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LITURGIA DE LAS HORAS PROPIO DE LA

FAMILIA FRANCISCANA EN ESPAÑA

SEPTIEMBRE - OCTUBRE
2
CALENDARIO LITÚRGICO

SEPTIEMBRE
DÍA CELEBRACIÓN

2 Beato Severino Girault, presbítero, III Orden, y Compañeros mártires.


TOR y OFS: MO
2 Beato Juan Francisco Burté, presbítero, I Orden, y Compañeros mártires.
OFM Conv: ML
2 Beato Apolinar de Posat, presbítero, y Compañeros mártires, I Orden.
OFM Cap: ML
3 San Gregorio Magno, papa y doctor de la Iglesia.
OFM Castilla: FIESTA (titular de la Provincia)
II Orden Castilla: FIESTA (titular de la Federación)
4 Santa Rosa de Viterbo, virgen, III Orden
OFM Conv, TOR y OFS: ML
6 Nuestra Señora de Guadalupe.
OFM Bética: MO (Solemnidad en Extremadura)
9 Nuestra Señora de Arántzazu.
OFM Arántzazu: SOLEMNIDAD (patrona de la Provincia)
9 Nuestra Señora de Regla.
OFM Granada: FIESTA (Solemnidad en Chipiona)
9 Nuestra Señora de Loreto.
OFM Bética: MO (Fiesta en Sevilla)
10 Beato Apolinar Franco, presbítero, y Compañeros mártires, I Orden.
OFM Castilla: MO
11 Beato Buenaventura de Barcelona, presbítero, I Orden.
OFM Cataluña: MO
OFM y OFM Cap Cataluña: ML
15 Nuestra Señora la Virgen de los Dolores.
Terciarios Capuchinos: SOLEMNIDAD (patrona de la Congregación)
17 Impresión de las Llagas a Nuestro Seráfico Padre San Francisco
Familia Franciscana: FIESTA
18 San José de Cupertino, presbítero, I Orden.
Familia Franciscana: MO
OFM Conv: FIESTA
18 Beatos Vicente Cabanes, presbítero, Carmen García Moyón, antoniana, y
Compañeros mártires.
Terciarios Capuchinos de Nuestra Señora de los Dolores: MO
19 San Francisco María de Camporrosso, religioso, I Orden.
OFM Cap: MO
22 San Ignacio de Santhià, presbítero, I Orden.
OFM Cap: MO
23 San Pío de Pietrelcina, presbítero, I Orden.
Familia Franciscana: MO
23 Hallazgo del cuerpo de Santa Clara de Asís
II Orden: Conmemoración SUPRIMIDA
24 San Pacífico de San Severino, presbítero, I Orden.
OFM: ML (OFM España no celebra esta ML)
26 San Elzeario de Sabrán y Beata Delfina, esposos, III Orden.
3
TOR y OFS: MO
26 Beato Aurelio de Vinalesa, presbítero, y Compañeros mártires, I Orden.
OFM Cap: ML
28 Beato Inocencio de Berzo, presbítero, I Orden.
OFM Cap: ML
28 Beatas Rosario de Soano y Compañeras, vírgenes, mártires, III Orden
Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia: MO

OCTUBRE
DÍA CELEBRACIÓN

3 Tránsito de Nuestro Padre San Francisco de Asís, diácono y fundador.


4 Nuestro Padre San Francisco de Asís, diácono y fundador de las tres Órdenes.
Familia Franciscana: SOLEMNIDAD
6 Santa María Francisca de las Llagas, virgen, III Orden.
TOR: ML
6 Beata María Ana Mogas, virgen y fundadora, III Orden.
Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor: FIESTA
Familia Franciscana: ML
10 Santos Daniel, presbítero, y Compañeros mártires, I Orden.
OFM: ML
11 Beato Juan XXIII, papa, III Orden.
Familia Franciscana: ML
12 Nuestra Señora del Pilar.
FIESTA en España
OFM Cap Navarra, Cantabria, Aragón y Rioja: SOLEMNIDAD (patrona de la
provincia)
13 San Serafín de Montegranario, religioso, I Orden.
OFM Cap: MO
14 Beato Honorato de Biala, presbítero, I Orden.
OFM Cap: ML
19 San Pedro de Alcántara, presbítero, I Orden.
OFM: MO
OFM Bética: FIESTA
OFM Castilla: SOLEMNIDAD (patrono de la provincia)
Federación Castellana de Clarisas: SOLEMNIDAD (patrono de la federación)
20 Beato Cotardo Ferrini, seglar, III Orden.
TOR y OFS: ML
20 Beato Santiago de Strepa, obispo, I Orden.
OFM Conv: ML
22 Beata Josefina Leroux, virgen y mártir, II Orden.
II Orden: ML
23 San Juan de Capistrano, presbítero, I Orden.
Familia Franciscana: MO
24 San Antonio María de Santa Ana Galvao, presbítero, I Orden.
OFM: ML (OFM España no celebra esta ML)
25 Beata María Jesús Masiá Ferragut y Compañeras mártires, II Orden.
OFM Cap y Clarisas Capuchinas: ML
26 Beato Buenaventura de Potenza, presbítero, I Orden.
OFM Conv: ML
27 Celebración del “Espíritu de Asís”
4
30 Consagración de la propia Iglesia (en los templos consagrados para los que se
desconoce la fecha exacta de consagración)
Familia Franciscana: SOLEMNIDAD
31 Beato Ángel de Acri, presbítero, I Orden.
OFM Cap: ML

APÉNDICE I: Himnos en castellano


APÉNDICE II: Himnos en latín

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2 de septiembre
BEATO SEVERINO GIRAULT,
PRESBÍTERO Y MÁRTIR, III ORDEN
TOR y OFS: MO

Severino Girault, de Ruán (Normandía), perteneciente a la Tercera Orden


franciscana, junto con Apolinar Morel, de Posat (Suiza), capuchino, y Juan Francisco
Burté, de París, conventual, fueron martirizados por la Revolución francesa en el convento
de carmelitas de París, el 2 de septiembre de 1792. Los beatificó Pío XI en 1926.
Del Común de un mártir.
Himnos castellanos en el Apéndice I.

Oficio de lectura
SEGUNDA LECTURA
De los sermones de San Agustín, obispo
(Sermón 47 de los santos)

Las fiestas de los mártires son invitaciones al martirio


La celebración de las fiestas de los santos mártires nos da motivo para esperar
conseguir, por su intercesión, los bienes temporales que nos ayudan a conseguir los
eternos, como fruto de la imitación de los mismos mártires. Celebran con gozo verdadero
las festividades de los mártires los que siguen los ejemplos dados por los mismos. Las
fiestas de los mártires son invitaciones al martirio, a fin de que no nos asuste imitar a
aquellos cuya celebración nos alegra.
Pero nosotros queremos alegrarnos con los santos y, no obstante, no queremos
sufrir con ellos las tribulaciones del mundo. No puede alcanzar la felicidad de los santos
mártires aquel que no quiere imitarles en cuanto esté de su parte. Es el apóstol San Pablo
quien nos lo enseña: Si sois solidarios en los sufrimientos, también lo seréis en la
consolación. Y el Señor en el Evangelio: Si el mundo os odia, sabed que primero me ha
odiado a mí. Rehúsa pertenecer al cuerpo quien no quiere sufrir el odio con la cabeza.
Pero dirá alguno: «y ¿quién es capaz de seguir los ejemplos de los bienaventurados
mártires?» A éste le respondo que no sólo a los mártires, sino al mismo Señor, con su
gracia, si queremos, le podemos imitar. Escuchad, no a mí, sino al Señor que anuncia:
Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón. Oye también la admonición de San
Pedro: Cristo padeció por nosotros, dejándonos un ejemplo, para que sigamos sus huellas.

RESPONSORIO 2Tm 4, 7–8; cf. Flp 3, 8–10


R. He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe. * Ahora
me aguarda la corona merecida.
V. Todo lo estimo pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús y
la comunión con sus padecimientos, muriendo su misma muerte. * Ahora me aguarda.

Oración
Padre todopoderoso, que concediste al mártir Beato Severino Girault pelear el
combate de la fe hasta derramar su sangre, te rogamos que su intercesión nos ayude a
soportar por tu amor la adversidad, y a caminar con valentía hacia ti, fuente de toda vida.
Por nuestro Señor Jesucristo.

4 de septiembre
SANTA ROSA DE VITERBO,
VIRGEN, III ORDEN
OFM Conv, TOR y OF: ML

Nació en Viterbo en 1234, y en la flor de la edad ingresó en la Tercera Orden


franciscana. Murió en su ciudad natal a los dieciocho años. Había resplandecido por su

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caridad con el prójimo y por su celo por la fe y piedad cristianas. En 1258 trasladaron su
cuerpo a la iglesia de Santa Maria de las Rosas, que también se llama de Santa Rosa.
Del Común de vírgenes.
Himnos castellanos en el Apéndice I.

Oficio de lectura
SEGUNDA LECTURA
Del Solilóquium, de San Buenaventura, obispo
(Cap. IV, núms. 2–3)

El alma devota es reina, esposa e hija del rey eterno


Siempre que contemplo el gozo que me espera, desfallezco de admiración, porque
«este gozo lo encuentro dentro, fuera, debajo, arriba, rodeándome por todas partes».
Gozarás de todo, gozarás en todo. Tu gozo, según creo, fue anunciado por el Apocalipsis
en aquella bendita mujer, rodeada del sol, con la luna a sus pies y coronada de doce
estrellas. Esta mujer, pienso, es el alma devota, hija del Rey eterno y esposa y reina: hija
en la creación, esposa en la adopción de la gracia, reina en la perfección de la gloria. Se la
nombra rodeada del sol por hallarse adornada del esplendor de la caridad divina, y está
coronada por la magnificencia de la eterna felicidad; a esta felicidad le pertenecen los
doce placeres figurados en las doce estrellas del Apocalipsis, que embellecen y
complementan su dicha imperecedera.
Alma devota, busca incansable este placer divino, despreciando toda consolación
humana, y aprende a soportar con paz toda contradicción de este mundo, en la esperanza
del disfrute seguro de aquella dicha celestial.
Escribe Bernardo: «Corre veloz, alma, con la premura del ardiente deseo del
espíritu y el afecto del corazón, ya que al encuentro te sale el Señor de los
bienaventurados y tu Maestro, y no sólo el coro de los ángeles ni el de los
bienaventurados del cielo. Te espera el Dios Padre como a su hija queridísima, el Dios Hijo
como a su predilecta esposa, el Dios Espíritu Santo como a su compañera entrañable. Te
espera impaciente el Padre Dios, para constituirte heredera universal de sus bienes; el
Hijo de Dios, para ofrecerte al Padre como conquista de su encarnación y recompensa de
su sangre preciosísima; el Dios Espíritu Santo, para que participes de su misma dulzura y
bondad permanentes. Toda la familia celestial del eterno Rey de los santos y de los
espíritus bienaventurados te espera para nombrarte conciudadano suyo.»
Alma devota, créeme: si eres capaz de saturarte desde ahora de tanto gozo divino
como te espera, juzgarás las dichas humanas como el suburbio de la ciudad celeste, y te
remontarás con veloz vuelo en el deseo de aquel disfrute permanente y seguro de las
dulzuras de la eterna bienaventuranza del cielo.

RESPONSORIO
R. ¡Qué hermosa eres, virgen de Cristo! * Tú, que has merecido recibir la corona del
Señor, la corona de la virginidad perpetua.
V. Nadie podrá quitarte la palma de la virginidad, ni separarte del amor de Cristo. * Tú,
que has merecido.
La oración como en Laudes.

Laudes
Benedictus, ant. Esta virgen desde la infancia se preocupó de los asuntos del Señor,
consagrándose a ellos en cuerpo y alma.

Oración
Padre de bondad, que has unido en la joven Santa Rosa de Viterbo la firmeza de
ánimo y el encanto de la bondad; al celebrar hoy su fiesta, concédenos imitar también sus
virtudes. Por nuestro Señor Jesucristo.

Vísperas
Magníficat, ant. Maduró en pocos años, cumplió mucho tiempo; como su alma era grata a
Dios, se apresuró a sacarla del ambiente pecador.

7
17 de septiembre
IMPRESIÓN DE LAS LLAGAS A NUESTRO
SERÁFICO PADRE SAN FRANCISCO
Familia Franciscana: FIESTA

Desde su conversión, el Seráfico Padre San Francisco veneró con grandísima


devoción a Cristo crucificado. Hasta su muerte no cesó, con su vida y su palabra, de
predicar al Crucificado. En 1224, mientias estaba sumido en contemplación divina en el
monte Alvernia, el Señor Jesús imprimió en su cuerpo los estigmas de su pasión.
Benedicto XI concedió a la Orden franciscana celebrar cada año la memoria de este hecho,
probado por testimonios fidedignos.
Himnos latinos propios en el Apéndice II.

Invitatorio
Ant. Venid, adoremos a Cristo Rey, que selló a Francisco con las llagas de su pasión.
El salmo invitatorio como en el Ordinario.

Oficio de lectura
HIMNO
I
Con la primera luz de la alborada
sale Francisco, fervoroso, al monte,
cuando el sol ilumina el horizonte
se abisma en la oración.

Y es tan hondo su amor a Jesucristo,


que anhela transformarse en el que ama,
y se convierte en ardorosa llama
de intensa compasión.

Serafín él también, aunque en la carne,


contempla al Serafín crucificado.
Todo su ser, dichoso y angustiado,
se concentra en amor.

Con los ojos brillantes como estrellas,


el alma en vilo, bebe la dulzura,
mientras se imprimen en su carne pura
las llagas del Señor.

Francisco, fiel amor, padre y maestro,


alcánzanos saber morir al mundo
y vivir para Aquel que, en lo profundo,
te selló con su cruz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu,


gloria a la Santa Trinidad divina
que nos sella, transforma e ilumina
con su sagrada luz. Amén.

O bien:
II
Dios como a su espejo os trata,
Francisco; que gusta Dios
de ver retratado en vos
el mismo amor que le mata.

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Tan bien a Dios retratáis,
que el mismo Dios parecéis,
aunque en la cruz excedéis;
que en él os crucificáis.

Dios sus heridas retrata


en vos, porque gusta Dios
de ver retratado en vos
el mismo amor que le mata.

Es de Dios tanto el amor,


aunque en sí te considere,
que tener espejo quiere
para que le haga mayor.

Y como tanto retrata


el vuestro, santo, al de Dios,
gusta de mirar en vos
el mismo amor que le mata.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo


por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 1. La mano del Señor se posó sobre mí y me llevó a la cima del monte.
Los salmos, del Común de pastores.
Ant. 2. Vi aquella magnífica visión y mi semblante quedó desfigurado.
Ant. 3. La gloria del Señor apareció como fuego voraz sobre la cumbre del monte.

V. Tus flechas se me han clavado.


R. Tu mano pesa sobre mí.

PRIMERA LECTURA
De la carta del apóstol San Pablo
a los Gálatas 5, 24–26; 6, 2–5. 7–10. 14–18

Llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús


Hermanos: Los que son de Cristo Jesús han crucificado su carne con sus pasiones y
sus deseos. Si vivimos por el Espíritu, marchemos tras el Espíritu. No seamos vanidosos,
provocándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.
Arrimad todos el hombro a las cargas de los otros, que con eso cumpliréis la ley de
Cristo. Por supuesto, si alguno se figura ser algo, cuando no es nada, él mismo se engaña.
Cada cual examine su propia actuación, y tenga entonces motivo de satisfacción
refiriéndose sólo a sí mismo, no refiriéndose al compañero; pues cada uno tendrá que
cargar con su propio bulto.
No os engañéis, con Dios no se juega: lo que uno siembre eso cosechará. El que
siembra para la carne, de ella cosechará corrupción; el que siembra para el espíritu, del
Espíritu cosechará vida eterna.
Por lo tanto, no nos cansemos de hacer el bien, que, si no desmayamos, a su
tiempo cosecharemos. En una palabra: mientras tenemos ocasión, trabajemos por el bien
de todos, especialmente por el de la familia de la fe.
Lo que es a mí, Dios me libre de gloriárme si no es en la cruz de nuestro Señor
Jesucristo, en la cual el mundo está crucificado para mí, y yo para el mundo. Pues lo que
cuenta no es circuncisión o incircuncisión, sino una criatura nueva. La paz y la
misericordia de Dios vengan sobre todos los que se ajustan a esta norma; también sobre
el Israel de Dios.
En adelante, que nadie me venga con molestias, porque yo llevo en mi cuerpo las
marcas de Jesús.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con vuestro espíritu, hermanos. Amen.

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RESPONSORIO Cf. 2Co 4, 10; Rm 8, 29
R. Llevo en mi cuerpo la muerte de Jesús. * Para que también la vida de Jesús se
manifieste en mi cuerpo.
V. Dios me predestinó a ser imagen de su Hijo. * Para que también.

SEGUNDA LECTURA
De la Leyenda menor de San Buenaventura, obispo
(Núm. 6, 1–4; BAC 399,San Francisco de Asís, Madrid 1980, pp. 520–522)

Por las llagas se convirtió Francisco


en imagen del Crucificado
Francisco, fiel siervo y ministro de Cristo, dos años antes de entregar su espíritu a
Dios, habiendo iniciado en un lugar elevado y solitario, llamado monte Alverna, la
cuaresma de ayuno en honor del arcángel San Miguel –inundado más abundantemente
que de ordinario por la dulzura de la suprema contemplación y abrasado en una llama
más ardiente de deseos celestiales–, comenzó a experimentar un mayor cúmulo de dones
y gracias divinas.
Elevándose, pues, a Dios a impulsos del ardor seráfico de sus deseos y
transformado, por el efecto de su tierna compasión, en aquel que, en aras de su
extremada caridad, aceptó ser crucificado, una mañana próxima a la fiesta de la
Exaltación de la Santa Cruz, mientras oraba en uno de los flancos del monte, vio bajar de
lo más alto del cielo así como la figura de un serafín, que tenía seis alas tan ígneas como
resplandecientes. En vuelo rapidísimo avanzó hacia el lugar donde se hallaba el varón de
Dios, deteniéndose en el aire. Y apareció no sólo alado, sino también crucificado: tenía las
manos y los pies extendidos y clavados a la cruz, y las alas dispuestas, de una parte a
otra, en forma tan maravillosa, que dos de ellas se alzaban sobre su cabeza, las otras dos
estaban extendidas para volar, y las dos restantes rodeaban y cubrían todo el cuerpo.
Ante tal visión quedó lleno de estupor y experimentó en su corazón un gozo
mezclado de dolor. En efecto, el aspecto gracioso de Cristo, que se le presentaba de forma
tan misteriosa como familiar, le producía una intensa alegría, al par que la contemplación
de la terrible crucifixión atravesaba su alma con la espada de un dolor compasivo. Al
desaparecer la visión después de un arcano y familiar coloquio, quedó su alma
interiormente inflamada en ardores seráficos y exteriormente se le grabó en su carne la
efigie conforme al Crucificado, como si a la previa virtud licuefactiva del fuego le hubiera
seguido una cierta grabación configurativa.
Al instante comenzaron a aparecer en sus manos y pies las señales de los clavos,
viéndose las cabezas de los mismos en la parte interior de las manos y en la superior de
los pies, mientras que sus puntas se hallaban al lado contrario.
Asimismo, el costado derecho –como si hubiera sido traspasado por una lanza–
llevaba una roja cicatriz, que derramaba con frecuencia sangre sagrada.
Y, luego que este hombre nuevo Francisco fue marcado con este nuevo y
portentoso milagro –singular privilegio no concedido en los siglos pretéritos–, descendió
del monte el angélico varón llevando consigo la efigie del Crucificado, no esculpida por
mano de algún artífice en tablas de piedra o de madera, sino impresa por el dedo de Dios
vivo en los miembros de su carne.

RESPONSORIO Cf. Ga 6, 14. 17


R. Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo. * Por quien
el mundo está crucificado para mí, y yo para el mundo.
V. En adelante, que nadie me venga con molestias, porque yo llevo en mi cuerpo las
marcas de Jesús. * Por quien.

HlMNO Te Deum.

Oración

10
Dios de amor y misericordia, que marcaste con las señales de la pasión de tu Hijo
al bienaventurado padre Francisco para encender en nuestros corazones el fuego de tu
amor, concédenos, por su intercesión, configurarnos a la muerte de Cristo para vivir
etenamente con él. Que vive y reina contigo.

Laudes
HIMNO
I
Venid, que en el monte Alvemia,
como a Moisés en la zarza
que ardía sin consumirse,
Dios por Francisco nos habla.

Cristo en la cruz es su vida.


Francisco en su amor se abrasa.
Que si «el Amor no es amado»
Francisco por todos ama.

Un serafín presuroso,
con dardos que Amor, inflama,
en su pecho, pies y manos
hace florecer las llagas.

Cinco señales divinas


llevan de Cristo la marca.
Nuevo lenguaje de amor
que Dios por Francisco habla.

Un sol en fulgor temprano


hoy desveló la mañana.
Cuerpo de Cristo es Francisco,
Cristo de Francisco es alma.

Francisco en gozo se inmola


con el dolor de sus lágrimas.
Dolor y gozo son siempre
testimonio de quien ama.

Gloria al amor de Dios Padre


que por su Hijo nos salva.
Gloria al Espíritu Santo
que por Francisco nos llama. Amén.

O bien:
II
En la cumbre de La Verna
se han dado Cita de amor
el siervo con su Señor,
unidos en Pascua eterna.

Del cielo el Señor venía,


Hijo de Dios humanado,
tenía el cuerpo llagado
y el rostro resplandecía.

¡Oh Jesús, el más hermoso


entre los hijos de Adán,

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libres tus lazos están,
para el abrazo de esposo!

Y Francisco se ha quedado
de gracia y amor transido;
por Cristo se encuentra herido
en manos, pies y costado.

La Regla ved ya cumplida


en el monte de la Alianza;
amor que la sangre alcanza
es de aquél que da la vida.

Gloria a ti, Cristo benigno,


en el precioso madero;
para el gozo verdadero
guárdanos bajo tu signo. Amén.

Ant. 1. Estoy crucificado con Cristo: vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí.
Los salmos y el cántico, del domingo de la semana I.
Ant. 2. Cristo se ha apoderado de mí para llevarme a su conocimiento y a la comunión con
sus padecimientos, muriendo su misma muerte.
Ant. 3. Se manifestará en mi persona la grandeza de Cristo: para mí la vida es Cristo.

LECTURA BREVE Ga 6, 14. 17–18


Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, en la
cual el mundo está crucificado para mí, y yo para el mundo. Yo llevo en mi cuerpo las
marcas de Jesús. La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con vuestro espíritu,
hermanos. Amén.

RESPONSORIO BREVE
R. Tus flechas se me han clavado. * Tu mano pesa sobre mí. Tus flechas.
V. Siento palpitar mi corazón, me abandonan las fuerzas. * Tu mano. Gloria al Padre. Tus
flechas.

Benedictus, ant. Francisco, mártir de deseo, te visitó el Sol que nace de lo alto y renovó
maravillosamente en tu cuerpo las señales de nuestra redención.

PRECES
Glorifiquemos a Cristo que, por su muerte y resurrección, edificó su Iglesia y nos ha
llamado al seguimiento de Francisco, y supliquémosle humildemente diciendo:
Consérvanos, Señor, en tu santo servicio.

Tú que viniste a evangelizar a los pobres, enséñanos a propagar tu Reino de palabra y de


obra,
–y a instaurarlo con éxito entre los hombres.
Tú, que eres luz de los pueblos y maestro de santidad, hazque permanezcamos firmes en
la fe verdadera,
–para que proclamemos tu nombre en todo el mundo.
Tú, que diste el mandamiento nuevo de que nos amáramos unos a otros,
–concédenos trabajar por el bien de todos los hombres.
Tú, Sabiduría del Padre, ilumina nuestras inteligencias,
–para que, fieles a la verdad, permanezcamos en el amor.
Tú, que trabajaste con tus propias manos, dirige nuestro trabajo,
–para que todos los que vean nuestras obras glorifiquen a Dios Padre.

Padre nuestro.
12
Oración
Dios de amor y misericordia, que marcaste con las señales de la pasión de tu Hijo
al bienaventurado padre Francisco para encender en nuestros corazones el fuego de tu
amor, concédenos, por su intercesión, configurarnos a la muerte de Cristo para vivir
eternamente con él. Que vive y reina contigo.

Hora intermedia
Las antífonas y los salmos, de la feria correspondiente.

Tercia
LECTURA BREVE Ga 2, 20–21
Mientras vivo en esta carne, vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me amó hasta
entregarse por mí. Yo no anulo la gracia de Dios.

V. Cuando se multiplican mis preocupaciones.


R. Tus consuelos son mi delicia.

Sexta
LECTURA BREVE Rm 6, 4–6
Así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así
también nosotros andemos en una vida nueva. Porque, si nuestra existencia está unida a
él en una muerte como la suya, lo estará también en una resurrección como la suya.
Comprendamos que nuestra vieja condición ha sido crucificada con Cristo.

V. El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo.


R. Que cargue con su cruz y me siga.

Nona
LECTURA BREVE Rm 6, 8. 11
Si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él. Vosotros
consideraos muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.

V. Se inflaman los piadosos corazones.


R. En la celebración de los gloriosos estigmas de San Francisco.

La oración como en Laudes.

Vísperas
HIMNO
I
Lo ha tocado el Señor;
mirad palma con palma,
manos de dos amigos
en una cruz clavadas.

Hermano de los hombres


y aun de las bestias bravas,
hermano de Jesús
que en sí todo lo hermana.

¡Oh cuánto el corazón


contempla, gime y ama!
iCuán alto en la montaña,
cuán cerca en la llanada!

La norma, el Evangelio;
su vida, las pisadas

13
de aquel Jesús que quiso
pisar donde mi planta.

Francisco, el de las calles


por él enamoradas...,
Francisco, a quien el mundo
hoy alza su esperanza.

¡Loado, mi Señor,
por tan cercana gracia:
por el humilde hermano
marcado con tus llagas! Amén.

O bien:
II
Por esas cinco roturas
mostráis el brocado fino,
que tejió con penas duras
Cristo en su cuerpo divino;
con que el mundo a decir vino,
pues que tal ropa traéis,
que Dios se parece a vos
y vos a Dios parecéis.

Con que más claro mostráis


que andáis muy enamorado;
pues la librea lleváis
que es propia de nuestro Amado;
y estáis en él transformado,
tanto, que decir podéis
que Dios se parece a vos
y vos a Dios parecéis.

Rompieron la ropa a Dios


unos hombres inhumanos;
mas, Francisco, Dios a vos
os la rompió con sus manos:
Francisco, ¿qué más queréis?
Que Dios se parece a vos
y vos a Dios parecéis.

Por tan singular merced


por todos a Dios rogad,
a todos favoreced,
a todo el mundo ayudad,
que con gran facilidad,
Francisco, hacerlo podéis,
que Dios se parece a vos
y vos a Dios parecéis. Amén.

Ant. 1. De muchas maneras manifestó Dios en el bienaventurado Francisco el misterio de


la cruz.
Los salmos y el cántico, de las II Vísperas del Común de pastores.
Ant. 2. Nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y éste,
crucificado.
Ant. 3. Sufrió la muerte en su cuerpo, pero recibió vida por el Espíritu.

LECTURA BREVE Ga 6, 14. 17–18

14
Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, en la
cual el mundo está crucificado para mí, y yo para el mundo. Yo llevo en mi cuerpo las
marcas de Jesús. La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con vuestro espíritu,
hermanos. Amén.

RESPONSORIO BREVE
R. Has sellado, Señor Jesucristo, * A tu siervo Francisco. Has sellado.
V. Con el emblema de nuestra redención. * A tu siervo Francisco. Gloria al Padre. Has
sellado.

Magníficat, ant. He muerto para el mundo, y mi vida está, con Cristo, escondida en Dios.
Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también nosotros apareceremos
juntamente con él, en gloria.

PRECES
Invoquemos, hermanos, a Dios Padre, fuente de toda santidad que, por la intercesión y
ejemplo de nuestro Padre San Francisco, nos guía por el camino de la santidad, y
digámosle:
Escúchanos, Señor.

Padre santo, que hiciste a tu siervo Francisco imitador perfecto de tu Hijo,


–haz que nosotros siguiendo sus huellas, observemos fielmente el Evangelio de Cristo.
Padre de bondad, guía nuestros pasos por el camino de la paz siguiendo el ejemplo de
nuestro Padre San Francisco,
–para que, con sincero corazón, vivamos en obediencia, sin propio y en castidad.
Padre altísimo y omnipotente, que dispersas a los soberbios de corazón y enalteces a los
humildes,
–concédenos imitar a nuestro seráfico Padre en la virtud de la humildad.
Padre de amor y misericordia, que marcaste con las señales de la pasión de tu Hijo a tu
siervo Francisco,
–concédenos gloriarnos siempre de la cruz de Cristo.
Padre indulgente, que por las súplicas de nuestro Padre San Francisco otorgaste el perdón
a los pecadores,
–muestra tu rostro a nuestros hermanos difuntos.

Padre nuestro.

Oración
Dios de amor y misericordia, que marcaste con las señales de la pasión de tu Hijo
al bienaventurado padre Francisco para encender en nuestros corazones el fuego de tu
amor, concédenos, por su intercesión, configurarnos a la muerte de Cristo para vivir
eternamente con él. Que vive y reina contigo.

18 de septiembre
SAN JOSÉ DE CUPERTINO,
PRESBÍTERO, I ORDEN
Familia Franciscana: MO
OFM Conv: FIESTA

Nació en la Pulla en 1603. De joven ingresó en la Orden de los franciscanos


conventuales. Tras su ordenación sacerdotal se entregó de lleno al sagrado ministerio,
inflamado en celo de las almas. Adornado de carismas singulares, por disposición de los
superiores se mudó de un lugar a otro, huyendo del fanatismo popular. Descolló por su
obediencia, humildad y paciencia. Manifestó ardiente devoción a los misterios de la vida

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de Cristo, en especial a la eucaristía, y a la Madre de Dios. Murió en Osimo (Marcas) en
1663. Lo canonizó Clemente XIII.
Del Común de santos varones: para los religiosos.
Himnos castellanos en el Apéndice I.

Oficio de lectura
SEGUNDA LECTURA
De las máximas de San José de Copertino
(Cf. G. Parisciani, S. Giuseppe da Copertino alla luce dei nuovi documenti, Osimo 1963,
passim)

La perfección consiste en el amor de Dios


A toda persona piadosa le corresponde amar a Dios sobre todas las cosas, alabarle
con sus palabras y distinguirse con el buen ejemplo. Quien desee emprender la vida de
piedad o religiosa, sepa que sólo llegará a la perfección si logra el amor de Dios. Quien
posee la caridad, aunque sea ignorante, se enriquece; careciendo de ella nunca será feliz.
Aprendamos del sol, que con los mismos rayos da verdor a las plantas y a la fronda de los
árboles, manteniéndolos, sin embargo, a cada uno de ellos en su propia naturaleza: así la
gracia de Dios, con la misma luz embellece al hombre con la perfección moral y también le
enciende en el amor de caridad, haciéndole grato a sus ojos, y, sin dañar su naturaleza
humana, le sublima. Por otra parte, poseemos la voluntad, que el hombre puede ejercer a
su pleno albedrío y que recibió su don gratuito del mismo Dios desde la creación, pero de
la que tendrá que rendir estrecha cuenta a su Señor. Siempre que el hombre se ejercita
en actos de virtud, ayudado de la divina gracia, de la que procede todo bien, tenga
presente esto: que ejerciendo el pleno dominio de su libertad complace a Dios, pero, si
renuncia a su voluntad para colocarse en los brazos amorosos del Señor, le agrada más y
se perfecciona en mayor escala.
Como árbol fértil, que cultivado con esmero produce abundantes frutos, así también
el hombre, esforzándose cuidadosamente en seguir las huellas de Cristo, cosechará obras
consumadas de santidad y se enriquecerá de virtudes cristianas, que servirán a su vez de
ejemplo y aliento al prójimo en el servicio de Dios. Es provechoso saber que es un signo
especial de predilección, que Dios concede a los que ama, el soportar con valentía y por
su amor las adversidades y contratiempos que ofrece la vida presente. Nuestro, Señor
Jesucristo fue el modelo perfecto, que sufrió acerbísimos dolores por nosotros, y nos dio
ejemplo acabado, queriendo también asociarnos a su pasión con los nuestros. No olvides
tampoco: si quieres ser oro, sólo la tribulación purifica las escorias; si hierro, también el
sufrimiento desprende el orín.
Contempla las aves del cielo: para alimentarse necesitan bajar al suelo, pero se
remontan pronto con vuelo veloz hacia las alturas. Del mismo modo, los siervos de Dios,
cuando la necesidad les urja, que se ocupen de los asuntos de este mundo, pero a
condición de que sepan elevarse cuanto antes con la mente hacia su Señor para alabarle y
glorificarle. Fíjate de nuevo en las aves, quienes también pisan tierras encenagadas, pero
lo hacen con tanto cuidado que consiguen no enfangarse en ellas. De la misma forma, el
hombre, que no se manche en lo que pueda inquietar el alma; manteniendo
incontaminados los afectos del corazón, elévela hacia lo alto, y con Santa operación
glorifique al Altísimo Señor.

RESPONSORIO 2Co 12, 10. 9. 7


R. Vivo contento en medio de mis debilidades, de los insultos, las privaciones, las
persecuciones. * Porque así residirá en mí la fuerza de Cristo.
V. Para no tener soberbia por la grandeza de estas revelaciones, muy a gusto presumo de
mis debilidades. * Porque así.

La oración como en Laudes.

Laudes
Benedictus, ant. Bendito sea Dios que me ciñe de valor y me enseña un camino perfecto;
él me da pies de ciervo y me coloca en las alturas.

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Oración
Dios de misericordia, que con admirable sabiduría has querido que tu Hijo, al ser
levantado de la tierra, atrajera todas las cosas hacia él, concédenos, por intercesión de
San José de Copertino, tender a la perfección que nos has propuesto en la persona de tu
Hijo, y vernos libres de la malicia de este mundo. Por nuestro Señor Jesucristo.

Vísperas
Magníficat, ant. Aspirad a los bienes de allá arriba, no a los de la tierra: he muerto y mi
vida está, con Cristo, escondida en Dios.

19 de septiembre
SAN FRANCISCO MARÍA DE CAMPORROSSO,
RELIGIOSO, I ORDEN
OFM Cap: MO

Nació en 1804. Ingresó en la Orden franciscana capuchina. Durante cuarenta años


recorrió mendigando la ciudad de Génova, haciendo el bien a cuerpos y almas. Difundía
tal olor de santidad que el pueblo le llamaba «el padre santo». Durante la epidemia del
cólera ofreció generosamente su vida por los demás y la perdió el 17 de septiembre de
1866. Lo canonizó Juan XXIII en 1962.
Del Común de santos varones: para los religiosos.
Himnos castellanos en el Apéndice I.

Oficio de lectura
SEGUNDA LECTURA
Del opúsculo Vitis mýstica, atribuido a San Buenaventura, obispo
(Cap. 32: Opera omnia VIII, pp. 214–215)

De poco vale la fragancia de la flor (de la virginidad),


si no va acompañada de la caridad
La caridad, que nunca puede estar ociosa, se manifiesta siempre por las obras,
como afirma San Gregorio: «La prueba del amor está en sus frutos.» Y San Juan, el
discípulo predilecto de Jesús, dice: Si alguno que posee bienes de la tierra ve a su
hermano padecer necesidad y le cierra el corazón, ¿cómo puede permanecer en él el amor
de Dios? El que no ama a su hermano, a quien ve, ¿cómo puede amar a Dios, a quien no
ve?
La misma Verdad, el buen Jesús, se cuidó de expresar con claridad las obras de
misericordia, que demuestran el amor al prójimo, y que servirán, al final de los tiempos,
de salvación o de reprobación, al decir: Porque tuve hambre y me disteis de comer; tuve
sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me
vestisteis; enfermo y en la cárcel, y vinisteis a verme. Pues cuanto hicisteis a uno de
estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis. Éstas son las obras de
misericordia, que tienen su raíz en la caridad. Es bueno, pues, pararse despacio a
considerar cuál sea la dignidad de estas obras de caridad, que adquieren, en el juicio final,
la categoría máxima de la salvación. Incluso de nada valdrá entonces la fragancia de la
flor, es decir, la integridad de la virginidad, si a ésta le falta el aroma de las obras de
caridad.
Examine cada uno su conciencia y vea si tiene esta disposición de mente. Cuando
te encuentras con un pobre, con un enfermo, con un forastero, y pasas delante de ellos
sin que te muevas a compasión, ni ruegas por sus necesidades, ni te unes a sus lamentos,
¿crees que estás lleno de compasión? Si no eres capaz de compartir tus bienes con el
necesitado, tampoco sabes lo que es padecer privaciones. Recuerda que Cristo está
presente en el pobre porque es miembro suyo, y, cuando te pide socorro, ayúdale, porque
es él mismo quien te lo suplica; además el pobre es tu hermano. No cierres tus

17
sentimientos a la verdadera compasión, que por la amplitud de ésta conocerás cuál es la
medida de tu amor a Dios.
Mayor compasión merecen los que se apartaron de la fe o del recto proceder, o los
que se sumergieron voluntaria o involuntariamente en el pecado; éstos precisan más del
pan celestial de los ángeles, el dulce Jesús; dádselo con ardientes súplicas, con gemidos,
con los ardores de vuestra caridad. Igualmente, quienes recibieron del Espíritu el don de
la ciencia y de la sabiduría les deben dispensar el alimento de la palabra de Dios, que se
contiene en los libros sagrados, para que, junto con su ferviente oración elevada al Señor,
se digne abrirles los ojos del entendimiento, le conozcan y le saboreen, degustando la
suavidad y dulzura del buen Dios, y se les abran de nuevo los ojos en la fracción del pan,
es decir, al proporcionarles el recto conocimiento de esa palabra divina, que se desprende
de la sabia interpretación de las sagradas Escrituras.

RESPONSORIO Cf. Plp 1, 20–21; 1Ts 2, 8


R. Viva o muera, se manifestará en mi persona la grandeza de Cristo. * Para mí la vida es
Cristo, y una ganancia el morir.
V. Os teníamos tanto cariño que deseábamos entregaros no sólo el Evangelio de Dios, sino
hasta nuestras propias personas, porque os habíais ganado nuestro amor. * Para mí.

La oración como en Laudes.

Laudes
Benedictus, ant. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

Oración
Dios de bondad, que en tu humilde siervo Francisco María nos has dado un ejemplo
de amor a los pobres; por su intercesión y ayuda, haz que también nosotros nos
dediquemos al servicio del prójimo con generosidad y humildad. Por nuestro Señor
Jesucristo.

Vísperas
Magníficat, ant. Todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, tenedlo en cuenta y ponedlo
por obra.

23 de septiembre
SAN PÍO DE PIETRELCINA,
PRESBÍTERO, I ORDEN
Familia Franciscana: MO

Pío, en el siglo Francisco Forgione, nació en Pietrelcina, diócesis de Benevento, el


25 de mayo de 1887. Ingresó en la Orden de Hermanos Menores Capuchinos el 6 de enero
de 1903, siendo ordenado de sacerdote el 10 de agosto de 1910, en la catedral de
Benevento. El 28 de julio de 1916 llegó a San Giovanni Rotondo, en las estribaciones del
monte Gárgano, donde, salvo pocas y breves interrupciones, permaneció hasta su muerte,
acaecida el 23 de septiembre de 1968. La mañana del viernes 20 de septiembre de 1918,
orando ante el Crucifijo del coro de la vieja iglesia conventual, recibió el don de las llagas,
que, durante medio siglo permanecieron abiertas y sangrantes. Durante su vida,
desarrolló su ministerio sacerdotal, fundó los «Grupos de oración» y un moderno hospital,
al que dio el nombre de «Casa alivio del sufrimiento». Fue beatificado el día 2 de mayo de
1999 y canonizado el 17 de junio de 2002 por el papa Juan Pablo II.
Del propio y del común de pastores.

Oficio de lectura
SEGUNDA LECTURA
De las cartas de San Pío de Pietrelcina
(Carta 500; 510; Epist.1, 1065; 1093-1095, Edic. 1992)

18
Alzaré fuerte mi voz a Él y no cesaré
En fuerza de esta obediencia me resuelvo a manifestarle lo que sucedió en mí
desde el día 5 por la tarde que se prolongó durante todo el 6 del corriente mes de agosto.
No soy capaz de decirle lo que pasó a lo largo de este tiempo de superlativo
martirio. Me hallaba confesando a nuestros seráficos la tarde del 5, cuando de repente me
llené de un espantoso terror ante la visión de un personaje celeste que se me presenta
ante los ojos de la inteligencia. Tenía en la mano una especie de dardo, semejante a una
larguísima lanza de hierro con una punta muy afilada y parecía como si de esa punta
saliese fuego. Ver todo esto y observar que aquel personaje arrojaba con toda violencia
tal dardo sobre el alma fue todo uno. A duras penas exhalé un gemido, me parecía morir.
Le dije al seráfico que se marchase, porque me sentía mal y no me encontraba con
fuerzas para continuar. Este martirio duro sin interrupción hasta la mañana del día siete.
No sabría decir cuánto sufrí en este periodo tan luctuoso. Sentía también las entrañas
como arrancadas y desgarradas por aquel instrumento mientras todo quedaba sometido a
hierro y fuego.
Y ¿qué decirle con respecto a lo que me pregunta sobre cómo sucedió mi
crucifixión? ¡Dios mío, qué confusión y humillación experimento al tener que manifestar lo
que tú has obrado en esta tu mezquina criatura!
Era la mañana del 20 del pasado mes de septiembre en el coro, después de la
celebración de la santa misa, sentí una sensación de descanso, semejante a un dulce
sueño. Todos los sentidos internos y externos, incluso las mismas facultades del alma se
encontraron en una quietud indescriptible. Durante todo esto se hizo un silencio total en
torno a mí y dentro de mí; siguió luego una gran paz y abandono en la más completa
privación de todo, como un descanso dentro de la propia ruina. Todo esto sucedió con la
velocidad del rayo.
Y mientras sucedía todo esto, me encontré delante de un misterioso personaje,
semejante al que había visto la tarde del 5 de agosto, que se diferenciaba de éste
solamente en que tenía las manos, los pies y el costado manando sangre. Sólo su visión
me aterrorizó; no sabría expresar lo que sentí en aquel momento. Creí morir y habría
muerto si el Señor no hubiera intervenido para sostener mi corazón, el cual latía como si
se quisiera salir del pecho. La visión del personaje desapareció y yo me encontré con las
manos, los pies y el costado traspasados y manando sangre. Imaginad qué desgarro estoy
experimentando continuamente casi todos los días. La herida del corazón mana
asiduamente sangre, sobre todo desde el jueves por la tarde hasta el sábado.
Padre mío, yo muero de dolor por el desgarro y la subsiguiente confusión que yo
sufro en lo más íntimo del corazón. Temo morir desangrado, si el Señor no escucha los
gemidos de mi corazón y retira de mí este peso. ¿Me concederá esta gracia Jesús que es
tan bueno? ¿Me quitará al menos esta confusión que experimento por estas señales
externas? Alzaré fuerte mi voz a él sin cesar, para que por su misericordia retire de mí la
aflicción, no el desgarro ni el dolor, porque lo veo imposible y yo deseo embriagarme de
dolor, sino estas señales externas que son para mí de una confusión y humillación
indescriptible e insostenible.
El personaje del que quería hablarle en mi anterior, no es otro que el mismo del
que le hablé en otra carta mía y que vi el 5 de agosto. El continúa su actividad sin parar,
con gran desgarro del alma. Siento en mi interior como un continuo rumor, como el de
una cascada, que está siempre echando sangre. ¡Dios mío!
Es justo el castigo y recto tu juicio, pero trátame al fin con misericordia. Señor –te
diré siempre con tu profeta–: Señor no me corrijas con ira, no me castigues con cólera.
Padre mío, ahora que conoces toda mi interioridad, no desdeñes de hacer llegar hasta mí
la palabra de consuelo, en medio de tan feroz y dura amargura.

RESPONSORIO Mt 16, 24; Hb 12, 2


R. Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, * tome su cruz y sígame.
V. Cristo en lugar del gozo que se le proponía, soportó la cruz sin miedo a la ignominia. *
Tome su cruz y sígame.

Oración

19
Dios omnipotente y eterno que, con gracia singular concediste al sacerdote San Pío
participar en la cruz de tu Hijo y, por medio de su ministerio has renovado las maravillas
de tu misericordia, concédenos, por su intercesión, que unidos constantemente a la pasión
de Cristo podamos llegar felizmente a la gloria de la resurrección. Por nuestro Señor
Jesucristo.

23 de septiembre
HALLAZGO DEL CUERPO DE SANTA CLARA DE ASÍS
II Orden: Conmemoración SUPRIMIDA

El cuerpo de Santa Clara, fallecida en el monasterio de San Damián, a las afueras


de Asís, recibió sepultura primero en la iglesia de San Jorge, dentro de la ciudad, y luego
en el templo que se le dedicó. El 23 de septiembre de 1850 se abrió su sepulcro y se
expusieron sus reliquias a la veneración de los fieles.
Del Común de vírgenes.
Himnos castellanos en el Apéndice I.

Oficio de lectura
SEGUNDA LECTURA
De la carta de Santa Clara, virgen, a Santa Inés de Praga
(BAC 314, Escritos de Santa Clara, Madrid 1982, pp. 376–379)

No perder de vista los frutos de la caridad


Hermana carísima, y aún más, señora respetabilísima, pues sois esposa y madre y
hermana de mi Señor Jesucristo, adornada esplendorosamente con el estandarte de la
virginidad inviolable y de la santísima pobreza: ya que vos habéis comenzado con tan
ardiente anhelo del pobre Crucificado, confirmaos en su santo servicio; que él sufrió por
nosotros el suplicio de la cruz, liberándonos del poder del príncipe de las tinieblas –que
nos tenía sometidos y encadenados por la transgresión de nuestro primer padre– y
reconciliándonos con Dios Padre.
¡Oh pobreza bienaventurada, que da riquezas eternas a quienes la aman y abrazan!
¡Oh pobreza Santa, por la cual, a quienes la poseen y desean, Dios les promete el reino de
los cielos, y sin duda alguna les ofrece la gloria eterna y la vida bienaventurada! ¡Oh
piadosa pobreza, a la que se dignó abrazar con predilección el Señor Jesucristo, el que
gobernaba y gobierna cielo y tierra, y lo que es más, lo dijo y todo fue hecho!
Pues si un Señor tan grande y de tal calidad, encarnándose en el seno de la Virgen,
quiso aparecer en este mundo como un hombre despreciado, necesitado y pobre, para
que los hombres, pobrísimos e indigentes, con gran necesidad de alimento celeste, se
hicieran en él ricos por la posesión del reino de los cielos, alegraos vos y saltad de júbilo,
colmada de alegría espiritual y de inmenso gozo. Vos, al preferir el desprecio del siglo a
los honores, la pobreza a las riquezas temporales, y guardar cuidadosamente los tesoros
en el cielo y no en la tierra, allí donde ni la herrumbre los corroe ni los come la polilla, ni
los ladrones los descubren y roban, os habéis asegurado una recompensa copiosísima en
los cielos y habéis merecido dignamente ser hermana, esposa y madre del Hijo del
altísimo Padre y de la Virgen gloriosa.
Pues creo firmemente que vos sabéis cómo el reino de los cielos se promete y se da
por el Señor a los pobres. En la medida en que se ama algo temporal, se pierde el fruto de
la caridad. No se puede servir a Dios y al dinero, porque se amará a uno y se aborrecerá
al otro, o se entregará a uno y despreciará al otro. Un hombre vestido no puede luchar
con otro desnudo, pues será derribado pronto, por tener de donde asirlo. Y es imposible
morar con gloria en el siglo y luego reinar con Cristo. Y antes pasará un camello por el ojo
de una aguja que subirá un rico al reino celestial. Por eso vos os habéis despojado de los
vestidos, esto es, de las riquezas temporales, para no sucumbir de ningún modo ante el
enemigo, para entrar en el cielo por el camino arduo y la puerta estrecha. Es un gran
negocio, y loable, dejar lo temporal por lo eterno, ganar el cielo a costa de la tierra, recibir
el ciento por uno, y poseer a perpetuidad la vida feliz.

20
Por todo ello he creído un deber suplicar a vuestra excelencia y santidad, en cuanto
puedo, humildemente, en las entrañas de Cristo, que os confirméis en su santo servicio;
creciendo de bien a mejor, de virtud en virtud. Él, a quien servís con todo el ardor de
vuestra alma, se digne otorgaros los premios deseados.

RESPONSORIO Sal 83,5.6. 11


R. Dichosos los que viven en tu casa, Señor, alabándote siempre; dichosos los que
encuentran en ti su fuerza al preparar su peregrinación. * Vale más un día en tus atrios
que mil en mi tasa.
V. Prefiero el umbral de la casa de Dios a vivir con los malvados. * Vale más.

La oración como en Laudes.

Laudes
HIMNO
Tú mereces un canto, mi Señor,
por nuestra hermana Clara
llevada en el fulgor del fuego
y en el salto transparente del agua.

Tú mereces un himno, mi Señor,


por nuestra hermana Clara
que a todos llega como el sol
y como la luna estampada en el agua.

Tú mereces un salmo, mi Señor,


por nuestra hermana Clara
que aguanta enfermedad y ama,
y resiste en alabanza como el alba.

Tú mereces un salmo, mi Señor,


por nuestra hermana Clara
que bendijo el ser tu criatura
y muriendo en tu paz te dio su alma.

Tú mereces la gloria y el honor


por toda criatura que vive bajo el sol.
Alabanza al Hijo Jesucristo y al Padre,
y al Espíritu Santo por los siglos todo amor. Amén.

Benedictus, ant. El Señor cambió su ceniza en corona, su traje de luto en perfume de


fiesta, su abatimiento en cánticos.

Oración
Señor, Dios nuestro, al recordar hoy con alegría a la Santa Madre Clara, te rogamos
que, por sus méritos y ejemplo, enraizados en la fe y en el amor, vivamos cada día el
misterio de la resurrección y disfrutemos de tu presencia en el cielo. Por nuestro Señor
Jesucristo.

Vísperas
Magníficat, ant. «Me casaré contigo en matrimonio perpetuo –dice el Señor–; me casaré
contigo en misericordia y compasión; me casaré contigo en fidelidad.»

26 de septiembre
SAN ELZEARIO DE SABRÁN Y BEATA DELFINA,
ESPOSOS, III ORDEN

21
TOR y OFS: MO

Elzeario, nacido en Francia, luego conde de Ariano Hirpino (Nápoles), contrajo


matrimonio con Delfina de Glandeves, y se mantuvieron vírgenes según se refiere; y
esclarecieron la Tercera Orden franciscana con heroicas virtudes. A manos llenas
distribuían entre los pobres sus copiosas riquezas y se dedicaban de continuo a la oración
y a las buenas obras. Elzeario murió en Paris el 27 de septiembre de 1323; y Delfina, al
cabo de cinco lustros pasados en santa viudez, falleció en la ciudad francesa de Apt el 26
de noviembre de 1358.
Del Común de santos varones.
Himnos castellanos en el Apéndice I.

Oficio de lectura
SEGUNDA LECTURA
De la obra de San Agustín, obispo, sobre el matrimonio y la concupiscencia
(Lib. 1. 10: PL 44, pp. 420s.)

El valor y la firmeza provienen del vínculo matrimonial


A los cristianos que se casan se les encomienda no sólo la fecundidad, cuyo fruto
son los hijos, ni la vida honesta exigida por la mutua fidelidad, sino un verdadero
sacramento, conforme a lo dicho por San Pablo: Maridos, amad a vuestras esposas como
Cristo amó a la Iglesia. Y no hay duda de que pertenece a la esencia de este sacramento
la inseparabilidad de los contrayentes mientras vivan y de que, excepto el caso de
fornicación, nunca es lícito disolverlo. La Iglesia guarda este depósito recibido de Cristo:
que mientras vivan los esposos no se pueden divorciar. Y tanto valor tiene el
cumplimiento de este mandato en la ciudad Santa de Dios, en su monte santo –es decir,
en la Iglesia de Cristo–, para todos los fieles casados –que son miembros de Cristo–, que
aun si las vírgenes se unen en matrimonio por buscar descendencia, o si los varones
toman mujer para lo mismo, nunca les es lícito abandonar al otro cónyuge, aunque uno de
ellos fuera estéril y pretendiera unirse en matrimonio con otro que le proporcionara hijos.
Si un varón atentara divorciarse, lo haría bajo la norma de este mundo, que le permitiría
el derecho de repudio y pasar a nuevas nupcias: lo que el mismo Cristo asegura que fue
concedido por Moisés a los israelitas, por la dureza de su corazón; mas ése, según la ley
evangélica, es adúltero; dígase otro tanto de la mujer casada que tomara nuevo esposo.
Los derechos contraídos por el matrimonio, mientras vivan los cónyuges, adquieren mayor
valor y firmeza entre ellos que los lazos que pudieran dimanar de ulteriores uniones con
otro. Pero no serían adúlteros, si permanecieran fieles el uno al otro cónyuge. Pero si, por
mutuo consentimiento de ambos contrayentes, determinaran privarse del uso del
matrimonio indefinidamente, aun entonces permanece intacto el vínculo matrimonial. Y
cuanto más firme, clara y prolongada fuera esta determinación, que habría de guardarse
también con mayor fidelidad, sepan que son esposos por la palabra dada en la celebración
del matrimonio: no por la unión de los cuerpos, sino por la compenetración de las almas;
el matrimonio no se formaliza por los actos carnales anteriores o posteriores a él, ni
desaparece ni tampoco es falsa la denominación de cónyuge porque no tuvieron lugar
estas uniones o porque nunca se piensan realizar.

RESPONSORIO 1Co 6, 19–20; 3, 16


R. ¿No sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que habita en vosotros? *
Glorificad a Dios con vuestro cuerpo.
V. Sois templo de Dios y el Espíritu de Dios habita en vosotros. * Glorificad.

La oración como en Laudes.

Laudes
Benedictus, ant. Dichosos los que trabajan por la paz, dichosos los limpios de corazón,
porque ellos verán a Dios.

Oración

22
Manifiesta, Dios nuestro, la grandeza de tu amor hacia nosotros, que celebramos
hoy la fiesta de los bienaventurados Elzeario y Delfina, unidos en santo matrimonio; y haz
que nosotros disfrutemos también de la intimidad de tu amor en el cielo. Por nuestro
Señor Jesucristo.

Vísperas
Magníficat, ant. La virtud se perpetúa en el recuerdo; ceñida la corona, desfila triunfadora,
victoriosa en la prueba de trofeos bien limpios.

26 de septiembre
BEATO AURELIO DE VINALESA, PRESBÍTERO, Y COMPAÑEROS MÁRTIRES, I
ORDEN
OFM Cap: ML

Nació En Vinalesa (España) el año 1896. Desde joven se sintió atraído hacia la vida
religiosa en la orden Franciscana Capuchina, donde ingresó. Durante la persecución
religiosa en España, tuvo que abandonar el convento y refugiarse en una familia. Fue
detenido y poco después lo mataron, el 28 de agosto de 1936. Murió gritando: “¡Viva
Cristo Rey!” En el mismo período sufrieron el martirio otros 11 religiosos capuchinos y 5
clarisas capuchinas.
Del común de varios mártires, o de santos varones: para los religiosos

Oficio de lectura
SEGUNDA LECTURA
De las cartas del Bto. Aurelio de Vinalesa, presbítero y mártir
(Arch. Post., n. 709, pág. 96)

Todo pasa excepto el amor a Dios


Ignoro lo que Dios quiera disponer de mi; pero por si él quisiere elegirme por
víctima, quiero dirigirte unas letras de afecto y amonestación, nacidas de lo más hondo
del alma.
En el momento en que te escribo se persiguen como enemigos irreconciliables los
que son hermanos, porque nacieron en el mismo suelo hispano y fueron amamantados
con la leche de una misma fe. Y llega a tal extremo el furor de la lucha fratricida, que por
doquiera no se ven más que ruinas y muerte, especialmente en la Iglesia de Dios, que es
ahora cruelmente crucificada en nuestra Patria como lo fuera El en el Calvario.
¿Qué hemos de hacer o qué han de hacer los que existan después de esta terrible
hecatombe?
Por lo que a los ministros de Dios se refiere, ser santos como Dios es santo. Y
¿cómo traducirás a la práctica esta fórmula tú?
Serás un sacerdote, y ahora seminarista, que viva del espíritu de fe, que haga lo
que haga, grande o pequeño (según las selectas gracias que Dios te concediere) lo
refieras siempre a Dios con la más pura intención de agradarle, buscando en todas tus
obras el amor de Dios. ¿De qué sirve ganar todas las cosas del mundo si se pierde el
alma? Y los sacerdotes corremos el peligro de irnos tras de los bienes del mundo,
procurando dignidades, honores y riquezas y estas estorbarán más a la hora de la muerte
que a los puros seglares. En cambio, el amor de Dios nos lo endulzará todo, nos lo hará
todo superable y fácil, porque es más fuerte que la muerte; y sobreviniendo esta, te
seguirá a la eternidad bienaventurada. Porque si las cosas de este mundo pasan, el amor
no pasa, según aquella hermosa frase del Santo Doctor Buenaventura: “Omnia
praetereunt praeter amare Deum”. Busca, pues, con suavidad, constancia y fuerza (pero
sin turbación, precipitación) a Dios; pórtate en todo como un humilde siervo de Dios y de
Jesucristo, de nuestra dulcísima Madre, y llenarás los fines de la Providencia Divina
respecto a ti y darás constantemente a tu tío que espera des a Dios mucha gloria y te
acuerdes de él en tus oraciones y sacrificios.

23
Da muchos recuerdos a tus superiores, los operarios de la viña del Señor. Y recibe
la bendición de tu tío que te abraza en el Señor.

RESPONSORIO Mt 16, 24; Hebr 12, 2


R. Dios nos contempla, Cristo y sus ángeles nos miran, mientras luchamos por la fe. *
Qué dignidad tan grande, qué felicidad tan plena es luchar bajo la mirada de Dios y ser
coronados por Cristo.
V. Revistámonos de fuerza y preparémonos para la lucha con un espíritu indoblegable, con
una fe sincera, con una total entrega. * Qué dignidad.

La oración como en Laudes.

Laudes

Oración
Oh Dios, que has concedido a los beatos Aurelio y compañeros dar, el mayor
testimonio de caridad con el derramamiento de su sangre, te pedimos permanecer
siempre fieles a Cristo y no separarnos nunca de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo.

24
3 de octubre
CELEBRACIÓN DEL TRÁNSITO DE NUESTRO PADRE SAN FRANCISCO DE ASÍS,
DIÁCONO Y FUNDADOR DE LAS TRES ÓRDENES

Si las condiciones pastorales lo aconsejan, se recomienda la celebración franciscana y


fraterna del Tránsito de Nuestro Padre, que tuvo lugar al atardecer, a la hora de vísperas
del 3 de octubre de 1226 (Ritual Franciscano OFM, pp. 327–334).

4 de octubre
NUESTRO PADRE SAN FRANCISCO DE ASÍS,
DIÁCONO Y FUNDADOR DE LAS TRES ÓRDENES
Familia Franciscana: SOLEMNIDAD

Nació en Asís en 1182. Convertido a Cristo tras una juventud mundana, renunció a
los bienes paternos y se consagró por entero a Dios. Abrazó la pobreza y llevó una vida
evangélica, predicando a todos el amor de Dios. A sus seguidores los formó con
ejemplares normas de vida, aprobadas por la Sede Apostólica. Fundó también la Orden de
Clarisas y la Tercera Orden seglar. Predicó la fe entre los infieles. Murió la tarde del 3 de
octubre de 1226.
Himnos latinos propios en el Apéndice II.

I Vísperas
HIMNO
Cae la tarde lentamente
mientras las sombras se alargan.
Francisco sabe que llega
la muerte, su dulce hermana.

Mantiene enhiesto el espíritu


aunque la carne está flaca.
Sus miembros se tornan fríos
mientras el alma se abrasa.

Todos sus hijos, en torno,


le dicen su amor con lágrimas,
y queda el rebaño triste
porque su pastor se marcha.

Francisco, que mira al cielo,


flácida y suave levanta
una mano que bendice
dispensadora de gracias.

Que el error y la lujuria


no mancillen vuestra casa.
Sola la virtud anide
en los cuerpos y en las almas.

Y luego voló su espíritu


como una paloma blanca
que en el cielo ha puesto el nido
colgando en divina rama.

Al Padre, al Hijo, al Espíritu


ascienda nuestra alabanza.

25
Gloria y honor al Dios Trino
por los siglos que no acaban. Amén.

SALMODIA
Ant. 1. Francisco, varón católico y del todo apostólico, enviado con la buena noticia de la
paz.

Salmo 111
Dichoso quien teme al Señor
y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra,
la descendencia del justo será bendita.

En su casa habrá riquezas y abundancia,


su caridad es constante, sin falta.
En las tinieblas brilla como una luz
el que es justo, clemente y compasivo.

Dichoso el que se apiada y presta,


y administra rectarnente sus asuntos.
El justo jamás vacilará,
su recuerdo será perpetuo.

No temerá las malas noticias,


su corazón está firme en el Señor.
Su corazón está seguro, sin temor,
hasta que vea derrotados a sus enemigos.

Reparte limosna a los pobres;


su caridad es constante, sin falta.
y alzará la frente con dignidad.

El malvado, al verlo, se irritara,


rechinará los dientes hasta consumirse.
La ambición del malvado fracasará.

Ant. Francisco, varón católico y del todo apostólico, enviado con la buena noticia de la
paz.
Ant. 2. En sus días sostuvo la casa de Dios y reparó el templo.

Salmo 147
Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;
ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.

El envía su mensaje a la tierra,


y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza;

hace caer el hielo como migajas


y con el frío congela las aguas;
envía una orden, y se derriten;
sopla su aliento, y corren.

26
Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.

Ant. En sus días sostuvo la casa de Dios y reparó el templo.


Ant. 3. Sácame de la prisión: me rodearán los justos cuando me devuelvas tu favor.

Salmo 141
A voz en grito clamo al Señor,
a voz en grito suplico al Señor;
desahogo ante él mis afanes,
expongo ante él mi angustia,
mientras me va faltando el aliento.

Pero tú conoces mis senderos,


y que en el camino por donde avanzo
me han escondido una trampa.

Mira a la derecha, fíjate:


nadie me hace caso;
no tengo adónde huir,
nadie mira por mi vida.

A ti grito, Señor;
te digo: «Tú eres mi refugio
y mi lote en el país de la vida.»

Atiende a mis clamores,


que estoy agotado;
líbrame de mis perseguidores,
que son más fuertes que yo.

Sácame de la prisión,
y daré gracias a tu nombre:
me rodearán los justos
cuando me devuelvas tu favor.

Ant. Sácame de la prisión: me rodearán los justos cuando me devuelvas tu favor.

LECTURA BREVE Rm 8, 10-11


Si Cristo está en vosotros, el cuerpo está muerto por el pecado, pero el espíritu
vive por la justificación obtenida. Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los
muertos habita en vosotros, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará
también vuestros cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en vosotros

RESPONSORIO BREVE
R. Francisco pobre y humilde * Entra rico en el cielo. Francisco.
V. Lo aclaman con himnos celestiales. * Entra. Gloria al Padre. Francisco.

Magníficat, ant. Francisco, del todo sumiso al Creador, tuvo sumisas a las criaturas: se
servía de ellas para gloria de Dios.

PRECES
Invoquemos, hermanos, a Dios Padre, fuente de toda santidad que, por la intercesión y
ejemplo de nuestro Padre San Francisco, nos guía por el camino de la santidad, y
digámosle:
Escúchanos, Señor.

27
Padre Santo, que hiciste a tu siervo Francisco imitador perfecto de tu Hijo,
–haz que nosotros, siguiendo sus huellas, observemos fielmente el Evangelio de Cristo.
Padre de bondad, guía nuestros pasos por el camino de la paz, siguiendo el ejemplo de
nuestro padre San Francisco,
–para que, con sincero corazón, vivamos en obediencia, sin propio y en castidad.
Padre altísimo y omnipotente, que dispersas a los soberbios de corazón y enalteces a los
humildes,
–concédenos imitar a nuestro seráfico Padre en la virtud de la humildad.
Padre de amor y de misericordia, que marcaste con las señales de la pasión de tu Hijo a tu
siervo Francisco,
–concédenos gloriarnos siempre de la cruz de Cristo.
Padre indulgente, que por las súplicas de nuestro Padre San Francisco otorgaste el perdón
a los pecadores,
–muestra tu rostro a nuestros hermanos difuntos.

Padre nuestro.

Oración
Dios todopoderoso, que otorgaste a nuestro Padre San Francisco la gracia de
asemejarse a Cristo por la humildad y la pobreza, concédenos caminar tras sus huellas,
para que podamos seguir a tu Hijo y entregarnos a ti con amor jubiloso. Por nuestro
Señor Jesucristo.

Invitatorio
Ant. Venid, adoremos a cristo Rey, que enaltece a los humildes.
El salmo invitatorio como en el Ordinario.

Oficio de lectura
HIMNO
Luce el cielo su manto de estrellas
en la noche callada y serena;
cuando todos descansan y duermen,
fray Francisco absorto está en vela.

Y sus ojos, al cielo elevados,


son plegaria de amor y de entrega,
y su voz, un susurro de rezos,
convertidos en dulces poemas.

«¡Quién sois Vos, Señor mío y Dios mío!


¡Quién soy yo, vil gusano en la tierra!...»
Y así pasan las horas volando,
y Francisco, extático, sueña:

¡es heraldo del Rey de la gloria,


y la Dama Pobreza es su dueña!
Ya no cuentan dolores ni gozos,
sufrimientos y dichas no cuentan.

Demos gloria al Dios increado,


Trino y Uno en personas y esencia,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
alabanzas y gloria eternas. Amén.

SALMODIA
Ant. 1. Dios me hizo olvidar la casa paterna, me hizo crecer en la tierra de mi aflicción.
28
Salmo 1
Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche.

Será como un árbol


plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin.

No así los impíos, no así;


serán paja que arrebata el viento.
En el juicio los impíos no se levantarán,
ni los pecadores en la asamblea de los justos;
porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal.

Ant. Dios me hizo olvidar la casa paterna, me hizo crecer en la tierra de mi aflicción.
Ant. 2. Estimó mayor riqueza el oprobio de la cruz de Cristo, que los tesoros del mundo.

Salmo 8
Señor, dueño nuestro,
¡qué admirable es tu nombre
en toda la tierra!

Ensalzaste tu majestad sobre los cielos.


De la boca de los niños de pecho
has sacado una alabanza contra tus enemigos,
para reprimir al adversario y al rebelde.

Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos,


la luna y las estrellas que has creado,
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
el ser humano, para darle poder?

Lo hiciste poco inferior a los ángeles,


lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste bajo sus pies:

rebaños de ovejas y toros,


y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por el mar.

Señor, dueño nuestro,


¡qué admirable es tu nombre
en toda la tierra!

Ant. Estimó mayor riqueza el oprobio de la cruz de Cristo, que los tesoros del mundo.
Ant. 3. He muerto al mundo y mi vida está, con Cristo, escondida en Dios.

Salmo 15

29
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.»
Los dioses y señores de la tierra
no me satisfacen.

Multiplican las estatuas


de dioses extraños;
no derramaré sus libaciones con mis manos,
ni tomaré sus nombres en mis labios.

El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;


mi suerte está en tu mano:
me ha tocado un lote hermoso,
me encanta mi heredad.

Bendeciré al Señor, que me aconseja,


hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.

Por eso se me alegra el corazón,


se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.

Me enseñarás el sendero de la vida,


me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.

Ant. He muerto al mundo y mi vida está, con Cristo, escondida en Dios.

V. Señor, has sellado a tu siervo Francisco.


R. Con las señales de nuestra redención.

PRIMERA LECTURA
Del libro del Eclesiástico 50, 1. 4-5a. 6-11. 22.25. 29-37

Como sol refulgente sobre el templo real


En su tiempo se reparó el templo, en sus días se afianzó el santuario.
Él cuidó de su pueblo para evitar la ruina y fortificó la ciudad contra el asedio. ¡Qué
glorioso era! Como el lucero del alba en medio de las nubes, como la luna llena, como el
sol que brilla sobre el templo del Altísimo, como el arco iris que ilumina las nubes de
gloria, como flor del rosal en primavera, como lirio junto a un manantial, como brote del
Líbano en el verano, como fuego e incienso en el incensario, como vaso de oro macizo
adornado de toda clase de piedras preciosas, como olivo floreciente de frutos, como ciprés
que se eleva hasta las nubes. Cuando se ponía la vestidura de gala y se vestía sus
elegantes ornamentos.
En torno a él la corona de sus hermanos, como brotes de cedro del Líbano, lo
rodeaban como tallos de palmera. Entonces bajaba y elevaba sus manos sobre toda la
asamblea de los hijos de Israel, para dar con sus labios la bendición del Señor y tener el
honor de pronunciar su nombre.
Y ahora bendecid al Dios del universo, el que por todas partes hace grandes cosas,
el que exaltó nuestros días desde el seno materno, y que nos trata según su misericordia.
Que nos dé contento de corazón, y que haya paz en nuestros días. Sabia doctrina y
sentencias ajustadas ha grabado en este libro, vertió de su corazón sabiduría a raudales.
Feliz quien repase esto a menudo; el que lo ponga en su corazón se hará sabio. Y si
lo practica, para todo será fuerte, porque la huella que sigue es la luz del Señor.

30
RESPONSORIO 1Co 2, 4. 1
R. Mi palabra y mi predicación no fue con persuasiva sabiduría humana, * Sino en la
manifestación y el poder del Espíritu.
V. Pues nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y éste
crucificado. * Sino.

SEGUNDA LECTURA
De la carta de San Francisco de Asís a todos los fieles
(BAC 399, San Francisco de Asís, Madrid 1978, pp. 55-56. 59-60)

Puesto que soy siervo de todos, a todos estoy obligado a servir


Puesto que soy siervo de todos, a todos estoy obligado a servir y a suministrar las
odoríferas palabras de mi Señor; y quiero comunicarles las palabras de nuestro Señor
Jesucristo, que es el Verbo del Padre, y las palabras del Espíritu Santo, que son espíritu y
vida.
Siendo este Verbo del Padre sobre manera rico, quiso, junto con la bienaventurada
Virgen, su Madre, escoger en el mundo la pobreza. Y puso su voluntad en la voluntad del
Padre, diciendo: Padre, hágase tu voluntad; no se haga como yo quiero, sino como
quieres tú.
Y la voluntad de su Padre fue que su bendito y glorioso Hijo, a quien nos dio para
nosotros, y que nació por nuestro bien, se ofreciese a sí mismo como sacrificio y hostia,
por medio de su propia sangre, en el altar de la cruz; no para sí mismo, por quien todo
fue hecho, sino por nuestros pecados, dejándonos ejemplo para que sigamos sus huellas.
Y quiere que todos seamos salvos por él y que lo recibamos con un corazón puro y
con nuestro cuerpo casto. ¡Oh, cuán dichosos y benditos son los que aman a Dios y obran
como dice el Señor mismo en el Evangelio: Amarás al Señor tu Dios con todo el corazón y
con toda la mente, y a tu prójimo como a ti mismo!
Amemos, pues, a Dios y adorémoslo con puro corazón y mente pura, porque esto
es lo que sobre todo desea cuando dice: Los verdaderos adoradores adorarán al Padre en
espíritu y verdad. Porque todos los que lo adoran, es preciso que lo adoren en espíritu de
verdad. Y dirijámosle alabanzas y oraciones día y noche, diciendo: Padre nuestro, que
estás en los cielos, porque es preciso oremos siempre y no desfallezcamos.
Y de manera especial los religiosos, que renunciaron al siglo, están obligados a
hacer más y mayores cosas, pero sin omitir éstas. No debemos ser sabios y prudentes
según la carne, sino, más bién, sencillos, humildes y puros.
Yo, hermano Francisco, vuestro menor siervo, os ruego y suplico, en la caridad, que
es Dios, y con el deseo de besaros los pies, que os sintáis obligados a acoger, poner por
obra y guardar con humildad y amor estas palabras y las demás de nuestro Señor
Jesucristo. Y a todos aquellos y aquellas que las acojan benignamente, las entiendan y las
envíen a otros para ejemplo, si perseveran en ellas hasta el fin, bendíganles el Padre, el
Hijo y el Espíritu Santo. Amén.

RESPONSORIO Jr 11, 4; Mt 11,29; ICo 11, 1


R. Escuchad mis palabras y haced lo que os mando, * Y encontraréis vuestro descanso.
V. Seguid mi ejemplo, como yo sigo el de Cristo. * Y encontraréis.

HIMNO Te Deum.

Oración
Dios todopoderoso, que otorgaste a nuestro Padre San Francisco la gracia de
asemejarse a Cristo por la humildad y la pobreza, concédenos caminar tras sus huellas,
para que podamos seguir a tu Hijo y entregarnos a ti con amor jubiloso. Por nuestro
Señor Jesucristo.

Laudes
HIMNO

31
Hoy a Francisco celebra
el mundo con alegría.
Hoy una nueva armonía
resuena en la creación.

Que en la mañana temprana


Francisco a todos invita,
para venir a la cita
y bendecir al Señor.

La luz que nace hoy de nuevo,


el aire que se ilumina;
el hombre que ya camina
a su trabajo y su afán.

El ave que mañanera


canta con gozo profundo...
Todo es hoy gozo en el mundo
por el Hermano Mayor.

Dad gloria a Dios, Uno y Trino,


que todo nos da en Jesús.
Gloria al que ofrece en la cruz
camino, vida y verdad.

Cantad su gloria por siempre,


y, su alabanza cantando,
pregone que estáis amando
al Dios de toda bondad. Amén.

Ant. 1. Apareció perfecto y justo, y al tiempo de la destrucción él fue el renovador.


Los salmos y el cántico, del domingo de la semana I.
Ant. 2. Loaba de continuo al Señor: a las estrellas, al viento, a las aves, a todas las
criaturas, invitaba a alabar al Creador.
Ant. 3. El Señor levantó al humilde, lo exaltó hasta los límites del orbe.

LECTURA BREVE Ga 1, 15-16. 24


Aquel que me escogió desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia se dignó
revelar a su Hijo en mí, para que yo lo anunciara a los gentiles. Y alababan a Dios por
causa mía.

RESPONSORIO BREVE
R. Mi corazón y mi carne * Retozan por el Dios vivo. Mi corazón.
V. Mi alma se consume y anhela los atrios del Señor. * Retozan. Gloria al Padre. Mi
corazón.

Benedictus, ant. Se mantuvo alegre al compartir los padecimientos de Cristo y, ahora que
se ha manifestado su gloria, rebosa de gozo.

PRECES
Glorifiquemos a Cristo, que, por su muerte y resurrección, edificó su Iglesia y nos ha
llamado al seguimiento de Francisco, y supliquemos humildemente diciendo:
Consérvanos, Señor, en tu santo servicio.

Tú que viniste a evangelizar a los pobres, enséñanos a propagar tu reino de palabra y


obra,
–y a instaurarlo con éxito entre los hombres.

32
Tú, que eres luz de los pueblos y maestro de santidad, haz que permanezcamos firmes en
la fe verdadera,
–para que proclamemos tu nombre en todo el mundo.
Tú, que diste el mandamiento nuevo de que nos amáramos unos a otros,
–concédenos trabajar por el bien de todos los hombres.
Tú, Sabiduría del Padre, ilumina nuestras inteligencias,
–para que, fieles a la verdad, permanezcamos en el amor.
Tú, que trabajaste con tus propias manos, dirige nuestro trabajo,
–para que todos los que vean nuestras obras glorifiquen a Dios Padre.

Padre nuestro.

Oración
Dios todopoderoso, que otorgaste a nuestro Padre San Francisco la gracia de
asemejarse a Cristo por la humildad y la pobreza, concédenos caminar tras sus huellas,
para que podamos seguir a tu Hijo y entregarnos a ti con amor jubiloso. Por nuestro
Señor Jesucristo.

Hora intermedia
Salmodia complementaria. Si cae en domingo, salmos del domingo de la semana I.

Tercia
Ant. Me he puesto al servicio de todos, para ganar a los más posibles para Cristo nuestro
Señor.

LECTURA BREVE Flp 3, 7-8


Todo lo que para mí era ganancia lo consideré pérdida comparado con Cristo; más
aún, todo lo estimo pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús,
mi Señor. Por él lo perdí todo, y todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo.

V. Ninguna criatura pudo apartarme del amor de Dios.


R. Manifestado en Cristo Jesús.

Sexta
Ant. Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

LECTURA BREVE Si 3, 17-20


Hijo mío, en tus asuntos procede con humildad, y te querrán más que al hombre
generoso. Hazte pequeño en las grandezas humanas, y alcanzarás el favor de Dios;
porque es grande la misericordia de Dios, y revela sus secretos a los humildes.

V. Yo soy pobre y desgraciado.


R. Pero el Señor se cuida de mí.

Nona
Ant. Cristo Jesús me ha otorgado el premio: el conocimiento de su persona y la comunión
con sus padecimientos, muriendo su misma muerte.

LECTURA BREVE Ga 2, 19b-20


Estoy crucificado con Cristo: vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí. Y,
mientras vivo en esta carne, vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me amó hasta
entregarse por mí.

V. Si nuestra existencia está unida a Cristo en una muerte como la suya.


R. Lo estará también en una resurrección como la suya.

La oración como en Laudes.

33
II Vísperas
HIMNO
Ven, Francisco, a tus hermanos,
visita a los pobrecillos;
ven, traspasado de amor
por las heridas de Cristo;
como nueva primavera
después del invierno frío,
¡ven, Francisco!

Ven, que los hombres te vean


por el mundo peregrino:
liberado, sin alforja
y sin dinero en el cinto;
y anuncia la paz y el bien
con los labios florecidos,
¡ven, Francisco!

Ven con los brazos sin armas,


hermano suave y pacífico;
ven, menor de los menores,
de corazón compasivo;
profeta sin amargura,
ven con el ramo de olivo,
¡ven, Francisco!

Ven, penitente gozoso,


que lloras de regocijo;
heraldo loco de amor
y paz de los enemigos;
ven por los barrios y plazas,
juglar del perdón divino,
¡ven, Francisco!

Ven, ángel de buenas nuevas,


háblanos de Jesucristo;
ven, boca del Evangelio,
cristiano sabio y sencillo;
hermano tan deseado,
Francisco tan bien querido,
¡ven, Francisco!

SALMODIA
Ant. 1. Nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y éste,
crucificado.

Salmo 112
Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.

El Señor se eleva sobre todos los pueblos,


su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro,

34
que se eleva en su trono.
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?

Levanta del polvo al desvalido,


alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.

Ant. Nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y éste,
crucificado.
Ant. 2. Muriendo su misma muerte, para conocerlo a él, y la fuerza de su resurrección.

Salmo 145
Alaba, alma mía, al Señor:
alabaré al Señor mientras viva,
tañeré para mi Dios mientras exista.

No confiéis en los príncipes,


seres de polvo que no pueden salvar;
exhalan el espíritu y vuelven al polvo,
ese día perecen sus planes.

Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,


el que espera en el Señor, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en él;

que mantiene su fidelidad perpetuamente,


que hace justicia a los oprimidos,
que de pan a los hambrientos.

El Señor liberta a los cautivos,


el Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.

El Señor guarda a los peregrinos,


sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.

El Señor reina eternamente,


tu Dios, Sión, de edad en edad.

Ant. Muriendo su misma muerte, para conocerlo a él, y la fuerza de su resurrección.


Ant. 3. Será el Señor tu luz perpetua, y tu Dios será tu esplendor.

Cántico Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

Él nos eligió en la persona de Cristo,


antes de crear el mundo,

35
para que fuésemos santos
e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,


por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,


hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
recapitular en Cristo todas las cosas
del cielo y de la tierra.

Ant. Será el Señor tu luz perpetua, y tu Dios será tu esplendor.

LECTURA BREVE Ga 6, 14. 17-18


Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, en la
cual el mundo está crucificado para mí, y yo para el mundo. Yo llevo en mi cuerpo las
marcas de Jesús. La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con vuestro espíritu,
hermanos. Amén.

RESPONSORIO BREVE
R. Tu victoria, Señor, * Ha engrandecido su fama. Tu victoria.
V. Le concedes bendiciones incesantes. * Ha engrandecido. Gloria al Padre. Tu victoria.

Magníficat, ant. El Señor se fija en el pobre y vagabundo para hacerle bien, y lo levanta
del polvo, le hace levantar la cabeza: muchos se asombran al verlo y alaban a Dios.

PRECES
Invoquemos, hermanos, a Dios Padre, fuente de toda santidad que, por la intercesión y
ejemplo de nuestro Padre San Francisco, nos guía por el camino de la santidad, y
digámosle:
Escúchanos, Señor.

Padre Santo, que hiciste a tu siervo Francisco imitador perfecto de tu Hijo,


–haz que nosotros, siguiendo sus huellas, observemos fielmente el Evangelio de Cristo.
Padre de bondad, guía nuestros pasos por el camino de la paz, siguiendo el ejemplo de
nuestro Padre San Francisco,
–para que, con sincero corazón, vivamos en obediencia, sin propio y en castidad.
Padre altísimo y omnipotente, que dispersas a los soberbios de corazón y enalteces a los
humildes,
–concédenos imitar a nuestro seráfico Padre en la virtud de la humildad.
Padre de amor y de misericordia, que marcaste con las señales de la pasión de tu Hijo a tu
siervo Francisco,
–concédenos gloriarnos siempre de la cruz de Cristo.

36
Padre indulgente, que por las súplicas de nuestro Padre San Francisco otorgaste el perdón
a los pecadores,
–muestra tu rostro a nuestros hermanos difuntos.

Padre nuestro.

Oración
Dios todopoderoso, que otorgaste a nuestro Padre San Francisco la gracia de
asemejarse a Cristo por la humildad y la pobreza, concédenos caminar tras sus huellas,
para que podamos seguir a tu Hijo y entregarnos a ti con amor jubiloso. Por nuestro
Señor Jesucristo.

Completas
HIMNO
Cuando ya el sol se ha escondido,
y la luna y las estrellas
son con sus luces las huellas
de la presencia de Dios;

con el hermano Francisco


cantamos, Señor, tu gloria,
para cantar tu victoria
al nacer de nuevo el sol.

Que el sol a Cristo recuerda.


y su pasión y su muerte
es la noche que te advierte:
«Resucitará el Señor.»

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,


por los siglos de los siglos. Amén.

6 de octubre
SANTA MARÍA FRANCISCA DE LAS CINCO LLAGAS,
VIRGEN, III ORDEN
TOR: ML

Nació en Nápoles en 1734. Vistió el hábito de la Tercera Orden de San Francisco.


Se distinguió por sus ayunos y otras austeridades. Atendió a los enfermos y a los pobres
con generosidad. Dedicaba largas horas a la oración. Manifestó especial devoción a la
Santísima Virgen y fue notable por su humildad. Murió en 1791.
Del Común de vírgenes o de santas mujeres: para las religiosas.
Himnos castellanos en el Apéndice I.

Oficio de lectura
SEGUNDA LECTURA
De las homilías de San Juan Crisóstomo, obispo, sobre el evangelio de San Juan
(Homilia 84, 3: Collectio Ss. Ecclesiae Patrum X, pp. 366-367)

No es mayor el siervo que su señor


Más que recorrer con la vista, meditemos: corona de espinas, manto, caña,
bofetadas, venda en los ojos, salivazos, burlas. La meditación frecuente sobre estas cosas
apacigua el alma; aun suponiendo que se burlen de nosotros, que suframos injusticias,
repitamos una y otra vez: No es mayor el siervo que su señor.
No olvidemos a los judíos que, enfurecidos, dijeron: Estás endemoniado; tú eres
samaritano; en nombre de Beelzebub arroja los demonios. Porque él sufrió estos insultos

37
para que nosotros imitáramos su ejemplo, y toleráramos los sarcasmos que nos irritan
grandemente. Pero él no sólo lo padeció, sino que consiguió con ello librar del riesgo de la
eterna condenación a los que maquinaron su muerte; en efecto, envió a los apóstoles con
el encargo de salvarlos. Escucha lo que les anunciaban: Sabemos que lo hicisteis por
ignorancia; y así los invitaban a la conversión. También nosotros debemos imitarles. No
hay cosa que más agrade a Dios que amar a los enemigos, y hacer bien a los que nos
injurian.
Cuando alguien te ocasiona pesar, no le culpes, piensa que le empuja el tentador, y
vuelca contra éste todo tu enfado: al tentado por el diablo, tenle compasión. Pues si el
diablo es padre de la mentira, mucho más lo será de la ira irrazonable. Si ves que otro se
ríe de ti, piensa igualmente que lo mueve el demonio, ya que tal proceder no es de
cristianos. Y porque aquellos de quienes se dijo que llegará un día en que llorarán –Ay de
vosotros, que ahora reís...–, son ya más dignos de lágrimas que de oprobios cuando nos
insultan, ridiculizan o incordian. Cristo mismo se conmovió pensando en Judas. Pongamos
en práctica esas enseñanzas. De lo contrario, habremos venido al mundo en vano, peor
aún, para nuestra desgracia.

RESPONSORIO
R. ¡Qué hermosa eres, virgen de Cristo! * Tú, que has merecido recibir la corona del
Señor, la corona de la virginidad perpetua.
V. Nadie podrá quitarte la palma de la virginidad ni separarte del amor de Cristo. * Tú,
que has merecido.

La oración como en Laudes.

Laudes
Benedictus, ant. ¿No te tengo a ti en el cielo? Y contigo, ¿qué me importa la tierra? Se
consumen mi corazón y mi carne por Dios, mi lote perpetuo.

Oración
Padre de misericordia, que en la virgen Santa María Francisca nos dejaste una
imagen viva de tu Hijo crucificado, concédenos, por su intercesión, asemejarnos a Cristo
en la tierra y ser glorificados con ella en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.

Vísperas
Magníficat, ant. Ven, esposa de Cristo, recibe la corona eterna que el Señor te tiene
preparada.

6 de octubre
BEATA MARÍA ANA MOGAS Y FONTCUBERTA,
VIRGEN Y FUNDADORA, III ORDEN
FMMDP: FIESTA
Familia Franciscana: ML

María Ana Mogas y Fontcuberta, nació en Corrá de Vall (Barcelona), el 13 de enero


de 1827. Fundadora de la Congregación de Religiosas Franciscanas Misioneras de la Madre
del Divino Pastor. Con otras dos, dirigidas por el P. José Tous Soler, inicia su vida religiosa
en Ripoll (Gerona), en el año 1850. En ese mismo año es nombrada superiora por el grupo
fundacional del naciente Instituto, dedicado a la educación de las niñas, preferentemente
pobres y a la atención de los enfermos. Murió en Fuencarral (Madrid), el 3 de julio de
1886. Fue beatificada por Juan Pablo II el día 6 de octubre de 1996.
Del propio o del común de vírgenes.

Oficio de lectura
SEGUNDA LECTURA
De la homilía del Papa Juan Pablo Segundo pronunciada en la Misa de Beatificación

38
(L'Osservatore Romano en lengua española, 11 octubre 1996, pág. 3)

Fidelidad inquebrantable al Señor


En Jesucristo, roca de salvación, se reconstruye la «viña del Señor de los
ejércitos».
Plantel preferido del Señor, amadísimos hermanos y hermanas, fueron aquellos a
quienes hoy tengo la alegría de proclamar beatos. Se trata de personas que dieron
testimonio de fidelidad inquebrantable al Señor de la viña. No lo defraudaron, sino que
habiendo permanecido unidos a Cristo, como los sarmientos a la vid, dieron los frutos
esperados de conversión y santidad.
La alegoría de la viña nos habla del amor entrañable de Dios por sus hijos. A este
amor supo responder generosamente la Madre María Ana Mogas Fontcuberta y dar así
abundantes frutos. Ella, renunciando a una posición social acomodada, forjó, junto al
sagrario y a la cruz, su espiritualidad inspirada en el Corazón de Cristo y basada en la
entrega a Dios y al prójimo con «amor y sacrificio». Fiel al ideal franciscano, mostró su
preferencia por los pobres, la capacidad de perdonar y olvidar las ingratitudes e injurias,
así como la dedicación a la educación de la infancia, la atención a los enfermos y a los que
padecen alguna carencia. De ese modo respondió a la llamada del Señor a trabajar en su
viña, con un estilo tan auténtico, que «su santidad no impedía que fuera tan jovial».
Este es el estilo que transmitió a sus hijas, las Franciscanas Misioneras de la Madre
del Divino Pastor, expresado en su última exhortación: «Amaos unas a otras como yo os
he amado y sufríos como yo os he sufrido. Caridad, caridad verdadera. Amor y sacrificio»

RESPONSORIO Jn 13, 34-35


R. Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros * Como yo os he
amado, amaos también vosotros.
V. La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os amáis unos a
otros * Como yo os he amado, amaos también vosotros.

Oración
Oh Dios, que suscitaste en el corazón de la Beata María Ana, virgen, el materno
amor y el espíritu de sacrificio para educar a las niñas y cuidar a los enfermos,
concédenos que, alentados por su ejemplo y cumpliendo fielmente tu mandato, demos
testimonio de tu caridad en el servicio a los hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo.

10 de octubre
SANTOS DANIEL, PRESBÍTERO, Y COMPAÑEROS MÁRTIRES,
I ORDEN
OFM: ML

Daniel, oriundo de Calabria, y otros seis hermanos menores, Ángel, Samuel,


Domno, León, Hugolino y Nicolás, partieron para Marruecos en 1227, a predicar el
Evangelio. En Ceuta predicaron primero la fe cristiana a los mercaderes italianos, y luego,
en las calles, también a los mahometanos. Los apresaron y, como se negaban a renegar
de su fe, los condenaron a muerte. Sus cadáveres recibieron toda suerte de afrentas,
hasta que personas piadosas los sepultaron en Ceuta.
Del Común de varios mártires.
Himnos castellanos en el Apéndice I.

Oficio de lectura
SEGUNDA LECTURA
De la narración del martirio de San Daniel y sus compañeros en la Passio escrita por un
contemporáneo
(Analecta Franciscana III, pp. 613–616)

39
El Señor dirigió nuestros pasos
para su gloria y el bien de los fieles
Fray Daniel, varón religioso, sabio y prudente, anteriormente ministro de la
provincia de Calabria, con otros seis hermanos, llenos de espíritu de Dios, deseosos de la
salvación de los sarracenos, no temieron exponer sus vidas con tal de ganar las almas
para Cristo.
Un viernes, lo dedicaron en privado a tratar con calma los asuntos de su propia
salvación y la de los demás; el sábado siguiente, recibieron todos ellos de manos del
padre Daniel la absolución de sus pecados en el sacramento de la penitencia, y se
acercaron con gran fervor a recibir la sagrada eucaristía, ofreciéndose incondicionalmente
al Señor.
Estos atletas de Cristo, fortalecidos en su espíritu, el domingo, muy de mañana, se
introdujeron clandestinamente en la ciudad, cubiertas sus cabezas con ceniza,
proclamando por todas las calles y plazas el nombre del Señor, y, con el fervor que les
confortaba interiormente, anunciaban con plena libertad que no existe salvación fuera de
Cristo.
Este mensaje divino inflamaba de tal forma sus corazones, que parecían desfallecer
de gozo, no pudiendo reprimir el ardor interior que los llenaba. Los sarracenos los
prendieron y los colmaron de injurias y denuestos y los golpearon duramente. Después
fueron conducidos ante el rey. Recibidos en audiencia, sirviéndose de un intérprete,
explicaron al rey su misión: que eran mensajeros de Dios para predicarles el nombre del
Señor. El rey y sus cortesanos se mofaron de ellos y, considerándolos unos ilusos, los
enviaron a las mazmorras.
Desde la prisión escribieron una carta conmovedora al capellán mayor de los
genoveses, de nombre Ruga, a otros dos sacerdotes, uno franciscano y el otro dominico,
quienes por aquellos días retornaban del interior del país, y también a otros cristianos que
residían en Ceuta. El contenido de esta carta venía a decir:
«Bendito sea, Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo, Padre de toda misericordia
y Dios de todo consuelo, que nos conforta en nuestras tribulaciones, y que también
presentó a tiempo la víctima de propiciación al patriarca Abrahán, a quien el mismo Dios
había mandado salir de su patria, sin marcarle rumbo fijo; todo lo cual fue reputado para
justicia, y por ello fue llamado amigo de Dios. Así, pues, el sabio, para que se considere
como tal, que se haga primero necio, porque la sabiduría de este mundo es necedad ante
el Señor. Tened presentes las palabras de Jesús, que padeció por nosotros: Id y predicad
el Evangelio a toda criatura, y no será mayor el siervo que su señor, y si a mí me
persiguieron, también a vosotros. Él dirigió nuestros pasos por el camino recorrido por él
mismo en su vida para gloria suya, salvación de los fieles y honor de los cristianos, y
también para la condenación de los que no le creyeran, como afirma el Apóstol: Nosotros
somos para Dios el buen olor de Cristo; para unos, olor de muerte que lleva a la muerte;
para otros, olor de vida que lleva, a la vida. Y añade Cristo: Si yo no hubiera venido y no
les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa de su pecado. Éste
y no otro fue el motivo que nos indujo a predicar ante el rey el nombre de Cristo y
proclamar que, fuera de él, no hay salvación, y procuramos también confirmarlo con
argumentos firmes ante los consejeros y sabios que se encontraban junto al rey;
sirviéndonos para esto de un competente intérprete. Al Rey de los siglos, al Dios inmortal,
invisible y único, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.»
El día diez de octubre, domingo, por la mañana, mientras nosotros recitábamos el
Oficio divino, estos hermanos fueron sacados de la cárcel y conducidos de nuevo a la
presencia del rey. Interrogados si estaban dispuestos a retractarse de cuanto habían
afirmado contra sus leyes y contra Mahoma, ellos se reafirmaron en lo dicho, y añadieron
que no había salvación en su ley, sino que era necesario recibir el bautismo, aceptando la
fe de Cristo, por la que ellos estaban dispuestos a ofrecer su propia vida.
A los invictos atletas de Cristo, despojados de sus vestidos, mientras derramaban
abundantes lágrimas, les ataron las manos a la espalda, los sacaron del palacio real y los
condujeron fuera de la ciudad, llevados como corderos al matadero y cargando con el
improperio de Cristo. Manteniéndose gozosos, se dirigían a la muerte como si fueran
invitados a un banquete. Llegados al lugar del suplicio, fueron decapitados, entregando al
Señor sus almas, enrojecidas en la púrpura de su sangre.

40
RESPONSORIO
R. Muchos santos derramaron por el Señor su sangre gloriosa, amaron a Cristo durante su
vida, lo imitaron en la muerte. * Por eso merecieron la corona del triunfo.
V. Tenían un solo espíritu y una sola fe. * Por eso.

La oración como en Laudes.

Laudes
Benedictus, ant. Nuestros hermanos, tras un breve padecer, heredaron la vida eterna.
Oración
Dios todopoderoso y eterno, que concediste a los mártires Daniel y compañeros la
gracia de morir por Cristo, ayúdanos en nuestra debilidad, para que, así como ellos no
dudaron en morir por ti, así también nosotros nos mantengamos fuertes en la confesión
de tu nombre. Por nuestro Señor Jesucristo.

Vísperas
Magníficat, ant. Vencieron en virtud de la sangre del Cordero, y no amaron tanto su vida
que temieran la muerte; por eso estad alegres, cielos, y los que moráis en sus tiendas.

11 de octubre
BEATO JUAN XXIII,
PAPA, III ORDEN
Familia Franciscana: ML

Angelo Giuseppe Roncali nació en Soto il Monte (Bérgamo) en 1881. A los 11 años
entró en el seminario diocesano de Bérgamo para hacer los estudios de humanidades y de
filosofía, siendo posteriormente alumno del Pontificio Seminario Romano. Fue ordenado
sacerdote en 1904. Secretario del Obispo Giacomo Maria Tedeschi, en 1921 inició su
servicio a la Santa Sede como Presidente por Italia del Consejo central de las Obras
Pontificias de la Propagación de la Fe; en 1925 es nombrado Visitador Apostólico y
después Delegado Apostólico en Bulgaria; en 1935, Delegado Apostólico en Turquía y
Grecia, y en 1944 Nuncio Apostólico en Francia. En 1953 fue creado cardenal y nombrado
después Patriarca de Venecia. A la muerte de Pío XII fue elegido Papa en 1958 eligiendo el
nombre de Juan XXIII. Durante su pontificado convocó el Sínodo Romano, instituyó la
Comisión para la revisión del Código de Derecho Canónico y sobre todo convocó el Concilio
Vaticano II, el mayor acontecimiento eclesial del siglo XX. Profesó gran devoción a San
Francisco de Asís; de todos es conocido que fue Terciario Franciscano. Murió en la tarde
del 3 de junio de 1963. Fue beatificado por Juan Pablo II el día 3 de septiembre del año
jubilar 2000.
Del Común de pastores.

Oficio de lectura
SEGUNDA LECTURA
Del «Giornale dell'anima» del Beato Juan XXIII, papa
(Ed. 2000, pp. 853-859)

El buen pastor ofrece la vida por sus ovejas.


Es interesante que la Providencia me haya conducido allí donde mi vocación
sacerdotal tomó los primeros impulsos, es decir, el servicio pastoral. Ahora me encuentro
del todo entregado al ministerio de las almas. En verdad, siempre he pensado que para un
eclesiástico la así llamada diplomacia debe estar imbuida de espíritu pastoral; de lo
contrario, no sirve para nada y convierte en ridícula una misión tan santa. Ahora estoy
puesto al frente de los verdaderos intereses de las almas y de la Iglesia en relación a
aquello que constituye su verdadera finalidad, que es la de salvar las almas y guiarlas al
cielo. Esto me basta y doy por ello gracias al Señor. Lo dije aquí en Venecia, en San

41
Marcos, el mismo día de mi toma de posesión. No deseo ni pienso en otra cosa que en
vivir y morir por las almas que me han sido confiadas. «El buen pastor ofrece la vida por
sus ovejas... He venido para que tengan vida y la tengan abundante».
Comienzo mi ministerio directo [como Patriarca de Venecia] a una edad –setenta y
dos años– con la que otros lo terminan. Me encuentro, por tanto, en el umbral de la
eternidad. Jesús mío, primer pastor y obispo de nuestras almas, pongo en tus manos y
junto a tu corazón el misterio de mi vida y de mi muerte. Por una parte tiemblo al
acercarse la hora extrema; pero por otra, confío y la miro con paz día tras día. Me siento
en la condición de San Luis Gonzaga. Continuar mis ocupaciones esforzándome por
adquirir la perfección, pero pensando más y más en la divina providencia.
Para los pocos años que me resten de vida, quiero ser un pastor santo, en el pleno
sentido del término, como el Beato Pío X mi antecesor, como el venerado cardenal Ferrari,
como mi querido monseñor Giacomo María Tedeschi, como si todavía me quedasen
muchos años de vida. «Que el Señor así me ayude». En estos días estoy leyendo a San
Gregorio y a San Bernardo, ambos preocupados por la vida interior y por la pastoral que
no deben sufrir merma y por el cuidado de las cosas materiales. Mi jornada debe ser
siempre plena de oración; la oración es mi respiración. Me propongo recitar cada día el
Rosario entero de los quince misterios, procurando de esta manera encomendar al Señor
y a la Virgen –si me es posible en la capilla y ante el Santísimo Sacramento– las
necesidades más grandes de mis hijos de Venecia y de la Diócesis: clero, jóvenes
seminaristas, vírgenes consagradas, autoridades públicas y pobres pecadores. Tengo aquí
dos temas dolorosos, en medio de tanto esplendor y de dignidad eclesiástica y de respeto,
como cardenal y patriarca: la escasez de rentas y el gran número de pobres y de
solicitaciones de puestos de trabajo y de subsidios. Por lo que respecta a las rentas tan
exiguas, eso no me ha impedido mejorar en algo las condiciones materiales para mí y
también para el servicio de mis sucesores. Quiero, no obstante, bendecir al Señor por esta
pobreza un poco humillante y con frecuencia incómoda. Así me ofrece la oportunidad de
asemejarme más a Jesús pobre y a San Francisco, seguro como estoy que no moriré de
hambre. Oh bienaventurada pobreza que me asegura una bendición mucho más grande
en todos mis quehaceres y sobre todo en mi ministerio pastoral.

RESPONSORIO Jn 10, 2. 4
R. El que entra por la puerta, ése es el pastor de las ovejas. El guarda le abre y las ovejas
escuchan su voz: * Él llama a sus ovejas una por una y las saca fuera.
V. Y cuando ha conducido fuera todas las ovejas, camina delante de ellas, y las ovejas le
siguen, porque conocen su voz. * Él llama a sus ovejas una por una y las saca fuera.

Oración
Dios Todopoderoso y eterno, que en el Beato Juan XXIII, papa, has hecho
resplandecer para todo el mundo el ejemplo de un buen pastor, concédenos, por su
intercesión, difundir con alegría la plenitud de la caridad cristiana. Por nuestro Señor
Jesucristo.

13 de octubre
SAN SERAFÍN DE MONTEGRANARIO,
RELIGIOSO, I ORDEN
OFM Cap: MO (trasladado del día 12)

Nació en 1540 en Montegranario (Marcas). De joven entró como hermano no


clérigo entre los capuchinos. Descolló por su simplicidad y por la estrecha unión con
Cristo, así como por su humilde servicio a los pobres y su caridad para con los pecadores.
Murió en Áscoli en 1604. Lo canonizó Clemente XIII en 1167.
Del Común de santos varones: para los religiosos.
Himnos castellanos en el Apéndice I

Oficio de lectura

42
SEGUNDA LECTURA
De la homilía de San Basilio Magno sobre la perfección espiritual
(PG 31, 643–647)

La humildad es el fundamento de todas las virtudes


El alma es imagen del cielo, en donde habita Dios; el cuerpo está formado de la
tierra, en la que moran los hombres y los animales. Las apetencias de nuestro cuerpo
deben someterse a las exigencias del espíritu de oración, y sobreponerse a las primeras,
para hallarse liberados y entregarse con mayor facilidad al ejercicio de las buenas obras.
Entra a orar en el secreto de tu alma, que en la soledad habla Dios, el cual se
encarga después de premiar con largueza estos silencios. Utilísima sabiduría es hacer
acopio para los tiempos de escasez. Las ardientes exhortaciones que pronuncies mientras
te dedicas a las obras de apostolado, que se complementen con el trabajo manual y
corporal; con ello, la sal de tus sudores confirmará el amor que demuestras en tu servicio
a los demás y les convencerás más fácilmente.
No permitas que hagan los demás lo que cumple que hagas tú; de otro modo, ellos
se llevarán el honor y la recompensa que estaban destinados para ti.
Tiene suma importancia servir a los demás: así se conquista el reino de los cielos.
Este servicio desinteresado sirve de alimento de las restantes virtudes, y Cristo lo
recomendó constantemente a sus discípulos. La primera virtud que proviene del servicio a
los demás es la humildad, que se convierte en fundamento y fuente abundante donde se
alimentan las demás virtudes. Las palabras de Jesús vienen espontáneas a la mente: Tuve
hambre y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; forastero, enfermo y
preso, me visitasteis.
Debe resaltar principalmente la humildad cuando prestas tus favores en cargos
públicos, en donde toda apariencia de altanería, desenfado o autosuficiencia causan
graves molestias. Busca la compañía de los mejores e imítalos, conservando en tu corazón
sus palabras y buenos ejemplos; incorpórate al grupo de las minorías, porque el bien
abunda poco y porque son pocos los que arrebatan el reino. Muchos empiezan el camino
de la santidad; pocos, sin embargo, perseveran en alcanzada. Los que se hacen violencia
por el reino, lo conquistan, y son palabras del Evangelio. Al decir hacer violencia, me
refiero a los que hacen penitencia, buscan seguir las huellas de Cristo, se olvidan de sus
gustos y del descanso para cumplir los mandatos de Jesús.
Si quieres alcanzar el reino de Dios, hazte violencia y somete tu voluntad al suave
yugo de Cristo.

RESPONSORIO Cf. Ef 3, 16–19; 1Co 13, 4–7


R. Dios os otorgue conocer lo que supera todo conocimiento, el amor de Cristo. *
Llenándoos de la plenitud total que es Dios.
V. El amor es paciente, afable; disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites,
aguanta sin límites. * Llenándoos.

La oración como en Laudes.

Laudes
Benedictus, ant. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, en que os amáis unos a
otros.

Oración
Padre de bondad, que en el bienaventurado Serafín, lleno de los dones del Espíritu,
nos dejaste un testimonio admirable de las riquezas del corazón de Cristo, concédenos la
gracia de tu sabiduría y vivir en plenitud el Evangelio que nos anunció tu Hijo. Que vive y
reina contigo.

Vísperas
Magníficat, ant. «Tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber.
Cada vez que lo hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis»,
dice el Señor.

43
19 de octubre
SAN PEDRO DE ALCÁNTARA,
PRESBÍTERO, I ORDEN
OFM: MO
OFM Bética: FIESTA
OFM Castilla y Federación Castellana de Clarisas: SOLEMNIDAD

Nació en Alcántara (Cáceres) en 1499. Terminados sus estudios en Salamanca,


ingresó en la Orden franciscana y se ordenó de sacerdote. Ocupó en la Orden diversos
cargos. En 1554 obtuvo de la Santa Sede permiso para iniciar una observancia más fiel a
la Regla. Se le agregaron otros hermanos, a quienes formó en la vida de penitencia y
austeridad, en intensa oración y en la guarda estricta de la pobreza. Llevado por el celo de
las almas, se dedicó a la predicación con gran fruto. Con sus consejos prestó ayuda a
Santa Teresa de Jesús para la reforma del Carmelo. Escribió obras en que expuso su
propia experiencia ascética, fundada sobre todo en la devoción a la pasión de Cristo. Murió
en Arenas de San Pedro (Ávila) en 1562.
Del Común de pastores o de santos varones: para los religiosos.
Himnos latinos propios en el Apéndice II.

Oficio de lectura
HIMNO
El bendito fraile, de raíces hecho
–como le decía la Madre Teresa–.
libó santidades de las amarguras
con el temple recio de su alma extremeña.

Fue fiel al Maestro. La cruz, su camino.


El amor es fragua que su vida templa.
Evangelio vivo que arrastra y admira.
El hombre prodigio de la penitencia.

Su vida es el arco que en la tensión busca


el hito anhelado; su alma, la flecha.
En tensos afanes se hermanan y siguen
sin perder el rumbo, llegando a la meta.

Aquel cuerpo enjuto, que desfallecía,


triunfante lo ha visto la Madre Teresa.
Dichoso el que entiende el misterio oculto.
Dirá con Fray Pedro: «¡Feliz penitencia!»

Gloria dad al Padre y al Hijo divino


y al Santo Espíritu que en gracia se entrega.
Los coros celestes y todos los hombres
con Fray Pedro canten gloria sempiterna. Amén.

SEGUNDA LECTURA
Carta de San Pedro de Alcántara, presbítero, a Santa Teresa
(Annales Minorum XIX, pp. 340–341)

Amable es el Señor para los que le sirven


A la muy magnífica y religiosísima doña Teresa de Ahumada, que nuestro Señor
haga santa.
El Espíritu Santo hincha el alma de vuestra merced.
Una suya vi, que me enseñó el señor Gonzalo de Aranda; y cierto que me espanté
que vuestra merced ponía en parecer de letrados lo que no es de su facultad; porque si
fuera cosa de pleitos o caso de conciencia, bien era tomar parecer de juristas y teólogos;

44
mas en la perfección de la vida, no se ha de tratar sino con los que la viven: porque no
tiene ordinariamente uno más conciencia ni buen sentimiento de cuanto bien obra; y en
los consejos evangélicos, no hay que tomar parecer, si será bien seguirlos o no, o si son
observables o no, porque es ramo de infidelidad. Porque el consejo de Dios no puede
dejar de ser bueno, ni es dificultoso de guardar, si no es a los incrédulos y a los que fían
poco de Dios, y a los que se gobiernan por prudencia humana; porque el que dio el
consejo dará el remedio, pues que lo puede dar.
No hay algún hombre bueno que dé consejo, que no quiera que salga bueno,
aunque de nuestra naturaleza seamos malos; ¡cuánto más el soberanamente bueno y
poderoso quiere y puede que sus consejos valgan a quien los siguiere! Si vuestra merced
quisiera seguir el consejo de Jesucristo de mayor perfección en materias de pobreza,
sígalo; porque no se dio más a hombres que a mujeres, y él hará que le vaya muy bien,
como ha ido a todos los que le han seguido. Y si quiere tomar consejo de letrados sin
espíritu, busque harta renta, a ver si le valen ellos y ella, más que el carecer de ella, por
seguir el consejo de Cristo. Que si vemos falta en monasterios de mujeres pobres, es
porque son pobres contra su voluntad y por no poder más, y no por seguir el consejo de
Cristo; que yo no alabo simplemente la pobreza, sino la sufrida con paciencia por amor de
Cristo nuestro Señor, y mucho más la deseada, procurada y abrazada por su amor;
porque, si yo otra cosa sintiese o tuviese con determinación, no me tendría por seguro en
la fe.
Yo creo en esto y en todo a Cristo Señor nuestro; y creo firmemente que sus
consejos son buenos, como consejos de Dios. Y creo que aunque no obliguen a pecado,
que obligan a un hombre a ser más perfecto siguiéndolos que no los siguiendo. Digo que
le obligan, que lo hacen más perfecto a lo menos en esto, y más santo y más agradable a
Dios. Tengo por bienaventurados, como Su Majestad lo dice, a los pobres de espíritu, que
son los pobres de voluntad; y téngolo visto, aunque creo más a Dios que a mi
experiencia; y que los que son de todo corazón pobres, con la gracia del Señor, viven vida
bienaventurada, como en esta vida la viven los que aman, confían y esperan en Dios.
Su Majestad dé a vuestra merced luz para que entienda estas verdades y las obre.
No crea a los que la dijeren lo contrario por falta de luz, o por incredulidad, o por no haber
gustado cuán suave es el Señor a los que le temen y aman, y renuncian por su amor
todas las cosas del mundo no necesarias, para su mayor gloria; porque son enemigos de
llevar la cruz de Cristo y no creen la gloria que después de ella se sigue.
Y asimismo dé la luz a vuestra merced para que en verdades tan manifiestas no
vacile ni tome pareceres, sino de seguidores de los consejos de Cristo, que, aunque los
demás se salven si guardan lo que son obligados, comúnmente no tienen luz para más de
lo que obran; y aunque su consejo sea bueno, mejor es el de Cristo Señor nuestro, que
sabe lo que aconseja y da favor para cumplirlo, y da al fin, el pago a los que confían en él
y no en las cosas de la tierra.

RESPONSORIO Cf. St 2, 5; Mt 19, 21


R. Dios ha elegido a los pobres del mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos del
reino. * Que prometió a los que le aman.
V. Si quieres llegar hasta el final vende lo que tienes, da el dinero a los pobres y tendrás
un tesoro en el cielo. * Que prometió.

La oración como en Laudes.

Laudes
HIMNO
Entre la tierra y el cielo,
bendito santo, en Arenas,
Dios tendió sus manos, llenas
de bendición y consuelo.

Descalzo vas por aquella


vereda dura, de frío,

45
y tú, al pasar, como el río,
dejabas amor en ella.

Un leño por cabezal


tenías para tu leve
dormida, y era más leve
que un suspiro celestial.

Déjanos, en esta hora


de rezo y de confianza,
pedirte con esperanza
tu intercesión protectora;

y, limpios de todo mal,


ir por la tierra llevando
la cruz que a ti, caminando,
te dio la gloria inmortal.

Gloria al Padre, gloria al Hijo,


gloria al Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.

Benedictus, ant. Brindó entre el pueblo corrientes de gracia y recibió el manto de gloria
como coronamiento de su virtud.

Oración
Señor y Dios nuestro, que hiciste resplandecer a San Pedro de Alcántara por su
admirable penitencia y su altísima contemplación, concédenos, por sus méritos, que,
caminando en austeridad de vida, alcancemos más fácilmente los bienes del cielo. Por
nuestro Señor Jesucristo.

Vísperas
HIMNO
En la encina bruna de tu cuerpo enjuto,
con la flor amarga de la penitencia,
labraste las mieles de santidad dulce
que en todo libaba tu alma de asceta.

El de Asís un día te escogió por hijo;


y pronto encontraste su misma colmena.
De tu vida hiciste donación y olvido,
en ti mismo estaba tu bendita celda.

Rebosa en ti gracia. Te das a los hombres


en palabra ardiente que al corazón llega,
y en ejemplo claro de tu vida pobre.
Eres el Maestro de oración excelsa.

Gloria dad al Padre y al Hijo divino,


y gloria al Espíritu que en gracia se entrega.
Los coros celestes y todos los hombres
con Fray Pedro canten gloria sempiterna. Amén.

Magníficat, ant. Mientras vivió en la carne; anduvo según el espíritu, y, domeñando los
deseos terrenos, tenía trato continuo con el cielo.

La oración como en Laudes.

46
20 de octubre
BEATO CONTARDO FERRINI,
SEGLAR, III ORDEN
TOR y OFS: ML

Nació en Milán en 1859. De joven entró en la Tercera Orden franciscana. Supo unir
maravillosamente la sabiduría de los santos y la ciencia humana. Desde su cátedra
universitaria de Derecho, fue ejemplar por sus costumbres, por su espíritu de pobreza, por
su caridad con todos. Fue escritor muy notable. Murió prematuramente en 1902. Lo
beatificó Pío XII en 1947.
Del Común de santos varones.
Himnos castellanos en el Apéndice I.

Oficio de lectura
SEGUNDA LECTURA
De los escritos del Beato Contardo Ferrini
(Pensieri e preghiere, edición Vira e Pensiero, Milán 1960. pp. 101-103)

Nuestro saber se compendia en la palabra «amor»


La doctrina de la Iglesia se resume en una sola palabra: Amor. Por el contrario, la
palabra «odio» produce división y ruina, porque corrompe el corazón de los hombres. Si
pensamos que el amor no es sino el encuentro con el objeto amado, ¿sería extraño
afirmar que ésa es también la única ley que empuja a los hombres y les centra, como los
astros que giran alrededor del sol, y como ese sistema planetario que a su vez es atraído
por otro superior, y así indefinidamente, hasta encontrar el punto exacto, desconocido aún
para nosotros, que el poder de Dios ha establecido como centro del universo?
La comparación podrá pensarse que es atrevida; pero no lo sería tanto, si lees
detenidamente el libro de los Proverbios, en donde la Sabiduría increada, esplendor de la
gloria de Dios, la tersura de su claridad e imagen de su bondad, el Verbo inefable del
Padre, fija los contornos de la justicia y de la santidad, establece los límites del universo,
adorna el firmamento de maravillosas estrellas, y aprisiona los mares embravecidos. Uno
mismo es el origen de las leyes físicas y de las morales: esto nos sugeriría que el lenguaje
mudo de la naturaleza es escuela fecunda de formación religiosa.
Ésta es también la pedagogía empleada por la Iglesia, y el apóstol Pablo de Tarso –
cuya profunda teología debiera ser familiar a todos, muy especialmente entre la juventud–
lo expresa con palabras admirables, que servirían incluso de compendio de una vida:
Hermanos, todo cuanto hay de verdadero, de noble, de justo, de puro, de amable, de
honorable, todo cuanto sea virtud y cosa digna de elogio, todo eso tenedlo en cuenta, y el
Dios de la paz estará con vosotros.
Hagamos nuestras esas palabras. También nuestro dulcísimo Salvador, riqueza
nuestra, esperanza nuestra, gozo nuestro, lo reafirma al darnos este mandato: Sed
perfectos, como es perfecto vuestro Padre celestial. Y debemos entender que la perfección
está en el amor, como maravillosamente escribió el apóstol predilecto de Jesús: Dios es
amor.
Supliquemos al Señor del amor, que vino a prender fuego por toda la tierra, que
encienda también nuestros corazones en su ardor; supliquemos al Espíritu Consolador,
amor consustancial del Padre y del Hijo, que nos dé la caridad que nunca se sacia;
supliquemos, finalmente, que nuestra alma, rotas las cadenas que la aprisionan en este
mundo, se sumerja con angelical dulzura en la posesión del Amor.

RESPONSORIO Un 4, 16
R. Dios es amor: * Quien permanece en el amor permanece en Dios, y Dios en él.
V. Y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él. * Quien
permanece.

La oración como en Laudes.

47
Laudes
Benedictus, ant. Que vuestro amor siga creciendo más y más en penetración y en
sensibilidad para apreciar los valores: así llegaréis al día de Cristo limpios e
irreprochables.

Oración
Señor, Dios nuestro, el Beato Contardo Ferrini supo armonizar la sabiduría humana
con la virtud de la piedad, haz que también nosotros lleguemos a conocerte mejor y a
amarte sobre todas, las cosas. Por nuestro Señor Jesucristo.

Vísperas
Magníficat, ant. Los sabios brillarán con esplendor de cielo, y los que enseñan la justicia a
las multitudes serán como estrellas por toda la eternidad.

22 de octubre
BEATA JOSEFINA LEROUX,
VIRGEN Y MÁRTIR, II ORDEN
II Orden: ML

Nació en Cambrai (Francia) en 1747. Profesó con las clarisas en 1770. Por las leyes
antirreligiosas de su tiempo, en 1791 tuvo que abandonar su convento y se refugió entre
las ursulinas, donde tenía una hermana. Pero también de allí la expulsaron, y acabó mártir
en 1794.
Del Común de un mártir o de vírgenes o de santas mujeres: para las religiosas.
Himnos castellanos en el Apéndice I.

Oficio de lectura
SEGUNDA LECTURA
Del tratado de San Ambrosio, obispo, sobre la virginidad
(PL 16, 297–299)

Contempla siempre a Jesús y espera su venida


Tú, una de las vírgenes, que con la claridad de tu mente iluminas la gracia de tu
cuerpo –tú que eres la que más propiamente puede ser comparada con la Iglesia–,
recógete en tu habitación, y durante la noche piensa siempre en Cristo, y espera su
llegada en cualquier momento. Parece que se retrasa; tú, vigila. Ocupa el tiempo
entonando himnos y salmos. Consagra a Cristo las primicias de tus vigilias, ofrécele las
primeras obras del día. Él te llama, cuando dice: Ven del Líbano, esposa mía, ven del
Líbano. Y saldrás airosa, si te fundamentas en la fe. Irás por el mundo, luchando;
conquistarás a Cristo, venciendo al mundo; sábete que te libró de los animales salvajes,
es decir, de las tentaciones del Maligno; que está encantado de tu hermosura, que te
prefiere por el aroma de tus virtudes; superas a todos los perfumes, por la suavidad de tu
virginidad, que es huerto cerrado y repleto de frutos. Ruega al Espíritu que sople sobre ti,
sobre tu lecho, y que te colme de su amor y de su gracia.
Atiende, porque él te responde: Yo dormía, pero mi corazón velaba. Escucha al que
llama a tu puerta, y dice: Ábreme, hermana mía, amada mía, levántate, paloma mía, mi
perfecta. Estás cercada por el amor, eres paloma por la sencillez, perfecta por la virtud;
ábreme, porque mi cabeza está cubierta de rocío. Así es como te deseó Cristo, así es
como te eligió. Abre la puerta y entrará, pues no puede fallar en su promesa quien
prometió que entraría. Échate en brazos de aquél a quien buscas, acércate a él y serás
iluminada; pídele que no se marche rápidamente, ruégale que no se vaya. Pues la Palabra
de Dios pasa, no se la recibe con desgana, no se la retiene con indiferencia. Que tu alma
corra tras él, y viva pendiente de su palabra, pues pasa velozmente.
Y, ¿qué es lo que dice el alma? Buscaba al amor de mi alma, lo busqué y no lo
encontré, lo llamé y no me oyó. No pienses que le desagradas si se ha marchado tan
rápidamente después que tú le llamaste, pues él permite que seamos puestos a prueba

48
con frecuencia. Y aunque parezca que se ha ido, sal una vez más, búscale de nuevo.
Desde ahora, alma grata a Dios, no temas a los extraños guardas de tu huerto, tampoco a
los asaltadores que rodean la ciudad, ni las heridas que puedan infligirte, porque a los
seguidores de Cristo no pueden dañarles. Y aunque pretendan arrebatarte la vida del
cuerpo, Cristo está a tú lado, junto a ti; y una vez que le has encontrado, no le sueltes, no
sea que se vaya.
Ciertamente, él abandona pronto a los que le tratan con negligencia.

RESPONSORIO
R. Ven, esposa de Cristo, recibe la corona eterna que el Señor te tiene preparada: * Por
su amor derramaste tu sangre.
V. Ven, amada mía, y te sentaré en el trono, porque el rey se ha prendado de tu belleza.
* Por su amor.

La oración como en Laudes.

Laudes
Benedictus, ant. Dichosa la virgen que, negándose a sí misma y cargando con su cruz,
trató de imitar al Señor, al Esposo de las vírgenes y guía de los mártires.

Oración
Padre nuestro del cielo, que hoy nos alegras con la fiesta anual de la Beata
Josefina, virgen y mártir, concédenos la ayuda de sus méritos a los que hemos sido
iluminados con el ejemplo de su virginidad y de su fortaleza. Por nuestro Señor Jesucristo.

Vísperas
Magníficat, ant. En una sola víctima celebramos un doble triunfo: la gloria de la virginidad
y la victoria sobre la muerte; permaneció virgen y obtuvo la palma del martirio.

23 de octubre
SAN JUAN DE CAPISTRANO,
PRESBÍTERO, I ORDEN
Familia Franciscana: MO

Nació en 1386. Estudió derecho en Perusa y durante algún tiempo ejerció de juez,
hasta que en una revuelta popular lo encarcelaron. Al verse libre como por milagro,
experimentó una profunda crisis religiosa, que le llevó a entrar en la Orden franciscana.
Fue amigo íntimo de San Bernardino de Siena y colaboró con él en la reforma de la Orden.
Viajó por Europa, alentando a los cristianos con su palabra, señalando el peligro de la
herejía y acaudillando la cruzada para contener el avance de los turcos ante Belgrado.
Escribió obras ascéticas y jurídicas. Acabó sus días en Croacia, en 1456.
Del Común de pastores o de santos varones: para los religiosos.
Himnos latinos propios en el Apéndice II.
Himnos castellanos en el Apéndice I.

Oficio de lectura
SEGUNDA LECTURA
Del tratado «Espejo de los clérigos», de San Juan de Capistrano, presbítero
(Parte 1, Venecia 1580; p. 2)

La vida de los clérigos virtuosos ilumina y serena


Los que han sido llamados a ministrar en la mesa del Señor deben brillar por el
ejemplo de una vida loable y recta, en la que no se halle mancha ni suciedad alguna de
pecado. Viviendo honorablemente como sal de la tierra, para sí mismos y para los demás;
e iluminando a todos con el resplandor de su conducta, como luz que son del mundo,
deben tener presente la solemne advertencia del sublime maestro Cristo Jesús, dirigida no

49
sólo a los apóstoles y discípulos, sino también a todos sus sucesores presbíteros y
clérigos: Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la
salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.
En verdad es pisado por la gente, como barro despreciable, el clero inmundo y
sucio, impregnado de la sordidez de sus vicios y envuelto en las cadenas de sus pecados,
considerado inútil para sí y para los demás; porque, como dice San Gregorio: «De aquel
cuya vida está desprestigiada queda también desprestigiada la predicación.»
Los presbíteros que dirigen bien merecen doble honorario, sobre todo los que se
atarean predicando y enseñando. En efecto, los presbíteros que se comportan con
dignidad son acreedores a un doble honorario, material y personal, o sea, temporal y a la
vez espiritual, que es lo mismo que decir transitorio y eterno al mismo tiempo; pues,
aunque viven en la tierra sujetos a las limitaciones naturales como los demás mortales, su
anhelo tiende a la convivencia con los ángeles en el cielo, para ser agradables al Rey,
como prudentes ministros suyos. Por lo cual, como un sol que nace para el mundo desde
las alturas donde habita Dios, alumbre la luz del clero a los hombres, para que vean sus
buenas obras y den gloria al Padre que está en el cielo.
Vosotros sois la luz del mundo. Pues, así como la luz no se ilumina a sí misma, sino
que con sus rayos llena de resplandor todo lo que está a su alrededor, así también la vida
luminosa de los clérigos virtuosos y justos ilumina y serena, con el fulgor de su santidad,
a todos los que la observan. Por consiguiente, el que está puesto al cuidado de los demás
debe mostrar en sí mismo cómo deben conducirse los otros en la casa de Dios.

RESPONSORIO Si 4, 23-24; 2Tm 4, 2


R. No retengas la palabra oportuna ni escondas tu sabiduría; * Pues hablando se muestra
la sabiduría, y la inteligencia, en la respuesta de la lengua.
V. Proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, reprocha, exhorta, con
toda paciencia y deseo de instruir. * Pues hablando.

La oración como en Laudes.

Laudes
Benedictus, ant. El que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras
están hechas según Dios.

Oración
Oh Dios, que suscitaste a San Juan de Capistrano para confortar a tu pueblo en las
adversidades, te rogamos, humildemente que reafirmes nuestra confianza en tu
protección y conserves en paz a tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo.

Vísperas
Magníficat, ant. Contaré tu fama a mis hermanos en medio de la asamblea te alabaré.

27 de octubre
CELEBRACIÓN DEL ESPÍRITU DE ASÍS

Ver Ritual Franciscano OFM: dos formularios de celebración “en el espíritu de Asís”, pp.
335-352.

30 de octubre
DEDICACION DE LA PROPIA IGLESIA
(Cuando esté consagrada y se desconoce la fecha exacta de consagración)

Todo como en el Común de la dedicación de una iglesia.

50
APÉNDICE I

Himnos en castellano

OFICIO ORDINARIO

Laudes
Como se abrió la mañana
en esplendores del día, Y con Francisco te alabo
hoy crece en mí la alegría hoy con toda criatura.
para alabar al Señor. Que todas de tu hermosura
son pregoneras y honor.
Loado, Señor, tú seas
por el sol y por la vida. Al Dios que es Trino y es Uno
Loado, tú, sin medida; den alabanza infinita,
es mi tributo de amor. que en todo ser está escrita
la grandeza de su amor. Amén.
Loado, Señor, tú seas
en el agua y en las rosas,
¡Dios mío y todas mis cosas!
Loado siempre, Señor.

Vísperas
La perfecta alegría
sólo está en el amor, La da la paradoja
en un amor capaz de dar la vida. de abrazarse al dolor
como tú a tu cruz de sangre y mofa.
No la dan las riquezas,
si no es una, Señor: La perfecta alegría
la de tu amor como única moneda. se logra en el amor,
en ese amor capaz de dar la vida.
No la dan los placeres,
y sí la da el sabor Perfecta como tú, genuina joya,
de recibir de ti mieles y hieles. dánosla ya, Señor,
como una gracia que será tu gloria.
Ni la da, no, el orgullo, Amén.
sino el ser servidor
de todos y por ti, por darte gusto.

COMÚN DE SANTOS FRANCISCANOS

Laudes
Hermanos, venid gozosos
a celebrar la memoria Que Francisco nos enseña
de quien hizo de su historia la oración de la alabanza
un holocausto de amor. al Señor, que es esperanza,
y en sus santos, protección.
Y del Seráfico Padre
siguió el ejemplo sincero Gloria a Dios que es Uno y Trino,
de consagrar por entero cantad su bondad constante,
su corazón al Señor. que no cesa ni un instante
de ser nuestro bienhechor. Amén.
Hoy celebramos su fiesta
sus hermanos, los menores;
y cantando sus loores
pedimos su intercesión.

51
Vísperas
Cuando la tarde declina
hacia el ocaso que llega, Hoy la plegaria que entona
mi alma, Señor, te entrega nuestro pecho jubiloso
su tributo de oración. es el tributo gozoso
de gratitud a tu amor.
Y al celebrar a los santos
que te ofrecieron su vida, Gloria los santos celebren
con ellos canta rendida al Trino y Único Dios.
las finezas de tu amor. Gloria nosotros cantemos
uniendo a ellos la voz. Amén.
Francisco quiso que fueran
sus hijos agradecidos,
y en alabarte reunidos
en un solo corazón.

SANTOS VARONES FRANCISCANOS


«¡El Amor no es amado!» (San Francisco)
Fuiste grito enamorado
de la inefable hermosura Fuiste voz, ansia, cuidado
de una increíble locura: de hacer entender a todos
Dios en hombre anonadado. los hombres, de todos modos,
«¡Ay, y el Amor no es amado!» que sólo existe un pecado:
«¡Ay, que el Amor no es amado!»
Fuiste del dolor flechado
al mirar la horrible muerte Hoy, ya bienaventurado,
y el cuerpo sangrado, inerte, en la familia del cielo,
de tu Dios crucificado. danos repetir tu anhelo
«¡Ay, y el Amor no es amado!» de ver a Dios siempre amado.
«¡Ah, que el Amor sea amado!» Amén.
Fuiste tú el anonadado
al alimentar tu vida
con el pan y la bebida
de Jesús sacramentado.
«¡Ay, y el Amor no es amado!»

SANTAS MUJERES FRANCISCANAS

Dichosa tú, que te llamas Dichosa tú, que te llamas,


hermana de Jesucristo, sí, madre de Jesucristo,
y que nutres con su sangre pues en la fe lo concibes
tu amor al Padre divino, y lo das a luz en hijos
y amas con él como a hermanos de tu amor a los demás
a todos los redimidos. y tu amor contemplativo.

Dichosa tú, que te llamas Dichosa hermana y esposa


esposa de Jesucristo, y madre de Jesucristo,
desposada por el Padre pues te llamas lo que eres,
en el amor del Espíritu, como él mismo lo ha dicho,
que compartes sus afanes y con él reinas y gozas
y sus bienes infinitos. por los siglos de los siglos. Amén

52
APÉNDICE II

Himnos en latín

OFICIO ORDINARIO

17 de septiembre
Impresión de las llagas a Nuestro Padre San Francisco

Oficio de lectura

Stígmatum sacri rédeunt honóres;


hanc diem laeti celebrémus hymnis:
namque Francíscus Pater ipse gestat
pígnora vitae.

Iúgiter secum recolébat alta


mente Francíscus crucifíxus intus,
et piis crebro lácrimis rigábat
vúlnera Christi.

Montis Alvérnae látitans in antris,


lárgius deflens Dómini dolóres,
carne confíxus méruit doléntis
ferre figúram.

O Redemptóris rútilans imágo,


Núminis vivi dígito poténti
sculpta, nunc nostro Crucifíxi amórem
íngere cordi.

Sint tibi grates, tibi sint honóres


Trine qui regnas, Deus, atque simplex,
fac Redemptórem célebrent perénni
laude redémpti. Amen.

Laudes

Proles, Patris praecónia Cruci confígens stúdio


extólle cantu mystico: carnis et mundi ópera
crucis profert insígnia transfíxa crucis gládio
laudis exsúltans cántico. Francíscus portat víscera.

Dux in nostra milítia Seraph in cruce pósito


crucis vexíllum súmere, in volis, plantis, látere
Christi sequens vestígia imprésso Dei dígito
divíno ferens múnere. çonsignátur charáctere.

Crucifíxum conspíciens Laus Patri, Nato, Flámini


Christo cruce confígitur, sit per Francísci stígmata
carde passo compátiens qui huic donet ágmini
sic mundo crucifígitur. sua grata charísmata. Amen.

53
Vísperas
Crucis Christi mons Alvérnae
recénset mystéria, Cernit servus Redemptórem
ubi salútis aetérnae passum impassíbilem,
dantur privilégia, lumen Patris ét splendórem
dum Francíscus dat lucérnae tam pium tam húmilem;
crucis sua stúdia. verbórum audit tenórem
viro non effábilem.
Hoc in monte vir devótus
specu solitária, Vertex montis inflammátur
pauper a mundo semótus vicínis cernéntibus;
condénsat ieiúnia; cor Francísci transformátur
vigil, nudus, ardens totus amóris ardóribus;
crebra dat suspíria. corpus vera mox ornátur
mirándis stigmátibus.
Solus ergo clausus orans,
mente sursum ágitur; Collaudétur Crucifíxus
super gestis crucis plorans tollens mundi scélera;
maeróre confícitur, pari laude celebrétur
crucísque fructum implórans Omnípotens Génitor,
ánimo resólvitur. et Spirítui Paráclito
sit aequális glória. Amen.
Ad quem venit rex e caelo
amíctu seráphico,
sex alárum tectus velo,
aspéctu pacífico,
affixúsque crucis telo,
porténto mirífico.

4 de octubre
Solemnidad de Nuestro Padre San Francisco

I Vísperas
Iam noctis umbra obdúxerat
diffúsa terris áethera, Procul sit error méntibus
extréma Patrem cum dies vestrisque labes sit procul
urgébat horae práescium. impúra tectis: única
virtus nitéscat córdibus.
O quae viri constántia!
Secúra mentis quae fides! Haec allocútus, spíritus
Quae férvidis incéndia humána liquit: síderis
flammis cremant praecórdia! instar niténtis coétibus
nubes beátis ínserit.
Plorant geméntes fílii
Patrémque circum cóndolent: Sit laus Patri, sit Fílio,
quid, pastor, aegrum déseris et par decus Paráclito,
ovíle?, flentes Clámitant. qui nos perénni glória
donent per omne sáeculum. Amen.
At ille in altum lúmina
mitémque tóllens déxteram:
Vos, inquit, alma próvido
perfúndat imbre grátia.

54
Oficio de lectura
Francíscus florens grátia
forma factus humílium, Vita, doctrína splénduit
laetus potítur glória respléndet et miráculis;
sortis consors sublímium. sic praefuit, quod prófuit
viva lucérna pópulis.
Hic carnis supercílium
legi subiécit spíritus, Summi regis palátio
mundum vicit et vítium Pater, loca discípulos,
se victo, victor ínclitus. salútis privilégio
Christo praemúni fámulos.
In paupertátis praédio
Minórum plantans víneam Christum rogámus et Patrem,
osténdit magistério Christi Patrísque Spíritum,
vitae vivéndi líneam. unum potens per ómnia
fove precántes, Trínitas. Amen.
Ad aetérnas divítias
turbam alléxit páuperum,
quam ad caeli delícias
lingua vocávit óperum.

Laudes

Fratrum Minórum cónditor, Inflícta Christo vúlnera


Francísce, da nos áureis, quae tu refers in córpore,
quas tu dedísti légibus, da cogitátu férvido
fidos alúmnos óbsequi. iugíque nos perpéndere.

Discámus a te páuperem Fac prosequámur ómnibus


arctámque vitam dúcere, fratrum salútem víribus,
et es se mundi amántibus, nec ímprobo pertérriti
qua páuperes, despéctui. labóre nec perículis.

Igníta Christi cáritas, Praesta beáta Trínitas,


qua tu vel hoc in saeculo ut quae Parens sanctíssimus
totus flagrábas, íntima praecépta nobis trádidit,
et nostra adúrat péctora. haec exsequámur séduli. Amen.

II Vísperas

Francíscus florens grátia, Pauper, nudus egréditur,


forma factus humílium, caelum dives ingréditur,
laetus potítur glória, spargit virtútum múnera,
sortis consors caeléstium. aegris proflígat vúlnera.

Ric simplex, rectus, húmilis, Insígnis Pater páuperum,


pacis cultor-amábilis, nos páuperes fac spíritu,
lumen in vas e fíctili, consórtes redde súperum
ardens lucens in frágili. eréptos ab intéritu.

Vili conténtus tégmine, Patri, Nato, Paráclito


sancto caléscit Flámine, decus, honor et glória,
vincit ardóre frígora, sint huius sancti mérito
Christi dum gestat stígmata. no bis aetérna gáudia. Amen.

55
19 de octubre
San Pedro de Alcántara

Laudes

Petre, sol tenis óriens Ibéris, Ártubus castis nímium sevérus,


lucis ut spargas rádios per orbem, te fame et diris crúcias flagéllis,
quas tuo laeti cánimus triúmpho, sternis et noctu laceráta duro
súscipe laudes. stípite membra.

Per te in antíquos renováta mores, Nunc preces audi gemitúsque nostros,


clara Francísci sóboles nitéscit, íntegros nobis sine labe mores
crescit et virtus, redivíva largo et tuos nostris ánimis salúbres
múnere caeli. íngere sensus.

Omne quod vitam máculat perósus Ánnuat rerum Sator, et perénne


mente constánti pereúntis aevi sit decus Patri Genitaeque Proli
déspicis pompam, precibúsque placas et tibi,Flamen, Deus unus, omni
Núminis iram. témpore saecli. Amen.

Vísperas
Petrum Paréntis óptimi
germen canámus ínclitum, Dum flexo adórat póplite
qui páuperum paupérrimus crucis sacrátum stípitem,
extréma quaeque pértulit. crux émicat divínitus
ipsúmque splendor ímbuit.
Hic Christi amóre sáucius,
ut pérditis succúrreret, Decus Minórum, súscipe
stupénda paeniténtiae laudes precésque súpplicum,
exémpla mundo práebuit. tuos ab alto mítius
pater beáte, réspice.
Sitim famémque súfferens
et veste tectus híspida, Sit laus Patri et Fílio,
quid quid luéndum est, tibíque, Sancte Spíritus,
nóxiis a se flagéllis éxigit. duc per Petri vestígia
nos ad supérna gáudia. Amen.
Nodis revínctus férreis,
exsánguecorpus cónficit,
et síngulis ex ártubus
emánat unda sánguinis.

23 de octubre
San Juan de Capistrano

Laudes

O Christi miles ínclite, Implóra nobis véniam


Ioánnes, voce et ópere ac fidei constántiam,
diébus his novíssimis Christi legis custódiam
clarus apparuísti. quem vere dilexísti.

Tu cruce Turcas fugas, Christum rogámus et Patrem


tu cruce morbos sanas, Christi Patrísque Spíritum,
tu cruce cundos iuvas, unum potens per ómnia,
dux quibus tu fuísti. fove precántes, Trínitas. Amen.

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Vísperas
Gaude, mater Ecclésia,
Christi suffúlta grátia, Iesu, dulce refúgium,
ob huius Sancti mérita spes nostra, te laudántium
nova deprómens cántica. ob tanti viri méritum,
peccáti solve débitum.
Athléta Christi válidus,
pauper, castus, oboediens, Sit, Christe, tibiglória
mundum calcans sub pédibus pro multifórmi grátia,
manum misit ad fórtia. qui mundi post haec stádia
das iustis vitae práemia. Amen.
Pius, pudícus, húmilis,
vivéndi normam práebuit,
in lege Christi dócilis,
verbis, exémplis mícuit.

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