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1
Éx. 14, 13ss.
2
Éx. 17, 8-16.
3
Lc. 3, 14.
4
Hch 10, 1ss.
5
Hch 16, 29-33.
6
Lc 7, 9.
7
MIGLIORANZA, CONTARDO, San Juan de Capestrano, Buenos Aires, Misiones Franciscanas
Conventuales, 1994, p. 201.
8
Íb., p. 173.
Canonizado en 1690 por Alejandro VIII, en 1984 el Beato Juan Pablo II lo
declaró “Patrono ante Dios de los Capellanes Militares de todas las Fuerzas Armadas de
las regiones tanto occidentales como orientales del mundo”. Su festividad se celebra el
23 de octubre.
9
Constitución Apostólica Spirituali Militum Curae, p. 1.
10
Nº 43.
lo envió el día de Pentecostés, para que, confortados por su virtud, fuesen tus testigos
hasta los confines de la tierra ante las gentes, los pueblos y los reyes. Este encargo que
el Señor confió a los pastores de su pueblo es un verdadero servicio, que en la Sagrada
Escritura se llama con toda propiedad diaconía, o sea, ministerio”.11
Con esto, la Iglesia brinda “la posibilidad de promover una acción pastoral cada
vez más adecuada y mejor organizada por una parte importante del Pueblo de Dios, es
decir, los militares y sus familias, con sus instituciones como cuarteles, escuelas
militares y hospitales”.14
11
Nº 24.
12
Nº 79.
13
Nº 10.
14
BENEDICTO XVI, Discurso en el Encuentro Internacional para los Ordinariatos Militares, Roma, 22
de octubre de 2011.
en las islas y allí fueron sepultados: el mercedario Fray Juan López Neyla (+1/9/1788) y
el Pbro. Mariano José Zarco (+1803).
En 1812, estando al frente del Ejército del Norte, Belgrano hizo bendecir la
bandera por él creada. La bendición la hizo el capellán, canónigo Juan Ignacio Gorriti
en San Salvador de Jujuy el 25 de mayo de 1812. La preocupación de Belgrano por la
asistencia religiosa de sus tropas se evidencia en dos documentos de la época:
15
El Pbro. Manuel Alberti, vocal de la “Primera Junta”, era Cura Párroco de San Nicolás. Entre marzo y
octubre de 1790 fue capellán castrense interino de la Guardia de Chascomús. Falleció en Buenos Aires el
31 de enero de 1811. Cf. Ludovico García de Loydi, Los Capellanes del Ejército, Bs. As., 1980, T. III p.
196.
16
Nota de Belgrano al Vicario Castrense Juan Ignacio Gorriti en AGN, Ordenanza al ejército. Tucumán,
28-X-1816
Y al Gobierno, le comunica el General lo que sigue:
“Acá trabajamos lo que se pueda, y espero que sea con buen éxito, mediante
Dios y Nuestra Generala, María Santísima de Mercedes: vista V. E. a las tropas con el
escapulario de esta Señora: mande que recen con devoción el rosario, y que los
capellanes le expliquen, después de él, la doctrina cristiana, siquiera un cuarto de hora:
no importa que lo ridiculicen los despreocupados; V. E. verá las felices resultas: hablo
por experiencia.”17
Y bien, ¿qué perfil debe tener un capellán castrense? El capellán castrense, ante
todo, es sacerdote de Jesucristo. Pero con una vocación particular para ser pastor de las
almas que sirven a la defensa y la seguridad de la Patria. Como sacerdote, es enviado a
anunciar el Evangelio y a administrar los sacramentos ahí donde estén presentes los
militares y sus familias. Apremiante exigencia que es, nada más ni nada menos, que
“garantizar a los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas una asistencia espiritual
que responda a todas las exigencias de una vida cristiana coherente y misionera. Se trata
de formar cristianos que tengan una fe profunda, que vivan una práctica religiosa
convencida y que sean testigos auténticos en sus ambientes.”19
17
AGN, Oficio del Belgrano al Gobierno, Jujuy, 6-VI-1813.
18
Nota de San Martín al Gobernador Intendente de Mendoza Toribio de Luzuriaga en AGN, Documentos
referentes a la Guerra de la Independencia y Emancipación de la República Argentina, Bs. As., 1917, p.
372.
19
BENEDICTO XVI, Ibídem.
El Santo Padre Benedicto XVI, atento a la evangelización del mundo militar, nos
exhorta a los capellanes castrenses a “tener una sólida formación humana y espiritual,
una constante atención por la propia vida interior y, al mismo tiempo, estar disponibles a
la escucha y al diálogo, para poder acoger las dificultades personales y ambientales de
las personas a ellos confiadas”.20
20
Ídem.
21
Mt. 20, 28.
22
Jn. 15, 13.
23
BENEDICTO XVI, Ibídem.