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Jean-Martin Charcot

La fe que cura1

Introducción: Jean-Martin Charcot, del congeniaba con la idea que en· la época se
localizacionismo a la psicología tenía de una investigación seria y rigur~a,
por lo que se creó una sección específica
Apenas es necesaria una presenta­ para histéricos y epilépticos que se confió
ción para un autor como Charcot que en­ a Charco!, quien desde entonces se consa­
seguida se convirtió en un clásico, sus gró al estUdio'de la histeria, aislándola, de­
obras fueron traducidas a todas las lenguas finiéndola y "descqbriendo" la existencia
y la amplitud de sus investigaciones. es de la histeria masculina.
asombrosa: el reumatismo crónico, la gota,
las hemorragias cerebrales, la ataxia, la es­ Para entonces ya se había labrado
clerosis lateral amiotrófica, la afasia, las su fama en el campo de la anatomía pato­
localizaciones cerebrales...; mantuvo una lógica habiendo desarrollado su método
clientela privada internacional muy famo­ anatomoclínico aplicado a las enfermeda­
sa entre la que se encontraban ministros, des nerviosas, y utilizó el mismo método
banqueros, grandes duques...; creó la pres­ en el estudio de la histeria. Consideraba la
tigiosa escuela de la Salp8triere fonnando histeria y la epilepsia como las dos gran­
a innumerables discípulos; fundó incluso des neurosis que compartían el síntoma de
una rama nueva de la medicina, la neuro­ la convulsión; a partir de ahí empezó su
logía; son conocidos sus cursos magistra­ trabajo nosológico. Para ello utilizó a los
les de los viernes y sus lecciones de los que llamaba su "museo vivo", los más de
martes; famoso por sus veladas a las que cinco mil enfermos que eran la población
asistía la flor y nata de la sociedad de la estable de su Sección, verdadera 'citta do­
época, médicos, políticos, pintores, escul... lorosá', haciendo así suyo el postulado de
tores, arquitectos, literatos... Pero quizás Bernard2 , quien decía que para aprender
hoy sea más recordado por haber elevado algo sobre la vida de hombres y animales
la hist~ria a la dignidad de enfermedad. hay que haber visto morir a muchos.
Charcot se hacía traer a un enfermo a su
El año 1870 marcó un cambio de gabinete, le miraba, le pedía que hablase o
orientación en la vida de C~arcot. Por que hiciese un movimiento, después hacía
aquel entonces en el hospital de la venir a otro y hacía lo mismo, y a otro, y
Salpetriere existía la sección de Delasiauve los comparaba. Esta observación detalla­
donde se encontraban hospitalizados los da, visual, es el fundamento de sus descu­
alienados, los histéricos y los epilépticos, brimientos, método en el que" no hay que
todos mezclados; el mal estado del edifi­ menospreciar las grandes dotes artísticas
cio obligó a la administración del hospital que poseía. A veces llegaba a ver .hasta a
a iniciar su remodelación, 10 que hizo que setenta u ochenta enfermos y as( lograba
los enfermos hubiesen de ser evacuados. describir el "tipo" de la enfennedad, sus
Esa mezcolanza de diferentes enfermos no características específicas, pudiendo así
I Introducción y traducción de Angel Cagigas.
2 Bemard, C. lntroduetion a¡'étllde de Úl médicine expérimentale. Bailliere, París, 1865, p. 173.
Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 2001, vol XXI, n.o 77,. pp. 99-111
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delimitar las patologías. Janet3 definía el demias, los miedos, la diabetes, el onanis­
tipo como un conjunto de síntomas que de­ mo, la escarlatina, los excesos y la conti­
penden unos de otros, jerarquizados y que nencia venéreos, el tabaco, determinadas
pueden clasificarse en grupos que se dis­ profesiones...; y no olvidemos a este respec­
tinguen claramente de los de otras enfer­ to la famosa anécdota según la cual en un
medades similares. Por este camino aparte Charcot le dijo a Brouardel que en la
Charcot lleg6 a desmentir la célebre frase histeria se trata siempre de lo genital, y re­
de Briquet4, según la cual la histeria era petía, siempre, siempre, siempre...
un Proteo que puede presentar mil formas
sin tener ninguna, pues pudo establecer las Poco tiempo antes Charcot se ha­
características del ataque histérico, que bía interesado por el fenómeno de la hip­
podía ir precedido y acompañado de alu­ nosis que acab6 convirtiéndose en un fe­
cinaciones, desórdenes de la sensibilidad cundo campo de investigaci6n; en un prin­
u otras perturbaciones orgánicas, y que cipio no pens6 que la hipnosis tuviera nin­
dividi6 en cuatro fases: epileptoide, gún efecto terapéutico pero sí le procuraba
clównica, de actitudes pasionales o poses una explicaci6n del síntoma principal de
plásticas y delirante. Imbuido de su méto­ la histeria, la mimesis, pues le permitía re­
do anatomoclínico buscó la localizaci6n producir artificialmente diferentes sínto­
de la lesi6n cerebral desencadenante de la mas histéricos poniendo de relieve lo que
histeria sin llegar a encontrarla jamás. No llamaba las leyes de la histeria. No estudió
por eso dejó de lado la explicación fisio­ la hipnosis como fen6meno en sí mismo
16gica de la histeria definiéndola como una sino como protocolo experimental que le
neurosis funcional del sistema nervioso permitía provocar experimentalmente los
debida a una degeneración nerviosa de síntomas histéricos, era una especie de his­
origen hereditario desencadenada por la teria en miniatura. Estos trabajos le valie­
acci6n de diversos agentes como ron numerosas críticas, como la de dedi­
intoxicaciones o infecciones. carse a cultivar la histeria sin curarla o la
de haberse dejado embaucar tanto por sus
A partir de entonces trabajó desde enfermos como por algunos de sus ayudan­
esta perspectiva que a la postre no haría sino tes, todos ellos dispuestos a satisfacer al
dinamitar todo el edificio que tantos años maestro poniendo en escena lo que éste
había tardado en construir. Al no encontrar deseaba ver, o la de quienes decían que la
un substrato neurol6gico para la explica­ histeria s610 existía en Francia, a lo que él
ción de la histeria se lanzó al estudio de sus replicaba sarcásticamente que incluso se
factores desencadenantes, y así la causa se podría decir que s610 existía en la
transfiguró en una serie de agentes Salpetriere, como si él mismo la hubiese
provocadores que acabó siendo casi inter­ creado con la fuerza de su voluntad. A des­
minable: el primero de todos era la heren­ pecho de todas estas críticas no debe olvi­
cia, pero además estaban los traumas ner­ darse la continua referencia de Charcot a
viosos, los traumas morales, las intoxi­ los hechos en detrimento de la teoría, tal
caciones, los accidentes, las prácticas reli­ como ponía de relieve cuando afirmaba que
giosas exageradas, el agotamiento, las epi- la teoría es buena pero que no impide que
3 Janet, ~ "Jean Martin Charcot". Revue philosophique. Junio 1895, p. 576.
4 Briquet, P. Traité clinique et thérapeutique de l'hystérie. Bailli~e, París, 1859, p. 5.
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las cosas existan. La hipnosis se convirtió podía liberarse haciendo conscientes los
de esta forma en un modelo de la histeria recuerdos, afirmando además para su sa­
y Charcot pensaba que ambos fenómenos, tisfacción que un tratamiento exclusiva­
hipnosis e histeria, sólo podían darse en mente psicológico hubiera bastado en este
personas con un sistema nervioso débil, en caso para restablecer las cosas. Es sabido
degenerados. que en el curso siguiente, que ya no pudo
dar al encontrarle la muerte, quería abor­
Por mucho que se esforzó no logró dar el estudio del estado mental de los his­
dar nunca con ese substrato neurológico, téricos. Un ejemplo precioso de esta nue­
esa disfunción, que suponía causa de la va perspectiva lo tenemos en el texto que
histeria, del 'malum sine materia' . En sus se ofrece a continuación, La fe que cura~ al
últimos días sus ideas sufrieron un vuelco que Gilles de la Tourette5 se refería como
hacia la psicología, con opiniones tan con­ su testamento filosófico y que dando un
trarias a su trayectoria anterior como la que máximo poder a la psicogenia en la etiolo­
le hace decir a propósito del caso de la se­ gía de la enfermedad mental y al tratamien­
ñora Dutemple que lo que está detrás de la to exclusivamente psicológico, puede ver­
fuerza evocativa de la parálisis histérica se como una anticipación de lo que ya por
que afectaba a la paciente es la idea obse­ entonces empezaban a fraguar alumnos
siva, el recuerdo registrado pero que no como Janet, Guinon, o incluso el mismo
podía evocarse, y que esa fuerza evocativa Freud.

LA FE QUE CURA

LaNew Review, haciéndose eco del Añadiré que en tal materia, como
reciente viaje de un literato célebre a un san­ en cualquier otra, jamás se ha de faltar al
tuario religioso y de las discusiones que ha rigor inherente a la discusión científica; las
suscitado, me pide mi opinión sobre lafaith­ polémicas apasionadas no sirven para nada,
1
,healing • La cuestión no es de las que me a no ser para enmarañarlo todo y compro­
dejan indiferente. Además interesa a todo meter las mejores causas. Por eso esta cues­
médico pues la meta esencial de la medici­ tión de lafaith-healing no ha de resolverse
na es la curación de·los enfermos con inde­ mediante afirmaciones sin pruebas ni ne­
pendencia del procedimiento curativo uti­ gaciones sin fundamentos, pues como ya
lizado. En este sentido, lafaith-healing me he dicho pertenece enterame~te al orden
parece el ideal que debemos alcanzar pues científico donde los únicos argumentos
a menudo es eficaz cuando todos los de­ admisibles son los hechos estudiados y
más remedios han fracasado. Por eso desde agrupados concienzudamente para así po­
hace tiempo en ciertos casos he intentado der llegar a conclusiones.
penetrar en la medida de lo posible en el
mecanismo que la produce para utilizar así 1
su poder, y expondré en pocas palabras la Los hechos que en mi ya larga expe­
opinión que me he formado. riencia como especialista he tenido ocasión
" GiIles de la Tourette, G. "lean Martin Charcot". En Nouvel/e lconographie de la Salpetriere, París, 1893, p. 246.

1 N. T. Se trata de la fe en la curación; el "viaje de un literato célebre a un santuario religioso" es el que Zola hizo a Lourdes (cf.

É. Zola, Les trois Vil/es. Lourdes. Charpentier el Fasquelle, París, 1894).

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de observar en absoluto son hechos aisla­ ducir sus efectos debe dirigirse a los casos
dos pues lafaith-healing y su resultado, el cuyacuración no exige otra intervención que
milagro -sin dar a esta palabra otra signifi­ este poder de la mente sobre el cuerpo, ana­
cación que la de una curació~ fuera de los lizado de forma tan notable en el gran libro
medios ordinarios de la medicina-, respon­ del Dr. Hack Tuke2 . Ninguna intervención
den a una categoría que no escapa al orden puede hacer que franquee sus límites pues
natural de las cosas. El milagro terapéutico nada podemos contra las leyes naturales. Por
tiene su detenninismo y las leyes que pre­ ejemplo, s~ revisamos las recopilaciones
siden su génesis y su evolución empiezan a sobre las curaciones llamadas{milagrosas
ser lo suficientemente conocidas como para jamás encontraremos que la faith-healing
que el grupo de hechos englobados bajoeste haya hecho crecer un miembro amputado.
vocablo se presente con un aspecto lo bas­ Por el contrario, encontraremos curaciones
tante específico como para no escapar del de parálisis a cientos, pero siempre han sido
todo a nuestra apreciación. Por otro lado, de las que el profesor Russell Reynolds3 ha
esto es motivo de alegría pues una mayor calificado con el término de parálisis
comprensión de esas determinaciones pone dependent on idea' .
cada vez más a nuestra disposición los gran­
des recursos de la faith-healing y así cada 11
vez estamos menos desarmados ante la en­ Sé que hoy los médicos encargados
fermedad. de comprobar los milagros, cuya buena fe
no se pone en duda, parecen creer que la cu­
Vamos a estudiar los elementos de ración repentina de las parálisis o de las con­
ese determinismo. Agruparlos nos condu­ vulsiones no tiene nada que ver con las leyes
cirá a una conclusión que sin más puedo naturales. Intentan mostrar por el contrario
adelantar. La curaci6n, aparentemente ex­ que los tumores y las úlceras más rebeldes
traordinaria, producto directo de la faith­ son moneda corriente en el dominio de la
healing y que en terapéutica suele denomi­ terapéutica milagrosa. No lo niego: pienso
narse milagro, en la mayoría de las ocasio­ al igual que ellos que lafaith-heaiing en cier­
nes, según puede demostrarse, es un fenó­ tos casos puede hacer desaparecer úlceras y
meno natural que se produce .en todas las tumores, pero creo también que a pesar de
épocas, en medio de las civilizaciones y las su apariencia las lesiones de ese tipo son de
culturas más variadas, aparentemente más la misma naturaleza, de la misma esencia,
diferentes, y también se puede observar en que las parálisis que acabo de mencionar.
la actualidad en todas las latitudes. Los he­
chos llamados milágrosos, y nQ. pretendo La curación más o menos repenti­
decir nada nuevo, tienen un doble carácter: na de las convulsiones y las parálisis se
son engendrados 'por una disposición men- . consideraba en otras épocas como un mi­
tal específica del enfermo; UDa confianza, lagro terapéutico con todas las de la ley.
una credulidad, una sugestionabilidad, Cuando la ciencia demostró que esos fe­
como se' dice hoy~. constitutiváS de lafaith­ n6menos eran de origen histérico, es decir
healing cuyo nivel de activación varía. Por que no eran orgánicos sino dinámicos, la
otra parte, su dominio e~ limitado;Qpara pro- curación milagrosa dej6 de existir.
2 lllustrations o/the InjlJlence o/the Mind upon the Body in Health and Disease designed to EIllCidate theAction o/the lmagination.
Churchill, Londres, 1872. .

3 "Remarks on paralysis and other disorders of motion and sensation oñ idea", leído en la sección médica de la Asociación

Médica Británica, Leeds, julio de 1869, en British medo Joum., noviembre de 1869.

4 N. T. (dependiente de una idea].

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¿Por qué digo todo esto? Si se de­ Simón el mago hasta el príncipe de
mostrase que esos tumores y úlceras que Hohenhole, a principios de este siglo, pa­
tanto ruido hacen también son de natura­ sando por el diácono de Pans, que han te­
leza histérica, y que están sometidos a la nido el don de realizar curaciones llama­
mismafaith-healing que las convulsiones das milagrosas, es decir de inspirar lafaith­
y las parálisis, se acabaría con el milagro. healing. Estos taumaturgos que a menudo
eran religiosos fundaron santuarios y so­
¡Por qué lanzar tales desafíos a la bre sus tumbas se han multiplicado los
ciencia si al final ésta acaba por tener la milagros que hacían en vida. Hay que po­
última palabra! ner de relieve que en los santuarios reli­
giosos no es la propia divinidad la que in­
Es mucho más sitnple constatar que tercede sino su profeta o sus discípulos. Se
la terapéutica milagrosa y la cie~cia han trata casi siempre de un simple mortal que
sufrido una evolución paralela. No se pue­ durante su vida se ganó su beatificación
de hablar de unafaith-healing religiosa y haciendo milagros. Resulta curioso que al­
otra laica, se trata de la misma operación gunos de estos taumaturgos sufrieran la
cerebral que produce idénticos efectos. La enfermedad cuyas manifestaciones más
ciencia, cuya principal característica es que tarde curaban: san Francisco de Asís, san­
evoluciona, no pretende explicarlo todo: ta Teresa, cuyos santuarios 'son de los más
negaría así su propia evolución. Da su in­ reputados entre aquellos donde se produ­
terpretación racional a medida que hace cen milagros, eran histéricos.
descubrimientos, ¡eso es todo! Siempre es
enemiga de las negaciones sistemáticas que La forma en que se haya creado el
acaban por esfumarse a la luz de sus nue­ santuario poco importa; lo interesante des­
vas conquistas. Creo que su evolución no de el punto de vista del detenninismo del
ha quedado rezagada respecto a la del mi­ milagro es el propio santuario. Y ese
lagro, y que la faith-healing siempre ha determinismo se' hace patente cuand;o se
hecho desaparecer con su poder tumores y comprueba que toqos los santuarios se pa­
úlceras de una cierta naturaleza. En esos recen, están cortados por el mismo patrón.
casos la ignorancia imperaba pues desco­ Siguen siendo iguales desde los tiempos
nocíamos el secreto de ese mecanismo. más remotos de la hístoria hasta nuestros
Aunque ignoramos todavía muchas cosas, días, se copian unos a otros. Así pues, a
hoy hemos avanzado más en la vía de la través de los tiempos, entre las civilizacio­
interpretación científica y preveo el día, nes más diversas, en medio de las religio­
aún algo lejano, en que la realidad eviden­ nes aparentemente más dispares, las con­
te de los hechos no encontrará ya diciones del milagro permanecen idénticas,
oponentes. Estudiemos ahora los elemen­ sus leyes evolutivas son inmutables.
tos del determinismo de lafaith-healing.
Estudiemos por ejemplo el
La faith-healing se da sobre todo Asclepión de Atenass , hijo directo de los
en los santuarios religiosos. En todas las santuarios del antiguo Egipto pues en el
épocas han existido taumaturgos, desde Asclepión el dios curador a menudo mos­
5 Cf. L'Asciépiéion d'Athenes, d'apres de récentes découvenes, de Panl Girard, editado por E. Thorin, París, 1881.
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traba los rasgos de Serapis, el taumaturgo Tras estos preliminares se permite


de los faraones. Al fondo del santuario, la a los suplicantes pasar la noche bajo los
estatua milagrosa; entre los servidores del pórticos del templo. Comienza así la
templo encontramos sacerdotes-médicos incubación, novena propiciatoria en la que
encargados de comprobar o ayudar en las lafaith-healing se exalta cada vez más, por
curaciones, esto es, el equipo médico que autosugestión, por contagio, por una es­
no falta en los santuarios actuales cuando pecie de fuerza inconsciente, y entonces
tienen cierta importancia. el milagro se produce... si procede.

Encontramos también bajo los pór­ Quienes se curaban en el Asclepión


ticos del Asclepión unos personajes muy omaban las paredes del templo con him­
singulares: los intercesores, los que en di­ nos votivos y sobre todo con brazos, pier­
versas ciudades se ocupan de rendirse ante nas, cuellos, senos, de materias más o me­
el dios curador para implorar su protección nos preciosas, objetos representativos de
en representación de sus clientes. la parte del cuerpo curada por la interven­
ción milagrosa. Los santuarios actuales
En todo el Poitou existen unas an­ siguen adornados con estos exvotos gra­
cianas que tienen por oficio ir a interceder bados en mármol, y a la puerta mil comer­
ante la tumba milagrosa de santa ciantes, como antaño en Atenas, venden
Radegunda por quienes aunque animados brazos, manos, niños de cera que adornan
por lafaith-healing no pueden o no quie­ los accesos a la tumba del santo o las pare­
ren desplazarse. des de la gruta. El rosario de la novena en
la que se exalta la fe recuerda el del mu­
Dejemos a estos intermediarios sulmán que se inclina ante el sepulcro del
para pasar a considerar a los suplicantes venerado morabito.
que van en persona. Quienes están ani­
mados por lafaith-healing se encaminan En todas las épocas, en todas las la­
desde todos los demos de Grecia hacia titudes, entre los paganos, los cristianos o
el santuario para curar sus males. A su los musulmanes, lafaith-healing ha reves­
llegada depositan ricos presentes sobre tido el mis~o carácter. Los santuarios y las
el altar y se sumergen en la fuente prácticas propiciatorias son ~nálogos. Sólo
purificadora que mana en el templo de son diferentes las estatuas del dios curador
Esculapio para ganár el favor del dios. pero la mente humana, siempre la misma,
las confunde en una misma evocación.
"¡Por Zeust, grita la mujer a la que
Carión, el criado de la comedia de Aristó­ III
fanes, cuenta las aventuras alegóricas de En generallafaith-healing no desa­
Ploutos, ¡qué mayor fortuna para un an­ rrolla espontáneamente toda su intensidad cu­
ciano que remojarse en el agua fría!" rativa.

Los siglos han pasado pero la fuente Un enfermo oye decir que en tal san­
sagrada sigue manando. tuario se producen curaciones milagrosas:
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es muy raro que vaya allí inmediatamente. las que produce efectos curativos incontes­
Mil obstáculos materiales impiden al me­ tables? Para responder a estas preguntas
nos temporalmente su desplazamiento: a un estudiemos los documentos encontrados en
paralítico o a un ciego no les es fácil em­ los santuarios.
barcarse en un largo viaje, por mucho dine­
ro que tengan. Pregunta a sus allegados, pide Hace un momento he hablado de los
información sobre las curas maravillosas de exvotos simb6licos que los enfermos cura­
las que ha oído rumores. No oye más que dos colgaban de las murallas d~l Asclepi6n
palabras alentadoras de sus allegados e in­ y que hoy seguimos encontrando en los
cluso de su médico. Éste no quiere quitarle santuarios más venerados. Esos brazos,
la última esperanza a su enfermo, sobre todo esas piernas de mármol o de cera son re­
si cree que la enfermedad de su cliente es presentaciones imperfectas de la realidad,
susceptible de remitir mediante la faith­ pues aunque un brazo puede sufrir veinte
healing que él no ha sabido inspirarle. Ade­ enfermedades diferentes siempre se repre­
más contradecirle no tendría otro efecto que senta de la misma manera, la misma forma
exaltar la creencia en la posibilidad de una tradicional que se descubre en las
curación milagrosa. La faith-healing co­ excavaciones o que se contempla en los
mienza a nacer, se desarrolla cada vez más, santuarios actuales. ¡La figuración direc­
la incubación la prepara, el peregrinaje se ta, real, de la enfermedad hubiese sido
convierte en una idea fija. Los deshereda­ mucho más instructiva! Únicamente una
dos de la fortuna se mortifican pidiendo li­ vez he encontrado esta representación de
mosnas que les permitan alcanzar el lugar una enfermedad que había sido objeto de
santo; los ricos son generosos con los po­ un milagro terapéutico. Visitaba un santua­
bres para ganarse el favor de la divinidad: rio venerado del sur de Francia, en la
todos rezan con fervor e imploran su cura­ Camargue, la iglesia des Saintes-Maries.
ción. En esas condiciones el estado mental Entre los exvotos distinguí el molde en yeso
no tarda en dominar al estado físico. El cuer­ del miembro inferior de una niña de unos
po rompe con una rutina fatigosa, los en­ doce años patizamba. Este molde reprodu­
fermos llegan al santuario con la mente su­ cía exactamente la contractura histérica del
gestionada. "Como la mente de la enferma, miembro inferior. La curación se efectu6
dijo Barwe1l6 , está dominada por la firme rápidamente y alIado del molde se encono.
convicción de que debe curarse, ella se cu­ traba la fotograffa de la niña, tiesa sobre su
rará indefectiblemente". Un último esfuer­ pierna, ya sin la contractura. Aparte de este
zo: una ablución en la piscina, una última ejemplo, el arte del modelador de piezas
oración más ferviente ayudada por el culto para los santuarios no nos enseña nada pre­
exterior, y lafaith-healing produce el efec­ ciso sobre las enfermedades que se curan
to deseado: la curación milagrosa se hace bajo la influencia de lafaith-healing.
realidad.
Pero hay otros documentos figura­
IV tivos que van a sernos de gran utilidad. Los
¿Cuáles son los efectos directos de lafaith­ trabajos de Paul Girard, antiguo alumno de
healing? ¿Cuáles son las enfermedades en la escuela de Atenas, nos han enseñado que
6 The Lancet, 28 de noviembr.e de 1858.
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las murallas del Asclepi6n estaban cubier­ En el siglo XIII, en la basílica de


tas de pinturas votivas que representaban, Saint-Denis, la tumba de san Luis se convir­
al menos en parte, curaciones milagrosas tió en un frecuentado lugar de peregrinaje;
que habían tenido lugar en ese lugar san­ al tocarla se producían numerosos milagros.
to. A diferencia de los exvotos de metal o Littré nos los ha referido e interpretado en
de mármol, estas pinturas no han resistido La philosophie positive8 • Es obvio que se
la acción del tiempo pero las encontramos trataba de contracturas histéricas.
adornando santuarios más modernos o
ilustrando obras como los anales. Así pues En una época más reciente, en el si­
podemos razonar por analogía. En el libro glo XVIII, el documento figurativo se aso­
que he publicado en colaboración con Paul cia al documento escrito y la obra de Carré
Richer, Les démoniaques dans l'art7 , se de Montgeron, cuyas planchas grabadas del
encuentran numerosas reproducciones de natural representan muchas curaciones mi­
esas obras de la Edad Media y del Renaci­ lagrosas, es una mina preciosa de informa­
miento. ción. Encontramos ahí la historia ilustrada
de la curación milagrosa de la señorita
Estas reproducciones de curaciones Fourcroy y de Marie-Anne Couronneau,
milagrosas se parecen todas con las varia­ enfermas de parálisis y de contracturas his­
ciones que el genio particular del artista les téricas. Tomo estos dos casos al azar entre
haya impreso: se trata casi siempre, si no los numerosos casos que relata Carré de
siempre, de la curaci6n de enfermos Montgeron: todos se parecen. A quienes me
convulsionarios. La representación es idén­ reprochan que siempre hablo de la histeria,
tica en el evangeliario de la biblioteca de y antes de dar más explicaciones, les res­
Rávena que data del siglo VI de nuestra era, ponderé con estas palabras de Moliere:
sobre la puerta de bronce de san Zenón en "Digo lo mismo porque siempre es lo mis­
Verona (siglo XI), o en los cuadros de mo"; lo constato, y nada más.
Rubens o de Jordaens que adornan los san­
tuarios religiosos o los museos particulares Pero, se me responderá, los médi­
o públicos, que a menudo los han sacado cos que hoy -como antaño en el Asclepión­
de esos santuarios. La unanimidad de esos se encargan de comprobar los milagros que
documentos es notable. San Nil, santo Do­ se dan en los santuarios pretenden que la
íningo, san Ignacio, san Martín, han ejerci­ curación de las convulsiones, de las
do con un parecido sorprendente su poder contracturas y de las parálisis de origen his­
milagroso para acabar con convulsiones térico, es de un orden demasiado nat:ural
cuyo origen histérico es indudable. como para justificar una intervención mi­
lagrosa. Ellos también conocen la influen­
¿Pero lafaith-heaiing s610 influye cia de la mente sobre el cuerpo, y la des­
sobre las convulsiones histéricas? No. Las aparición espontánea de las parálisis histé­
demás manifestaciones de la neurosis, tan ricas no es óbice para que se ~pele a una
numerosas, también se ven afectadas y en­ fuerza sobrenatural. Pero el agua de la pis­
contramos la prueba tanto en documentos cina se dirige ahora a los tumores, a las lla­
figurativos como en documentos escritos. gas; cura repentinamente las úlceras más
7 Delahaye et Lecrosnier, París, 1887.
8 Littré. Unfragment de médicine rétrospective. La philosophie positive. 1866,1. V, p. 103.
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HISTORIA

rebeldes; ¿se dirá también ahora que na­ su seno descubriendo que tenía una grueso
cieron bajo la influencia de la neurosis? ganglio que se extendía hacia atrás hasta la
axila y una especie de gruesa cuerda de tres
En lo referente a los hechos, la evo­ dedos de ancho que llegaba hasta el pezón.
lución de nuestros datos científicos me El cirujano le aplicó cataplasmas que le
permite tener la misma opinión que los hicieron destilar una cantidad considerable
médicos de los santuarios: algunos tumo­ de sangre por el pezón sin curarla ni ali­
res y algunas úlceras se someten a lafaith­ viarla siquiera, su seno le seguía doliendo
healing, que toma su fuente de ¡as aguas y estaba cada vez más duro.
de la piscina sagrada.
...Se dio cuenta de que tenía un cán­
¿Se trata de hechos nuevos? Toda cer en el seno izquierdo, la mama de ese
la vida lafaith-healing ha curado tumores lado se ha1;>ía hecho tan grande como la
y úlceras, y añado que al igual que hoy en cabeza, muy dura e inflamada".
día esta curación se ha dado en unas condi­
ciones perfectamente determinadas que casi Esto sucedió en 1716. "Sin embar­
siempre podemos analizar de forma exac­ go, el carácter tajante y corrosivo del cán­
ta. Si se me permite citaré un ejemplo. cer hacía funestos progresos que por fin se
manifestaron de la manera más horrible a
Carré de Montgeron nos ha referi­ finales del año 1719".
do detalladamente la curación milagrosa
de la señorita Coirin, dándonos su descrip­ Un testigo ocular, Anne Giroux, nos
ción y su representación figurativa9 • dice "que se le hizo una pequeña herida
gangrenosa por debajo del seno izquierdo;
En septiembre de 1716 la señorita que esta herida creció cada vez más llegan­
Coirin, que entonces contaba con treinta do hasta alrededor del pezón y que en po­
y un años, se cayó del caballo dos veces cos días lo rodeó de forma que el pezón de
seguidas: la segunda vez fue "del lado iz­ ese seno se desprendió. Añade que vio el
quierdo del estómago cayendo a plomo pezón desprendido de la mama, que lo guar­
sobre un montón de piedras, lo que le causa dó tres días en-una servilleta para enseñár­
un dolor tan vivo que se desmaya". selo a los cirujanos que cuidaban de la
mencionada señorita, y que ésta tenía o que
Al cabo de cuarenta días tiene vó­ había en lugar del pezón un agujero un poco
mitos de sangre que se repiten frecuente­ más ancho que una moneda! de doce soles
mente acompañados de una "debilidad". que parecía bastante profundo y del que
salía sin cesar un agua que olía a carroña".
"En uno de esos estados de debili­
dad que le sobrevino tres meses después En 1720 dos cirujanos propusieron la
de su caída, al ponerse la ropa interior se amputación del seno pero la madre de la se­
dio cuenta de que tenía el seno izquierdo ñorita Como no consintió la operación al no
muy duro, inflado y amoratado. El ciru­ ser ésta más que un paliativo pues el cáncer
jano, llamado Antoine Paysant, examinó se tenía por incurable. "Ya que no era seguro
9 Caeré de Montgeron. Úl vérité des mirac/es opérés par M. de Ptiris et autres appelans. Colonia, 1747, t. l. Séptima demostra­
ción.
(108) 922 La fe que cura
HISTORIA

que su hija curase mediante esta operación mentó al instante la fuerza bienhechora que
era mejor ahorrársela y si al final iba a mo­ en ella estaba agotada. Forzada por su pa­
rirse era mejor que no sufriese". rálisis a estar tendida de espaldas se incor­
poró sola de la cama".
Añadamos que desde 1718 la en­
ferma quedó paralizada de golpe, en una El día siguiente, 12 de agosto, se
noche, de todo el lado derecho. apresuró a aplicarse la preciosa tierra so­
bre su "cáncer" y "enseguida notó admira­
"Fue presa de un entumecimiento da que el profundo agujero de su seno de
del brazo izquierdo que por la noche de­ donde desde hacía doce años salía sin ce­
generó en una parálisis que la privó del sar un pus corrompido e infectado se seca­
uso de todo el lado izquierdo; desde en­ ba en el acto y empezaba a cerrarse y a cu­
tonces no le ha sido posible mover el bra­ rarse".
zo ni la mano izquierda, que siempre es­
tán fríos como el hielo, ni tampoco cam­ La noche siguiente, nuevo prodigio.
biarlos de sitio más que cogiéndolos con "Los miembros paralíticos que desde ha­
su brazo derecho, o empujando su pierna cía tantos años parecían con su frío glaciar
izquierda con la derecha, este estado de los miembros de un cuerpo muerto, sus
cosas se mantuvo hasta la noche del 11 al horribles marcas y su horroroso encogi­
12 de junio de 1731. Incluso su muslo y miento, se reaniman de golpe; su brazo
su pierna se encogieron de forma que te­ retoma la vida, el calor y el movimiento;
nía un hueco por debajo de la cadera lo su pierna encogida y seca se despliega y
bastante profundo como para meter el estira; el hueco de su cadera se rellena y
puño, y como los nervios de la pierna se desaparece; desde ese primer día intenta
habían encogido parecía que era más cor­ servirse de sus miembros revividos pero su
ta que la otra... Su pierna izquierda estaba delgadez muestra aún el sello de la muerte;
encogida hacia atrás y como retorcida, y se levanta sola, se sostiene sobre la punta
estaba blanca, reseca, fría como el hielo del pie de esa pierna que desde hacía tanto
incluso en la canícula". tiempo era mucho más corta que la otra;
utiliza con soltura su brazo izquierdo, se
El 9 de agosto de 1731 se dirigió a viste y se peina con sus manos".
una virtuosa mujer de Nanterre y le en­
cargó una novena en la tumba del beato El milagro se ha consumado: de to­
Fran~ois de Paris, le pidió que rozara esta das formas hay que añadir que la llaga del
tumba con una camisa y le llevara un poco seno no cicatrizó completamente hasta fi­
de la tierra cercana al sepulcro. El día si­ nales de mes; que sólo el veinticuatro de
guiente, 10 de agosto, la piadosa mujer fue septiembre pudo salir a la calle y el treinta
a Saint-Médard... de septiembre montar en carruaje.

La noche del día 11 de agosto, ape­ Confieso que hace sólo diez años la
nas la moribunda se puso la camisa que interpretación de todos los elementos de
había tocado la preciosa tumba, experi- esta curiosa historia hubiese ofrecido mu­
La fe que cura 923 (109)
HISTORIA

chas dificultades; no se hubiese dudado turaleza orgánica y propusieron la ablaci6n


de la naturaleza histérica de los vómitos del6rgano. Ahora bien, el Dr. Fowler, más
de sangre o de la parálisis, pero esta pará­ sagaz, someti6 a sus pacientes, todas histé­
lisis se acompañaba de atrofia. Tras ha­ ricas, a un tratamiento cuya parte más im­
berse publicado ya más de veinte casos portante correspondi6 al elemento psíqui­
análogos al de la señorita Coirin, hoy está co y los tumores que se habían creído des­
totalmente demostrado que la atrofia mus­ tinados al bisturí pronto desaparecieron. Si
cular acompaña muy a menudo a la pará­ fueron al santuario con tales diagnósticos
lisis o a la contractura histérica. de neoplasia, de cáncer quizás, ¿cómo po­
ner en duda que se hubiesen curado de una
¿Pero, se dirá, el cáncer de mama, enfermedad tenida por incurable? El Dr.
ese cáncer ulceroso, era también una ma­ Fowler conocía bien la influencia de la
nifestación histérica? Claro que sí, con tal faith-healing en sus enfermas pues nos lo
de que el término "cáncer" no se tome aquí dice con todas sus letras al hablar de una
al pie de la letra y en su acepción de ellas, y probablemente pasaba lo mismo
histológica moderna. Las ulceraciones con las demás: Like all women of similar
persistentes de la piel no son raras en la temperament, she had afetish-like-faith in
neurosis, prueba de ello son las llagas de her regular medical attendant13 •
san Francisco de Asís y los estigmas de
Louise Lateau. Este caso y todos los demás mues­
tran que la curación que algunos llaman
La señorita Coirin presentaba en sobrenatural acarreada por la influencia de
el seno esos fenómenos de edema histéri­ lafaith-healing obedece a leyes naturales,
co mencionados por primera vez por el y éstas se hacen aún más evidentes al pro­
ilustre Sydenham, edema duro, edema fundizar en el análisis de los hechos. Por
azulo violáceo, como lo he llamado yo, y ejemplo, en todos Jos casos lo repentino de
tras los trabajos del profesor Renaut lO de la curación es mucho más aparente que real.
Lyon se sabe hoy que cuando el edema
llega a cierto grado de intensidad puede Tomemos por ejemplo la contractura
entrañar gangrenas cutáneas cuyas escaras histérica. Bajo la influencia de la faith­
dejan a su vez ulceraciones análogas a la healing o de cualquier otra causa más o
que destruyó el pezón en el caso citado ll . menos milagrosa, cesa la rigidez, los mús­
culos vuelven a funcionar. En ese momen­
Hace poco leía un informe muy in­ to y en los días siguientes un examen aten­
teresante del Dr. Fowler12 • Expone ocho to muestra que en el miembro que tuvo ]a
casos en los que existían en el seno tumo­ contractura persisten problemas de sensi­
res aislados o múltiples a veces mayores bilidad y exageración de los reflejos
que un huevo de gallina. tendinosos, compañeros ambos de la
contractura. Debido a las leyes fisiológicas
Varias enfermas consultaron a ci­ esos fenómenos no desaparecen inmedia­
rujanos célebres; la mayoría parece que tamente y mientras persisten puede temer­
consideraron la afección del seno de na­ se un retorno de la parálisis o de la
10 Renaut. "Sur une fonne de gangreoe successive el disséminée de la peau, rutticaire gangréneuse". ÚJ midicine nwdeme 9, 20 de febrero de 1890.

11 La historia completa de estos problemas ttófioos se encuentra en el Traité cliBique el thirt:lfJt",ique de l'hystirie, de mi antiguo jefe de clínica GiJles de la

Tourette. PIon, París, t. 11891, t. 11 en preparaciÓD.

12 "Neurotic Tumours ofthe Breast, read before the New York Neurological Society", 7 de enero de 1890. Medical Record, 15 de febrero de 1890, p. 179.

13 N. T. [Como todas las mujeres con un carácter parecido, tenía una fe fetichista en su médico de cabecem).

(110) 924 La fe que cura


HISTORIA

contractura, tal como a menudo he mos­ tinamente. Es un hecho bien conocido que
trado en mi Clínica. No se puede ni soñar una violenta emoción nos clava al suelo sin
con encontrar tales fenómenos en los san­ que podamos movernos. Cuando el influjo
tuarios pero los he observado a menudo motor cerebral se restablece estamos en con..
tanto en enfermos que se han curado en diciones de andar de nuevo. Pero si durante
un lugar santo como en aquellos cuya cu­ esta parálisis los músculos se atrofian, en..
ración se ha conseguido en la Salpetriere: tonces el miembro no retoma su fuerza y su
las diferencias no están en los hechos sino volumen hasta que los haces musculares se
en su interpretación. regeneran, y esta regeneración presidida tam­
bién por leyes físicas requiere un tiempo. Tal
Abundando en ello, este determi­ es el caso de la señorita Coirin que no pudo
nismo es aún más evidente cuando la pa­ servirse de su pierna atrofiada para montar
rálisis se acompaña de atrofia o cuando el en carruaje hasta veinte días después de su
edema produce la gangrena cutánea, fe­ curación calificada de repentina.
nómenos cuya evolución pueden apreciar
hasta los observadores menos experimen­ También es el caso de Philippe
tados. Sergent que refiere Cané de Montgeron. El
10 de julio de 1730, tercer día de su nove­
Tras estas apreciaciones, volvamos na en la tumba del diácono de Piris, se curó
a la señorita Coirin. El edema, problema de una contractura con atrofia de los miem­
vasomotor, desapareció casi inmediata­ bros del lado derecho. "Pero, dice explíci­
mente bajo la influencia psíquica determi­ tamente el narrador, su mano, su cadera y
nada por la aplicación de la camisa que su pierna derechas no volvieron a fortale­
tocó la tumba del diácono·de Paris, el seno cerse en el momento sino que s610
retomó su volumen normal. En este he­ retomaron el color de la carne", pues, como
cho no hay nada que pueda asombrarnos en el caso de la señorita Coirin, se trataba
pues sabemos con qué rapidez pueden apa­ de un edema azul histérico. La atrofia. no
recer y desaparecer los problemas circu­ pudo escapar a las leyes fisiológicas de la
latorios. Al desaparecer el edema las con­ regeneración muscular.
diciones locales de nutrición de los teji­
dos se modifican, la llaga del seno se ci­ En este sentido, puedo invocar tam-~·
catrizará en virtud de leyes fisiológicas tan bién mis experiencias particulares. He vis­
conocidas como las que antes habían pre­ to regresar de santuarios de moda a enfer­
sidido la aparición de la gangrena. Pero la mos enviados con mi consentimiento al no
cicatrización completa requiere un tiem­ haber podido yo mismo inspirarles lafaith­
pO, y en efecto no fue sino hasta después healing. He examinado sus miembros en­
de quince días cuando la piel del órgano fermos algunos días antes de parálisis o de
se alisó, indemne de toda ulceración y en contracturas y he asistido a la desaparición
vías de cicatrización. gradual de los estigmas sensitivos locales
que persisten casi siempre algún tiempo tras
El elemento contracturado o parali­ la curación del elemento paralizado o
zado puede aparecer o desaparecer repen- contracturado 14 •
14Ver como ejemplo típico la observación de Etch... (Bourneville. Recherrhes clin. et thét: sur l'épilepsie et l'hystérie. París,
1876, pp. 172 Y115). También se puede consultar: Valentiner. Mouv. medo 1872, p. 233 (tra~.: E. Teinturier); Boumeville, loco cit.
La fe que cura 925 (111)
HISTORIA

V fermedades como los problemas tróficos de


En resumen, creo que la faith­ origen histérico que hoy se empiezan a
healing necesita unos sujetos determina­ comprender: atrofia muscular, edemas, tu­
dos y unas enfermedades específicas, que mores con ulceraciones. Cuando oigamos
se someten a la influencia que la mente hablar de una curación repentina de un cán­
posee sobre el cuerpo. Los histéricos pre­ cer ulceroso de seno en un santuario, re­
sentan un estado mental eminentemente cordemos el caso de la señorita Coirin y
favorable al desarrollo de lafaith-healing las modernas observaciones del Dr. Fowler.
pues son sugestionables en sumo grado,
bien se ejerza la sugestión a través de ele­ ¿Quiere esto decir que ya lo cono­
mentos exteriores o bien extraigan de sí cemos todo sobre ese dominio de lo sobre­
mismos los elementos tan poderosos de natural sometido totalmente a la faith­
la autosugestión. En esos individuos, hom­ healing y que ve replegarse sus fronteras
bres o mujeres, la influencia de la mente cada día bajo la influencia de los descubri­
sobre el cuerpo es lo bastante eficaz como mientos científicos? No. Hay que ser pa­
para producir la curación de enfermeda­ ciente y seguir investigando. Soy el prime­
des que la ignorancia de su verdadera na­ ro en reconocer que hoy:
turaleza, como pasaba hace bien poco, There are more things in heaven and earth
hacía que se considerasen incurables. En­ Than are dreamt in ofour philosophylS .

15 N. T. [Hay más cosas en el cielo y la tierra de las que puede imaginar nuestra filosofía], en Hamlet de William Shakespeare.

*Prof. Titular interino de H.a de la Psicología


Universidad de Jaen
Paraje de las Lagunillas, sIn
23071 JAEN

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