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La Economía Colombiana desde 1960 a 1991, una reflexión económica.

Fredy Marin Mueses Rosales


Como en muchos países de América Latina, el desarrollo económico de Colombia
durante el siglo XX estuvo estrechamente ligado al comportamiento de su
comercio exterior. Las fluctuaciones de los términos de intercambio y el
comportamiento de los volúmenes de las exportaciones determinaron los ciclos de
la actividad económica y los puntos de inflexión más importantes de la estructura
productiva del país.
En la década de los sesenta y setenta fue donde la economía nacional
experimento un gran protagonismo en marcado por acontecimientos posteriores a
la II guerra, la política económica liberal, el modelo ISI y la guerra fría.
Las dos guerras mundiales marcaron el definitivo traslado de la hegemonía
económica, política y militar mundial hacia Norteamérica, sin discusión alguna, y
desde entonces ha visto a Latinoamérica como una región suya, donde la doctrina
Monroe de 1823, “América para los americanos” fue el modelo geoestratégico a
seguir.
La mayor parte del mundo europeo y americano afrontaba aun las consecuencias
de la guerra y se adentraba en una confrontación política declarada y establecida
después de la segunda guerra entre el gigante occidental, el socialismo soviético y
la Europa oriental; todos unas super potencias económicas, tecnológicas y
militares. Esto fue el inicio de un largo declive económico mundial reflejado
principalmente en los países de primer nivel, sumado a esto, la caída del acuerdo
del Bretton Woods y más adelante el colapso del sistema monetario internacional
contribuyeron a la contracción de estas economías.
La consolidación del café en el siglo XX como principal producto de exportación
fue importante pues sirvió como enlace inicial del comercio exterior colombiano
además que le abrió la puerta a otros productos y posteriormente sentaría las
bases para una insipiente industrialización. Sin embargo, el país aún mantenía un
perfil bajo de desarrollo industrial que junto a problemas internos de orden social
terminarían afectando el crecimiento del PIB, el cual arrojaba cifras menores con
respecto a décadas pasadas. Una de los efectos de ser un país en desarrollo o
subdesarrollado es que su horizonte está determinado por los sucesos externos
que golpea fuertemente sus economías, por ejemplo, la inflación. De otro lado, el
país fue testigo de acontecimientos como el virtual fraude electoral a comienzos
de esta década - que marcaría, además, una desgastada finalización formal del
Frente Nacional en 1974, el decaimiento del modelo ISI o de industrialización
liderada por el Estado, los primeros pasos del neoliberalismo, la bonanza cafetera,
el paro cívico nacional de 1977, y la aparición de clases emergentes de la política
y del narcotráfico en la vida nacional que también incidieron en el desempeño de
la tasa de ganancia nacional e industrial y por tanto en el quiebre del modelo de
acumulación instituido.
En términos sociales el país afronta el azote de la violencia producto de la
desigualdad laboral y de redistribución del ingreso, que se profundizo a raíz del
candidato presidencial Jorge Eliecer Gaitán, desde entonces la violencia se
extendería a zonas rurales y finalmente terminaría fortaleciendo la constitución de
guerrillas populares en un principio como las FARC y ELN.
Inicialmente las elites políticas y económicas habían propiciado y tolerado el golpe
militar de Rojas Pinilla el 13 de junio de 1953 en un intento por reducir la
confrontación entre los dos partidos políticos tradicionales, liberal y conservador.
Estas mismas elites en 1957 deciden retomar el control sobre poder del Estado y
en forma conjunta participaron activamente en el derrocamiento del militar, quien
se rehusaba a devolverlo. Luego de la salida del general se abre el espacio para el
establecimiento, mediante el plebiscito de ese mismo año, del pacto político
conocido como el Frente Nacional, con el cual se abrió en el país una serie de
expectativas por cambios en la vida política, económica y social.
Igualmente, el proceso de urbanización parecía contribuir a la ampliación de
posibilidades para establecer nuevas formas de organización y participación
ciudadana; sin embargo, estos espacios políticos y sociales no se daban y al
contrario veían cómo se cerraban las posibilidades de expresión. El Frente
Nacional como máxima representación del acuerdo partidista entre las dos
facciones tradicionales, el partido liberal y el partido conservador, crearon un
mecanismo excluyente y cerrado que inhibió la representación social, económica y
política de fuerzas alternas. La milimétrica repartición de ministerios y demás
cargos públicos desde 1957 hasta fines del setenta fue el marco regulador de las
relaciones de clase.
A pesar de esto el ambiente económico era medianamente favorable para
Colombia, el efecto post segunda guerra mundial aún se mantenía a nivel general
entre los países subdesarrollados actuando como una verdadera locomotora
jalonando a las economías de los países en desarrollo y por tanto, a Colombia,
que mostró un comportamiento muy satisfactorio hasta comienzos de los setenta
El sector industrial tuvo una destacada participación en el comportamiento
nacional, de acuerdo con las cifras de las cuentas nacionales citadas por
Kalmanovitz (1985, p. 436), las cuales mostraron que mientras el producto interno
bruto de 1960, creció 4.1% el sector industrial lo hizo en 6.2 %; para 1962 fue de
5.0 % y 6.8 %; de 5.2 % y 6.6 % en 1966; de 6.3 % y 7.2 % en 1969 y finalmente
de 6.6 % y 8.7 % en 1970, respectivamente.
El Frente Nacional culminaría con Misael Pastrana quien le apostaría con mas
fuerza a la liberación económica buscando favorecer las exportaciones y
permitiendo la inversión privada en su sistema de crédito para vivienda popular
conocido como UPAC. Este sistema buscaba enlazar la industria de la
construcción, el consumo y el ahorro al tiempo. El plan nacional de pastrana
denominado ´´las cuatro estrategias´´ buscaba generar condiciones económicas
que aprovecharan la coyuntura de periodos pasados donde se reflejaba un
crecimiento del PIB en declive pero que aun se ubicaba por encima del 5.0 %.
Como una evaluación general lo propuesto por Pastrana tuvo éxito, pues el
desarrollo de la industria y la entrada de capitales extranjeros a la economía
nacional favoreció ampliamente las exportaciones de productos tradicionales como
el café sino también de productos provenientes de la manufactura y la industria
naciente, pues, las exportaciones de productos distintos al café y con cierto grado
de tecnicidad representaron hasta el 40% de las exportaciones en la época.
Pero con la entrada de Alfonso López Michelsen el monetarismo entraría con
fuerza al país y apoyado del Chicago Boys el crecimiento logrado hasta el
momento simplemente se desvanecería. El comercio internacional, la industria, la
tasa de desempleo, el crecimiento del PIB, básicamente todas las variables
económicas del país estaban de cabeza.
A pesar de haber iniciado de manera contundente el proceso de liberación
nacional, ese proceso sólo se aceleró de manera significativa en 1978 en un
ambiente de creciente endeudamiento externo público, dirigido a financiar el
ambicioso plan de obras públicas en infraestructura de la administración Turbay.
Como resultado, los primeros años ochenta, cuando la bonanza cafetera ya había
desaparecido, coincidieron con la aparición de un importante déficit en la cuenta
corriente de la balanza de pagos y con un notorio proceso de apreciación real del
peso, el cual se produjo a través de la inflación, a pesar de la persistencia del
sistema de minidevaluaciones nominales diarias. El país perdería el poco avance
en cuanto a la armonización de las relaciones salariales que eran garantes de la
rentabilidad del capital. Finalmente, Turbay terminaría recibiendo el golpe mas
fuerte derivado de las decisiones de su antecesor y fue el más exitoso paro cívico
nacional organizado por las masas obreras del país.
Aunque en la década anterior el endeudamiento externo no había significado
mayor importancia en términos cuantitativos en paralelo a otros países de América
latina el aumento de las tasas de interés y el cierre abrupto de los mercados
financieros internacionales a partir de 1982 afectaron negativamente al sector
externo colombiano, el periodo se tornaba mas que oscuro para el país y el
gobierno de turno.
Es importante mostrar también que para la época Colombia además de sostener
su crecimiento en la exportación de café y otros productos pudo hacerlo también
gracias a el petróleo pero la industria para la época inexplicablemente para la
época se mantenía a paso de tortuga y eso represento un grave error pues a fines
de 1973 el precio del barril subió de 3 a 11.2 dólares y se mantuvo en niveles
medios de 12 dólares hasta 1978; en 1979 el precio volvió a subir a 29.2 dólares y,
a pesar de su posterior descenso, permaneció relativamente elevado hasta 1985.
Es decir, Colombia no exportó petróleo e incluso se convirtió en un importador
neto en uno de los períodos de mayores precios reales internacionales.
Se evidenciaría entonces la práctica de subsidiar el consumo interno de gasolina y
otros derivados fue especialmente ostensible durante el período 1974-1985,
cuando el país se convirtió en importador de combustibles.
Entrada La década de los ochenta, se muestra con más fuerza la irrupción
neoliberal concordante con el advenimiento de gobiernos conservadores en las
principales economías capitalistas, que habían utilizado a América Latina como el
laboratorio de dichas propuestas. Este afán de maximizar la ganancia y su tasa, se
reflejó en el país a través de diferentes prácticas ilegales, que dio como resultado
la crisis del sistema financiero y la aparición de capitales ligados al narcotráfico
que para ese tiempo enmarcarían el escenario más complejo de la producción de
cultivos ilícitos en el país, donde la cocaína y el lavado de dólares había permeado
la ética y la moral de las clases populares y gran parte de la elite en el país. La
población tuvo que padecer tanto la violencia acosada por los diferentes grupos
armados, como los bajos estándares de vida y el peso de la década perdida, que
sin embargo no fue tan profunda como la de los países vecinos. Para finalizar esta
década la economía cafetera que era el segundo renombre del país
internacionalmente después de la cocaína sufriría un gran golpe pues el arreglo de
cuotas mantenido en el acuerdo internacional de grano culminaría.
Ya terminando los ochenta y como antesala a los noventa las reformas ortodoxas
se institucionalizaron y la concentración del ingreso retoma su profundización con
fuerza. Virgilio barco favorecería dichas reformas pues continúo aplicando las
recomendaciones del FMI venidas desde la segunda mitad de la década de los 70.
su plan de desarrollo denominado ´´plan económico social´´ inicio un proceso de
desvinculación del estado en materia económica pues se buscaba favorecer la
intervención de inversión netamente privada.
A manera de reflexión general podríamos destacar los siguientes numerales.
El café catapultado por la bonanza cafetera de los años setenta caracteriza por un
aumento en la tecnificación de las plantaciones, que sirvió como aliciente a una ya
venidera crisis del sistema en los ochenta, aunque el grano también sufriría un
duro golpe producto de una fuerte caída de los precios internacionales, que fue
especialmente pronunciada con la ruptura del Pacto Internacional del Café en
1989.
La mayor recesión del país en el siglo XX, convivió con la crisis política de las
élites que se dividieron en dos bandos bien definidos por el control del poder, esto
llevo a que el país fuera uno de los cuales inicio y terminó ese siglo en medio de la
violencia y crisis económica, social y política.
Hay una visión constante del crecimiento económico en el país al comparar el
desempeño colombiano con el de las principales economías latinoamericanas a lo
largo del siglo XX los resultados son favorables para Colombia si se tiene en
cuenta su bajo inicial nivel de ingreso per cápita, aunque fue inferior al de
Venezuela (hasta los años setenta) además de Chile y Argentina y es comparable
a la evolución de las economías de Brasil y México.
la liberalización de la política comercial durante la segunda mitad del siglo XX que
si bien estuvo sujeto a grandes ciclos, tuvo una tendencia particularmente clara a
partir de los años setenta y a consecuencia de ello y desfavorecido por el
panorama mundial como las recesiones económicas y la no autosuficiencia del
petróleo Colombia quedaría sumergida en un endeudamiento externo y la
dependencia del estado americano hasta hoy en la actualidad.

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