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Si vas a aprender a invertir sin importar en que inviertas necesitas entender los
seguros o la protección contra perdidas. Invertir es mucho menos arriesgado
cuando se tiene un seguro.
Los números financieros reales de cualquier transacción financiera son los que te
dicen en última palabra de los hechos.
Todo lo que un inversionista debe hacer es saber que quiere, tener un plan y
seguirlo.
La herramienta más útil de todo inversionista es adquirir activos que te den flujo de
efectivo que ponga dinero en tu bolsillo en lugar de sacarlo.
Un inversionista quiere saber que tan rápido puede mover su dinero de un activo
para adquirir el siguiente activo.
Un inversionista sabe que la mejor regla para invertir es mantener las cosas
sencillas.
Un inversionista sabe que tiene que adquirir activos con ingreso bruto y pagar
impuestos sobre ingreso neto.
Un inversionista siempre esta buscando cuales son las ventajas fiscales que están
a su disposición.
El proceso de inversión
¿Qué es invertir? Cada vez que inviertes, estás poniendo algo tuyo en otra cosa,
con el objetivo de conseguir algo más grande. Tú puedes invertir tus fines de
semana en una buena causa, tú puedes invertir tu inteligencia en tu trabajo, o tú
puedes invertir tu tiempo en una relación.
Al igual que haces cada una estas cosas con la expectativa de que algo bueno
suceda, cuando inviertes tus ahorros en acciones, bonos, o fondos mutuos, lo
haces porque esperas que su valor se incremente con el tiempo.
Invertir dinero es poner ese recurso en alguna clase de “títulos valores” –un
término de moda para todo aquello que está “respaldado” por algún tipo de activo-.
Acciones, bonos, fondos mutuos, certificados de depósito; todos estos son formas
de títulos valores.
Entonces, la sugerencia es que tomes los $25 dólares que ibas a gastar en el
famoso libro “Cómo ser billonario en sólo una semana”, y los $500 que hubieses
gastado en el seminario dictado por el afamado autor, y los inviertas en ti mismo.
Eso sí, primero debes aprender estos conceptos básicos.
¿Un dólar siempre va a valer un dólar? Ok, eres un zorro astuto. Nos has
descubierto, ¡se trataba de una pregunta tramposa! Y tú la adivinaste. Un dólar no
siempre va a valer un dólar. A veces, un dólar sólo costará 80 centavos, y otras
veces valdrá $1.20, y nosotros te daremos nuestros $0.80 en una operación justa.
¿Tenemos un trato?
Si alguien te debiera un dólar, ¿querrías que te lo pague hoy o el año que viene?
(¡Sí, otra pregunta engañosa! La respuesta es “Hoy”). Con la inflación destruyendo
constantemente el poder de compra del dólar, dentro de un año el valor de éste
será ligeramente inferior al de hoy.
Mientras mayor sea la cantidad de dinero que ahorres e inviertas hoy, mayor será
la cantidad que tendrás en el futuro. La riqueza verdadera, la principal protagonista
de nuestros sueños, es en realidad creada casi mágicamente por los principios
más convencionales y frecuentes: paciencia, tiempo, y el poder de la
capitalización.
Retornos reales
Incluso si tienes una ganancia capital a largo plazo que está gravada al 20%, un
retorno del 10% rápidamente se convierte en un 8%. Y para las ganancias a corto
plazo, la tajada impositiva será aún mayor. A cualquier tasa, la pregunta de
importancia que debes hacerte es: ¿Con cuánto terminaré en el bolsillo cuando
finalice el día?
Otro factor que afecta los retornos, como hemos mencionado antes, es la inflación.
De modo que si tu inversión hizo, el último año, 10% después de impuestos y la
inflación redujo tu poder de compra en un 2%, entonces habrás obtenido un
rendimiento verdadero del 8%.
¿Por qué poner tu dinero en un vehículo de inversión lento y progresivo que sólo
promete retornos de dos dígitos cuando puedes tener riquezas casi instantáneas?
Con la capitalización, debes esperar pacientemente por años para que tus
riquezas se acumulen. ¿Y qué si la quieres toda ahora?
Garantizado. No hay nada estimulante en lo predecible. Seguramente, los rumores
de tus cinco años por sobre la performance de Standard and Poors no harán una
fiesta de tu vida. Sin embargo, tampoco lo harán los rumores sobre cómo perdiste
tus ahorros en la especulación, y tus subsecuentes aventuras en el tribunal de la
bancarrota.
Esto, por supuesto, puede ser cierto para acciones tanto como commodities y
opciones. Dicen que han escuchado a la niñera del dentista de tu mejor amigo
hablando sobre una empresa llamada “Huge Fruit”, en un evento social. “Esta
empresa estará por las nubes en los próximos meses”, dijo ella en un susurro casi
imperceptible.
Estas son algunas preguntas que deberías hacerte sobre una compañía antes de
apostar el dinero que con tanto sudor has ganado a un “Hot stock”. No hay nada
demasiado “hot” o caliente en perder tu dinero porque no tomarte el tiempo de
estudiar y comprender dónde estabas invirtiendo.
Recuerda: cada dólar con el que especulas y pierdes es un dólar que ya no estará
trabajando al servicio de la creación de tus riquezas a largo plazo. La especulación
promete darte todo lo que quieres ahora, pero raramente cumple. La paciencia, al
contrario, garantiza la concreción de estos objetivos al final del camino.
Invertir es como un largo viaje en auto. Es decir, hay que hacer muchos
preparativos antes de lanzarse a la ruta. Entonces, antes de sentarte en la butaca
y ajustarte el cinturón de seguridad, responde:
Quedarte sin gasolina, parar frecuentemente para comer, y manejar sin dormir
(prometemos que esta es la última parte de la analogía con los viajes) puede
arruinar tu travesía. Lo mismo puede ocurrir si ahorras muy poco dinero, inviertes
erróneamente, o, como dijimos anteriormente, te quedas sin hacer nada.
Debes contestar las siguientes preguntas antes de establecer un esquema de
ahorro e inversión exitoso:
¿Cuáles son tus objetivos? ¿Se trata de dinero para los años de retiro? ¿Un
pago por adelantado para una casa? ¿La educación de tus hijos? ¿Una
segunda casa? ¿Ingreso para vivir en los años dorados?
¿Cuánto dinero puedes destinar a un plan regular de inversión?
Una vez que tengas una idea de cuánto dinero necesitarás y cuánto tiempo te
tomará acumularlo, puedes comenzar a pensar en los vehículos de inversión más
apropiados para ti.
Poner dinero en reservas en efectivo, letras del tesoro (EE.UU.), o en fondos del
mercado monetario ha rendido históricamente en un 4,2%, según Global Financial
Data. Mientras que esto puede parecer poco en la actualidad, es importante
recordar que durante la mayor parte del siglo pasado, la inflación ha sido un factor
inexistente, haciendo que un promedio del 4,2% fuera un retorno por demás
atractivo hasta la década del 60.
La peor fue la década del 50, registrando pérdidas en torno al –3,75%. Si hubieras
invertido $1 en bonos a largo plazo en 1900, ahora tendrías unos $50.
Las acciones, por su parte, también han sido benévolas con los inversores. En
promedio, las acciones han arrojado dividendos del 9,8% anuales desde 1900 –
bastante más que los bonos-. Sorprendentemente, el rango de los reintegros por
las acciones no es mucho mayor al rango por los bonos, sobre el mismo período.
De acuerdo con Global Financial Data, el peor retorno en una década fue en los
30s, cuando las acciones cayeron 0,17% al año, incluyendo dividendos. Las
mejores décadas han sido los 50s, cuando las acciones crecieron un 18,23%
anual; los 80s, con las acciones presentando un crecimiento del 16,64% anual; y
los 90s, período durante el cual las acciones se incrementaron en un 17,3% anual.
Si hubieses invertido $1 en acciones en 1900, hoy tendrías más de $10.000.
Perfiles de inversión
Existen varios perfiles de inversores en función del riesgo que el inversor está
dispuesto a asumir. Los factores que influyen en pertenecer a uno u otro perfil son:
el horizonte temporal o plazo de inversión, la situación patrimonial, la preferencia
por la liquidez, etcétera.
Un inversor moderado es capaz de asumir más riesgo y podrá destinar una parte
de la cartera a activos o mercados más arriesgados, siempre de forma equilibrada.
No se descartan estrategias que incorporen productos derivados, que puedan
realzar la rentabilidad.
Antes de que apueste su dinero duramente ganado, revise esta lista para
asegurarse que sabe realmente en lo que se está metiendo. De acuerdo a
estudios llevados a cabo en el boom de la década de los noventa, el inversor
promedio pasaba más tiempo investigando dónde pasar sus vacaciones que
evaluando las acciones que estaba comprando. Pero cualquiera puede tener
mejor suerte dedicando una pequeña cantidad de tiempo y esfuerzo atendiendo a
diez preguntas básicas frente a una futura inversión:
2.- ¿Las ventas son reales? Es importante saber que una empresa puede
registrar en los libros sus ganancias de ventas mucho antes de que el efectivo
entre a las cuentas. Y ello puede afectar verdaderamente el precio que finalmente
se paga por la acción.
4.- ¿Cómo la economía en general afecta las cosas? Algunas acciones son
altamente cíclicas - el desempeño de la empresa es altamente dependiente del
estado de la economía. Y las acciones cíclicas no siempre son las gangas que
parecen ser. Los inversores deberían atender a las tendencias en las tasas de
interés, ya que los cambios en éstas pueden tener un efecto considerable en
muchas industrias.
7.- ¿La empresa se mantiene por sus propios medios? El hecho de que los
ingresos de una empresa luzcan florecientes en la actualidad, no implica que los
buenos tiempos durarán si la organización está atrapada con compromisos a largo
plazo. Antes de adquirir una acción, se debe revisar la cantidad de deuda reflejada
en las hojas de balance. Demasiada deuda es riesgosa, ya que una baja en las
ventas o un repunte en las tasas de interés podrían amenazar la habilidad de la
empresa para cumplir con los pagos.
8.- ¿Quién está al mando? Establecer la calidad del liderazgo de una empresa no
es siempre un indicador claro. Algunos expertos recomiendan que los inversores
lean el historial de cartas que los CEOs escriben a los accionistas en sus reportes
anuales para saber si la gerencia ha sido consistente en sus mensajes si ha
cambiado incansablemente la estrategia o si ha culpado constantemente a los
factores externos por el bajo desempeño.
Tendencias económicas. Cuando las tendencias van a los extremos, apuesta por
niveles de retorno normales. En ausencia de cambios fundamentales, la historia
muestra que las principales variables económicas eventualmente vuelven a largo
plazo al promedio histórico.
Valoraciones del mercado. Como con todas las cosas que se compran, el precio
importa cuando se trata de acciones. Cuando el P/E de una acción es muy bajo,
es bueno ser un cazador de negocios.
Costos de inversión. Hay sólo una cosa que se conoce con certeza cuando se
compra una acción y es cuánto se va a pagar en gastos. Es de gran importancia
tener presentes los costos de transacción a la hora de comprar o vender acciones.
Entre otros factores que no se deben pasar por alto, se encuentran: No hacer
grandes apuestas en inversiones a corto plazo y prestarle atención a los
dividendos.