresar afecto. Entienden las situaciones de peligro y se protegen.

Retardo Mental Grave. Cl 20-25 a 35-40: este compromiso es global y acentuado.


Caminan, tienen hábitos alimenticios elementales, con control ocasional de esfínteres. Su

29
lenguaje es a base de palabras o frases simples. A veces meros gritos. Debido a su
capacidad de comprensión rudimentaria, pueden obedecer ocasionalmente órdenes
sencillas e inmediatas. No entienden las situaciones de peligro como tales, salvo los
elementalísimos como el fuego, por ejemplo.

Retardo Mental Profundo. CI menor de 20-25: caracterizado por la carencia o casi


inexistencia de vida psíquica. Puede detectarse una vida vegetativa o unos actos
elementales que surgen ocasionalmente y que hacen suponer una edad mental
correspondiente a algunos meses. La mayoría se muestra desconectado del medio
ambiente.

Puerilismo: los rendimientos intelectuales del paciente corresponden a los de un niño. El


compromiso es transitorio dado que el cuadro es funcional. Corresponde a una de las
formas de presentación del Síndrome de Ganser. Sus rendimientos intelectuales están
groseramente distorsionados, muy contradictorios y disarmónicos.

Ejemplo:

Un paciente que desempeñaba un cargo público de alto nivel, reacciona con crisis
regresivas en las cuales su discurso es el propio de un niño de dos años, con un lenguaje
elemental, balbuceante. El cuadro se inicia en relación a un súbito aumento de
responsabilidades familiares.

DETERIORO O COMPROMISO TARDÍO DE LA INTELIGENCIA.

La palabra deterioro. introducida en la psiquiatría por Kraepelin es hoy día ampliamente


usada. Algunos la usan para señalar múltiples estados de déficit, pero en general existe
consenso en considerarlo un término que implica déficit intelectual. El concepto de
deterioro se ha visto enriquecido por la psicometría. Binet es el primero-el año 1908-, en
señalar que entre los dementes, la lectura y el vocabulario son mejor conservados que el
cálculo. En 1920 Yoakum y Yerkes correlacionan el declinar de la inteligencia con la edad.
Se empieza a hablar de un deterioro fisiológico debido al trascurso de los años.
Numerosos autores ponen en evidencia que el fracaso frente a los tests verbales es muy
lento o casi inexistente, y sin embargo, los otros tests se comprometen substancialmente.
Se concluye que el deterioro fisiológico debido a la edad influye en los resultados de
ciertos tests y no de otros. En 1930 Babcock introduce un nuevo postulado: "El deterioro
mental patológico tiene la misma acción sobre la eficiencia intelectual que el deterioro
fisiológico. Respeta los tests de inteligencia estables en el curso del envejecimiento, y
compromete los mismos tests que se alteran con el peso de los años". Este postulado es
reafirmado en 1939 y en 1958 por Wechsler, quien hace una distinción entre los tests que
se conservan en el deterioro fisiológico y/o patológico y aquellos que no se conservan.

Hay un porcentaje de deterioro normal que aumenta con la edad: el valor medio es de 0 a
los 24 años, 16% a los 59 años, etc. A los 65 años la media de CI es la de un niño de 11 a
12 años. Cuando el deterioro total de un sujeto es superior al deterioro normal para su
edad, éste es un deterioro patológico. Cuando el sujeto tiene un deterioro total mayor en

30
un 20% en relación a lo que corresponde a su edad, quiere decir que la influencia del
deterioro patológico es manifiesta.

Si bien el deterioro fisiológico y el deterioro patológico tienen los mismos efectos desde el
punto de vista psicométrico, sin embargo es evidente que esta correspondencia no implica
que ambos deterioros sean cualitativamente idénticos. Clínicamente es distinto el
deterioro de un anciano normal comparado con igual compromiso en un sujeto joven.

Hemos hecho estos alcances sobre la psicometría del deterioro con el fin de ilustrar lo
mejor posible el concepto. Sin embargo, sucede acá algo semejante a lo que
mencionábamos en relación a la medición de la inteligencia. No siempre tenemos la
posibilidad de medir psicométricamente el deterioro, y por otro lado el clínico debe afinar
su capacidad para detectarlo, y describirlo a través de la entrevista.

Hemos diferenciado el compromiso de la inteligencia del retardo mental con el del


deterioro, en base a la variable tiempo. Uno es precoz y el otro tardío. Pero el que uno
sea precoz y el otro tardío les da también características clínicas diferentes. Podemos
decir que el retardo mental es un compromiso global de la inteligencia, a diferencia del
deterioro que compromete ciertas aptitudes precisas. Esto se traduce en que a veces el
deteriorado mantiene un CI normal, compensado por las funciones conservadas, lo cual
ha llevado a muchos clínicos a señalar que el deterioro no implica compromiso de la
inteligencia. Esto último confunde. Debiéramos decir que el deterioro implica compromiso
de la inteligencia, pero no siempre se traduce en una alteración del CI, sino en
compromiso de algunas habilidades específicas. Insistimos en el "no siempre", porque lo
más habitual es que el deterioro patológico de cierta evolución implique una caída de la
inteligencia global.

Deterioro psicoorgánico: Término que designa el mismo concepto que hemos descrito,
pero subrayando su necesaria conexión etiológica con el daño orgánico cerebral.

Pseudodeterioro: Déficit intelectual del paciente que presenta casi las mismas
características del deterioro psicoorgánico, pero cuya causa es funcional. Lo más
frecuente es que se vea en pacientes de edad que cursan una depresión.

Deterioro reversible: Durante un periodo se consideró patognomónica del deterioro, la


irreversibilidad. Hoy se acepta que exista el deterioro psicoorgánico reversible, que es
aquel que presentan los pacientes con patología orgánica susceptible de mejoría. Por ej.:
Hidrocéfalo normotensivo, Hematoma subdural crónico, Enfermedad de Wilson's, Porfiria,

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Insuficiencia cardiaca congestiva entre varios otros. Este concepto supone que un grado
importante de deterioro viene dado por el daño que sufre la célula neuronal. Sin embargo,
en caso de modificarse las condiciones que generan tal estado patológico las neuronas
tendrían posibilidades de recuperarse, y el daño sería transitorio, reversible y no definitivo.

 Deterioro irreversible: Deterioro producto de un daño neuronal definitivo, que no


presenta mejoría espontánea ni por intervenciones terapéuticas.
 Deterioro reciente: Estado de deterioro que se presenta como algo nuevo en el
paciente, de sólo semanas o meses de evolución, que habitualmente sigue un
curso progresivo y que está relacionado con una patología que está provocando
daño neuronal. Éste puede ser reversible o irreversible.
 Deterioro antiguo: Deterioro por lo general irreversible, ya definitivo, producto de
un daño neuronal delimitado y no progresivo que el paciente sufrió en su pasado
remoto. El poder diferenciar un deterioro reciente de un deterioro antiguo, es de
suma importancia en clínica, ya que implica actitudes del todo distintas. Ayuda el
observar cómo vive el paciente sus déficits intelectuales. El deteriorado reciente a
menudo se angustia, enfrenta las situaciones de prueba con gran autoexigencia, y
se queja de haber sido más capaz y de no entender lo que le pasa. Su historia
personal revela un quiebre reciente en los rendimientos, habitualmente progresivo,
el cual es confirmado por sus familiares y compañeros de trabajo. El deterioro
antiguo da la impresión de que ya sabe lo que rinde, y no se esfuerza ni se
angustia frente a las exigencias como el reciente. En su historia existe el
antecedente más o menos remoto de un estado patológico que le significó un daño
en el SNC, y que implicó una baja de rendimientos desde esa época hasta la
fecha, pudiendo haber incluso una leve mejoría en los rendimientos por un
entrenamiento de ciertas habilidades del paciente, que con el tiempo lo llevaron a
suplir algunos de sus déficits.

TEST PSICOLOGICAS:

Edad metal (EM), cociente de inteligencia (CI) y cociente de desarrollo (CD)

Las escalas construidas por Binet evalúan el desarrollo intelectual de forma empírica , en
donde se clasifica a cada persona examinado comparando el numero de elementos que
había resuelto correctamente con el número promedio superado por los sujetos
normales de distintas edades cronológicas que habían sido utilizados para estandarizar la
prueba.

El cociente intelectual (CI) : es una representación abreviada de la inteligencia, además


que significa la puntuación obtenida en el test.

 La utilidad de las pruebas psicológicas no tiene como finalidad clasificar a las


personas sino comprenderlas y ayudarlas a desarrollar su nivel intelectual y
llevarlas a un nivel óptimo de funcionamiento.

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Bajo esta teoría se originan las escalas: Wechsler (WAIS, WISC y WPPSI)}

WAIS III: Evaluación profunda de la inteligencia en adultos

 Aplicación: Individual.
 Tiempo: Variable, en torno a las dos horas.
 Edad: De 16 a 94 años.
 Categorías: CLÍNICA, inteligencia y desarrollo y en RRHH, inteligencia.

WISC IV: Ofrece información sobre la capacidad intelectual general del niño (CI Total) y
sobre su funcionamiento en Compresión verbal, Razonamiento perceptivo, Memoria de
trabajo y Velocidad de procesamiento).

 Aplicación: Individual
 Tiempo: Entre 60 y 110 minutos.
 Edad: Edad: Niños de 6 años 0 meses a 16 años 11 meses.
 Categorías: CLÍNICA, inteligencia y desarrollo.

WPPSI III: Evaluación de la inteligencia en niños de 2 a 7 años.

 Aplicación: Individual.
 Tiempo: entre 30 y 50 minutos, en función de la edad.
 Edad: De 2 años y medio a 7 años y 3 meses.
 Última edición:01/01/2009
 Categorías: CLÍNICA, inteligencia y desarrollo.

ENFOQUE FACTORIAL

Surge de la necesidad de querer saber si se puede hablar de inteligencia como una


capacidad general o si existen características o aptitudes específicas que tiene casa
sujeto para enfrentar un problema, las cuales los harán diferenciarse unos de otros.

Galton: Diferencia lo intelectual de lo emocional Y Piensa que la inteligencia es innata.

 Factor “G” -1: Su medición es muy útil respecto de la inteligencia en sentido


estricto. Además, es el que más se acerca al concepto de inteligencia medida por
las pruebas clásicas y es totalmente Independiente de factores culturales.
 El Factor “G”-2: Según Spearman, la inteligencia es una entidad simple básica de
toda actividad intelectual. Describe al factor G a través de leyes de producción de
conocimiento.

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CAPITULO 6

AREA FAMILIAR

Se evalúan aspectos de relación del individuo


con la autoridad, con la disciplina.

Las relaciones de la persona con su familia son


de gran valía para cada uno y por lo tanto son
con frecuencia miradas con atención en estos
procesos de selección. Es normal que la familia
de la que se procede tenga mucha influencia en la forma como el individuo se ha
formado y por lo tanto tenga mucho “que decir” sobre la manera como el individuo
se relacionará con sus compañeros de trabajo, con sus superiores y con sus
subalternos. Por lo tanto se mira si la familia de la que procede el candidato es:

a. Afectuosa y poco disciplinada: porque al ser muy abiertas, poco


disciplinadas, con límites claros pero pocos y dialogados, con autoridad
centrada en el afecto, crecen en su interior personas creativas, críticas,
asertivas, seguras.
b. Afectuosa y estricta: porque al estar sometidos a reglas estrictas crecen
en ellas personas más sometidas, temerosas en ocasiones, disciplinadas
y participativas pero más dependientes.
c. No afectuosa y sí estricta: porque al no haber espacio para el afecto y
tener muchas normas y muchas imposiciones, produce personas con
fobias, con pocas actividades sociales, desconfiadas….
d. No afectuosa y no disciplinada: porque al ser familias frías y no
regulatorias en su interior crecen personas en medio del caos, que no
temen perder el afecto porque no lo han tenido y por lo tanto son personas
capaces de “cualquier cosa”.

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CAPITULO 7

LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA EN EL ÁREA LABORAL

En la actualidad las empresas le dan al capital humano


la importancia que de hecho siempre tuvo; por este
motivo incorporan la evaluación psicolaboral como un
recurso para la selección de personal, así como para
realizar promociones internas.

¿Qué se evalúa y cómo se realiza?

El profesional encargado de realizar la evaluación psicológica, además de poseer el


conocimiento de las técnicas que va a instrumentar, debe tener en cuenta los siguientes
aspectos:

 Perfil del puesto (Job Description): tareas y competencias que el candidato deberá
desarrollar.
 Determinar cuáles son las técnicas psicométricas adecuadas según el puesto a
cubrir.
 Tener una idea clara del perfil de la empresa; de qué modo trabaja, cuál es la
idiosincrasia, es lo que se define como “cultura de la organización”.

A diferencia de un psicodiagnóstico, en el psicotécnico laboral se evalúan aspectos


cognitivos que se asocian a la capacidad intelectual y a aspectos de la personalidad
relacionados con el área laboral. Se suele evaluar memoria, capacidad de atención y
concentración, de planificación, tipo de inteligencia, etc. En lo referente a la personalidad,
se evalúa autonomía, capacidad de liderazgo, impulsividad, capacidad de integración y de
trabajo en equipo, tolerancia a la presión y a la frustración, estabilidad emocional, sentido
común, relación con la autoridad, nivel de producción, etc.

La entrevista en psicología laboral

La entrevista posee el mismo nivel de importancia que las pruebas que a posteriori se
administrarán. Suele ser semidirigida y focalizada en lo laboral, aportando una
información muy rica a la hora del entrecruzamiento de datos que se realiza para obtener
la evaluación final.
Se tienen en cuenta los diferentes canales de comunicación, analizando lo verbal
(discurso, contradicciones, asociaciones, cambios de tema, etc) y lo no verbal (gestos,
posturas, cambios de posición, actitud, etc). También es importante ver como evoluciona
en el curso de la entrevista su nivel de ansiedad. Del mismo modo, los aspectos
transferenciales y contratransferenciales son considerados en la entrevista laboral.

La batería de Test

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Deberá incluir tests psicométricos y proyectivos. Deberán estar adecuados a nuestra
población.
La elección de los mismos dependerá del perfil. Deben ser tests que no exploren aspectos
íntimos (por ejemplo sexualidad). Según el caso podrán ser administrados en forma
individual o colectiva. Es necesario que la batería contenga tests que propongan, según el
estímulo, respuestas que se relacionen con lo verbal, con lo gráfico y con la acción.

El informe final

Luego de analizar la entrevista y los tests, se evalúan las convergencias y recurrencias en


cada test y entre los diferentes tests, se correlaciona y se entrega la información.
El informe debe ser claro, evitando tecnicismos. Debe definir visiblemente el nivel de
adecuación del candidato al puesto a cubrir. Debe expresar información sobre los
potenciales a desarrollar y anticipar aspectos negativos o de riesgo.

En el Centro de Psicología Clínica Bs. As. se dictará el curso “La evaluación psicológica
en el área laboral”, en el cual se desarrollará y profundizará lo esbozado en este artículo.

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BIBLIOGRAFIA

 Harrison, P. L. y Oakland, T. Adaptadores: Montero, D. y Fernández-Pinto, I.


(Dpto. de I+D+i de TEA Ediciones). ABAS-II: Sistema de Evaluación de la
Conducta Adaptativa. TEA Ediciones.
Fernández-Pinto, I., Santamaría, P., Sánchez-Sánchez, F., Carrasco M. A. y Del
Barrio, V. SENA. Sistema de Evaluación de Niños y Adolescentes. TEA Ediciones.
Reynolds, C. R. y Kamphaus, R. W. Adaptadores: J. González, S. Fernández, E.
Pérez y P. Santamaría (Dpto. de I+D+i de TEA Ediciones). BASC: Sistema de
evaluación de la conducta de niños y adolescentes. TEA Ediciones.
Parellada, M., San Sebastián, J. Y Martínez Arias, R. ESPERI: Cuestionario para
la detección de los trastornos del comportamiento en niños y adolescentes.
 docencia.udea.edu.co/Psicologia/entrevistas
 amazon.com/Inteligencia-Emocional-2-0-Estrategias-
Coeficiente/dp/8415431066/ref=as_sl_pc_ss_til?tag=nelsoportu0a-
20&linkCode=w01&linkId=&creativeASIN=8415431066

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