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Toca, toca, rondo, rondo. El ADN de Barcelona se construyó en torno a esta idea. Pero
mucho antes de que Guardiola aterrizara en el banquillo del Camp Nou. Y la
paternidad del concepto tampoco es, como muchos todavía piensan, de Johan Cruyff.
En 1972 un técnico que llegó de Cantabria con ideas debajo del brazo y cuando se
fue, seis años más tarde, se fue dejando un club con un legado para el mundo.
Laureano Ruiz, el hombre de la idea, es el abuelo olvidado del equipo que se ganó a
los aficionados en los cuatro rincones del mundo.
Fue culpa de una cerveza, un equipo de fútbol patrocinado por una fábrica de cerveza,
la Damm, por el que el Barcelona despertó a una dura realidad. En 1972 su método de
entrenamiento no era ni siquiera el mejor de Cataluña y no podía competir, en ese
momento, con la realidad del fútbol español en la última fase del franquismo. El último
título nacional ganado por el F.C. Barcelona era del año 1960 y no parecía que el perfil
de los jugadores que salían fueran capaces de dar vuelta a la situación de su cantera.
El presidente Agustí Montal pidió a sus asesores acerca de quién podría ser el hombre
ideal para cambiar esta realidad. Laureano Ruiz, fue la respuesta unánime. Semanas
más tarde llegó de Santander, con una maleta llena de papeles y manuscritos, muchas
ideas en su cabeza, el hombre que iba a marcar un antes y un después en la historia
del club blaugrana.
En 1976 el club despidió al alemán Hennes Weisweiller, que había brillado con el
Borussia Mönchengladbach. No había otras opciones en el mercado, y la directiva se
volvió hacia Ruiz y le invitó ser el primer entrenador. Los cuatro años de trabajo en la
cantera habían servido para definir el camino. Como entrenador del primer equipo trató
de aplicar los mismos principios, pero el tiempo de posesión de balón todavía no había
llegado al Camp Nou. Con un Cruyff decadente, el técnico intentó apostar por un 3-4-3
con el peruano Sotil como falso extremo y al holandés y Reixach como delanteros
móviles. La idea no funcionó, y perdió la liga, el equipo perdió ante el Atlético de
Madrid en la Copa del Rey y con el Liverpool en las semifinales de la Copa de la
UEFA. Ruiz puso su puesto a disposición del club, diciendo que es más necesario en
la estructura de la cantera. Pero la dirección de Montal, decepcionado con la falta de
resultados inmediatos, piensa de otra manera y despide al entrenador que vuelve a
Santander a guiar al Racing. Un año más tarde, Josep Lluis Núñez ganó las
elecciones en el club blaugrana y realizó una fuerte inversión en la construcción de
una pequeña casa al lado del Camp Nou para dar cabida a la formación de la cantera
del club: La Masia.