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+ Nacionalismo y Militarismo en El Peru 1968-1980-1
+ Nacionalismo y Militarismo en El Peru 1968-1980-1
Luis Domínguez
Romero, Facultad de
Ingeniería, UNAM
El golpe de estado efectuado por las Fuerzas Armadas del Perú en 1968,
encabezado por el General Juan Velasco Alvarado, se ha caracterizado por ser un
hito en la historia contemporánea del país. Por la trascendencia de este hecho, se le
ha definido mediante varias interpretaciones teóricas, de las que mencionaremos
algunas. Diremos que se ha definido al Estado peruano, y más específicamente al
papel que jugó el régimen militar en estos años, de la siguiente manera: se habla de
un conductivismo político y la noción del “soldado radical”; de un reformismo militar y
la alternativa del mito “la vía peruana al socialismo”; de la creación y fortalecimiento
del un capitalismo de Estado y la tesis del régimen intermedio; de un gobierno militar
visto como un experimento estatista-orgánico; y de un intervencionismo militar
coludido al capital internacional y la posición de la burguesía industrial, por señalar
algunas.2
Nosotros no elaboraremos una nueva interpretación de los hechos, sino que
trataremos de acercarnos a los acontecimientos, para explicar, por medio de una
revisión crítica, los cambios ocurridos durante el periodo que va de 1968 a 1980.
Antes de entrar en materia, creemos necesario hacer la distinción de dos fases en el
periodo que analizaremos: 1968-1975 y 1975-1980. En la primera, que hace
referencia a la administración de Velasco, el régimen militar propone:
El amplio programa de reformas implantado por el gobierno del General Juan Velasco
Alvarado, estaba destinado a estructurar un nuevo modelo de acumulación y
establecer las bases de un nuevo sistema de dominación política. Para lograr este
objetivo, que ayudará a superar al mismo tiempo las barreras que habían anquilosado
el desarrollo económico, se llevó a cabo la construcción de un poderoso sector estatal
que, asociado con el capital internacional, acelerará la acumulación de capital y
permitirá la inserción dependiente del país en un nuevo nivel de la división
internacional del trabajo del mundo capitalista:
Por eso, en la medida en que el proceso reformista avanzaba, hacía más clara la
objetividad de las reformas, éstas contrariamente a lo que esperaban los
planificadores, produjeron una reconcentración de la riqueza y del ingreso, así como
una mayor penetración de las empresas transnacionales en la economía del país.
Ahora bien, si el gobierno tenía como finalidad implícita la de construir un estado
comunitario, con claras fijaciones cristianas, que se expresará mediante un intento de
conciliación de clases y que procurará en su fin último la unidad nacional, la
reestructuración militar no dio cabida dentro de su proyecto a las organizaciones
populares y sí, por el contrario, rechazó la participación autónoma e independiente de
éstas. En otras palabras –expresará Cotler-, que la relativa democratización social
que supone el conjunto de las medidas gubernamentales se lleva a cabo de manera
autoritaria dentro del marco de la militarización del estado. 13
Para lograr obtener un consenso social que apoyara su proyecto, el Gobierno
Revolucionario de las Fuerzas Armadas, a lo largo de los primeros seis años de
existencia, intentó echar a andar como alternativa de cohesión social un sistema de
corporativización para que mediatizara la participación de las fuerzas populares. Fue
así como en base a este sistema se desarrolla en el seno del gobierno una tendencia
dispuesta a resolver la falta de “comunicación” entre los sectores populares y las
fuerzas armadas, este proyecto quedará plasmado en el Sistema Nacional de Apoyo
a la Movilización Social (SINAMOS).14 El SINAMOS, fuera de lo que esperaron los
militares obtener de él, desde un principio se ganó la repulsa de los diferentes
sectores de la sociedad. Las masas populares percibieron cómo a través de esta
política se pretendía encuadrar y mediatizar sus aspiraciones reivindicativas.
Al igual que SINAMOS, se crean otros organismos que jugarán el mismo papel que
éste. Por ejemplo en el sector campesino se crea por Ley la Confederación Nacional
Agraria (CNA); en el sector obrero la Central de Trabajadores de la Revolución
Peruana (CRTP); en el magisterio el Sindicato de Educadores de la Revolución
Peruana (SERP), etcétera. Estas organizaciones, la igual que la instrumentación
política para reformular la organización de la sociedad alrededor de un aparato
corporativo que debía congregar la unidad nacional bajo el comando militar, fracasó
estrepitosamente, desde sus inicios.
Por otra parte, tendríamos que señalar que si bien el proyecto conciliador y
corporativista del régimen militar fracasó en el polo popular, lo mismo aconteció con
la burguesía industrial peruana. Aunque en un principio las reformas de corte
nacionalista lograron una ampliación relativa del mercado interno y la tasa de
ganancia de la burguesía, ésta no se alineó con el gobierno revolucionario. Este
rompimiento se explica, en términos generales, por el interés del nuevo estado por
desarrollar voluntariamente un proyecto manteniéndose alejado de las clases básicas
de la sociedad. La burguesía fue considerada, legítimamente, como un apéndice
“extranjero”, sin capacidad ni voluntad de revolucionar nacionalmente a la sociedad.
De ahí que los militares concibieran esta revolución “burguesa” aun en contra de la
voluntad de los burgueses.
Notas
1 “Sendero Luminosos el desafío autoritario”, en Revista Nueva Sociedad, núm. 90, julio-
agosto, 1987, p. 27.
2 Ver: “Algunas consideraciones teóricas sobre el Estado peruano, 1968-1978”, David
Slater, Revista Mexicana de Sociología, Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM,
vol. 44, núm. 4, oct-dic., 1982, pp. 1249-1278.
3 Portocarrero, Felipe, “El Estado y el capitalismo internacional en el Perú”, Revista Mexicana
de Sociología, Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM, vol. 40, núm. 3 jul-sep.,
1978, pp. 977-978.
4 Márquez Morales, Arturo, “Perú: acumulación, crisis y Estado”, p. 155, en Imperialismo y
crisis
en América Latina, Daniel Cataife y otros, Instituto de Investigaciones Económicas,
México, DF, UNAM, 1985.
5 Márquez Morales, Arturo op. cit., p. 185.
6 Esta nueva forma de capital internacional estaba originalmente involucrada en las así
llamadas ramas intermedias, por ejemplo en caucho y químicos, pero más tarde en los
años sesenta, firmas extranjeras tales como la Volkswagen, Chrysler, Philips, Hoechst,
Unileve, Nestlé, Procter and Gamble, Pirelli y Singer, entraron en la economía para
establecer industrias de productos de bienes de consumo durables como, por ejemplo,
automóviles y aparatos eléctricos, también industrias de productos perecederos tales
como alimentos envasados y farmacéuticos. Ver David Slater, op. cit., p. 1269.
7 Cotler, Julio, “Perú: Estado Oligárquico y Reformismo Militar”, p. 403, en América Latina:
Historia de Medio Siglo, varios autores, Editorial Siglo XXI Editores, México, primera
edición, 1977, pp. 373-423.
8 Estatuto del Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas, decreto-Ley núm. 17063,
artículo primero, (Publicado en el Diario Oficial El Peruano el 4 de octubre de 1968),
citado en Cambios estructurales en el Perú 1968-1975, varios autores, editor Ernst J.
Kerbush, Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales-Fundación Friedrich
Eber Lima, Perú, 1976, p. 161.
9 Bases Ideológicas de la Revolución Peruana, (Publicado en el Diario Oficial El Peruano el
26
de febrero de 1975), Ibidem, p. 183.
10 Op. cit., p. 186.
11 Portocarrero, Felipe, op. cit., pp. 978-