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San Juan Bosco (1)

Don Bosco

*N. del A.: Toda la información relativa a San Juan Bosco, ha sido extraida de
"Vita di San Bosco" de G. B. Lemoyne, de la editorial italiana SEI.
Para facilitar la lectura, el texto original del siglo XlX, ha sido adaptado.

Introducción a San Juan Bosco


A primera vista parece un cura cualquiera, digno y recogido, y este
recogimiento interior le confería algo de atrayente. Quien lo encontraba
experimentaba una especial simpatía y reverencia. Sus maneras gentiles
abrían todo corazón. Sus palabras, su comportamiento, toda su acción estaba
infundida por el efecto de la castidad, una sencillez tan grande y una brisa
virginal para convencer y edificar a cualquier persona que se acercase a él,
aunque fuese depravada.

1
LRB. Tomado de https://digilander.libero.it/raxdi/spa/index10.html Se le corrigieron errores de ortografía y
algunos de gramática o de conversión electrónica de tipo de documento, posiblemente de Word a PDF y
viceversa.
Para todos era un amigo, un consolador un padre. Detestaba los discursos
inútiles, hablaba despacio y con mucha gravedad. Su bondad era
extraordinaria. Consumió su vida para gloria e Dios y la salvación de las almas,
su hablar, su obrar tendía sólo a este ideal. Sacó de lo sobrenatural una fuerza
insuperable, un alma maravillosa, una heroica paciencia, para tener éxito en
cada empresa.

De Dios recibió una gran inteligencia, una mente preparada, una gran memoria
y un temperamento resistente al cansancio. Él consagró todas estas
portentosas facultades al Señor. Era docto en latín y griego, leía hebreo,
hablaba francés y entendía el alemán, (2) competente en filosofía, teología,
derecho, historia, geografía, ciencia sagrada y profana hasta sorprender a los
expertos. Dotado de una memoria extraordinaria, leía un libro sin olvidarlo
jamás.

Desde pequeño destacaba por lo Sobrenatural, mediante sueños y visiones y


ser apóstol de los jóvenes. Él se adhirió con todo el corazón a esta misión y el
cielo le concedió ayudas extraordinarias.

Ordenado sacerdote, inició su obra en forma concreta y sin dudar en realizar


Oratorios. El descubrimiento del Oratorio, narra Don Bosco: "Es recoger en los
días festivos el mayor número de jóvenes, los cuales, por descuido de sus
parientes, por abandono o por forasteros, iban errantes por la ciudad: yo
buscaba que asistieran a las sagradas funciones y al catecismo. Aquí, sin
embargo, atraídos por el amor de los juegos, por los regalos y las buenas
maneras, se quedaban felices bajo el cuidado de los asistentes. Y mientras
tanto, por la mañana, tienen la oportunidad de acercarse a los Sacramentos,
de asistir a Misa y de escuchar un breve sermón adaptado a su edad. Luego,
por la tarde, tras algunas horas de sana diversión, se recogían en la capilla
para el catecismo, el canto de vísperas, para la instrucción y la Bendición. En
pocas palabras, el descubrimiento del Oratorio es el de reunirlos para hacerlos
honrados ciudadanos y buenos cristianos".

La degradación en que vivían los jóvenes, siempre en busca de un pedazo de


pan, de un techo para pasar la noche, indujo a Don Bosco a crear un Internado
para dar asilo a esta pobre juventud. Con la ayuda de la Divina Providencia
edificó en Valdocco, en la ciudad de Turín, estructuras adecuadas a los jóvenes
internos. Estas obras, con el tiempo, se desarrollaron de forma sorprendente,
despertando mucha admiración.

Luego debió proporcionarles alimento, ropa y una adecuada instrucción. Fue


cocinero, sastre, realizaba las tareas domésticas: partía leña, cosía pantalones,
barría los dormitorios y pelaba las patatas. Después, organizaba escuelas
nocturnas y diurnas, no sólo para los huéspedes internos. Asumió la función de
Maestro y enseñó las profesiones de zapatero, carpintero y tipógrafo. Más

2
LRB Aquí el comentarista olvida mencionar el idioma natal de Don Bosco, que era el Piamontés y el
primer idioma diferente que aprendió luego: el italiano.
tarde organizó clases de gimnasia. De sus excelentes escuelas salieron
talentosos profesores, músicos... y en el transcurso de veinte años formó
también a dos mil quinientos sacerdotes.

Para mantener las obras, él, que no poseía renta alguna, se confió a la caridad.
Y la infinita misericordia lo ayudó obrando, por su medio, milagrosas
curaciones: mudos que hablan, ciegos que ven, enfermos que de inmediato se
curan: todo ocurre apenas Don Bosco recita una oración a María Auxiliadora.
La fe construyó en dos años, con el dinero recibido de manos anónimas,
dejando en su puerta una nota escrita: "Por gracia recibida".

Para combatir y llevar a cada corazón el amor de Dios, Don Bosco combatió el
pecado y la herejía, mediante la predicación, la publicación de obras literarias
sumado a su caridad y ejemplo. Los adversarios intentaron inútilmente
suprimir su vida con varios atentados, pero la Virgen vigilaba desde lo alto
para preservar la vida del Santo y particular devoto.

Afrontó con sus jóvenes el cólera, que en Turín se convirtió en un azote de


muerte. Y mientras todos huían de la epidemia, él llevaba a los moribundos a
sus internados para curarlos y aliviarlos. Ninguno de sus colaboradores
enfermó: la terapia querida por Don Bosco para quedar inmunizados fue:
"Mantenerse en Gracia de Dios y no cometer pecados mortales".

Don Bosco obraba curaciones milagrosas y poseía el don de la profecía, predijo


acontecimientos públicos y la muerte de personas importantes, a muchos
anunció la curación de gravísimas enfermedades. Hechos extraordinarios
fueron la multiplicación de alimentos como el pan, castañas, nueces y Hostías
Consagradas. Podía escrutar un lugar a larga distancia para comprobar lo que
allí sucedía: por ejemplo, cómo se portaban sus jóvenes en el Oratorio,
mientras él estaba ausente.

Era llamado "el hombre de los consejos", puesto que conseguía en poquísimo
tiempo resolver dudas, así como espinosos y enredados asuntos. Era
consultado de palabra, y por escrito, por innumerables personas. Incluso dos
Papas, Pío lX y León Xlll,lo eligieron como arbitro para valorar delicados
asuntos relacionados con la Iglesia y el Estado. Pío lX lo llamaba tesoro de
Italia. León Xlll, el Hombre providencial. Obispos, Arzobispos se encomendaban
a sus oraciones y, arrodillándose, querían ser por él bendecidos. Reyes y
Reinas, príncipes y princesas querían verle. oírle, incluso muchos hombres de
Estado, de todo color y partido, le profesaban gran veneración.

Pío IX
Describe a Don Bosco con estas palabras:
"... el venerable Don Bosco pertenece a esa clase de hombres escogidos entre
toda la humanidad...Una figura cuya magnificencia no podía ser oscurecida,
escondida o disminuida por la humildad de su alma...Una figura magnífica muy
dominante y arrolladora; un figura completa, una de esas almas que de alguna
manera comenzó dejando gran huella de sí, tan maravillosamente equipada
por la vida, con la fuerza y el vigor de la mente, con la caridad del corazón,
con la energía del pensamiento, con la alta e iluminada inteligencia, con el
vigor del ingenio ... aquel que se dice el docto, el pensador ...

El secreto de todo estaba en su corazón, en la ardiente generosidad de sus


sentimientos. No todos pueden seguir los caminos luminosos, pero es
profundamente consolador encontrar algo que imitar de su vida, como la
laboriosidad y la oración. Ésta, en efecto, fue una de las más hermosas
características de Don Bosco, la de estar presente en todo, atareado en una
multitud de asuntos, entre una gran cantidad de preguntas y consultas, y tener
siempre elevado el espíritu, donde la serenidad residía imperturbable, donde la
calma imperaba en él, hecho realidad el principio de la vida cristiana: el
trabajo con la oración.

Uno se pregunta: ¿cuales el secreto de todo este milagro de trabajo, de


extraordinaria expansión y de grandioso éxito? ... La explicación, la clave de
todo este magnífico misterio se debe a su perenne inspiración, es más, oración
a Dios... Su vida fue un verdadero y gran martirio, una idea de trabajo colosal,
que daba la impresión de cansarse sólo con verle. Una vida de paciencia
inalterable, inagotable, de verdadera caridad...un continuo martirio en la
dureza de su vida mortificada, frágil, que parecía fruto de un continuo ayuno.
Es por lo que Don Bosco volvió a entrar a su sitio: entre estos campeones de la
fortaleza cristiana profesada hasta el martirio."

León XIII
León XIII lo comparó a San Francisco de Asís, por su defensa de la Iglesia y
del romano Pontífice, de él dijo:

"Don Bosco fue el gran educador de los nuevos tiempos por su insuperable y
habitual amabilidad, por la más sublime caridad, al único descubrimiento de
hacerse patrón de los corazones para dárselos a Dios. El Señor mismo siempre
le ha sostenido, guiado, ayudado en la obra de apostolado. Su misión fue
clara: de inmediato cuando la Virgen María, en uno de los primeros sueños, lo
exhorta a ganar los corazones con la mansedumbre y la caridad, a instruir a
los jóvenes sobre la fealdad del pecado y la preciosidad de la virtud. Y estos
sueños seguirán hasta el final de su vida. Él fue asistido desde lo Alto para
educar y dirigir el alma de los jóvenes".

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Si usted quiere lograr esta alegría y adquirir las virtudes, escuchar la invitación
de Jesús: "Todo lo que pidáis en la oración, recibiréis" (Mt 18:20). De hecho,
sin oración, ningún camino espiritual es posible, ni se pueden seguir las huellas
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siguientes interesantes páginas.
Vida
Nacido en Castelnuovo d’Asti el 16 de Agosto de 1815 y falleció en Turín el 31
de Enero de 1888. Don Bosco fue un cura Santo según el corazón de Dios.
Desde niño se sintió llamado por el Señor a través de sueños divinos y a ser
apóstol de la juventud. En este siglo, ya decaído el mito de Napoleón, será el
tiempo del resurgimiento de revoluciones, de grandes desórdenes y de
industrialización, donde la Iglesia es considerada una enemiga opresora.

Notas Biográficas
Tiene sólo dos años cuando muere su padre y sobre su madre cae el peso del
sustento. Ella luchará con todas sus fuerzas contra la carestía para mantener a
la familia unida y transmitirá un sólida fe a su hijo. Fe a la voz interior que
había oído: "No con golpes, sino con la mansedumbre y la caridad debes ganar
a estos pequeños amigos. Instrúyeles sobre la fealdad del pecado y la
preciosidad de las virtudes", el joven Juan Bosco empieza a instruir a los
compañeros en la religión.

Las estratagemas como los cuentos de divertidas historias con trasfondo


moral, espectáculos de destreza, juegos de prestidigitación eran especialmente
adaptados para atraer a los jóvenes junto a sí. Terminada la diversión,
acostumbraba a decir: "Aun hay cosas hermosas por ver, pero antes recemos
juntos una oración" y, tras la plegaria, hacía un pequeño comentario del
Evangelio dominical. Los jóvenes quedaban fascinados, no sólo por su
habilidad, sino por sus buenas maneras, por la pureza de ánimo y por su
carisma.

A los 16 años comenzó a frecuentar la escuela del pueblo para completar la


instrucción elemental y un curso de latín, sucesivamente continuó los estudios
hasta clases de gimnasia. Poseía un gran talento y memoria prodigiosa.
Explotó sus capacidades, superó en un año tres cursos para terminar este ciclo
a la edad de 18 años con honores.

Dotado de buena voz, aprendió canto, violín y el órgano. Aprendió el oficio de


sastre, carpintero y de herrero. Sabía recitar de memoria parte de los clásicos
como Dante, Petrarca, Taso, Parini, Monti y clásicos latinos como Cicerón,
Salustio, Quinto Curcio, Tito Livio, Cornelio Tácito, Ovidio, Virgilio y muchos
más.

A los 25 años Juan Bosco entró en el seminario, en el convento de Chieri y


permanecerá seis años. Los compañeros, conociendo su erudición, se hacían
repetir las lecciones hasta convertirse en su amigo, consejero, siervo,
enfermero. En el seminario lo llaman el "Padre" por su santidad de vida. En
Junio de 1841 fue ordenado Sacerdote.
Terminados los estudios salió del Seminario para entrar en el Internado
Eclesiástico ubicado junto a la Iglesia de San Francisco en Turín, para estudiar
moral práctica, predicación, francés, español y algo de inglés. En este lugar
permanecerá dos años. En este periodo inicia, con un sencillo catecismo, la
obra de los Oratorios, que con el tiempo prosperó más allá de toda rosada
expectativa.

Ultimada la preparación al Sacerdocio, cultiva en la intimidad el proyecto de


entrar en la vida religiosa. Lo bloquean las palabras de su Director Espiritual
Don Cafasso: "Mi querido Don Bosco, abandona toda idea de vocación
religiosa...continua tu obra en favor de los jóvenes. Ésta, y no otra, es la
voluntad de Dios". Don Cafasso, iluminado por Dios, conoce la misión que el
Señor le reserva a Don Bosco, llamado a convertirse en el apóstol de la
juventud.

Enviado a Valdocco, a la Pía Obra del Refugio, desplazó a esta sede el Oratorio.
Pasan dos meses y al Santo le conceden dos habitaciones y una pequeña
Capilla junto al Hospital, que él dedicará a San Francisco de Sales: ésta fue la
primera Iglesia del Oratorio.

La actividad de Don Bosco es incansable: predica, confiesa, publica folletos en


defensa de la religión, entre ellos: "Corona de los siete dolores de María", "El
devoto ángel Custodio", "Signos históricos sobre la vida de Luigi Comollo", su
gran amigo, luego elevado al honor de los altares; al final, un compendio de
"Historia Eclesiástica y de Historia Sagrada".

En 1845, muchos soldados austriacos militan bajo la bandera del Piamonte y


para poderlos asistir en los hospitales y confesarles, aprende rápidamente el
alemán. Frecuenta las cárceles y allí obra muchas conversiones que obtiene
con muchas oraciones y sacrificios personales. Llega la inesperada noticia del
cierre del Oratorio, puesto que los locales sirven para dar alojamiento a los
sacerdotes.

La Virgen María alivia la angustia de Don Bosco y mediante una visión lo guía a
una nueva sede temporal: pide y obtiene la utilización de la Capilla de los
Molini para dar catecismo a los chicos. En el mismo año prepara y publica
"Historia Eclesiástica", que es un testimonio de la fe para la salvación de las
almas y de su amor por el Papado.

Llega todavía un desahucio y la Virgen María, a través de una visión, lo


conduce a la búsqueda de una nueva sede. Así alquila tres habitaciones y los
inicia en la catequesis, forma escuelas nocturnas para sus 200 jóvenes, pero
aun no hay paz. Por un presunto disturbio causado por los otros inquilinos del
inmueble, es expulsado.

No encuentra otras casas, así alquila un prado y allí reúne a los jóvenes que,
mientras tanto, crecieron hasta los 400, confiesa, reza el rosario, abastece
pequeños desayunos y meriendas, les inicia en cantos religiosos, los lleva a
Misa en distintas parroquias. Esta reunión atrae la atención de la Jefatura de
Policía que empezó a vigilar a Don Bosco, luego con la intervención de las
autoridades públicas, se le desahucia nuevamente, pero a pesar de ello la meta
definitiva se acerca.

Como previsto por una ulterior visión, le fue ofrecido un cuchitril de una única
planta, un cobertizo y un pedazo de tierra, todo en estado pésimo, pero
igualmente lo aceptó. Aquí se trasladó en el mes de Abril, en la solemnidad de
Pascua. Enseguida construyó una capilla donde, entre otras, impartía clases de
catecismo.

En esta nueva localidad la salud de Don Bosco, ya frágil, se agrava y los


médicos le aconsejan tomarse una temporada de reposo absoluto, pero él
encuentra tiempo de escribir y publicar "El Enólogo italiano", el "Sistema
Métrico Decimal" y "Los Siete Domingos y la novena a San Luís Gonzaga".
Reemprende la actividad tras un par de meses pero, en el mes de Julio,
enferma de bronquitis con grave inflamación y en breve tiempo se encuentra
en el final de su vida.

Los remedios humanos no dejan ninguna esperanza, entonces sus jóvenes


recurren a los celestiales. Divididos en equipos se turnan desde la mañana a la
noche en el Santuario de la Consolata, a rogar a la Virgen para que conserve
con vida a su padre y amigo. Otros velaban en oración toda la noche. Tanta
movilización obtiene del Cielo la gracia de la curación.

Tras el periodo de convalecencia vuelve en el mes de Noviembre de 1846 al


Oratorio junto a su madre Margarita, con ella se establece en la casa confiada
en Valdocco. En la extrema pobreza organiza catequesis y escuelas nocturnas
para los chicos. Enseña música y canto coral. El municipio de Turín, está tan
sorprendido que, otorga un premio a Don Bosco por la promoción de la música.

En 1847, instituye la "Compañía de San Luís". Los jóvenes que deseen


adherirse deben observar los deberes del buen cristiano y acercarse con
frecuencia a los Santos Sacramentos. Para combatir la herejía, el Santo escribe
"El joven proporcionado" para promover el fundamento de la religión y
conservar la fe. En su dormitorio, un estruendo continuo no le dejaba dormir:
el fenómeno fue eliminado cuando el santo derrumbó el muro del desván y
descubrió un cuadro de la Santísima Virgen.

En el mismo año, en Abril, ofrece a los jóvenes huérfanos, privados de todo,


un henil para comer y dormir. De este primer dormitorio se desarrollará una
obra que dará asistencia a más de mil personas. Don Bosco, junto a su madre,
reparte comidas, realiza arreglos domésticos, corta leña, pela patatas y cocina.

Sufre un atentado: un delincuente le dispara para matarlo, pero el proyectil


pasa entre el brazo izquierdo y las costillas: lo dejan ileso. Siguen otros
atentados de sus enemigos que quieren eliminarlo, por envenenamiento,
puñaladas, agresiones, pero sale ileso.

Al año siguiente estallan violentas sublevaciones políticas. Pío lX huye de Roma


y se refugia en Gaeta. Don Bosco, para refutar los errores de los enemigos,
publica la segunda edición de la "Historia Eclesiástica". El Seminario de Turín
se clausura y Don Bosco hospeda a algunos sacerdotes en su Oratorio. En
1849, para rebatir a quienes vilipendian a la religión, publica el periódico
religioso "El amigo de la juventud". En estos tiempos difíciles muchos
sacerdotes se acercan a él para recibir lecciones de Teología Moral y
prepararse al examen de la confesión.

Entre 1848 y 1849 todos los seminarios fueron cerrados por la guerra y los
seminaristas encontraron hospitalidad en el Oratorio de Valdocco; único
seminario que permanece abierto en Piamonte durante 20 años. Todos los
gastos corren a cargo de Don Bosco. En le mismo año funda la obra "óbolo de
San Pedro", para aliviar la pobreza de Pío lX exiliado en Gaeta.

En 1850 funda la "Sociedad de mutuo socorro", en la que los socios pagan


cada Domingo un sueldo y en caso de enfermedad reciben 50 céntimos al día
hasta el restablecimiento de su salud. Al año siguiente, confiando en la Divina
Misericordia, comienza a erigir una iglesia y para obtener la ayuda materna de
la Virgen María, se acerca al Santuario de la Virgen de Oropa.

En 1852 explota el polvorín pero la iglesia que él está construyendo, aun cerca
del tremendo estallido, no sufrió daños. La Virgen protegió esta importante
obra, que será terminada y bendecida dos meses después. Terminada esta
actividad, comienza los trabajos para ampliar el Internado. Casi terminada la
tarea, una parte del muro y una gruesa columna se derrumban.
Comenta Don Bosco: "El diablo no quiere que amplíe el instituto y recoja a
nuevos jóvenes, pero nosotros lo haremos para su fastidio". A pesar de las
dificultades llega a terminar los trabajos al año siguiente.

Passa un anno ed inizia una campagna contro la propaganda protestante con le


"letture cattolice” Pasa un año e inicia una campaña contra la propaganda
protestante con las "lecturas católicas" que serán reeditadas y reimprimidas en
1882, bajo el nombre "El católico en el siglo". En el Internado abre una escuela
en la que él era el Maestro de los zapateros, sastres, encuadernadores y en los
años siguientes, además de carpinteros tipógrafos y sombrereros.

En 1854 llega a Turín una epidemia de cólera. Don Bosco se compromete junto
a sus jóvenes a asistir a los infectados hasta en los lazaretos. A pesar de los
muchos muertos, él y sus colaboradores quedaron inmunes del contagio.

Mientras el gobierno prepara una ley para confiscar los bienes de la Iglesia,
Don Bosco tuvo un sueño premonitorio que anuncia grandes funerales en la
Corte y, a través de un escrito, advierte al Rey. Su Majestad, mal aconsejado,
elude estos consejos y pierde a la Reina María Teresa, a su mujer María
Adelaida, al Príncipe Fernando de Saboya y al hijo Víctor Manuel, pero, a pesar
de los lutos, aprueba la ley. En el mismo año propone a sus ayudantes hacer
voto de caridad y les pone el nombre de "Salesianos".

En 1885 Don Bosco publica "Historia de Italia contada a la juventud", que


enseguida alcanzará las 31 ediciones. El texto es, de tal modo eficaz, que el
Ministro de Instrucción Pública lo adopta como libro de texto en las escuelas
públicas. Amplía el Oratorio y, en estos nuevos locales, da inicio a las tres
primeras clases de gimnasia para los jóvenes dei Internado y para los
externos. De inmediato abre también una escuela elemental católica diurna.

En 1858, Pío lX lo exhorta a fundar la "Sociedad Pía" con el objetivo de llevar


adelante su preciosísima obra, les concede también la indulgencia plenaria
para alcanzar sólo en el momento en la que el alma se separe del cuerpo.

En 1859-60 en el Oratorio completa las cinco clases gimnásticas. Don Bosco,


en el 18 aniversario de la fundación de los Oratorios, invita a sus colaboradores
a inscribirse en la "Sociedad Pía", a la que llama "San Francisco de Sales". La
asamblea ruega a Don Bosco aceptar el cargo de "Superior Mayor".

Es sospechoso de conspiración política. Un sueño le advierte de una inminente


persecución, así el Santo lleva sus escritos donde pueda generar la menor
sospecha posible. La persecución se llevó a cabo, pero nada comprometedor
fue probado.

En 1862, 22 nuevos miembros de la "Sociedad Pía" hicieron un voto de


pobreza, caridad y obediencia, mientras el Oratorio dispone de una Iglesia,
cinco clases de gimnasia, la escuela de zapatero, encuadernador, herrero
tipógrafo y de música vocal e instrumental. Mantiene las escuelas abiertas el
Domingo hasta la noche. Los alumnos del internado son alrededor de 600.

En 1863, Don Bosco escribe a Pío lX para prepararse a hacer el sacrificio de


Roma, porque quedará presa de la revolución. Abre el Instituto en Mirabello
Monferrato, llamado "Pequeño Seminario de San Carlos". Antes de escoger al
personal se acerca al Santuario de Oropa para recibir iluminación de la Virgen
María.

En 1864, Bosco tiene una salud enfermiza, sangra por la boca y logra con
dificultad digerir el poco alimento diario, pero aun está alegre y no cesa de
trabajar solícitamente. Gestiona dos institutos educativos, uno con 700
alumnos. En Octubre abre un tercero en Lanzo Torinese llamado "Colegio de
San Felipe Neri".

En 1865 pone la primera piedra para construir un nuevo Santuario para


dedicarlo a María Auxiliadora de los cristianos", en Turín. Luego empieza un
viaje a Milán, Brescia, Padua, Venecia, Florencia, donde es acogido
solemnemente.
En 1886 se presenta la epidemia de la peste. Terminada la guerra con Austria,
comienza una tremenda persecución contra los obispos. Don Bosco es llamado
por Pío lX para resolver los asuntos entre el Estado y la Iglesia. La Virgen no
deja de multiplicar las curaciones obradas mediante Don Bosco, para que el
Santo obtenga el dinero que le permita la construcción del Santuario.

Se llega a Roma en 1867 y es acogido como un príncipe por las adineradas


familias romanas. Narra Pietro Angelini: De la mañana a la noche es asediado
por una cantidad de personas de toda clase, sexo y condición, que desean
verle y hablarle, por lo que nunca tiene hora fija para comer, dormir o
descansar. La fama de su santidad es conocida por todas las casas. Su salud
empieza a sufrir... creo que le falta adoptar algún tipo de disposición para no
caer enfermo.

Durante la audiencia Pío IX le exhorta a escribir minuciosamente cualquier


hecho sobrenatural que guarde relación con la Obra de los Oratorios. Requiere
su ayuda para arreglar el conflicto entre el Estado relativo a la grave situación
de los Obispos en Italia: le hace redactar una lista de candidatos para el cargo
de Obispo y le invita a abrir una Casa Salesiana en Roma.

Don Bosco advierte muchas veces al Papa de las conjuras secretas de la


masonería que traman contra él en la misma Roma. Le hace ver que algunos
conspiradores están excavando una galería, para colocar una bomba bajo el
Colegio Romano... de momento no le creen, pero tras una exhaustiva
investigación se encuentra realmente el subterráneo.

En 1868, Don Bosco publica una voluminosa obra titulada "El católico
proporcionado". En Junio ultima y consagra el templo dedicado a "María
Auxiliadora": una maravillosa Iglesia construida en tan solo 3 años. Fue un
verdadero milagro por su extrema pobreza.

Al año siguiente el Santo Padre aprueba la "Sociedad Pía". No se detiene la


obra literaria de Don Bosco: publica y difunde en toda Italia los volúmenes
"Biblioteca de la Juventud Italiana" que tiene el objetivo de divulgar el
conocimiento de los clásicos italianos antiguos y modernos. Para difundir la
devoción a la Bienaventurada Virgen María, funda un Santuario en Valdocco:
"La Asociación de los devotos de María Auxiliadora".

Vuelve a Roma mientras se inaugura el Concilio Ecuménico Vaticano en 1870.


Don Bosco confirma al Pontífice que ha llegado el momento querido por el
Señor para declarar el dogma de fe sobre la "Infalibilidad Pontificia.

Como predijo Don Bosco con mucha anticipación, Roma es conquistada, y


mientras todos, en la Corte Pontificia, aconsejan al Papa abandonar la ciudad y
buscar refugio en otra ciudad, Pío lX pide consejo a Don Bosco y éste le
responde: "El centinela, el Ángel de Israel se queda en su sitio y está de
guardia en la roca de Dios y en el arca santa".
En 1872, funda "Las Hijas de María Auxiliadora", la rama femenina de los
Salesianos, con el objetivo de instruir a las niñas. En este año, y al siguiente,
vuelve a Roma para negociar entre el Reino de Italia y la Iglesia, tras la
intervención de Bismark que, en nombre del emperador de Prusia, había
intervenido para suspenderlas.

Tras varias vicisitudes la "Sociedad Pía de San Francisco de Sales" y sus


constituciones son aprobadas definitivamente en 1874. Al final de año la Obra
se extiende con más de 59 fundaciones Salesianas en Italia, Asia, África y
América.

En 1876 los chicos del Oratorio superan los 800. Se abren nuevas casas en
Francia y América. Don Bosco funda: "La Obra de María Auxiliadora" una
institución útil para los adultos que desean abrazar el estado eclesiástico; la
"Pía Unión de Cooperadores y Cooperadoras Salesianas", y el "Instituto de las
Hijas de María Auxiliadora", que se expande rápidamente y en 5 años cuenta
con 200 hermanas y 12 casas en Italia y Francia.

En 1878 pone la primera piedra, en lengua corsa, el rey Víctor Manuel en


Turín, para construir un espléndido templo dedicado a "San Juan Evangelista".

En 1880, León Xlll confía a Don Bosco la construcción de un templo en Roma,


para dedicarlo al "Sagrado Corazón de Jesús", pero le advierte que no tiene
dinero. Responde Don Bosco: "No pido dinero sino sólo su bendición ...
edificaré, junto a la iglesia, un Oratorio festivo con un gran Asilo, donde a la
vez puedan ser acogidos en internado y dirigidos a las escuelas y a las artes y
oficios muchos pobres jóvenes". No sólo acepta construir la Iglesia en Roma,
sino que acepta construir otra en La Spezia dedicada a "San Pablo", un Asilo en
Marsella, una Casa del Noviciado en Niza Monferrato. Naturalmente todos los
gastos de construcción corren por su cuenta.

En 1882 se llega a Francia. Narra Don Roncail: "Es imposible descubrir el


entusiasmo que suscita su presencia. De la mañana a la noche es un acudir de
personas que quieren verle". Los mismos periodistas franceses escriben: "Don
Bosco es el taumaturgo del siglo XlX. París está atónita por la conmoción...es
la atracción irresistible que agita a la muchedumbre...las iglesias son muy
estrechas para contener a los fieles que quieren escuchar la Misa de Don
Bosco. El entusiasmo que despierta Don Bosco en París, se encuentra en la
vida de pocos Santos". En ese año llega a terminar la Iglesia "San Juan
Evangelista" en Turín.

En 1884, comienza a escribir el libro "Memorias" para terminarlo dos años


después. En sus numerosos viajes se acerca, sobretodo, a Francia, para
recoger fondos para el Oratorio: por todas partes se agradece a la Virgen
María, las gracias recibidas.

Vuelve la epidemia del cólera y Don Bosco, junto a los Salesianos, abre sus
casas para acoger y curar a los enfermos. Escriben los periodistas de la época:
"El pueblo pronuncia el nombre de Don Bosco con veneración y besa el borde
de sus vestidos".

En 1886 llega a España y en este país es acogido con entusiasmo. Allí obra
grandes prodigios. Al año siguiente, en Roma, consagra la Iglesia dedicada al
"Sagrado Corazón de Jesús" que ya ha terminado.

Muere en 1888 enfermo y exhausto tras haber gastado todas sus energías.

Sueños

Don Bosco consideraba sus sueños de procedencia sobrenatural: algunos de


ellos tienen la característica de la profecía, otros carácter pedagógico o de
formación. Narra el Santo: "Las cosas que veo acontecer en mis sueños me
cargan de inmensa responsabilidad. Ellos contienen presagios, revelaciones,
anuncios de muerte, pero también el camino a recorrer y el modo".

Sueño 1
Múltiples fueron los sueños de Don Bosco, más de 150: reproducimos sólo
algunos a modo de ejemplo y de forma resumida.

Molteplici furono i sogni di Don Bosco, più di centocinquanta, ne riportiamo


solo alcuni.

En uno de los primeros sueños de la infancia, la Virgen lo llama al apostolado


con los jóvenes, con estas palabras: "No con carreras, sino con mansedumbre
y caridad deberás ganarte a estos tus amigos. Ponte, pues, inmediatamente a
instruirlos sobre la fealdad del pecado y la belleza de la virtud".

Sueño 2
Misión reconfirmada cuando tenía 19 años, y en otras muchas ocasiones. Le
parecía ver a un misterioso personaje vestido de blanco de luz radiantemente
espléndida, en actitud de guiar a una muchedumbre innumerable de jóvenes.
Se volvió a él diciéndole: "ponte a la cabeza de estos muchachos y guíales tú
mismo".

Sueño 3
... La Mujer se volvió a Don Bosco y le dijo: Estos jóvenes son tuyos. ¿Y con
qué autoridad me dais Vos a estos jóvenes?. No son Vuestros ni míos: son del
Señor. Respondió la Señora: Son mis hijos y a ti los confío. Pero, Cómo haré
yo para dirigir a tanta juventud. Observa, dijo la Señora.
Don Bosco se volvió y vio avanzar a una multitud numerosísimas de otros
jóvenes sobre los cuales Ella echó un gran velo que los cubrió: luego quitó el
velo y he aquí que se vio a aquellos jóvenes transformados en otros tantos
sacerdotes y clérigos. Preguntó Don Bosco: ¿Estos clérigos y sacerdotes son
míos?. Serán tuyos si sabes formarlos.

Sueño 4
Se me apareció en un sueño la Bienaventurada Virgen María y me reprochó no
haber publicado un librito que ensenase a los ricos cómo deben invertir sus
riquezas.

La doctrina de Don Bosco, en este tema, era tomada por muy rigurosa y
prudentemente el Santo había callado: pero ahora se le obligaba a hablar
contra el mal uso de la riqueza. Así publicó un librito titulado "Paraíso abierto a
los ricos mediante la limosna".

Sueño 5
Don Bosco estaba profundamente apenado por la muerte de Domingo Savio,
su hijo espiritual y deseaba saber lo que le había sucedido en la otra vida.

Más o menos un mes después de su muerte, cuenta el Santo: "Vi abrirse el


techo del cuarto donde dormía, y he aquí que en medio de una gran luz,
aparece Domingo con el rostro radiante y alegre, con un aspecto majestuoso e
imponente, y me dijo: estoy verdaderamente en el Paraiso".

Sueño 6
Me parece encontrarme en una tierra salvaje. Vi en ella a una muchedumbre
que la recorría: estaban casi desnudos y su aspecto era feroz. Largas capas de
piel de animal le cubrían las espaldas. Tenían por armas una especie de larga
lanza y la honda. Luchaban entre ellos y con los soldados vestidos a la
europea: el terreno estaba lleno de cadáveres, y he aquí que compruebo en un
lado de la llanura, a muchos personajes, que, por el modo de vestir,
pertenecían a distintas órdenes religiosas. Se acercaban para predicar, pero los
bárbaros, apenas los veían, con furor diabólico y con alegría infernal, los
asesinaban y con feroz tormento los descuartizaban...

Veo a lo lejos un grupo de otros misioneros que se acercaban a los salvajes


con rostro gozoso, precedidos por una muchedumbre de jóvenes. Me fijé con
atención y les reconocí como a nuestros Salesianos. Sospechaba que les
esperaba la misma suerte que a los antiguos misioneros, pero los bárbaros
bajaron las armas, depusieron su ferocidad y escucharon a nuestros
misioneros con especial cortesia. Nuestros misioneros les instruían y ellos
escuchaban con gusto: enseñaban y les comprendían. Rezaban el Santo
Rosario y respondían a la oración. Tras poco tiempo, los Salesianos fueron a
ponerse en el centro de aquella muchedumbre que los rodeaba y se
arrodillaron. Los salvajes depusieron las armas a los pies de los Misioneros...

Sueño 7
Una innumerable multitud de barcos, armados con cañones y armas de
toda clase, avanzan contra una nave, mucho más grande y más alta, escoltada
por muchas otras pequeñas naves. En medio del mar se levanta una estatua
de la Virgen con la inscripción "Ayuda de los cristianos", sobre la otra, mucho
más alta, está una hostia consagrada, de grandeza descomunal, en la
columna, con la inscripción "Salud de los creyentes".

La lucha es tremenda. Todas las naves enemigas intentan asaltar a la nave


más grande: la mística Nave de Pedro, para hundirla; pero no se atreven a
atacarla, pasa de inmediato un soplo por las dos columnas...

Continúa la feroz batalla, el Papa, el conductor de la Nave, golpeado


gravemente, cae, luego se levanta; pero herido por segunda vez, cae de nuevo
y muere. Otro Papa ocupa su lugar: y, superando todo obstáculo, guía la Nave
entre las dos columnas, las ata a ella con dos cadenas y, al instante, la armada
enemiga huye y desaparece: una gran victoria.

Sueño 8
Don Bosco, mientras estaba meditando sobre el modo de hacer el bien para la
juventud, se le aparece la Reina del Cielo: "Me condujo a un jardín encantador,
donde había un rústico, hermosísimo y vasto pórtico... Este pórtico ponía a la
vista una pérgola encantadora, flanqueada y cubierta de maravillosos rosales
en plena floración.

La Virgen me dijo: quítate los zapatos y avanza hacia aquella pérgola. Allí está
el camino que debes recorrer. Comencé a caminar pero las rosas ocultaban las
espinas e hicieron sangrar mis pies. Dado algunos pasos, me vi obligado a
detenerme y luego volver atrás. Se necesitan zapatos, dije a mi guía.
Ciertamente, me respondió. Me puse los zapatos y volví al camino con cierto
número de compañeros, que habían aparecido en aquel momento pidiendo
caminar conmigo.

Me siguieron, pero avanzando por aquel camino, experimentaron dolores en


los pies, tocaba las rosas y sentía las espinas aun más punzantes, que estaban
escondidas bajo las rosas. Aun continué adelante. Mis piernas se enredaron en
las ramas y se hirieron. Incluso las rosas que pendían desde lo alto ocultaban
una gran cantidad de espinas que se clavaban en mi cabeza. Aun, animado por
la Bienaventurada Virgen, proseguí el camino. En tanto, los que me
observaban caminar, y eran muchísimos,, decían: Todo le va bien, pero ellos
no veían las espinas que laceraban mis pobres miembros.

Muchos padres, clérigos y laicos, invitados por mí, me seguían alegres


animados por la belleza de aquellas flores; pero cuando supieron que debían
caminar entre espinas que pinchaban por todas partes, comenzaron a gritar:
"Hemos sido engañados". Cual fue mi dolor cuando vi que una parte de éstos
había desaparecido, y otra parte ya me había dado la espalda y se alejaba.
Volví para llamarlos, pero no me escucharon. Entonces comencé a llorar
diciendo: "¿Es posible que yo solo deba recorrer este camino tan difícil?".

Fui pronto consolado. Veo avanzar hacia mí a una gran muchedumbre de


padres, clérigos y laicos. Precediéndoles, me puse en camino y muchos me
siguieron para alcanzar, conmigo, la meta. Me encontré en otro precioso
jardín, donde fui rodeado por mis pocos amigos, todos delgados, despeinados
y sangrantes. Entonces se levantó una fresca brisa que los curó a todos. Sopló
otro viento y, como por encanto, me encontré rodeado por un número inmenso
de jóvenes, clérigos y laicos e incluso padres, que se pusieron a trabajar
conmigo, guiando a la juventud. ...

Junto a un lugar elevado del jardín vi ante mí un edificio monumental,


sorprendente por la magnificencia y arte, y, cruzado el umbral, entré en una
espaciosísima sala de tal riqueza que ningún palacio puede igualarlo. Estaba
toda decorada y ornamentada con rosas fresquísimas y, sin espinas, de las que
emanaban una dulcísima fragancia.

Entonces la Santísima Virgen, que había sido mi guía, me interrogó: ¿Sabes


qué significa lo que ves y lo que has visto antes?. No, respondí, Os ruego me lo
expliquéis. Ella me dijo: El camino por ti recorrido entre rosas y espinas
significa el cuidado que debes tener con la juventud: tú debes caminar con los
zapatos de la mortificación. Las espinas en la tierra representan los afectos
sensibles, las simpatías o antipatías humanas que distraen al verdadero
educador del verdadero objetivo, lo hieren, lo detienen en su misión, le
impiden proceder y recoger la corona para la vida eterna. Las rosas son
símbolo de caridad ardiente que debe distinguiros a ti y a tus colaboradores.
Las otras espinas, significan los obstáculos, padecimientos y los disgustos que
os tocarán: pero no perdáis el ánimo.

Con caridad y mortificación lo superaréis todo y alcanzaréis rosas sin espinas".


Visiones de San Juan Bosco

Don Bosco estaba angustiado, porque le habían expulsado del local donde
conducía a sus jóvenes para la enseñanza religiosa y las actividades
recreativas, y no sabía adonde llevar a esta querida juventud.

Visión 1
Para ayudar al Santo y sacarlo de esta opresión de espíritu, volvió a consolarlo
un sueño extraordinario que lo cipó toda la noche. Una misteriosa aparición
compuesta de imágenes entretejidas y de episodios repetidos y maravillosos
que convergen en un único punto: el porvenir del Oratorio.

Cuenta Don Bosco: Me pareció encontrarme en una gran llanura llena de una
indeterminada cantidad de jóvenes. Algunos provocaban litigios, otros
blasfemaban. Aquí se robaba, allá se ofendían las buenas costumbres. Una
gran cantidad de piedras invadía el aireluchaban y peleaban. Eran jóvenes
abandonados por parientes corruptos. Yo pensaba irme de allí, pero ví junto a
mi a una Señora que me dijo: Avanza entre auellos jóvenes y trabaja. Yo
avancé, pero ¿qué hacer?.

No ví local para alojar a ninguno: quería hacer el bien. Me dirigí a personas que
desde lejos estaban observando y que habían podido serme de mucha ayuda:
pero ninguna me escuchaba ni me ayudaba. Me volví entonces a aquella
Señora, la cual me dijo: "Éste es el local", y me hizo ver un prado. Le dije:
pero aquí no hay un prado. Ella respondió: "Mi hijo y los Apóstoles no tenían
un palmo de tierra donde reclinar la cabeza".

Volví a mi trabajo, pero esta iglesia resultó estrecha, recurrí entonces a Ella y
Ella me hizo ver otra iglesia mucho más grande, con con una casa adosada.
Luego me condujo a un trozo de terreno cultivado cerca de allí, casi ante la
fachada de la segunda iglesia, me añadió: "En este lugar los gloriosos Mártires
de Turín "Ottavio" y "Avventore" sufrieron martirio. Estas losas fueron bañadas
y santificadas con su sangre: yo quiero que Dios sea honrado de modo
especialísimo".

Diciendo esto, adelanta un pie, pasando sobre el lugar donde ocurrió el


martirio y me lo indicó con exactitud. Yo quería poner una señal para
encontrarlo cuando regresase a este campo, pero no encontré nada a mi
alrededor: ni un palo, ni una piedra, pero conservaba en la memoria el lugar.
En tanto, me vi rodeado de un número inmenso y creciente de jóvenes: pero
mirando a la Señora crecían también los medios y el local: y vi luego una
grandísima iglesia, precisamente en el lugar que me había hecho ver, donde
tuvo lugar el martirio de los santos de la legión "Tebea" con muchos edificios
alrededor y con un hermoso monumento en medio. Mientras ocurrían estas
cosas, siempre en el sueño, tenía como coadgutores a los sacerdotes que me
ayudaban mucho y luego huían.

Yo intentaba con grandes esfuerzos atraerlos hacia mí, pero ellos, poco
después, se iban y me dejan solo. Entonces me volví nuevamente a aquella
Señora, la cual me dijo: "¿Quieres saber cómo hacer para que no se te
escapen?. Coge esta cinta y átala a sus frentes. Cojo reverente la cinta blanca
de su mano y veo que lleva escrita la palabra "Obediencia".

Intenté de inmediato cuanto Ella me dijo y comencé a atar a la cabeza de cada


uno de mis voluntarios coadjutores la cinta, y vi inmediatamente un gran y
admirable efecto: este efecto crecía progresivamente mientras yo continuaba
en la misión a mi confiada, puesto que ellos abandonaban la idea de irse y se
quedaban para ayudarme. Así quedó constituida la Sociedad Pía Salesiana".

Visión 2
Le había parecido a Don Bosco estar en el lado septentrional de Valdocco,
fijando la mirada en el lugar conocido como la Dora, entre los altísimos árboles
que en aquel tiempo adornaban al hoy Corso Margherita, había visto abajo,
cerca del hoy Cottolengo, en un campo de hortalizas, a tres bellísimos jóvenes,
resplandecientes de luz, los cuales estaban erguidos, de pie, en aquel espacio
que en el sueño anterior le había sido indicado como escenario del glorioso
martirio de los tres soldados de la legión "Tebea": lo invitaban a descender y a
acercarse a ellos.

Don Bosco se apresuró, y habiéndolos alcanzado, le acompañaron con gran


amabilidad hacia el extremo de aquel terreno en el cual ya see levanta
majestuosa la iglesia de María Auxiliadora. Aquí, recorrido en breve paseo,
pasando de maravilla en maravilla, se encontró ante una maravillosa Mujer
magníficamante vestida, de indecible belleza, de majestad y esplendor, junto a
la cual vi aun grupo de ancianos con aspecto de príncipes.

A Ella, como Reina, le hacían de séquito innumerables personajes


deslumbrantes de gracia y de riqueza: aparecida en el punto donde estaba
erigido el Altar Mayor del Santuario, invitó al Santo a acercarse; y como los
tenía cerca, le dijo que los tres jóvenes que le habían acercado hasta Ella, eran
los mártires, Solutore, Avventore y Ottavio; casi quería indicarles que ellos
habían sido los patronos especiales de aquel lugar.

Entonces, con una encantadora sonrisa en los labios y con afectuosas palabras,
lo animó a no abandonar a sus hijos, sino a continuar con mayor ímpetu la
obra emprendida. Añadió que había encontrado gravísimos obstáculos, pero
que los había vencido y superado mediante la confianza en la Madre de Dios y
en su Divino Hijo.

Al final les mostró una casa distante, que entonces existía y que había sido
propiedad de un tal Pinardi y una iglesita en el lugar exacto donde está la
Iglesia de San Francisco de Sales, con el anexo construido. Levantando
entonces la derecha, con voz inefablemente armoniosa y digna de veneración
la Señora exclamó: "Esta es mi casa. Aquí está mi gloria". Al sonido de estas
palabras Don Bosco permaneció conmocionado, recogido y la figura de la
Virgen, con toda la visión que le acompañaba, lentamente se desvanecía como
la niebla al sol.

Curaciones
Un día Don Bosco bendijo a un tullido que se sostenía con las muletas
desde hacía 16 años e inmediatamente curó, así tiró las muletas porque
ya no las necesitaba. Yo, Don Dalmazio, pregunté a Don Bosco: "¿Cómo
es que ha quedado curado tras la bendición?". Me respondió el Santo:
"La bendición de María Auxiliadora le ha curado".

Curaciones de Don Bosco

Respondí: "También yo he impartido muchas veces la bendición con la misma


fórmula y no ocurrió nada". Añadió el Santo: "Es porque no tenéis fe".

Para los enfermos fabricaba unas pastillas de miga de pan, o dosis de ella,
conteniendo azúcar o harina de maíz. El tratamiento consistía en tomar éstas
durante 3 ó 9 dias combinadas con un determinado número de Avemarias,
Salve Reginas, con la obligación de acercarse a los Sacramentos. Con esta
receta curaban hasta los enfermos más graves.

Cuenta la señora Carolina Rivolta Guenzati: "Una señora milanesa, sabido que
el venerable Don Bosco se encontraba entre nosotros, vino a honrarlo. Antes,
incluso, de que la señora hablase, Don Bosco le preguntó: "¿Está Vd.
enferma?". Desgraciadamente lo estoy, respondió ella, desde hace un par de
meses, he tomado muchas medicinas, he practicado distintas devociones pero
no han servido de nada. Entonces Don Bosco le dijo: "Haga una novena a
Jesús Sacramentado y rece cinco Padrenuestros, Avemarías y Glorias
añadiendo. Don Bosco me ha dicho que Vos me curaréis y yo quiero curar.
Luego coma y beba". A la mañana siguiente mi familia se maravilló al
encontrar a la señora libre de todas sus molestias que desde hacía tanto
tiempo le afligían.

Desde hacía 9 meses yo guardaba cama, atormentado por una osificación


cancerosa y, consumido por este mal, me traían, además, agudos dolores. Una
parte de la cabeza y la mejilla izquierda estaban también afectados por la
enfermedad. Medicinas de toda clase, consultas de médicos expertos: todo fue
inútil. Llegó Don Bosco a visitarme y, tras haberle contado mi enfermedad, me
dijo que algunos, tras haberse encomendado a María Auxiliadora, habían
obtenido la curación. Me sugirió hacer una novena a María Auxiliadora...

Si obtiene de María la curación-añadió- aportará una ofrenda devota para


continuar los trabajos de la iglesia que se está construyendo en Valdocco, con
el nombre de Maria Auxiliadora.

En el último día de la novena, el Sacerdote consideró oportuno renovar la visita


y me consoló diciendo que pusiese mis esperanzas en María Santísima y, antes
de dejarme, tras una breve oración, me dió la bendición, luego añadió que
mañana celebraría la Misa por mí.

Al día siguiente, mientras comenzaba la misa, yo estaba rezando con mi


familia, y me doy cuenta que estoy mejorando y luego me encuentro
perfectamente curado de un mal que, según los médicos, era incurable. Ahora
estoy curado y poseo una salud mejor que la que gozaba antes de la
enfermedad. Reconozco haber recibido esta gracia de la Madre de Dios, bajo la
advocación de María Auxiliadora.

Turín 26 de Marzo de 1866. Morelli Giuseppe, ya alcalde de Turín.

Mientras el senador Antoni Cotta yacía en el lecho a punto de morir, se


presentó a él Don Bosco. El enfermo apenas le vió le dijo: En pocos minutos
partiré hacia la eternidad. "No", respondió Don Bosco, "la Virgen aun tiene
necesidad de Vd. en este mundo. Es necesario que Vd. viva para ayudarme en
la construcción de su iglesia. Si curo, prometo pagar durante séis meses dos
mil francos para la iglesia de Valdoco". Don Bosco antes de partir había rezado
una oración por el enfermo y le había impartido la bendición.

Tras tres dias Antonio Cotta se presenta en el dormitorio de Don Bosco,


diciendo: "Estoy aquí. La Virgen me ha curado, nadie se lo esperaba. Mi familia
y parientes están estupefactos". Puntualmente pagó las cuotas prometidas y
vivió sano y robusto.

En 1866 Don Bosco llega a Verzuolo mientras azotaba el cólera. Durante la


homilía dice a los fieles: "La Virgen Santísima no ha sido sólo invocada en las
guerras, sino también en las epidemias. Vosotros estáis contagiados del cólera:
yo debo compartir con vosotros mi inspiración. Rezaremos juntos la jaculatoria
"Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores". Desaparecerá el
cólera". Así fue: el cólera cesó y todos quedaron inmunes a la epidemia.

Don Bosco se acerca a la cabecera de un enfermo, una señora que asiste al


enfermo le dice: "En su evolución la enfermedad ha tomado varias formas. En
un par de meses ha degenerado en hidropesía. ha sido operado un par de
veces, pero ya está de nuevo que da pena: los médicos no se atreven a
tocarlo, porque dicen que no soportaría la operación".
Don Bosco se dirige al enfermo: "¿Hace mucho tiempo que se encuentra en
este estado?". Responde el enfermo: "Desde hace 3 años sufro terriblemente.
No puedo hacer el más mínimo movimiento por mí mismo y los médicos no me
dan esperanza de curar".

Dijo Don Bosco: "Vera, señor, tengo necesidad de tres mil francos".

"Bien, si obtiene un poco de alivio a mis males, intentaré complacerle".

Don Bosco reunió en el cuarto a todas las personas de la casa, incluidas las del
servicio, y les invitó a rezar oraciones especiales a Jesús Sacramentado y a
María Santísima...

Acabado de rezar, Don Bosco impartió la bendición al enfermo. En pocos


minutos el paciente se viste, pasea por la estancia, se prepara, baja las
escaleras, sale en calesa al Banco y consigna a Don Bosco los tres mil francos
prometidos, diciendo: "Estoy completamente curado".

Dolores de cabeza que pasan, fiebres que desaparecen, llagas y úlceras que
curan, reumatismos y convulsiones que cesan, curaciones instantáneas en
ojos, dientes y riñones: éstos son los medios utilizados por la divina
Misericordia para suministrar a Don Bosco el dinero necesario para terminar la
iglesia en construcción dedicada a "María Auxiliadora de los cristianos".

Paolo, hijo del Conde Eugenio, tenía el rostro y el cuello deformados por una
hinchazón excesiva. Don Bosco le bendice. Llegada la noche, el médico nota
una ligera mejoría y decide aplicar un corte que en los días anteriores no había
podido practicar. Desde aquel momento la hinchazón empieza a desaparecer y
se consiguió la total curación.

Las dos hijas de la Condesa Calderari eran totalmente mudas. La condesa


expresó todo su dolor a Don Bosco, el cual, le aseguró que si hubiese
contribuido a la construcción de la Iglesia de María Auxiliadora, la Virgen la
habría consolado. "Pero vea que no hablan", dijo con tono desgarrador la
condesa, señalando a las niñas. "Hablarán", repitió Don Bosco. Y así fue.

La Princesa Orsini, aunque casada dese los 18 años no podía tener hijos, por
eso se dirigió al Santo, que le respondió: "Vd. quiere tener un varón, pero el
Señor quiere concederle una hembra. Necesita resignarse y conformarse con
una niña. Ella será su consuelo". Así fue. Tuvo una hija sana y virtuosa, a la
que se le impuso el nombre de María.

Un príncipe napolitano, que sufría vértigos diarios, con una única bendición de
Don Bosco quedó curado.

Don Bosco se presenta en la cabecera de una mujer que yace en el lecho


desde hace mucho tiempo por cáncer. La exhorta a confiar en María
Auxiliadora, la bendice y le manda levantarse al día siguiente, que era
Domingo, salir de casa para oír Misa y hacer una ofrenda a María Auxiliadora.
Apenas Don Boso salió de la estancia, la enferma se siente totalmente libre de
su mal. Toca la campanilla, acude toda la familia y ella anuncia estar curada.

El Dr. Tancioni célebre profesor de medicina y cirugía en la Universidad


Romana, por una grave enfermedad se encuentra en el final de su vida.
perdida toda esperanza en los medios humanos, los amigos le animan a hacer
una novena a María Auxiliadora con la promesa de ofrecer un don a la iglesia
de Valdocco en caso de curación. De la promesa a la curación transcurre media
novena.

Cuenta un señor procedente de Faenza: Mi niño estaba enfermo desde los


cuatro años y no tenía ninguna esperanza de vida. Un amigo me aconsejó
hacer una novena a María Auxiliadora con la promesa de hacer una ofrenda
para esta iglesia. Lo prometí todo y añadí el voto de llegarme a Turín para
hacer mi ofrenda si obtenía la gracia. Dios me escuchó. A mitad de la novena
mi hijo estaba fuera de peligro y goza de buena salud. Ya he cumplido con mi
obligación y bendeciré siempre a la Madre de las Misericordias: María
Auxiliadora.

Narra Teresa Gambone: Mi hija sufría un mal en los ojos desde los cuatro
años. Los médicos decían que era ciega. Don Bosco la bendijo y luego le dijo
que rezara algunas oraciones a María Auxiliadora. Ya está perfectamente
curada.

Llevada en una carreta llega una paralítica. El conductor grita a la


muchedumbre para que se aparte y así acercarse a Don Bosco, pero no puede
seguir adelante. La enferma, que no podía moverse desde hacía tiempo, salta
de la carreta y, abriéndose camino, corre hacia el Santo: sólo cuando está a su
lado se da cuenta de que está curada.

Mi hijo había perdido la vista, los médicos no sabían qué hacer y yo hice la
novena a María Auxiliadora, con la promesa de hacer mis devociones en esta
iglesia, y aquí estoy porque mi hijo está perfectamente curado.

Mi hijo, con problemas desde años por una horrible gangrena en una mano, ha
curado completamente. Los médicos daban pocas esperanzas de salvarlo,
incluso con la amputación del brazo. Fue bendecido por Don Bosco, fue hecha
una novena a María Auxiliadora y ya está curado. Incluso permanecen las
horrendas cicatrices que testifican la gravedad del mal: está completamente
sano.

Don Rúa enferma de una gravísima peritonitis. El mal lo empeora hasta el


límite, y, sintiéndose desahuciado, pide la Extremaunción. Don Bosco le dice:
"Querido Don Rúa, no quiero que tú mueras. Has de ayudarme aun en muchas
cosas". Luego lo bendice. El enfermo comienza de inmediato a mejorar y,
algunos días después, contra todo pronóstico, está fuera de peligro.
En un dormitorio yacen siete alumnos afectados de viruela. Don Bosco les dice:
"¿Tenéis confianza en la Virgen?". Todos respondieron que sí. Reza junto a los
muchachos un Avemaría y después los bendice. De inmediato han curado,
incluso las pústulas han desaparecido.

Pietro Marchino, un joven del Oratorio, cogió una fiebre muy alta. Se metió en
la cama y por la tarde el médico le recetó un calmante; cedió un poco el mal
pero retornó su fuerza. El día de la Ascensión, el pobrecito, viendo que no
mejoraba, saltó de la cama, se vistió y salió por la enfermería, fue a la
sacristía, donde Don Bosco se estaba revistiendo para celebrar misa. Dijo al
joven: "Arrodíllate", lo bendijo y al instante el joven se sintió libre de un gran
peso en su pecho y la fiebre desapareció.

Giuseppina Longhi, una pequeña paralítica de diez años, sufría terribles


convulsiones y no podía tenerse en pie. Había perdido el uso de la mano
derecha y, desde alrededor de un mes, el habla. A pesar de las curas, la niña
empeoraba progresivamente, junto a sus facultades mentales.

La madre la llevó a Don Bosco para que la bendijese y, cuando estuvo ante el
Santo, contó el doloroso caso e imploró su bendición.

Don Bosco la exhortó a tener fe, hizo arrodillarse a la madre, impartió a la


pequeña enferma la bendición de María Auxiliadora y la invitó a hacer la señal
de la cruz...

La niña comenzó a hablar y a gritar: Mamá la Virgen me ha curado. Al oír


aquella voz, la madre lanzó un fortísimo grito y rompió a llorar. "Ya que la
Virgen te ha curado"- añadió Don Bosco - "agradéceselo y reza de corazón el
Avemaría". Don Bosco la invitó a pasear por la habitación y ella caminó
perfectamente. La curación era total.

Un Salesiano del Oratorio corre hasta Don Bosco para decirle que su madre
está moribunda. El Santo le respondió: "Quédate tranquilo, que tu madre no
muere, sino que vivirá un par de años más. Mañana temprano, antes de ir a
casa, pasarás por la sacristía, a las siete y media, y yo te daré la bendición
para tu madre". Temprano le dio la bendición y le dijo: "Se la mando a tu
madre y tú, llegado a casa, la encontrarás perfectamente curada". Así fue.

Un pobre niño que no podía caminar, ni tenerse en pie, fue llevado en una
carreta hasta el Santo. Don Bosco le impartió la bendición de María
Auxiliadora, añadiendo: "Ahora camina". El niño le miró estupefacto, sin
moverse. Él repitió: "Camina". El niño se levantó y se puso a caminar,
instantáneamente curado. Los padres del niño, maravillados, lo acompañaron a
casa, proclamando la fama de la curación obtenida.

Mientras Don Bosco se encuentra en Marsella, escribe Mons. Calogero:


Prodigiosas curaciones se van obrando por sus plegarias. Alguien envió a
buscar a los médicos, para obtener la suspirada curación, manda novenas,
triduos en las iglesias, pero nada. Entra Don Bosco en sus casas, bendice al
enfermo y el pobre paciente se levanta de la cama perfectamente curado. Yo
estaba presente cuando curó a una joven de catorce años de parálisis cerebral
de nacimiento.

La señora Pener estaba enferma de un cáncer incurable. Le dijo Don Bosco: "Al
mediodía levántate y ve a comer". Y mientras Don Bosco salía, la enferma
exclamó: "Pero yo no tengo ningún mal. Estoy curada. Quiero levantarme.
Dadme los vestidos". En efecto, estaba curada.

Milagros

Los aquí expuestos son sólo un pequeño ejemplo de la extraordinaria obra que
este Santo hizo, no sólo en Italia, sino en distintos países de Europa en favor
de los más necesitados. Signos increíbles que han conducido a la fe a una
multitud de personas.

Don Bosco multiplica castañas.

Don Bosco comenzó a repartir castañas asadas pero bien pronto se mostraron
insuficientes para satisfacer a los 650 jóvenes presentes. Aun así el Santo
metía la cuchara y la sacaba llena y la cantidad que permanecía en la canasta
parecía no acabar nunca: terminada la distribución quedaron todavía
bastantes.

Don Bosco multiplica el pan.

No había pan en casa para sus hijitos y el horno no quería servirles más si
antes no saldaban la cuenta. Don Bosco cogió el cesto, que contenía una
veintena de panecillos y empezó a repartir el pan y con gran maravilla
consiguió distribuir los panecillos a todos los presentes, sin que se hubiese
puesto más pan en el cesto.

Don Bosco multiplica las Hostias Consagradas.

El Santo comienza a administrar la Comunión, pero las Hostias Consagradas


eran demasiado pocas, pero él empieza a distribuirlas y entonces ve
multiplicarse las Sagradas Formas de modo que pudieron comulgar todos los
presentes.

Con este milagro, comenta Don Bosco, Nuestro Señor Jesucristo demuestra
cuanto agradece las Comuniones bien hechas y frecuentes.

Don Bosco permanece suspendido en el aire.

Atestigua Don Garrone: Mientras Don Bosco celebraba la Misa, justo en la


elevación, veo, y conmigo todos los presentes, a Don Bosco con un aire de
paraíso en el rostro, que parecía resplandecer toda la habitación. Poco a poco
sus pies se desprendieron del suelo y permaneció suspendido en el aire
durante diez minutos. Tres veces fui testigo de su ascensión durante la Santa
Misa.

Don Bosco resucita a un muerto.

Carlo, joven que frecuentaba el Oratorio, cae gravemente enfermo y en poco


tiempo murió. Apenas Don Bosco regresó, caminó apresuradamente hacia
aquella casa y cuando llegó le dijeron que había muerto hacía horas.
Respondió Don Bosco: "Él duerme y vosotros creéis que está muerto". Fue
conducido hacia la habitación, donde el cadáver estaba ya amortajado para la
sepultura. Dijo: "Dejadme solo". Rezó una oración, lo bendijo y llamó al joven
dos veces: "Carlo, levántate".

El joven quitó la sábana con la mano y abrió los ojos. De inmediato el joven
pidió confesar y se arrepintió de todos sus pecados. Luego dijo a la madre, que
mientras tanto había entrado en el cuarto: "Don Bosco me sacó del infierno".
Permaneció dos horas hablando con el Santo, mientras su cuerpo permanecía
frío. A la pregunta: "¿Quieres ir allá arriba o permanecer con nosotros?".
Respondió el muchacho: "Deseo ir al paraíso". Entonces, respondió el Santo,
"nos vemos en el paraíso". Cerró los ojos y volvió a adormecerse en el Señor.

Don Bosco resucita a otro difunto

La Marquesa Gerolama Uguccioni Gherardi se llegó hasta Don Bosco


llorando y gritando que su hijito había muerto y que el Santo debía acudir con
ella para resucitarlo. Don Bosco consintió y acercándose al lecho, encontró al
niño de tierna edad aun, inmóvil, palidísimo, con los ojos vítreos, el rostro
contraído y sin señales de vida. Dicho por todos, había expirado.
El Santo, de inmediato, invitó a cuantos se encontraban en el dormitorio, a
elevar una oración a María Auxiliadora, luego impartió la bendición a aquel
cuerpecito. Aun no había terminado la fórmula cuando el finado, con un
bostezo, volvió a respirar, a moverse, readquirió el uso de los sentidos, se
dirigió a la madre sonriendo y pronto se recuperó.

Por esta razón, la marquesa, cuando Don Bosco pasaba por Florencia, siempre
lo quería hospedar en su casa dándole mil signos de estima y de respeto. La
Marquesa se convirtió en gran benefactora de las obras de Don Bosco, hasta
merecer ser llamada por los Salesianos "Nuestra buena mamá de Florencia".

Don Bosco cura a una paralítica.

En el pueblo de Caramagna, se presenta hasta Don Bosco, una pobre mujer


que se sostenía en dos muletas...Dice Don Bosco: "¿Qué queréis que haga mi
buena mujer?". Respondió la pobrecita: "Oh Don Bosco, tenga compasión de
mí. Deme su bendición”... "De todo corazón, pero ¿tenéis fe en la Virgen?".
"Sí, mucha”... "Pues arrodillaos".

"Hace mucho tiempo que no puedo arrodillarme: tengo las piernas casi
muertas". "No importa, arrodillaos". Y aquella mujer, por obedecer, se apoyaba
en las dos muletas para intentar arrastrarse hasta tierra, pero Don Bosco,
cogiéndola por debajo de los brazos y por las manos decididamente, dice: "Así
no, arrodillaos bien". En el gentío reinaba un silencio sepulcral: no se oía ni
una mosca y eso que estaban presentes más de 600 personas.

La mujer se encontró rodilla en tierra como por encanto... "Ahora diga


conmigo", dijo Don Bosco, "tres Avemarías a María Auxiliadora". Y tras haber
rezado las tres Avemarías, sin que nadie la ayudase, aquella mujer se levantó
sin sentir los dolores que desde hacía años la oprimían. Don Bosco le puso las
dos muletas sobre las espaldas y le dijo: "id buena mujer y amad siempre a
María Auxiliadora".

Aquella afortunada mujer salió de entre el gentío y se encaminó hacia su casa,


magnificando y agradeciendo a la Virgen y a su benefactor.
Predicciones
Don Bosco poseía el don de la profecía por voluntad divina y usó este carisma
siempre en una forma prudente. Sabía, por ejemplo, con anticipación las
fechas de muerte de sus jóvenes, leyó en sus corazones, reveló el futuro a los
poderosos.

Don Bosco predice un deceso


A la sierva de Don Tasio, que furiosa maldecía contra los muchachos de Don
Bosco, le predijo: "Pobrecilla, no pondremos más los pies aquí porque la
próxima fiesta ella morirá". Y al mismo capellán que los amenazó con no volver
más, le respondió: "Pobre de él, no sabe si ni siquiera otro Domingo estará aun
vivo". Ambos murieron, como predijo, poco después: primero el Capellán y dos
días después la sierva.

Don Bosco prevé el cólera.


Con tres meses de anticipación anuncia a sus jóvenes que el cólera alcanzará
Turín y hará estragos, pero había añadido: "Si hacéis lo que os digo os libraréis
del azote". ¿Qué debemos hacer?, le habían preguntado los jóvenes. "Antes de
nada, vivid en gracia de Dios: llevad al cuello la medalla de María Santísima y
yo bendeciré y daré a cada uno, para este fin, cada día rezar un Padrenuestro,
Avemaría y Gloria, con la jaculatoria de todo mal líbranos Señor".
"Causa de la muerte es, sin duda, el pecado mortal. Si os ponéis en gracia de
Dios y no cometéis pecado mortal, os aseguro que ninguno será tocado por el
cólera, pero si alguno permanece obstinado como enemigo de Dios, y lo que es
peor, osase ofenderlo gravemente, desde ese momento, no podré ser garante
de él ni de ninguno de la Casa". Junto al cólera morbus en la ciudad, Don
Bosco, con otros jóvenes, prestó servicio, más otros jóvenes suyos, en la obra
de asistencia a los enfermos. A pesar de las 1400 víctimas, ninguno de ellos
contrajo el mal.

Gran funeral en la Corte


Le había parecido encontrarse rodeado de sacerdotes junto al pórtico central,
cuando vio avanzar en medio del patio a un funcionario de la Corte, de
uniforme rojo, el cual, pasó ante su presencia con paso ligero, gritando: "Gran
funeral en la Corte".

Don Bosco preparó una carta a Víctor Manuel l, narrando sencillamente el


sueño.

Pasados cinco días Don Bosco soñó de nuevo: le pareció estar en un dormitorio
intentando escribir, cuando oyó los cascos de un caballo en el patio, y en un
tramo, vio abrirse la puerta y aparece el mismo funcionario, de roja librea,
que, entrando en la mitad de la estancia, gritó: "No gran funeral en la Corte,
sino grandes funerales en la Corte". Llegada el alba, Don Bosco dirigió al Rey
otra carta, en la que le contaba el nuevo sueño y le rogó encontrar el modo de
esquivar las amenazas, impidiendo a toda costa la aprobación de la ley que
denigraba a la Iglesia.

Don Bosco prevé el deceso de un joven.


"Yo me encontré con Vos en el patio y, en un tramo, uno de vosotros que sale
de la puerta de la casa y se pone a pasear en medio de los compañeros,
llevaba en la cabeza una especie de cilindro o turbante transparente, todo
iluminado en el interior y con figura de grues luna, en el medio de la cual está
escrita la cifra 22. Sorprendido, intentó de inmediato acercarlo para decirle que
dejase aquella cosa de carnaval, mientras el aire se oscurecía como si se le
hubiese dado una señal de campañilla: el patio se aclara y veo a todos los
jóvenes bajo los pórticos de la casa dispuestos en fila.

Su aspecto manifestaba un gran temor, y diez o doce de ellos, tenían el rostro


cubierto de una gran palidez. Pasé por delante de ellos para observarlos y
aquel que tenía la luna en la cabeza estaba más pálido que los demás y con las
espaldas cubiertas por una capa fúnebre. Me dirigí hacia él para preguntarle lo
que significaba aquel extraño espectáculo, pero una mano me detiene y veo a
un desconocido, de aspecto grave y noble prestancia, que me dice:
"Escúchame antes de acercarte a él: él tiene 22 lunas de tiempo. Antes de que
pasen, morirá. Échale un ojo y prepáralo".

Pasaron 22 meses y el joven Secondo Gurgo di Pettinengo, de 17 años,


murió: cumpliéndose la profecía de las 22 lunas.

Don Bosco predice la caída de un rayo.


Don Bosco dijo a los chicos: Rezad por quien le va a caer un rayo: así los
chicos salieron del dormitorio y rezaron tres Avemarías, para que no hubiese
desgracias esa noche.

Hacía poco que había sonado la media noche y toda la comunidad estaba
sumida en profundo sueño, cuando se levantó un temporal, y tras un cuarto de
hora, se oyó un formidable murmullo que sacudió desde los cimientos de la
casa y aparece como rodeada de llamas. Había caído un rayo sobre el Oratorio.
Del techo, siguiendo un camino, el fulgor penetraba en el cuarto de Don Bosco,
donde rompió un muro, movía la columna de la estufa, echaba a tierra la
estantería de los libros, volcaba la mesa y llevando la electricidad hasta la
cama de hierro, la levantaba del suelo más de un metro y la transportaba
hacia el lado opuesto, rodeándola de luz brillante. Fue un instante: luego la luz
se gasta y la cama se cayó con tal fuerza que el Santo cayó al suelo, donde
perdió el sentido, pero luego lo recuperó. El comentario del Santo fue: "Esta es
una gracia de las más grande que la Virgen María nos ha obtenido del Señor".

Don Bosco predice la lluvia.


Don Bosco dijo a la gente: "Si queréis asistir a la predicación en estos tres
días, si os reconciliáis con Dios por medio de la confesión, si os preparáis de
modo que el día de la fiesta sea una Comunión general, yo os prometo, en
nombre de la Virgen, que una lluvia abundante vendrá a refrescar vuestros
campos"

Desde primera hora de la mañana hasta avanzada la noche, los confesionarios


estuvieron llenos. El día de la Asunción hubo una comunión numerosa como no
se había visto desde hacía tiempo; pero incluso aquel día era soleado.

Don Bosco subió lentamente al púlpito. Tras el Avemaría, parecía que la luz del
sol se había oscurecido ligeramente. Después de poco tiempo se oye el
prolongado ruído de un trueno. Un murmullo de alegría corre por la iglesia. El
Santo se detiene un instante y he aquí que una lluvia directa y continua golpea
las ventanas.

Don Bosco predice una muerte.


En los primeros días del año escolar, Don Bosco había exhortado a sus
muchachos a ponerse en paz con Dios porque, uno de ellos pasaría a la
eternidad antes de Navidad. Ante aquel anuncio entre los niños de primer año
de instituto, se desató un gran pánico y muchos de ellos comunicaron el hecho
a sus familias, algunas de las cuales, sabido de la fúnebre predicción, tras
haberse lamentado a Don Bosco, fueron a comisaría para presentar las más
vivas quejas. Intervino la policía, que le prohibió el uso de tales medios,
aunque querían saber, por Don Bosco, el nombre del que iba a morir y él lo
escribió en un cuaderno: se trataba de Ruggero Giovanni. La profecía se
cumplió.

Don Bosco prevé el futuro de su congregación.


Un personaje de la visión dijo a Don Bosco: "Ven, te haré ver el triunfo de la
Congregación de San Francisco de Sales. Sube esto sobre una piedra y verás".
Era una gran roca en un suelo indeterminado y yo subí arriba. Oh, que vista
apareció ante mis ojos. Hombres y mujeres de todo color, ropaje y nación se
encontraban reunidos. Yo conocía a los de las primeras filas y vi que muchos
eran Salesianos que guiaban, como de la mano, a equipos de chicos y chicas.
Luego venían otros y más que no pude conocer, y menos distinguir, pero era
un número indescriptible. Entonces aquel que me había conducido y
aconsejado, añadió: "Mira y considera, tú no entenderás lo que te digo, pero
estáte atento: todo lo que has visto es toda una cosecha preparada a los
Salesianos. ¿Ves lo inmensa que es la cosecha?. Este campo inmenso en el que
te encuentras, es el campo en el que los Salesianos deben trabajar. Pero,
¿sabes en qué condiciones se podrá llevar a cabo lo que ves?. Yo te lo diré.
Mira: Necesito que tú hagas imprimir estas palabras que serán vuestro blasón:
el trabajo y la templanza hará florecer la Congregación Salesiana. Estas
palabras las explicarás, repetirrás, insistirás e imprimirás el manual que las
explique y haga entender bien que "el trabajo y la templanza son la herencia
que dejas a la Congregación, y al mismo tiempo, serán también la gloria".

Don Bosco predice quien será el nuevo Papa.


A la muerte de Pío IX (3) predice al Cardenal Pecci como nuevo Papa. Así,
catorce días después de la predicción, el Cardenal Pecci, Arzobispo de
Peruggia, es elegido Papa y asumirá el nombre de León Xlll.

3
LRBM O sea el 7 de febrero de 1878 y León XIII fue elegido Papa el 20 de febrero de 1878 pero sólo fue
coronado el 3 de marzo. Del 7 al 20 de febrero hay 13 días y 14 sólo sí el 7 se cuenta como primer día.
Hay que tener en cuenta que el relato habla de la elección de León XIII 14 días “después de la
predicción” no después de la muerte de Pio IX, pero entonces eso querría decir que o bien Don Bosco
hizo su predicción el 6 de febrero, o sea un día antes de morir Pío IX o la hizo el propio día 7 de la muerte
de este. En este último caso, si Don Bosco estaba en Turín o en algún pueblo del Piamonte, no es posible
que en el mismo día llegara la noticia de la muerte del Papa, dada la distancia de Roma a Turín y los
medios de comunicación existentes en 1878. La primera locomotora funcional de vapor fue construida en
1814 por el inglés George Stephenson y la primera línea del mundo entre ciudades fue en 1826 entre
Liverpool y Manchester. El primer proyecto ferroviario italiano (piamontesa – liguriana) fue la línea Turín–
Génova en 1826 pero no se construyó. La primera línea italiana, realmente importante, fue la línea Milán-
Venecia (proyecto de la Lombardía y el Véneto que estaban invadidos por Austria y por tanto su capital era
Viena) el cual se empezó en 1841 y se inauguró en 1857 y cuya idea era extenderlo a Trieste y luego a
Viena (Andrea Giuntini en “El ferrocarril italiano, de sus orígenes a hoy”, pág. 4). Luego Francia y Austria
financiaron la construcción de una línea en la Toscana (Florencia). Pero antes de estos proyectos del norte
de Italia, que aún no era un país unificado, en 1839 al sur, el rey de Nápoles hizo construir una pequeña
carrilera para ir del Palacio Real hasta Portici y era sólo una especie de juguete del Rey para ir al puerto.
En cuanto al centro de Italia, en el caso de los Estados Pontificios, el Papa Gregorio XVI era enemigo del
tren porque consideraba que era obra del demonio y sólo hasta Pío IX, en época de don Bosco, hubo
interés por el tren allí. Es después de la unificación de Italia como un país que se emprende la
construcción de líneas y la conexión entre las regionales ya existentes y anárquicas. Es entre 1861 y 1866
que se produce la gran construcción de líneas, pasando de 2.000 kms a 4.000 kms. En ese período, se
construyó una línea Bolonia-Florencia en 1864 de unos 80 kms, línea poco atractiva y útil para los
piamonteses por tener que desviarse hasta Bolonia y las líneas hacia el norte, desde Roma, se enfocaron
hacia la costa del Adriático lo cual las hacía poco útiles para las provincias noroccidentales como el
Piamonte de Don Bosco, y sólo llegaban hasta Ancona en 1867. En este 1867 se construyó Roma-Pisa y
esta sí sería la vía que podrían usar los piamonteses para ir a Roma, para lo cual debían llegar a Pisa por
otro medio (unos 260 kms Turín-Pisa) y de allí tomar el tren. Tales fueron los trenes hechos por la Derecha
italiana, desde el invento del ferrocarril hasta el nacimiento de Italia en 1871 y la subida de la Izquierda en
1876, enfocados los ferrocarriles a utilidad para la agricultura y a puro transporte de pasajeros y
mercancías conectando ciudades y no bajo el criterio de conectar centros de producción industrial. La
Izquierda los enfoca al desarrollo de la industria y su conectividad, lo cual sí debería disparar el desarrollo
económico a máximo, pero no fue bien implementada porque si bien logró tejer una red ferroviaria, en gran
parte se atendió a los políticos locales enzarzados en luchas e intrigas por tener tren en sus feudos, no
importa si había o no industria. Este boom fue entre 1881 y 1895, comprendiendo en él sólo 7 años de la
vida de don Bosco pues él murió en 1888, siendo esta época aquella en la cual muy posiblemente Don
Bosco haya usado el tren para ir de Turín a Roma.
Don Bosco predice a los Reyes de Nápoles, la
pérdida del Reino.
En 1887 la Reina María Teresa, segunda esposa de Fernando ll, ya rey de
Nápoles, pide a Don Bosco predecir su porvenir para el glorioso regreso a
Palacio, pero sólo recibió esta respuesta: "Majestad, lamento deberlo decir,
pero Vd. no irá jamás a Nápoles". El mismo Rey Francisco le pidió al Santo la
confirmación de la predicción, y éste respondió: "Si quiere que le hable con
franqueza, le dirá a Vuestra Majestad, que jamás subirá al trono". El Rey quiso
saber porqué: el Santo le recordó cómo fue tratada la Iglesia, durante muchos
años, por los Reyes de Nápoles.

Clarividencia de San Juan Bosco


Don Benetti pregunta a Don Bosco cómo hacía para ver cosas y personas
desde lejos. El Santo respondió: "Parece que un hilo telegráfico sale de mi
cabeza. Para establecer la comunicación basta que lleve mi pensamiento al
punto que quiero y de inmediato veo lo que allí se encuentra. Por ejemplo,
estoy aquí en mi dormitorio. Si yo quiero, veo a un joven bajo los pórticos del
Oratorio".

Don Bosco ve en cualquier lugar


Don Bosco había ido a Stressa y antes de partir había confiado la asistencia del
Oratorio a dos jóvenes teólogos, mientras estuviese en esta localidad, y vio a
estos dos muchachos, que se habían alejado de la misión a ellos confiada.

Regresado a Turín, tuvo la confirmación de que ellos, efectivamente, se habían


alejado de la misión.

Don Bosco había ido a Lanzo y nió a dos jóvenes que no asistían a los servicios
religiosos como debían, sino que, tranquilamente, nadaban y tomaban el sol en
el río Dora.

Don Bosco estaba en Bérgamo y, mientras se disponían a escribir una carta,


vio a dos jóvenes del Oratorio que se preparaban, a la vez, para enviarle un
billete. Al día siguiente, efectivamente, el Santo recibe, efectivamente, dos
billetes.

Don Bosco lee los pecados.


Narra Don Rua: Me presenté ante Don Bosco para hacerle mi confesión
general, en aquel tiempo tenía 16 años, y empecé a leerle mis pecados, que
anteriormente había escrito en una larga carta. Él me atrajo hacía sí con
ternura, me quitó la carta y la echó al fuego, quemándola. Me dijo: "Te contaré
tus pecados". Y, en efecto, con gran sorpresa, me los contó uno a uno, justo
como los había escrito.

Don Bosco conoce los sacrificios.


El Santo dijo a un amigo: "Qué hermoso es lo que te está preparado en el
paraíso, por el sacrificio que has hecho". Y me explicó cuanto había hecho en
secreto. Don Bosco tenía la capacidad de leer en el corazón de las personas,
incluso las cosas lejanas.

Don Bosco asegura a una madre.


Una pobre madre, que tenía a su hijo en el ejército, combatiendo en
Lombardía, se llegó hasta Don Bosco con el corazón encogido de preocupación.
Le dijo Don Bosco: "Señora Contessa, sé todo lo que quiere decirme, pero
tenga ánimo, porque esta noche (4) Napoleón firmará la paz y la guerra
acabará". "Es imposible. Vd. me dice eso para consolarme, pero la realidad es
otra".

Al día siguiente, los periódicos publicaban la noticia: que durante la noche se


firmó la paz en Villafranca entre Napoleón, Víctor Manuel y el emperador
Francisco l de Austria.

Don Bosco prevé las persecuciones al Oratorio.


Cuenta el Santo: Me parece ver una banda de merodeadores entrar en mi
dormitorioo, apoderarse de mi persona, revisar las cartas de mi pecho y poner
boca abajo todo escrito. En aquel momento, uno de ellos, con aspecto más
benevolente, me dijo: "¿Porqué no habéis escondido este y éste escrito?". Tras
aquella visión, el Santo, puso en manos seguras cualquier escrito que pudiera
generar sospecha. La minuciosa persecución tuvo lugar, los agentes
registraron en todas partes, pero no encontraron ningún documento
comprometedor.

Don Bosco ve el futuro.


Me encontré en presencia de cosas sobrenaturales. En breves instantes vi
muchas cosas. Estaba la palabra, adaptada al lenguaje de los hombres.
Las leyes de Francia no reconocen al Creador, pero el Creador se dará a
conocer y los visitará tres veces con la vara de su furor:

4
LRBM O sea que esta predicción fue el 11 de julio de 1859 porque la noche de esa fecha se firmó el
Tratado de Villafranca entre Napoleón III, Francisco José I de Austria y Víctor Manuel II, con el cual se
terminó la Guerra Franco-Austriaca.
 La primera vez. Él abatirá su soberbia en las derrotas, con el saqueo y con los
estragos de los recogidos, de los animales y de los hombres.

 La segunda vez. La gran prostituta de Babilonia, la que los buenos llamaron


"Prostíbulo de Europa", será decapitada en medio de los disturbios. París.
París.Antes de armarte en el nombre del Señor, tú te rodeas de casas de
inmoralidad. Pero ellas serán destruidas por tí misma. Tu ídolo, el Panteón,será
incinerado. Tus enemigos te harán sufrir pobreza, hambre, espanto y será la
abominación de las naciones. Pero ay de tí si no reconoces la mano de quien te
golpea. Yo quiero castigar la inmoralidad, el abandono y el desprecio a mi ley.

 La tercera vez. Caerás en manos extranjeras: tu enemigo vendrá de lejos, tus


palacios en llamas, tus habitaciones se convertirán en un montón de ruinas,
bañada por la sangre de tus poderosos que dejarán de serlo. Pero un gran
guerrero del Norte tiene, en su mano derecha,un estandarte en el que está
escrito: "Irresistible mano del Señor".

En aquel instante el venerable Anciano del Lazio le salió al encuentro,


ondeando una antorcha ardientísima. Entonces, el estandarte se dilató y de
negro se convirtió en blanco como la nieve. En el medio del estandarte, en
letras de oro, estaba escrito el nombre de AQUEL que todo lo puede. El
guerreo y los suyos se inclinaron, profundamente, ante el Anciano y se dieron
las manos.

Pero tú, Italia, tierra de bendiciones, ¿quien te ha sumergido en la desolación?.


No digas: mis enemigos, sino los amigos. ¿No oyes que tus hijos piden el pan
de la Fe y no encuentran quien se los reparta?. ¿Qué haré?. Yo vencerá a los
pastores, dispersaré a la grey, para que los se sienten en la Cátedra de Moisés
busquen buenos pastos y el rebaño escuche dócil y se alimente.
Pero sobre la grey y los pastores pesará mi mano: la carestía, la pestilencia y
la guerra harán que las madres lloren la sangre de los hijos y de los maridos
muertos en tierra enemiga.

Y de ti, Roma, ¿qué será? Roma ingrata, afeminada y soberbia. Has llegado al
punto en que buscando a otro, admiras Soberano del lujo, olvidando que tu
gloria y la suya están en el Gólgota... Ya él es viejo, decadente, inerme,
expoliado: sin embargo, con su única palabra, él hará temblar al mundo.
Roma... yo vendré cuatro veces a tí:

 La primera vez. Herirá tus tierras y sus habitantes.

 La segunda vez. Traeré la masacre y el exterminio hasta tus muros.

 La tercera vez. Abatiré a las defensas y a los defensores, y por mandato del
Padre instauraré el reino del terror, del espanto y de la desolación. Pero mis
sabios huyen, mi ley es pisoteada ...
 La cuarta vez. Ay de tí si mi ley es aun un nombre vano. Habrá prevaricaciones
entre los doctos y los ignorantes: y la sangre y la de tus hijos lavarán las
manchas que tú haces a la ley de tu Dios. La guerra, la peste y el hambre son
tus azotes con los que serán golpeadas la soberbia y la malicia de los hombres.
¿Dónde estarán, entonces, Oh ricos, vuestras magnificencias, villas y
palacios?... Se convertirán en los escombros de las plazas y de las calles.

Y vosotros, sacerdotes, ¿Porqué no corréis a llorar, entre la sacristía y el altar,


invocando las suspensión de los azotes? ¿Porqué no cogéis el escudo de la Fe y
no vais sobre los tejados, a las calles, a las plazas, a todo lugar, aunque sea
inaccesible, a llevar semilla de mi palabra? ¿Ignoráis, quizá, que ella es terrible
espada de doble filo, que abate a mis enemigos y que apaga la ira de Dios y de
los hombres?

Inexorablemente, estas cosas deberán venir, la una tras la otra. Pero la Reina
del Cielo está presente. La potencia del Señor está en sus manos. Ella dispersa
a sus enemigos como niebla. Ella reviste al venerable anciano con todas sus
antiguas vestiduras. Llegará aun un violento huracán. La iniquidad está
consumada: el pecado tendrá fin y, antes de que trascurran dos plenilunios del
mes de las flores, la pintará con el arco iris de la paz, que aparecerá en la
tierra. El gran Ministro verá a la esposa de su Rey vestida de fiesta. Sobre todo
el mundo, aparecerá un sol tan luminoso como no lo hubo nunca desde las
llamas del Cenáculo hasta hoy, ni se verá más hasta el último de los días.

Persecuciones
Don Bosco sufría graves sugestiones cada vez que quería emprender
cualquier obra importante para mayor gloria de Dios.

Don Bosco y el enemigo


 "Adormecido, oigo una voz profunda en el oído que me aturde, e incluso
un soplo que me sacude como una tormenta. Son tres noches las que
oigo partir la leña. Estas noches, después, con la estufa apagada, se
enciende el fuego por sí y una llamarada terrible se libera como
queriendo incendiar toda la casa...".

 De noche, a veces, siento una mano misteriosa moverse lentamente


hacia los pies y tirar de la manta... A veces la almohada comenzaba a
columpiarse bajo mi cabeza, justo en el momento en el que voy a coger
el sueño: sólo con la señal de la cruz cesa esta molestia.

 Tras haber rezado alguna oración... apenas estoy apunto de dormirme,


la cama es agitada por una fuerza invisible. Otras veces, la puerta de mi
dormitorio parece ceder bajo el choque de un viento impetuoso. Con
frecuencia, oigo insolentes y espantosos ruidos bajo mi cuarto ...

 De repente, durante la noche,se abre la puerta de mi habitación con un


rugido y veo entrar, con las fauces abiertas, a un horrible mosntruo que
avanza para devorarme. Hago la señal de la cruz y el monstruo
desaparece.

 "Para dormir, me acosté en posición supina, cuando siento un enorme


peso en el estómago, que me oprime hasta casi impedirme respirar ...
Veo la mesa bailar ... otras veces veo una forma que parece un oso, un
tigre, un lobo o una gruesa serpiente de aspecto horrible: los veo
moverse por el dormitorio, se suben a mi cama y luego están allí ...".

 Una noche, mientras intento dormir, el demonio coge la cama, la eleva y


después la deja caer de un modo tan fuerte que un tirón violento recorre
todo mi cuerpo; he tenido la impresión de que la sangre misma se me
iba a salir por la cabeza ... El demonio me molesta todas las noches, ya
moviendo las ventanas ... ya sacudiendo las puertas ... y al final golpea
tan fuerte en la tierra, que parece un disparo de escopeta.

 -La noche en la que Don Bosco acaba de escribir las primeras Reglas de
la Sociedad Pía Salesiana, y estaba terminando ... he aquí que la mesa
se movió, se volcó el tinetero mientras se oían gritos tan extraños que
infundían un profundo terror. El manuscrito, apenas redactado, quedó
todo emborronado hasta quedar ilegible. Así Don Bosco debió
recomenzar su trabajo.

 Cuenta Don Bosco "... Apenas me había acostado, y mientras


comenzaba a dormirme, cuando me siento coger por la espalda y darme
una fuerte sacudida, que me asustó enormemente. Pero, ¿quién eres?-
me puse a gritar. Encendí rápidamente la luz y me vestí. Miré en todos
los rincones de la estancia, pero no encontré nada. Examiné la puerta de
mi cuarto y estaba cerrada. Volví, por tanto, a acostarme, cuando sentí
en el estómago un fuerte peso que me oprimía y casi impedía la
respiración. En este mísero estado pasé toda la noche.

 "Ayer noche me acosté - cuenta Don Bosco - cuando siento pasarme por
la frente, una fría pluma manejada lentamente. Entonces bajé la copa,
pero aquello mano me pasaba la pluma por la nariz y por la boca,
molestándome las narices, de modo que, no me dejó dormir ni pegar
ojo...".

Cazar al demonio y a sus tentaciones.


 Aconseja Don Bosco: "De noche coged esta buena costumbre. Antes de
dormir, pronunciad lentamente alguna oración y veréis que el demonio
no os tentará más. Orad siempre: porque el Señor, viendo en vosotros
tanta confianza y humildad, os dará la fuerza para resistir las
tentaciones y os hará salir vencedores.

Lo que sobre todo os recomiendo, en el caso de que el demonio viniese


a tentaros, es no desalentarse. ¿Queréis aseguraros la victoria?. El
medio mejor es manifestar de inmediato la tentación a vuestro Director
espiritual. El demonio es el amigo de las tinieblas: trabaja siempre en la
oscuridad. Si se le descubre está vencido.

 Una noche - cuenta Don Bosco a sus jóvenes - me pareció encontrarme


en el Oratorio y ver en un rincón del patio a un tipo que escribe con
extraordinaria velociidad. Deseoso de saber quien era y a quien escribía,
intenté acercarme, pero él siempre me rehuía. Finalmente me acerco y
veo que tenía un cuaderno en el que escribía, sobre hojas, por una parte
el nombre de los jóvenes y por el dorso, pinta figura de bestias. Para
uno hay un cerdo, para otro había pintado una lengua de doble filo, para
otros, incluso, orejas de asno bien largas que significaba los malvados
discursos: para otros dibujó un búho y para los deás otros animales.

Ahora te reconozco - me dije a mí mismo. É l hizo otros dos giros por el


patio, y mientras se dedicaba pór completo a su deber, miraba y
escribía, alguien tocó la campana para ir a la iglesia. Entraron los
jóvenes y por último entró él y fue a ponerse en medio de la iglesia y se
puso a observar a los jóvenes. Justo en el momento de la Elevación, se
oyó un fortísimo ruído: desaparece esta siniestra figura y lo hace en un
humo con trozo de cartas, se quemó incluso el cuarderno que tenía en
las manos. Agradecí al Señor el haber ahuyentado de su iglesia al
demonio. Comprendí que escuchar la Misa dispersa todo el beneficio del
demonio: entendí que en el momento de la Elevación es terrible para el
demonio.

 Mientras Don Bosco narra a un grupo de jóvenes las terribles noches de


aquellos tiempos: Pues yo no tengo miedo al demonio- interrumpe un
joven. "Calla, no digas eso" - respondió el Santo - "Tú no sabes qué
fuerza tiene el demonio: si el Señor le diese licencia para hacer, morirías
de miedo sólo de verlo". Y, ¿cómo hacía Vd. para echarlo?. "Yo no he
encontrado el modo de hacerlo huír, sino que por una buena temporada
no aparece más". ¿Y cual es ese modo?. "La señal de la cruz,
ciertamente". Sí pero no basta, se necesita más: la señal de la cruz fue
válida sólo para aquel momento. ¿Con el agua bendita?. "En ciertos
casos, incluso el agua bendita no basta. Lo que es cierto es que no
deseo a nadie encontrarse en aquellos terribles momentos como yo me
encontré: se necesita rezar al Señor para que no permita jamás a
nuestro enemigo gastar semejantes bromas".

Pedagogía
Sólo la juventud bien educada puede ofrecer orden y moralidad, al
contrario que el vicio y el desorden. Sólo la Religión es capaz de
empezar la gran obra de una verdadera y eficaz educación.

Pedagogía de Don Juan Bosco


Don Bosco era simpre afable y, cuando acogía a un nuevo alumno en el
Oratorio, tras haber conquistado su corazón con preguntas joviales, les
preguntaba: "¿Tú quieres ser mi amigo?. Quiero ayudarte a salvar tu
alma. ¿Comprendes lo que quiero de tí?. Quiero que vayamos juntos al
paraiso". Y, entre tanto, su ojo escrutador lo penetraba todo y adivinaba
el carácter, la mente y el corazón. Conocida la capacidad del alumno, lo
atraía hacia sí dulce y fuertemente, como ningún otro estaba en
condiciones de hacer.

El Santo les decía: "Jugad, saltad, divertíos, pero no pequéis". Don


Bosco es el gran buen hombre de este mundo, pero frente a la ofensa a
Dios llega a ser inexorable. Y continuaba: "Seréis felices en la madurez
si al final de la juventud observáis los Divinos Mandamientos, y lo que
os atormentará, más que nada a la hora de la muerte, es el haber
adquirido malas costumbres en la juventud". Después se dirigió a los
educadores: "No dejéis a los alevines nunca solos, en cuanto os sea
posible, precededles al lugar donde deban reunirse: estad con ellos
hasta que se hagan cargo los unos con los otros para asistirlos: sobre
todo que nunca estén desocupados".

A la pregunta del secreto para ser el patrón de muchos corazones,


responde el Santo: "Religión y razón son los dos pilares de mi sistema
de educación. El educador debe convencerse de que todos, o casi todos
de estos queridos jóvenes;tienen una inteligencia natural para conocer
el bien que ellos hacen personalmente, y a la vez están dotados de un
corazón sensible, fácilmente abierto al reconocimiento. Cuando se esté
juntos, con la ayuda del Señor, haced entrad en sus almas los
principales misterios de nuestra Santa Religión, que nos recuerda el
amor inmenso que Dios tiene al hombre: cuando se llegue a hacer vibrar
en su corazón la cuerda del reconocimiento a cambio de los beneficios
que hemos compartido largamente,cuando finalmente con el pilar de la
razón se ha hecho que el verdadero reconocimiento del Señor se
desarrolle y respalde con el querer, con respecto a los preceptos,
especialmente aquellos que inculcan la observancia de nuestros deberes
recíprocos ...

La Religión, en este sistema,hace de bozal en la boca del ardiente corcel


que lo domina: la razón luego hace lo que la brida, que presionando
produce el efecto que se quiere obtener. Religión verdadera, sincera,
que domine las acciones de la juventud: religión que, rectamente
aplicada en los santos principios que regula toda sus acciones. He aquí,
en dos palabras, resumido, el sistema que sigo.

Hay dos sistemas de educación: uno es el represivo y otro es el


preceptivo. El primero tiene como objetivo educar al hombre con la
fuerza, con el reprendimiento o el castigo, cuando ha incumplido la ley,
cuando se ha cometido un falta, el segundo quiere educarlo con la
dulzura, y por eso le ayuda con suavidad a observar la ley misma y se le
suministra los medios más eficaces: éste es el sistema en vifor entre
nosotros".

El sistema represivo.
Este sistema puede impedir un desorden, pero difícilmente mejorará a
los delincuentes: y se ha observado que los jóvenes no olvidan los
castigos, sino que conservan la amargura junto al deseo de sacudirse el
yugo hasta la venganza...

Distinto y opuesto es el Sistema Preventivo. Consiste en dar a conocer


las prescripciones y reglamentos de un Instituto y luego supervisar de
manera que los alevines tengan, siempre sobre ellos, la mirada vigilante
del Director o de los asistentes que, como padres amorosos, hablen
sirvan de guía en cada acontecimiento, den consejos y corrijan con
amabilidad, es decir: impedir que los alevines cometan faltas".

El sistema preventivo.
El sistema quiere infundir en el corazón de los jóvenes el santo temor de
Dios: se inspira en ellos el amor a la virtud y el horror al vicio, con la
enseñanza del Catecismo y con apropiadas instrucciones morales,
dirigidas a mantenerlos en el camino del bien con oportunos y benévolos
consejos, especialmente con las prácticas de piedad y de religión. Más
allá de lo que les rodea, en cuanto que sea posible, de una amable
existencia de creación en la escuela, y en el trabajo: se les anime con
palabras de aliento, sin que olviden sus propios deberes, se les
recuerden de buenos modos y se les llame con buenos consejos. En una
palabra: se usen todos los métodos que sugiera la caridad cristiana,
para que hagan el bien y huyan del mal, y sea éste el principio y la base
de su conciencia, iluminada y apoyada por la Religión.

El educador, que ha ganado el corazón de su protegido, podrá ejercitar


sobre él una gran autoridad, avisarlo, aconsejarlo e incluso corregirlo. El
sistema incluye algunas dificultades que, sin embargo, quedan
disminuidas si el educar se hace con celo a la obra. El educador es un
individuo consagrado al bien de sus alevines, por eso debe estar
preparado para afrontar cualquier disturbio, toda fatiga para conseguir
su fin, que es la civil, moral y científica educación de sus alevines.

Cualquiera que sea el carácter, índule, catadura moral de un estudiante


en la época de su aceptación, los parientes pueden estar tranquilos, que
su hijo no empeorará y puede dar por seguro de que se obtendrá una
mejoría. Ante ciertos niños que durante micho tiempo fueron el azote de
sus familias y, por eso, rechazados en sus casas, enseñad según estos
principios, cambiaran de actitud, carácter si se le dan buenos hábitos y
ocuparán honradas profesiones en la sociedad, llegando a ser el sostén
de la familia, útiles ciudadanos y buenos cristianos.

En concreto el sistema está establecido así: el Director más que


supervisor es padre; los demás superiores, como mucho, hermanos. Los
alevines son los hermanos menores. El afecto y la confianza unen a los
miembros de la familia, porque aquellos educan paternalmente y éstos
son guiados por el amor.

La frecuente Comunión, la Misa diaria son las columnas que deben regir
un edificio educativo, desde el que se quiere tener lejos la amenaza y la
vara. Nunca obligar a los jóvenes a frecuentar el Santísimo Sacramento,
sino sólo animarles y ampliar su comodidad para aprovechar. En el caso
de los Ejercicios Espírituales, se ponga en relevancia la belleza, la
grandeza, la santidad de la Religión que propone los medioa más fáciles,
tan útiles a la sociedad civil, a la tranquilidad de corazón, a la salvación
del alma, como precisamente son los Santos Sacramentos.

No olvidemos la dulzura de los modos:gánaos los corazones de los


jóvenes mediante el amor; recordad siempre la máxima de San
Francisco de Sales: "Se atrapan antes a las moscas con dos gotas de
miel que con toneladas de hiel"..

Consejos:

 Consideradlos como a tus hermanos: amabilidad, paciencia y respeto.


He aquí las claves de su corazón.
 Hacedles estudiar sólo lo que puedan y no más. Haced leer y atended al
texto del libro sin disgresiones.
 Preguntadles muy a menudo, invitadles a leer, a exhibir, a leer y a
exhibir.
 Siempre animadles, jamás humilladles: animad cuando se pueda, nunca
despreciad.

Los jóvenes necesitan estar siempre ocupados. Más allá de la escuela


regular es necesario participar en más: en lecciones de música, de canto
y de declamación. Así su actividad es mantenida en útil ejercicio. Si no
los ocupamos nosotros, se ocuparán por sí, y ciertamente con ideas no
buenas. Se preste atención a la conveniencia de los vestidos.

Sólo la Religión Católica es capaz de ascender al hombre venciendo a la


juerga, la lujuria y a la ambición y a practicar la templanza, la
honestidad y la modestia. La dignidad del mundo no dan la verdadera
felicidad. El hombre puede sólo ser feliz cuando practica la virtud.

Cartas
Informamos de algunos documentos escritos por los Papas Pío lX y León
Xlll acerca de Don Bosco.

Pío IX
Al predilecto hijo Sacerdote Juan Bosco,salud y Bendición Apostólica. En
la carta que nos escribiste el nueve del último Noviembre, vimos una
nueva prueba de tu singular fe, piedad y reverencia hacia Nosotros y
hacia Nuestra Suprema dignidad. Comprendemos, hijo predilecto, cual
es el dolor de tu ánimo y el de otros Eclesiásticos en esta gran confusión
de Italia y en la rebelión de algunas provincias aledañas de nuestro
dominio temporal ...
La Fe misma de Italia está en peligro: una gran cantidad de libros y
diarios se divulgó, no sólo por la ciudad, sino, incluso, por los pueblos de
la Península: no sólo en el país del Piamonte, sino hasta en la Toscana y
en las provincias limítrofes, los protestantes vomitan el veneno de sus
maladades, teniendo a tal fin, institutos escolares, lo mismo
clandestinos que públicos, a los cuales, con premios, se esfuerzan por
atraer a la pobre e incauta juventud.

En esta tempestad, suscitada por Satanás, Nos, en la humildad del


corazón, sumamente agradecemos a Dios, que con su gracia soporta y
conforta a los Obispos italianos a custodiar, con intrepidez a cada uno a
su propia grey, el depósito de la fe ...

No podemos luego expresar con palabras dde consolación, lo que nos


aportó aquella parte de su carta, por la cual sabemos que las presentes
calamidades de este tiempo, por tu mayor presteza, oh Huji Predilecto,
y la de otras personas eclesiásticas, con la predicación de la palabra de
Dios y con la difusión de buenos libros escritos, unidos al ánimo y al
celo, os esforzáis a más no poder, en oponeros a las conjuras de los
enemigos de la Iglesia. No hay cosa más excelente que este obrar, y no
hay cosa más útil que promover y fomentar la piedad en el prójimo.

No quedará privada de fruto tu excelente solicitud por los muchos


jóvenes, que ingresan en los Oratorios en los dias festivos y diariamente
en las escuelas, en horas oportunas, se harán aun más fervorosos, sea
por las enseñanzas cristianas, sea por la frecuencia de los Sacramentos.
El cuidado que tienes a los pobres jóvenes acogidos en tu Hospicio,
obtiene de día en día muy feliz éxito y acrecienta el número de los que
podrán llegar a ser, luego, útiles ministros de la Iglesia.

Continúa, Hijo Predilecto, la carrera que has emprendido para gloria de


Dios y utilidad de la Iglesia. Soporta, si te viniese, cualquier tribulación,
y sostén con grandeza de ánimo las tribulaciones del tiempo presente.
Nuestra esperanza está puesta en Dios, el cual, por la protección de la
Reina del Cielo y Señora del mundo, María Virgen Inmaculada, nos
librará de estos grandes males y consolará a su Iglesia
afligida,haciéndola triunfar sobre sus enemigos ...

Nos, rogamos ardientemente al mismo Dios que te custodia y que, con


su paz, os cubra con su diestra y os defienda con su santo brazo. Prenda
de celestial ayuda, deseamos que sea la Apostólica Bendición, que con
efusión y afecto de corazón paternal y con amor te impartimos, Hijo
Predilecto e incluso a los alumnos y discípulos y a todos los que se
ocupan de estas pías obras, o las frecuentan.

Dado en Roma, junto a San Pedro, el 7 de Enero de 1860, año décimo


cuarto de Nuestro Pontificado.
PIO PP. IX

DECRETO. Pío XI declara beato a Don Bosco


Hay otros hombres que viven para curar tales llagas, para suscitar la
caridad en aquellas ruinas, hombres no menos grandes, mucho más
grandes en el bien, grandes por el amor por la humanidad, grandes en
el hacer el bien a los hermanos, en socorrer sus necesidades, de los
hombres que pasan suscitando una verdadera admiración, llena de
simpatía, de reconocimiento, de bendición justo como el Redentor de los
hombres, cuyo nombre por los siglos en bendición.

El Venerable Don Bosco pertenece a esta categoría, a la de los hombres


en toda la humanidad, y a los colosos de benéfica grandeza, una figura
que la Divina Providencia concede al Santo Padre mismo el gran bien,
por Él siempre apreciado y que en aquel momento apreciaba más que
nunca duplicando y multiplicando en el recuerdo la alegría de la
bellísima circunstancia,de ver muy cerca, en una visión no breve y en un
encuentro no momentaneo a una figura cuya magnificencia, ni siquiera
la inmensa, la insondable humildad de aquella alma conseguía ocultar ni
reducir; una magnífica que moviéndose entre los hombres, derivándose
por sus casas como el último llegado, como el último de los huéspedes,
todos reconocían como la primera, como la figura de gran, larga,
dominante y cautivadora: una figura completa, una de aquellas almas
que de cualquier manera empezó, había dejado gran rastro de sí, estaba
maravillosamente equipada por la vida, con la fuerza y el vigor de la
mente, con la caridad del corazón, con la energía del pensamiento, del
afecto, de la obra, con la luminosa, vasta y alta inteligencia, con la no
común, de hecho ahora, no ordinario vigor del ingenio, de aquella
inteligencia que justamente se dice tal, el ingenio de un hombre que
habría podido verdaderamente podido conseguir lo que se dice el docto,
el pensador. La llave de oro. El secreto de todo esto estába en su
corazón, en la ardiente generosidad de su sentimiento.

Papa León Xlll


Exhorto a las cosas más necesarias para la Iglesia. Si quieren dispersar
las piedras del Santuario; abatir el muro y la muralla, y así sembrar la
confusión en la Ciudad y en la Casa de Sión. No lo conseguirán, pero
harán mucho mal. Al Supremo Regidor de la Iglesia en la tierra le toca
proveer, reparar los destrozos que hacen los enemigos. El mal empieza
por la deficiencia de los Trabajodores Evangélicos. Es difícil encontrar
levadura en los acomodados; por ello se buscan con máxima solicitud
entre la azada y el martillo, sin cuidarse de la edad ni de la condición.
Se reúnen y se cultivan hasta que sean capaces de dar los frutos que los
pueblos esperan. Todo esfuerzo, cada sacrificio hecho para este fin es
siempre poco en comparación del mal que se puede impedir y del bien
que se puede esperar.

Los hijos del claustro, que hoy viven dispersos, se reúnan y si no


pueden formar dies casas, se esfuercen en construir una sola, pero con
toda la observancia reglamentaria. Los hijos del siglo, tomados por la
luz de la observancia religiosa, irán acrecentando el número de los hijos
de la oración y de la meditación.
Las familias religiosas recientes son llamadas por las necesidades de los
tiempos. Con la firmeza de la fe,con las obras materiales, deben
combatir las ideas de quien en el hombre vé sólo materia. Los que con
frecuencia desprecian a quienes rezan y meditan, se verán obligados a
creer en las obras de las que son testigos oculares.
Estas nuevas instituciones tienen necesidad de ser sostenidas y
favorecidas por los que el Espíritu Santo pone para regir y gobernar a la
Iglesia de Dios.

Papa León Xlll


A Don Bosco: Tendrán miedo de ir contra Vos. Vos, en fecto, con medios
pobres, hacéis obras colosales. Incluso Vos, conocéis la obra de vuestra
misión, y el bien que ella puede aportar a la Iglesia. Vos tenéis la misión
de hacer ver al mundo que se puede ser buen Católico y a la vez buen y
honesto ciudadano: que se puede hacer un gran bien a la pobre y
abandonada juventud en todos los tiempos, hurtando la mala costumbre
de la política y siendo todavía buenos católicos. El Papa, la Iglesia, el
mundo entero piensa en Vos, en vuestra Congregación y la admira. Y el
mundo, u os ama u os teme. No sóis Vos, sino Dios el que obra en
vuestra Congregación. Su crecimiento admirable, el bien que se hace,
no tiene origen en causas humanas; Dios mismo guía, sostiene y lleva a
vuestra congregación. Decidlo, escribidlo, predicadlo. Es éste eñ secreto
que os ha hecho vencer en cada obstáculo y a todo enemigo.

Oraciones
Extraidas de "Plegarias en la memoria de San Juan Bosco".

Oraciones a San Juan Bosco


La vida de San Juan Bosco era una plegaria constante. Decía Don Bosco:
"Orar quiere decir levantar el corazón a Dios y entretenerse con Él, por
medio de los santos pensamientos y devotos afectos. Por eso, cada
pensamiento y cada mirada a Él es oración cuando está unido a un
sentimiento de piedad".

 Quien piensa en el Señor y en sus infinitas perfecciones, y en este


pensamiento experimenta un afecto de alegría, de veneración, de amor,
de amor, de admiración,ora.

 Quien considera los grandes beneficios recibidos del Creador y lo


reconoce, ora.
 El que en los peligros de su inocencia y de la virtud, consciente de su
propia debilidad suplica al Señor ayuda, ora.

 Quien en la contricción del corazón se dirige a Dios y recuerda que ha


ultrajado al Padre, ofendido al Juez y ha perdido el más grande de los
bienes, pide perdón y propone enmendarse, ora.

La plegaria es una compañera inseparable de la vida cristiana, porque la


vida cristiana es esencialmente una vida espiritual: es el primer
alimento del Espíritu, como el pan lo es del cuerpo.

He aquí como debería ser hecha la plegaria según Don Bosco:

1. Quien ora no debe tener conciencia de pecado mortal.


2. Debe orar inspirado por la fe, porque sin ella es imposible rezar bien.
3. Rezar con mucha humildad.
4. Orar, en primer lugar, por las cosas espirituales: como el perdón de los
pecados, la luz para conocer la voluntad divina y nuestros errores, la
perseverancia en las virtudes. Después, por los bienes temporales, la
curación, los medios que necesitamos para vivir.
5. Orar en nombre de Jesús para obtener de Dios, por los méritos de
nuestro Divino Salvador.
6. Orar con la convicción de ser escuchado.
7. Il El Señor oye, de modo especial, la oración hecha en el momento de la
Elevación de las Especies Sacramentales. Id con frecuencia a visitar al
Señor y el demonio no os vencerá.
En la oración diaria hacía repetir tres veces la jaculatoria: Querida
Madre, Virgen María, haced que se salve mi alma, seguida de un
Avemaria.

PARA OBTENER GRACIAS

Oh glorioso santo, tú que ves los males que nos afligen y oprimen, el
incierto hoy y el más incierto mañana, y el dolor que se ha convertido
en el inseparable compañero de nuestra existencia, muévete a piedad
de nuestra pobre condición. También tú sufriste el malestar, la miseria,
el abandono, la calumnia, la persecución y fue la experiencia del dolor la
que te consoló y la ayuda de cuantos acudieron a ti. Ya que estás en el
Cielo, junto a la Fuente Eterna de Caridad, Tú que sientes una
compasión viva por nuestras desdichas, recurro a ti confiado para
obtener la gracia... (explicarla).

Oh glorioso santo, a tí nada te niega el Señor porque trabajaste mucho


en la tierra para su honor y gloria: intercede por mí, consígueme la
gracia implorada si es útil para mi alma, y obtenedme la conformidad
del divino querer y la perseverancia en el bien. Que también yo pueda
llegar un día a alabar y a agradecer, junto a tí, al Señor en el Paraíso.
Así sea.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

ORACIÓN A MARÍA AUXILIADORA


(Compuesta por Juan Bosco-Indulgencia de 3 años. Indulgencia plenaria
en las condiciones acostumbradas. Rezarla cada día durante un mes
entero.)

Oh María Virgen poderosa


tú, gran e ilustre defensora de la Iglesia
tú, ayuda admirable de los cristianos
tú, terrible como ejército en orden de batalla
tú, que sola destruiste las herejías del mundo
tú, en las angustias y en las luchas,
en las necesidades defiéndenos del enemigo
y en la hora de nuestra muerte, acógenos en el Paraiso.
Amén

PRIMER DÍA

Glorioso San Juan Bosco, por el amor que tuviste a Jesús Sacramentado
y con el celo con que propagaste el culto con la asistencia a la Santa
Misa, con la Comunión frecuente y con la visita diaria, obtennos siempre
ser fieles al amor y a la práctica de tan santas devociones, y de terminar
nuestros dias confortados con la Santa Eucaristía.

Gloria al Padre... Amén.


V - Ruega por nosotros oh San Juan Bosco.
R - Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

Oh Dios, que has suscitado a San Juan Bosco, tu confesor, como Padre y
Maestro de la juventud, y has querido que por su obra, con la ayuda de
la Virgen María, florecieran en la Iglesia, concédenos, Te rogamos, que
inflamados por la misma caridad sepamos buscar a las almas y servirte
sólo a Tí. Así sea.

SEGUNDO DÍA
Glorioso San Juan Bosco, por el amor que tuviste a María Auxiliadora, tu
tierna Madre y Maestra, obtennos verdadera y constante devocióan a
Ella, para que podamos merecer su valiosísimo patrocinio en la vida y en
la muerte.

Gloria al Padre... Amén.


V - Ruega por nosotros San Juan Bosco.
R - Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

Oh Dios que suscitaste a San Juan Bosco, tu confesor, como Padre y


Maestro de la juventud, y has querido que, por obra suya,con la ayuda
de la Virgen María, florecieran en la Iglesia nuevas familias religiosas. Te
rogamos que nos inflames de la misma caridad, para que sepamos
buscar a las almas y Te sirvamos sólo a Tí. Así sea.

TERCER DÍA
Glorioso San Juan Bosco, por el amor filial que tuviste a la Iglesia y al
Papa, a los que defendiste con constancia, obtennos ser siempres dignos
hijos suyos en el amor y en la obediencia.

Gloria al Padre... Amén


come era nel principio e ora e sempre, nei secoli dei secoli. Amen.
V - Ruega por nosotros oh San Juan Bosco.
R - Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

Oh Dios que has suscitado a San Juan Bosco, tu confesor, como Padre y
Maestro de la juventud, y has querido que, por obra suya, con la ayuda
de la Virgen María, florecieran en la Iglesia nuevas familias religiosas. Te
rogamos nos concedas inflamadnos de la misma caridad y que sepamos
buscar a las almas y servirte sólo a Tí. Así sea.

CUARTO DÍA
Glorioso San Juan Bosco, por el gran amor con que amaste a la
juventud, de la cual eres Padre y Maestro, y por los heróicos sacrificios
que sufriste para tu salvación, haz que también nosotros le amemos con
amor santo y generoso.

Gloria al Padre... Amén


V - Ruega por nosotros, oh San Juan Bosco.
R - Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

Oh Dios que has suscitado a San Juan Bosco, tu confesor, como Padre y
Maestro de la juventud, y has querido que, por obra suya, con la ayuda
de la Virgen María, florecieran en la Iglesia nuevas familias religiosas,
concedenos, Te rogamos, que inflamados por la misma caridad,
sepamos buscar a las almas y servirte sólo a Tí. Así sea.

QUINTO DÍA
Glorioso San Juan Bosco, que fundaste la Sociedad Salesiana y el
Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, herencia de tu apostolado,
obten que los miembros de estas dos Familias Religiosas estén siempre
colmados de tu espíritu y sean fieles imitadores de tus heróicas virtudes.

Gloria al Padre... Amén.


V - Ruega por nosotros oh San Juan Bosco.
R - Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

Oh Dios que has suscitado a San Juan Bosco, tu confesor, como Padre y
Maestro de la juventud, y has querido que, por obra suya, con la ayuda
de la Virgen María, florecieran en la Iglesia nuevas familias religiosas.
Concedenos, Te rogamos, que inflamados por la misma caridad sepamos
buscar a las almas y servirte sólo a Tí. Así sea.

SEXTO DÍA
Glorioso San jJuan Bosco, que para obtener más abundantes frutos de
fe laboriosa y de ardiente caridad, instituiste la Pîa Unión de Salesianos
Cooperadores, haz que sean modelos de virtudes cristianas y apoya sus
obras.

Gloria al Padre... Amén.


V - Ruega por nosotros oh San Juan Bosco.
R - Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

Oh Dios que has suscitado a San Juan Bosco, tu confesor, como Padre y
Maestro de la Juventud, y has querido que, por obra suya, con la ayuda
de la Virgen María, florecieran en la Iglesia nuevas familias religiosas.
Concédenos Te rogamos, que inflamados por la misma caridad sepamos
buscar a las almas y servirte sólo a Tí. Así sea.

NOVENO DÍA
Glorioso San Juan Bosco, que siempre fuiste tan compasivo en las
desventuras humanas, míranos a nosotros tan necesitados de tu ayuda.
Haz descender sobre nosotros, y sobre nuestras familias, las
bendiciones de María Auxiliadora, y obtennos todas las gracias
espirituales y materiales que nos son necesarias en la vida y en la
muerte.

Gloria al Padre... Amén.


V - Ruega por nosotros oh San Juan Bosco.
R - para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

Oh Dios que has suscitado a San Juan Bosco, tu confesor, como Padre y
maestro de la juventud y has querido que,por obra suya, con ayuda de
la Virgen María, florecieran en la Iglesia nuevas familias religiosas.
Concédenos Te rogamos, que inflamados por la misma caridad, sepamos
buscar a las almas y servirte sólo a Tí. Así sea.

Renovemos la invitación
Si sientes en el corazón la invitación, o simplemente quieres rezar desde
tu habitación, pincha aquí y encontrarás un maravilloso grupo de
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Volvemos a invitar
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Jesús y reestablecer una relación armónica con tu cuerpo y en las
relaciones interiores de la sociedad, acepta la invitación de Jesucristo,
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