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EDUCACIÓN
“JOSÉ MARIA MORELOS”
ENSAYO:
Inicio este breve ensayo preocupado, por saber si realmente lo que quiero decir
con mis pocas palabras, es lo correcto para hacerme entender, y es lo necesario
para aprobar mi ensayo. Palabras más, palabras menos, recordando la
introducción de Laura Cevedio, en su libro 1 La histeria, donde menciona que la
histérica sigue ofreciendo su cuerpo como un lugar donde descifrar su saber,
donde denunciar que el falo es un semblante que a ella no satisface por completo.
Sus síntomas han variado pero no han2 desaparecido.
Por desconocer su deseo, reclama un amo que le descifre su saber. Así ofrecerá
su amor al hombre, pudiendo llegar a mostrarle a través de las expresiones como
debe serlo. Es tanto su amor que puede llegar a enfermar por él, pero no por
cualquiera, solo por aquel al que sostiene, y por su amor lo convierte en amo. Es
decir, lo persuade de que posee lo que a ella le falta, para así completarse.
1
Cevedio, Laura “La histeria, entre amores y semblantes” España: Síntesis, S.A., 2002, P. 9.
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Origen y evolución de la histeria
Desde la edad media hasta nuestros días hay un componente común en la historia
de la histeria, y es el descubrir y legislar lo que empuja el goce díscolo de las
mujeres histéricas en su vida cotidiana.
A las primeras histéricas se las relaciono con prácticas ajenas a las religiones
oficiales. Cuando estas mujeres surgen a la luz pública, dejando de ser hechos
aislados para convertirse en pasiones colectivas, se les tacho de peligrosas, Esto
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llevo a la iglesia de ese entonces, a través de sus leyes y de la incipiente medicina
a tomar medidas drásticas, medidas para evitar el desorden que producían. Se les
tacho de brujas y hechiceras, y terminaron en la hoguera; y podría decirse que a
una sexualidad desbordante, endemoniada le correspondía una medida
purificadora simbolizada a través del fuego.
Los estudios que realizo Freud con Charcot se centraron en gran medida en la
histeria, cuando llego Freud a Viena en 1886, se estableció como medico de
enfermedades nerviosas, para lo cual tenía bastante clientela. Charcot, jefe del
hospital de la Salpetriére, se intereso muchísimo en estas mujeres histéricas, que
al momento de obsérvalas noto que no encontró lesiones orgánicas, en los males
que las aquejaban.
Para ese entonces se crea una gran función teatral, donde las histéricas muestran
sus convulsiones y los médicos las contemplan de modo que sus espectadores
pueden especular acerca del órgano donde se encontraba el útero errante.
A partir de esta etapa de Charcot se termina el mito de que las mujeres estaban
poseídas por el demonio, pero por otro lado la histeria pasa a ser una enfermedad.
Babinski, alumno de Charcot, atraído por la posición positivista, creyó que todo lo
queue no se explicaba, no se veía, no se palpaba, estaba fuera del campo de la
conciencia y de la medicina. Propuso sustituir la categoría de la histeria por la de
“pitiatismo”2. Babinski pensaba que estos enfermos estaban fuera de la realidad,
queue eran simples simuladores y manipuladores.
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Disposición de algunos enfermos a sufrir trastornos de índole diversa bajo el influjo de la sugestión. Este
término se utiliza como sinónimo de histerismo.
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Si la histérica, no se curaba con los medios que proponía, era porque no quería
curarse. El DSM-IV pulveriza el concepto de estructura histérica, legado por la
psiquiatría, para convertirlo en “Trastornos histriónicos de la personalidad”, es
decir fijado por patrones permanentes de experiencias subjetivas que se apartan
de la cultura del sujeto. Por decreto ya no existen las estructuras, ahora se
diagnostican trastornos de comportamiento más fáciles de medicar.
Freud también alumno de Charcot, deduce que los síntomas histéricos entrañan
un sentido que tienen una significación desconocida, extraña para el sujeto que las
padece, y que no son para nada accidentales. Desconocía al igual que ellas, los
motivos por los cuales escenificaban su sufrimiento, desde ese momento surgen
en Freud el deseo de construir una teoría psicológica de la histeria
En uno de los casos que trata Freud el de Isabel R. siendo su paciente ella le
reprocha sus constantes intervenciones, que interrumpía el discurrir de sus
pensamientos, ya no se ofrecía a la vista del médico, y este la invitaba a asociar
libremente diciéndole; puede hablar libremente de todo aquello que acuda a su
mente, aunque le resulte vergonzoso, incoherente o trivial, y es así como surge el
método psicoanalítico.
3
Freud, Sigmund. “Estudios sobre la histeria”. En Obras completas tomo II. Buenos Aires: Amorrortu editores
1992. p. 5
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Enseguida analizaremos a groso modo dos casos en los que Freud estuvo
presente, el de la Señora Emmy Von N. y el caso de Elizabeth Von R.
Emmy von N. es una de las pacientes cuyas historias presentaron Josef Breuer y
Sigmund Freud en los Estudios sobre la histeria. Freud señala haber utilizado por
primera vez el método catártico (catarsis) en el tratamiento de esta Mujer livonia
de 40 años.
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Viuda y madre de dos niñas, afectadas también de trastornos nerviosos, la mujer
presentaba una grave fobia a la vista de determinados animales. La cura duró seis
semanas, en el curso de las cuales Freud le hizo masajes corporales, le prescribió
baños y trató de liberarla de sus afectos dolorosos mediante sueño artificial,
hipnosis y con un diálogo catártico.
Freud señala que desde el comienzo mismo practicó la hipnosis con otro fin
además de la sugestión: para explorar la historia genética del síntoma; vale decir
que desde el comienzo recurrió al método catártico de Breuer.
11/05/1889 Encuentro con Ginecólogo, Muy alegre. Recuerda la muerte Le dice que teme porque
Dr. N, que revisara a la de su marido. Recuerda que su piensa que lo ofendió el día
mayor de sus hijas de un niña estaba recién nacida y anterior durante el masaje.
dolor Menstrual. Bastante enferma, y a consecuencia de Tiene miedo a todo lo nuevo.
inquieta. Exclama que eso tomo un resentimiento No muestra chasquidos ni
siente Angustia, que se contra su hija. inhibición en el habla.
morirá.
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Siempre berreaba, y nunca
dormía, contrajo una parálisis de
la pierna izquierda, tuvo
visiones, etc. Freud termina
diciéndole que esa niña es hoy
normal y esta hermosa. Le
habla del príncipe L. del
manicomio, donde surgen
nuevas angustias.
14/05/1889 Se encuentra bien y Alegre lo recibe con una Opina que le resulta
alegre. Ha dormido hasta exclamación “me muero de desagradable tener alguien
las 7:30. Algunos dolores angustia, me odio a mí misma” detrás o muy próximo a ella.
de mano, de la cabeza y se entera de que el Dr. Breuer la Relata la experiencia que
del rostro. Se queja de ha visitado y ella se estremece tuvo en una caminata
falta de sensibilidad en la cuando aparece él. Sale a la luz cuando surgió un mendigo
pierna derecha. su personalidad hipersensible
en lo ético de empequeñecerse
a sí misma.
15/05/1889 Ha dormido hasta las 8:30. Está muy contenta. Hace gala Le pregunta sobre los
Se fue inquietando, lo del magnífico humor. calambres en la nuca. Indica
recibe con pequeños tics, y que en ocasiones tiene
chasquidos y alguna todavía representaciones de
inhibición para hablar. angustia. Miedo con sus
Habla de la historia de la hijas de que les pueda pasar
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Freud, Sigmund. “Estudios sobre la histeria”. En Obras completas tomo II. Buenos Aires: Amorrortu editores
1992. p. 84
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condesa de S. Reanuda algo.
con los masajes.
16/05/1889 Ha dormido bien. Todavía Se asusta cuando yo entro. Repite la historia de los
se queja de dolores en el Tiene signos de horror, ratones.
rostro, brazos y piernas. tartamudeo, tics. Habla del ratón
que le espanto en el jardín.6
Epicrisis o diagnostico:
Más bien el análisis hipnótico del caso nos hace ver que las abulias están
condicionadas aquí por un doble mecanismo psíquico, uno solo en el fondo. La
abulia puede ser simplemente la consecuencia de una fobia; lo es en todos los
casos en que la fobia se anuda a una acción de la persona misma en lugar de
anudarse a una expectativa [de un suceso externo] (salir, visitar gente; el otro caso
sería que alguien se le colase en el cuarto, etc.), y ahí la causa de la inhibición de
la voluntad es la angustia enlazada con el resultado de la acción.
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tipo nos lo ofrece la anorexia de nuestra enferma. Si come apenas es porque no
gusta de hacerlo; y no puede obtener gusto alguno del comer porque ese acto
está en ella enlazado de antiguo con recuerdos de asco, cuyo monto de afecto no
ha experimentado todavía aminoración alguna. Ahora bien, es imposible comer al
mismo tiempo con asco y con placer. Y el aminoramiento del asco adherido de
antiguo a las comidas no pudo producirse porque ella siempre se vio precisada a
sofocarlo en vez de librarse de él mediante una reacción; de niña, por miedo al
castigo debía comer con asco la comida fría, y ya adulta, el miramiento por sus
hermanos le impedía exteriorizar los afectos a que la sometían las comidas
compartidas.
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Por último, se enlazaron con tantos traumas, poseían tantos títulos para
reproducirse en el recuerdo, que interrumpían el habla sin ocasión alguna, de un
modo permanente, como un tic carente de sentido. Sin embargo, el análisis
hipnótico pudo mostrar cuánto significado se escondía tras ese tic aparente, y si el
método de Breuer no consiguió aquí hacer desaparecer por completo y de una
sola vez ambos síntomas, ello se debió a que la catarsis sólo se extendió a los
tres traumas principales y no a los asociados secundariamente.
Freud consideraba que estos dolores eran síntomas histéricos dado que le
resultaba llamativo como ella contaba su padecer, lo hacía de manera muy
imprecisa y un enfermo que padezca malestares orgánicos va a describir su dolor
con gran precisión y visto que atribuía mucho valor a sus dolores era correcto
deducir que su atención estaba centrada en otra cosa: pensamientos y
sensaciones que se relacionaban con los dolores. Además si un enfermo orgánico
realmente tiene padecimientos cuando se estimule la zona de dolor su expresión
será de sufrimiento; pero esto no sucedía en Elizabeth: cuando se pellizcaba u
oprimía la piel y la musculatura hiperalgica de la pierna, su rostro cobraba una
expresión más de placer que de dolor. Seguramente mediante la estimulación de
esa zona la enferma recordaba pensamientos escondidos tras ese dolor. Así
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Freud llega a la conclusión que esa dolencia era una histeria y la estimulación
afectaba una zona histerógena.
Lo primero que hizo Freud fue remover el material patógeno estrato por estrato 5, le
hacía contar a la enferma lo que ella sabía, poniendo toda la atención en aquella
zonda donde parecía que faltaba un eslabón en la cadena de las causaciones e
iba penetrando en estratos cada vez más profundos del recuerdo a medida que en
esos lugares aplicaba la hipnosis o la presión en la frente.
Ella era una persona muy apegada a su padre y así también demostraba un
desinterés hacia su madre y sus hermanas.
9 El padre sufría de una afección
cardiaca por lo cual ella cuido de él duramente un largo tiempo, dormía en su
habitación, lo asistía todo el día. Al principio su afección se vinculó con este
período, ya que ella puedo recordar que duramente los últimos meses de ese
cuidado sufrió de dolores en la pierna derecha, pero estos le pasaron pronto. Dos
años después de la muerte del padre empezó a no poder caminar a causa de sus
dolores.
Un día ella se alejo del lecho del enfermo para asistir a una reunión en donde
estaría su joven enamorado, cuando regresó encontró con que su padre había
empeorado y se realizaba reproches por esto, esa fue la última vez que abandono
a su padre durante tanto tiempo. Aquí era lícito buscar la causa de los primeros
dolores histéricos: por el contraste entre la salida que se había permitido y la
miseria en la que encontró al padre al volver así quedó planteado un conflicto, un
caso de inconciliabilidad. Como recuerdo del conflicto, la representación erótica
fue reprimida (esforzada al desalojo) de la asociación y el afecto a ella adherido
fue aplicado para reanimar un dolor corporal presente de manera simultánea. Se
trataba pues del mecanismo de una conversión con el fin de la defensa
(conversión histérica)
5
Freud, Sigmund. “Estudios sobre la histeria”. En Obras completas tomo II. Buenos Aires: Amorrortu editores
1992. p. 155
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Ídem p. 164
9
le sobrevenía cuando se despertaba un recuerdo sobre la hermana difunta (2do
tramo de su padecimiento).
Un enlace de los dolores con el “estar sentado” sucedió cuando ella fue a una
colina a pasear hasta el lugar que solía frecuentar junto con el cuñado. Aquí sus
pensamientos se dirigieron a su soledad, al deseo del llegar a ser tan feliz como
su hermana lo era. De aquí regresó con fuertes dolores y esa misma tarde los
dolores sobrevinieron de manera definitiva.
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El grupo de representaciones se mantenía aislado de la asociación con el afecto
por dos motivos: los dolores se generaron al mismo tiempo que se formó el grupo
psíquico separado (mecanismo de escisión de conciencia) y la enferma oponía
resistencia al intento de establecer la asociación entre el grupo psíquico separado
y sus restantes contenidos de conciencia y cuando esa reunión se consumó sintió
un gran dolor psíquico (motivo de la escisión de conciencia).
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CONCLUSIÓN
El análisis de los síntomas histéricos solo tiene valor si se es articulado desde una
estructura, esto llevo a Freud a asegurar que la cura nunca es igual a otra, que
aun siendo de la misma estructura, cada una la llena con su propia subjetividad,
por lo tanto es diferente en cada paciente.
Doy por terminado este ensayo no sin antes agradecer de una manera muy
respetuosa a mí asesora, Jennice Alva G., por su valiosa colaboración en la
impartición de este seminario de Indagación Casuística, que para mí fue de un
gran valor académico y de conocimiento, por su gran experiencia en la materia y
sobre todo por la sencillez con que nos explico, Gracias.
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BIBLIOGRAFÍA
Cevedio, Laura “La histeria, entre amores y semblantes” España: Síntesis, S.A.,
2002.
The Free Dictionary Enciclopédica. Vol 1. 2009 Larousse Editorial, S.L. En:
http://es.thefreedictionary.com/pitiatismo
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