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Un día especial: 204º Aniversario de la PNA

Esta Misa es en acción de gracias y al mismo tiempo en sufragio de las almas de


los camaradas muertos en cumplimiento del deber.

La conmemoración nos permite constatar y es la confirmación de que el valor y


la lealtad de muchos que nos precedieron han dado sus frutos (como dice el Evangelio:
la semilla sembrada en la tierra murió para crecer).

El contexto social y eclesial ha cambiado mucho desde la creación de la


Prefectura, pero el corazón del hombre, su capacidad de ser fiel y valiente (acriter et
fidelite), se ha mantenido igual.

El servicio de Uds. es un auténtico testimonio de dedicación para una tarea


importante y difícil.

En este momento de la historia del país y de la Institución, también están ustedes


c/u con su historia personal

Con su peculiar servicio, están llamados a dar un testimonio del ejercicio de la


autoridad pacífico y alegre.

Vivan intensamente su vocación” Sean fuertes en la fe y generosos en la caridad


con la gente que encuentran.

En este día, quiero invitar a todos ustedes en representación de los prefecturianos


esparcidos por todo el país: a que sientan ante todo, el sano orgullo de lo que son.

Ante Dios den gracias por su vocación de servicio en el amor a la Patria,


sientan la alegría de quien ama y de quien da respuesta a las necesidades de los
ciudadanos. El orgullo de esta vocación tiene que hacer salir del corazón de cada uno
de ustedes una acción de gracias a Dios.

Gracias Señor, que me has llamado a servir, a ser útil a los demás, a ser gestor
de bienestar, de tranquilidad y de armonía entre mis hermanos. Pero también el orgullo
de la vocación debe hoy actualizar la responsabilidad que cada uno tiene en la
respuesta a su vocación.

Tú que me has llamado Señor a ser miembro de la Prefectura, tienes que


ayudarme a ser prefecturiano de verdad, a ser bueno, generoso y con corazón grande, a
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no quedarme en la perspectiva de asalariado, sino a ser generoso hasta la entrega de la


propia vida en defensa del bienestar y de la seguridad de mis hermanos.

El prefecto debe ser ciudadano ejemplar, miembro ejemplar de su familia,


cristiano ejemplar en su iglesia.

No nos puede pasar a nosotros lo que dice el refrán popular: “luz en la calle
oscuridad en su casa”.

Es el agente de seguridad que transmite su autoridad no por el poder de un


bastón o de un arma sino por su propia persona.

Llévense en su corazón este mensaje queridos amigos de la PNA, porque Uds


tienen una profesión que tiene una dimensión docente.

Deben ser maestros de humanidad, maestros que se preocupan por formar en las
nuevas generaciones de nuestra Institución, corazones sanos, corazones rectos,
corazones que provienen de conciencias formadas, corazones que los llevan a ser
solidarios en el dolor de sus hermanos, corazones que demuestran que vale la pena vivir
en el bien y que vale la pena tener la alegría y la paz de una conciencia que lleva a
actuar con rectitud.

El uniforme que los identifica: recuerda la dedicación, la fiabilidad y la


seguridad. Identifican un servicio único y un pasado glorioso".

"Pero recuerden que no es el uniforme, sino aquel que lo viste el que debe
impresionar a los demás por sus valores, por la gentileza, por el espíritu de acogida, y la
actitud de servicio hacia todos".

Caridad y camaradería también entre ustedes, "dando importancia a su vida en


comunidad, al compartir los momentos felices y los más difíciles...

3/7/18Estando cerca de los que se encuentran en dificultad y a veces necesitan


una sonrisa y un gesto de aliento y amistad; evitando una distancia negativa que los
separa de los demás y de la vida del resto de las personas.

Estamos en vísperas de la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. Quiero


mencionarlo porque también debajo de cada uniforme hay un corazón.
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Una persona con corazón es una persona profunda y a la vez cercana; entrañable
y comprensiva, capaz de sentir emociones y a la vez capaz de ir al fondo de las cosas y
de los acontecimientos.

El corazón simboliza el centro de la persona, donde reside la unidad y se


fusiona la múltiple complejidad de sus facultades, dimensiones, niveles: lo espiritual y
lo material, lo afectivo y lo racional, lo instintivo y lo intelectual.

Una persona con corazón es no la dominada por el sentimentalismo sino la que


ha alcanzado una unidad y una coherencia, un equilibrio de madurez que le permite ser
objetivo y cordial, lúcido y apasionado, instintivo y racional; la que nunca es fría sino
siempre cordial, nunca ciega sino siempre realista.

Tener corazón equivalía para el hombre antiguo a ser una personalidad


integrada.

En fin, el corazón es el símbolo de la profundidad y de la hondura. Sólo quien ha


llegado a una armonía consciente con el fondo de su ser, consigue alcanzar la unidad y
la madurez personales.

Jesús tiene corazón.

Cuando hablamos del Corazón de Jesús, significa el amor en el máximo grado,


significa el amor hecho obras, significa impulso generoso que lo lleva la donación de sí
mismo hasta la muerte.

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