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LA PLATA: CIUDAD Y ARQUITECTURA, FORMA Y SIMBOLISMO

TOMAS OSCAR GARCIA , MABEL VIERA CARLOTA SEMPE

INTRODUCCIÓN

El objetivo de la presente comunicación es reflexionar sobre la arquitectura de la


ciudad de La Plata y su simbolismo ideológico y sociocultural, lo que nos enfrenta, al
desafío de distanciarnos de los cánones y jergas arquitectónicas para posibilitar una
participación pluridisciplinar en la discusión de la ciudad que queremos, y que
necesitamos, es decir el qué? y el para quién? enriqueciendo así, al arquitecto cuando
toma las decisiones sobre el cómo?.

Desde un enfoque sociocultural, la arquitectura puede definir:

· su especificidad disciplinar dentro del campo cultural contemporáneo y su


inserción histórica y teórica.

· el profundo rol social del arquitecto.

· el desarrollo de la potencialidad transformadora de su propuesta, como expresión


formalizadora de los contenidos definidos por la organización social.

· los subsistemas que integran la obra arquitectónica, como partes de un conjunto,


factibles de ser analizados, investigando las leyes de generación que han
intervenido en su concreción.

· el programa de necesidades, que tiene como objetivo el establecer las actividades


y como emergente determinar los espacios donde se desarrollarán, binomio
actividad albergada – ámbito albergante.

Para la fundación de la ciudad de La Plata, a fines del siglo XIX, las ideologías
sustentadas entre los intelectuales y la clase política argentina tuvieron un fuerte
enfoque positivista, progresista y evolucionista. En este marco se advierte una fuerte
influencia de la ideología masónica que se expresa a través del libre pensamiento,
dominante en la moderna clase política argentina entre 1850-1920.

Estas ideas se manifestaron en la planificación urbana de La Plata. Esta ciudad


es un cuadrado y estar en el cuadrado significa estar en la Masonería. Desde este punto
de vista La Plata es una ciudad de fuerte contenido simbólico, cuyos significados se
expresan a través de la estructura urbana que le dieron sus fundadores.

La Plata fue concebida como una ciudad ideal en la que los pobladores de esa
época, por el solo hecho de vivir dentro de una concepción urbanística iban a poder
realizar sus objetivos de mejoramiento material y espiritual.

En este trabajo sostenemos que el estudio de la ciudad es el mejor texto sobre la


cultura de su sociedad, tanto en su dimensión espacio-temporal como en su entorno,
desde un enfoque urbanístico arquitectónico como antropológico, documental y
simbólico.
Así podemos hablar de un proceso de recepción de la arquitectura por parte de la
sociedad y los comportamientos que provoca o que condiciona, los usos que define, y el
grado de apropiación de la comunidad, todo lo cual se manifiesta a través de las formas
como símbolos espaciales.

LA ARQUITECTURA COMO EXPRESION CULTURAL

Sin pretender llegar a una definición sobre que es la Arquitectura?, es útil


establecer cual es su quehacer y como se relaciona con la sociedad que le da origen y
sentido.

Existe un campo específico de la arquitectura, que va mas allá del hecho de la


materialidad, funcionalidad y ambientalidad y que atañe a la arquitectura, como
fenómeno cultural.

La arquitectura interviene con formas que son productos culturales, signos que
hacen posible su entendimiento, identidad y comunicación en la sociedad.

En el uso profesional hay un camino, el de la proyectualidad, que discurre del


contenido hacia la forma, que involucra la existencia de un contenido social, expresa
una necesidad social, y para su resolución define un tema arquitectónico y/o urbano que,
a su vez, genera un programa para atender la necesidad, y dicho programa es la base
conceptual de una propuesta o proyecto arquitectónico y/o urbano de base social, que se
materializa.

El usuario, miembro de una comunidad, destinatario primero y último de la


ciudad construida, valida y retroalimenta los contenidos de la propuesta, a partir de su
dinámica política, económica y social.

En segundo lugar, esta el camino de la investigación arquitectónica, que parte


de las formas y llega a los contenidos sociales que le dieron origen.

Es esta una forma de aproximarse al conocimiento y conceptualización de las


estructuras morfológicas más significativas del hecho arquitectónico y de la ciudad,
promoviendo el reconocimiento y familiarización de los elementos componentes, las
técnicas para su producción, los modos de uso y apropiación de la sociedad.

Es así como, la historia de la arquitectura y de la ciudad, en distintos tiempos


históricos y en distintas latitudes o espacios geográficos se inscribe dentro de un circuito
continuo proyecto materializado-usuario validador.

Toda materialización de una propuesta o proyecto arquitectónico o urbano


implica la resolución de un programa de necesidades, la interpretación de un tema (del
problema planteado) y la expresión de un contenido social.

Afirmamos que no hay arquitectura sin sociedad, ni sociedad sin arquitectura. En


los proyectos validados históricamente, la actividad y el ámbito, el qué y el cómo
constituyen una unidad indisoluble.
Así cuando se transita el camino de los contenidos hacia las formas, estamos en
el camino de la proyectualidad, en cambio, cuando se recorre en sentido inverso, de las
formas hacia los contenidos, estamos el camino de la investigación histórica. Ambos
definen conjuntamente, como par dialéctico, la dimensión de la arquitectura como
expresión cultural.

Cada momento sociohistórico tiene una arquitectura de vanguardia, que es


aquella que materializa, con la mejor forma, el contenido social más progresista de su
tiempo.

La relación biunívoca entre actividad albergada y ámbito albergante,


considerada parte de una expresión de vanguardia es una noción sintética y sincrética,
integrada e integradora del concepto de arquitectura y la ciudad de La Plata es un
ejemplo inmejorable de su aplicación.

EL CAMINO DE LA INVESTIGACION HISTORICA.

Hemos planteado la unidad indisoluble entre la actividad albergada y el ámbito


albergante, entre el qué y el cómo, entre los contenidos y las formas en las arquitecturas
validadas históricamente.

Si las formas expresan el contenido, interrogando a las formas se puede deducir


el contenido. Existió una cantidad de pueblos, de los cuales no se ha descifrado su
lengua escrita, sin embargo, hay gruesos tomos que explican su organización social y su
cultura, a partir del estudio de sus utensilios domésticos, su arte, sus viviendas y sus
ciudades, es decir, de cómo se apropiaron y transformaron un territorio determinado.

A nivel territorial

La capacidad esencial del arquitecto de dar forma a los contenidos sociales, es


decir, el camino de la proyectualidad, de sintetizar en el espacio las pautas culturales en
un tiempo y en un espacio determinado, lo colocan en inmejorable condición, para hacer
el camino opuesto.

Para evitar un criterio etnocéntrico ejemplifiquemos con un arquitecto


extraterrestre, que al aproximarse a la tierra, por el hemisferio sur, en su cuaderno de
apuntes, realiza un rápido pero proporcionado dibujo, de la apropiación del territorio
latinoamericano y argentino en particular, y comienza a sacar conclusiones: las ciudades
más importantes de los posibles países, en que se dividía su geografía, es decir, sus
capitales concentraban un tercio de la población total en un punto, y estaban sobre el
agua o muy cerca de ella. Que sus sistemas de transporte, que era lo que podía dibujar,
pero que reflejaba un sistema productivo, confluían a ese punto: el puerto.

Que existía un sistema de transporte sobre vías metálicas, el ferrocarril, y que


esa sociedad, por error propio o por influencia externa, cuando planteó la alternativa de
la red vial, en buena parte, la realizó aburridamente paralela a la ferroviaria, es decir,
que en lugar de atender a un interés de integración de ambos sistemas, los puso en
competencia y que el inevitable triunfo de uno, determinó la quiebra del otro, que es
nuestra realidad actual.

Puede advertir, de un modo menos preciso, ya que no lo puede dibujar, que las
rutas aéreas no revirtieron, ni modificaron esencialmente ese sistema de intereses o
inercia histórica.

Esta realidad morfológica de la apropiación del territorio, sobreimpresa sobre


una preexistencia autóctona, habla de una estructura colonial, de una realidad
agroexportadora o de producción de materia prima, dependiente de unas metrópolis a
veces políticas, a veces económicas.

Esto se verifica también en la muy similar organización de los sistemas o


estructuras urbanas desde México a la Argentina, a partir de las desconocidas, para este
arquitecto extraterrestre, “Leyes de Indias”.

En un rápido viaje al “Viejo Mundo”, fácilmente detectable para él, por la


sucesiva yuxtaposición de distintas culturas presentes en sus ciudades y su territorio,
realiza unos dibujos comparativos que le permiten comprender que las capitales de la
Europa central, no están sobre el agua, sino que ocupan un lugar mediterráneo y
estratégico, para poder ejercer la hegemonía que les permitió la unificación en naciones,
y que por lo tanto tienen una apropiación del territorio más homogénea y que conviven
con vitalidad y en relativo equilibrio, los tres principales medios de transporte,
ferroviario, automotor y aéreo. Es su realidad actual. Ninguna forma es casual. No hay
casualidad sino causalidad.

A nivel urbano.

En la conciencia absoluta, de que no existe mejor texto de la historia de la


cultura de una sociedad, que el estudio de sus ciudades, nuestro arquitecto extraterrestre
vuelve y dibuja la ciudad de Buenos Aires. Y advierte que sobre la homogénea traza
colonial original de la ciudad, la sociedad, en un momento determinado produjo una
cirugía urbana que expresaba un cambio, aludía sin duda a la apertura de la Avenida de
Mayo.

Una rápida comparación con calles laterales le ofrecían dos conclusiones


inmediatas: en primera instancia, es más ancha, y como esto no es casual, indica un
valor de importancia indudable.

En segunda instancia, cualquiera de las calles laterales, tienen en la fuga de sus


dos direcciones, el cielo como fondo. En cambio la Avenida de Mayo va de un edificio,
(pintado de rosa), Casa de Gobierno, asiento del poder ejecutivo a otro edificio Palacio
Legislativo, asiento del poder legislativo, es decir, estos dos edificios interrumpen la
perspectiva de la Avenida, o dicho de otro modo la Avenida une a ambos edificios, va
desde uno hasta el otro, nace y termina en dos espacios públicos concéntricos: Plaza de
Mayo y Plaza de los dos Congresos.
Antiguamente, si una pareja que bailaba bien, el resto le hacía espacio para el
lucimiento. La sociedad le hace espacio a los edificios que como estos, bailan bien.

Nuestro visitante extraterrestre, aún sin saber, como se llaman estas calles,
avenidas, plazas o edificios, concluye como síntesis que los dos edificios vinculados por
una avenida, jerarquizados por espacios públicos concéntricos y que, siendo
independientes, sus fachadas principales se miran, expresan sin duda, la sociedad que
los construyó.

Una rápida visita a Versalles, le indicaría que la sociedad que lo construyó, en


otro tiempo, sólo necesitaba un solo edificio, mucho más fastuoso, para expresar la
suma del poder en un solo hombre: el rey. Es la diferencia entre la monarquía absoluta y
la idea de República democrática, con división de poderes, independientes, pero
relacionados.

Con igual precisión, como expresión de las ideas culturales, se explican a partir
de la forma,

· la concepción comunitaria de la ciudad griega,

· la concepción imperial romana,

· el diseño militar defensivo de la ciudad europea medioeval cristiana,

· los principios religiosos e intimistas de la cultura musulmana que da origen


a la ciudad árabe,

· los principios y los temas de la ciudad renacentista,

· la ciudad preindustrial o posindustrial,

· la diferencia espacial o cultural de las ciudades anglosajonas de las de


tradición grecolatina, etc.

La fuerza de la forma

Sólo un último ejemplo para mostrar la fuerza expresiva de la forma. En la


comparación de la calle de una ciudad medioeval, (como Toledo, por ejemplo) con la de
una ciudad moderna, la diferencia esta dada no sólo en el ancho, sino fundamentalmente
porque no existió la vereda diferenciada de la calzada, como ocurre en las ciudades
modernas.

La alteración del plano horizontal de la calle, en sólo 10 cm, de línea municipal a


línea municipal, diferencia por la altura entre calzada y vereda. También separa la
circulación del automóvil y el peatón y marca, finalmente, la distancia cultural de la
sociedad medioeval a la moderna.

El camino de la proyectualidad, el caso de la plata.


Después de tantos viajes, nuestro amigo extraterrestre se concentra en la
excelencia urbana de la ciudad de La Plata y piensa que no hay mejor ejemplo para
explicar la coherente secuencia, de que un contenido social genera un tema
arquitectónico o urbano, este genera un programa y el programa genera una propuesta:
es el camino de la proyectualidad, por la singularidad de que La Plata, fue una ciudad
nacida a nuevo con un claro objetivo político.

Contenido

Efectivamente para 1880, fines del siglo pasado la sociedad argentina logra
concretar un contenido social profundo, cual es la federalización de la ciudad de Buenos
Aires, hasta entonces, capital de la provincia de Buenos Aires.

Este contenido social o político, surge como solución de las enormes disputas y
guerras entre Interior y Buenos Aires.

Es decir, la ciudad de Buenos Aires, constituida en capital federal del país, una
porción de tierra, con asiento geográfico en la provincia de Buenos Aires, pasa a ser
propiedad del conjunto de las provincias del país.

Este contenido social, federalización de Buenos Aires, generó un tema nuevo,


previamente inexistente como la necesidad de generar una ciudad como capital de la
Provincia de Buenos Aires.

Después de analizar algunas alternativas, se decide fundar una nueva ciudad,


para capital provincial.

Tema

Era pues, un tema urbano-arquitectónico inexistente hasta esa fecha, porque


constituye lo que hemos denominado “carácter inespecífico” del concepto de
arquitectura. Porque su definición no surge del campo de los profesionales, sino del
campo político, resulta la síntesis histórica de buena parte del siglo XIX.

Spengler decía, que frente a cada hecho político, la ciudad se arruga. La


fundación de La Plata significa la arruga territorial que expresa, ese nuevo contenido y
el nuevo tema.

Programa

El nuevo tema: ciudad capital de la Provincia de Buenos Aires, enfrenta a los


profesionales que tienen la responsabilidad de decidir sobre el cómo? expresando el
qué? y el para quién?. En este caso, el ingeniero Pedro Benoit y su equipo, deben
formalizar el programa de necesidades.

Si una ciudad es destinada a capital, dentro de un régimen constitucional


democrático, republicano y federal que sostiene al culto católico como culto oficial del
estado, tendrá un poder ejecutivo, un poder legislativo y un poder judicial a nivel
provincial. Una Municipalidad y una Catedral, edificios que atiendan a la Salud, la
Educación en sus distintos niveles, edificios destinados al trabajo industrial, comercial y
administrativo, Universidad y cultura en general, viviendas, comercios, oficinas,
espacios públicos y recreativos, etc.

Implantacion.

A estas necesidades propias de la ciudad, se suman algunas ideas determinantes


de la ubicación geográfica, de la implantación de la misma.

Los intereses ganaderos y agrícolas de la Pcia. de Buenos Aires pretendían


seguir exportando por un puerto propio.

A fines del siglo pasado en Sudamérica, Inglaterra ejerció una muy fuerte
influencia en el plano económico y comercial y Francia en el plano cultural y educativo.

Es así, que Dardo Rocha, gobernador de la provincia de Buenos Aires se


aconsejó con los ingleses que recomendaron la actual implantación de la ciudad,
vinculada con el puerto natural más importante de la zona: el de la Ensenada de
Barragán, donde habían descendido los propios ingleses en las invasiones de 1806 y
1807.

Por otro lado, la responsabilidad dada al ingeniero Benoit (de origen francés),
garantizaba el conocimiento de las teorías urbanas más modernas, así como de las
transformaciones de la ciudad de París a mediados del siglo XIX.

En síntesis, se implanta la ciudad con un eje que vincula en forma directa el


puerto a La Plata, Este eje se constituye en eje de simetría tanto de la ciudad como de
los edificios públicos y simbólicos de la ciudad, que queda así planteado como un eje de
desarrollo regional, urbano y edilicio.

Propuesta.

La propuesta urbana se sintetiza así en un cuadrado básico, con dos diagonales


mayores (uniendo los vértices del cuadrado) y cuatro diagonales menores que vinculan
entre sí:

· al bosque de La Plata, asiento de edificios universitarios y recreativos.

· los tres parques proyectados: Saavedra, San Martín y Belgrano


(actualmente convertido en Plaza Belgrano, por loteo de 6 de sus 8 manzanas
originales);

· avenidas cada 6 cuadras,

· en el cruce de 2 avenidas una plaza o parque.

Esta presencia del espacio público, como expresión de la comunidad, no sólo


reflejó en el plano físico, la constitución de 1853-60, sino que posibilitó la generación
de un espacio recreativo barrial para el uso de la familia, como tejido social urbano.
La Plata por haberse fundado en 1882, después de la constitución y la
organización nacional, no tendrá que producir una cirugía urbana, para expresar el
nuevo contenido republicano y democrático de la sociedad, como explicamos para
Buenos Aires.

La Plata se diseñó siguiendo la tradición grecolatina de ciudad amanzanada, que


llega a toda América Latina por las llamadas “Leyes de Indias”. Estas establecían
normas para la fundación de ciudades, que fueron engalanadas y enriquecidas con el
aporte afrancesado del urbanismo de mitad del siglo XIX, por los bulevares y
diagonales.

La Plata se proyecta como un diseño extensional, sobre el módulo urbano


mínimo de una manzana de 120 m de lado, con calles de 18 metros y avenidas de 30
metros de ancho respectivamente. El cuadrado delimitado esta surcado por calles
paralelas marcadas de 1 a 31 de NE a SO cruzadas perpendicularmente por otras
marcadas numéricamente de 32 a 72 en sentido NO-SE.

Es importante señalar una alteración a esta decisión de base, que da singularidad


a esta ciudad, la carencia de la calle 52 en el centro de la ciudad.

Todas las cuadras (desde las calles 1 a 31) que corren paralelas en sentido NW-
SE tienen 120 metros de lado. Las calles transversales, que corren paralelas en sentido
NE-SW, entre las calles, 32 a 44 y de 60 a 72, mantienen el módulo de manzana de 120
metros de lado. Pero en la franja de calles céntricas entre la 44 hasta 51 este módulo
pierde 10 metros por cuadra en los lados NE y SO, recuperándolo desde 53 a 60.

Este achicamiento permite poner en fuerza el eje cívico, asiento de los edificios
públicos y representativos, marcado entre las Avenidas 51 y 53 (paralelas entre sí y
contiguas), por manzanas que tienen el módulo de 120 m de lado.

La ausencia de la avenida 52 en el casco urbano, la convierte en un eje de


simetría virtual de la ciudad y de los edificios públicos que alberga, y que sólo se
consolida en los dos extremos, en el Bosque al NE y a partir del Parque San Martín al
SO.

Resulta interesante destacar que en el centro geométrico de la ciudad, marcado


por la Plaza Moreno, se instaló la Municipalidad y la Catedral, enfatizando la
importancia dada al ayuntamiento y a la religión. El gobierno provincial, marcado por el
conjunto Casa de Gobierno y Legislatura Provincial quedó desplazado del centro
geográfico, ubicándose a ambos lados de la Plaza San Martín.

LA PLATA, DE LA BURGUESIA ILUSTRADA A LA BURGUESIA


MERCANTILISTA.

Retomando la metodología de la investigación histórica, para comprender


nuestra realidad actual, transitando, desde la forma hacia los contenidos.
Al interrogar el porque de la forma y tratando de explicarlo, usaremos
comparativamente los esquemas correspondientes al casco fundacional de 1882, de fácil
dibujo, escindible de uno posterior del 2002, es decir 120 años después, que nos permite
sacar muchas conclusiones.

Un dibujo o una foto aérea actual de nuestra ciudad nos muestra con la nitidez y
crudeza de una radiografía biológica, las enfermedades de nuestro cuerpo y
organización social actual.

Se observa, una explosión caótica y amorfa, cuando la ciudad en su crecimiento,


excede el casco de su diseño original, creciendo principalmente al NO hacia Buenos
Aires.

Este hecho refleja una relación de relativa dependencia que se explica y


fundamenta en hechos de nuestra historia.

La inexistencia de una cabecera ferroviaria, aún vial, ni aérea (La Plata tiene
aeroparque), que expresa el absurdo de que la capital de la principal provincia del país,
no tiene relación directa con su territorio administrativo y comercial. Que el gobernador
de la provincia de Buenos Aires, si quiere viajar en tren o en avión al interior de la
provincia o del país, debe trasladarse a la ciudad de Buenos Aires y si se comunica
vialmente tiene que conectarse con rutas nacionales que parten y llegan de y hacia
Buenos Aires.

Los intereses del puerto de Buenos Aires, que dan origen a la construcción de
Puerto Madero y de la instalación de la Destilería de Y.P.F. en relación directa con el
puerto de La Plata, lo convirtió en un puerto de inflamables y en consecuencia no entran
barcos mercantes. Todo ello, postergó y anuló la industria de la carne y otros
emprendimientos, condenando a La Plata en su destino económico, para afirmarse,
únicamente como ciudad capital administrativa y universitaria.

Esto se expresa en la forma de la ciudad que explota hacia sus salidas con rumbo
al distrito federal de la ciudad de Buenos Aires, desequilibrando la utopía geométrica de
expresar la Constitución Nacional y cambiando el eje de desarrollo.

Otro elemento que expresa esa realidad es que muchas plazas que se encuentran
del eje de simetría de la ciudad hacia Buenos Aires fueron divididas en dos por el
ferrocarril (1 y 38) o por el automotor ( 7 y 38, 13 y 40).

Se especuló, a lo largo de la vida de la ciudad, en horizontal, con un loteo


indiscriminado, que hizo extender la ciudad excesivamente, y en vertical, con una
propiedad horizontal, en promedio de escasa calidad. La misma, caracterizada con el
único objetivo de la renta, desdibuja en su caótica implantación el propio trazado de la
ciudad.

En síntesis, desde lo social se observa que el valor de uso, priorizado por la


ideología del progreso de la generación fundacional (burguesía ilustrada) es
transformado por el valor de cambio sostenido por las generaciones posteriores
(burguesía mercantilista).
Como terrible paradoja, los desarrollos postfundacionles habiendo partido de
una ciudad planificada, superado el casco original, no continuaron con la idea original,
faltando así rasgos estructurales básicos como las avenidas cada seis cuadras, las plazas
o parques en el cruce de dos avenidas, las diagonales que dan identidad a nuestra
ciudad, y el arbolado de las calles.

DIMENSION SIMBOLICA DE LA CIUDAD

La Plata puede ser considerada una ciudad de alto contenido simbólico, no solo
por su significación política, pues es el elemento material que señala el pacto de unidad
nacional alcanzado en 1860 sino que también , fue concebida y ejecutada como una
ciudad masónica, ideología sustentada por su grupo fundador. Según Sebastianelli
(1998) “La Plata fue una obra consciente, especulativa y operativa de los Hermanos
masones con un sentido constructivo”.

EL CONTEXTO HISTÓRICO FUNDACIONAL

El período 1860-90, representa la etapa de mayor crecimiento demográfico del


país. La Plata, proyectada como capital de la provincia de Buenos Aires fue fundada en
1882 y a los cuatro años ya tenía 50.000 habitantes. Este crecimiento no es el resultado
de un aumento vegetativo de la población sino del intenso proceso inmigratorio,
especialmente europeo.

Para éste período en la Argentina se produce un quiebre en sus estructuras


tradicionales y su clase dirigente, en la que se incluye la Generación del Ochenta,
produce la modernización del Estado del cual surgirá un dualismo conceptual y
material, “modernismo vs. tradición”, basado en el juego de los factores económicos, la
provincia de Buenos Aires concentra el 61% del total del capital nacional. Una sola
ciudad, Buenos Aires tiene el 23% del mismo y el resto corresponde a las otras
provincias integrantes del país (Rodríguez Molas, 1989).

Este proceso de concentración económica e intensa inmigración, modela una


sociedad compleja y cosmopolíta en las ciudades del frente litoral fluvial-marítimo,
marcadas por un fuerte proceso de diferenciación social que se refleja en lo espacial y
arquitectónico.

En Buenos Aires, capital federal, a fines del siglo XIX la calle Rivadavia se
convierte en demarcadora de la frontera socio-económica. Al norte de la misma la
aristocracia social erige sus grandes mansiones de arquitectura francesa o italiana, al Sur
la sociedad burguesa, comercial o asalariada vive en casas viejas de tres patios (Las
Novedades, Buenos Aires 9/10/1880).

Esta distribución, no se relaciona solamente con la densidad demográfica


regional, también responde a un proceso de alta concentración del poder económico que
lleva a dividir al país regionalmente. La inversión financiera principal fue inmobiliaria,
por esta razón surge el proyecto de fundación de La Plata, considerado el primer
proyecto en gran escala de la República Argentina (Mallo, Catullo, Reca, Rizzo, 1998).

Los fundadores de la ciudad Rocha, Benoit y sus colaboradores, conspicuos


miembros de la clase política argentina, militaron todos en la masonería. Con la
fundación se organiza la primera logia platense: La Plata No. 80 y para 1910 ya existían
diecisiete logias (Sempé, Rizzo y Catullo, 2000)

La ideología masónica tuvo una influencia básica en la clase política argentina


de fines del siglo XIX y principios del XX. Varios presidentes, que fueron figuras
fundamentales del proceso de modernización del estado, como Sarmiento, Mitre,
Avellaneda y Roca pertenecieron a la masonería

La masonería moderna argentina se constituye en la década de 1850, sus


organizadores fueron Miguel Valencia (unitario) que en 1857 funda el Gran Oriente y
Supremo Consejo para la República Argentina y José Roque Pérez (federal) que funda
la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones. Para 1906 y gracias al
proceso inmigratorio que trae todo el librepensamiento a la Argentina, ya hay 2.500
masones activos. Las logias mas antiguas fueron Unión del Plata (1856), Confraternidad
Argentina (1856), Consuelo del Infortunio (1857), Tolerancia (1857), Regeneración
(1857), Lealtad (1857), y Constancia (1857).

En la Logia La Plata No. 80 se inscribieron: Florentino Ameghino, Eduardo Ves


Losada, Manuel H. y César Lagenheim (quien también participaba de la logia
Constancia como venerable y que era Gran Ministro de Estado del Supremo Consejo 33
del rito escocés antiguo y aceptado), de esta familia describimos la bóveda, en el
presente trabajo.

Otros masones conspicuos de la época fueron: Julio Sánchez Viamonte, Dalmiro


Sáenz, Alberto Gregorio, Carlos A. Fajardo, Vicente Isnardi, Juan B. Lavié, José Sixto
Álvarez, conocido como Fray Mocho, y muchos otros apellidos platenses. Otras logias
presentes desde el inicio de la ciudad son: "Luz y Verdad", "Stretta Ugnaglianza",
"Triunfo y Justicia", "Hijos del Universo" y “1º de Mayo” (E. M. Sebastianelli, 1999).

RASGOS SIMBÓLICOS MASÓNICOS PRESENTES EN LA CIUDAD Y EL


CEMENTERIO.

La ideología masónica en lo concreto se pone de manifiesto en la


planificación urbana platense como un damero. La ciudad a traves de sus 120 años de
vida. Muestra un ritmo de construcción-destrucción muy dinámico y la recosntrucción
de las características de su etapa fundacional solo puede hacerse a través de sus edificios
públicos y de la arquitectura funeraria del cementerio que fue inaugurado en 1887.

El cementerio presenta una sectorización jerárquica, relacionada con la


estructura social de la ciudad albergante. El sector de bóvedas es representativo de las
formas de entierro de la clase dirigente y de mayor poder poder económico (Rizzo,
2001). En las estructuras funerarias las sociedades se autorepresentan y expresan su
identidad, social, religiosa e ideológica. Dentro de las ideologías imperantes resaltan las
expresiones simbólicas de la ideología masónica.

La ciudad de La Plata fue proyectada dentro de un cuadrado porque estar en el


cuadrado es estar en la masonería. Las diagonales 74 y 73 que cruzan el cuadrado
marcan los ejes Norte-Sur y Este-Oeste, las calles reciben una denominación numérica,
hacia la calle 1, (ver fig. 1 plano de La Plata), dos diagonales, la 80 y 78 se desarrollan
paralelas a las anteriores y conforman la escuadra. Desde calle 7 y 44 (Plaza Italia) y 7 y
60 (Plaza Rocha), otras dos diagonales la 77 y (Bellas Artes) convergen hacia calle 1,
marcando el compas. El eje público, marcado por las avenidas 51 y 53, replica la
plomada.

El cementerio fue proyectado por Benoit con un diseño de damero que replica en
ciertos aspectos a la ciudad, esta ubicado al SE de la ciudad. Para la masonería la muerte
significa pasar al Oriente Eterno. Surge así un dualismo entre la “ciudad de los vivos” y
la “ciudad de los muertos".

Se han analizado las bóvedas de masones públicamente reconocidos y otras


bóvedas de simbología similar donde el reconocimiento público de pertenencia no es
tan evidente.

En las definiciones sobre lo ceremonial y lo ritual se hace frecuentemente


referencia a una "serie de actos organizados con arreglo a un modelo establecido" y con
"propósito definido" para "señalar un acontecimiento, persona o valor especial o para el
refuerzo de significados y sentimientos para el grupo" (Manual de Sociología, FDCE,
1966).

Consideramos que la simbólica masónica tiene por finalidad sustancial reforzar


los sentimientos de pertenencia y los significados del grupo. Se pueden considerar como
signos recordatorios de un conjunto de ideas guía para la acción, ya sea para la
comunidad como para el propio proceso de perfeccionamiento interior.

La estructura de un diseño arquitectónico o decorativo es igual a un sistema


cognitivo, los temas pueden parecer semejantes pero tener un significado diferente, de
acuerdo a su posicionamiento en la estructura de una composición organizada con una
finalidad específica o parecer diferentes pero tener la misma estructura constructiva.

La ideología masónica toma el simbolismo religioso cristiano o judío o egipcio


resignificando sus concepciones arquitectónicas. Los códigos estéticos son polisémicos,
es decir que tienen varios significados y reconocen una relación acordada por los
usuarios entre significante y significado. La cruz, el alfa y el omega, estan presententes
en la simbología cristiana, pero son resignificados por la masonería, originando una
constelación de ideas propias.

La columna, como un producto arquitectónico tiene el significado evidente de


sostén, y se usa para edificios y para sostener adornos o urnas funerarias. Puede
significar, en el caso de la simbología masónica, las logias constituidas, o en el caso
específico de las columnas Jakim y Boaz, representar apoyo y duración. Esto demuestra
que dentro de un mismo grupo el significante puede tener varios significados, el
evidente para la sociedad a la cual el grupo pertenece y el hermético, para los iniciados,
cuyas múltiples significaciones les van siendo reveladas de acuerdo al grado obtenido
en la orden.

Dentro del simbolismo existen también los arquetipos, que son conjuntos de
ideas asociadas que se diferencian de los signos. Por ejemplo, la cruz no solo es un
signo, no representa solo la muerte de cristo, sino que simboliza la ideología cristiana,
como religión y trascendencia del alma.

La Piedra Cúbica y el Gran Arquitecto del Universo son arquetipos masónicos,


cuya significación se relaciona con un conjunto complejo de ideas muy elaboradas,
sobre el perfeccionamiento progresivo de la propia individualidad y su proyección en la
comunidad.

La iconografí masónica esta constituida por:

Emblemas: es decir figuras que representan una idea: por ejemplo la paloma con
el ramo de olivo: la paz; atributos: son imágenes que sirven de signo distintivo a una
comunidad, por ejemplo el compás y la escuadra para la colectividad masónica;

alegorías: es una figuración de una situación, hecho o virtud sobre la forma de


una cosa. En la masonería, la acacia representa la resurrección e inmortalidad ;

símbolos: tienen representatividad y eficacia. Por ejemplo la diferencia entre la


columna como signo y las columnas Jachim y Boaz que se han transformado en un
símbolo, por sustitución de significados.

El estudio de las inhumaciones en bóveda, en el cementerio de La Plata,


demostró la presencia de objetos con fuerte capital simbólico en la arquitectura e
iconografía funeraria relacionados a la simbólica masónica.

EL CEMENTERIO PLATENSE.

El cementerio de La Plata, diseñado por el mismo Benoit, surge como un


cementerio secular, -la iglesia no se construirá hasta mucho después-dentro de la primer
ciudad planificada del país, respondiendo a la ideología masónica.

Fue habilitado en 1887, y en 1911 ya contaba con 46 bóvedas (Adam y March,


1995). Desde sus inicios existe una gran separación social entre los distintos sectores
que conforman la sociedad platense. La zona de entrada con sus avenidas, plazoletas y
jardines esta destinada al entierro de las principales familias de la ciudad, llegadas con
la fundación principalmente desde Buenos Aires. Hacia el fondo se encuentran las
tumbas en tierra y, en la galería que se extiende paralela a la entrada, el área de los
nichos.

El acceso principal al cementerio fue concebido como la entrada a un templo con


columnas dóricas. Presenta rasgos como las palmetas que no corresponden al estilo
dórico.
El arquitrabe presenta el tradicional adorno de gotas, pero estas en vez de ser
seis, como lo indica el estilo clásico del orden dórico, están representadas en número de
cinco, que se ubican por debajo del triglifo del friso.

En el friso, clásicamente dórico, las metopas representan una serie de cinco


figuras que se replican a uno y otro lado del eje central con los temas de: ramas
cruzadas, ramas cruzadas con antorcha vertical al medio, antorchas cruzadas atadas,
palma circular de hojas, y cuerpo superior de un ángel.

SIMBOLOGÍA DE LA ENTRADA:

El templo griego es una parte importante del pensamiento simbólico


neoplatónico masón, se lo encuentra en la arquitectura de muchas de las logias
masónicas de la Argentina y esta presente en la simbología del diploma de los maestros
masones.

El uso de cinco gotas en la moldura del arquitrabe y no seis como corresponde al


orden dórico, es algo intencional, el número 5 representa la armonía pentagonal, la
armonía perfecta. Los ángeles significan la transformación de lo visible en invisible y
son también una representación común en los diplomas de maestros masones (Triana,
1958, pp 110)

Las antorchas, cruzadas o acompañando a las ramas de olivo son un típico


símbolo masónico, las que iluminan hacia abajo, lo hacen hacia la verdadera vida. La
cinta con el nudo, marca la unión entre los masones.

LAS BÓVEDAS:

Las bóvedas tienen una gran riqueza ornamental. La de Isnardi (conocido masón
de la Logia La Plata, nº 80) es hipogea (subterránea).

Tiene un basamento escalonado formado por un cuadrado y dos octágonos


superpuestos. En el centro se ha erigido una columna, sobre un pedestal escalonado,
formado por octágonos en mármol negro y blanco.

En las facetas del pedestal, realizado en mármol, se destacan en relieve una serie
de figuras de claro simbolismo masónico: la cara alada del ángel presente entre los
signos cabalísticos de la cara frontal de la piedra cúbica (KHEI, 1998 y Triana, 1958.
Pág. 58), el libro rodeado por una palma circular, la paloma con una flor (KHEI, op cit),
las antorchas que iluminan hacia abajo atadas con cintas y la clepsidra alada cruzada por
la guadaña.

El cuadrado presenta un piso de ajedrezado en blanco y negro que forma parte


de la simbología del diploma del maestro masón.
Son varias las bóvedas, que presentan sobre la puerta una clepsidra alada,
posiblemente este debió ser el emblema de alguna de las logias platenses (ver figuras).

Manuel y Cesar Langhenheim militaron en la masonería, llegando a ser figuras


destacadas de la misma, la bóveda familiar esta realizada en un estilo neoclásico de
columnas dóricas y palmetas jónicas, coincidente con la entra al cementerio. Presente en
su frente la clepsidra alada encerrada dentro de un tríangulo escalonado (3 escalones).

Por debajo, sobre el dintel se encuentran los signos alfa y omega (principio y fin)
flanqueando los de rho y phi, que representan el nombre de cristo. Esto significa que el
Cristo es el comienzo y el fin de la evolución. La clepsidra alada para la masonería
significa que el espacio y el tiempo son conceptos elaborados por la mente humana y lo
único que existe es la eternidad.

Varias tumbas pueden adscribirse a un estilo egipcio, lo que significa que están
presentes los ritos de Mizraim y Memphis.

Dos tienen forma de pirámide truncada, con cornisamiento que termina en un


adorno de palmas, representan el pilón egipcio, la puerta, una de ellas perteneció a
carbonell, integrante de la Logia La Plata 80. La otra presenta una puerta con caras
egipcias en su parte inferior y plantas de palma. En el dintel de la puerta esta presente el
sol alado con las serpientes, emblema de horus y símbolo de la inmortalidad, la
resurrección, el poder creador y la fecundidad (Khei,1998).

La cornisa presenta una guarda de palmas con ritmo de repetición, todo


alrededor del edificio.

La bóveda Pages, representa un templo de planta cuadrada con columnas


lotiformes y otras rematadas en caras egipcias, la puerta de bronce tiene dos caras
egipcias y un diseño de flores de loto. En el techo sobre una estructura piramidal
escalonada se encuentra una esfinge egipcia, que es una de las representaciones mas
importantes del poder máximo.

Otras dos bóvedas, la de Salza y Etchegoyen presentan en las jambas de las


puertas una serie de diseños egipcios con esfinges, templos, delfines y figuras con
vestimentas egipcias, presentan la clepsidra alada sobre el dintel y la cruz ansada
egipcia en un caso y en el otro una palma alada y sobre el frontón una frase, en letras
itálicas que dice " yo soy el que soy, he sido y seré y ningún mortal ha descorrido jamas
el velo que me oculta". Esta frase se encuentra en el templo de Isis en sais, en Egipto.
Ambas bóvedas se relacionan con el culto de isis y forman parte del pensamiento
simbólico masónico.

CONCLUSIONES

La lectura de un dibujo o foto aérea actual de una ciudad, es un claro testimonio


de la contradicción centro-periferia, individuo-sociedad, que expresa, en última
instancia la injusticia social de nuestro tiempo. Cuando una sociedad olvida sus
espacios públicos, se está autodestruyendo. Ser indiferente, como ciudadano y como
arquitecto a esa realidad, es anular el rol social del arquitecto.

La afirmación de que frente a cada hecho político la ciudad se arruga, nos


enfrenta a la pregunta de ¿cual es la arruga que expresa nuestro tiempo?.

La dinámica constructivo-destructiva de la arquitectura urbana nos enfrenta a la


conciencia de que el rol del arquitecto es también el rol de un constructor de la historia,
que si bien la historia hay que respetarla, no hay que tener miedo de construirla.

Dicho respeto se basa en el reconocimiento de que, para cada momento


sociohistórico, una arquitectura de vanguardia que es aquella que materializa, con la
mejor forma, el contenido social más progresista de su tiempo.

El camino de la proyectualidad para la ciudad de La Plata cumplió con todos los


interrogantes del qué?, el para quién? y de la toma las decisiones sobre el cómo?. Su
materialización permitió generar una ciudad altamente cosmopolita, pluriétnica y
progresista desde el primer instante de su fundación. Este proyecto fue degradado por
las generaciones posteriores y el cambio de los intereses focalizados solo en los
aspectos económico comerciales de la propiedad.

Desde el punto de vista patrimonial la dialéctica conservación-transformación es


el gran desafío de nuestro tiempo.

Reconociendo el gran legado histórico de la fundación, lo cierto es que


actualmente no nos vestimos con levita, bastón y galera como en la época de su
fundador Dardo Rocha, para expresar sintéticamente, los avances y retrocesos, las
contradicciones y los cambios socioculturales. En última instancia la dinámica social de
estos 120 años de vida, tanto en la escala de la familia y la vivienda como la de la
sociedad y la ciudad y en la totalidad de sus temas directores.

Si interrogamos sobre cuál es el contenido social de nuestro tiempo, para que la


ciudad lo exprese, diríamos que las luchas en el siglo XX y comienzos del siglo XXI,
expresan la búsqueda de homogeneización social, la posibilidad de un uso pleno y
democrático de la ciudad por el conjunto de la población. La realización de estos
objetivos no es otra cosa que cumplir con la definición de la ciudad como vida social
integrada.

La deformación de la libertad es el caos, la deformación del orden es el


autoritarismo. El desafío es la dialéctica entre el orden y la libertad. Este desafío de la
sociedad es el desafío de la arquitectura de la ciudad.

En este trabajo hemos contribuido a demostrar la unidad indivisible entre forma


y contenido, entre actividad y ámbito, entre la política y la arquitectura de la ciudad que
la expresa.

Sostenemos que la afirmación plena del derecho a la ciudad, como un derecho


humano y democrático básico, es la arruga que expresa nuestro tiempo.
El cementerio participa de las ideas de fastuosidad y grandiosidad urbanas
impuestas por la ideología de los fundadores, así como también del eclecticismo en el
desarrollo de los estilos, propio de la época.

Los fundadores de la ciudad y muchos de sus primeros pobladores fueron


reconocidos integrantes de las logias masónicas, la fuerza e intensidad de la actividad
masónica se ven en la existencia de 17 logias en el período fundacional.

El trazado urbano de la ciudad muestra rasgos de la simbólica masónica, lo que


permiten inferir que la ciudad fue concebida como la ciudad ideal masónica y las
primeras familias llegadas a la novel ciudad, fueron caracteizadas familias porteñas,
pertenecientes a esta sociedad secreta. El aporte inmigratorio europeo, principalmente
de italianos y españoles trajo mas ideas librepensadoras a la ciudad Las bóvedas
reflejan a un sector de la comunidad platense, que identifica al núcleo de las principales
familias y para la época de la fundación, al de mayor poder adquisitivo, ya que los
materiales usados como el mármol y el granito, así como los trabajos de herrería en
puertas y ventanas, la cristalería y las ornamentaciones presentes son de gran calidad
estética y material.

En la edificación del cementerio, su ubicación y en la arquitectura funeraria de


las bóvedas tambien se expresa el pensamiento simbólico de la masonería.

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