Está en la página 1de 7

El género lírico y los recursos poéticos1

El género lírico –también llamado poesía– está constituido por el conjunto de textos
que se caracterizan por trabajar con el ritmo y la musicalidad de las palabras y por hacer
énfasis en la percepción subjetiva –es decir, personal– de la realidad. Esta percepción puede
ser tan original y singular que, en algún sentido, en la poesía se puede ofrecer una re-creación
de la realidad convencional y, en muchas ocasiones, se nos puede hacer difícil en una primera
lectura entender sobre qué está hablando el poema.
De estas características se deriva que la poesía esté asociada fundamentalmente con
los sentimientos (por ejemplo, el amor, la angustia, la alegría…) y con la escritura en verso.
Los versos, precisamente, son los conjuntos de palabras sobre un renglón que se encuentran
delimitadas por criterios de ritmo y la musicalidad y no por parámetros sintácticos, como la
oración o el párrafo, propios de la prosa: mientras en un cuento las palabras llegan
habitualmente hasta el final del renglón, en la poesía casi nunca ocurre esto, dado que se corta
la frase antes para jugar con los sonidos. En este sentido, el blanco de la página al final de
cada verso se vuelve significativo, en tanto implica un silencio y la puesta en evidencia de
que las palabras anteriores conforman un verso. Asimismo, dentro de un poema los versos se
pueden agrupar en distintas estrofas, delimitadas por renglones que se dejan en blanco, y
pueden responder a una determinada métrica. La palabra métrica se deriva de “medida” y se
refiere a la duración de los versos, contadas en sílabas. No obstante, las sílabas en la poesía se
cuentan de una manera muy particular: si una palabra termina en vocal y la siguiente empieza
en vocal, esas dos sílabas se unen y forman una única sílaba. A este fenómeno se lo llama
sinalefa. Por ejemplo, en el verso de Borges “Mirar el río hecho de tiempo y agua”, las
sílabas se dividirían así: “Mi-rar- el- rí-o he-cho- de- tiem-po y a-gua” (11 sílabas para la
métrica, aunque sean 13 si las contamos de manera “normal”).
Por estas características, las letras de las canciones se asemejan a los poemas, aunque
el hecho de que sean producidas para ser cantadas implican otras características como una
determinada entonación, el estilo de las y los cantantes, una particular asociación con las
melodías, armonías e instrumentos que deben ser tenidas en cuenta al momento de su análisis.

1
Material con fines didácticos, por Esteban Da Ré. Para mayor detalle, ver Diccionario práctico de
figuras retóricas, de Vivivana Hernández:
http://www.cervantesvirtual.com/obra/diccionario-practico-de-figuras-retoricas-y-terminos-afines-9247
24/
Recursos poéticos

Los recursos poéticos son las formas de usar el lenguaje propias del género lírico que
tienen como función generar más y/o distintos sentidos respecto de aquellos que producen los
otros usos del lenguaje no literarios: el diálogo, el género periodístico, el género científico,
entre otros. Esto no significa que los recursos poéticos sólo aparezcan en la poesía o en la
literatura: cuando decimos “ella se fue volando”, “lo tengo en la punta de la lengua”, “es una
bestia”, o “me estoy congelando”, estamos utilizando figuras del lenguaje como la metáfora y
las hipérboles, que son consideradas recursos poéticos. De lo que se trata es de señalar que
en el género lírico la presencia de los recursos poéticos tiene una importancia preponderante
en la generación de sentidos en los poemas, dada la frecuencia con que aparecen.
Según sus características, es decir, según sobre qué aspecto del lenguaje trabajen,
podemos agrupar a los recursos poéticos en fónicos –aquellos que trabajan con los sonidos de
las palabras–, semánticos –aquellos que trabajan con el significado de las palabras–,
sintácticos –aquellos que trabajan sobre la estructura de la frase– y gráficos –aquellos que
trabajan con la imagen visual de los poemas.

Recursos fónicos

● Rima: la repetición de una secuencia de fonemas o sonidos al final del verso a partir
de la última vocal acentuada, incluida ésta.

o Si la repetición es de todos los fonemas a partir de dicho límite, se denomina


rima consonante; por ejemplo, en «Todo necio / confunde valor y precio»
(Antonio Machado), la rima es consonante en -ecio, porque desde la última
vocal acentuada todos los fonemas coinciden.

o Si la repetición es sólo de las vocales a partir de dicho límite, entonces se


habla de rima asonante, como por ejemplo en «Más vale pájaro en mano /
que ciento volando». En las palabras esdrújulas, sólo se toman en cuenta la
vocal tónica y la de la sílaba final: por tanto, «súbito» rima con «turco» en ú-o.
Asimismo, la rima más habitual es a final de verso, pero también se pueden presentar
rimas internas.

Por último, se pueden producir rimas en eco cuando una palabra se encuentra
contenida por completo en el final de otra; por ejemplo: “No hallo ya en mi desconsuelo
suelo / ni tiene mi mortal locura cura” (Julián de Medrano)

● Aliteración: repetición de uno o varios sonidos con intención expresiva: “A las


aladas almas de las rosas / del almendro de nata te quiero” (Miguel Hernández).

● Paronomasia: aparición de parónimos, es decir, de palabras de sonido semejante y


significado diverso. Por ejemplo: “Es muro es mero muro es mudo mira muere”
(Alejandra Pizarnik).

Recursos sintácticos

● Hiperbatón: alteración del orden esperable de las funciones sintácticas en una


oración: “Volverán las oscuras golondrinas / en tu balcón sus nidos a colgar”
(Gustavo Adolfo Bécquer)

● Polisíndeton: multiplicación de nexos coordinantes para destacar los términos: “Ser,


y no saber nada, y ser sin rumbo cierto, / y el temor de haber sido y un futuro
terror” (Rubén Darío)

● Anáfora: repetición de una o varias palabras al comienzo de dos o más versos: “Esta
casa de Dios, decid, hermanos, / esta casa de Dios, ¿qué guarda dentro?” (Antonio
Machado)

Recursos semánticos

● Metáfora: analogía, comparación, relación de equivalencia entre dos conceptos


disímiles, lo cual genera, en algún aspecto, un nuevo sentido. Una metáfora es pura
cuando se da por supuesto unos de los términos comparados (“mariposa de sueño”,
Pablo Neruda), y se considera impura o símil cuando se expresan los dos elementos
comparados a partir de un nexo, por ejemplo, “como” o “cual” (“Unos cuerpos son
como flores / otros como puñales”, Luis Cernuda).

● Antanaclasis: este recursos se basa en la polisemia de las palabras, es decir, en sus


múltiples sentidos. De esta manera, la antanaclasis consiste en la aparición de la
misma palabra pero apelando a sus distintos significados: “tu cara, de los ángeles tan
cara” (Gregorio Silvestre). En la primera aparición “cara” significa “rostro”,
mientras que en la segunda es el equivalente de “querida” o “valorada”.

● Pregunta retórica: uso de la interrogación para intensificar una afirmación. “¿Serás,


amor / un largo adiós que no se acaba?” (Luis Salinas).

● Hipérbole: exageración que puede tanto magnificar o degradar el tema u objeto al


que se refiere. “Tanto dolor se agrupa en mi costado, / que por doler me duele hasta el
aliento.” (Miguel Hernández)

● Prosopopeya o personificación: atribución de cualidades humanas a cosas


inanimadas. “y oigo la queja / de un bandoneón” (Alfredo Le Pera).

● Retruécano: también conocido como “juego de palabras”, consiste en la repetición de


las mismas palabras en dos momentos diferentes del poema pero organizadas de otra
manera y con significado diferente. “¿Siempre se ha de sentir lo que se dice? / ¿Nunca
se ha de decir lo que se siente?” (Quevedo).

● Contradicción: conjunción de conceptos de significados opuestos. A su vez, la


contradicción puede manifestarse, al menos, de tres formas diferentes:
o Antítesis: contraposición de una frase o una palabra a otra de significado
contrario. “Es tan corto el amor, y tan largo el olvido” (Pablo Neruda)
o Oxímoron: contacto directo entre palabras que se contradicen, pero que en el
contexto comparten un sentido general que las hace coherentes. “Es hielo
abrasador, es fuego helado” (Quevedo, en referencia al amor).
o Paradoja: afirmación de un concepto que parece absurdo o ilógico pero que
tiene su propia racionalidad. “Vivo sin vivir en mí / y de tal manera espero, /
que muero porque no muero” (Juan de la Cruz, en referencia a sus
sentimientos religiosos). “Doy consejo, a fuer de viejo: / nunca sigas mi
consejo.” (Antonio Machado)

● Gradación o clímax: serie de elementos ordenados por su significado, con una


intensidad ascendente o descendente.
“En tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.” (Luis de Góngora)

● Ironía : expresión del significado contrario del que se quiere manifestar.

● La metonimia

Se entiende por metonimia al procedimiento lingüístico a partir del cual se designa a una cosa
nombrando a otra con la que mantiene una relación muy cercana. Existen distintos tipos:

- Sinécdoque: tipo de metonimia en el que la parte de algo designa al todo. Ejemplos:


“No había ni un alma” (ni una persona); “La pelota se introduce en la red” (en el
arco); “Hay una cara nueva en clase” (un alumno nuevo);
- El todo por la parte: “Lavar el coche” (la carrocería).
- Causa por efecto o efecto por causa
- Continente por contenido: “Tomar una copa” (tomarse el contenido de una copa).
- Símbolos por cosas simbolizadas: “Juró lealtad a la bandera” (jurar lealtad al país).
- Objeto o instrumento utilizado por la persona que la emplea: “El primer violín de la
orquesta” (se refiere al que toca dicho violín), “La mejor pluma de la literatura
universal es Cervantes”.
- La materia por el objeto: “Un lienzo” (un cuadro).

● La connotación

La connotación es el recurso del lenguaje que apela fundamentalmente al sentido asociado


que posee una palabra o frase según el contexto, más allá de su significado denotativo o
literal. Por ejemplo, en un determinado contexto, la palabra “otoño”, además de denotar a una
estación del año –su significado literal–, connota las ideas de “tristeza”, “nostalgia”,
“caducidad”, entre otras. Por el contrario, “primavera” connota los significados de “vida”,
“alegría”, “renacer”...
● Los campos semánticos

Un campo semántico está constituido por un grupo de palabras relacionadas por su


significado, dado que comparten ciertas características semánticas comunes. Por ejemplo, las
palabras “día”, “luz”, “brillo”, “alegría”, “vida”, si aparecen en un mismo texto, pueden
conformar un mismo campo semántico, mientras que “noche”, “oscuridad”, “tinieblas”,
“tristeza”, “muerte” podrían formar parte de un campo semántico opuesto.

Nota: Es muy habitual que en una misma frase de una poesía coexistan varios recursos
poéticos al mismo tiempo. Por ejemplo, puede darse que una metáfora sea, a su vez, una
hipérbole y un oxímoron y que ese verso, asimismo, esté encabezado por una anáfora y que
finalice con una rima.

¿Cómo analizar un poema?

El análisis de todo texto, incluso el de los poemas, no es una tarea sencilla, dado que
implica tener en cuenta una multiplicidad de características y niveles de análisis. Respecto de
los poemas en particular, las siguientes preguntas pueden ayudar a desarrollar nuestra
interpretación de los textos:
- ¿Qué tema/s y problema/s plantea el poema? En general, tienden a combinar
cuestiones abstractas (el amor, la angustia, la soledad, la muerte, la alegría, la amistad,
la percepción de las cosas…) con otras concretas (la ciudad, un paisaje, un cuerpo, un
alimento…).
- ¿Qué mirada ofrece sobre esos temas y/o problemas (positiva, negativa,
contradictoria…)?
- ¿Qué efectos intenta producir en quien lee (alegría, tranquilidad, nostalgia,
incomodidad, desconcierto…)? ¿Cómo provoca el poema esas sensaciones? ¿Qué
sentido puede tener que busque generar esas sensaciones y pensamientos?
- ¿Qué características tiene la escritura? ¿Es clara, es compleja, es críptica?
- ¿Cuáles son los recursos poéticos que aparecen en el poema, ya sean semánticos,
sintácticos, fónicos, gráficos? Dentro de ellos, ¿cuáles son los más importantes para
generar el sentido del poema y los efectos que provoca en quien lee? ¿Por qué?

La formulación de estas preguntas no significa que se deban responder una a una y en este
orden cuando desarrollamos nuestro análisis de un poema, sino que pueden funcionar como
disparadores para que produzcamos una interpretación personal de las poesías. En este
sentido, podemos ir respondiendo (o no) estos interrogantes en función de las características
particulares del texto y de aquellos efectos de sentido que produjo en quienes lo leímos.

También podría gustarte