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EL ACOMPAÑANTE

TERAPÉUTICO EN LA ESCUELA
By Cursoscortosarg | 6 Enero 2021 | Comentarios1
Comentario

El campo de trabajo del acompañamiento terapéutico (AT) se ubica en


relación con pacientes que padecen severos trastornos de la conducta
o emocionales, o aquellos con limitaciones físicas que necesitan
asistencia de otra persona para poder movilizarse o conseguir lo que
desean. La tarea se realiza siempre en equipo y los objetivos son
planteados por el(los) profesional(es)
tratante(s).
La función del acompañante terapéutico puede definirse en relación
con la estrategia que construye un psicólogo o psiquiatra en un
tratamiento.

El AT en la educación

La inclusión es un conjunto de procesos y de acciones orientados a


eliminar o minimizar las barreras que dificultan el aprendizaje y la
participación. Con los principios que marca la ley de educación
respecto a la inclusión de niños con necesidades educativas
especiales (NEE) a escuelas comunes y la cobertura de las obras
sociales de los AT, se ha incrementado la demanda de padres y
profesionales que solicitan el acompañamiento terapéutico para que
los niños reciban atenciones personalizadas en relación con el
acompañamiento en la inserción e integración al grupos de pares y a
la contención física o emocional del alumno, y también para la ayuda
pedagógica con las actividades propuestas del docente.

Comenzando por la aceptación de niños con NEE a escuelas


comunes, muchos docentes no se sienten capacitados para recibirlos,
sobre todo cuando las discapacidades afectan las áreas de la
conducta y la cognición. La presencia de un grupo de alumnos con
conductas disruptivas o desfasajes de contenidos, dificultan las
estrategias pedagógicas del docente a cargo del curso.

La Ley Nacional de Educación incorpora la inclusión de niños con


discapacidades a escuelas comunes y también señala que las
escuelas, públicas y privadas, deben ofrecer las condiciones
necesarias para un desarrollo integral de la infancia en todas sus
dimensiones.

Estos derechos no se condicen con la realidad que presentan la


mayoría de las escuelas. En general, la inclusión se concreta sin
capacitación gratuita previa de los docentes ni se disponen los
recursos humanos. Muchas escuelas no cuentan con gabinete de
profesionales o equipos de orientación escolar (EOE) en la misma
institución.

Por otra parte, en muchos casos la situación se agrava porque la


matrícula supera el máximo razonable de alumnos dentro de un salón,
y se suman problemáticas sociales en diversos escenarios.

En ese marco, se puede afirmar que la legislación exige la inclusión


pero no se provee capacitación, mejoramiento de las condiciones
edilicias, sobre todo para los chicos con discapacidad motora o visual,
y tampoco recursos humanos para ampliar los EOE. El contraste entre
los nuevos derechos y las realidades en las escuelas provocó que
muchas asociaciones de padres de niños en esta situación lucharan
para conseguir que se incorpore un asistente o personal externo,
como acompañante terapéutico, para asistir a sus hijos a lo largo de la
trayectoria escolar y brindarle una educación con herramientas y
estrategias adecuadas a sus necesidades.

El AT, engranaje de un sistema


Dentro de la institución los actores que participan directamente con el
alumno que se integra son el docente de grado (DG), la maestra
integradora (MI) y el acompañante terapéutico (AT), e indirectamente
el EOE de la escuela.

También se suma a la tarea el EOE de la escuela especial y los


directivos de ambas instituciones. Fuera de la institución y como
factores fundamentales del trabajo en equipo se encuentran la familia
y los profesionales externos.

La integración funciona como una combinación de engranajes; la


escuela es el sistema principal, conformado por diversos actores que
intenta trabajar en forma coordinada, profesionales que aportan
conocimientos específicos y sugieren a los padres y a la escuela las
estrategias para mejorar las capacidades del alumno.

Los engranajes más pequeños corresponden a los padres, quienes


movilizan y agilizan lo que su hijo necesita en una escuela inclusiva y
a los profesionales adecuados según las necesidades de atención que
requiera el paciente. La coordinación de estos tres engranajes
permitirá obtener resultados exitosos en el alumno integrado. El
funcionamiento de un engranaje aislado no ayuda ni favorece los
avances que se esperan del alumno con discapacidad. El AT se
encuentra dentro del engranaje de la escuela trabajando directamente
con la MI y MG, y con supervisión y acompañamiento de los
profesionales externos que trabajan con el alumno.

El AT trabajando en la escuela

El AT no se constituye en una sombra del alumno. El AT asiste y


acompaña al alumno en aquellos aspectos en los que se vea impedido
de realizar en forma autónoma las actividades que presenten dificultad
según las propuestas generales del docente. En los recreos el AT
genera y propone actividades de integración y socialización con los
pares del niño/niña.
Muchas veces los alumnos con distintas capacidades quedan aislados
de los juegos con sus pares porque sus compañeros o maestros
imaginan imposibilidades para jugar o para adaptarse al ritmo de la
actividad desarrollada. En esas situaciones de juego el AT se
constituye en intermediario, negociador y hasta conciliador, entre el
niño con NEE y el grupo de pares.

¿Quién realiza las propuestas pedagógicas dentro del aula?

Los nuevos procedimientos de enseñanza, el uso variado de los


materiales, la organización de diferentes dinámicas de trabajo, la
selección de espacios de aprendizaje y la realización de adecuaciones
metodológicas contribuyen a enriquecer al grupo escolar, e incluyen al
niño con discapacidad. El artículo 11, inciso n, de la Ley Nacional de
Educación, establece que las personas con discapacidades,
temporales o permanentes, deben recibir una propuesta pedagógica
que les permita el máximo desarrollo de sus posibilidades con
integración y garantizando el pleno ejercicio de sus derechos.

A su vez, se han emitido resoluciones que abordan diferentes


problemáticas que se considera necesario implementar dentro de cada
escuela. En cuanto al diseño de las propuestas pedagógicas se
establece que son responsabilidad del docente de grado y de la
maestra integradora. Pero la realidad muestra dificultades, ya que los
MI no concurren todos los días a todos los establecimientos, y en
ocasiones la voluntad de esos profesionales no acompaña las
características de cada caso. Es aquí donde el AT debe asumir un rol
activo para adaptar las actividades en conjunto con la docente, el MI y
el profesional externo. Muchos chicos, por las dificultades que
presentan, se encuentran en desventaja pedagógica respecto a sus
compañeros y el/la AT debe proponer y estimular cambios en las
actividades y muchas veces adecuar los contenidos.
Las adaptaciones curriculares o de contenidos están a cargo de los MI
en conjunto con la MG, en presencia de la AT para que tome
conocimientos de los contenidos que trabajar. Trabajar fuera del aula,
es una estrategia de trabajo Las funciones ejecutivas son un conjunto
de herramientas de ejecución y habilidades cognitivas que permiten
asentar el pensamiento estructurado, planificar y ejecutar en función
de objetivos planteados, anticipar y establecer metas. Atención,
memoria, lenguaje interno y autorregulación son los componentes que
integran en forma interrelacionada las funciones ejecutivas.

Cuando los niños que se han integrado presentan más de una


alteración en sus funciones ejecutivas suele producirse, a lo largo de
su trayectoria escolar, un desfasaje significativo de contenidos
respecto a sus compañeros.

Por ejemplo, un alumno de tercer grado con un nivel de escritura no


alfabética puede presentar severas dificultades en el pensamiento o
en graficar el procedimiento de una situación problemática sencilla.

Ante estas dificultades se considera como estrategia alternativa que


los AT aborden, fuera del aula, actividades acordes a lo que los
alumnos necesitan. Muchos niños con NEE presentan un alto nivel de
dispersión donde la dinámica de la clase y el comportamiento de sus
pares ofrecen elementos distractores para la concentración que
necesita el alumno.

El trabajo fuera del aula no desintegra al alumno, le brinda estrategias


complementarias y permite aprovechar sus capacidades. La
permanencia pasiva dentro del aula dibujando o pintando
aleatoriamente, sin articulación con los contenidos impartidos por los
docentes, falsea la integración que se ambiciona.

Sugerencias para abordar las actividades


El alumno con discapacidad intelectual debe participar en todas las
actividades planeadas para el grupo. Solo tiene que ponerse mayor
énfasis en animar su participación, alentar sus logros y adaptar la
actividad si muestra dificultades o se aísla. Lo importante es que se
sienta aceptado, integrado y reconocido.

Cuando la actividad pensada para el grupo o el contenido para


enseñar requiera de un nivel de pensamiento complejo alejado de las
posibilidades del niño que estamos apoyando, se sugiere, de acuerdo
a las características del grupo, trabajar con el niño en otro espacio que
no sea el aula.

Una vez que se puntualicen los contenidos para trabajar, la MG debe


anticipar los contenidos con las actividades planificadas para el grupo
y, de esta manera, el AT junto con la MI deben acordar si son las
adecuadas para el alumno, o hay que modificar adaptando las
actividades o contenidos.

Para tener un seguimiento y una continuidad de los contenidos y


actividades abordadas, es necesario que el AT cuente con una
planificación paralela a la del docente de grado, conformada por
actividades adaptadas a las necesidades del alumno.

El diseño de actividades específicas evitará la inactividad del alumno o


la realización de actividades propuestas al azar. Para las áreas
curriculares específicas se propondrán materiales y sugerencias
acordes con cada área y con las posibilidades de los niños para
alcanzar los objetivos generales del aprendizaje: conocimiento,
entendimiento y desarrollo de destrezas; que estimulen el despliegue
de un nuevo vocabulario y faciliten maneras sencillas de entender los
contenidos.
El rol de los AT debe ser ejercido de acuerdo a las necesidades de
cada niño y a la realidad de cada escuela donde se encuentre
matriculado.

La generalización y estandarización de su desempeño profesional es


imposible y normalmente será incompatible con lo que cada niño
necesite.

Construcción de materiales comercialmente

Se ofrecen variados y atractivos materiales para trabajar con los


alumnos en diversas gamas de valores, algunos de ellos poco
accesibles para la generalidad de las familias. En ese marco de
limitaciones materiales, los profesionales pueden sugerir a los padres
y a los AT la confección autónoma de materiales atractivos para que el
alumno aprenda con recursos accesibles.

En la actualidad, las herramientas informáticas permiten imprimir


variados y atractivos materiales didácticos en papel que se pueden
proteger, para prolongar su durabilidad, mediante planchas de
plastificado en frío que se adquieren en diversos comercios.

También se pueden elaborar elementos móviles diseñados en madera


o a base de goma eva. Las loterías de palabras y oraciones con
soporte visual y sin este, de acuerdo al nivel que se encuentra el
alumno, son un elemento que atrae la atención de los niños.

En general, la principal recomendación para todos los juegos y


materiales es que las consignas deberán ser breves, precisas y sin
distractores con una interna apoyatura en imágenes, intensa
utilización de pictogramas.

En los casos en que el nivel de comprensión de los niños no exija una


fundamentación basada exclusivamente en imágenes, se sugiere
presentar diversas actividades de desarrollo, como unir con fechas,
colocar las palabras que faltan, preguntas con múltiples respuestas
para marcar la correcta, dibujar las respuestas, etcétera.

En el área de Matemática siempre será recomendable el trabajo con


material concreto visualmente atractivo. Las áreas de Ciencias
Sociales y Naturales requerirán un intenso trabajo basado en
imágenes para despertar la curiosidad y motivarlos a que elaboren
explicaciones y reflexiones sobre las escenas que observan.

Fuente: Mariana Paola Monti Licenciada en Psicopedagogía

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