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Pontificia Universidad Católica de Chile

Narrativa Chilena e Hispanoamericana LET1012


Profesor: Rodrigo Cánovas
Estudiante: Ignacia Concha Badilla
Fecha: 22/03/18

Reflejo e ironía: Damaso Encina en Martín Rivas y la política chilena de la década del
cincuenta

La novela Martín Rivas a primera instancia se tiende a proyectar como una novela
amorosa bajo los estándares que esta contiene y esto se confirma aún más con el elemento
clave del “final feliz” que reúne a los enamorados hacia el desenlace de la historia. Poco
conocido es que Blest Gana a su novela, inicialmente publicada en el diario “La voz” junto
a publicaciones políticas, puso un subtítulo que llama la atención si se mira a Martín Rivas
solo desde el plano amoroso, este es: “novela de costumbres político-sociales”. Martin Rivas
claramente es una novela con contenido político, la novela es una herramienta política en la
época y el presente ensayo destaca la presencia de este contenido en sus personajes,
precisamente en uno: Don Damaso Encina.

El siguiente ensayo tiene por objetivo mostrar a don Damaso Encina como una
representación irónica del escenario político de la época. Para esto, se presentarán tres
argumentos que buscan probar la relación del personaje con la actualidad política de Chile,
además de luego explicar la ironía en base a la caracterización y las acciones del personaje
en la novela. Todo esto, apoyándose principalmente en lo que postula Jaime Concha en su
prólogo de la novela.

Para el presente trabajo es importante el contexto del país, marcado sobre todo por
los conflictos políticos existentes. La novela se ambienta en el siglo XIX durante la década
del cincuenta, periodo en el cual se vivía una gran agitación política provocada por los bandos
liberales y conservadores y su disputa por el poder político del país. La elección de Manuel
Montt como tercer presidente decenal desata la guerra civil de 1851, entre las provincias del
sur y el norte contra el centralismo de Santiago. Martin Rivas describe con realismo el modo
de vida de la incipiente clase burguesa que deberá impulsar el desarrollo industrial, pero
sobre todo asentar las bases políticas del país. La novela, además, revela la tensión que genera
en la vieja aristocracia terrateniente y en la ya acomodada burguesía comercial y financiera
la aparición de los burgueses del norte, cuya riqueza proviene de la explotación minera. El
personaje de don Damaso Encina se sitúa en la burguesía santiaguina, situado como patriarca
de una de las familias más aristocráticas de Santiago.

Como primer argumento para relacionar a Encina con la situación política del
momento se encuentra en la marcada tendencia capitalista que se refleja en el personaje y en
distintos pasajes de su vida y caracterización, además de solo por el hecho de constituirse un
burgués. Chile se encontraba al mando de las familias más poderosas económicamente del
país y las decisiones y tendencias políticas de éstas tenían, al igual de las de Damaso Encina,
una inclinación netamente capitalista.

En primer lugar, está el matrimonio con Doña Engracia, el cual tiene un objetivo
claramente económico y Blest Gana lo describe en este párrafo:

“Don Dámaso se había casado a los veinticuatro años con doña Engracia
Núñez, más bien por especulación que por amor. Doña Engracia, en ese
tiempo, carecía de belleza, pero poseía una herencia de treinta mil pesos, que
inflamó la pasión del joven Encina hasta el punto de hacerle solicitar su mano.
Don Dámaso era dependiente de una casa de comercio en Valparaíso y no
tenía más bienes de fortuna que su escaso sueldo. Al día siguiente de su
matrimonio podía girar con treinta mil pesos. Su ambición desde este
momento no tuvo límites” (Blest Gana, 18)

En segundo lugar, otro fuerte elemento que lo constituye como un ente con tendencias
capitalistas es su sociedad con José Rivas, netamente marcada por la aspiración a engrandecer
su capital y por ende su rango social. Jaime Concha se refiere a los negocios de Damaso
Encina y dice de el que “representa y caracteriza la gestación de la clase (burguesía chilena)”
la cual, en ese momento, también en palabras de Concha “abría el desarrollo capitalista en
Chile” (25).

Finalmente, está su aspiración al Congreso y los vaivenes políticos que enfrenta en el


camino, a los que se hará referencia más adelante. Sus deseos de llegar a este poder y estos
cambios de tendencia políticos tienen un trasfondo netamente económico y de gratificación
personal (Soto, 45) que dejan ver aun más su anhelo capitalista, Concha dice: “(Don Damaso)
pretende consolidar su poder económico a través de la influencia política y legislativa que
otorga el Congreso” (26).

Como segundo argumento para mostrar la figura de Don Damaso Encina como fiel
representante del momento político de Chile en esos años hay que retomar la idea anterior.
Don Damaso tenia aspiraciones serias a ser senador de la república y aquí es donde sus
vaivenes políticos tienen cabida. El país estaba viviendo una guerra civil que estaba marcada
por la lucha entre dos tendencias políticas principalmente: conservadores y liberales. Estos,
en este periodo tienen una gran inestabilidad debido al surgimiento de nuevas tendencias y
pensamientos provenientes de Europa. Estas tendencias se daban mayormente en la juventud
de la época. La inestabilidad, se relaciona en cierto grado a los vaivenes de Don Damaso, el
país no sabe a que debe inclinarse para conseguir mejores frutos. Las tertulias eran un centro
de reunión que tocaban este tema con regularidad, la efervescencia de la revolución se
encontraba activamente como tema de conversación donde las distintas familias tenían sus
posiciones en el asunto, veían con gran interés los problemas de la época, y es en donde
principalmente hijos se rebelan contra sus padres por ideales y diferencias de opinión,
justamente es Don Damaso quien precede estos eventos aristocráticos.

Finalmente, como tercer y último argumento se presenta la relación durante toda la


obra y el “traspaso” de los negocios de Don Damaso a Martin Rivas hacia el final relacionado
con la idea de la consolidación de la burguesía chilena de la época. Jaime Concha describe a
Martín como netamente un burgués:

“…procedente de la zona de Coquimbo y Copiapó, centros de dominación


incontrarrestable de la nueva burguesía; ingresando a una carrera que, de
ningún modo, es en esa época índice de pertenencia a las capas medias, sino
prueba de una extracción social afín a las capas dominantes; por todo ello
Martín Rivas es un claro y simple representante de la burguesía…” (24)

Es decir, Martín no es un burgués de la misma liga de Don Damaso, quien pertenece a la


burguesía tradicional estacionada en Santiago, comercial y financiera. Su relación en la
novela se va haciendo cada vez más cercana, parte siendo su secretario, y finalmente es a
quien traspasa el mando de sus negocios al casarse con su hija para él dedicarse netamente a
la política. Es así como también políticamente en Chile, la burguesía emergente va tomando
cada vez más cabida junto a la burguesía tradicional incluso superando su poder,
consolidándose finalmente aún más fuertemente este grupo social, tal como Martín toma
lugar en la casa Encina. Román Soto manifiesta que “es necesaria la construcción de este
nuevo ciudadano laborioso, enérgico y eficaz que llega a Santiago no con las ropas del inútil
elegante, pero sí ya formado a través de su interacción con los pioneros de la industria minera
del norte” (47), es decir, que el personaje de Martín viene como un consolidado burgués del
norte, aunque no lo parezca, a establecer relación con esta clase similar, hasta incluso llegar
a dominarla.

Cabe mencionar, que estos tres argumentos están rodeados por un tono irónico que
da Blest Gana al personaje de Damaso Encina, como también al de la mayoría de los invitados
a la tertulia, el cual representa sus tendencias liberales mostrando absurdos o poco serios a
los personajes de énfasis conservador en la novela. En el caso específico del patriarca Encina,
que parte representándose con la bandera liberal, y luego por un tema de intereses en su
carrera al congreso se ve más beneficiado por tomar el camino del conservadurismo, este
vaivén en sus posturas es mostrado en fragmentos de la novela con tono irónico, y el autor
trata muchas veces al personaje como burlándose de él o hablando con cuidado para “no
tocar” la seriedad que conlleva sus indecisiones tomando en cuenta sus aspiraciones políticas.
En fin, esta ironía da cuenta aún más de las ideas de la hipótesis ya que, su pensamiento y
sus acciones algo irracionales traen consigo su pensamiento netamente capitalista, su
inestabilidad política y finalmente su desligue del plano de los negocios y su posterior entrega
a Martín.

A modo de conclusión, es pertinente afirmar que el personaje de Damaso Encina es


algo así como una construcción que puede representar perfectamente según ciertas acciones
y rasgos de su caracterización a la situación política chilena del momento. Esto sin dejar de
lado la idea de que es en un tono muy alejado de la seriedad y la crítica directa, es más bien
de modo irónico y logrando un personaje casi cómico y poco creíble que se contrasta y que
necesita del personaje de Martín Rivas para finalmente consolidar no solo el hilo de la
historia, sino también a la burguesía chilena de la época.
Bibliografía:

Blest Gana, Alberto. Martín Rivas. Santiago, Chile: Origo Ediciones, 2013. Impreso.

Concha, Jaime. “Prologo”. Martín Rivas. Santiago: Nacional Quimantú, 1973. 24-26.
Impreso.

Soto, Román. “la construcción del héroe: el reconocimiento”. Continuidad y cambio:


ensayos sobre el héroe en la novela chilena. Santiago: Monografías del Maitén. 26-47.
Impreso.

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