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La Educación Que Merecemos
La Educación Que Merecemos
Khalil Gibran
Hace ya varios días en una de mis clases, una estudiante y madre me decía:
“Profe a mi hijo la profesora le dijo que si le iba a enseñar a dictar clase y, que
si era así, que se parara a dictar la clase él” Al escuchar esto, muchos
pedagogos se horrorizarían y dirían: “¡Qué retrograda!” “¡Qué tradicionalista!”
Tristemente debo decir que no me sorprendió ya que en mis días de estudiante
tuve que afrontar una situación similar.
Una vez terminó de dibujar un garabato parecido a un triángulo que con gran
pericia trazó con la tiza a medio gastar mencionó los países de cada bando.
Sentí que era el momento oportuno y quise agregar algo de información.
Levanté mi mano indicando que tenía una duda, para lo cual ella me concedió
la palabra y agregué: “Profe, olvidó mencionar que Italia, Japón y Estados
Unidos se unieron a la Triple Entente, mientras el Imperio otomano y Bulgaria
se unieron a la Triple Alianza… Italia y Bulgaria se unieron a la guerra en 1915,
Rumania en 1916 y Estados Unidos en 1917.”
Para un joven inexperto como yo, eso era una hazaña contra el sistema, la
norma y las reglas. Hoy la historia la cuento desde el otro lado del río, donde
soy yo quien tiene que sortear las miles de preguntas que mis estudiantes
hacen para acrecentar su conocimiento. Cada vez que un estudiante me hace
una pregunta que no sé responder recuerdo a mi profesora y mi respuesta
siempre es la misma. “No lo sé, podemos investigarlo, o me lo dejas de tarea
para respondértelo la próxima clase” La idea de ser docente no es saberlas
todas, la idea de ser docente, mi idea, es ser yo mismo, es ser transparente
con mis estudiantes y mostrarles que no soy un ser supremo o superior, bien
dice Bertrand Russell que ninguna persona puede ser un buen maestro a
menos que tenga sinceros sentimientos de afecto hacia sus alumnos. Mi
verdadera intención es demostrar que la tierra está llena de conocimiento y
tanto ellos como yo debemos emprender ese arduo camino para llegar a ser
mejores personas, personas integrales, que no se queden atascados en la
mediocridad y puedan brindarme la satisfacción que en un futuro, no muy
lejano, me hayan superado.