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APUNTES

TEMA 4. ESTRUCTURA Y ORGANIZACIÓN FAMILIAR

Fernando Carrasco Pérez-Machado


Psicólogo. Psicoterapeuta familiar y de pareja
2000

1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS

2. CONCEPTOS BÁSICOS

3. FUNCIONAMIENTO DE LA FAMILIA

1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS

Si rastreamos los orígenes teóricos de la Escuela Estructural en


terapia familiar, podríamos remontarnos hasta el “Funcionalismo estructural” de
Talcott Parsons o el “Interaccionismo simbólico” de George H. Mead (Martínez
de Velasco, 1990).

Pero aquí nos interesan más los factores personales e históricos que
influyeron en la personalidad de quien -sin encontrarse entre la primera oleada
de terapeutas familiares- fue desde finales de los años 60 el que hizo emerger
y difundirse la terapia familiar “estructural” como uno de los enfoques más
populares e influyentes en el campo.

Me refiero a Salvador Minuchin, de familia judía y de procedencia


argentina que llegó a Estados Unidos después de ejercer como médico en el
ejército israelí. Fue en Nueva York donde hizo la especialidad en psiquiatría
infantil y estudió psicoanálisis en un Instituto especializado de la ciudad,
atraído por Sullivan y los psicoanalistas “culturales” (Fromm, Horney, Erickson).
Y fue allí también donde se encontró con la terapia familiar a través de un
artículo de Don Jackson sobre la homeostasis familiar, y con la revolución

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social en marcha en el país, que estaba muy en consonancia con las
características de su personalidad y de sus inquietudes políticas, pero que él
intentó aplicar en un contexto de familias desestructuradas y de clase
socioeconómica baja, para quienes los otros modelos de terapia familiar en
boga de Ackerman en la costa Este y Jackson en la Oeste, no resultaban muy
adecuados.

La orientación estructural fue configurándose progresivamente por


las mismas exigencias de las condiciones sociales de los chicos de la Wiltwick
School, pertenecientes a familias de los guettos negro y portorriqueño.
Minuchin y sus colaboradores tuvieron que desarrollar un enfoque terapéutico
que se basara en la inmediatez de la realidad presente, se orientara a la
solución de problemas que causan sufrimiento tangible y que, sobre todo, fuese
contextual y tuviese en cuenta el entorno social que forma parte del problema y
es causa del mismo.

Fruto de aquella primera época es el libro “Families of the slums”,


publicado en 1967 y nunca traducido al castellano. El análisis de este tipo de
familias y las orientaciones terapéuticas para trabajar con ellas, no han sido
nunca mejoradas.

Cuando unos años después Minuchin fue nombrado director de la


Clínica infantil de Filadelfia ésta también se encontraba en un ghetto negro de
la ciudad y tenía solamente una docena de profesionales a su servicio. Cuando
Minuchin se retiró diez y ocho años más tarde y dejó Filadelfia, la Clínica
contaba con un staff de 300 personas y era una de las clínicas infantiles
mayores y más prestigiosas del país, incorporada al Hospital infantil de la
Universidad de Pennsylvania.

Entre los colaboradores de Minuchin durante esa etapa estuvieron


Braulio Montalvo, Harry Aponte y, sobre todo, Jay Haley que aún siendo un
terapeuta familiar “estratégico” contribuyó de una manera significativa al
desarrollo tanto de la teoría como del repertorio técnico de los terapeutas
estructurales.

El enfoque ecológico de Auerswald y la terapia de redes de Speck,


quienes trabajaron con Minuchin durante un cierto tiempo, influyeron también
sobre la escuela estructural -según historiadores de esta misma escuela- que
empezó a incluir en su trabajo con familias a otros sistemas externos a la
familia nuclear.

Han sido, pues, dos “marcas de contexto” en el trabajo de Minuchin


con las familias, las que han configurado un estilo propio de la escuela
estructural que lo distinguen del de otras escuelas: los problemas de niños y
adolescentes, es decir del subsistema filial y los problemas de familias de
clase baja.

Fue en los años 60 y a partir de su trabajo en Nueva York cuando


Minuchin y su equipo entraron en contacto con los pioneros de la Terapia
Familiar en USA: Virginia Satir en Palo Alto, el grupo de Yale (Fleck y Lidz) y

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Lyman Wynne con sus familias de esquizofrénicos. Todos ellos tenían en
común que decían rechazar el psicoanálisis y creían aportar un enfoque más
verdadero, complejo y eficiente que los demás. La diversidad provenía en muy
pequeña parte de los fundamentos teóricos y mucho mas del estilo de trabajo y
de los poblaciones con las que se hacía clínica.

Minuchin fue perfilando su propio estilo terapéutico en consonancia


con su historia y su personalidad, que él definió posteriormente como “centrado
en la relación, la distancia y la proximidad, las coaliciones y las alianzas”
(Minuchin, 1994, p.51). Y buscando una “metáfora heurística” que trasmitiera el
carácter predecible y limitado de las funciones en una familia, empezó a pensar
que la familia, al igual que el cuerpo, tenía una “estructura subyacente” que no
impone a las personas el modo de funcionar pero sí establece algunos limites y
organiza el modo como prefieren funcionar.

A partir de ese momento, Minuchin y la terapia familiar “estructural”


aparecen unidos casi como un todo. Sus colaboradores y sus discípulos han
podido añadir ciertos aspectos técnicos o aplicar el modelo a campos
específicos: Harry Aponte al marco escolar (1976), Stanton y Todd a los
pacientes toxicómanos (1984), L.Onnis a los pacientes psicosomáticos (1990),
entre otros.

Pero al igual que asociamos a Whitaker con la escuela


“experiencial”, a Bowen con la “terapia de sistemas”, o a Haley con la escuela
“estratégica”, Minuchin ha sido justamente vinculado con la Escuela Estructural
tanto en la época “gloriosa” de su auge y desarrollo, como en la época más
reciente de críticas por parte de feministas o narrativistas.

2. CONCEPTOS BÁSICOS

El fundamento teórico del modelo estructural de terapia familiar se


basa en el axioma del estructuralismo de que “el todo y las partes pueden ser
explicadas convenientemente solo en términos de las relaciones que existen
entre las partes” (Lane,1970).

Como todos los fenómenos sociales humanos son considerados


expresiones de esas conexiones entre partes de un todo, afirman que todos los
“productos humanos”, sean conductuales, lingüísticos, institucionales o
materiales, comunican esencialmente una relación social. El estructuralismo
aborda todos los fenómenos humanos con la intención de identificar los
“códigos” que regulan la relación humana. Este abordaje constituye el método
estructuralista de observar y ordenar los fenómenos humanos.

Si los códigos que regulan las relaciones humanas son la forma, las
pautas operativas de esas relaciones son el contenido o la manifestación de

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esos códigos. La estructura psicológica del individuo es considerada como
interdependiente con la estructura social de la persona y esa estructura social
es tratada como el medio a través del cual el individuo funciona y se expresa a
sí mismo.

Se asume, por otra parte, que el sistema social que con más
frecuencia forma la base de la socialización individual es la familia y por eso la
terapia estructural ha sido implementada primordialmente a través de
intervenciones familiares. Ello no obsta para que el enfoque eco-estructural en
la terapia, que es una parte importante del movimiento terapéutico estructural,
se esfuerce por incluir, junto con la familia, a otros sistemas sociales (red,
comunidad, escuela...) como contribuyentes a la estructura de la conducta
humana y por trabajar con estos sistemas para promover el cambio.

En toda esta larga descripción del modelo se utilizan los siguientes


términos o constructos:

1. “Estructura”: el conjunto de códigos reguladores tal como se


manifiestan en las pautas operativas, gracias a las cuales las personas se
relacionan entre sí con el fin de llevar a cabo sus funciones.

2. “Funciones”: son los modos de acción con los que el sistema


desempeña sus objetivos: disciplinares, afectivos, directivos... y sus tareas
esenciales de apoyar la individuación y proporcionar un sentimiento de
pertenencia a sus miembros.

3. “Operaciones”: son esas funciones actualizadas en actividades


específicas; la función parental de disciplina es actualizada cuando, por
ejemplo, la madre marca a la hija la hora de volver a casa por la noche.

El repertorio de estructuras -dominantes o subordinadas- que cada


familia desarrolla para desempeñar sus funciones a través de operaciones
recurrentes adopta un carácter tan único para cada familia, como la estructura
de la personalidad lo es para cada individuo.

Además del contexto social y étnico de cada familia que también la


imprime un estilo peculiar en cuanto a crecimiento y supervivencia, los
terapeutas estructurales han identificado dentro de la familia tres Dimensiones
estructurales que aparecen significativamente asociadas con ciertos
problemas clínicos. Todas y cada una de las operaciones contienen estas tres
dimensiones, aunque dentro de la terapia alguna de ellas pueda tener mayor
relieve según el problema de que se trate o el foco que cree el terapeuta. Estas
dimensiones son:

1ª . Límites: son “las reglas que definen quienes participan y de qué


manera” (Minuchin, 1977, p.88) en cada transacción. Definen quién está fuera y
quién está dentro de una operación, y dictan los roles que los que están dentro
desempeñarán entre sí y frente al mundo exterior, al desarrollar esa actividad.

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La unidad familiar implicada en la operación puede ser un solo
miembro de la familia con exclusión de todos los demás, o alguna combinación
de miembros familiares con alguna persona ajena a la familia. Son ellos en
cada caso quienes definen los roles a desempeñar con respecto a las
operaciones de una función determinada.

La función de los límites es la de proteger la diferenciación del


sistema. Para un adecuado funcionamiento familiar los límites deben ser claros
y suficientemente permeables.

2ª. Alineación : es la unión u oposición de un miembro del sistema


familiar respecto a otro miembro, en el desarrollo de una operación. Esta
dimensión incluye -pero no está limitada- los conceptos de :

“coalición”: proceso de unión de dos personas contra una


tercera persona.

“alianza”: proceso por el que dos personas comparten un


interés común, excluyendo a una tercera persona.

Dentro de los límites de cada familia, los miembros tienen pautas de


acción conjunta o de oposición mutua frente a las numerosas actividades en
que deben participar en cuanto miembros de un subsistema o de esa familia.

3ª. Poder: es la influencia relativa de cada miembro en el resultado


de una operación. No es un atributo absoluto sino que depende de:

− el tipo de operación y el ámbito donde se ejercita.

− las actitudes activas o pasivas de los demás miembros y las


posibles combinaciones entre ellos.

En cualquier serie de operaciones, los límites y la alineación definen


qué miembros de la familia están dentro o fuera, a favor o en contra, pero no
explican la energía que activa un sistema y le mantiene durante la acción.
Estas dimensiones estructurales dependen del poder para mantener la acción y
explicar el resultado.

Me gustaría terminar esta presentación sobre la base teórica de la


escuela estructural en terapia familiar con los Axiomas fundamentales que
inspiran su modelo y que lo distinguen de otros modelos psicológicos y
terapéuticos de corte psicodinámico o conductual.

1.- La vida psíquica de un individuo no es exclusivamente un


proceso interno. El individuo influye sobre su contexto y es influido por este en
secuencias de interacción constantemente recurrentes. El individuo que vive
dentro de una familia es un miembro de un sistema social al que debe
adaptarse y en cuyas características, a su vez, influyen los efectos de sus
propias acciones pasadas.

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2.- Las modificaciones en una estructura familiar contribuyen a la
producción de cambios en la conducta y en los procesos psíquicos internos de
los miembros de ese sistema.

“En terapia familiar, la transformación o la reestructuración del


sistema familiar conduce al cambio o a una experiencia nueva del individuo.
Por lo general, no cambia la composición de la familia. El cambio se produce
en las “sinapsis” en el modo con que algunas personas se relacionan entre sí”.
(Minuchin, 1977, p.166).

3.- Cuando un terapeuta trabaja con un paciente o con una familia


como paciente, su conducta forma parte del contexto. Terapeuta y familia se
unen para formar un nuevo sistema, el terapéutico, que a partir de entonces
gobierna la conducta de todos sus miembros.

Ya en el año 1974 Minuchin planteó como un axioma y premisa


básica de su terapia familiar lo que muchos años después sería uno de los
grandes descubrimientos de la Cibernética de segundo orden: que el
observador no está nunca fuera y al margen del sistema observado.

3. FUNCIONAMIENTO DE LA FAMILIA

Minuchin es de los que “creen” en la familia y “quieren” a la familia.


Por su propia experiencia personal, sus raíces culturales y étnicas y sus
opciones clínicas y políticas.

“En todas las culturas, la familia imprime a sus miembros un


sentimiento de identidad. La experiencia humana de identidad tiene dos
elementos: un sentimiento de pertenencia y un sentimiento de separación. El
laboratorio en que estos ingredientes se mezclan y se proveen es la familia, la
matriz de la identidad”. (Minuchin, 1977, p.80).

La familia es el primer agente socializador del niño al moldear y


programar su conducta y su sentido de identidad. Acomodándose a los grupos
familiares y asumiendo las pautas transaccionales de la estructura familiar que
se mantienen a través de los diferentes acontecimientos de la vida, el niño va
adquiriendo su sentido de pertenencia a una familia específica.

El sentido de separación y de individuación también se logra a través


de la participación en diferentes subsistemas familiares o en diferentes
contextos familiares, al igual que a través de la participación en grupos
extrafamiliares. Siendo la matriz de sus miembros, la familia también debe
acomodarse a la sociedad y garantizar alguna continuidad a su cultura.

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La familia es un sistema abierto en transformación constante que
recibe y envía inputs de y desde el medio extrafamiliar y se adapta a las
diferentes demandas de las etapas de desarrollo que enfrenta.

Una familia funcional sería aquella que ofrece a sus miembros:

− un sentimiento de identidad al self y de pertenencia a un grupo


estable y acogedor.

− un sentimiento de autonomía y de individuación frente a los otros


integrantes del sistema familiar y a los sistemas extrafamiliares.

“La familia normal no puede ser distinguida de la familia anormal por


la ausencia de problemas” (Minuchin, 1977, p. 85). Por eso el terapeuta debe
disponer de un esquema conceptual del funcionamiento habitual familiar que le
ayude a poder analizar cada familia.

Un Esquema basado en la concepción de la familia como un


sistema que opera dentro de otros contextos sociales específicos, tiene tres
componentes:

1º.- La estructura de la familia es la de un sistema sociocultural


abierto en proceso de transformación.

2º.- La familia sufre un desarrollo, moviéndose a través de una serie


de etapas, que requieren una reestructuración.

3º.- La familia se adapta a las circunstancias cambiantes de modo


tal que mantiene una continuidad y fomenta el crecimiento
psicosocial de cada miembro.

Por una parte el sistema familiar se mantiene a sí mismo regulando


la conducta de sus miembros mediante sistemas de constricción tanto
genéricos como idiosincrásicos. Ofrece resistencias al cambio y toda
desviación que vaya mas allá del umbral de tolerancia del sistema, excita
mecanismos que restablecen el nivel habitual mediante requerimientos de
lealtad familiar y maniobras de inducción de culpabilidad.

Pero por otra parte, el sistema familiar debe ser capaz de adaptarse
cuando las circunstancias cambian. Su propia continuidad dependerá también
de su disponibilidad de pautas transaccionales alternativas y de su flexibilidad
para movilizarlas cuando sea necesario. Solo transformándose la familia no
perderá esa continuidad que proporciona un marco de referencia y de
contención a sus miembros.

“El sistema familiar se diferencia y desempeña sus funciones a


través de sus subsistemas” (Minuchin, 1977. p. 87). Los individuos son
subsistemas en el interior de una familia. Pero los subsistemas pueden
formarse también por razón de la generación, el sexo, el interés o la función.

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Minuchin resalta tres Subsistemas fundamentales:

1.- El subsistema conyugal basado en la complementariedad y la


acomodación mutua de la pareja, de forma que cada uno ceda parte de su
individualidad para lograr un sentido de pertenencia. Solo así se convertirá en
un refugio frente a stress externos y en una matriz para fomentar el
aprendizaje, la creatividad y el crecimiento.

2.- El subsistema parental : al nacer el primer hijo el subsistema


conyugal debe diferenciarse para desempeñar las tareas de criar y socializar al
hijo sin renunciar al mutuo apoyo entre ellos. A medida que el niño va
creciendo y sus requerimientos para el desarrollo se incrementan, el
subsistema parental deberá adaptarse a los nuevos factores que actúan en el
campo de la socialización.

3.- El subsistema fraternal es el primer laboratorio social en el que


los niños pueden experimentar relaciones con sus iguales. En el mundo
fraterno los niños aprenden a negociar, cooperar y compartir. Aprenden a
asumir posiciones diferentes en sus relaciones mutuas en el subgrupo fraterno,
que serán significativas para el desarrollo posterior de sus vidas fuera del
ámbito familiar.

BIBLIOGRAFIA
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MINUCHIN., S. et al. (1994). La recuperación de la familia. Relatos de esperanza y renovación.


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APONTE, H. et al. (1981). Structural Family Therapy. En Gurman y Kniskern, edits. Handbook
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8
APONTE, H. (1976). The family-school interview: an eco-structural approach. Family Process.
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UMBARGER, C. (1987). Terapia familiar estructural. Buenos Aires: Amorrortu.

FISHMAN, Ch. (1994). Terapia estructural intensiva: tratamiento de familias en su contexto


social. Buenos Aires: Amorrortu.

ANEXO ∗

Alianza:

Unión de dos o más personas que participan en un interés, actitud o empresa


común. La aparición de una alianza o alineamiento automáticamente tiende a
separarlos de los demás participantes del sistema.

Coalición (Haley):

Unión de dos o más personas en contra de un tercero. Es característica


común de las coaliciones que éstas se den entre individuos que pertenecen a
niveles jerárquicos diferentes del sistema.

Triangulación (Bowen):

Se refiere a la expansión de una relación diádica, agobiada de conflictos, con


el fin de incluir a un tercero (hijo, terapeuta, etc.), lo cual da por resultado el
"encubrimiento" o la desactivación temporal del conflicto.

Fronteras generacionales

Se refieren a los límites / fronteras que hay entre diferentes subsistemas


(conyugal, parental, fratría, filial, familia extensa, social, etc.). El grado de
permeabilidad / impermeabilidad de estas zonas de contacto e intercambio,
es decir, el establecimiento de límites claros pero no excesivamente rígidos
entre los subsistemas es de suma importancia para el funcionamiento


Anexo recopilado por Juanjo Villegas

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familiar, de ellos derivan el resultado del reconocimiento de reglas, el
apuntalamiento de roles, las funciones de los miembros de la familia, etc. La
mayoría de los terapeutas de familia consideran que el desdibujamiento de
las fronteras generacionales y la consiguiente confusión de la jerarquía
familiar son disfuncionales. Los representantes de la terapia estructural, en
particular, tienen como objetivo terapéutico la reestructuración activa del
sistema familiar a fin de poder establecer fronteras generacionales claras
pero no excesivamente rígidas.

Tipología familiar según la permeabilidad de sus límites

Familia aglutinada: es aquella que tiene una excesiva permeabilidad en sus


límites internos. La debilidad de los límites compromete la autonomía de los
subsistemas familiares y tiende hacia el amalgamiento de los miembros.

Familia desligada: es aquella que tiene una escasa permeabilidad en sus


límites internos. La rigidez de los límites compromete el sentimiento de
pertenencia a la familia y tiende hacia el aislamiento de los miembros.

Parentalización

Es la asignación del rol parental a uno o más hijos de un sistema familiar o la


asunción de ese rol por parte del hijo. Implica un modo de inversión de roles.
El grado de disfunción de la parentalización debe ponderarse, se puede tratar
de una perturbación de las fronteras generacionales, de una compensación
justa del hijo hacia sus progenitores o de delegaciones más o menos
coyunturales ligadas al ciclo vital y a las vicisitudes de la vida.

Tríada rígida (Minuchin):

Se refiere a las configuraciones relacionales padres-hijos en las cuales el hijo


es usado rígidamente para desviar o evitar los conflictos parentales. Se
pueden observar tres tipos:

1. cada uno de los padres trata de obtener el apoyo del hijo en su conflicto
con el otro (lealtad conflictiva en el hijo)

2. uno de los progenitores apoya al hijo en un conflicto planteado entre éste


y el otro progenitor (coalición transgeneracional)

3. los padres se unen para controlar a un hijo definido como "malo" o se


unen para proteger a un hijo considerado enfermo (atribución y desviación
de conflictos).

Triángulo perverso (Haley):

Se refiere a la estructura patológica que adopta una relación entre tres


personas, en la cual dos de ellas con diferentes niveles jerárquicos
constituyen una coalición contra la tercera (normalmente existe una
trasgresión de las fronteras generacionales poniendo en peligro la jerarquía
familiar y se niega la existencia de la coalición).

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