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Tesis
Introducción
Desarrollo argumentativo
La espiritualidad salesiana nos hace pensar en una especie de rastro salesiano, propio en personas
que comparten parentescos espirituales y consanguinidad apostólica para llegar a ser heredero y
así los portadores del espíritu y portar todos los valores y enseñanzas para ser buenos ciudadanos.
En la espiritualidad denotan sobre los salesianos algunos rasgos que los caracterizan, entre ellos
están:
Estilo de oración: Es juvenil, popular y gozoso e inspira el evangelio hacia los jóvenes.
Misión juvenil-pastoral: Sujeta al amor de predilección hacia los jóvenes.
Optimismo y el gozo de la esperanza: Destaca tener fe con el corazón, así como ser abiertos
hacia los valores humanos y finalmente educar en alegrías cotidianas.
Así comenzó una historia que nació en un lugar concreto: el Oratorio de Valdocco. Los jóvenes
que llegaban a Valdocco se sentían envueltos en un ambiente de espontaneidad, alegría y fiesta,
que brotaba de las relaciones que Don Bosco y sus colaboradores lo cual lograron los muchachos
con varias actividades, por ejemplo: meditaciones y juegos que se realizaban entre todos. (Elledici,
2005)
Don Bosco invitó a muchos para participar en su misión: especialmente a María Mazzarello,
fundadora de las Hijas de María Auxiliadora. Y también a muchos otros, jóvenes llenos de
entusiasmo y amor a Dios como él.
Hoy los invitados somos nosotros. Pero los tiempos cambian; no basta con decir y hacer igual
que él. Por eso buscamos las características fundamentales del corazón de Don Bosco, para poder
imitarlo desde dentro, desde lo que él es en lo más hondo. Y después, movidos por los mismos
sentimientos y valores que él tenía, tener las actitudes y gestos concretos que Don Bosco tendría
hoy.
Don Bosco “acompañaba” a sus chicos, hace el seguimiento de cada uno de ellos: durante la
semana se pasa por sus lugares de trabajo, por las calles, por la cárcel, para charlar con cada uno
de ellos. No se dedica a ellos “sólo un rato a la semana”, como si sólo les preocupara “su alma”;
no, Don Bosco tiene como proyecto hacer “buenos cristianos y honrados ciudadanos”, y esto
implica una preocupación por toda la persona de cada uno de sus jóvenes. Don Bosco creía en el
efecto preventivo de la educación, creía en la capacidad de la educación de prevenir los riesgos de
la pobreza, abandono, peligro y exclusión en que se encontraban los jóvenes de las clases populares
(Rodero & Yagüe, 2011)
“La espiritualidad practica que don Bosco promueve no es tampoco teórica o especulativa; es más
bien una espiritualidad práctica, orientada a la acción.”
Todo en don Bosco, tanto su vida espiritual como apostólica se ordenaba a la gloria de Dios, que
constituía la norma suprema de la perfección de sus actos.
Entre otros actos se resalta la espiritualidad de Don Bosco como actos de bien, entre ellos:
• Don Bosco era un defensor de los pobres y los proletarios. En las biografías que escribe viene
siempre destacado el valor relativo de las cosas materiales y la importancia de no apegarse a
ellas. Desconfiaba de slogans vacíos – como libertad, igualdad, fraternidad – que no se
llevaban a la práctica. Quería hacerse hermano de los más pobres. Valga como ejemplo la
frase a un Galantuomo de 1854: "Mi fraternidad se extiende únicamente a esa pobre gente
que, por no tener lugar mejor, viene a habitar en mi camisa". (sales, 1999)
• Don Bosco era educador de los jóvenes pobres y abandonados. No es necesario abundar
mucho en el tema, sirva como testimonio su palabra: «En el Oratorio de Valdocco hay también
escuelas feriales diurnas y nocturnas, especialmente para aquello muchachos que o por la
humildad de su ropa rota o por su indisciplina no pueden ser acogidos en las escuelas
públicas». También en el Oratorio, entendido como lugar de educación en el tiempo libre,
está presente este criterio: [acéptese] preferentemente a los pobres, los más abandonados y
analfabetos.
• Don Bosco desea para los jóvenes una formación profesional y un puesto de trabajo. Don
Bosco prestó siempre gran atención a los jóvenes insertos en el mundo del trabajo. Muchas
veces, ayudar a estos jóvenes desde el punto de vista de la capacitación profesional, fue su
primera intervención en la realidad del joven, personal o grupal
• Don Bosco aceptaba y sostenía instituciones de seguridad social. Esto aun cuando la iniciativa
de la “Sociedad de Socorros Mutuos” fundada en 1850 en relación con la compañía de San
Luis Gonzaga, no alcanzó una gran significatividad en su época. (sales, 1999)
• Los ciudadanos más ricos tienen según don Bosco, el deber de ayudar generosamente a los
pobres. Don Bosco buscó contribuir a la solución del problema social recordando a los más
ricos el deber de compartir sus bienes con los más necesitados. Buscaba en sus escritos
propagar la ayuda a los más pobres y la importancia de la limosna. El mismo don Bosco se
preocupó de pedir limosna a los más ricos y a la nobleza para ganarlos a la causa de los más
pobres a través de la colaboración material.
• Don Bosco quería la colaboración del gobierno para resolver el problema de los muchachos y
los jóvenes excluidos. En 1878 don Bosco tuvo un encuentro con el ministro del interior,
Francisco Crispi, en el que hablaron sobre la situación de los reformatorios estatales (sales,
1999).
• Don Bosco unió siempre a la piedad, la caridad activa.
• Don Bosco aconsejaba prudencia ante algunas mortificaciones concretas, especialmente si
podía correr peligro la salud. Pero en su imaginario espiritual no falta nunca la ascesis. Tras
su imposición de sotana, consciente de que debe reformar su vida, escribe entre sus propósitos:
«Amaré y practicaré el recogimiento y la templanza en el comer y beber; no descansaré más
que las horas estrictamente necesarias para la salud.»
• En el Oratorio, don Bosco propone a los jóvenes un programa espiritual en el que tiene un
papel importante la mortificación, el sacrificio, la renuncia personal, la aceptación de los
contratiempos de la vida cotidiana.
Conclusiones:
Bibliografía: