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Cual es la información que debo conoce como inversionista para dar el paso.

Fundamentos del inversionista

En el mundo de las inversiones el dinero no se gana ni se pierde solo cambia de


manos.

Un inversionista necesita pensar en tener un seguro o protección en contra de


perdidas antes de que ocurra la perdida.

Si vas a aprender a invertir sin importar en que inviertas necesitas entender los
seguros o la protección contra perdidas. Invertir es mucho menos arriesgado
cuando se tiene un seguro.

Los números financieros reales de cualquier transacción financiera son los que te
dicen en última palabra de los hechos.

Es más fácil pedir prestado un millón de dólares que ahorrarlos.

El objetivo de todo inversionista es adquirir activos para mantener el dinero en


movimiento.

El movimiento del dinero incrementa tu suministro de dinero.

El objetivo de un inversionista es sacar su dinero de la mesa lo más rápido posible


para invertir en otro activo. Un inversionista puede salir adelante mas rápido
empleando la velocidad del dinero.

Primero hay que ver el valor, luego el precio.

Uno de los activos mas importantes que un inversionista necesita administrar es


su flujo de información en especial su información financiera.

El objetivo de un inversionista es acumular activos que construyan tu ingreso


pasivo al punto en que excedan tus gastos de vida mensual.

Todo lo que un inversionista debe hacer es saber que quiere, tener un plan y
seguirlo.
La herramienta más útil de todo inversionista es adquirir activos que te den flujo de
efectivo que ponga dinero en tu bolsillo en lugar de sacarlo.

La función del dinero es trabajar duro para mí adquiriendo activos.


Lo importante que todo inversionista tiene que reconocer es cuales son sus metas
de inversión y no engañarse al respecto.

La mejor inversión de todas es aprender a ser un mejor inversionista.


Nunca se debe invertir sin seguro.

Un inversionista sabe que si no puede proteger el activo realmente no debería


comprarlo.
Un inversionista siempre esta buscando alguna forma de apalancamiento.

La meta de un inversionista es mantener el dinero en constante movimiento.

Un inversionista quiere saber que tan rápido puede mover su dinero de un activo
para adquirir el siguiente activo.

Un inversionista sabe que entre mejor sea su educación en materia de inversiones


mejor consejo recibirá.

El problema es el inversionista, no la inversión.

Un inversionista sabe que la mejor regla para invertir es mantener las cosas
sencillas.

Un inversionista sabe que no le sirve ganar mucho dinero si no puede conservarlo.

Un inversionista sabe que solamente si se vuelve rico puede invertir en


inversiones de los ricos.

Un inversionista sabe que tiene que adquirir activos con ingreso bruto y pagar
impuestos sobre ingreso neto.

Un inversionista siempre esta buscando cuales son las ventajas fiscales que están
a su disposición.

Un inversionista sabe que tiene que comprender el poder de las corporaciones y


las leyes fiscales para poder comprender porque los bienes raíces son una de las
mejores inversiones.
CONCEPTOS BÁSICOS QUE DEBE SABER TODO INVERSIONISTA EXITOSO.

El proceso de inversión

¿Qué es invertir? Cada vez que inviertes, estás poniendo algo tuyo en otra cosa,
con el objetivo de conseguir algo más grande. Tú puedes invertir tus fines de
semana en una buena causa, tú puedes invertir tu inteligencia en tu trabajo, o tú
puedes invertir tu tiempo en una relación.

Al igual que haces cada una estas cosas con la expectativa de que algo bueno
suceda, cuando inviertes tus ahorros en acciones, bonos, o fondos mutuos, lo
haces porque esperas que su valor se incremente con el tiempo.

Invertir dinero es poner ese recurso en alguna clase de “títulos valores” –un
término de moda para todo aquello que está “respaldado” por algún tipo de activo-.
Acciones, bonos, fondos mutuos, certificados de depósito; todos estos son formas
de títulos valores.

Como ocurre en cualquier aspecto de la vida, existen distintos abordajes hacia la


inversión. Algunos de éstos, tal vez los hayas visto en la televisión de trasnoche.
Un hombre joven, bien vestido, y exageradamente positivo –y, de algún modo, un
poco ñoño-, se sienta plácidamente agitando las palmas de las manos y
sacudiendo su cabeza, mientras asegura que amasar una fortuna en pocos
minutos es increíblemente fácil.

Eso suena bien. Sin embargo, un cerebro con capacidad de reflexión se


preguntará: “Si fuera tan fácil, ¿no seríamos ricos todos los que estamos mirando
este programa?” Casualmente, los espectadores siempre deben enviar dinero
para aprender estos secretos.

Entonces, la sugerencia es que tomes los $25 dólares que ibas a gastar en el
famoso libro “Cómo ser billonario en sólo una semana”, y los $500 que hubieses
gastado en el seminario dictado por el afamado autor, y los inviertas en ti mismo.
Eso sí, primero debes aprender estos conceptos básicos.

Valor en el tiempo del dinero

¿Un dólar siempre va a valer un dólar? Ok, eres un zorro astuto. Nos has
descubierto, ¡se trataba de una pregunta tramposa! Y tú la adivinaste. Un dólar no
siempre va a valer un dólar. A veces, un dólar sólo costará 80 centavos, y otras
veces valdrá $1.20, y nosotros te daremos nuestros $0.80 en una operación justa.
¿Tenemos un trato?

Pensemos sobre esto. ¿Cómo puede ser? El valor de un dólar cambia


drásticamente según cuándo tomes el control del dólar y cómo lo inviertas. La
variable crítica en el valor exacto de un dólar es el tiempo.

Si alguien te debiera un dólar, ¿querrías que te lo pague hoy o el año que viene?
(¡Sí, otra pregunta engañosa! La respuesta es “Hoy”). Con la inflación destruyendo
constantemente el poder de compra del dólar, dentro de un año el valor de éste
será ligeramente inferior al de hoy.

La inflación es un término económico usado para describir la tendencia gradual a


aumentar que tienen los precios a través del tiempo. Si la inflación es de 2%
anual, entonces, en promedio, los precios aumentarán un 2% el año que viene, lo
que significa que tu dólar tendrá un valor de compra 2 centavos menor al actual.
Es decir –para todos los matemáticos-, que con una inflación del 2%, tu dólar de
hoy valdrá 98 centavos en un año.

En cambio, si tuvieras tu dólar de vuelta hoy, podrías invertirlo. Si lo has invertido


(esperemos que con algunos cuantos de sus primos mayores) en el mercado de
acciones, y tu inversión rindió un 10% a lo largo del curso del año (cifra que es, en
cierta forma, menor a lo que el promedio histórico que el mercado suele devolver),
entonces tendrás $1,10 al final del año. Por lo tanto, en lugar de encogerse, tu
dinero estará creciendo, y tú estarás evitando los efectos negativos de la inflación.
El milagro de la capitalización

A decir verdad, si dejas este dólar invertido, su valor se expandirá en el tiempo


gracias al milagro de la capitalización. A medida que obtienes ingresos de tus
inversiones, éstos, a su vez, comenzarán a generar más retornos, permitiéndote
transformar un patético dólar en cientos de dólares, si los inviertes el tiempo
suficiente.

Mientras mayor sea la cantidad de dinero que ahorres e inviertas hoy, mayor será
la cantidad que tendrás en el futuro. La riqueza verdadera, la principal protagonista
de nuestros sueños, es en realidad creada casi mágicamente por los principios
más convencionales y frecuentes: paciencia, tiempo, y el poder de la
capitalización.

Supongamos que apartaras $20 a la semana y los pusieras en un fondo índice, al


cabo de 40 años, asumiendo un retorno modesto del 12%, tendrás una verdadera
fortuna. En pocas palabras, habrás ganado la lotería –por $20 por semana, o un
total de $40.800-.

Retornos reales

La capitalización es tan milagrosa que incluso con una tasa de retorno


relativamente baja puedes duplicar y triplicar tu dinero, desde ya, sobre la base de
largos períodos de tiempo. Cuando alguien presume de duplicar su dinero en 10
años, por ejemplo, no deberías sólo sonreír y asentir pensando –y envidiando- lo
bien que hizo. Sólo necesitas un retorno del 7,1% anual para duplicar tu dinero en
10 años.

Si Standard and Poors, un barómetro del mercado de acciones ampliamente


usado en la actualidad, señala que el retorno ha ascendido al 10,6%, entonces
aquel pobre que sólo haya duplicado su dinero habrá tenido un rendimiento menor
al del mercado. En vistas de incrementar tu riqueza, el truco es invertir de modo
que se superen las expectativas del mercado.
Ahora, digamos que tus inversiones ganaron un 10% el último año. ¿Cuánto
dinero hiciste realmente? Bien, uno de los factores más importantes que los
inversores suelen omitir a la hora de valorar los retornos de sus inversiones son
las consecuencias de los impuestos.

Incluso si tienes una ganancia capital a largo plazo que está gravada al 20%, un
retorno del 10% rápidamente se convierte en un 8%. Y para las ganancias a corto
plazo, la tajada impositiva será aún mayor. A cualquier tasa, la pregunta de
importancia que debes hacerte es: ¿Con cuánto terminaré en el bolsillo cuando
finalice el día?

Otro factor que afecta los retornos, como hemos mencionado antes, es la inflación.
De modo que si tu inversión hizo, el último año, 10% después de impuestos y la
inflación redujo tu poder de compra en un 2%, entonces habrás obtenido un
rendimiento verdadero del 8%.

Todo lo que debes hacer es tomar tu retorno anualizado después de impuestos y


restarle la tasa anual de inflación. ¿Cómo conocer el índice de inflación? Eso
dependerá del país que habites. Generalmente, los gobiernos publican en índice
de inflación mensualmente, o cada cuatro meses. Los periódicos y la Internet son
las mejores fuentes de información a dicho fin.

Inversión vs. Especulación

A esta altura, debes estar recostado sobre el respaldo de tu silla pensando en tu


hermanastro, que ganó una fortuna en opciones. O, tal vez, estés rememorando
aquellas vacaciones en Nevada cuando un trimestre mágico arrojó 700 más con
sólo tirar de la palanca de una máquina tragamonedas.

¿Por qué poner tu dinero en un vehículo de inversión lento y progresivo que sólo
promete retornos de dos dígitos cuando puedes tener riquezas casi instantáneas?
Con la capitalización, debes esperar pacientemente por años para que tus
riquezas se acumulen. ¿Y qué si la quieres toda ahora?
Garantizado. No hay nada estimulante en lo predecible. Seguramente, los rumores
de tus cinco años por sobre la performance de Standard and Poors no harán una
fiesta de tu vida. Sin embargo, tampoco lo harán los rumores sobre cómo perdiste
tus ahorros en la especulación, y tus subsecuentes aventuras en el tribunal de la
bancarrota.

Aunque, cabe decirlo, esto podría hacerlo para algunos parlanchines,


especialmente dada nuestra afición por revelar la miseria de otros. Pero
intentemos por el momento ignorar estas tristes características de la naturaleza
humana.

¿Cuáles son las probabilidades de ganar el gordo de la lotería? Bueno, esto


depende de qué lotería, pero podría ser 1 en 7 millones, o 1 en 18 millones, o algo
intermedio. Es decir, existen mayores posibilidades de morir por la bacteria que
come carne –1 en un millón- que morir a raíz de un paro cardíaco ocasionado por
ganar el gordo de la lotería.

Existe gran cantidad de especuladores que hacen el admirable trabajo de perder


su dinero en aparentes búsquedas legítimas. En realidad, las commodities y las
opciones son, simplemente, tan riesgosas como un juego de dados en Las Vegas.
De hecho, los inversores especulan cada vez que ponen su dinero en algún sitio
que no comprenden bien.

Esto, por supuesto, puede ser cierto para acciones tanto como commodities y
opciones. Dicen que han escuchado a la niñera del dentista de tu mejor amigo
hablando sobre una empresa llamada “Huge Fruit”, en un evento social. “Esta
empresa estará por las nubes en los próximos meses”, dijo ella en un susurro casi
imperceptible.

Si llamas a tu agente a primera hora de la mañana siguiente para dar la orden de


comprar 100 acciones, entonces habrás especulado. ¿Tú tienes idea de lo que
“Huge Fruit hace? ¿Conoces a sus competidores más cercanos (Heavy Melón y
Crazy Bananas)? ¿Cuáles fueron sus ganancias durante el último cuarto?

Estas son algunas preguntas que deberías hacerte sobre una compañía antes de
apostar el dinero que con tanto sudor has ganado a un “Hot stock”. No hay nada
demasiado “hot” o caliente en perder tu dinero porque no tomarte el tiempo de
estudiar y comprender dónde estabas invirtiendo.

Recuerda: cada dólar con el que especulas y pierdes es un dólar que ya no estará
trabajando al servicio de la creación de tus riquezas a largo plazo. La especulación
promete darte todo lo que quieres ahora, pero raramente cumple. La paciencia, al
contrario, garantiza la concreción de estos objetivos al final del camino.

Planificación y establecimiento de objetivos

Invertir es como un largo viaje en auto. Es decir, hay que hacer muchos
preparativos antes de lanzarse a la ruta. Entonces, antes de sentarte en la butaca
y ajustarte el cinturón de seguridad, responde:

 ¿Qué extensión tiene el viaje? (¿Cuál es el “horizonte temporal” de tu


inversión?)
 ¿Qué debo empacar? (¿Qué tipo de inversiones harás?)
 ¿Cuánta gasolina necesitarás? (¿Cuánto dinero será necesario para
alcanzar tus objetivos?)
 ¿Necesitarás hacer detenciones a lo largo del viaje? (¿Tienes necesidades
financieras a corto plazo?)
 ¿Cuánto tiempo planeas quedarte? (¿Necesitarás vivir de la inversión
durante los próximos años?)

Quedarte sin gasolina, parar frecuentemente para comer, y manejar sin dormir
(prometemos que esta es la última parte de la analogía con los viajes) puede
arruinar tu travesía. Lo mismo puede ocurrir si ahorras muy poco dinero, inviertes
erróneamente, o, como dijimos anteriormente, te quedas sin hacer nada.
Debes contestar las siguientes preguntas antes de establecer un esquema de
ahorro e inversión exitoso:

 ¿Cuáles son tus objetivos? ¿Se trata de dinero para los años de retiro? ¿Un
pago por adelantado para una casa? ¿La educación de tus hijos? ¿Una
segunda casa? ¿Ingreso para vivir en los años dorados?
 ¿Cuánto dinero puedes destinar a un plan regular de inversión?

No te salgas del compromiso de contestar empleando respuestas vagas y


confusas. Al final de cuentas, la inversión es un gran revuelto de números.
Necesitas acostumbrarte a esto. Y será mejor que lo hagas rápidamente. De
hecho, esto puede ser muy liberador.

Tú puedes prever exactamente lo que necesitas para llegar a tu meta, de modo


que no encuentres sorpresas o malos tragos a lo largo del camino. A tal efecto,
formúlate algunas preguntas puntuales más:

 ¿Cuánto costará la Universidad cuando mis chicos comiencen a ir?


 ¿De cuánto debe ser un ingreso razonable para los años de jubilación?

No te preocupes. No es necesario que contestes todas las preguntas por tu


cuenta. Hay calculadoras online interactivas que pueden ayudarte a medir tus
necesidades monetarias futuras. Mientras más específico seas, más realistas y
razonables serán tus objetivos.

Una vez que tengas una idea de cuánto dinero necesitarás y cuánto tiempo te
tomará acumularlo, puedes comenzar a pensar en los vehículos de inversión más
apropiados para ti.

El tiempo está de tu lado

Para ayudarte a poner esto en contexto, echemos un vistazo a los rendimientos


históricos de los distintos tipos de inversiones. Los bonos y las acciones son dos
de las clases de activos que han sido usados por los inversores en el siglo
pasado. Conociendo los retornos totales en cada uno de estos, y su volatilidad
asociada, es crucial decidir dónde deberías poner tu dinero.

Poner dinero en reservas en efectivo, letras del tesoro (EE.UU.), o en fondos del
mercado monetario ha rendido históricamente en un 4,2%, según Global Financial
Data. Mientras que esto puede parecer poco en la actualidad, es importante
recordar que durante la mayor parte del siglo pasado, la inflación ha sido un factor
inexistente, haciendo que un promedio del 4,2% fuera un retorno por demás
atractivo hasta la década del 60.

Aunque es interesante señalar que las reservas en efectivo han superado el


rendimiento de los bonos durante el siglo pasado, si pudiéramos volver a 1802,
veríamos que las reservas en efectivo iban detrás de los bonos. Aún mayor era la
diferencia a favor de los bonos en las décadas del 80 y 90.

Los bonos gubernamentales a largo plazo han tenido un rendimiento aproximado


del 4% anual desde 1900; sorprendentemente, éstos no son tan superiores a los
bonos a corto plazo. La mejor década para los bonos, durante el siglo pasado, fue
la de los 80s, cuando produjeron un retorno anual del 13,81%.

La peor fue la década del 50, registrando pérdidas en torno al –3,75%. Si hubieras
invertido $1 en bonos a largo plazo en 1900, ahora tendrías unos $50.

Las acciones, por su parte, también han sido benévolas con los inversores. En
promedio, las acciones han arrojado dividendos del 9,8% anuales desde 1900 –
bastante más que los bonos-. Sorprendentemente, el rango de los reintegros por
las acciones no es mucho mayor al rango por los bonos, sobre el mismo período.

De acuerdo con Global Financial Data, el peor retorno en una década fue en los
30s, cuando las acciones cayeron 0,17% al año, incluyendo dividendos. Las
mejores décadas han sido los 50s, cuando las acciones crecieron un 18,23%
anual; los 80s, con las acciones presentando un crecimiento del 16,64% anual; y
los 90s, período durante el cual las acciones se incrementaron en un 17,3% anual.
Si hubieses invertido $1 en acciones en 1900, hoy tendrías más de $10.000.

Perfiles de inversión

Existen varios perfiles de inversores en función del riesgo que el inversor está
dispuesto a asumir. Los factores que influyen en pertenecer a uno u otro perfil son:
el horizonte temporal o plazo de inversión, la situación patrimonial, la preferencia
por la liquidez, etcétera.

Un inversor conservador se caracterizará por estrategias del estilo "comprar y


mantener a largo plazo", y los cambios de la composición de la cartera vendrán
siempre muy medidos. Tenderá a elegir activos con poco nivel de riesgo. La
principal fuente de rentabilidad vendrá a través de dividendos, cupones e
intereses, ya que sólo ocasionalmente se reajusta la distribución de la cartera.

Un inversor moderado es capaz de asumir más riesgo y podrá destinar una parte
de la cartera a activos o mercados más arriesgados, siempre de forma equilibrada.
No se descartan estrategias que incorporen productos derivados, que puedan
realzar la rentabilidad.

El inversor agresivo destinará la mayor parte de su cartera a activos de riesgo alto


(renta variable), y reservará una parte de la cartera a realizar operaciones en el
corto plazo, buscando valores infra o sobrevalorados. En general, favorecerá una
alta rotación de la cartera (número elevado de operaciones) y la incorporación de
novedades en cuanto a productos y mercados.
PREGUNTAS BÁSICAS QUE UN INVERSIONISTA DEBE HACERSE.

Antes de que apueste su dinero duramente ganado, revise esta lista para
asegurarse que sabe realmente en lo que se está metiendo. De acuerdo a
estudios llevados a cabo en el boom de la década de los noventa, el inversor
promedio pasaba más tiempo investigando dónde pasar sus vacaciones que
evaluando las acciones que estaba comprando. Pero cualquiera puede tener
mejor suerte dedicando una pequeña cantidad de tiempo y esfuerzo atendiendo a
diez preguntas básicas frente a una futura inversión:

1.- ¿Cómo gana dinero la empresa? Si no sabe lo que está comprando,


posiblemente no estará en posición de saber lo que realmente debería pagar por
ello. Por tanto antes de comprar alguna acción, necesita saber cómo la empresa
obtiene sus ganancias. En el caso de GM por ejemplo, cerca de un 100% de las
ganancias derivan de los préstamos que la empresa hace a los consumidores
mediante su rama financiera, y no de la venta de vehículos.

2.- ¿Las ventas son reales? Es importante saber que una empresa puede
registrar en los libros sus ganancias de ventas mucho antes de que el efectivo
entre a las cuentas. Y ello puede afectar verdaderamente el precio que finalmente
se paga por la acción.

3.- ¿Cómo se desempeña la empresa con relación a sus competidores?


Antes de hacer una inversión, es vital saber cómo se comporta en comparación
con la competencia. El análisis debe comenzar con las cifras de ventas y
ganancias. Se debe considerar también las ventas hechas por los nuevos
competidores, especialmente en las industrias que no están en crecimiento.

4.- ¿Cómo la economía en general afecta las cosas? Algunas acciones son
altamente cíclicas - el desempeño de la empresa es altamente dependiente del
estado de la economía. Y las acciones cíclicas no siempre son las gangas que
parecen ser. Los inversores deberían atender a las tendencias en las tasas de
interés, ya que los cambios en éstas pueden tener un efecto considerable en
muchas industrias.

5.- ¿Qué podría eventualmente dañar o acabar la empresa en los próximos


años? Se debe pensar en los peores escenarios que podría enfrentar una
compañía en los años por venir. Por ejemplo, un negocio que depende de un gran
cliente para sus ventas podría colapsar si pierde tal cliente. Así también las
inversiones que se basan en el renombre o reputación de una persona pueden
caer fatalmente si tal personaje cae en desventaja en la opinión pública.
6.- ¿Está la gerencia deslizando las ganancias bajo la alfombra? A lo largo del
curso de la historia de una empresa, las eliminaciones o reestructuraciones de
cargos son inevitables. Pero la alarma se enciende si una organización tiene el
hábito de incurrir en estos cargos año tras año, así se hace prácticamente
imposible para los inversores determinar qué tan rentable una empresa puede ser.

7.- ¿La empresa se mantiene por sus propios medios? El hecho de que los
ingresos de una empresa luzcan florecientes en la actualidad, no implica que los
buenos tiempos durarán si la organización está atrapada con compromisos a largo
plazo. Antes de adquirir una acción, se debe revisar la cantidad de deuda reflejada
en las hojas de balance. Demasiada deuda es riesgosa, ya que una baja en las
ventas o un repunte en las tasas de interés podrían amenazar la habilidad de la
empresa para cumplir con los pagos.

8.- ¿Quién está al mando? Establecer la calidad del liderazgo de una empresa no
es siempre un indicador claro. Algunos expertos recomiendan que los inversores
lean el historial de cartas que los CEOs escriben a los accionistas en sus reportes
anuales para saber si la gerencia ha sido consistente en sus mensajes si ha
cambiado incansablemente la estrategia o si ha culpado constantemente a los
factores externos por el bajo desempeño.

9.- ¿Cuál es realmente el valor de la empresa? El que una acción se mantenga


en la cima no es suficiente razón para la compra. Si se va a adquirir una acción
porque todo el mundo la está comprando ¿no sería el último de la lista? ¿No
preferiría ser el primero en comprar antes de que todo el mundo lo haga?

10.- ¿Realmente necesito poseer esta acción? Con tantas opciones en el


mercado, no existe inversión alguna que se “deba” tener. Haga un pacto consigo y
retenga su adquisición hasta que haya respondido las nueve preguntas anteriores.
LO QUE TODO INVERSIONISTA DEBE SABER

La dirección de las tasas de interés. Un factor fundamental que conduce el


mercado de valores es la política de tasas de interés, y es que el costo de los
préstamos ayuda a determinar cuánto los consumidores están dispuestos a gastar
y la voluntad de las empresas a ampliar y crear nuevos puestos de trabajo. Una
economía sana conduce a ganancias crecientes, que son reflejadas en los precios
de la acción. El aumento de las tasas eventualmente contrae el crecimiento
incluso en los mercados más fuertes, mientras que por su parte la caída de las
tasas, fomenta el auge, aunque no siempre de inmediato.

Los cambios en la política gubernamental. Los grandes cambios en el gasto del


gobierno, las regulaciones o la política fiscal puede tener un impacto importante no
sólo en el mercado, sino en grupos específicos de población.

Tendencias económicas. Cuando las tendencias van a los extremos, apuesta por
niveles de retorno normales. En ausencia de cambios fundamentales, la historia
muestra que las principales variables económicas eventualmente vuelven a largo
plazo al promedio histórico.

Valoraciones del mercado. Como con todas las cosas que se compran, el precio
importa cuando se trata de acciones. Cuando el P/E de una acción es muy bajo,
es bueno ser un cazador de negocios.

Costos de inversión. Hay sólo una cosa que se conoce con certeza cuando se
compra una acción y es cuánto se va a pagar en gastos. Es de gran importancia
tener presentes los costos de transacción a la hora de comprar o vender acciones.

Entre otros factores que no se deben pasar por alto, se encuentran: No hacer
grandes apuestas en inversiones a corto plazo y prestarle atención a los
dividendos.

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