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CAPITULO 1

Tratar con las mentes humanas es la obra más delicada en la cual los hombres
estuvieron alguna vez ocupados. Todos nosotros debemos conocer las leyes de
la naturaleza y obedecerlas. Debemos comprender el funcionamiento de nuestros
órganos y cómo unos dependen de otros para funcionar con salud, también
debemos estudiar la influencia de la mente en el cuerpo y del cuerpo en la mente.
Dios nos ha bendecido con facultades intelectuales de basto desarrollo. Hay que
educar nuestros dones y talentos. No podemos encontrarnos con la mente de Dios
si nuestras facultades no han sido desarrolladas y educadas. El carácter de los
estudiantes progresar únicamente por medio de conflictos, hay tendencias al mal
hereditarias y cultivadas, que deben ser vencidas. Aunque hay luchas que
sostener, también hay victorias que ganar.

Es deber de todo cristiano adquirir hábitos de orden, minuciosidad y prontitud. No


hay excusa para hacer un trabajo lento y de poca calidad. Al momento de realizar
un trabajo hay que poner en él la mente y el corazón. Hay que administrar el
tiempo, el ejercicio de la voluntad hará más diestras las manos. Dios ha dado un
cerebro a cada ser humano y dese que sea usado para su gloria. Hemos de
educar y desarrollar cada facultad mental y física, el mecanismo humano que ha
comprado Cristo, a fin de que podamos usarlo de la mejor manera posible. Dios
se agrada de que cada vez lleguemos a ser colaboradores más y más eficientes
en él.

El verdadero maestro trata de progresar continuamente, no se conforma con lo


que sabe, solo así tendrá una mente siempre fresca que inspira a los alumnos.
Reconoce a Dios como la fuente superior de poder y permite que amolde y
discipline su mente.

Si perfeccionamos nuestra mente hasta lo máximo de nuestra capacidad,


continuaremos estudiando y aprendiendo por la eternidad.

Los principios de la palabra de Dios han de ser comprendidos en su relación con


la vida diaria.

Pensar que hemos aprendido bastante nos llevará al fracaso y al deterioro mental.
La mente cultivada es la medida del hombre.

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