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Liceo Konrad Adenauer

Tema: El trabajo infantil El Salvador, San Salvador, San Jacinto.


Alumno: Cristian Gerardo Solito Lara
Docente:
Nombres de los integrantes: Cesar David Méndez Martínez
Edenilson Ramsés Ramírez Rodríguez.
Cristian Gerardo Solito Lara.
José Othoniel Ramírez Guzmán
Carlos Fernando Melara Rodríguez

Grado: 2º Año de Bto. General Sección: “A”


Fecha de entrega:
Índice:
Introducción:

En este trabajo presentare lo que es el trabajo infantil en El Salvador,


Departamento de San Salvador, Municipio de San Jacinto causas y evolución
de este a través de la historia, he tomado como base de inicio la revolución
industrial ya que fue en esta época que se popularizo ya que al ser una época
de evolución o como su nombre lo indica una revolución tecnológica, política
y social esta problemática se agudizo y popularizo. El trabajo de los niños era
una costumbre común entre las familias campesinas y artesanas. En las
primeras décadas de la revolución industrial, una gran cantidad de niños y
niñas trabajaron en las fábricas y en las minas de carbón. Ya que al ser mano
de obra barata y más fácil de engañar y esto se daba ya que un nuevo
movimiento social se empezaba a dar el capitalismo que gira en torno en un
mercado donde
Capitulo 1: Planteamiento del problema.

Tema general: El Trabajo infantil.


Tema específico: El Trabajo infantil, evolución y organizaciones que velan
por los derechos de los niños en El Salvador.
Justificación:

El siguiente trabajo que hemos elegido, ya que es de relevancia debido a que


el trabajo infantil pone en peligro la salud, seguridad y educación de los niños,
al mismo tiempo que atenta contra su desarrollo físico, mental, espiritual,
moral y social. Al mismo tiempo son millones los niños que trabajan a nivel
mundial, este hecho es indiferente para la gran mayoría de personas e
instituciones. El salvador no escapa de esta realidad, a diario vemos la
explotación a la que son sometidos los menores, todo esto fuera del marco de
la ley, laboral y constitucional. En la gran mayoría de los casos, el ingreso
temprano en el mercado laboral guarda estrecha vinculación con la
problemática de la pobreza y con las estrategias de supervivencia a que deben
recurrir los grupos familiares de los sectores de la sociedad que no disponen
de los medios necesarios para asegurar la satisfacción de sus necesidades
básicas. Se sabe que los niños realizan el trabajo infantil como una actividad
económica de carácter ilícito realizada en forma regular, periódica o
estacional, por niños (menores de 12 años de edad) o adolescentes (de 12 hasta
cumplir los 18 años de edad). La cual implica su participación en la
producción o comercialización de bienes y servicios destinados al mercado, el
trueque o el autoconsumo, independientemente de que dicha actividad se
encuentre sujeta a retribución alguna.

Un claro ejemplo de la explotación laboral en el salvador, es en el que se


observa niños trabajando en una de las principales haciendas encargada en la
exportación del café, en los que se les brinda un salario de $20 dólares al mes,
lo que deja en evidencia el abuso y la explotación hacia los infantes. La fuerza
más poderosa que conduce a los niños al trabajo peligroso y agotador es la
explotación de la pobreza en el salvador se encuentra que, los progenitores de
los niños están, a menudo, desempleados y desesperados por conseguir un
empleo. Sin embargo, no son ellos sino sus hijos quienes reciben las ofertas de
trabajo (los niños tienen un empleo porque son más fáciles de explotar). Un
informe de la OIT ha ligado la explosión del trabajo infantil directamente al
impacto del programa de ajuste estructural en el país “aconsejado” por el
gobierno actual de el salvador Esto es, el resumen, de la situación de gran
parte de la infancia en El Salvador.
En algunas de las leyes de Protección Integral de la Niñez y la Adolescencia
de nuestro país, podemos encontrar los siguientes artículos que garantizan la
protección contra la explotación laboral: Artículo 50. Seguridad e integridad:
Los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a la protección contra el
secuestro, el tráfico, la venta y la trata para cualquier fin o en cualquier forma,
Artículo 51. Explotación económica. Los niños, las niñas y adolescentes
tienen derecho a ser protegidos contra la explotación económica, el
desempeño de cualquier trabajo que puede ser peligroso para su salud física y
mental o que impide su acceso a la educación. Los niños y las niñas tienen
derecho a ser protegidos por el Estado, la familia y la sociedad a fin de que
tengan acceso la educación, el deporte, la cultura y la recreación propios a su
edad, en beneficio de su salud física y mental.

Este problema se popularizo desde la Revolución Industrial o Primera


Revolución Industrial que consistió en el proceso de
transformación económica, social y tecnológica que se inició en la segunda
mitad del siglo XVIII en el Reino de Gran Bretaña, que se extendió unas
décadas después a gran parte de Europa occidental y América Anglosajona, y
que concluyó entre 1820 y 1840. Durante este periodo se vivió el mayor
conjunto de transformaciones económicas, tecnológicas y sociales de
la historia de la humanidad desde el Neolítico, que vio el paso desde una
economía rural basada fundamentalmente en la agricultura y el comercio a una
economía de carácter urbano, industrializada y mecanizada.
La Revolución Industrial marca un punto de inflexión en la historia,
modificando e influenciando todos los aspectos de la vida cotidiana de una u
otra manera. La producción tanto agrícola como de la naciente industria se
multiplicó a la vez que disminuía el tiempo de producción. A partir de 1800 la
riqueza y la renta per cápita se multiplicó como no lo había hecho nunca en la
historia, pues hasta entonces el PIB per cápita se había mantenido
prácticamente estancado durante siglos.
Alcances:

En este trabajo queremos lograr dar a exponer esta problemática y como esta
ha ido evolucionando a través del tiempo también dar a conocer las diferentes
instituciones que velan y protegen el derecho de los niños y niñas de El
Salvador así como las causa y razones por las que los niños tengan que
trabajar a temprana edad y dejar sus estudios, también daremos a conocer la
postura del gobierno Salvadoreño ante esta problemática así como también las
leyes que velan por los niños y niñas el trabajo infantil es una de las peores
formas de explotación y abuso Pone en peligro la salud, seguridad y educación
de los niños, al mismo tiempo que atenta contra su desarrollo físico, mental,
espiritual, moral y social.
Son millones los niños que trabajan a nivel mundial, este hecho es indiferente
para la gran mayoría de personas e instituciones El salvador no escapa de esta
realidad, a diario vemos la explotación a la que son sometidos los menores,
todo esto fuera del marco de la ley laboral y constitucionales la gran mayoría
de los casos, el ingreso temprano en el mercado laboral guarda estrecha
vinculación con la problemática de la pobreza y con las estrategias de
supervivencia a que deben recurrir los grupos familiares de los sectores de la
sociedad que no disponen de los medios necesarios para asegurar la
satisfacción de sus necesidades básicas el trabajo infantil es dañino de por sí, y
el daño se agudiza cuando está asociado con el peligro o la explotación.
Sabemos que los niños realizan el trabajo infantil como una necesidad para
poder ayudar a sus padres económicamente, esta actividad es realizada en
forma regular, periódica o estacional, por niños (menores de 12 años de edad)
o adolescentes (de 12 hasta cumplir los 18 años de edad).
Limitantes:

1- Una limitante para nosotros sería la falta de tiempo ya que


tenemos otras actividades que realizar en otras materias o
también hay que realizar otras actividades en la casa debido a
eso nos queda menos tiempo.

2- La falta de compañeros al colegió ya que unos, no se


presentan por enfermedades o por problemas familiares.

3- La falta económica que los padres presentan ante sus hijos


que debido a que no tienen muchos recursos o por la
inseguridad algunos compañeros que dejan de estudiar por
ese motivo.

4- Mi limitante seria la falta de tiempo y dinero ante gastos


como impresiones y de tiempo debido a las actividades de
carácter académico. Una de las limitaciones más grandes
seria la falta de interés por parte de los alumnos.
Capitulo 2:

Marco teórico
.Marco Histórico

Revolución Industrial
.
La Revolución Industrial o Primera Revolución Industrial es el proceso de
transformación económica, social y tecnológica que se inició en la segunda
mitad del siglo XVIII en el Reino de Gran Bretaña, que se extendió unas
décadas después a gran parte de Europa occidental y América Anglosajona, y
que concluyó entre 1820 y 1840. Durante este periodo se vivió el mayor
conjunto de transformaciones económicas, tecnológicas y sociales de
la historia de la humanidad desde el Neolítico, que vio el paso desde una
economía rural basada fundamentalmente en la agricultura y el comercio a una
economía de carácter urbano, industrializada y mecanizada.
La Revolución Industrial marca un punto de inflexión en la historia,
modificando e influenciando todos los aspectos de la vida cotidiana de una u
otra manera. La producción tanto agrícola como de la naciente industria se
multiplicó a la vez que disminuía el tiempo de producción. A partir de 1800 la
riqueza y la renta per cápita se multiplicó como no lo había hecho nunca en la
historia, pues hasta entonces el PIB per cápita se había mantenido
prácticamente estancado durante siglos. En palabras del premio Nobel Robert
Lucas:
Por primera vez en la historia, el nivel de vida de las masas y la gente común
experimentó un crecimiento sostenido (…) No hay nada remotamente
parecido a este comportamiento de la economía en ningún momento del
pasado.
A partir de este momento se inició una transición que acabaría con siglos de
una mano de obra basada en el trabajo manual y el uso de la tracción
animal siendo estos sustituidos por maquinaria para la fabricación industrial y
el transporte de mercancías y pasajeros. Esta transición se inició a finales del
siglo XVIII en la industria textil y la extracción y utilización de carbón. La
expansión del comercio fue posible gracias al desarrollo de las
comunicaciones con la construcción de vías férreas, canales o carreteras. El
paso de una economía fundamentalmente agrícola a una economía industrial
influyó sobremanera en la población, que experimentó un rápido crecimiento
sobre todo en el ámbito urbano. La introducción de la máquina de
vapor de James Watt en las distintas industrias fue el paso definitivo en el
éxito de esta revolución, pues su uso significó un aumento espectacular de la
capacidad de producción. Más tarde el desarrollo de los barcos
y ferrocarriles a vapor así como el desarrollo en la segunda mitad del XIX
del motor de combustión interna y la energía eléctrica supusieron un progreso
tecnológico sin precedentes.
Como consecuencia del desarrollo industrial nacieron nuevos grupos o clases
sociales encabezadas por el proletariado los trabajadores industriales y
campesinos pobres y la burguesía, dueña de los medios de producción y
poseedora de la mayor parte de la renta y el capital. Esta nueva división social
dio pie al desarrollo de problemas sociales y laborales, protestas populares y
nuevas ideologías que propugnaban y demandaban una mejora de las
condiciones de vida de las clases más desfavorecidas, por la vía
del sindicalismo, el socialismo, el anarquismo, o el comunismo.

El trabajo infantil y la Revolución Industrial

El trabajo infantil no acabó por decreto legislativo. El trabajo infantil acabó


cuando dejó de ser necesario que los niños trabajaran para vivir; cuando los
ingresos de sus padres fueron suficientes para mantenerlos. Los
emancipadores y benefactores de esos niños no fueron burócratas o
inspectores de fábricas, sino fabricantes y banqueros.

El aspecto peor entendido y más falseado en la historia del Capitalismo es el


trabajo infantil.

No es posible evaluar el fenómeno del trabajo infantil en Inglaterra durante la


Revolución Industrial (de finales del siglo XVIII y principios del XIX) sin
antes reconocer que la introducción del sistema de fábricas les ofreció una
forma de ganarse la vida, un medio de sobrevivir, a decenas de miles de niños
que no habrían llegado a la adolescencia en la era pre-capitalista.

El sistema de fábricas resultó en una mejora del nivel de vida, una caída
drástica en la tasa urbana de mortalidad y un descenso en la mortalidad
infantil, y también produjo una explosión sin precedentes de la población.
La población de Inglaterra era de seis millones en 1750, nueve millones en
1800, y 12 millones en 1820, una tasa de crecimiento sin precedente en
ninguna época. La distribución de la pirámide de edad cambió enormemente,
y la proporción de niños y jóvenes aumentó drásticamente. “El porcentaje de
niños nacidos en Londres que morían antes de los cinco años” cayó del 74,5%
en 1730-49 al 31,8% en 1810-29 (1). Niños que hasta ahora habrían muerto en
su infancia ahora tenían posibilidades de sobrevivir.

Tanto el aumento de población como el aumento de la expectativa de vida


desmienten las críticas de socialistas y fascistas, que afirman que en
el Capitalismo las condiciones de las clases trabajadoras fueron deteriorándose
progresivamente durante la Revolución Industrial.

Uno estaría siendo injusto a la vez que ignorante de la historia, si le echara la


culpa al Capitalismo por las condiciones de los niños durante la Revolución
Industrial, puesto que, de hecho, el Capitalismo trajo enormes mejoras en
comparación con las condiciones de la época anterior. La fuente de esta
injusticia fueron novelistas y poetas emocionales y mal informados, como
Dickens y Mrs. Browning; medievalistas imaginativos como Southey;
escritores de política arrogándose el papel de economistas históricos, como
Engels y Marx. Todos ellos pintaron un cuadro ambiguo y de color de rosa
sobre la “edad de oro” de las clases trabajadoras, la cual fue supuestamente
destruida por la Revolución Industrial.

Los historiadores no han demostrado sus afirmaciones. La investigación y el


sentido común le han quitado el glamour al sistema que existía antes de las
fábricas, el sistema de la industria doméstica. En ese sistema, el trabajador
hacía una inversión inicial alta – o pagaba alquileres altos – por un telar o un
bastidor, y soportaba la mayoría de los riesgos especulativos de la operación.
Su dieta era pobre y monótona, y su propia existencia dependía a veces de si
era capaz de encontrar trabajo para su mujer y sus hijos. No había nada de
romántico ni de envidiable en una familia que vivía y trabajaba en una
casucha mal iluminada, mal ventilada y mal construida.

¿Cómo se desarrollaban los niños antes de la Revolución Industrial? En 1697,


John Locke escribió un informe para la Junta de Comercio sobre el problema
de la pobreza y la ayuda a los pobres. Locke estimó que un trabajador y su
mujer sana podrían mantener a un máximo de dos hijos, y recomendó que a
todos los niños de más de tres años de edad se les enseñase a ganarse la vida
trabajando en escuelas de hilar y tejer, donde se les daría el sustento. “Lo
único que pueden recibir en casa, de sus padres” escribió Locke, “es poco más
que pan y agua, y hasta eso escasea”.

El profesor Ludwig von Mises nos recuerda:

Los dueños de las fábricas no tenían el poder de obligarle a nadie a aceptar un


trabajo en la fábrica. Sólo podían contratar a gente dispuesta a trabajar por los
salarios que ofrecían. Por bajos que estos salarios fuesen, eran en cualquier
caso mucho más que lo que estos pobres podían ganar en cualquier otra
actividad. No es distorsionar los hechos el decir que las fábricas apartaron a
las amas de casa de sus niños y sus cocinas, y a los niños de sus juegos. Pero
esas mujeres no tenían nada para cocinar y alimentar a sus hijos, y esos niños
eran indigentes y estaban muriéndose de hambre. Su única salvación fue la
fábrica. Los salvó, en el estricto sentido de la palabra, de una muerte por
inanición (2).

Los niños de las fábricas fueron a trabajar por insistencia de sus padres. Las
horas de trabajo de los niños eran muy largas, pero el trabajo era casi siempre
muy fácil, normalmente atender una máquina de hilar o de tejer, y volver a
atar los nudos cuando se deshacían. No fue por causa de esos niños por lo que
la campaña de legislación de la fábrica empezó. La primera ley contra el
trabajo de niños en Inglaterra (1788) regulaba las horas y las condiciones de
trabajo de los miserables niños que trabajaban como limpiadores de
chimeneas, un trabajo sucio y peligroso que existía mucho antes de la
Revolución Industrial, y que no estaba relacionado con las fábricas. La
primera ley que se aplicó a los niños de las fábricas fue para proteger a los que
habían sido prácticamente convertidos en esclavos por las autoridades
parroquiales, una organización gubernamental: eran los niños pobres,
huérfanos o abandonados, que estaban oficialmente bajo la custodia de los
oficiales de la parroquia en virtud de la ley de los pobres, y quienes estaban
atados a esos oficiales con largos períodos de aprendizaje a cambio de una
subsistencia mínima.

Las mejores condiciones de empleo y de sanidad se reconoce que fueron en


las fábricas más nuevas y modernas. Las sucesivas Leyes de Fábricas, entre
1819 y 1846, pusieron cada vez más y más restricciones en el empleo de niños
y adolescentes; por eso, los dueños de las fábricas más grandes – quienes
estaban sujetos con más facilidad y con más frecuencia a visitas y escrutinios
de los inspectores de fábricas – redujeron su empleo de niños para no tener
que confrontar las regulaciones complejas, arbitrarias y constantemente
cambiantes de cómo gestionar una fábrica que empleaba niños. El resultado de
esta intervención legislativa fue que esos niños rechazados, que necesitaban
trabajo para sobrevivir, se vieran forzados a buscar trabajo en fábricas más
pequeñas y más apartadas, donde las condiciones de empleo, sanidad y
seguridad eran mucho peores. Quienes no podían encontrar otro empleo eran
reducidos a la misma situación que sus homólogos de un siglo atrás; en
palabras del profesor Ludwig von Mises: a “infestar el país como vagabundos,
mendigos, pordioseros, ladrones y prostitutas”.

El trabajo infantil no acabó por decreto legislativo. El trabajo infantil acabó


cuando dejó de ser económicamente necesario el que los niños ganaran un
sueldo para sobrevivir; cuando los ingresos de sus padres fueron suficientes
para mantenerlos. Los emancipadores y benefactores de esos niños no fueron
burócratas o inspectores de fábricas, sino fabricantes y banqueros. Sus
esfuerzos y sus inversiones en maquinaria condujeron a un aumento en
salarios reales, a una abundancia cada vez mayor de bienes, a precios cada vez
más bajos, y a una mejora incomparable del nivel de vida general.

La respuesta apropiada a los que critican la Revolución Industrial la da el


profesor T. S. Ashton:

Hay hoy en las llanuras de India y China hombres y mujeres, hambrientos


e infestados de plagas, que viven una vida poco mejor, vista desde fuera,
que la vida del ganado que trabaja con ellos durante el día y comparte los
lugares de dormir durante la noche. Esas situaciones asiáticas, y esos horrores
sin mecanización, representan el grupo de aquellos que aumentan su número
sin pasar por una revolución industrial (3).

Para concluir, debo decir que la Revolución Industrial y su correspondiente


prosperidad son el logro del Capitalismo, y no pueden ser logradas bajo
ningún otro sistema político-económico. Como prueba, ofrezco el espectáculo
de la Rusia Soviética, que combina la industrialización con la hambruna.

A aparición del movimiento obrero ocasionó un conjunto de alteraciones en el


sistema social y económico del siglo XIX. Al fenómeno de resistencia ante la
expansión capitalista y de difusión de las organizaciones obreras, con sus
huelgas y movimientos reivindicativos, es a lo que dio en llamarse cuestión
social. En España el desarrollo del movimiento obrero se produjo a finales de
los años cincuenta del siglo XIX y década de los sesenta, época en la que se
produjeron diversas huelgas y se crearon las primeras sociedades obreras de
resistencia y de socorros mutuos. Ante esos acontecimientos se manifestaron
distintas posturas individuales y grupales, que podemos reducir a tres actitudes
básicas: La primera actitud, fue de defensa social que consistió en el
mantenimiento del orden social, casi a cualquier coste. Una segunda actitud,
presente sobre todo en algunos sectores de las clases populares, fue la
de revolución social atacando directamente al núcleo del sistema político-
social: la propiedad privada, la familia y el Estado, utilizando una clásica
formulación marxista. Una tercera actitud, que podemos denominar
de reforma social, fue la mantenida por un sector minoritario pero
representativo de la burguesía progresista que propuso una acción que
corrigiese las injusticias y los desequilibrios surgidos. Su intención era
conseguir la integración del movimiento obrero en el sistema constitucional,
confiando en evitar así los conflictos derivados de la oposición de clases. Para
ello, propusieron una serie de reformas en los ámbitos legislativo, laboral y
sociopolítico. Las ideas reformistas se nutrieron en España de los
planteamientos teóricos del liberalismo krausista, que se plasmarían en la
actuación de la Institución Libre de Enseñanza (ILE), creada en 1876, un
organismo social, que implicaba la defensa de la organización libre de los
grupos humanos y la confianza en el desarrollo armónico de la
sociedad (2) Los sectores reformistas españoles actuaron de una manera
parecida a como lo hicieron sus homólogos europeos. Los principales
instrumentos que aplicaron para cumplir sus objetivos fueron cuatro:
una legislación laboral intervencionista, compuesta por un conjunto de leyes
denominadas «sociales», que se promulgaron a partir de 1900; el fomento del
asociacionismo obrero, debidamente controlado, y de la previsión, que
culminaría con la creación del Instituto Nacional de Previsión en 1908;
el arbitraje en los conflictos entre capitanías y trabajadores, regulando las
huelgas y otros enfrentamientos semejantes; y la educación de las clases
populares, asunto que tiene especial importancia en el contexto que aquí nos
ocupa. (2.1) Uno de los principales instrumentos puestos en marcha por los
reformistas europeos fue la promulgación de una legislación obrera, que
constituyó un ejemplo modélico del nuevo estilo de intervención estatal.
Frente al enfrentamiento social, se trataba de regular las relaciones entre
empresarios y trabajadores, para conseguir unas condiciones que permitiesen
el mantenimiento del marco existente de relaciones y evitasen el estallido
revolucionario. Fue así como surgieron las leyes obreras o de fábrica Su
objetivo: regular la duración de la jornada laboral, limitar el trabajo de
mujeres y niños, establecer las condiciones del trabajo peligroso, promover la
educación básica de los niños trabajadores. La primera ley obrera aprobada en
España fue la dedicada a la «regularización del trabajo en los talleres y la
instrucción en las escuelas de los niños obreros de ambos sexos» (1873), o
Ley Benot. La medida más destacada adoptada por impulso de los reformistas
españoles fue la creación de la Comisión de Reformas Sociales en 1883.
Promovida por Segismundo Moret, político liberal, vinculado a la ILE. En el
año 1903, la Comisión dio paso a la creación del Instituto de Reformas
Sociales, desempeñó un papel fundamental en la España de comienzos del
siglo XX, hasta que se integró en el nuevo Ministerio de Trabajo en 1920,
desapareciendo en 1924. Este Instituto creó el servicio de inspección del
trabajo, estableció mecanismos de negociación entre capital y trabajo,
intentando evitar las huelgas, propuso medidas para facilitar la vida de las
familias obreras y divulgó los avances que estaban produciéndose en otros
países en este ámbito.

(2.2) Las ideas que los reformistas españoles mantuvieron acerca de la


educación popular estuvieron muy influenciadas por el pensamiento krauso-
institucionista. Sus planteamientos pueden sintetizarse en cuatro tesis
fundamentales: a) La primera tesis consiste en que la educación de la clase
obrera constituía un requisito indispensable para asegurar el correcto
funcionamiento de un sistema político democrático. b) La segunda tesis es la
confianza en que la superación del conflicto social podría lograrse por la vía
educativa. c) La tercera tesis consiste en que la educación popular era un
eficaz instrumento para lograr una adecuada integración social. d) La cuarta
tesis consiste en que la educación debía aspirar a formar a la persona nueva
que precisa la nueva sociedad. El reformismo aspiraba a construir un nuevo
tipo de sociedad, donde la cuestión social, el enfrentamiento de clases, cediese
el paso a comportamientos solidarios, donde las distintas clases colaborasen
en el logro de la felicidad colectiva, donde la paz se impusiese sobre la lucha
por la vida. (3) (3.1) A finales del siglo XIX e inicios del XX se produjo una
importante expansión de las ideas higienistas, sobre todo por la influencia de
una nueva tendencia conocida como medicina social. Esta nueva disciplina,
situada entre la Medicina y las Ciencias sociales, aunó dos conceptos clave:
prevención y previsión. Por una parte, se trataba de adelantarse a la aparición
de los problemas, adoptando medidas preventivas, por otra, había que prever
la aparición de dichos problemas, estableciendo un sistema de redes de
protección, de mecanismos de previsión, que permitiesen reaccionar cuando
dichos problemas se planteasen. En el primer sentido se orientaban el
desarrollo de la higiene pública o la protección a las madres y a los niños. En
el segundo, la acción de las mutualidades o la previsión ante la aparición de
las enfermedades. La medicina social consiguió una expansión apreciable en
el primer tercio del siglo XX, cuando creó sus propios medios de expresión y
sus propias asociaciones. La preocupación por la higiene pública derivaba de
una idea que Benjamín Disraeli: un pueblo sano sería un pueblo grande. La
protección médica de las madres y de sus hijos se desarrolló mediante diversas
iniciativas. Una de las más influyentes consistió en la creación de los
Consultorios de Niños de Pecho y de las Gotas de Leche, instituciones
innovadoras en su tiempo. Su objetivo consistía en regular la lactancia
artificial de los recién nacidos, evitando su desnutrición y la muerte por
enfermedad. En España existieron Gotas de Leche desde 1902 (la primera en
Barcelona) y Consultorios desde 1904 (el primero fue creado en Madrid)
estando la mayor parte de ellos ubicados en capitales de provincia. Su
desarrollo fue bastante rápido, creándose instituciones semejantes en la
mayoría de capitales y en las poblaciones importantes durante los tres años
siguientes. Otro tipo de iniciativa importante consistió en el desarrollo de la
puericultura concebida como la versión preventiva y social de la Pediatría.
Desde esta perspectiva se crearon Escuelas de Materno logia, para enseñar a
las madres cómo tratar a sus hijos pequeños, y se pusieron en marcha
instituciones y servicios municipales de Puericultura. (3.2) Uno de los
mejores medios para evitar los problemas sociales era, para los reformistas, la
educación de las clases populares, por lo que dedicaron una buena parte de sus
esfuerzos a conseguir la escolarización infantil, considerando que la escuela
era el espacio natural de los niños, el que mejor podía prevenir la aparición de
problemas. En primer lugar había un problema de abandono. Existían las
inclusas, los hospicios o los asilos. Estas instituciones fueron objeto de
reforma, con la intención de conseguir la integración efectiva de los niños
abandonados, antes de que cayeran en la marginación. . Otro problema era
la mendicidad infantil. Se adoptaron dos tipos de medidas. Unas de carácter
preventivo, encaminadas a asegurar la asegurar la escolarización regular de
esos niños, la mejora de las condiciones higiénicas de su entorno, el control
del cumplimiento de las leyes sociales y la reorganización de la beneficencia.
Otras medidas fueron de carácter represivo y consistieron básicamente en la
aplicación de las leyes de control de la mendicidad y de prohibición de la
mendicidad infantil. Un tercer problema era el planteado por la delincuencia
infantil. Los niños delincuentes requerían un tratamiento especial, que
permitiese su inserción social, evitando el simple castigo de sus acciones. Los
nuevos planteamientos se plasmaron en varias declaraciones internacionales,
entre las que destaca la conocida Declaración de Ginebra, aprobada por la
Sociedad de Naciones en 1924
En El Salvador, desde hace décadas, ha existido la práctica de utilizar a los
niños y niñas como fuerza laboral no remunerada dentro del núcleo familiar,
especialmente en el área rural y en menor escala en el sector urbano, y es un
fenómeno que se vive sobre todo en aquellas familias con bajos ingresos
económicos.

Pero aunque este fenómeno está arraigado culturalmente en la sociedad


salvadoreña, sobre todo en las zonas rurales, en las que se percibe el trabajo
infantil como necesario e indispensable dadas las condiciones económicas
precarias (pobreza y extrema pobreza en la que viven), El Salvador ha venido
dando pasos para conocer la problemática y trabajar en su disminución y
erradicación.

El Salvador es país signatario de los compromisos internacionales de


protección integral de los Derechos de la Niñez y Adolescencia, y ha
ratificado los convenios de la OIT relativos a la edad mínima para la admisión
del empleo (138), y el convenio 182 sobre las Peores Formas de Trabajo
Infantil. Unido a eso, en 2009, el Estado salvadoreño adoptó como política
pública "la Hoja de Ruta", la cual establece la eliminación de las peores
formas de trabajo infantil.

Según datos de la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM) de


2010 realizada por la Dirección General de Estadísticas y Censos
(DIGESTYC) del Ministerio de Economía, todavía hay en el país 177,070
niñas, niños y adolescentes ente 5 y 17 años de edad realizaban algún trabajo
para ayudar a la economía familiar, lo que representa que uno de cada 10
niños salvadoreños realizó algún tipo de actividad laboral en ese año.
Dicha cifra, sin embargo, representa una reducción del 6.2% con respecto a
2009

Del total de menores trabajando registrados en 2010, un 62.1% vive en las


áreas rurales del país. También de esas mismas cifras se desprende que la
mitad de la fuerza laboral infantil trabaja en actividades agropecuarias;
mientras que un 27.7% lo hace en comercio, restaurantes y hoteles, y un
10.4% en la industria manufacturera, y un 3.1% en el área de servicio
doméstico. La EHPM 2010 determinó además que la gran mayoría de niños y
niñas, un 60.9% en total, trabaja sin remuneración en establecimientos
familiares, y otros 21.68% fungen como asalariados temporales.

Otro dato interesante es que el 41.56% de la población infantil que trabaja no


estudia; pero en el área urbana esto representa 43.08% y en menor magnitud
en el área rural, con un 39.07%.

Por grupos de edad se observa que la mayoría tiene una edad entre 10 a 17
años, esto último, sustenta la hipótesis de que a medida que aumenta la edad,
mayor es la probabilidad de incorporarse al mercado laboral.

Haciendo una comparación de los resultados de la Encuesta de Hogares de


Propósitos Múltiples de 2006, 2007, 2008, 2009 y 2010 observamos que
durante los primeros años se evidenció un notable descenso en la población
infantil y juvenil trabajadora, mientras que en 2008 vuelve a mostrar un
incremento para nuevamente mostrar una reducción en 2009 y una más
significativa en 2010.
Marco Legal:

Respecto al trabajo infantil, las leyes e instrumentos legales más relevantes


que podemos citar, son las siguientes:

 Convenio 182, sobre la prohibición de las peores formas de trabajo infantil y


la acción inmediata para su eliminación, 1999.

 Convenio 138, sobre la edad mínima de admisión al empleo, 1973.

 Constitución de la República de El Salvador.


 Derechos Sociales Sección Segunda del Trabajo y la Seguridad Social.

Art.38.- El trabajo estará regulado por un Código que tendrá por objeto
principal armonizar las relaciones entre patronos y trabajadores, estableciendo
sus derechos y obligaciones. Estará fundamentado en principios generales que
tiendan al mejoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores, e
incluirá especialmente los derechos siguientes:

Numeral 10°. – Los menores de 14 años, y los que habiendo cumplido esa
edad sigan sometidos a la enseñanza obligatoria en virtud de la ley, no podrán
ser ocupados en ninguna clase de trabajo.

Según la Ley de Protección Integral de la Niñez y la Adolescencia (LEPINA)


título II sobre los Derechos de Protección, capítulo II de la Protección de la
Persona Adolescente Trabajadora.

Artículo 57.- Protección frente al trabajo


Los adolescentes tienen el derecho a ser protegidos ante toda práctica laboral
que, 1° dentro del sector formal e informal de la economía, ponga en riesgo el
ejercicio de sus derechos. Para tales efectos, el Estado y la sociedad
formularán las políticas, planes, programas y medidas de protección tendentes
a erradicar el trabajo de las niñas, niños y adolescentes que no han cumplido la
edad mínima para el trabajo.
Además:
Por disposición expresa de la propia norma legal califica las materias como:

 Edad mínima para trabajar (art. 59)


 Jornada de Trabajo (art. 60)
 Relación de Trabajo con la Educación (art. 61)
 Aprendizaje y formación técnico-profesional (art.62)
 Previsión y Seguridad Social (art.63)
 Trabajo doméstico (art. 64)
 Discapacidad y trabajo (art.65)
 Registro de adolescentes trabajadores (art. 66)
 Credencial para el Trabajo (67)
 Examen médico (art. 68)
 Inspección y Supervisión (art.69) y
 Protección Judicial (art.71)

Por su parte, el Reglamento Interno del Órgano Ejecutivo de las atribuciones


del Ministerio de Trabajo y Previsión Social, establece en su artículo 40.-
compete al Ministerio de Trabajo y Previsión Social:

Numeral 14.- Dictar las medidas adecuadas para la protección de las mujeres
y de los menores trabajadores.

Numeral 23.- Organizar y ejecutar programas de orientación y formación


profesional para los trabajadores adolescentes y adultos de todos los sectores
económicos, estableciendo para ese efecto los proyectos que fueren
necesarios, en centros fijos o móviles y en colaboración con todas las
entidades públicas o privadas.

CODIGO DE TRABAJO:

El capítulo V del Código de Trabajo, del Trabajo de las Mujeres y de los


Menores, sección primera, establece en su articulado lo siguiente:

Art. 104.- El trabajo de los menores de dieciocho años debe ser especialmente
adecuado a su edad, estado físico y desarrollo.

Art. 105.- Se prohíbe el trabajo de los menores de dieciocho años en labores


peligrosas o insalubres.
Art. 106.- Son labores peligrosas las que pueden ocasionar la muerte o dañar
de modo inmediato y grave, la integridad física del trabajador. Estimase que el
peligro que tales labores implican, pueda prevenir de la propia naturaleza de
ellas, o de la clase de materiales que se empleen, se elaboren o se desprendan,
o de la clase de residuos que dichos materiales dejaren, o del manejo de
sustancias corrosivas, inflamables o explosivas, o del almacenamiento que en
cualquier forma se haga de estas sustancias.

Art. 107.- El trabajo en bares, cantinas, salas de billar y otros establecimientos


semejantes se consideran labor peligrosa para los menores de dieciocho años.

Art.108.- Son labores insalubres las que por las condiciones en que se realizan
o por su propia naturaleza, pueden causar daño a la salud de los trabajadores;
y aquellas en que el daño puede ser ocasionado por la clase de los materiales
empleados, elaborados o desprendidos o por los residuos sólidos, líquidos o
gaseosos.

Jornada de trabajo no mayor a 6 horas diarias, ni 34 semanales (art. 116)

No realizar trabajos en horas nocturnas (art. 116)

No realizar labores que requieran grandes esfuerzos físicos (art. 116


Asimismo, se ha elaborado un acuerdo ministerial que establece un listado de
actividades y trabajos peligrosos en los que no podrán ocuparse niños, niñas y
adolescentes, el cual es el acuerdo 241.
Marco Geográfico:

:
CAPITULO 3: HIPOTESIS.

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