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“AÑO DEL BUEN SERVICIO AL CIUDADANO”

UNIVERSIDAD PRIVADA SAN JUAN BAUTISTA


FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

Escuela Profesional de Psicología

Filial Chincha

1 PORTA
DA

ALTERACION DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA


PRESENTADO POR

Encinas Casas Karol; Levando Pachas Maritza; Pachas Quispe Bryan; Ruiz Tasayco
Axel; Sánchez Díaz Renato

CURSO : NEUROANATOMÍA Y NEUROFISIOLOGÍA

DOCENTE : LIC. GROVER N. FUENTES YALLE

CICLO : III

ESPECIALIDAD : PSICOLOGÍA

2017
DEDICATORIA
Dedicamos este trabajo a nuestros padres
que nos brindan su apoyo incondicional
cada día, a nuestros compañeros que nos
acompañan día a día en cada clase y
finalmente a nuestro docente por
llenarnos de nuevos conocimientos y su
generoso apoyo.
INDICE
1 PORTADA ............................................................................................................................ 1
DEDICATORIA .......................................................................................................................... 2
INTRODUCCION ........................................................................................................................ 4
CAPITULO I................................................................................................................................. 5
ALTERACION DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA (TCA) ................................................. 5
1. DEFINICION: ....................................................................................................................... 5
2. TRANSTORNOS MÁS COMUNES.................................................................................... 6
2.1. ANOREXIA NERVIOSA ............................................................................................. 6
2.2 BULIMIA NERVIOSA: ............................................................................................... 7
2.3 TRANSTORNO POR ATRACON ............................................................................... 8
2.4 OBESIDAD: ............................................................................................................... 12
3. BASES PSICOLOGICAS Y NEUROFISIOLOGICAS DEL TCA ................................... 13
3.1 BASES PSICOLÓGICAS DEL TRASTORNO ALIMENTARIO ............................ 14
3.2 BASES NEUROPSICOLÓGICAS DEL TRASTORNO ALIMENTARIO ............... 17
4. CAUSAS Y FACTORES DE LA ALTERACION DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA
19
4.1. FACTORES BIOLÓGICOS: ...................................................................................... 19
4.2. FACTORES SOCIOCULTURALES: ........................................................................ 20
4.3. FACTORES PSICOLÓGICOS: .................................................................................. 20
5. SINTOMAS DE LA ALTERACION DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA ................. 21
5.1 AUMENTO DE LA ACTIVIDAD FÍSICA: .............................................................. 21
CAPITULO II ............................................................................................................................. 24
CRITERIO DE DIAGNOSTICO Y TRATAMIENTO .............................................................. 24
1. DIAGNOSTICO.................................................................................................................. 24
1.2 BULIMIA NERVIOSA............................................................................................... 25
1.3 ORTOREXIA .............................................................................................................. 26
1.4 PERMAREXIA ........................................................................................................... 27
1.5 PREGOREXIA ........................................................................................................... 28
2. TRATAMIENTO ................................................................................................................ 29
¿Cómo podemos actuar cuando un paciente presenta alteraciones de la conducta
alimentaria? ....................................................................................................................... 29
3. PREVENCION DE LOS TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA ......... 30
CONCLUSIONES ...................................................................................................................... 31
REFERENCIAS .......................................................................................................................... 32
INTRODUCCION

Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) en los adolescentes se han convertido en


un problema de salud pública debido a que son una importante causa de enfermedad
crónica, siendo su sintomatología grave y presentando un elevado coste del tratamiento
así como importantes tasas de comorbilidad asociadas. Sin embargo, son mucho más
frecuentes los comportamientos alimentarios anómalos denominados síndromes parciales
o trastornos de la conducta alimentaria no especificados (TCANE).

Se busca estimar la prevalencia de alteraciones de la conducta alimentaria según


diferentes niveles de severidad (diagnóstico de anorexia y bulimia nerviosa, de TCANE
y síntomas de TCA) en los adolescentes del municipio de Tarragona y de zona rural de la
provincia de Tarragona. Describir y analizar según los diferentes niveles de severidad de
alteración de la conducta alimentaria: variables sociodemográficas, tipo de centro escolar
o entorno de población; características psicopatológicas, clima familiar, hábitos tóxicos
y alimentarios; percepción y satisfacción de la imagen corporal, factores socioculturales.
Diferencias en el consumo de alimentos y en la ingesta de energía y nutrientes.
Características antropométricas y composición corporal. Y por último el Valor de la
influencia de los diferentes factores sobre el riesgo de desarrollo de TCA. Sin dejar de
lado los casos de diagnóstico y medidas de tratamiento
CAPITULO I

ALTERACION DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA (TCA)

1. DEFINICION: Esta alteración puede aparecer en cualquier fase de la


enfermedad pero con distintas connotaciones. En las fases más iniciales el
paciente puede presentar pérdida de apetito, como un síntoma propio de la
ansiedad o del trastorno del estado de ánimo. En fases más avanzadas las
alteraciones de la conducta alimentaria están en relación a la alteración de la
memoria, desorientación en el tiempo. Puede reclamar la comida después de haber
comido o negarse a comer porque cree haber comido ya y no lo recuerda.

Estas conductas pueden llevar a situaciones de desnutrición o de


hiperalimentación y de nerviosismo del cuidador.

En las fases más avanzadas el paciente puede alimentarse de sustancias no


alimenticias pudiendo poner en peligro su salud. En algunos tipos de demencia
puede sufrir atragantamientos debido a la pérdida del reflejo de deglución. Si no
es controlada a tiempo esto conlleva a un Trastorno de conducta Alimentaria TCA

Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) constituyen un grupo de


trastornos mentales caracterizados por una conducta alterada ante la ingesta
alimentaria o la aparición de comportamientos para el control de peso. Esta
alteración conlleva problemas físicos y afecta el funcionamiento psicológico y
social del individuo y su entorno.

Datos españoles revelan que actualmente los TCA afectan entre el 4.1% y el 6.4%
de mujeres entre 12 y 21 años. En el caso de los hombres las cifras observadas se
sitúan alrededor del 0.3% (1 hombre por cada 10 mujeres afectadas). Todas estas
cifras son semejantes a las obtenidas en los Estados Unidos y otros países
europeos.
2. TRANSTORNOS MÁS COMUNES
Las actuales clasificaciones de los TCA incluyen la Anorexia Nerviosa, la Bulimia
Nerviosa y otras alteraciones menos específicas denominadas TCANE.

2.1. ANOREXIA NERVIOSA


La Anorexia Nerviosa (AN) es un trastorno de la conducta alimentaria que se
manifiesta como una necesidad patológica de estar delgado, acompañado de
la práctica voluntaria de procedimientos para conseguirlo: dieta restrictiva
estricta y conductas purgativas (vómitos auto inducidos, abuso de laxantes,
uso de diuréticos, etc.).
A pesar de la pérdida de peso, las personas afectadas presentan un intenso
temor a llegar a ser obesas, una gran distorsión de la imagen corporal, y una
preocupación extrema por la dieta, la figura y el peso. Generalmente
desarrollan estrategias de evitación hacia la comida y acciones
compensatorias para contrarrestar lo que ingieren (hiperactividad física
desmesurada, conductas de purga, etc.).
No suelen tener conciencia de enfermedad ni del riesgo que corren por estas
conductas, ya que la pérdida de peso puede causar carencias nutricionales que
pueden comportar riesgos vitales.
La Anorexia Nerviosa afecta entre el 0.14% y el 0.9% de la población joven
española y especialmente a las mujeres aunque hay hombres que también
desarrollan esta enfermedad.
CRITERIOS PARA DIAGNOSTICAR ANOREXIA NERVIOSA:
Restricción del aporte energético que lleva a un peso significativamente bajo,
considerando edad, sexo, trayectoria evolutiva y salud física.
Miedo intenso a ganar peso o convertirse en obeso, o conducta persistente que
interfiere en la ganancia de peso. (Se podría diagnosticar también sin cumplir este
criterio)
Alteración de la percepción del peso y la silueta corporal, exageración de la
importancia en la autoevaluación o negación del peligro que comporta el bajo peso
corporal.
La Anorexia Nerviosa consta de 2 subtipos:
Restrictivo: en los últimos 3 meses no ha recurrido a atracones o purgas. El bajo
peso se debe a restricción alimentaria o ejercicio en exceso.
Compulsivo/purgativo: en los últimos 3 meses se ha recurrido a atracones o
purgas
Si se da remisión de algún síntoma, especificar:
En remisión parcial: después de cumplir todos los criterios, deja de cumplirse el
bajo peso, pero sí se mantiene el miedo a engordar y la alteración de la percepción
del peso o silueta.
En remisión total: no cumple ningún criterio durante un período sostenido
Cabe destacar también que se suelen dar:
Otras alteraciones psicopatológicas: Suelen estar presentes síntomas como estado
de ánimo depresivo, apatía, dificultad para concentrarse, ansiedad, irritabilidad,
aislamiento social, pérdida de la libido, alteraciones del sueño, obsesiones y / o
rituales obsesivos alrededor de la comida. Estas alteraciones tienen impacto
directo en la vida diaria del enfermo, afectando en gran medida las relaciones que
establece con la familia y los amigos.
Alteraciones físicas derivadas de una malnutrición grave: Descalcificación ósea,
problemas cardiacos, sensación constante de frío, estreñimiento, caída de cabello,
etc.

2.2 BULIMIA NERVIOSA:


La Bulimia Nerviosa (BN) es un trastorno de la conducta alimentaria que se
caracteriza por episodios de atracones (ingesta voraz e incontrolada), en los
cuales se ingiere una gran cantidad de alimento en poco espacio de tiempo y
generalmente en secreto.
Las personas afectadas intentan compensar los efectos de las sobre ingestas
mediante vómitos auto inducidos u otras maniobras de purga o aumento de la
actividad física.
Muestran preocupación enfermiza por el peso y la figura, pero no se producen
necesariamente alteraciones en el peso, ya que pueden presentar peso normal,
bajo o sobrepeso. La bulimia nerviosa suele ser un trastorno oculto,
fácilmente pasa desapercibido y se vive con sentimientos de vergüenza y
culpa. Por este motivo la persona afectada suele pedir ayuda cuando el
problema ya está avanzado.
La Bulimia Nerviosa afecta entre el 0.4% y el 3% de la población joven
española, especialmente a las chicas.
CRITERIOS PARA DIAGNOSTICAR BULIMIA NERVIOSA:
Presencia de atracones recurrentes. Un atracón se caracteriza por:
Ingesta de alimento en un corto espacio de tiempo (por ejemplo, en un período de
2 horas) en una cantidad muy superior a la que la mayoría de las personas
ingerirían en un período de tiempo similar y en las mismas circunstancias.
Sensación de pérdida de control sobre la ingesta del alimento (por ejemplo,
sensación de no poder parar de comer o no poder controlar el tipo o la cantidad de
comida que se está ingiriendo)
Conductas compensatorias inapropiadas, de manera repetida, con el fin de no
ganar peso, como son provocación del vómito; uso excesivo de laxantes,
diuréticos, enemas u otros fármacos; ayuno, y ejercicio excesivo.
Los atracones y las conductas compensatorias inapropiadas tienen lugar al menos
una vez a la semana durante un periodo de 3 meses.
La autoevaluación está exageradamente influida por el peso y la silueta corporales.
En cuanto a los atracones cabe señalar que aunque el tipo de alimentos
consumidos durante éste varía, en la mayoría de casos se ingieren dulces y
alimentos con alto contenido en calorías. Los atracones se pueden presentar a
cualquier hora del día, pero son más frecuentes a partir de media tarde y suelen
desencadenarse por estados de humor alterados, dificultades interpersonales,
hambre intensa o sentimientos relacionados con el peso, la figura corporal o los
alimentos. Se acompañan de sensación de falta de control y pueden reducir el
malestar de forma transitoria, pero siempre van seguidos de sentimientos de culpa,
auto desprecio o humor depresivo.

2.3 TRANSTORNO POR ATRACON


El trastorno por atracón se caracteriza por episodios de ingesta compulsiva de
forma recurrente. Tiene muchas similitudes con la bulimia nerviosa. La
diferencia principal es que la persona que sufre un trastorno por atracón no
realiza conductas compensatorias (vómito auto inducido, abuso de laxantes y
/ o diuréticos, ayunos, ejercicio físico en exceso, etc.). También es habitual
que la persona que tiene este trastorno presente síntomas depresivos. Una de
las consecuencias más habituales del trastorno por atracón es sufrir sobrepeso
u obesidad, con los riesgos que ello conlleva para la salud: diabetes,
hipertensión, colesterol, etc.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, el trastorno por atracón
es dos veces más frecuente que la bulimia en países como EE.UU., Brasil,
Colombia, México, Bélgica, Italia, Países Bajos, Irlanda del Norte, Portugal,
Rumania, España y nueva Zelanda.
CRITERIOS PARA DIAGNOSTICAR TRASTORNO POR ATRACÓN
Presencia de atracones recurrentes. Un atracón se caracteriza por:
Ingesta de alimento en un corto espacio de tiempo (por ejemplo, en un período de
2 horas) en una cantidad muy superior a la que la mayoría de las personas
ingerirían en un período de tiempo similar y en las mismas circunstancias
Sensación de pérdida de control sobre la ingesta del alimento (por ejemplo,
sensación de no poder parar de comer o no poder controlar el tipo o la cantidad de
comida que se está ingiriendo)
Los atracones tienen lugar al menos una vez a la semana durante un periodo de 3
meses.
NO existen conductas compensatorias.
Este último criterio es el que marca la mayor diferencia entre el Trastorno por
atracón y la Bulimia.
TCANE: Trastorno de la conducta alimentario no especificado
Los Trastornos de la Conducta Alimentaria No Especificados (TCANE) son
habitualmente cuadros incompletos de anorexia nerviosa o bulimia nerviosa, tanto
porque se encuentran en su inicio o porque están en proceso de recuperación. Por
lo tanto, encontramos síntomas similares a la anorexia nerviosa o bulimia
nerviosa, pero sin llegar a configurar un cuadro completo, no por ello menos
grave. En los TCANE también se incluyen problemas como la utilización habitual
de conductas compensatorias inapropiadas (después de ingerir cantidades
normales de alimento) y episodios de ingesta compulsiva de manera recurrente,
pero sin conductas compensatorias.
Entre un 3 y un 5% de la población sufre un TCANE.
Entre los TCANE más relevantes encontramos la Vigorexia y la Ortorexia.
Vigorexia: obsesión por un cuerpo musculoso.
En 1993, el psiquiatra estadounidense Harrison G. Pope acuñó el término
vigorexia, conocido como una obsesión por tener un cuerpo musculoso. La
sociedad está cambiando muy deprisa y con ello los problemas de la población.
Algunos de estos cambios desfavorables implican la aparición de nuevos
trastornos, como la vigorexia y la ortorexia (preocupación excesiva por ingerir
sólo alimentos «sanos»).
La vigorexia es un trastorno mental no estrictamente alimentario, que se conoce
también como complejo de Adonis. Se calcula que en España puede haber unos
700.000 afectados, sin embargo, todavía no se ha etiquetado como enfermedad.
Las personas que sufren vigorexia tienen una obsesión tan grande por verse
musculosas que se miran todo el rato en el espejo y nunca están satisfechas. Este
sobredimensionado culto al cuerpo se manifiesta por una práctica excesiva del
deporte, provocada por una obsesiva preocupación por el aspecto físico, y tiene
como meta principal la obtención de una mayor masa muscular. Así, además del
ejercicio, también modifican su alimentación, supeditándola a la consecución de
sus objetivos. Todo ello les lleva a suprimir las grasas de la alimentación y a
consumir proteínas e hidratos de carbono en exceso, con consecuencias negativas
para la salud.
La vigorexia afecta sobre todo los hombres, aunque también puede darse en
mujeres. La práctica de deporte moderado resulta muy saludable para el
organismo. Sin embargo, los afectados por la vigorexia muestran una
preocupación excesiva por el aspecto físico que conlleva que la musculación a
través de una actividad física pase de ser un objetivo saludable a un desorden
emocional elevado a la categoría de obsesión. Esta ansia por adquirir a toda costa
una apariencia atlética puede llevar al consumo de sustancias perjudiciales para el
organismo. Las consecuencias de este t rastorno tienen reflejo en la salud y en la
conducta social de los que lo sufren.
Podría decirse que quien sufre de vigorexia es una persona insatisfecha con su
propio cuerpo que se ve demasiado delgada y busca con el ejercicio adquirir el
volumen deseado. Además de la práctica desmesurada de ejercicio, esta alteración
da lugar (por una serie de reacciones que se dan en nuestro organismo en el que
están involucradas hormonas y neurotransmisores) a un proceso de dependencia
de la realización de ejercicio físico.
Ortorexia: cuando la obsesión por comer sano se convierte en un problema.
La Ortorexia es una enfermedad relacionada con los trastornos del
comportamiento alimentario. La diferencia de la ortorexia con los otros trastornos
alimentarios está en que, mientras en la anorexia y la bulimia el problema gira en
torno a la cantidad de comida, en la ortorexia gira en torno a la calidad.
Se entiende por ortorexia la obsesión patológica por la comida biológicamente
pura. Las víctimas de esta enfermedad sufren una preocupación excesiva por la
comida sana, convirtiéndose en el principal objetivo de su vida. Podríamos decir
que es un comportamiento obsesivo-compulsivo caracterizado por la
preocupación de qué comer y la transferencia de los principales valores de la vida
hacia el acto de comer, el cual hace que los afectados tengan "un menú en lugar
de una vida».
Para que podamos realizar un diagnóstico de Ortorexia deben darse los siguientes
criterios:
Pasa más de 3 horas al día pensando en su dieta sana
Obsesión desordenada para comer alimentos sanos (naturales).
Excluye de la alimentación carne, grasas y alimentos tratados con herbicidas o
pesticidas.
Se preocupa más de la calidad de los alimentos que del placer de comerlos.
A medida que aumenta la psicocalidad de su alimentación disminuye su calidad
de vida.
Nunca se salta la dieta, ni siquiera en ocasiones especiales y si lo hace se siente
culpable.
Su manera de comer lo aísla socialmente.
Estos son algunos de los criterios para diagnosticar al paciente que padece de
ortorexia. Los síntomas de la enfermedad van desde la depresión, ansiedad,
hipocondrías, hipervitaminosis o en su defecto hipovitaminosis y en fases
avanzadas trastornos obsesivos compulsivos respecto la alimentación.
Consecuencias: Esta patología puede tener graves efectos sobre la salud. Por
ejemplo, la supresión de grasas puede comprometer la ingesta de vitaminas
liposolubles y ácidos grasos, ambos imprescindibles para el organismo. Sin carne,
los niveles de hierro se desploman y, aunque los vegetales también aportan
proteínas, son de calidad inferior.
También puede conllevar carencias nutricionales si el ortoréxico no sustituye los
alimentos que rechaza por otros que puedan aportarle los mismos complementos
nutricionales. Esto se traduce en anemia, falta de vitaminas o de oligoelementos,
y/o falta de energía.
Además, no sólo constituye un mal a nivel físico. A nivel psicológico también
produce un trastorno que en la mayoría de los casos debe ser tratado por un
especialista.
Tratamiento: Al igual que la anorexia, la bulimia y todos los trastornos
alimentarios, es más costosa la recuperación psicológica que la física, ya que se
deben eliminar todas las conductas que el ortoréxico ha ido adoptando a lo largo
de un periodo de tiempo bastante extenso.

2.4 OBESIDAD:
Los índices de obesidad y sobrepeso nos sitúan, según la OMS, ante una grave
“epidemia”. Datos del Ministerio Español de Sanidad y Consumo indican que
estos problemas alcanzan ya a un 53% de población española. La SEEDO
(Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad) alerta que el 14.5% de
españoles son obesos y el 39% presentan sobrepeso. La obesidad infantil
afecta a un 17% de niños y a un 12% de niñas menores de 14 años.

Los índices de obesidad y sobrepeso nos sitúan, según la OMS, ante una grave
“epidemia”. Datos del Ministerio Español de Sanidad y Consumo indican que
estos problemas alcanzan ya a un 53% de población española. La SEEDO
(Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad) alerta que el 14.5% de
españoles son obesos y el 39% presentan sobrepeso. La obesidad infantil
afecta a un 17% de niños y a un 12% de niñas menores de 14 años.

Actualmente se conocen y se transmiten el gran número de complicaciones


físicas y problemas de salud asociados a la obesidad, y estas consecuencias
físicas son el principal motivo por el que niños, adolescentes y adultos obesos
buscan tratamiento. Sin embargo, deben considerarse las consecuencias
psicológicas y sociales que sufren o pueden llegar a sufrir las personas obesas
o con sobrepeso. Estas repercusiones psicosociales son en parte producto de
la difusión del ideal estético de delgadez que impera en las sociedades
occidentales, al que se le otorgan todo tipo de atributos positivos.

La difusión de este ideal estético, asociado a belleza y éxito, favorece la


aparición de actitudes y comportamientos “anti-obesidad” que incrementan
las posibilidades de discriminación y marginación de las personas con
sobrepeso u obesidad, aumentando el riesgo de sufrir problemas psicológicos
y sociales.
De todos los problemas psicológicos que pueden aparecer, la insatisfacción
corporal (el malestar con el propio físico) es el mencionado con más
frecuencia por las personas obesas o con sobrepeso. Una imagen corporal
negativa puede desencadenar problemas psicológicos como depresión, baja
autoestima, ansiedad social o dificultades en las relaciones interpersonales.
Todas ellas son características asociadas a la presencia de conductas
alimentarias de riesgo e incluso a la aparición de un trastorno de la conducta
alimentaria.

3. BASES PSICOLOGICAS Y NEUROFISIOLOGICAS DEL TCA


Los problemas dietéticos son modificaciones extremas en el bienestar del
sustento, en individuos que han mutilado ejemplos en la demostración de comer
a la luz de un impulso clarividente. Esta reunión de enfermedades envuelve
algunos elementos que cambian increíblemente, denominados: anorexia nerviosa,
"desorden de conducta alimenticia inespecífica" y llenando de confusión. Todos
son más sucesivos en las mujeres y normalmente comienzan en la pubertad con
infecciones interminables. El lugar de nacimiento exacto no podía ser aclarado,
proponiendo diversas especulaciones de esa manera. El problema colosal es que
no hay medicamentos demostrados farmacológicos o saludables, por lo que puede
utilizarse para reuniones interdisciplinarias, en psicoterapia, reforzar los
procedimientos para el procedimiento psicoterapéutico y un programa psico-
instructivo, un procedimiento que lleva meses o años. Estas reuniones incluyen:
terapeutas, especialistas, internistas o endocrinólogos y nutricionistas. Los centros
han realizado una progresión de las cubiertas entre la anorexia nerviosa y la
robustez. De vez en cuando, el peso y las prácticas de alimentación pueden
cambiar en sus comportamientos en una persona similar. Unos pocos adolescentes
que muestran corpulencia crítica, son prácticas extremas de alimentación con
laxantes, con los que descubren cómo adelgazar, crean una imagen clínica de la
bulimia nerviosa en general. Estas percepciones no están planificadas para ignorar
los amplios contrastes fisiopatológicos y clínicos que existen entre los problemas
dietéticos; su descripción intenta avanzar una visión más única de estas
maravillas. Una visión más adaptable y dinámica es extremadamente valiosa para
comprender y tratar estas afecciones.
3.1 BASES PSICOLÓGICAS DEL TRASTORNO ALIMENTARIO
Los cambios ideales o negativos en el relativo distinguido como "enfermo"
aplican consecuencias para la salud mental y física de toda la familia. Las
conexiones que mantienen los tutores (particularmente las madres) con sus
hijas en medio de la juventud y antes de la edad adulta son urgentes para su
consecuente progreso mental y social. Se ha demostrado durante algún tiempo
que existe una relación causal entre las diversas mentalidades parentales, las
diferentes estructuras de trabajo familiar y el avance de las psicopatologías en
la edad adulta, por ejemplo, pesimismo, ansiedad y trastornos de la conducta
alimentaria.

Se ha demostrado que un tipo específico de asociación y trabajo familiar


conduce específicamente a la apariencia y el mantenimiento de los problemas
dietéticos. Los individuos de este tipo de familia están atrapados en ejemplos
de comunicación familiar, en los que las indicaciones de la niña con la
confusión asumen una parte central que se abstiene de abordar el choque
fundamental genuino, y esta es la forma en que la infección mantiene
absolutamente la dudosa familia ajustar. Esta familia "psicosomática" se
describe por una estructura de alta asociación relacional, sobreprotectora,
inflexible y de evitación de la lucha.

De la misma manera, se ha resuelto que el mejor impacto en el ajuste en la


conducta de cambio de peso en adolescentes proviene en su mayoría de las
madres y los acompañantes, y no de los tutores o los medios. La enfermedad
relacionada con la comida se comparte entre las madres y niñas, pero no entre
las mamás y los jóvenes. Comer como reacción a los sentimientos negativos
también está más relacionado con las madres y las niñas. Las mamás más
jóvenes comparten más estados de ánimo hacia el cuerpo con sus hijas
pequeñas, mientras que las mamás más establecidas comparten prácticas más
prohibitivas con sus hijas. La conducta alimentaria de los jóvenes es, en
general, más autónoma y podría estar controlada por factores distintos a los
de las hijas. Por esta razón, la relación madre-niña se ha acentuado. Por
ejemplo, se ha observado que las madres de mujeres jóvenes con anorexia
limpiadora tienen una mayor tasa de peso que las madres de mujeres jóvenes
con anorexia prohibitiva, por lo que se recomienda que exista una relación
entre la robustez y la conducta alimentaria de la madre y la hija.

Las madres de señoritas con problemas dietéticos tienen puntajes más altos
en escalas que miden las manifestaciones bulímicas, más cerniéndose
regularmente, un desaliento más notorio, una propensión a sobrecargar a sus
hijas y una asociación más terrible con sus propias madres, que las madres de
niñas sin trastorno de la conducta alimentaria.

Los problemas dietéticos se caracterizan como cambios particulares y serios


en el consumo de sustento, se observan en individuos que tienen ejemplos
retorcidos en la demostración de la alimentación y que se describen, ya sea
complaciéndose o no comiendo; lo pasado a la luz de una motivación mística
y no por una necesidad metabólica u orgánica. Esta reunión de enfermedades
es intrincada e incluye una progresión de sustancias neuróticas que, a pesar
del hecho de que comparten ciertas cualidades, cambian enormemente en
cuanto a sus articulaciones físicas, mentales y conductuales.
Independientemente de la inmensa organización de los activos utilizados
como parte de las últimas décadas para su comprensión, la causa exacta de
estas modificaciones aún no se ha explicado. Los dos tipos fundamentales de
problemas dietéticos son: anorexia ansiosa y bulimia. Otra clase es el
"problema de conducta alimentaria no especificado (TANE)" que codifica el
desorden que no cumplen los criterios para uno en particular. Entre estos
problemas no especificados, se encuentra el trastorno del atracón compulsivo
(BING, por sus siglas en inglés), clasificado como otra clasificación que
debería ser susceptible de revisiones prudentes.

Los problemas dietéticos son más sucesivos en las mujeres y normalmente


comienzan en medio de la juventud o la juventud temprana, a pesar del hecho
de que hay informes de situaciones en las que aparecen en la adolescencia o
en la vida adulta. Estas enfermedades, que se describen por su cronicidad y
también la aparición continua de reincidencias, por lo tanto, causa
modificaciones en el funcionamiento psicosocial de las personas, ya que, a
pesar de afectar de manera devastadora a los pacientes y sus familias, están
relacionadas con un alto riesgo de conducta autodestructiva. Además, la
mayor parte del tiempo sucede en relación con otro problema mental, por
ejemplo, miseria, inquietud, problema fanático entusiasta y abuso de
sustancias, que decide un debilitamiento controlado en el trabajo social. Estas
infecciones pueden poner en riesgo la vida de las personas que las padecen.

La expansión en la cantidad de instancias de modificaciones en la conducta


alimentaria ha hecho que estas afecciones se destaquen entre los problemas
mentales más penetrantes en el planeta hoy en día, con el consiguiente efecto
sobre el bienestar general, tanto para los ángulos restaurativos como mentales,
con respecto a los altos costos que la administración de ellos requiere. Un
examen actual estableció que la omnipresencia de los problemas dietéticos es
más notable en las naciones occidentales que en las orientales, sin embargo,
en los dos tipos de sociedades se ha expandido. Sin embargo, a pesar de la
forma en que la ocurrencia de estas enfermedades ha evidentemente se ha
expandido en las últimas décadas, debe considerarse que no ha sido
concebible para decidir si esto constituye una auténtica maravilla, o es solo
que algunos cambios socioculturales vieron en los últimos tiempos, alentar la
conclusión de estas enfermedades. Desde el comienzo de los años setenta
hubo un procedimiento de dispersión sobre cuestiones dietéticas, a través de
varios métodos de correspondencia. Esto se inspiró en presentar a un alto
nivel de jóvenes y sus familiares saber sobre la presencia de estos cambios.
Además, se ha subrayado que las prácticas anómalas de estas personas
constituyen una infección, que es la razón por la que se prescribió para darles
una amplia gama de ayuda, y además para mantenerse alejados de estados de
ánimo de denuncia e intolerancia hacia el lado efectos. La mayoría de los
anteriores ha favorecido la mejora de un dominio que permite construir el
hallazgo sin apenas levantar un dedo. Es plausible que una parte de los casos
analizados hoy, en el pasado hayan pasado desapercibidos al no ser
distinguidos por familiares o parejas. Además, no es concebible decidir que
en épocas pasadas los problemas dietéticos estaban "mejor cubiertos". Hasta
"por los pacientes, incluso con una deshonra más prominente causada por una
condición menos tolerante e indulgente.
3.2 BASES NEUROPSICOLÓGICAS DEL TRASTORNO
ALIMENTARIO
El hipotálamo es el distrito que tiene la mejor importancia en el control de los
signos para la utilización de sustento. Las sustancias que modifican el
movimiento hipotalámico (es decir, leptina, grelina e insulina) también se
comunican en las áreas cerebrales necesarias para compensar, inspirar,
aprender, sentir y estresar. La utilización de los alimentos se basa en sus
propiedades remuneradoras, una realidad que se ha conectado a incremento
en la acción dopaminérgica en mente remunerar los circuitos. Los marcos
dopaminérgico y compensador de opiáceos son básicos para la supervivencia,
ya que condicionan las fuerzas impulsoras de admisión amorosa, regenerativa
y de sustento. La mayor parte de lo anterior está dictada por la actividad de la
dopamina en el núcleo y en la proyección frontal. Esta misma actividad
controla los impactos de los instrumentos de recompensa "no naturales", por
ejemplo, aquellos identificados con licor, drogas y ciertas prácticas
impulsivas, por ejemplo, el sexo, las apuestas y los trastornos alimentarios.
Los recientes descubrimientos han sido constantes con un ejemplo de
recompensa insuficiencia, en la que la disminución de la centralización de la
dopamina en la mente anticipa una sobrealimentación.

La asociación del marco dopaminérgico en pacientes con anorexia se ha


ilustrado, con una disminución de los metabolitos de la dopamina en el
líquido cefalorraquídeo en personas con esta enfermedad, un ajuste que
continúa incluso después de la recuperación. Por otro lado, se ha demostrado
que la acción del marco dopaminérgico se expande en la anorexia nerviosa.
Otra investigación actual razonó que los pacientes a los que se les administró
un agonista de la dopamina tenían un entusiasta sustento de admisión y
aumento de peso.

La escritura sobre las cualidades hereditarias de la anorexia se restringe a un


par de enlaces contemplativos y un número bastante mayor de exámenes de
afiliación de calidad de la competencia, que se han concentrado en cualidades
que afectan la rutina alimenticia, el hambre y el estado de ánimo. Por ejemplo,
Bergen et mostró la relación de diversos polimorfismos de la calidad del
receptor de dopamina 2 con la anorexia nerviosa. Además, Nisoli et.
Anunciaron en 2007 que el polimorfismo Taqla de la calidad del receptor de
dopamina 2 no solo se identifica con el peso corporal, sino que podría ser un
marcador de una condición mental hereditaria en individuos con alto riesgo
de desarrollar una conducta obsesiva. En comer Finalmente, la relación de los
polimorfismos específicos de la calidad del receptor de dopamina 4 con la
anorexia nerviosa se representó el año pasado.

El factor neurotrófico determinado por la mente (BDNF) asume una parte


imperativa en el desarrollo y mantenimiento de diferentes estructuras
neuronales, a pesar de rellenarse como un neurotransmisor e interesarse en
los instrumentos de versatilidad, por ejemplo, el aprendizaje y la memoria. La
investigación de la calidad del BDNF ha demostrado una relación de unos
pocos polimorfismos de dicha calidad con la anorexia nerviosa, la bulimia y
la alimentación con la orgía.

Por fin, un examen distribuido para el año actual demostró que el alelo 7R del
receptor de dopamina 4 aumenta la captación de peso en mujeres con bulimia,
y también se observa que la calidad del BDNF se conecta con la del receptor
de dopamina 4, de esta manera afectando la dirección del peso en estos
sujetos.

El punto de partida exacto del desorden de la conducta sana no ha tenido la


capacidad de ilustrar hasta la ocasión. Se han propuesto diversas hipótesis
sobre la etiología de los problemas dietéticos, y todas las especulaciones
probablemente serán integrales. Se ha formulado la hipótesis de que las
variables sociales y ecológicas suponen una parte esencial en el comienzo de
los ajustes en la conducta alimentaria, a la luz del hecho de que, en general,
son más típicas en las naciones industrializadas que en las naciones creadoras.
En cualquier caso, es imperativo percibir el compromiso hereditario
determinante y el impacto que tiene en el peso, particularmente cuando ha
comenzado la identificación y la comprensión de los átomos comprometidos
con el control del hambre y la saciedad. , y adicionalmente aquellos que
median en la homeostasis de la vitalidad. Es concebible que los cambios
conductuales, en cualquier caso, sean alentados por ajustes particulares en los
neurotransmisores o neuromoduladores en el sistema sensorial focal, que
aplican sus actividades en una forma preordinada hereditariamente. A pesar
de que No se sabe más sobre los componentes atómicos de los problemas
dietéticos, sin embargo, es cada vez más evidente que el sistema sensorial
focal, especialmente el hipotálamo, juega un papel crítico.

En el entorno familiar, los esfuerzos de los guardianes por controlar su


conducta alimenticia particular y la de sus hijos se conectan con las
inclinaciones hereditarias que deciden las diferencias individuales. Los
estudios sobre conducta alimentaria en guardianes y gemelos indistinguibles
proponen que una sección crítica de esto (45- 60%), se debe a factores
hereditarios. Realizar la división de componentes hereditarios de otros no es
práctico, ya que las cualidades son una pieza de un marco dinámico que
siempre está reaccionando a los signos ecológicos.

4. CAUSAS Y FACTORES DE LA ALTERACION DE LA CONDUCTA


ALIMENTARIA
Como pasa con la mayoría de trastornos mentales, los TCA tienen unas causas de
naturaleza muy variable y, a la vez, bastante inciertas. Los estudios cuentan que
en su etiología se ven involucrados factores biológico-genéticos, de
vulnerabilidad, características psicológicas, aspectos socioculturales y estresores.
Qué causa es más importante y cual más insignificante sigue siendo un misterio
para los investigadores.

Los TCA suelen iniciarse en la adolescencia, aunque la frecuencia de inicio en la


edad adulta e infantil va in crescendo. Principalmente, afecta a la población
femenina (aproximadamente, 9 de cada 10 casos son mujeres).

Vamos a revisar qué factores intervienen en su etiología:

4.1. FACTORES BIOLÓGICOS:


Estamos hablando sobre todo de factores genéticos y alteraciones
neurobiológicas.

• Los estudios muestran que hay mayor frecuencia de TCA cuando en


una familia ya hay un familiar con este tipo de trastorno. Por lo tanto,
podríamos hablar de una vulnerabilidad familiar para los TCA.
• Otros estudios concluyen que hay una asociación positiva entre
determinados neurotransmisores y mayor vulnerabilidad a sufrir
anorexia nerviosa (AN). Los más estudiados son neurotransmisores
como la serotonina y la dopamina.
• Según estos datos, la genética parece explicar entre el 60% y el 70% de
la vulnerabilidad en el caso de la AN. Pero en el caso de bulimia
nerviosa (BN), por el momento, los estudios de factores biológicos no
son concluyentes.

4.2. FACTORES SOCIOCULTURALES:


Se han observado los siguientes componentes sociales y culturales como
factores de riesgo de los TCA:

• Los modelos familiares de sobreprotección, rígidos, exigentes,


conflictivos y poco cohesionados, así como las familias
desestructuradas (padres divorciados).
• Los antecedentes familiares de trastornos afectivos y sintomatología
obsesivo-compulsiva, y la presencia de TCA, especialmente en las
madres.
• Dietas o conducta alimentaria atípica en la familia, preocupación por
el peso por parte de los padres, obesidad (sobre todo en las madres) y
hábitos alimentarios poco regulares durante la infancia.
• Alcoholismo (sobre todo en los padres).
• Profesiones o actividades durante la infancia o adolescencia que
valoran excesivamente la delgadez o el peso.

4.3. FACTORES PSICOLÓGICOS:


Se han asociado los siguientes factores psicológicos con los TCA:

• Trastornos de personalidad, Trastornos obsesivo-compulsivos, trastorno


de control de impulsos.
• Realizar una dieta anómala y restrictiva, historia personal de dificultades
alimentarias.
• Preocupación por el cuerpo, excesiva rigidez y perfeccionismo.
• Retraimiento social y baja autoestima.
• Abusos sexuales o físicos durante la infancia
• Críticas respecto al físico
• Antecedentes de crisis vital

Conocer los factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de sufrir


un TCA es útil para predecir este tipo de trastornos y así poder hacer un
trabajo de prevención en personas vulnerables a los TCA. Además, una
temprana detección de estos problemas puede ayudar a la persona que los está
sufriendo, pues se recomienda empezar el tratamiento lo antes posible ya que
cuando menos grave es el trastorno menos difícil es trabajarlo y menos riesgo
tiene el paciente (sobre todo por temas de desnutrición y consecuencias
físicas).

Los TCA traen consecuencias para la persona que los sufre a nivel físico,
psicológico y social, así como también afecta a la familia y entorno de la
víctima. Estas consecuencias son a la vez factores perpetuantes del trastorno.
Así pues, enfocar el trabajo en los factores de riesgo puede ayudar a romper
el círculo vicioso que representan los TCA.

5. SINTOMAS DE LA ALTERACION DE LA CONDUCTA


ALIMENTARIA
Existen una serie de comportamientos, actitudes, y síntomas que alertan la
presencia de un trastorno alimentario. Cada trastorno de la alimentación, posee
diferentes señales de alarma. Pero dentro de este abanico, os voy a indicar algunos
de los más comunes en todos los tipos de trastorno de alimentación y que pueden
ser fáciles de detectar

5.1 AUMENTO DE LA ACTIVIDAD FÍSICA: De repente, hay una


excesiva preocupación por la realización de deporte, no pudiendo faltar a su
entreno o siendo la prioridad máxima del día a día. Además de utilizar un
tiempo excesivo para ello: dos o tres horas de entreno diarias.
 Alteración Del Número/Horario De Comidas: Empiezan a saltarse
comidas o cambiar los horarios habituales de ellas.
 Dietas: Se realizan dietas. O hay una negativa o restricciones a comer
algunos alimentos de forma estricta por considerarlos muy grasos.
 Auto verbalizaciones negativas hacia su cuerpo y preocupación
excesiva por la propia imagen: Se dirigen a su cuerpo de forma
despectiva, señalando todo aquello que no le gusta de su cuerpo, de forma
exagerada y repetitiva. Su cuerpo y su aspecto es un constante tema de
conversación.
 Rituales con la comida: De forma repentina desarrollan “manías” o
rituales con la comida que antes no realizaban, como por ejemplo,
machacar las patatas fritas o aquello que puede estar más aceitoso para
quitárselo, cortar en trozos muy pequeños la comida, extender la comida
hacia los lados del plato para parecer que ya han acabado y queda muy
poco en el plato…
 Pérdida o aumento de peso en muy poco tiempo sin razón (enfermedad,
problemas físicos/médicos…)
 Ideales de belleza muy delgados: Fijación por modelos y cánones muy
delgados rozando a veces la enfermedad. Ante esos cánones, las
verbalizaciones son del tipo: “Mira que cuerpo más bonito, ojala yo lo
tuviera” “Mira se le notan los huesos del hombre, me parece precioso”.
 Consulta páginas web sobre alimentación, “trucos para perder peso” o
dietas.
 Cambio de actitud hacia la comida
Podemos observar en la persona una pérdida significativa de peso u
oscilaciones del mismo. Cambian sus hábitos alimentarios, inician dietas
estrictas o se presentan obsesionadas por comer menos.
Cambia la cantidad y el tipo de alimento, restringiéndose los alimentos
más calóricos, limitando la alimentación a aquellos que son bajos en
calorías.
En lo referente a la manipulación, se muestra una preferencia por alimentos
cocidos o a la plancha.
No hay unos horarios estables de comida, están alterados. El tiempo de la
ingesta aumenta, siendo esta en ocasiones compulsiva y exagerada y es
posible que exista una tendencia al troceo y desmenuce de los alimentos.
Desaparece la comida o aparece fuera de la cocina (bolso, armarios, ropa).
 Síntomas cognitivos
El aspecto físico pasa a ser el centro de interés. Insatisfechas con su figura,
suelen valorarse como “gordas” estando delgadas.
Las Críticas y comentarios negativos hacia su figura, peso y formas
corporales son frecuentes. Y aumenta el interés por todo lo relacionado
con la moda, modelos, pasarelas, actrices.
Existe una preocupación excesiva por la opinión externa y sensibilidad a
las críticas relacionadas con la figura, ropa, aspecto, peso y alimentación.
Y asocian el aspecto físico y la delgadez con el éxito.
 Síntomas emocionales
A nivel emocional suelen tener cambios en el carácter, mostrándose más
irritables, tristes, presentando cambios de humor repentinos. El
perfeccionismo, la insatisfacción e impulsividad pueden caracterizar su
comportamiento. Las actividades sociales se ven reducidas, tienen menor
interés por ellas y evitan eventos sociales o lugares públicos en los que es
posible que la comida esté presente.
Se enfadan cuando se le habla de alimentación. El Consumo de laxantes,
diuréticos, píldoras adelgazantes suele ser habitual.
 Síntomas físicos
La ausencia o irregularidades en la menstruación es un factor
determinante. Aparece vello en lugares que antes no tenía (hirsutismo o
lanugo), se Inflaman las glándulas del cuello (hipertrofia parotidea). La
dentadura también nos advierte, suelen aparecer caries, o pierden piezas
dentales.
Suelen presentar callosidades o heridas en los nudillos de las manos y uñas
más cortas en dedos índice y corazón para evitar daños al inducir el vómito.
Existe una dificultad para estar relajada, que se manifiesta en un estado de
inquietud, hiperactividad.
 Síntomas conductuales
o La ingesta puede ser compulsiva y exagerada, acompañada de visitas
frecuentes al servicio después de comer. Aparecen mentiras y
engaños con respecto a la comida y gastos inexplicables (posible
compra de comida).
o Se tiende a ocultar ciertas partes del cuerpo con la ropa y el ejercicio
físico se vuelve excesivo.
CAPITULO II

CRITERIO DE DIAGNOSTICO Y TRATAMIENTO

1. DIAGNOSTICO
1.1 ANOREXIA NERVIOSA

Trastorno caracterizado por la presencia de una pérdida deliberada de peso,


inducida o mantenida por el mismo enfermo. El trastorno aparece con mayor
frecuencia en muchachas adolescentes y mujeres jóvenes, aunque en raras
ocasiones pueden verse afectados varones adolescentes y jóvenes, así como
niños prepúberes o mujeres maduras hasta la menopausia. La AN constituye un
síndrome independiente, en el siguiente sentido:
a) Los rasgos clínicos del síndrome son fácilmente reconocibles, de tal forma
que el diagnóstico resulta fiable con un alto grado de concordancia entre clínicos.

b) Los estudios de seguimiento han demostrado que, de entre los enfermos que
no se recuperan, una proporción considerable continúa mostrando de manera
crónica las características principales de la AN.

A pesar de que las causas fundamentales de la AN siguen sin conocerse, hay una
evidencia cada vez mayor de que existen una serie de factores socioculturales y
biológicos que interactúan entre sí contribuyendo a su presentación, en la que
participan también mecanismos psicológicos menos específicos y una
vulnerabilidad de la personalidad. El trastorno se acompaña de desnutrición de
intensidad variable, de la que son consecuencia alteraciones endocrinas y
metabólicas, así como una serie de trastornos funcionales. Aún hay dudas sobre
si el trastorno endocrino característico se debe únicamente a la desnutrición y al
efecto directo del comportamiento que la ha provocado (por ejemplo,
restricciones en la dieta, ejercicio físico excesivo con alteraciones del equilibrio
metabólico, vómitos autoinducidos 158 GuÍas de PrÁctica clínica en el sns y
abuso de laxantes, con los consiguientes desequilibrios electrolíticos) o si
intervienen otros factores aún desconocidos. Pautas para el diagnóstico: Deben
estar presentes todas las alteraciones siguientes:

1.2 BULIMIA NERVIOSA


Síndrome caracterizado por episodios repetidos de ingesta excesiva de alimentos
y por una preocupación exagerada por el control del peso corporal, lo que lleva
al enfermo a adoptar medidas extremas para mitigar el aumento de peso
producido por la ingesta de comida. Este término debería restringirse a las
formas del trastorno que estén relacionadas con la AN por el hecho de compartir
la misma psicopatología. La distribución por edades y sexo es similar a la de la
AN aunque la edad de presentación tiende a ser ligeramente más tardía. El
trastorno puede ser considerado como una secuela de la AN persistente (aunque
también puede darse la secuencia contraria).A primera vista, un enfermo
previamente anoréxico puede parecer que está mejorando a medida que gana
peso e incluso recupera la menstruación si es mujer, pero entonces surge una
forma maligna de comportamiento caracterizado por sobrealimentación y
vómitos auto inducidos. Los vómitos auto inducidos repetidos pueden dar lugar
a trastornos del equilibrio electrolítico, a complicaciones somáticas (letanía,
crisis comiciales, arritmias cardíacas o debilidad muscular) y a una mayor
pérdida de peso.

Pautas para el diagnóstico:


Deben estar presentes todas las alteraciones que se refieren a continuación, de
modo que constituyen pautas diagnósticas estrictas. Dentro de cada pauta pueden
aceptarse algunas variaciones, tal y como se indica:

a) Preocupación continúa por la comida, con deseos irresistibles de comer, de


modo que el enfermo termina por sucumbir a ellos, presentándose episodios de
polifagia durante los cuales consume grandes cantidades de comida en períodos
cortos de tiempo.
b) El enfermo intenta contrarrestar el aumento de peso así producido mediante
uno o más de uno de los siguientes métodos: vómitos auto inducidos, abuso de
laxantes, períodos intervalares de ayuno, consumo de fármacos tales como
supresores del apetito, extractos tiroideos o diuré- ticos. Cuando la BN se
presenta en un enfermo diabético, éste puede abandonar su tratamiento con
insulina.
c) La psicopatología consiste en un miedo morboso a engordar, y el enfermo se
fija de forma estricta un dintel de peso muy inferior al que tenía antes de la
enfermedad, o al de su peso óptimo o sano. Con frecuencia, pero no siempre,
existen antecedentes previos de AN con un intervalo entre ambos trastornos de
varios meses o años. Este episodio precoz puede manifestarse de una forma
florida o por el contrario adoptar una forma menor o larvada, con una moderada
pérdida de peso o una fase transitoria de amenorrea.

1.3 ORTOREXIA
Aunque todavía no están lo suficientemente contrastados, existen
algunos criterios diagnósticos para la ortorexia, que según Bratman serían:
 -Dedicar más de 3 horas al día a pensar en su dieta sana.
 -Preocuparse más por la calidad de los alimentos, que del placer de
consumirlos.
 -Disminución de su calidad de vida, conforme disminuye la calidad de su
alimentación.
 -Sentimientos de culpabilidad cuando no cumple con sus convicciones
dietéticas.
 -Planificación excesiva de lo que comerá al día siguiente.
 -Aislamiento social provocado por su tipo de alimentación.
La respuesta afirmativa a estas y otras cuestiones similares permitirían, según
Bratman, diagnosticar ortorexia nerviosa y sus grados. También se consideran
síntomas algunas conductas relacionadas con la forma de preparación (verduras
siempre cortadas de determinada manera) y con los materiales utilizados (sólo
cerámica, sólo madera, etc.), ya que también forman parte de los rituales
obsesivos.

En definitiva, la vida cotidiana se ve afectada, ya que lo que empezó como un


hábito alimentario, deriva casi en una “religión” donde la mínima trasgresión
equivale al pecado.

1.4 PERMAREXIA
 Tienen baja autoestima. La falta de seguridad en sí misma, en sus virtudes,
hace que la persona dé demasiada importancia al aspecto físico.
 Se exigen demasiado. Si tienes permarexia, la idea de parecerte a un
estereotipo de cuerpo ideal te haría sentir mejor, pero esto muchas veces es algo
difícil de lograr. Te fijas metas imposibles y por lo tanto, te frustras
permanentemente.
 Pasividad, indefensión. Se evitan los problemas cotidianos, guardando para
sí mismo lo que se piensa o siente. Cuando surge una discusión o malentendido,
las personas con permarexia piensan que esto sucede porque no le quieren bien
o no le aprecian.
 Sus relaciones sociables son inestables, les cuesta socializar. Evitan ir a
fiestas o reuniones porque seguramente habrá alimentos con muchas calorías.
Culpan al organizador por no elegir un menú con menos calorías; esto le hace
sentirse de muy mal humor, sus respuestas son agresivas.
 Tienen problemas emocionales. Muchas veces son personas con trastornos de
ansiedad, depresión u otras alteraciones.
 No están conformes con su cuerpo. Una persona con permarexia teme no
gustar o no caer bien, debido a su físico, aunque ni siquiera tenga sobrepeso.
 Difícilmente reconocen que padecen un trastorno. Creen que su
preocupación tiene que ver sólo con mantener una buena nutrición y un peso
saludable.
 Siguen todo tipo de dietas. Siempre están probando un régimen distinto, el
que esté de moda.
 Existe una gran diferencia entre alimentarse saludablemente y hacer
ejercicio, y obsesionarse con seguir una dieta, evitar ciertos tipos de alimentos
o contar calorías, aunque a veces puede resultar difícil distinguir una situación
de otra.

Otros síntomas que indican que algo no anda bien, son los siguientes:

 Irritabilidad, descontento.
 Aislamiento social.
 Apatía.
 Bajo rendimiento escolar o laboral.
 Enfado.
 Hablar sobre alimentos y dietas todo el tiempo.
 Conocer exactamente la cantidad de calorías de todos los alimentos.
 Comer muy poco en general, o comer grandes cantidades de comida de vez
en cuando.

1.5 PREGOREXIA
Una persona que sufre este tipo de anorexia, seguramente no reconocerá sus
propios síntomas ni pensará que está haciendo algo mal o peligroso para la salud
de su bebé. Son las personas que están a su alrededor las que tienen que
detectarlo para aplicar un tratamiento lo antes posible.
Entre las muchas características de la pregorexia podemos detectar síntomas
como:
 Comer menos cantidad de alimentos

 Rechazo de su propio cuerpo y de su embarazo

 Práctica de ejercicio físico intenso

 Obsesión con el peso

 Bajo peso en el embarazo que no corresponde con su estado


Ante estos síntomas, debemos acudir rápidamente a un profesional de la salud
experimentado en trastornos alimenticios, así como a un médico que determine
el estado de salud del feto y de la madre para evitar que siga habiendo déficits.
El tratamiento de elección con los TCA suele ser combinado: farmacológico y
psicosocial. Es importante que tanto el paciente como su entorno social se
vuelquen en el tratamiento para que éste sea efectivo.
A nivel farmacológico suele recomendarse tratamiento similar al de los
trastornos de ánimo y de ansiedad, dado que parece ser que tienen un gran
vínculo común, pero se debe tener en cuenta que la mayoría de los estudios hasta
el momento afirman que el tratamiento farmacológico por sí solo no tiene efectos
duraderos si no se acompaña de tratamiento psicosocial.

2. TRATAMIENTO
¿Cómo podemos actuar cuando un paciente presenta alteraciones de la
conducta alimentaria?
Cuando un paciente reclama comer después de haber comido, no es correcto
volverle a dar de comer. Puede ocurrir que el paciente se enfade y nos acuse de
que lo matamos de hambre. Usted como cuidador intente no ofenderse, plantéele
alguna actividad para distraerlo de la idea de comer. En el caso de que el paciente
coma primero y el resto de la familia después, puede darle algo de lo que pida,
para evitar una discusión, o decidir que antes de iniciar la comida él irá a hacer la
siesta. Si la situación en la que se encuentra es que durante la comida el paciente
no tiene límite para terminar y quiere repetir varias veces de cada plato, es
aconsejable servir los platos en la cocina y no llevar a la mesa toda la comida que
hemos hecho. Si pide más le diremos se ha terminado, no te sientes lleno, hemos
comido mucho.

Para evitar que coma fuera de horas no tendremos comida a su alcance, puede ser
de utilidad poner una cerradura o un pestillo en la cocina.

Si observamos que un paciente se atraganta bebiendo agua, iniciaremos una dieta


pastosa. En general los pacientes se atragantan menos con consistencias finas y
espesas, natillas, yogurt, purés de verduras, patatas. Puede utilizarse un espesante
alimentario para darle los líquidos.

Algunos pacientes pueden comerse cosas no comestibles, es importante cerrar la


cocina para que no tenga acceso a alimentos congelados, productos de limpieza,
etc.
3. PREVENCION DE LOS TRASTORNOS DE LA CONDUCTA
ALIMENTARIA
Los trastornos de la conducta alimentaria presentan importantes síntomas y signos
orgánicos, así como complicaciones que pueden conducir a la muerte del paciente,
por lo que es de enorme importancia su detección precoz con el fin de establecer
las estrategias preventivas y de tratamiento necesarias. Por ello, se debe tener
presente que existen una serie de alteraciones somáticas y conductuales que
pueden alertar al pediatra de atención primaria o a la familia sobre la posible
existencia de un trastorno de la conducta alimentaria sin diagnosticar, como son
la existencia de una dieta restrictiva asociada a una disminución de peso y una
incapacidad para ganarlo, ejercicio físico excesivo, antecedentes familiares de
anorexia o bulimia, amenorrea, dieta asociada a aislamiento social, etc.
Si bien el tratamiento de estos pacientes ha de ser multidisciplinario, implicando
al pediatra, al pediatra del adolescente, al pediatra nutricionista, al paidopsiquiatra
y al endocrinólogo pediátrico, el pediatra de atención primaria va a tener un papel
importante en la detección, valoración y orientación del problema, así como en la
educación del niño, de la familia, de los educadores y de la comunidad
El pediatra de atención primaria debe estar alerta ante cualquier síntoma o signo
indicativo de una alteración en la conducta alimentaria; así debe valorar la pérdida
de peso, ayudar al adolescente que desea adelgazar, realizando una monitorización
de la dieta y del plan para perder peso, dar guías de actividad, establecer el límite
de pérdida de peso de acuerdo con él e interconsultar con los especialistas o remitir
el paciente a estos ante cualquier signo de alarma.
En la prevención de estas patologías es indispensable la actuación sobre los
factores culturales; el papel presumiblemente etiológico de éstos ha impulsado a
estrategias para modificar el impacto de sus influencias. Sin embargo, programas
de prevención generalizados, que incrementan la alerta en la opinión pública sobre
los riesgos para la salud de métodos inapropiados de pérdida de peso y promueven
la resistencia a la obsesión cultural por la delgadez, no han tenido en muchas
ocasiones los efectos deseados; de hecho, algunos expertos sostienen que incluso
pudieran ser más dañinos que beneficiosos. Una adecuada educación nutricional,
junto con un mayor control y supervisión de la dieta de los niños y adolescentes
por parte de sus familias, así como de los mensajes televisivos de la industria de
la alimentación y de la moda, probablemente favorecería el descenso de la
frecuencia de estas patologías. Sin ninguna duda, la prevención de estos trastornos
requiere cambios sociales de gran envergadura, pero si los profesionales y los
padres contrarrestan los mensajes destructivos de la cultura contemporánea
haciendo que las adolescentes sientan que se las considera valiosas, que se las
escucha y respeta, que tienen una posición y expectativa de igualdad con respecto
al varón, ya no van a necesitar las dietas y maniobras destructivas para sentir su
autocontrol y poder. En ese momento, si no hemos ganado la guerra, sí habremos
ganado una buena batalla.
CONCLUSIONES

El nivel socioeconómico y educativo de los padres no está significativamente


asociado con trastornos alimentarios pero sí con la prevalencia de síntomas de
TCA en mujeres. En el sexo femenino las situaciones familiares estresantes se
asocian significativamente a una mayor prevalencia de síntomas de TCA y una
mayor prevalencia de TCANE. A medida que aumenta la severidad de la
alteración de la conducta alimentaria, las adolescentes describen a sus familias
con menor cohesión, mayor conflictividad y mayor control. Se evidencia un
aumento progresivo y significativo de la psicopatología a medida que aumenta la
severidad de alteración de la conducta alimentaria. Las adolescentes TCANE se
caracterizan por una mayor corpulencia y una mayor proporción de grasa corporal.
El 40% de las adolescentes a riesgo de TCA y el 77,3% de las adolescentes con
TCANE refieren elevada insatisfacción corporal. Las adolescentes a riesgo de
TCA y las adolescentes con TCANE consumen respectivamente alrededor de 500
y 900 kcal menos que las controles. La probabilidad de ingesta inadecuada es
superior en las adolescentes a riesgo y en las adolescentes con TCANE. El 67% y
el 86% respectivamente realizan ingestas de calcio inferiores a las
recomendaciones, lo que puede suponer un riesgo de patología ósea en la edad
adulta. La mayor probabilidad de ingesta vitamínica inadecuada (tiamina, niacina,
riboflavina) en adolescentes con TCNAE puede estar relacionada con las
alteraciones mentales asociadas y por tanto podría ser un factor más que
contribuyera a dar continuidad a los TCA. La restricción calórica es un factor de
riesgo para cualquier nivel de severidad de alteración de la conducta alimentaria.
El riesgo de síntomas de TCA se relaciona con las variables ansiedad y que algún
familiar haga dieta, mientras que el riesgo de TCANE se halla influenciado por
un índice de masa corporal elevada, insatisfacción corporal y una situación de
estrés.

REFERENCIAS

 Daniel, S. (2008). Referencia


https://www.researchgate.net/publication/267219455_Trastornos_de_la_conduc
ta_alimentaria_TCA.

 Becker AE, Grinspoon SK, Klibanki A, Herzog


DB. Eating Disorders. N Engl J Med 1999; 340:1092-1098.

 Décima Revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades, Trastornos


Mentales y del Comportamiento. Descripciones Clínicas y
Pautas para el tratamiento (CIE-10). Madrid, Meditro, 1992.

 Diagnostic and statistical manual of mental disorders. 4th ed. DSM-IV.


Washington, D.C. American Psychiatric Association, 1994; 539-
50, 729-31.

 Silber TJ. Papel del padre en la prevención de los trastornos de la conducta


alimentaria de su hija. ¿Los padres son importantes? An Esp
Pediatr 1999; 124: 8991.

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