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Internados. Las prácticas judiciales de institucionalización por protección de niños, niñas y adolescentes en la ciudad
de Montevideo
Autores:
Agustina López y Javier Palummo
Equipo de investigación:
Vanessa Anfitti, Georgina Albornoz, Sabrina Bohm, Ana Inés Corrales, Agustina López y Sabrina Massaferro.
Proyecto:
Observatorio del Sistema Judicial
‹www.observatoriojudicial.org.uy›
Coordinador general:
Javier Palummo
UNICEF Uruguay
Bulevar Artigas 1659, piso 12
Montevideo, Uruguay
Tel. (598 2) 403 0308
Fax (598 2) 400 6919
e-mail: montevideo@unicef.org
Nota: La Convención sobre los Derechos del Niño se aplica a todas las personas menores de 18 años, es decir, niños,
niñas y adolescentes mujeres y varones. Por cuestiones de simplificación en la redacción y de comodidad en la lectura,
se ha optado por usar en algunos casos los términos generales los niños y los adolescentes, sin que ello implique
discriminación de género.
Contenido
Presentación ......................................................................................................................................................................... 9
I. Consideraciones previas........................................................................................................................................ 11
Introducción......................................................................................................................................................... 11
Breve marco conceptual................................................................................................................................... 12
Estrategia metodológica.................................................................................................................................. 13
V. La población institucionalizada.......................................................................................................................... 25
VIII. La institucionalización............................................................................................................................................ 41
X. Conclusiones.............................................................................................................................................................. 47
Bibliografía........................................................................................................................................................................... 49
Anexo estadístico.............................................................................................................................................................. 53
Egidio Crotti
Representante
UNICEF en Uruguay
I. Consideraciones previas
Introducción
En el Observatorio del Sistema Judicial (OSJ) niñas y adolescentes en la ciudad de Montevi-
hemos abordado el análisis del sistema judicial deo documentadas en los expedientes inicia-
de protección de derechos desde el comien- dos durante el año 2010.
zo de la implementación del Código de la Ni-
ñez y la Adolescencia (CNA).1 El trabajo tuvo Para contextualizar dichas prácticas, en pri-
como resultado la publicación de dos informes mer término se describe y analiza el sistema de
sobre la aplicación del CNA que incluyeron protección de derechos (SPD) regulado en el
tanto la temática penal como los procesos de CNA a partir de los artículos 117 y siguientes. A
protección.2 Sabíamos que la aprobación del esos efectos, se tiene especialmente en cuenta
Código había sido un tanto inesperada y que la normativa vigente, así como los cometidos
el Poder Judicial acomodó su estructura y fun- de las diversas agencias que intervienen. Es
cionamiento al nuevo texto normativo mien- imprescindible mencionar que la internación
tras lo aplicaba. Por esta razón, los datos y las de los niños, niñas y adolescentes por motivos
conclusiones de aquellos primeros informes asistenciales ha constituido una de las res-
tenían una nota particular. Fueron estudios puestas privilegiadas de los sistemas tutelares
de cómo los operadores comenzaron a inter- basados en la doctrina de la situación irregular
pretar al CNA y a adecuar sus prácticas a él. en Uruguay y en la región.3
En esta oportunidad, hemos decidido abordar
un aspecto específico del funcionamiento del Una hipótesis fundamental del presente traba-
sistema judicial de protección: las prácticas de jo es que en las prácticas actuales de institucio-
institucionalización por protección de niños, nalización por motivos asistenciales perviven
la matriz tutelar y prácticas generalmente aso- do en vez del de acogimiento residencial utili-
ciadas con lo que se ha denominado doctrina zado por las Directrices sobre las Modalidades
de la situación irregular. Esto implicaría que Alternativas de los Cuidados del Niño.5 Esto
el SPD, impactado por la normativa que les re- responde a que la referencia a las institucio-
conoce a los niños la titularidad de derechos, nes de protección y cuidado permite abarcar
si bien ha iniciado un proceso de adecuación, diversidad de situaciones que podrían no re-
especialmente desde la perspectiva orgánica sultar comprendidas dentro del concepto utili-
y nominativa, aún necesita avanzar hacia una zado por las Directrices. Asimismo, el término
adecuación sustancial. En efecto, el CNA eli- preferido tiene como antecedente el Informe
minó las categorías de abandono moral o ma- mundial sobre la violencia contra niños, niñas
terial, superó la competencia conjunta para el y adolescentes de las Naciones Unidas. Según
abordaje judicial de las temáticas de infracción el informe referido, si bien no existe ninguna
y protección, y además estableció una serie de definición universalmente aceptada de lo que
principios rectores para las políticas públicas es una institución de protección para niños,
de protección a la infancia y la familia. Todos los rasgos que la mayoría tienen en común son
estos son cambios muy importantes y repre- la atención de tiempo completo para niños y
sentan un gran avance en cuanto a la adecua- niñas que viven sin sus familias y la supervi-
ción de nuestra normativa a los estándares de sión a cargo de personal asalariado. El tama-
la Convención Internacional sobre los Dere- ño, la organización y las actividades llevadas
chos del Niño (CDN) y los demás instrumentos a cabo dentro de estas instituciones pueden
internacionales que son tomados como marco variar mucho.6
jurídico de referencia para el presente trabajo.
A los efectos del presente informe hemos consi-
De alguna manera, uno de los principales de- derado como instituciones de protección y cui-
safíos que enfrenta el SPD es el de constituirse dado los distintos dispositivos de acogimiento
en un mecanismo orientado a la preservación residencial a tiempo completo de niños, niñas
y restitución de los derechos amenazados o y adolescentes privados de cuidados parenta-
vulnerados de la infancia y la adolescencia, y les con la finalidad de protegerlos en sus de-
así diferenciarse de la forma en la cual la justi- rechos. Es un tipo específico de instituciones
cia de menores ha abordado tradicionalmente erigidas para cuidar de las personas que pare-
la situación de la infancia y adolescencia que cen ser a la vez incapaces e inofensivas.7 Esto
el derogado Código del Niño de 1934 calificaba incluiría todos los centros residenciales, los
como de abandono moral o material.4 centros de atención permanente, los denomi-
nados hogares, las actuales instituciones que
Breve marco conceptual antes eran llamadas orfanatos o casas-hogar,
En el presente informe se ha preferido emplear las instituciones psiquiátricas, hospitalarias o
el término instituciones de protección y cuida- terapéuticas, así como otras instituciones que
4. El artículo 119 del Código del Niño de 1934 establecía que los menores de 21 años de edad que se encontraran en estado de
abandono moral o material debían ser puestos a disposición del juez de menores, quien previa investigación sumaria del caso dic-
taría sentencia sometiéndolos a un régimen de vigilancia y protección. Véase: Palummo, Javier, “Abandono, amparo e intervención
desde la defensa social”, en Justicia y Derechos del Niño, n.o 6, UNICEF, Santiago de Chile, 2004, pp. 161 ss.
5. Artículo 29 de las Directrices sobre Modalidades Alternativas de Cuidado. Acogimiento ejercido en cualquier entorno colectivo
no familiar, como los lugares seguros para la atención de emergencia, los centros de tránsito de casos de emergencia y todos los
demás centros de acogimiento residencial a plazo corto y largo, incluidos los hogares funcionales.
6. Cf. Pinheiro, Paulo Sergio, Informe mundial sobre la Violencia contra Niños y Niñas, 2006, disponible en ‹http://www.unicef.org/
lac/Informe_Mundial_Sobre_Violencia.pdf›, p. 176.
7. Cf. Goffman, Erving, Internados. Ensayos sobre la situación social de los enfermos mentales, Amorrortu, Buenos Aires, 2001, p. 18.
12
I. C onsideraciones previas
8. Es el caso, por ejemplo, de la modalidad de acogimiento mediante el sistema “cuidadoras” (decreto 380/987, Reglamento Cui-
dadoras del Consejo del Niño). Este sistema, que en general es calificado como una “respuesta familiar”, implica la asignación de la
responsabilidad del cuidado de un niño, niña o adolescente a una persona adulta, quien recibe como contrapartida una retribu-
ción mensual. De acuerdo a información secundaria relevada, más de 350 personas se desempeñarían en esta calidad en todo el
país, con hasta 15 niños, niñas y adolescentes a su cargo en algunos casos. Existen incluso reclamos laborales de estas cuidadoras
contra el INAU, así como iniciativas de formalizar una entidad sindical que represente los intereses del colectivo.
9. Como es el caso de la ley n.o 19092, de 17 de junio de 2013.
10. Con relación a la tenencia por parte de terceros, véase el artículo 36 de la ley n.o 17823, de 7 de setiembre de 2004 (Código de
la Niñez y la Adolescencia), en la redacción dada por el artículo 2 de la ley n.o 18590, de setiembre de 2009.
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I nternados . L as prácticas judiciales de institucionalización por protección de niños , niñas y adolescentes en la ciudad de M ontevideo
Todo niño y adolescente tiene derecho a vivir y a crecer junto a su familia y a no ser
separado de ella por razones económicas.
Si el niño o adolescente carece de familia, tiene derecho a crecer en el seno de otra familia
o grupo de crianza, la que será seleccionada atendiendo a su bienestar.
14
I. C onsideraciones previas
Artículo 9
1. Los Estados Partes velarán por que el niño no sea separado de sus padres contra la
voluntad de éstos, excepto cuando, a reserva de revisión judicial, las autoridades
competentes determinen, de conformidad con la ley y los procedimientos aplicables,
que tal separación es necesaria en el interés superior del niño. Tal determinación puede
ser necesaria en casos particulares, por ejemplo, en los casos en que el niño sea objeto
de maltrato o descuido por parte de sus padres o cuando éstos viven separados y debe
adoptarse una decisión acerca del lugar de residencia del niño.
3. Los Estados Partes respetarán el derecho del niño que esté separado de uno o de
ambos padres a mantener relaciones personales y contacto directo con ambos padres
de modo regular, salvo si ello es contrario al interés superior del niño.
4. Cuando esa separación sea resultado de una medida adoptada por un Estado Parte,
como la detención, el encarcelamiento, el exilio, la deportación o la muerte (incluido
el fallecimiento debido a cualquier causa mientras la persona esté bajo la custodia
del Estado) de uno de los padres del niño, o de ambos, o del niño, el Estado Parte
proporcionará, cuando se le pida, a los padres, al niño o, si procede, a otro familiar,
información básica acerca del paradero del familiar o familiares ausentes, a no ser que
ello resultase perjudicial para el bienestar del niño. Los Estados Partes se cerciorarán,
además, de que la presentación de tal petición no entrañe por sí misma consecuencias
desfavorables para la persona o personas interesadas.
Artículo 20
2. Los Estados Partes garantizarán, de conformidad con sus leyes nacionales, otros tipos
de cuidado para esos niños.
3. Entre esos cuidados figurarán, entre otras cosas, la colocación en hogares de guarda,
la kafala del derecho islámico, la adopción o de ser necesario, la colocación en
instituciones adecuadas de protección de menores. Al considerar las soluciones, se
prestará particular atención a la conveniencia de que haya continuidad en la educación
del niño y a su origen étnico, religioso, cultural y lingüístico.
15
II. Los efectos de la institucionalización
11. World Health Organization, Regional Office for Europe, Better health, better lives: children and young people with intellectual
disabilities and their families. Transfer care from institutions to the community, EUR/51298/17/PP/3, 8 de noviembre de 2010.
12. Chaves Cavalcante, Lília Iêda, et al., “Institucionalização e reinserção familiar de crianças e adolescentes”, Mal-estar e Subjetivi-
dade, vol. X, n.o 4, Universidade de Fortaleza, diciembre de 2010, pp. 1147-1172; Chaves Cavalcante, Lília Iêda, et al., “Instituciona-
lização precoce e prolongada de crianças: discutindo aspectos decisivos para o desenvolvimento”, Aletheia, n.o 25, Universidade
Luterana do Brasil, junio de 2007, p.21.
13. Williamson, John, y Greenberg, Aaron, Families, not orphanages, Better Care Network Working Paper, 2010, p. 6.
14. Véase por ejemplo: Barth, Richard P., Institutions vs. foster homes: The empirical base for the second century of debate, UNC,
School of Social Work, Jordan Institute for Families, Chapel Hill, NC, 2002; Peres Arenas, Ximena, “Déficit de habilidades sociales
en adolescentes institucionalizadas en una entidad privada de la ciudad de La Paz”, Revista Electrónica de Psicología, Universidad
Católica Boliviana, 2005; Save the Children, Keeping Children Out of Harmful Institutions. Why we should be investing in family-based
care, Save the Children, Londres, 2009; Red Latinoamericana de Acogimiento Familiar (RELAF), Niñez y adolescencia institucionalizada:
visibilización de graves violaciones de DD. HH., serie Publicaciones sobre Niñez sin Cuidados Parentales en América Latina: Contextos,
Causas y Respuestas, 2011, disponible en ‹http://www.relaf.org/Documento%20agosto%202011%20Relaf.pdf›; Robert McCall, “The
development and care of institutionally reared children”, Child Development Perspectives, vol. 6, n.o 2, University of Pittsburgh, 2012.
I nternados . L as prácticas judiciales de institucionalización por protección de niños , niñas y adolescentes en la ciudad de M ontevideo
Estas problemáticas se agravan en el caso de sufrir abuso sexual que aquellos que tienen ac-
los niños con discapacidades, quienes requie- ceso a alternativas de protección basadas en el
ren cuidados especiales, así como tratamien- cuidado en familia.16
tos de habilitación o rehabilitación.
En definitiva, existe abundante información
En estos casos, los daños que han sido docu- empírica acerca de que la institucionalización
mentados incluyen la pérdida del reflejo de la causa perjuicios a los niños, niñas y adolescen-
succión, que obliga a la alimentación median- tes que la sufren y los expone a importantes
te sondas nasogástricas, la atrofia física por riesgos.
falta de movilidad y las alteraciones motrices
como el movimiento repetido de balanceo Tanto la separación de los niños, niñas y ado-
(rocking). Asimismo, la inactividad prolonga- lescentes respecto de su familia como el esta-
da al permanecer en una cuna es peligrosa tan- blecimiento de medidas de cuidado alternati-
to para el desarrollo físico como para la salud vo deben ser justificados, tener carácter tem-
psicológica. Para un niño pequeño, yacer de poral y orientarse a la reintegración al medio
espaldas por largos períodos puede causar que familiar en el marco de la consideración del
su cabeza se aplane y sus huesos no crezcan interés superior del niño. La excepcionalidad
adecuadamente.15 de la separación del niño respecto de su fami-
lia tiene consecuencias en lo que refiere a la
Por otro lado, el Informe mundial sobre la necesidad de implementar políticas de forta-
violencia contra niños y niñas ha documenta- lecimiento familiar, así como en la definición
do que la violencia en las instituciones es seis de los objetivos de las medidas de protección
veces más frecuente que en los hogares de aco- y específicamente las que implican la perma-
gida, y que los niños institucionalizados tienen nencia del niño en una institución de protec-
una probabilidad casi cuatro veces mayor de ción y cuidado.
15. Disability Rights International y Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, Abandonados
y desaparecidos: Segregación y abuso de niños y adultos con discapacidad en México, edición impresa actualizada a junio de 2011,
México, 2011; Red Latinoamericana de Acogimiento Familiar (RELAF), o. cit. (nota 14).
16. Pinheiro, Paulo Sergio (experto independiente del secretario general de las Naciones Unidas para el Estudio de la Violencia
contra los Niños), Informe mundial sobre la Violencia contra Niños y Niñas, 2006, disponible en ‹http://www.unicef.org/lac/
Informe_Mundial_Sobre_Violencia.pdf›.
18
III. El sistema de protección de derechos
La protección de los derechos no requiere ne- orientadas a evitar que los niños sean sepa-
cesariamente una intervención judicial, pero rados de ella, así como la implementación de
por diversas circunstancias esta puede ser ne- medidas de protección para los niños tempo-
cesaria para el cumplimiento de las obligacio- ral o permanentemente privados de su medio
nes de protección especial que establece el de- familiar. Todo esto implica garantizar el dere-
recho internacional a los Estados respecto de cho de los niños, niñas y adolescentes a vivir
la infancia y la adolescencia. Las medidas que con su familia, excepto en las situaciones en
implican la separación de los niños respecto de las que ello no sea conveniente en función de
sus familias, así como las medidas de interna- su interés superior.17 La CDN reproduce en di-
ción de niños, niñas y adolescentes en institu- versas disposiciones el derecho del niño a vivir
con sus padres y a ser cuidado por ellos.18 En
ciones de protección, deben enmarcarse en el
consecuencia, los Estados se hallan obligados
funcionamiento de sistemas de protección de
no solo a disponer y ejecutar directamente me-
derechos que corresponde a los Estados im-
didas de protección de los niños, sino también
plementar para cumplir con las referidas obli-
a favorecer, de la manera más amplia, el desa-
gaciones de protección especial. rrollo y la fortaleza del núcleo familiar.
Esto tiene como consecuencia un importante La CDN integra junto con otros textos norma-
cambio en el fundamento de la adopción de tivos un cuerpo jurídico que vela por los dere-
este tipo de medidas. En la actualidad, de con- chos de niñas, niños y adolescentes. Por ello,
formidad con la CDN, la finalidad de estas me- para abordar la temática objeto del presente
didas debe ser restituir los derechos y superar informe se recurrirá también a otros instru-
las situaciones que las motivaron. En efecto, mentos internacionales, como las Directrices
de lo dispuesto en los artículos 3, 4, 9, 20 y 25 de las Naciones Unidas sobre las Modalidades
de la CDN se infiere la necesidad de que los Alternativas de Cuidado de los Niños y Niñas
Estados cuenten con un sistema de protección (en adelante, Directrices sobre Modalidades
que incluya las políticas de apoyo a la familia, Alternativas de Cuidado).19
17. Véanse los artículos 16.3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, VI de la Declaración Americana de Derechos
Humanos, 23.1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, 17.1 de la CADH, 15 y 16 del Protocolo de San Salvador, 19 y
23 de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, y la directriz 3 de las Directrices de Moda-
lidades Alternativas de Cuidado, entre otros instrumentos.
18. Artículos 7, 10 y 11. Asimismo, el preámbulo de la CDN se refiere expresamente a la familia como el lugar natural para el creci-
miento de los niños y al deber de los Estados de apoyar a esta institución para que pueda cumplir con su función en la sociedad.
19. Adoptadas por la Asamblea General de Naciones Unidas en su resolución 64/142, de 18 de diciembre de 2009.
I nternados . L as prácticas judiciales de institucionalización por protección de niños , niñas y adolescentes en la ciudad de M ontevideo
20. Véanse Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, artículo 23.5; Directrices sobre las
Modalidades Alternativas de Cuidado de los Niños, directrices 13 y 20; Declaración sobre la Protección y el Bienestar de los Niños,
artículo 4, entre otros instrumentos internacionales.
21. Comité de Derechos del Niño, Derecho del niño a no ser objeto de ninguna forma de violencia, observación general n.o 13, CRC/
C/GC/13, 18 de abril de 2011, § 47.iii.
22. En tal sentido el artículo 117 establece que el juez tomará las más urgentes e imprescindibles medidas, recibirá declaración
del niño o adolescente (en presencia del defensor y de sus padres o responsables, si los tuviera) y recabará los informes técnicos
correspondientes. Es preceptiva la intervención del Ministerio Público. Por otro lado, si bien este artículo expresa que los jueces
pueden tomar conocimiento por cualquier medio, en la generalidad de los casos sus intervenciones se encuentran precedidas por
la actuación de las agencias que operan como vías de acceso al sistema.
23. Estos plazos fueron incorporados por la ley n.o 18590, de setiembre de 2009, y comienzan a ser exigibles una vez cumplidos dos
años de vigencia de la ley referida (artículo 4).
20
III. E l sistema de protección de derechos
21
IV. Las medidas de protección
El CNA postula una serie de medidas como ción no supere los treinta días, prorrogables
respuesta a la situación de la infancia y la ado- por períodos de igual duración si media indi-
lescencia amenazadas o vulneradas en sus de- cación médica, hasta el alta de internación.
rechos, o que vulneran derechos de terceros.
Dentro de ese amplio espectro de medidas, el El artículo 122 establece medidas específicas
juez puede disponer en forma discrecional la para los casos de adicciones a drogas y alcohol.
que estime más conveniente al caso. En estos casos, el juez podrá disponer la acepta-
ción de niños y adolescentes en centros residen-
Las primeras medidas a las cuales se refiere el ciales especializados de atención a adicciones
CNA son las previstas en el artículo 119 para de drogas y alcohol, sea en régimen de tiempo
los padres y responsables. Incluyen la posi- completo, ambulatorio o semiambulatorio.
bilidad de realizar un llamado de atención a
padres y responsables para corregir o evitar la Por su parte, el artículo 123 del CNA refiere
amenaza o violación de los derechos de los hi- a la posibilidad de que se disponga la deriva-
jos a su cuidado, o de exigirles el cumplimien- ción de un niño o adolescente a un centro de
to de las obligaciones que les corresponden en atención permanente, como medida de último
la protección de los derechos afectados. Tam- recurso, cuando se encuentren gravemente
bién se puede ordenarles que inscriban al niño amenazados su derecho a la vida o su integri-
o adolescente en un centro de enseñanza o en dad física. De acuerdo con el artículo referido,
programas educativos o de capacitación y obli- esta medida no podrá implicar en caso alguno
garlos a observar su asistencia o aprendizaje. privación de libertad y deberá durar el menor
tiempo posible, y se promoverán el manteni-
En el artículo 120 del CNA se prevé la adop- miento de los vínculos familiares y la supera-
ción de medidas ambulatorias. En el artículo ción de la amenaza a sus derechos para favore-
siguiente se establece la posibilidad de la inter- cer el egreso.
nación compulsiva, bajo el nombre de medidas
en régimen de internación sin conformidad El artículo 124 del CNA refiere a la obligación
del niño o adolescente. La adopción de este del Estado de garantizar a todos los niños y
tipo de medidas se encuentra condicionada a adolescentes el derecho a acceder voluntaria-
la existencia de una patología psiquiátrica, de mente a programas de atención integral, cui-
episodios agudos vinculados con el consumo dados y alojamiento.
de drogas o de una urgente necesidad de trata-
miento médico destinado a proteger al niño o Por último, el artículo 125 del CNA dispone
adolescente de un riesgo grave para su vida o que el juez, cuando estime que un niño o ado-
su salud. En este caso se requiere prescripción lescente está gravemente amenazado en su de-
médica y que el plazo máximo de la interna- recho a la vida o integridad física, o privado de
I nternados . L as prácticas judiciales de institucionalización por protección de niños , niñas y adolescentes en la ciudad de M ontevideo
su medio familiar, puede entregarlo al cuida- cial por los artículos 130 y 131. Las situaciones
do de una persona o matrimonio seleccionado de violencia contra la infancia son una de las
por el INAU que se comprometa a brindarle formas de amenaza o vulneración de derechos
protección integral. que se abordan en ese capítulo del Código.
Cuidado alternativo
41. El Comité recomienda que el Estado parte regule el sistema de cuidado alternativo,
que procure desinstitucionalizar a los niños, que continúe promoviendo el cuidado
tutelar como una forma de cuidado alternativo y sugiere que la institucionalización
sea utilizada únicamente como medida de último recurso, teniendo en cuenta
el interés superior del niño. Asimismo, el Comité recomienda una adecuada
asignación de recursos, funcionamiento y monitoreo de instituciones de cuidado,
incluso las administradas por ONG, y el cuidado tutelar al igual que una revisión
periódica de su ubicación de acuerdo con el artículo 25 de la Convención y las
recomendaciones realizadas después del Día de Debate General sobre niños sin
cuidado parental en 2005.
24. Cf. Palummo, Javier (coord.), Discurso y realidad: Informe…, o. cit. (nota 2), ídem (coord.), Discurso y realidad: Segundo informe…,
o. cit. (nota 2).
24
V. La población institucionalizada
En Uruguay no existe un registro que pueda en centros oficiales y por convenio, en entor-
proveer un listado de todos los niños, niñas y no institucional por motivos de protección, ha
adolescentes en instituciones de protección, tenido sus variaciones.25 En los últimos cinco
pero es posible aproximarse a una cuantifica- años se observa un aumento significativo al
ción del fenómeno analizando la información comparar los primeros y los últimos años, si
relativa a la población atendida por el INAU bien en el 2010 se registraron los guarismos
según modalidad de atención. más altos del período analizado. Ese año, que
es objeto del presente estudio, la cifra fue de
Es importante tener en cuenta que estas cifras 3.757 casos en todo el país.
no contemplan algunas situaciones, como, por
ejemplo, la institucionalización en dependen- Cabe señalar que no solo existen variaciones
cias de salud o en dependencias terapéuticas de en el número de niños internados por años,
niños, niñas y adolescentes que no son atendi- sino que además los datos muestran diferen-
dos por el INAU, o el caso relativamente excep- cias según los tramos de edad. Por ejemplo,
cional de instituciones residenciales privadas la cifra de los niños de 0 a 2 años llega casi
con niños internados por razones de protección a duplicarse en cuatro años. Esto despierta
que no reciben financiación del INAU. particular interés, dado que diversos organis-
mos, entre ellos UNICEF y la Oficina del Alto
En el cuadro 1 es posible observar que la canti- Comisionado para los Derechos Humanos
dad de niños, niñas y adolescentes internados de las Naciones Unidas, han manifestado la
Cuadro 1. Cantidad de niños, niñas y adolescentes por tramo de edad en entorno institucional
0a2 3a5 6 a 12 13 a 17 18 y más Total
2008 173 212 838 1.284 723 3.230
2009 165 205 874 1.422 727 3.393
2010 218 287 1.019 1.548 685 3.757
2011 313 171 985 1.389 689 3.547
2012 315 182 972 1.435 667 3.571
Fuente: INAU (SIPI), Memorias anuales 2008, 2009, 2010, 2011 y 2012.
25. La información refiere a los dispositivos considerados entorno familiar o institucional según los criterios desarrollados por el
INAU, no según la conceptualización realizada en el capítulo inicial del presente informe.
I nternados . L as prácticas judiciales de institucionalización por protección de niños , niñas y adolescentes en la ciudad de M ontevideo
necesidad de eliminar el acogimiento de niños Como surge del cuadro 1, en los últimos años
de 0 a 3 años de edad en instituciones.26 la cantidad de niños, niñas y adolescentes en
instituciones de protección no ha disminuido.
En Montevideo la cifra total de niños, niñas El número es y ha sido muy elevado duran-
y adolescentes en instituciones de protección te todo el período, lo que queda muy claro si
era de 2.134 en junio del 2010, lo que repre- comparamos estas cifras con las de otros paí-
sentaba el 84 % del total de niños privados de ses de la región.
cuidado parental atendidos por el INAU. El
restante 16 % era atendido en modalidades de- Tomando como referencia otros países de la
nominadas entorno familiar.27 región, como Argentina, Brasil, Paraguay y
Chile, el cuadro 2 muestra que Uruguay es
Gráfico 1. Cantidad de niños, niñas claramente el que tiene la mayor proporción
y adolescentes por tramo de edad de niños en instituciones de protección y cui-
en entorno institucional dado. Uruguay tiene proporcionalmente casi
7 veces más niños en instituciones de protec-
ción que Brasil, 4 veces más que Paraguay, 3
veces más que Argentina y casi el doble que
Chile.
26. Cantwell, N., et al., Avanzando en la implementación de las “Directrices sobre las modalidades alternativas de cuidado de los niños”,
Centre for Excellence for Looked After Children in Scotland (CELCIS), Glasgow, 2012, p. 40.
27. INAU-SIPI, “Población y centros”, junio del 2010.
26
V. L a población institucionalizada
Gráfico 2. Sexo de los niños, niñas En el primer tramo de edad se encontró una
y adolescentes institucionalizados. distribución bastante equitativa entre los
En porcentajes
sexos. Apenas una diferencia de 3,4 % a favor
de las niñas y adolescentes de sexo femenino.
Pero en los siguientes tramos es posible obser-
var una diferencia un poco más clara: en el se-
gundo con un mayor porcentaje referido a los
varones, y lo contrario en el tercero.
28. Si bien la Ley General de Educación, n.o 18437, aprobada en el 2008, plantea la obligatoriedad de la educación pública a
partir de los 4 años de edad, hemos dejado de lado el tramo de 0 a 5 años con el fin de no generar una sobrerrepresentación
de aquellos niños que ni estudian ni trabajan. En los datos recabados para el año 2010, los niños de 4 y 5 años representaban
un total del 6,2 %.
27
I nternados . L as prácticas judiciales de institucionalización por protección de niños , niñas y adolescentes en la ciudad de M ontevideo
en Uruguay, donde solo uno de cada tres niños tivo antes de completar los ciclos obligatorios
logra completar el bachillerato.29 suele tener consecuencias negativas en la par-
ticipación social, económica y cultural de los
Gráfico 4. Actividad que realizaban los niños, jóvenes, y llega incluso a ser un factor de re-
niñas y adolescentes institucionalizados producción de la pobreza.
en el tramo de 6 a 17 años. En porcentajes
La desafiliación educativa provoca un estado
de vulnerabilidad social en el cual se encuen-
tra casi el 25 % de los niños, niñas y adolescen-
tes de entre 6 y 17 años intervenidos, conforme
el relevamiento realizado.
29. Cardozo, Santiago. “El comienzo del fin: las decisiones de abandono durante la educación media y su incidencia en las
trayectorias”, en La desafiliación en la educación media y superior de Uruguay: conceptos, estudios y políticas, Comisión Sectorial de
Investigación Científica (CSIC), Universidad de la República, colección Art. 2, Montevideo, 2010, p. 66.
30. Fernández, Tabaré, La desafiliación en la educación media y superior de Uruguay: conceptos, estudios y políticas, Comisión Secto-
rial de Investigación Científica (CSIC), Universidad de la República, colección Art. 2, Montevideo, 2010, p. 13.
31. Aristimuño, Adriana, “El abandono de los estudios del nivel medio en Uruguay: un problema complejo y persistente”, en Revista
Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación, vol. 7, n.o 4, 2009, p. 183.
28
V. L a población institucionalizada
32. Aristimuño, Adriana, y De Armas, Gustavo, La transformación de la educación media en perspectiva comparada. Tendencias y
experiencias innovadoras para el debate en Uruguay, UNICEF, Montevideo, 2012.
33. MIDES, La reforma social: la nueva matriz de protección social del Uruguay. Plan de acción, MIDES, Montevideo, 2011.
34. Gelber, Denisse, Propensión al abandono educativo temprano: análisis de una encuesta de panel, IPES, Universidad Católica del
Uruguay, Documento de Trabajo n.o 12, Monitor Social del Uruguay, Montevideo, 2006, p. 4.
35. Organización Mundial del Trabajo (OIT), Instituto Nacional de Estadística (INE) y Programa Internacional para la Erradicación del
Trabajo Infantil (IPEC), Magnitud y características del trabajo infantil en Uruguay. Informe nacional 2010, Montevideo, 2011, p. 48.
36. Álvarez Vignoli, Sofía, Los derechos del niño. Comentarios al Código, Talleres Gráficos de Institutos Penales, Montevideo, 1942,
p. 95: “Los cuadros sombríos de la delincuencia, de la vagancia, de la mendicidad, del libertinaje, nos dicen que el noventa por
ciento de sus víctimas se reclutan entre los niños nacidos al margen de la ley. […] Nuestro país figura en los primeros puestos en
materia de natalidad ilegítima. Los datos más recientes nos asombran con expresivas cantidades, confirmando que una tercera
parte de los niños que anualmente nacen son ilegítimos”.
29
I nternados . L as prácticas judiciales de institucionalización por protección de niños , niñas y adolescentes en la ciudad de M ontevideo
Es evidente que este tipo de abordaje contiene es relevante en términos de ingreso y factores
un componente ideológico propio de las políti- de protección.
cas públicas de la situación irregular. Especí-
ficamente, en el ámbito judicial el dato cobra Cabe destacar que una porción importante de
importancia cuando al realizar el relevamiento niños y niñas, el 16,2 %, vivía en otros arreglos
aparecen informes técnicos que refieren a los familiares: familias extendidas o familias en-
conceptos de incontinentación familiar, fa- sambladas. Los hogares extendidos presentan
milia abandónica o familia desintegrada. Es una relación estrecha con la pobreza —son la
usual que este tipo de calificativos se utilice para segunda categoría en importancia entre los
justificar la adopción de medidas que implican hogares que se encuentran por debajo de la
separar a los niños de sus familias de origen. línea—. Algunas investigaciones demográficas
en Uruguay han señalado que es en estos ho-
El relevamiento efectuado reveló que tan solo
gares donde se encuentran las mayores dificul-
el 12,6 % de los niños, niñas y adolescentes vi-
tades, por cuanto “sus jefes o jefas suelen tener
vían en un núcleo familiar tradicional, de fa-
milia constituida por madre y padre. El 84,8 % bajo nivel educativo, presentan altos niveles
convivía en algún otro arreglo familiar, el más de hacinamiento y bajos niveles de bienestar,
importante de los cuales era la familia nuclear los niños y jóvenes tienen mayores niveles de
incompleta (47,5 %). rezago escolar y abandonan prematuramente
el sistema educativo”.38
Los cambios y las transformaciones de la fa-
milia en Uruguay y en la región repercuten Finalmente, se identificó una proporción de
directamente en los niños y en su bienestar.37 niños que carecían de núcleo familiar. Se tra-
Por esta razón, el dato de que el 47,5 % de esta taba de niños en situación de calle o que ya se
población proviene de un hogar monoparental encontraban institucionalizados.
37. Kaztman, Ruben, y Filgueira, Fernando, Panorama de la infancia y la familia en Uruguay, Programa de Investigación sobre
Integración, Pobreza y Exclusión Social (IPES), Universidad Católica del Uruguay, Montevideo, 2001, p. 36.
38. Cabella, Wanda, El cambio familiar en Uruguay: una breve reseña de las tendencias recientes, UNFPA y Trilce, Montevideo, 2007, p. 13.
30
VI. Las situaciones que motivan la institucionalización
Para que un asunto sea abordado por las au- Por tanto, la tarea de identificar y derivar las
toridades judiciales, primero debe ser identifi- situaciones posee una gran importancia, en
cado como una situación de amenaza o vulne- principio porque implica dar un contenido
ración de derechos, o de vulneración de dere- concreto a las amplias categorías utilizadas
chos de terceros, conforme lo dispuesto en los por el legislador, pero además por constituir la
artículos 117 y siguientes del CNA. Asimismo, vía de acceso al sistema judicial de protección
puede tratarse de las que este código denomi- de derechos.
na “situaciones especiales”, que refieren a los
casos de maltrato o abuso. En esta etapa, que
Gráfico 8. Vía de acceso en los casos
es anterior a la intervención judicial, se efectúa de institucionalización, por tramos de edad.
la selección primaria y la detección de las situa- En porcentajes
ciones, y actúan una serie de agencias que cons-
tituyen las vías de acceso al sistema judicial de
protección de derechos. El funcionamiento del
SPD depende en gran medida de esta tarea de
selección primaria. Esto se debe principalmen-
te a la amplitud de las categorías de interven-
ción previstas, junto con la circunstancia de que
las autoridades judiciales abordan casi exclusi-
vamente las situaciones que les son derivadas Fuente: Observatorio del Sistema Judicial.
por quienes seleccionan los casos.
Como se observa, en la práctica la autoridad
No todas las situaciones de amenaza o vulne-
policial es la principal agencia de selección y
ración de derechos llegan al sistema judicial de
protección. Para que ello suceda es necesario derivación de situaciones, sobre todo las que
que la situación sea detectada y luego denun- involucran a adolescentes de entre 12 y 17 años.
ciada a las autoridades judiciales. Las diferen- En efecto, si bien las agencias que intervienen
tes agencias que intervienen en la formulación en la selección primaria y que constituyen las
de las denuncias han sido categorizadas como vías de acceso al sistema de protección de de-
las vías de acceso al SPD y se clasifican en: rechos pueden ser muchas, lo cierto es que son
particular, funcionario policial y funcionario las intervenciones policiales las que presentan
público no policial. los porcentajes más importantes.39
39. Las categorías utilizadas para analizar la selección primaria son: Denuncias de particulares, Derivación policial y Derivación por
otros funcionarios públicos (categoría que incluye las comunicaciones hechas a los juzgados por dependencias del INAU, hospi-
tales u otras dependencias del Ministerio de Salud Pública, juzgados penales, juzgados de paz en los departamentos del interior e
instituciones educativas).
I nternados . L as prácticas judiciales de institucionalización por protección de niños , niñas y adolescentes en la ciudad de M ontevideo
Este tipo de práctica tiene un sustento norma- El principal problema asociado a este tipo de
tivo específico, por cuanto, según dispone el práctica radica en que se perpetúa el enfoque
artículo 126 del CNA, cuando la autoridad po- tutelar, que asocia la vulneración de derechos
licial toma conocimiento de que un niño o ado- con el control y la lógica de las políticas de se-
lescente se encuentra en la situación prevista guridad ciudadana, pese a que se trata, en su
en el artículo 117, deberá llevarlo de inmedia- mayoría, de problemáticas que deberían ser
to ante el juez competente. Además, la Ley de afrontadas desde las políticas sociales. Si bien
Procedimientos Policiales, en su artículo 5, en muchos casos la intervención policial es ra-
literal b, expresa que en los procedimientos zonable —por ejemplo, en situaciones que son
con niños, niñas o adolescentes con derechos abordadas paralelamente por la justicia penal
vulnerados se actuará conforme a lo dispues- por la presunta comisión de un delito—, el por-
to por el CNA, en estrecha coordinación con el centaje de intervenciones policiales previas es
INAU.40 muy alto. Sería conveniente que esto se modi-
ficara, para favorecer el abordaje de las situa-
Pero ¿cuál es el problema de que más de la mi- ciones por los organismos públicos especiali-
tad de los casos que dan lugar a instituciona- zados en la protección de derechos.
lización de niños, niñas y adolescentes hayan
tenido como actuación previa la intervención Por otro lado, para los niños más pequeños, de
policial? 0 a 5 años, en la mayoría de los casos (66,7 %)
40. Ley n.o 18315, del 5 de julio de 2008. En especial con relación a lo previsto por el artículo 126 del CNA, que tiene que ver con
la forma en que debe actuar la autoridad policial al encontrar a un niño, niña o adolescente en alguna de las situaciones descritas
en el artículo 117 (“niños o adolescentes con derechos vulnerados” o “que vulneran derechos de terceros”), este cuerpo normativo
solo la habilita a llevarlo ante el juez competente o en su defecto a dependencias del INAU; nada dice respecto a la posibilidad de
interrogarlo. Sin embargo, los partes policiales que se encuentran en los expedientes dan cuenta de que los funcionarios policiales
no se limitan a dar cumplimiento al artículo mencionado y suelen interrogar a los niños o adolescentes que serán luego interveni-
dos por el sistema de protección de derechos. Esta no es una cuestión menor, dado que, como se verá, buena parte de los niños,
niñas y adolescentes intervenidos han sido víctimas de violencia (maltrato y/o abuso sexual).
32
VI. L as situaciones que motivan la institucionalización
41. UNICEF y Presidencia de la República, Inversión en primera infancia, Montevideo, UNICEF, 2010, p. 5.
42. En los casos en que la intervención judicial se debe a más de una vulneración de derechos, seleccionamos como causal de
ingreso la que en el expediente es valorada como la principal o la determinante.
43. Es claro que esta categoría constituye un subtipo de situación de amenaza o vulneración de derechos vinculada con la pobreza
y la indigencia; sin embargo, la singularidad del fenómeno y la forma específica en la que es abordado motiva un tratamiento
individual de la categoría.
33
I nternados . L as prácticas judiciales de institucionalización por protección de niños , niñas y adolescentes en la ciudad de M ontevideo
e indigencia, que alcanzan el 20,5 % del total Gráfico 10. Medida de institucionalización
de los expedientes para todos los tramos de en situaciones especiales, para todos
edad. Pero es preciso tener en cuenta que, al los casos, 2010. En porcentajes
sumar los casos de maltrato con los de abuso
en todos los tramos de edades, se encuentra
que el 25 % correspondió a institucionaliza-
ción de niños, niñas y adolescentes víctimas
de violencia.
44. Fuente: Sistema Integral de Protección a la Infancia y la Adolescencia contra la Violencia (SIPIAV), disponible en ‹http://www.
presidencia.gub.uy›.
45. Se hace referencia al total de 526 expedientes relevados iniciados en el 2010 y no únicamente a aquellos en que se adoptó una
medida de institucionalización.
46. Corte IDH, Condición jurídica y derechos humanos del niño, opinión consultiva OC-17/02, del 28 de agosto de 2002, serie A,
n.o 17, § 76. En el mismo sentido, las Directrices de Modalidades Alternativas de Cuidado, directrices 14 y 15.
34
VII. El proceso judicial
El CNA establece que el juez, al tomar conoci- adolescente se tome en presencia de padres
miento de que un niño o adolescente se encuen- o responsables y con la asistencia de su de-
tra amenazado o vulnerado en sus derechos o fensor. Desde nuestro punto de vista, esto
que ha vulnerado los derechos de terceros, tiene implica la celebración de una audiencia, es-
la obligación de tomar las más urgentes e im- pecialmente a la luz del principio de inme-
prescindibles medidas, y a continuación debe diación procesal, el que requiere el contacto
procederse conforme lo estatuye el artículo directo y personal del tribunal con las par-
321 del Código General del Proceso (CGP).47 tes, con los restantes sujetos del proceso. Lo
que hemos podido observar en los expedien-
El CNA no ordena la realización de una au- tes es que no en todos los casos se celebran
diencia, sino que la declaración del niño o audiencias.
47. El artículo 66 dispone que la Suprema Corte de Justicia asignará competencia de urgencia a cuatro juzgados letrados de familia
en Montevideo y a los juzgados letrados de primera instancia del interior, que entienden en materia de familia, con excepción de
las infracciones de adolescentes a la ley penal, para atender en forma permanente todos los asuntos que requieran intervención
inmediata o los casos previstos en el inciso segundo del artículo 122 del Código. El régimen actual implica la derivación del
expediente, una vez tomadas las primeras medidas, al juzgado de familia que por turno le corresponda, previo pasaje —en
Montevideo— por la Oficina de Recepción y Distribución de Asuntos (ORDA). Esto debe ocurrir en todos los casos de acuerdo al
CNA y “si correspondiere” según el artículo 2.o de la acordada n.o 7535 de la SCJ.
I nternados . L as prácticas judiciales de institucionalización por protección de niños , niñas y adolescentes en la ciudad de M ontevideo
En situaciones de violencia contra niños, niñas Gráfico 12. Hay declaración del niño,
y adolescentes el CNA ha instaurado un pro- niña o adolescente en la audiencia.
cedimiento distinto al previsto por la Ley de En número de casos
Violencia Doméstica, n.o 17514. A raíz de esto
se han llegado a desarrollar procedimientos
mixtos o híbridos (Ley de Violencia Doméstica
y CNA), que dan cuenta del esfuerzo de los tri-
bunales por armonizar dichos cuerpos legales,
lo que ha dado lugar a la aplicación simultánea
de ambas regulaciones.48
Fuente: Observatorio del Sistema Judicial.
Luego de haberse dispuesto esta audiencia y
haberse recabado la información necesaria, el
juez solicita la medida de protección para luego En el gráfico puede observarse que en 52 de los
derivar al caso al juzgado de familia natural. 80 casos en que se celebraron audiencias surge
del expediente que el niño, niña o adolescente
Dentro del procedimiento previsto, un as- tuvo oportunidad de ser oído.
pecto fundamental es la posibilidad de que el
niño, niña o adolescente sea oído durante el Para que se desarrolle la participación adecua-
proceso. Una importante exigencia del artícu- da del niño, niña o adolescente en el proceso
lo 118 del CNA es que el niño o adolescente judicial es preciso adoptar medidas de protec-
tenga la oportunidad de ser oído en el proce- ción procesal. Esto implica darle la oportuni-
so, salvo que eso sea imposible o el niño no lo dad de ser oído en un entorno seguro, accesi-
quiera. ble y apropiado. Es preciso adoptar todas las
medidas necesarias para garantizar el ejercicio
El derecho del niño a ser oído representa la de estos derechos asegurando la plena pro-
oportunidad de expresar su opinión y de que tección del niño y evitando la revictimización,
su voz sea tenida en cuenta. Está consagrado especialmente cuando se trate de niños peque-
en forma general en el artículo 12 de la CDN ños, niños con discapacidad o niños víctimas
y en el artículo 8 del CNA. Esto implica que el de explotación, trata, abuso sexual, maltrato y
niño reciba información adecuada sobre el pro- toda otra forma de violencia.50
ceso, las opciones y las posibles consecuencias
de esas opciones, y que tanto la metodología La circunstancia de que el niño, niña o ado-
empleada para interrogarlo como el contexto lescente sea oído es especialmente relevante
(por ejemplo, lugar donde es entrevistado, por dado que, de acuerdo con el criterio expresa-
quién y cómo) sean amigables y adaptados al do por nuestros tribunales, en caso contra-
niño en cuestión.49 rio se está frente a una hipótesis de nulidad
48. Tribunal de Apelaciones de Familia de 2.o turno, sentencia n.o 222, de 22 de agosto de 2006.
49. Véanse asimismo: Comité de los Derechos del Niño, El derecho del niño a ser escuchado, observación general n.o 12, CRC/C/
GC/12, 20 de julio de 2009, § 21, 25, 41, 80, 82, 97, 98 y 103; Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad, artículo 26.2, y Directrices sobre las Modalidades Alternativas de cuidado de los Niños, directrices 6 y 71.
50. Comité de los Derechos del Niño, El derecho del niño a ser escuchado, o. cit. (nota 49), § 42 y 53. Véanse además: Reglas de Beijing,
regla 14.2; Comité de los Derechos del Niño, Realización de los derechos del niño en la primera infancia, observación general n.o 7,
CRC/C/GC/7/Rev. 1, 20 de setiembre de 2006, § 14; Declaración sobre los Principios Fundamentales de Justicia para las Víctimas
de Delitos y del Abuso de Poder, resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas 40/34, de 29 de noviembre de 1985;
Directrices sobre la Justicia en Asuntos Concernientes a los Niños y Niñas Víctimas y Testigos de Delitos, aprobadas por el Consejo
Económico y Social en su resolución 2005/20, de 22 de julio de 2005.
36
VII. E l proceso judicial
absoluta.51 Que los niños o adolescentes no levante para que los operadores judiciales
sean oídos puede obedecer a múltiples causas, recaben su opinión en el marco del proce-
como la temprana edad de un niño, el desco- dimiento. Esto se debe a que la opinión del
nocimiento de su paradero o que recibir su niño debe tomarse en cuenta en función de su
declaración pueda revictimizarlo. También es edad y grado de madurez.53 Pero no se trata
posible que el niño sencillamente no quiera únicamente de consultar la opinión del niño
declarar, lo que debería ser respetado por las en una oportunidad a lo largo del proceso; la
autoridades.52 Sin embargo, hay casos en los CDN exige que el niño tenga la posibilidad de
que se omite tomar la declaración del niño o participar desde un principio y sea protago-
adolescente cuando ello parece perfectamente nista de la decisión en un sentido amplio.54 El
posible de acuerdo a la información que surge concepto de autonomía progresiva, conteni-
del expediente.
do en los artículos 5 y 12 de la CDN, es clave
En el marco de esta investigación, los datos para la formulación de respuestas estatales
de los expedientes indican la cantidad de casos adecuadas a la evolución de las facultades de
en los que hay declaración de algún niño, niña niños, niñas y adolescentes.
o adolescente, pero no detallan la cantidad de
niños involucrados en esa situación. Por tanto, También las Directrices sobre Modalidades
en esos casos hemos tomado la edad del pri- Alternativas de Cuidado han puesto especial
mer niño, niña o adolescente que figura en el énfasis en la necesidad de consultar la opinión
expediente. de cada niño para el cual se prevé un cuidado
alternativo al parental. Incluso está planteado
Tal como surge del gráfico 14, la edad de los que la consulta debería abarcar todas las to-
niños y adolescentes constituye un factor re- mas de decisiones.
51. Tribunal de Apelaciones de Familia de 2.o turno, sentencia n.o 197, de 17 de agosto de 2005; sentencia n.o 224, de 22 de agosto
de 2006, y sentencia n.o 295, de 25 de octubre de 2006, entre otras.
52. Comité de Derechos del Niño, El derecho del niño a ser escuchado, o. cit. (nota 49), § 22.
53. Ibídem, § 28.
54. Cf. Couso, Jaime, “El niño como sujeto de derechos y la nueva justicia de familia. Interés superior del niño, autonomía progresiva
y derecho a ser oído”, en Revista Derechos del Niño, n.o 3 y 4, Universidad Diego Portales y UNICEF, Santiago de Chile, 2006, p. 154.
37
I nternados . L as prácticas judiciales de institucionalización por protección de niños , niñas y adolescentes en la ciudad de M ontevideo
El artículo 118 del la CNA exige asimismo que tadas lesionen más derechos de los que pre-
la declaración del niño o adolescente sea toma- tenden proteger, impedir prácticas de revicti-
da en presencia del defensor que se le proveerá mización y limitar el ejercicio del poder estatal
en el acto. En el CNA, la figura del defensor sobre su defendido cuando existen situaciones
está estrictamente vinculada con la participa- que implican vulneración de sus derechos o se
ción del niño o adolescente en el proceso y con pretende aplicar el principio del interés supe-
su derecho a ser oído en él. rior del niño en forma inadecuada.
Gráfico 14. La declaración del niño, niña Gráfico 15. Declaran los responsables.
o adolescente es efectuada en presencia En porcentajes
del defensor. En porcentajes
Fuente: Observatorio del Sistema Judicial. También es posible observar que en un impor-
tante porcentaje de casos declaran los padres
En el 90 % de los casos en que se han ordena- y/o responsables (78,7 % de los expedientes
do medidas de institucionalización consta en relevados), pero poco más de la mitad (58 %)
el expediente que se ha designado un defensor de esos padres o responsables lo hacen asis-
del niño, niña o adolescente durante el proceso tidos por un abogado. Esto evidencia que hay
que se desarrolla ante la justicia especializada una cantidad importante de padres que no re-
de familia. Adicionalmente, en la mayoría de ciben asistencia profesional en el proceso.
los casos en que hay declaración esta se tomó
en presencia del defensor. En las recomendaciones que se han hecho en
torno a las Directrices sobre Modalidades Al-
La defensa técnica de los niños, niñas y adoles- ternativas de Cuidado se plantea, como una
centes que intervienen en un proceso debe ser medida para desalentar el recurso al acogi-
concebida como una asistencia letrada, lo que miento alternativo, la necesidad de poner una
implica que el niño o adolescente esté presente gama de asesorías y recursos prácticos efec-
en el proceso, no la actuación en su ausencia tivos a disposición de padres o responsables
ni la sustitución de su voluntad. La defensa cuando estos se encuentran en dificultades.
en estos procesos constituye la manifestación Tanto el niño como la familia deben recibir
técnica de la voluntad del niño o adolescente, apoyo del defensor durante el proceso de
en cuanto sujeto de derecho en desarrollo. Co- separación.55
rresponde al abogado defensor procurar que
el proceso siempre se encuentre orientado a la También el artículo 118 del CNA refiere a la ne-
restitución o el restablecimiento de los dere- cesidad de contar con informes técnicos, pero
chos vulnerados, evitar que las medidas adop- aún existen porcentajes muy importantes en
55. Sobre este tema puede verse: Palummo, Javier, “Asistencia letrada a padres o responsables de niños y adolescentes en la
competencia de urgencia prevista por el artículo 66 del CNA”, en Tribuna del Abogado, n.o 154, Colegio de Abogados del Uruguay,
agosto-setiembre de 2007, pp. 5 ss.
38
VII. E l proceso judicial
los que estos informes no son recabados antes [Realizar un] relevamiento de información
de adoptar medidas. integral al juez solicitante sobre el niño/a o
adolescente titulares de derecho en beneficio
de los que se produce la intervención judicial
Gráfico 16. Existencia de informes técnicos. estudiando las características socio familiares
En porcentajes
del medio en que vive, familia o grupo de con-
vivencia y su contexto.56
56. Dutto, María, “La separación judicial de un niño de su familia de origen: intervenciones de profesionales del área social”, trabajo
presentado en las X Jornadas de Investigación de la Facultad de Ciencias Sociales (UdelaR), Montevideo, 13-14 de setiembre de
2011, p. 7.
39
VIII. La institucionalización
Desde el punto de vista normativo, la insti- sus derechos, o que vulneran derechos de
tucionalización de los niños, niñas y adoles- terceros. De ese amplio espectro de medidas,
centes debe ser el último recurso. Cuando las el juez puede disponer en forma discrecio-
medidas de apoyo a la familia han fracasado y nal la que estime más conveniente al caso.
no es posible recurrir a otros familiares, fren- No obstante, teniendo en cuenta lo que es-
te a la inexistencia de un ambiente familiar tablece el artículo 12, sobre el derecho de los
de estabilidad y bienestar deben considerarse niños a disfrutar de sus padres y familia, y
todas las alternativas posibles antes de deci- la regulación de algunas medidas como la
dir la institucionalización.57 de internación, conforme al artículo 123,
es claro que se trata de una normativa que
El CNA postula una serie de medidas como reconoce el principio de la excepcionalidad
respuesta a la situación de la infancia y la de la institucionalización como medida de
adolescencia amenazadas o vulneradas en protección.
Gráfico 17. Medidas adoptadas para todos los casos relevados del 2010. En porcentajes
57. Cf. Directrices de Modalidades Alternativas de Cuidado, directriz 20; Declaración sobre la Protección y el Bienestar de los Niños,
artículo 4; Directrices de Riad, directriz 14; Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, artículo
23.5; Comité de los Derechos del Niño, observación general n.o 13, Derecho del niño a no ser objeto de ninguna forma de violencia,
CRC/C/GC/13, 18 de abril de 2011, § 47.iii; CIDH, Informe n.o 83/10, caso 12584, Milagros Forneron y Leonardo Aníbal Forneron. Fondo,
Argentina, 29 de noviembre de 2010, § 108.
I nternados . L as prácticas judiciales de institucionalización por protección de niños , niñas y adolescentes en la ciudad de M ontevideo
58. Sobre la inclusión de la medida prevista en el artículo 125 del CNA, véase lo expresado en el marco conceptual, en el primer
capítulo del presente informe.
59. Corte IDH, Condición jurídica y derechos humanos del niño, opinión consultiva OC-17/02, del 28 de agosto de 2002, Serie A,
n.o 17, § 113.
60. Directrices sobre las Modalidades Alternativas de Cuidado de los Niños, directriz 91.
42
IX. Revisión periódica y actuaciones posteriores
Las decisiones relativas a la colocación de ni- que se cumplen en la justicia de familia espe-
ños, niñas y adolescentes en instituciones de- cializada de la ciudad de Montevideo actuando
ben estar sujetas a revisión periódica, de forma con competencia de urgencia. Pero luego de
de asegurar su carácter excepcional y tempo- adoptadas las más urgentes e imprescindibles
ral. En forma específica, la directriz 66 de las medidas cesa la competencia de urgencia y el
Directrices sobre Modalidades Alternativas de expediente debe ser enviado al juzgado de fa-
Cuidado dispone: milia que corresponde por turno. Este órgano
jurisdiccional es generalmente denominado
Los Estados deberían garantizar el de- juez con competencia natural en el asunto.61
recho de todo niño en acogimiento tem- El presente capítulo se ocupa de lo que ocurre
poral a la revisión periódica y minuciosa en estos juzgados que entienden en los casos
—preferiblemente cada tres meses por cuando ya se adoptaron las primeras medidas
lo menos— de la idoneidad del cuidado de protección.
y tratamiento que se le da, teniendo en
cuenta sobre todo su desarrollo personal El CNA no tiene previsiones claras entorno al
y cualquier variación de sus necesidades, tema ni establece un mecanismo de revisión
los cambios en su entorno familiar y si, en de las medidas de institucionalización adop-
vista de lo anterior, la modalidad de acogi- tadas. No obstante, en el artículo 128 dispone
miento sigue siendo necesaria y adecuada. que, cumplidas las diligencias, el expediente
La revisión debería estar a cargo de perso- debe quedar en suspenso, sin perjuicio del se-
nas debidamente calificadas y habilitadas guimiento y control de las medidas que el juez
e implicar plenamente al niño y a todas las considere adecuado efectuar.
personas importantes en su vida.
Consideramos muy importante que se haya
La consecuencia de la inexistencia o deficien- asignado esta función a las autoridades judi-
cia de los mecanismos de revisión periódica es ciales. El carácter jurisdiccional del control y
que los niños, niñas y adolescentes permanez- el seguimiento de las medidas implica una ga-
can en las instituciones de cuidado y protec- rantía para el niño o adolescente. No obstan-
ción por períodos muy prolongados. te, es claramente inconveniente que el segui-
miento y la revisión queden sujetos a lo que se
Este documento ha referido principalmente considere adecuado, sin establecer claramente
a la información recabada de las actuaciones una modalidad de revisión de las medidas.
61. En Montevideo, la distribución de los asuntos es efectuada a través de la ORDA, que asigna el asunto a un nuevo juzgado y
remite a este el expediente.
I nternados . L as prácticas judiciales de institucionalización por protección de niños , niñas y adolescentes en la ciudad de M ontevideo
62. Directrices sobre las Modalidades Alternativas de Cuidado de los Niños, § 49.
44
IX. R evisión periódica y actuaciones posteriores
interés superior, o procurar ubicarlo en formas La medida impuesta por el juez puede cesar en
de cuidado alternativo de tipo familiar o en la cualquier momento en que este lo disponga,
adopción. Todo ello implica que, en los casos siempre y cuando haya una solicitud concreta
excepcionales en que se haya recurrido a la en ese sentido. Lo que en algunos casos sucede
institucionalización, la reinserción social debe es que, con base en informes técnicos de segui-
prepararse lo más pronto posible en el entorno miento de las medidas, se sugieren alternati-
de acogida, y siempre mucho antes de que el vas a la institucionalización o el reintegro del
niño abandone la institución.63 niño a su medio familiar y comunitario.
45
X. Conclusiones
El artículo 20 de la Convención sobre los Dere- vez establecidos los estándares jurídicos que
chos del Niño establece el derecho de los niños les corresponden a los niños, niñas y adoles-
temporal o permanentemente privados de su centes como sujetos de derecho, debe primar
medio familiar, o cuyo superior interés exija el deber del Estado de concretar esos estánda-
que no permanezcan en ese medio, a recibir res, principios y exigencias jurídicas.66
“protección y asistencia especiales”.
Las políticas públicas impactadas por el para-
Los compromisos asumidos por Uruguay al digma de la protección integral de la infancia y
ratificar dicho tratado, así como otros instru- la adolescencia no pueden permanecer estáti-
mentos internacionales de derechos humanos cas, sino que deben dar lugar a modificaciones
que consagran la doctrina de la protección que pongan en el centro a los niños, niñas y
integral, establecen obligaciones de adopción adolescentes, en su calidad de sujetos de de-
de medidas legislativas y de políticas que son recho y bajo el criterio rector de su interés su-
necesarias para dar efectividad a los derechos perior.
y garantizar la protección integral de niños, ni-
ñas y adolescentes. Es mucho lo que queda por hacer para adecuar
las prácticas judiciales de institucionalización
Por ello, la consolidación de un sistema inte- por protección de niños, niñas y adolescentes
gral de protección y garantía de los derechos en la ciudad de Montevideo, en especial en lo
de la infancia y la adolescencia requiere, entre que refiere a la excepcionalidad de la interna-
otros aspectos, adecuar no solo la normativa ción residencial a tiempo completo como me-
interna sino también las prácticas institucio- dida de protección.
nales a los estándares del derecho internacio-
nal de los derechos humanos. Existe una cultura institucional que conti-
núa considerando que separar a los niños de
La incorporación de los instrumentos interna- sus familias e internarlos en instituciones de
cionales de derechos humanos y la adopción protección es una respuesta estatal adecuada.
de legislación resulta un paso importante pero Es posible que en algunos casos la separación
insuficiente para satisfacer y hacer efectivos referida sea necesaria, en atención al interés
los derechos, toda vez que resulta necesario superior de los niños respecto de los cuales se
completar dicha normativa con instituciones adoptan medidas de ese tipo, pero la interna-
facultadas para su realización efectiva y la ve- ción siempre deberá ser excepcional y acotada
rificación de su cumplimiento. Es decir, una en el tiempo.
66. Cf. Morlachetti, Alejandro, Sistemas nacionales de protección integral de la infancia: fundamentos jurídicos y estado de aplicación
en América Latina y el Caribe, CEPAL y UNICEF, Santiago de Chile, 2013, pp. 10 y 11.
I nternados . L as prácticas judiciales de institucionalización por protección de niños , niñas y adolescentes en la ciudad de M ontevideo
Es importante destacar que se han tomado cas relevadas en el presente informe deben ser
medidas dirigidas a promover las formas al- modificadas a corto plazo.
ternativas al cuidado institucional y regular
temporalmente la internación. En términos En primera instancia, es preciso reforzar las
generales, la normativa reciente reconoce el políticas de protección a la familia, que tienen
principio de que la institucionalización debe como efecto prevenir la separación de los niños
ser una medida de último recurso, pero aún respecto de sus familias y por ende también
se observa que en el marco de los sistemas de la institucionalización. Asimismo, cuando las
protección el recurso a la institucionalización medidas de apoyo a la familia han fracasado y
residencial es muy importante. Como conse- tampoco es posible recurrir a otros familiares,
cuencia, la tasa de niños, niñas y adolescentes deben considerarse todas las alternativas posi-
en instituciones de protección y cuidado es la bles antes de decidir la institucionalización.
más alta de la región, con amplísima distan-
cia respecto de países como Argentina, Brasil, Por último, si bien el objetivo del presente in-
Chile o Paraguay. forme no es formular recomendaciones, debe
subrayarse que es indispensable que los es-
Los problemas que se han identificado, ade- fuerzos normativos y de política pública que se
más de tener relación con la gran cantidad de están realizando se desarrollen dentro del un
niños, niñas y adolescentes sujetos a medidas plan de desinstitucionalización. En el marco
de institucionalización, refieren al propio pro- de las iniciativas actuales tendientes a esa fi-
ceso judicial en el que se adoptan las medidas y nalidad pueden tenerse en cuenta importantes
la circunstancia de que no existen mecanismos experiencias internacionales. Asimismo, todas
adecuados de revisión de las internaciones. políticas referidas deben considerar la existen-
cia de grupos en situación de especial vulnera-
La permanencia de los niños en instituciones bilidad que deben ser contemplados en forma
los perjudica: altera su desarrollo, produce preferente. Existe abundante literatura espe-
daños irreversibles, afecta su desempeño cog- cializada en esta temática que puede tomarse
nitivo y su condición física. Por eso las prácti- como referencia.
48
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52
Anexo estadístico
54
A nexo estadístico
Total 4.401 4.347 4.512 4.638 4.634 4.962 5.180 5.053 5.104 5.252
Fuente: Información proporcionada por el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay en respuesta a una solicitud planteada en el
marco del presente estudio.
55
Índice de gráficos
V. La población institucionalizada
Gráfico 8. Vía de acceso en los casos de institucionalización, por tramos de edad .......................... 31
Gráfico 12. Hay declaración del niño, niña o adolescente en la audiencia ............................................. 36
Gráfico 14. La declaración del niño, niña o adolescente es efectuada en presencia del
defensor . ................................................................................................................................................ 38
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I nternados . L as prácticas judiciales de institucionalización por protección de niños , niñas y adolescentes en la ciudad de M ontevideo
VIII. La institucionalización
Gráfico 17. Medidas adoptadas para todos los casos relevados del 2010 ............................................. 41
Gráfico 18. Medida de institucionalización ........................................................................................................ 42
Gráfico 19. Disposición de otras medidas además de las de institucionalización ............................... 42
58
Índice de cuadros
V. La población institucionalizada
Cuadro 1. Cantidad de niños, niñas y adolescentes por tramo de edad en entorno
institucional . ........................................................................................................................................... 25
Cuadro 2. Tasa de niños, niñas y adolescentes en instituciones de protección y cuidado ............. 26
Anexo estadístico
Cuadro A1. Cantidad de niños, niñas y adolescentes por tramo de edad según
modalidad de atención. 2008 ........................................................................................................... 53
Cuadro A2. Cantidad de niños, niñas y adolescentes por tramo de edad según
modalidad de atención. 2009 ........................................................................................................... 53
Cuadro A3. Cantidad de niños, niñas y adolescentes por tramo de edad según
modalidad de atención. 2010 ........................................................................................................... 54
Cuadro A4. Cantidad de niños, niñas y adolescentes por tramo de edad según
modalidad de atención. 2011 ........................................................................................................... 54
Cuadro A5. Cantidad de niños, niñas y adolescentes por tramo de edad según
modalidad de atención. 2012 ........................................................................................................... 55
Cuadro A6. Evolución de la población del INAME/INAU por año, según modalidad y
perfil de atención. 2008-2012 . ......................................................................................................... 55
59