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Argumento
Este film refleja toda la problemática de una pequeña comunidad industrial: paro,
alcoholismo, desestructuración familiar, abusos... y sobretodo la falta de esperanza en el
futuro que aflora de cada uno de estos problemas. De este modo la escuela se convierte
en una isla de color donde los niños pueden escapar de la cruda realidad que les envuelve.
Como metáfora de esa constante sensación de impotencia que se recorre a lo largo de
todo el film, la escena que da inicio a la historia muestra a Daniel conduciendo su auto en
una fría mañana de invierno y éste, por más que lo intenta, no consigue cerrar la
ventanilla completamente. Queda una rendija por donde se cuela todo el aire frío. Él se
levanta el cuello del abrigo intentando parar el viento helado. Este suceso, mínimo,
sobrevolará toda la película y marca la imposibilidad de los personajes para reparar la
realidad adversa que continuamente se va presentando.
Incesto: Entre los padres del niño golpeado. Es hijo de la madre y el tío (hermano de la
madre).
Violencia familiar: Niño golpeado.
Alcoholismo: La madre de la familia, que luego se suicida, busca refugio en la bebida
(escena de cuando va a buscar a la hija tarde al jardín).
Delincuencia juvenil: los amigos del hijastro del director entran a robar a la escuela de
este último.
Marginación: Cuando unas maestras sugieren que expulsen a los niños con piojos.
Abandono de persona: cuando la asistente social llega a la casa y la madre joven no sabe
ni donde está el bebe.
El profesorado tiene que buscar los medios que permitan la participación consensuada
de los miembros de la comunidad escolar, y la creación de un clima de bienestar y
seguridad en el centro. Dicha comunidad escolar, en colaboración con otros agentes
sociales deben crear una conciencia colectiva en favor de una cultura de Paz, entendida
como el proceso de realización de justicia en los distintos niveles de relación humana:
afrontar y resolver los conflictos de forma no violenta, de manera armónica. Un nuevo
estilo de vida y una nueva estrategia para transformar la sociedad de hoy, la sociedad del
conocimiento.
Situando esta reflexión en el terreno de lo que debe ser una escuela en su entorno, la
escuela, la comunidad educativa, deben ser un actor más en la sociedad, en la que todos
somos responsables, familias, administración, medios de comunicación, servicios sociales y
sanitarios, agentes sociales, gestores de medio ambiente, empresas, etc. Aun así, la
escuela no debe excusar su responsabilidad, pues en torno a ella se mueven las familias y
la comunidad, ni los profesores la suya, pues son profesionales no solamente para la
instrucción de sus alumnos sino también de su educación.
La escuela hoy
En la actualidad, los problemas que pueden presentarse en una escuela, están
estrechamente vinculados con los motivos que los ocasionan. Por ejemplo, el problema
económico puede desatar temas sociales, políticos y por supuesto, educativos. Hay
grandes diferencias de la situación que se plantea en la película respecto a las relaciones
entre empresarios, trabajadores y sindicatos con la que se vive actualmente en Argentina,
recursos humanos levanta banderas y refleja el punto de inflexión que se vive en muchos
lugares del mundo. Así mismo observamos en la actualidad como muchos de los docentes
se atrincheran en sus cátedras (y/o en las distintas instituciones) intentando mantenerse
impávidos de las realidades sociales de sus estudiantes, tomando actitudes similares al del
director de la otra escuela que le dice a Daniel que “se ocupe de los que tienen mayor
posibilidad educativa., y deje de intentar atender mas de lo que sus capacidades le
permiten” Hoy los docentes argentinos reconocen y enumeran en detalle las diferentes
problemáticas que enfrentan en las aulas, derivadas del contexto social y del propio
trabajo. Pero les cuesta recordar cuáles los afectaban cuarenta años atrás, como si
realmente todo tiempo pasado hubiese sido mejor. La falta de reconocimiento de
autoridad, el embarazo adolescente, la droga, el alcohol, la violencia, los robos, la pérdida
del deseo de enseñar, las protestas de padres y alumnos, se revelan como caras y
contracaras de la sociedad que expande la realidad de su contexto a las escuelas. Así, los
maestros dejaron de ser solo trabajadores de la educación, compartiendo las mismas
dificultades que el resto de la sociedad.
En cuanto a lo relativo a la autoridad; cuando la docencia argentina nace como
profesión, lo hace atada a un mandato del Estado que funciona de respaldo. El docente
era pensado como funcionario del Estado, el que portaba sus valores en formación y por
lo tanto era la herramienta civilizadora más fuerte. Esa idea hoy está diluida. Por lo cual
esa autoridad que le daba el Estado representa un primer quiebre para ellos, y todo lo que
el Estado ponía simbólicamente en ese docente pierde fuerza. En la década del 90 hubo
una desvalorización desde el Estado que culpó al docente por los fracasos de la educación.
Eso le resta identidad a su valor social. No se le reconoce autoridad y nadie puede tenerla
si no se plantea que es un necesario aporte a la transformación de la realidad, ese es el
rol del docente. Esto va atado a la forma autoritaria de cómo se impuso y se maltrató al
docente y a todo el sistema educativo en los últimos quince años. Qué se va a esperar de
la sociedad, de los padres y de los chicos, si el primero que hace esto es el propio Estado.
“Están en la tierra, montones de piedras apiladas, una a una con las manos del padre, del
abuelo, toda su paciencia acumulada, resistió a la lluvia, al horizonte, haciendo pequeños
montoncitos ante la noche, para retener la luz de la luna, para estar erguidos, para
inventarse montañas y jugar con el trineo y creer que tocamos las estrellas”. El film nos
golpea con el contraste entre las tiernas miradas de los niños y la brutalidad del entorno
dominado por el paro, el alcoholismo, el frío y la pobreza. Por ello, la película va más allá
de una mirada sobre la escuela, es una disección de cierta parte de la realidad
frecuentemente olvidada por los medios. Es una denuncia y, al mismo tiempo, un canto a
la solidaridad, al coraje social y a la imaginación. Existe una relación ideal entre todos
ellos. Se ayudan siempre y cuentan los unos con los otros sin imponer criterios e ideas.
Algo casi imposible hoy en día en las escuelas argentinas.