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El peso de la Modernidad en “Las Flores del Mal”

de Charles Baudelaire

PLAC 066: Sociedad y Modernidad

Profesor: Jorge Polanco Salinas.

Alumno: Felipe Oyarzún Marín.

Valdivia, Noviembre 2017


El peso de la Modernidad en “Las flores del mal” de Charles Baudelaire.

Charles Baudelaire (1821-1867) fue un poeta, ensayista y traductor francés del


siglo XIX, muchos autores han llegado a la conclusión que es el autor de la
Modernidad, debido a su postura crítica contra esta y contra la racionalización del
pensamiento debido a lo que causaba en el espíritu de los individuos.

“Las flores del mal”, libro de poesía publicado el 25 de junio de 1857, considerado
uno de los poemarios más importantes de la literatura francesa y universal, puede
leerse como la desesperación de un hombre sensible pero hastiado, y también
puede ser leída como el retrato de la vida y los sentimientos de un hombre en la
Modernidad de manera artística, en base a metáforas y alegorías.

El libro comienza con el poema “Al Lector”, el cual describe al individuo como un
ser que está inclinado hacia lo horrendo, sin embargo, al finalizar determina que lo
horrendo no es comparable con el tedio. “Sin gesticulaciones ni desgarrados gritos
/va haciendo de la tierra un inmenso despojo /y se traga el mundo de un bostezo
infinito” (Baudelaire, 2017, p.60). Desde el principio Baudelaire recalca su lapidaria
crítica contra la modernidad y destaca la consecuencia más grande de las
ciudades, es decir la sobre-estimulación que termina generando cansancio y
desinterés: Tedio.

En este poemario podemos observar los efectos de la modernidad que señala


Georg Simmel en el artículo “Las grandes ciudades y la vida del espíritu” como por
ejemplo el “hombre blasé” (Simmel, 1986, p.4): hombre que debido la rapidez y
alternancia de impresiones o estímulo ha quedado insensible. En el poema
“Spleen”, Baudelaire da inicio al poema con el verso “Yo guardo más recuerdos
que un hombre de mil años” (Baudelaire, 2017, p.142), es decir, en esa época ya
era consciente que la modernidad aumentaba los estímulos, fruto de la
concentración de personas en las capitales que luego recibieron la denominación
de “Grandes Ciudades”. En “Spleen” podemos observar la visión crítica y
pesimista de Baudelaire debido a versos como “-Yo soy un cementerio que no han
cerrado aún” o “-Desde ahora eres sólo, ¡oh materia viviente!, /un grano rodeado
de un espanto inconsciente, /olvidado en el fondo de un mundo presuroso”
(Baudelaire, 2017, p.142). Cuando en la primera cita se refiere a que es un
cementerio que no han cerrado, podríamos hacer alusión a la visión de Simmel
cuando señala que el hombre blasé es incapaz de de distinguir “las diferencias de
las cosas” (Simmel, 1986, p.4), y así se vuelve un ser insensible que sólo recibe
estímulos sin diferenciarlos, y si no es capaz de distinguirlos ni interpretarlos es
incapaz de tomarles importancia, así, finalmente, se convierte en alguien ajeno. En
cuanto a la segunda cita mostrada anteriormente, podemos interpretar el verso en
relación a lo que señaló Luis Oyarzún en su “Diario íntimo” el 1 de Junio de 1950
sobre las grandes ciudades: “El individuo inmerso en la masa en movimiento
establece sólo contactos superficiales y efímeros, que son casi siempre
desagradables” (Oyarzún, 1997, p.40), es decir, Baudelaire se dio cuenta cuando
las “Grandes Ciudades” estaban comenzando que el citadino sentía un “miedo
inconsciente” a la multitud y a la velocidad e indiferencias de las metrópoli.

La modernidad según Simmel ha hecho que nuestro pensamiento se vuelva


calculador, y esto ha afectado incluso en la noción de tiempo. Según Georg la
difusión y el uso masivo de los relojes es la “manifestación objetiva y su símbolo”
de la racionalización del tiempo. Baudelaire, finaliza el capítulo “Spleen e Ideal” de
“Las flores del mal” con un poema llamado “El Reloj”. En este podemos encontrar
un miedo casi irracional al paso del tiempo, no específicamente a la muerte, sino
al tiempo desperdiciado. Para Georg Simmel la pérdida de tiempo resulta
imposible de soportar para el hombre moderno debido a la racionalización del
pensamiento, sin embargo muchas veces no se sabe que se está perdiendo, y las
frustraciones llegan por el hecho de no ser productivo. La racionalización del
tiempo podría ser, también, una de las razones por la cual en la modernidad es tan
difícil encontrar el aburrimiento de la manera como lo describía Walter Benjamin, y
solo terminamos encontrando tedio, sobre todo en las grandes urbes.
“Obsesión” es un poema que describe cómo se siente el citadino ante la
naturaleza. Si antes esta era signo de inspiración, relajación, y tranquilidad, para el
hombre moderno es desesperación por la calma que representa. La tranquilidad
es algo antagónico para el modo de vida que representa la gran urbe, el hombre
se siente impuro, y en parte busca “lo vacío, lo negro y lo desnudo”.

Charles Baudelaire fue un adelantado a su época, fue uno de los pocos


“intelectuales” que veía algo negativo en la modernidad y en la idea de progreso
en base a la razón que había traído consigo la ilustración y las revoluciones
liberales. Pudo advertir el tedio que traerían las Grandes Ciudades y la
racionalización del ser humano, el miedo al tiempo, y el sentimiento de soledad
que se siente en las ciudades pese a su multitud. Analizó los inicios de la
modernidad y sus efectos en los hombres en base a las artes, y abriría el camino
para el análisis filosófico, psicológico y académico del siglo XX.
Bibliografía.

-Baudelaire, C. (2017). Las flores del mal. El spleen de París. Los paraísos
artificiales. Barcelona: Penguin Random House.

-Benjamin, W. (1991). El narrador. Madrid: Taurus Editorial.

-Morales, T., y Oyarzún, L. (1995). Diario íntimo. Santiago de Chile: Universidad


de Chile, Departamento de Estudios Humanísticos.

-Simmel, G. (1986). Las grandes ciudades y la vida del espíritu. Cuadernos


Políticos, 45, 5-10.

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