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LA ESCUELA Y LOS NIÑOS CON NECESIDADES EDUCATIVAS

ESPECIALES / Entrevista a Ana Brusco


“MÁS QUE A INTEGRAR, DEBEMOS ASPIRAR A INCLUIR”.

La entrevista fue realizada por la Prof. Beatriz Jáuregui,


del Arzobispado de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
quien además fue funcionaria del área educativa
del Gobierno de dicha Ciudad.

Ana Isabel Brusco es Profesora en Educación Especial, profesora y magíster en


Pedagogía y licenciada en Servicio Social. Trabaja en formación docente y dirige ADEEI
(Asociación para el desarrollo de la educación especial y la integración), una organización
no gubernamental que se ocupa de la integración de niños con necesidades especiales.
Además, colabora desde su área de trabajo con el Arzobispado de la Ciudad de Buenos
Aires.
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En educación especial hay dos conceptos centrales que nos gustaría nos ayudes a
precisar. Nos referimos a los de integración e inclusión.

Ana Brusco: En educación especial se utilizan frecuentemente estos dos conceptos


como equivalentes, aunque no lo son. En primer lugar, la inclusión es un concepto más
abarcador y de mayor jerarquía. Integrar (que es el término que se ha usado en la Ley
Federal y en las normativas jurisdiccionales) supone que hay algo que está afuera de un
todo y que es necesario ser incorporado. El concepto de inclusión es un concepto más
reciente que permite pensar en la diversidad desde el vamos en las organizaciones
sociales.

Una escuela es inclusiva cuando tiene un proyecto de atención a la diversidad sin


necesidad de que tenga ningún niño con necesidades educativas especiales,
porque incluye a todos, a partir del respeto por las diferencias. Trata desde su
enfoque ideológico de no excluir a nadie. Esto puede parecer una diferencia muy sutil,
pero a la hora de definir programas es importante tener en cuenta hacia dónde
apuntamos.

Yo creo que la inclusión es la imagen objetivo que debe tener la escuela común. La
integración es lo que estamos haciendo ahora: sigue siendo voluntario, aun no
sistematizado, integra la escuela que quiere, algunas son más generosas y abren sus
puertas. Incluso, estamos viendo con preocupación que hay un gran retroceso en lo que
respecta a la integración en las escuelas de la Ciudad de Buenos Aires. Esto hace que
muchos padres no sepan adónde llevar sus hijos y no encuentran vacantes luego de
deambular solicitando su integración como un favor. En las escuelas estatales, existe la
dificultad de no contar con suficientes apoyos de maestros integradores.
¿La problemática de la integración es semejante en todos los niveles de la
enseñanza?

AB: La problemática de la integración tiene distintas particularidades en cada nivel.

En el nivel inicial, como los objetivos del nivel apuntan fuertemente a la socialización, la
integración ha sido una realidad posible. De cualquier modo, no es que resulte
sumamente fácil integrar chicos que tienen necesidades provenientes de trastornos del
desarrollo, del autismo o con problemas de conducta. Estos niños se benefician
enormemente al interaccionar con sus pares, pero requieren la presencia de Maestro
Integrador durante la jornada escolar.

En la escuela primaria, desde hace muchos años hay experiencias de integración de


niños y jóvenes con ceguera, sordera, discapacitados motrices leves, porque las
necesidades educativas provenientes de estas discapacidades son generalmente las más
aceptadas. Sin embargo, con los chicos con dificultades a nivel cognitivo, con Síndrome
de Down, retardos mentales, trastornos del lenguaje se ha tenido menos experiencia.
Recién a fines de la década del 80 aparecen los primeros programas de integración de
alumnos con retardo mental leve y/o con dificultades serias en el aprendizaje.

En el Nivel Medio existen pocas escuelas integradoras, recién han comenzado a abrir
sus puertas algunas de ellas. No hay normativas específicas, solo encontramos en
Educación Privada. Hay confusión respecto a la promoción y acreditación de los
contenidos en relación a las adecuaciones curriculares que se deben realizar en este
nivel. Por ejemplo circula la información de que los alumnos con Síndrome de Down no
van a poder acreditar el año o nivel. Igualmente aquellos que requieran adecuaciones
curriculares con cierta significatividad.

Los profesores de Enseñanza Media están mucho más alejados de la temática de la


diversidad que los maestros de grado. Y se hace dificultoso colaborar y orientar a los
docentes dada la gran cantidad de asignaturas y profesores que cada año del secundario
requiere. Las asignaturas del Nivel medio no se han integrado en general. Si se lograra
globalizar los contenidos, se facilitaría la integración de los alumnos.

Debemos pensar que esto es muy reciente y que tampoco se han sostenido políticas
coherentes, estas han sido muy erráticas en todo el país: han avanzado, han retrocedido
por momentos o se han estancado.
Si bien en la formación del profesorado de inicial y E.G.B. se ha introducido el tema de la
diversidad, en la asignatura Sujeto de la Educación, en muchos casos la profundización
sobre el tema de la integración escolar dependerá de la experiencia del profesor sobre el
mismo. En el profesorado de E.G.B. debería incluirse el tema en varias asignaturas o ser
obligatorio un taller sobre dificultades del aprendizaje, necesidades educativas especiales
e integración.
¿A qué se denominan adecuaciones curriculares?

AB: Son las modificaciones de cualquier aspecto del currículo para responder a las
necesidades especiales de un alumno. No implican recorte de contenidos, que es la
primera representación de los docentes. La adecuación curricular puede ser de acceso al
currículo que tiene que ver con aquello que es la infraestructura, las ayudas técnicas,
ejemplo: la computadora si no puede manejar sus manos, los alumnos sordos requerirán
por ejemplo audífonos para el acceso al currículo; las personas ciegas ayudas para la
orientación y la movilidad respecto a la adecuación del mobiliario.

Las adecuaciones curriculares propiamente dichas tienen que ver con la modificación de
objetivos, contenidos, metodologías, tiempo, y/o actividades del curriculo. Se jerarquizan
las adecuaciones curriculares: las más significativas que son la modificación de objetivos
y/o contenidos y menos significativas las de tiempo o de actividades.

Las adecuaciones curriculares de contexto, son las modificaciones que el docente debe
hacer en el clima social del aula para poder llevar adelante un proceso de integración
adecuado. Por ejemplo, lo que tiene que ver con las actitudes, el respeto, la utilización de
técnicas participativas y colaborativas. Todo esto tiene que ver con lo contextual.

Con respecto a las adecuaciones curriculares, su diseño presenta bastantes dificultades.


Las adecuaciones curriculares deben hacerse en forma conjunta entre el maestro
integrador y el maestro de grado. No es resorte del maestro integrador solamente, lo
tienen que hacer juntos, porque el maestro de grado es el responsable del proceso
educativo del alumno y, por lo tanto, no puede estar ajeno a lo que el alumno va a
aprender. El maestro integrador va a hacer las adaptaciones curriculares con el maestro
de grado y se tienen que basar en algunos pilares.

En primer lugar, se deberá hacer una muy buena evaluación de las necesidades
educativas del alumno. En una investigación que realicé con la Lic. Graciela Ricci sobre el
tema: “Las Adecuaciones Curriculares como estrategias facilitadoras para el proceso de
integración” en 14 escuelas de la ciudad de Buenos Aires con 200 alumnos integrados, y
que participaron 16 directivos, 30 docentes de grado y 30 maestros integradores,
analizamos esta cuestión en particular, y detectamos que el aspecto que presenta
mayores dificultades es la evaluación de las necesidades educativas especiales ya que
las adecuaciones curriculares deben responder a ellas.

Por eso me preocupa cuando veo que es habitual pensar que las adecuaciones son sólo
recorte de contenidos. Esto lo enseño y esto no. Primero, habrá que hacer una evaluación
de la competencia curricular del alumno, cuáles son los contenidos adquiridos, cuál es el
estilo de aprendizaje, cuál es la motivación que tiene para aprender, cómo es su historia
de aprendizaje, para luego hacer un programa de adecuación curricular.

¿En qué se diferencia este proceso de adaptación curricular respecto del que se
realiza en la escuela común?
AB: El maestro siempre tuvo como recurso la adecuación curricular, hoy se utiliza esta
terminología nueva, pero los maestros lo hemos hecho siempre. Se hacía primero una
evaluación de los alumnos, del contexto del aula, y luego adecuábamos los programas y
la planificación en relación con eso. Para los que tenían dificultades se proponían
actividades diferentes. Lo que no se sabía es si era legal o no este proceder. Ahora esto
entró en la terminología pedagógica al ser el currículo flexible y el concepto de
adecuaciones curriculares estar legitimado a partir de esa flexibilidad.

El concepto de necesidades educativas especiales es muy amplio. Muchos incluso,


creen que la situación de pobreza y carencias socio-económicas y culturales
permitiría ampliar el espectro de problemas que se incluyen como necesidades
especiales. ¿Cuál es tu opinión?

AB: Al concepto de necesidades educativas especiales (NEE) hoy se lo utiliza con mucha
imprecisión, las NEE son todas aquellas necesidades educativas que presenta un alumno
que requiere apoyos específicos para transitar el currículo. Hay alumnos que presentan
diferencias individuales en el aprendizaje, son las diferencias que se presentan siempre al
interior del grupo en términos del aprendizaje. Esas diferencias las debe abordar el
maestro de grado, lo cual es atender la diversidad, adaptar el currículo para facilitar el
aprendizaje, acompañar y contener a los alumnos en sus particularidades.

Los maestros tienen que tener estrategias y herramientas que muchas veces no son las
que le dio la formación docente, pero deben prepararse a través de la capacitación para
atender esas dificultades. Con respecto a los chicos que tienen privaciones
socioculturales, esta situación puede afectar el aprendizaje, comprometiendo muchas
veces los dispositivos básicos para aprender. Son niños que al no tener estímulos,
nutrición suficiente, que sufren maltrato o carencias socioafectivas, pueden manifestar
alteraciones en los aspectos cognitivos, psicológicos, en la autonomía, y en otros
aspectos relacionados con el aprendizaje. Estos niños podría decirse que presentan NEE
o que requieren un enfoque diferente en la enseñanza. No podemos caer en afirmaciones
falsas de que: pobreza es igual a discapacidad, pobreza es igual a alteraciones en el
aprendizaje, pobreza es igual a retardo mental, esto no es así.

La pobreza está muy ligada a la discapacidad en el mundo, eso es una realidad pero lo
que hay que evitar crear estas representaciones falsas en los maestros: porque es pobre
no aprende. Entonces., lo que yo diría es que cuando hay un chico con NEE originadas en
este tipo de dificultades en el aprendizaje, debemos tomarlo como un alumno que tienen
necesidades educativas especiales transitorias o incluso permanentes, pero debemos
saber discriminar porque no es lo mismo el abordaje de un chico con NEE proveniente de
una discapacidad que las NEE provenientes de carencias socioculturales.

Respecto a los alumnos con ADD debemos diferenciar lo que es un niño inquieto, o
hiperactivo de un niño con diagnóstico de ADD, el cual refiere a un trastorno por déficit de
la atención que generalmente responde a una alteración química de los
neurotransmisores. El ADD puede acompañar otros cuadros como autismo o retrasos
madurativos importantes.
El déficit de atención puede provocar conductas disruptivas en los alumnos. Nos llama la
atención la gran cantidad de chicos que están diagnosticados y medicados. Estos niños
tienen que tener una especial contención dentro del aula, deben asignárseles actividades
cortas, cambiar las tareas, permitirles que se levanten del lugar, aunque sea por unos
minutos, ya que no pueden estar quietos en el aula y tienen dificultades para
concentrarse. No pueden terminar sus tareas y esto altera el proceso de enseñanza y de
aprendizaje. Estos alumnos pueden requerir la presencia de una maestra de apoyo o el
acompañamiento de una psicopedagoga que asesore al maestro de grado para que se
sienta más contenido y seguro.

¿Qué diferencia hay entre educación especial y estos planteos de integración de los
que estamos hablando?

AB: La escuela especial es la estructura específica que brinda atención a la población de


niños con NEE que no se puede integrar. La educación especial es el conjunto de
técnicas y estrategias que pueden brindarse en cualquier contexto, por ello la integración
escolar supone un apoyo de educación especializada.

En la mayor parte de los países hay escuelas especiales porque hay chicos que no se
pueden integrar porque necesitan recursos específicos, una estructura especial para
poder transitar el curriculum. El país que no tiene escuelas especiales desde el año 1974
es Italia. Allí todos los chicos están en escuela común o en grupos especiales, pero dentro
de la escuela común. En EEUU, muchos estados tienen algunas pocas escuelas
especiales para aquellos chicos muy comprometidos. Lo mismo pasa en España y en la
mayoría de los países latinoamericanos.

Pero cada vez más, la educación especial, se hace responsable por chicos muy
comprometidos desde el punto de vista orgánico, psíquico, cognitivo.

Yo entiendo que es necesario avanzar en la integración escolar. Valorar y respetar las


diferencias dentro de la escuela es la única manera de que la sociedad comience también
a respetar las diferencias de los demás y a cambiar la representación negativa del otro
que es diferente a mi. Vemos, además, cómo los maestros comunes aprenden a manejar
recursos e instrumentos que nunca se hubieran imaginado cuando entablan una relación
de colaboración con los maestros de apoyo, y empiezan a darse cuenta que hay muchas
cosas que ellos pueden hacer.

Cuando el maestro común está en condiciones de enseñar a partir de las diferencias, se


eleva la calidad de la enseñanza, aprenden a darse que cuenta que hay alumnos que
pueden aprender de modo distinto.

Este es un cambio epistemológico muy importante, es una fractura de la visión que tienen
los maestros comunes sobre el aprendizaje de los alumnos. Los docentes de apoyo
tienen un rol muy complejo ante el proceso de integración, tienen que entablar una tarea
de la colaboración con el maestro común, que a veces provoca situaciones de
competencia o dificultades, ya que debe participar en un ámbito escolar con historias
diferentes en instituciones en los que un maestro especial no ha estado acostumbrado a
trabajar. Atender la diversidad en la escuela, supone instrumentar propuestas
pedagógicas diferentes, cambiar actitudes, modificar la organización y dinámica
institucional en su totalidad sin olvidar que el referente fundamental deberá ser las
políticas educativas y sociales de carácter global que lo impulsen. Solo así la diversidad
no será una realidad tolerable sino un objetivo deseable.

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